Nuevos relatos publicados: 7

Macho por fuera, zorra por dentro 8 (La última noche)

  • 7
  • 8.806
  • 9,80 (5 Val.)
  • 0

Al fin lo conseguí, SIIIIII

 

Estaba muy contento, después de varios desengaños amorosos, después de enamorarme mil y una veces de mujeres equivocadas, por fín me había hechado novia, y de las buenas! Era preciosa y la conocí por casualidad el día que menos me esperaba.

Todos sabemos cómo son los primeros tiempos de una pareja: follar, follar y follar... Hacía bastante tiempo que no follaba con una mujer, y menos con una mujerona como la que ahora tenía conmigo, me resultaba muy raro al principio correrme sin tener un buen pollón o al menos un dedito dentro de mi culito... Me faltaba algo y los polvos con ella no me dejaban totalmente satisfecho, aunque con el tiempo me he ido adaptando y las corridas han ido mejorando.

Desde que empecé a salir con mi novia, dejé un poco más a parte el sexo con los chicos... Hice algún intento con Juan, mi follamigo preferido de toda la vida, pero como de costumbre, desde que estaba con su nueva pareja, no quería hacerme favores... Así que me tiré una buena temporada sin mamar un buen pollón y sin tocar mi ojete... Hasta que no aguanté más y decidí aprovechar mi última noche de estudiante en Madrid para echar un polvete que dejara satisfecho mi agujerito para otra buena temporada y poder seguir así, mi vida sexual de pareja de una forma más llevadera. 

Acabé como siempre en uno de esos chats abiertos que hay por ahí precisamente para buscar polvetes... Sabía que tenía el piso compartido para mí solo, pues mis compañeros ya lo habían dejado para volver a sus casas el día antes, así que por primera vez, buscaba algún maromo que viniera a follarme a domicilio. Pronto apareció uno de mi zona, parecía igual de guarrete que yo, se le veía con muchas ganas de follar aquí y ahora, así que le dí mi dirección. Casualmente, vivía a tan solo dos manzanas de mi casa, con lo cual me dio el tiempo justo a darme una ducha de 2 minutos y abrirle la puerta empapado con la toalla enrollada a mi cintura.

Al verme así ya de inicio, supongo que se llevaría una impresión, al igual que yo cuando visité al universitario que me abrió la puerta en gayumbos... Le noté ruborizado y un poco cortado, se le notaba nervioso, yo también lo estaba, como siempre, pero esta vez un poco menos, ya estaba más acostumbrado y sabía que me iba a tocar a mí tomar la iniciativa pues el chaval, de unos 24, estaba bastante paradillo y yo, por primera vez, jugaba en casa.

Había preparado la habitación de uno de mis compañeros para la ocasión, ya que me parecía demasiado follarmelo en la misma cama en la que me follaba a mi novia...

Le hice pasar al cuarto, preparado ya con unos vídeos porno muy calientes... Le empujé sobre la cama para que callera sentado, me senté a su lado para ver con él el primer vídeo. Era un vídeo de corridas en la boca, una de las cosas que más me ponen, así que en menos de un minuto estaba totalmente empalmado y deseando desnudar a mi nuevo "amiguito". Él se tocaba tímidamente, y me hacía algunas preguntas, como para ir cogiendo confianza. Dejé su última pregunta en el aire mientras le sacaba los pantalones junto con los calzoncillos, todo de una vez, al tiempo que me metia su polla en la boca sin haberla ni mirado antes apenas, a lo cual exclamó que daba gusto ir al grano de esta manera! jaja Empezó a desinhibirse un poco y a presionar mi cabeza para que me la tragara entera. Unos minutos de garganta profunda más tarde, me quité la ropa y me coloqué en 69 para que el me la comiera a mí tambien, cosa que parece que le costó un poco, por lo visto no le gustaba mucho mamar... Ningún problema para mí... Seguí mamando su rabo un poco más, hasta que empecé a notar su líquido preseminal y paré de repente por si acaso, no quería que se corriera tan pronto y sin haberme follado el culo.

Me coloqué bajo él, boca arriba en la cama y le di un condón mientras con la otra mano, untaba mi culito de vaselina. Cuando estuvimos preparados, se colocó sobre mí y me metió todo su rabo de repente. Unos 16 centímetros, que entraron perfectamente en mi culo totalmente dilatado. Le dije que no se cortara, me daban igual los vecinos y no había nadie en la casa, así que yo gemí todo lo que el cuerpo me pedía y él, cada vez más cachondo, me embestía con brutalidad hasta hacer chocar sus huevos contra mis nalgas... El cabecero de la cama sufrió más que yo las embestidas, pues golpeaba contra la pared con cada una de ellas...

De repente sentí la necesidad de tomar el control y le empujé hacia atrás, saltando encima suya, cogí su polla y la introduje en mi culo de nuevo. Cabalgué sobre él hasta que noté que no aguantaba más, se iba a correr, y el hecho de saberlo hizo que me pusiera lo suficientemente cachondo para correrme yo tambien, inundando su pecho y su cara con los chorros disparados a toda presión de semen.

Estuvimos tumbados todavía uno dentro del otro hasta que se bajó su erección y salió por sí sola de mi culo, dejando el condón repleto de semen aún dentro, asomando por la entrada... Para entonces mi polla pedía guerra de nuevo...

Decidí llevar a mi invitado, aún extasiado a la ducha, a ver si colaba al menos una pajilla más, y bajo el chorro de agua caliente pareció excitarse de nuevo... Siiiii!!!! ;P

Se colocó detrás mía y yo exageré mis "agachadas" cuando fui a coger el jabón, poniéndo mi agujerito totalmente a su merced, con lo que al final dejó de reprimirse y de repente me penetró sin condón ni nada, lubricado por el jabón de la ducha. Me puso muy MUY cachondo que hubiera tomado la iniciativa de esa manera!! Al poco tiempo le noté acelerar y, aunque me costó renunciar a sentir ese pollón un ratito más en mi culo, decidí darme la vuelta y agacharme para probar su semen en mi boca. Aclaré su polla, aún enjabonada y la froté fuerte con mi mano, metiéndome la punta en mi boca y empecé a esperar la salida de mi preciado líquido pasando la punta de mi lengua por el agujerito de salida, para sentir desde el primer al último chorro... Fue la primera vez que me supo dulce una corrida y me encantó, aunque más tarde me arrepentí un poco del peligroso arrebato de lujuria... pero en el momento lo disfruté como nada...

Él, agradecido con el gesto, se bajó a mamar mi polla también, hasta saborear mi semen, un gran gesto por su parte, ya que no  parecía sentir la misma devoción que yo por el preciado líquido, ni por la mamada en sí... Suerte tuvo de que ya me había corrido antes, si no, la mitad se lo habría tragado de la presión del chorro...

Se vistió y nos despedimos sin más. Le acompañé totalmente desnudo hasta la salida de mi piso y no nos volvimos a ver... Por lo visto él también tenía novia! Y aquella era mi última noche viviendo en Madrid...

(9,80)