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Atender así a clientes tan interesados, fue hermoso
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Tiempo de lectura: 8 minutos

Temprano como cada día, la casa es un revuelo, algunos aún dormidos, otros que vuelven de sus ejercicios matinales y yo anticipada ya depilada, bañada y pronta, preparo el desayuno para todos.

Mi marido Pedro que llega de correr sus 8 km diarios y de hacer sus ejercicios en nuestra sala de gimnasio, se detiene a comerse un gran tazón lleno de cereales y sus huevos revueltos.

Virginia mi hija menor, que está en su último del secundario, se levanta dormida en pijama siempre, se toma un jugo de naranja y dos tostadas saluda a su padre, discute con él por alguna pavada y vuelve a su dormitorio para peinarse con la planchita, maquillarse y vestirse de uniforme para quedar pronta para que la lleve al cole.

Alborotados, comiéndose todo a su paso y prendidos desde temprano a sus celulares mi hijo Iván de 22 años y Lucas mi sobrino de su misma edad, que se está quedando en casa hasta que mi hermana terminé la remodelación de la suya. Ellos están en el universitario, Iván estudia psicología y Lucas magisterio, pero en las noches trabajan en la atención de las mesas, en un espacio de comida gourmet de Claudio hermano de mi esposo.

Ese viernes, que hoy les cuento, empezó como siempre los varones de la casa salieron directo luego del desayuno, Iván en su bicicleta eléctrica rumbo a la universidad y a Lucas se fue en el auto con Pedro para quede camino a la empresa lo deja en la parada del bus.

Yo ordené un poco el comedor pero no mucho, porque recibí a Ángela que se encarga de la limpieza en casa, ella está cubriendo desde hace un mes a Irina que está de licencia maternal, le di las instrucciones y marché con Virginia para llevarla al cole y seguir a mi oficina inmobiliaria.

Todo parecía normal en la oficina, yo atendiendo llamadas, respondiendo mails toda la mañana además recibí a una pareja que vino a firmar su alquiler, luego llegó Sabrina de mostrar una casa a un cliente y llegando el medio día recibo una llamada que me cambiaría mi día.

Era Antonio, que con una vos gruesa y un tanto ruda, que desde el inicio me despertó curiosidad e imaginándomelo bien polentoso, me pidió coordinar para ver uno de los tophouse que tengo en alquiler con vista al mar y piscina, fijamos para las 14 horas en la puerta del edificio.

Como es nuestra propiedad estrella, además que me dio curiosidad aquel hombre, decidí ir yo y pedí a Sabrina, mi vendedora, que en esta oportunidad me cubriera. Ella insistió que el cliente venia por un referido de ella y que le correspondía ir, quizás en un día normal si pero yo soy la dueña y sentencie que yo iría.

Llamé a mi esposo y le cancele nuestro almuerzo juntos, estaba con ropa muy casual por lo que decidí ir por casa para cambiarme, ya que Antonio dijo que era él representante de una empresa internacional y quise ponerme a tono.

Llegó a casa, ingreso por el subsuelo del garaje y cuando me aproximo a la sala ahí estaba Ángela gimiendo en 4 patas sobre el sofá con su uniforme recogido a su cintura y Lucas penetrándola con intensidad, con sus manos sujetándose sus grandes nalgas.

Dude si interrumpir o no, y opte por dejarlos continuar, son jóvenes y la que no debía estar a esa hora en casa era yo, además prefiero que sea mi sobrino y no mi esposo quién se tire a la doméstica.

Me quede observándolos, ellos estaban muy compenetrados, el golpeteo rítmico de cada embestida "paf… paf… paf" me empezó a excitar, además de ver como mi sobrino le estaba poniéndole todo dentro como una verdadera máquina.

De repente se detuvieron y pensé que me habían visto, pero cambiaron de posición, Lucas se sentó en el sofá, ella de frente a él, le escupió su verga para luego meterla toda hasta las bolas en su culo, y empezó a cabalgarlo, desde mi lugar veía la espalda de Ángela y su cola con el tatuaje del conejito en su nalga derecha comiéndose todo el miembro de Lucas.

Fue así que me encontré, tocándome viéndolos y me dio vergüenza, mire el reloj y subí a mi habitación. Mi bombacha estaba húmeda me la cambie y me puse en vestido de encaje corto y escotado para destacar mis 110 de pechos, regalo de mi esposo para mis 40 hace 3 años. Estar linda es importante y en la oficina lo sabemos, cuando el cliente es un hombre hay que estar sexy y sugerente, ya que suele ser sinónimo de una venta o contrato de alquiler, en eso Sabrina tiene el 95% de efectividad, incluso dice cuando no le sale un negocio es que seguro el hombre era gay.

Tan rápido me vestí que no me puse soutien y descubrí al maquillarme que mis pezones se me marcaban en el vestido, terminé y baje, ellos continuaban en la sala, por dios!! con las piernas en sus hombros, Ángela seguía disfrutando de mi sobrino.

