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Todo en familia (5ª parte de 8)

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Tras haber domesticado al servicio tuve un periodo de tranquilidad en materia de sexo, follaba con toda mi familia, con el servicio y esporádicamente con Ana, Victoria y Óscar, de quien ya os he hablado. Con tanta gente para mantener relaciones sexuales no necesitaba nada mas y lo ultimo que estaba en mi lista de objetivos era buscarme un novio, pues bastante tenia con estudiar y clamar mis ardores sexuales con toda esta gente. Sin embargo mis amigas no estaban en una situación como la mía y todas se habían ido buscando novio, de modo que del grupo de chicas con las que salia los fines de semana solo estábamos sin compromiso, Sonia y yo. Sonia en aquel entonces no era mas que una conocida, amiga de una compañera de clase, pero como era la única que no tenia novio comenzamos a salir los fines de semana juntas.

La chica no era una belleza, al menos no de una manera aparente, pero al menos si que tenía una gran simpatía e inteligencia, lo cual una vez conoces a Sonia te permitía olvidar sus otros defectos. Al fijarme un poco me di cuenta de que la mayor parte de la falta de atractivo físico se debía a su falta de criterio a la hora de elegir su indumentaria y su forma de arreglarse. Sonia es una chica corpulenta, al fin y al cabo mide casi 1.85 metros, y toda su familia es de complexión fuerte, pero sus facciones son atractivas, lo único que pasaba era que había dejado un poco de lado el cuidado corporal, por lo que había añadido algunos kilos de mas y por otro lado su indumentaria solía realzar esa imperfección, pareciendo siempre mas gorda de lo que estaba. Al intimar me atreví a ir influyendo en su forma de vestir de manera que usase prendas mas favorecedoras y conseguí que se apuntase a un gimnasio conmigo, gracias a lo cual perdió bastante peso, y si bien no llegó a convertirse en una sílfide, al menos tenia mejor figura que antes.

Con todo esta atención que dispensaba a Sonia no pretendía nada mas alla de la satisfacción de transformar al patito feo, sino en un cisne al menos si en un pato guapo. Sonia agradecía mi ayuda y muy pronto estrechamos mucho nuestra amistad lo que nos permitió a cada una de nosotras adentrarnos mas en la vida de la otra. Sonia es muy abierta y me contó toda su vida, sus secretos y su escasa vida sexual, pues tan solo lo había hecho un par de veces, dandome a entender que estaba muy necesitada de sexo. Yo por mi parte también le conté mucho sobre mi, pero omití cualquier referencia de mis experiencias sexuales en familia, aunque si le revele mi interés por el sexo. Sonia parecía estar cercana a mi onda por mas que no tuviese experiencia y eso me hizo pensar que sería divertido iniciarla en materia sexual como ya había hecho antes en el mundo de la moda. Sin embargo, esto no podía ser tan fácil como lo anterior y debía tener mucho tacto, pues no quería asustarla. Sonia parecía abierta en materia sexual, al menos a la luz de sus comentarios cuando salíamos de marcha por la noche, pero su falta de experiencia parecía indicar que tan solo se trataba de palabrería, de manera que no sabia como actuar.

No fue hasta algún tiempo después que pude lanzarme a la captura de mi nueva presa. Un viernes por la noche llegue a su casa con intención de que saliésemos a tomar unos tragos. Sonia vive sola en el piso que sus padres tienen en la capital, pues su familia es de un pueblo a unos 50 Km de la ciudad. Y allí llegue yo justo después de que ella llegase de un trabajito que le había salido.

Sonia estudia Ingeniería en Imagen y Sonido en la Universidad y gracias a eso ocasionalmente trabaja como camara o montadora de imagen en documentales, cortometrajes y alguna pequeña película, y justamente llegaba a casa después de haber pasado la tarde con la camara al hombro. Yo llegue allí inmediatamente después de ella, y mientras guardaba el material de trabajo yo le dije que saliésemos a dar una vuelta. Ella aceptó pero me dijo que tendría que ducharse y arreglarse, a lo que yo replique que no me importaba esperar.