Cuando arribo al edificio en la puerta dos hombres, altos bien formados y no más de 30 años, me anuncio y con su respuesta reconocí su vos. Por dios!!! No sé si había quedado excitada de más, pero lo primero que hice fue pensar cómo serían de grandes los penes de aquellos muchachos, ya que ambos se les marcaba notoriamente el bulto en su pantalones.

Les muestro todo el apartamento, ellos trabajan para una empresa internacional de marketing y uno de los ejecutivos regionales, vendría a vivir dos años acá por lo que pensaban alquilar, les mostré las habitaciones todas amuebladas y parecían convencidos. Pero algo me descolocó, note que el muchacho de piel morena, que toda la recorrida me miro los pechos, tenía una semi erección, entonces le pregunté "tiene alguna duda? gustarían ver algo más?" y lo miro a los ojos para concentrarme en no mirarle la entre pierna.

"Si, quien nos recomendó su inmobiliaria dijo que Ud., tiene una atención especial si el cliente concretaba en el momento" me avanzó y acarició su entrepierna.

Sorprendida aunque ya con calor "Creo que hay una confusión, nosotros somos profesionales".

"Puede ser que haya una confusión porque nos dijeron que la vendedora era peticita y juguetona, pero Ud. es alta y seria. Pero eso a mí me gusta más, y quiero ver lo profesional que es" tomó mi mano y la llevó a su paquete, desde ese momento no lo pude soltar estaba grande y se sentía ya un tan duro.

El de la voz profunda, Antonio se me coloco detrás y al oído dijo "tranquila, solo vamos a pasarla bien, el negocio está hecho", eso me fue suficiente para pegar mi cola a su pelvis, y el moreno frente a mí comenzar a tocar mis pechos mis pezones erizados se marcaban en mi vestido.

Antonio tras de mí se le sentía muy rico y con sus manos suavemente recogió mi vestido, haciéndole caricias a mis piernas, para dejarlo enrollado a mi cintura, se agachó y comenzó a besar mis nalgas divinamente mientras, el moreno comía mis pechos, los que solo liberó retirando los sujetadores.

Me sentía una diosa con mis sirvientes aprovechándose de mí y yo dejándolos que conmigo y mi cuerpo hagan lo que quieran. Le pedí que retirara su remera, por dios!!! Era del sueño todo marcado, abdominales perfectos todo joven, magro, mientras Antonio seguía jugando con mi cola y comenzaba con sus dientes a quitar mi bombacha.

Con mis manos recorrí sus abdominales y entre en su pantalón, me inclino para bajarlos y descubrir cómo ese slip soportaba como toda esa carne que latía por salir, Antonio aprovechó mi inclinación para comenzar a sobar mi vagina al tiempo que abría mis nalgas con sus besos.

Le tome su miembro y comencé a jalárselo, mientras él se movía para dejar que su pantalón y slip terminarán de caer al suelo y quedar completamente desnudo ante mí. A esa altura ya la lengua de Antonio comenzaba a alimentarse de mis fluidos, me estaba comenzando a mojar.

La carne la quería en mi boca y terminé de agacharme frente a él y sin parar de jalárselo, con mi lengua comencé a lubricar y lamer la cabeza de su hermoso pene negro de cabeza rosada. Al lado Antonio, ya estaba parado y desvestido, puso su miembro con una erección muy alta y dura, para que también lo atendiera. Estaba a dos vergas y alucinada tener a esos chicos excitados por mi dejándome sus más preciados tesoros para que los disfrute con mi boca.

No podía soltarle aquel pene, estaba mojada como hacía tiempo, si bien mi esposo me da buen sexo, la excitación y la vibra que tenía era única. Antonio siempre muy gentil hasta en ese momento me llevó hasta el sofá de la sala; él se sentó abrió sus piernas y me pidió que continuará chupándole. Inclinada en casi cuatro patas el moreno se rodillo tras de mi coloco su protección y se dispuso a penetrarme.

Me la puso sin más y tomando de mis nalgas me embestía con profundidad y fuerza, Antonio sostenía mi cabeza y gozaba de mi atención y decía "eres una profesional estás haciendo un muy buen trabajo continúa chupándola, vamos"

El moreno se venía y más fuerte me daba y sentía que iba a estallar solté de mi boca el pene de Antonio y mirándolo a los ojos apoyada con mis antebrazos en sus piernas le di todo mi cuerpo a aquel moreno y su verga, en esa posición de perrita empecé a sentir ganas de que me penetrara por el culo. Pero no hubo más tiempo aquella máquina de sexo estaba pronta para liberar su producción me cacheteo las nalgas y dijo "te gusta la leche ven date vuelta" salió de mí se paró quitando su protección y en ese instante llegue en parte con mi boca y mi mejilla a recibir su semen, con su mano exprimió su pene hasta dejar su última en mi boca sobre lengua y tragármele toda su producción.

Yo seguía con ganas, Antonio que se había mantenido masturbándose la erección dijo: "es mi turno, ven súbete" pidiendo que le montará.

"mejor apronta eso que me voy a sentar en tu rabo" y le di los preservativos que dejó sueltos el moreno, cuando estuvo pronto de espalda fui sentándome y llenando mi vagina con su verga y me lo cogí todo mientras él me sostenía del pelo, era delicioso estaba fuera de mi dándole todos mis fluidos y llenándome de orgasmos, pero el celular no paraba de sonar.

El moreno que con su mano se jalaba para volver a su plena erección no revistió más el ruido del celular, lo tomo y dijo: "dice Vir hija" y ahí recordé que debía llevarla al profe de guitarra a las 15. Deteniéndome dije "debo atenderla".

Antonio me contuvo diciéndome "esto es una reunión de trabajo, no creo que puedas" y continuo penetrando sin dejar que me saliera de él.

"Si es tan importante toma habla" y el moreno me enciende el celular y lo pone en mi cara

"hola amor estoy ocupada que pasa?" contesté tratando de contener mi agitación y con mi vagina llena de Antonio que me subía y bajaba en su verga

"Disculpa no puedo llevarte" y se me escapan exclamaciones

"No, no pasa nada, estoy agitada bajando las escaleras" casi sin aire "beso" corte.

Al cortar Antonio me saca su pene y cambia para mí cola la que venía dilatando con su dedo y me siento desgarrar de dolor pero placer, ya tan lubricado de fluidos su pene que mi culo solo gozo y yo gritaba de placer el manejaba mi cuerpo y yo sólo disfrutaba.

Llega el moreno con su pijon pronto y pone sus dedos en mi vagina, yo seguía de espaldas sobre Antonio que me recuesta sobre él y deja que el moreno se acomodé, y lentamente me comienza a introducir su miembro ya erecto. Yo nunca había vivido y sentido algo así estaba totalmente llena con dos jóvenes sobre mi, tenía una verga negra en mi vagina y otra en mi cola, no pudimos seguir así por mucho, era muy incómodo me sentía asfixiada.

El moreno se tuvo que reincorporar, cuando Antonio se alzó y como fuera de si, me levantó del sillón, el también, me inclino levemente sin más de parado continuo dándome por la cola con todo su fuerza, yo era una muñeca de trapo encallada, se puso rudo y sin piedad se apoderó de mí, para estallar saco y quitó la protección para llenar mi espalda con toda su producción láctea.

Mis piernas temblaban, ya no podía más, estaba con la cola hecha una flor y el moreno me tiró en el sofá levantó mi pierna y me puso el suyo pero sin protección en mi cola, me sometió a su antojo y cuando lo entendió suficiente me estalló dentro para dejarme hecha un trapo toda sucia y babeando leche por mi cola.

Los chicos se empezaron a vestir y yo tirada satisfecha, dolorida me quedé recostada en el sillón. "Nosotros estamos prontos, nuestro escribano se comunicará con tu oficina, fuiste muy profesional, tu limpias verdad?".

Casi sin aliento conteste "Si, gracias a sido más que un placer, chicos".

"Tranquila no agradezcas, que las putas no lo hacen, hora báñate y nos vemos la próxima vez que necesitemos algún inmueble" dijo con su vos ruda Antonio.

Y así se fueron, me quedé 20 minutos descansando y alucinando con lo vivido, pensando que solo supe el nombre de uno de ellos, y atando cabos entendí qué tipo de atención especial que aplica Sabrina.

Llegue a casa, me esperaba Ángela pronta para irse, la miré y pregunte "Como estuvo el día?".

Muy sonriente contestó "todo bien, pero no puede limpiar el horno, es que se me fue el tiempo los vidrios estaban muy sucios y costo limpiarlos".

Le respondí asintiendo "Ok, si veo que los ventanales están muy limpios y la sala muy ordenada, cambiaste los cubre sillones?".

Tranquilamente me respondió "Si, me pareció que era mejor lavarlos y poner estos rojos que siempre le gustaron".

"Está bien, que tengas lindo fin de semana y disfrutes con tu esposo y las mellis" me despedí.

"Gracias señora, si hoy es su cumple, me voy que tengo que pasar a buscar un regalito para él" tomando su cartera se abrió la puerta para salir.

"Que le guste el regalo y suerte".

Se fue, cerré la puerta y directo a ducharme y acostarme un rato, rato que se convirtió en tres horas, y se interrumpió cuando Pedro llegó como cada viernes tarde de trabajar cerca de las 19.30.

"Vamos mujer, que haces ahí durmiendo? Dale conseguí las entradas para el teatro"

"Si perdón me quedé dormida, es que hoy tuve mucho trabajo" y le bese.

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