Mientras ella se duchaba yo me dedique a curiosear por el salón. Era la primera vez que me quedaba allí sola y me puse a mirar que había guardado dentro del gran mueble sobre el que estaba la televisión. En la parte inferior había guardado un equipo de video profesional y también un equipo de DVD y de montaje de imágenes que debía ser muy caro, todo lo cual estaba conectado al ordenador que reposaba en la otra esquina del salón. En otro de los apartados del mueble era donde guardaba un par de cámaras, una de video Betacam y otra digital. Todo aquel equipo me tenia impresionada porque todo era muy caro y en absoluto imprescindible para sus clases, pero estaba claro que el alto nivel económico de sus padres le había permitido tener toda aquella parafernalia técnica. Entonces abrí otro de los departamentos del mueble, que era donde guardaba las cintas de sus ejercicios para sus clases y copias de sus trabajos. Todas las cintas estaban cuidadosamente almacenadas y etiquetadas con nombres explicativos de su contenido, salvo tres que estaban medio ocultas y en las cuales tan solo había escritos unos números en sus etiquetas. Estas ultimas cintas llamaron mi atención y cogí una de ellas. Ni corta ni perezosa y mientras Sonia se lavaba la cabeza mientras se duchaba, la introduje en el video y pulse el botón de reproducción del artefacto. Pronto comenzó a aparecer en la pantalla el contenido de la cinta.

Al principio tan solo salían los nombres de los intervientes en ella así como los del equipo técnico que había hecho la grabación, entre ellos el de Sonia, para pasar inmediatamente a una imagen del interior de una habitación donde dos jovencitos de 18 años estaban sentados sobre la cama. Sin perder un momento los chicos comenzaron a desnudarse mutuamente para luego pasar a besarse apasionadamente, enlazando sus lenguas e intercambiando saliva. La vista del cuerpo carente de vello de los dos efebos empezó a calentarme, sobre todo cuando comenzaron a acariciarse tímidamente para pasar a masturbarse mutuamente. La visión de aquellas dos pollas carentes de pelo siendo agitadas ritmicamente me puso a 1000 por hora, de manera que metí mi mano entre las piernas y aumenté la vibración del consolador que me había metido en el coño al salir. Pronto uno de los chicos comenzó a lamer la polla a su compañero quien se deshacía en gemidos de placer, que yo apenas oía porque el volumen de la televisión estaba muy bajo. Sin solución de continuidad el chico que estaba recibiendo la felación colocó a su compañero de manera que el también pudiese chupar y así se enzarzaron en un 69 voraz en el que los dos jóvenes engullían la polla de su compañero con fruición.

De repente pude oír que Sonia salia del cuarto de baño de manera que pare la reproducción de la película y la rebobiné. En ese momento me hizo gracia que por tercera vez en menos de un año una cinta de video estaba de por medio en mis aventuras sexuales. Deje aquella cinta en su sitio y cogí otra de las cintas de etiqueta extraña para ver su contenido. Nuevamente se trataba de una película en la que había intervenido como camara y montadora de la imagen Sonia, y también era de temática homosexual solo que esta vez los protagonistas no eran jovencitos de dieciocho años, sino tío realmente musculosos y cachas. Como ya me imaginaba el tenor de esta otra película apenas vi nada de ella. En lugar de eso cogí otra de las cintas con la esperanza de ver algo mas interesante para mis propósitos. Esta vez la cinta resulto mas interesante, pues no hubo títulos de crédito sino que comenzó directamente la filmación y esta vez se trataba de Sonia. Había puesto la camara en su habitación sobre un trípode, frente a su cama. Cuando apareció en la imagen mi amiga comenzó a desvestirse como si estuviese haciendo un striptease, y para no ser una profesional lo hacia bastante bien. Poco a poco fue dejando sin ropa su rotunda anatomía, mostrando a la camara sus descomunales tetas con unos enormes pezones erectos y luego el resto de su cuerpo. Aquella filmación no tenia mucho tiempo, pues Sonia estaba muy en forma en las imágenes, lo cual era el resultado del intenso trabajo en el gimnasio.

Una vez desnuda se tumbó sobre la cama y cogió un plátano realmente grueso y comenzó a jugar con el. Primero sin pelar lo chupó a fondo como si fuese el pene de un amante, engullendolo casi totalmente. Cuando estuvo bien ensalivado comenzó a introducirlo lentamente en su vulva, disfrutando cada milímetro que entraba en su peludo coño, mientras se frotaba el clítoris con gran intensidad. Se penetró con el plátano sin pelar durante un buen rato y luego lo peló y tras lamerlo nuevamente se lo volvió a meter, pasando a comerselo muy lentamente una vez la banana estuvo bien húmeda por sus jugos.

En esas estaba la grabación cuando de repente apareció Sonia lista para salir. No me había dado cuenta al estar absorta viendo la película y la aparición de Sonia me sorprendió.

- Lo siento - balbucee mientras paraba la cinta - Yo, ... Bueno ...

Sonia estaba también atónita al ver que había descubierto su secreto. Sacó la cinta del video y la volvió a colocar en su sitio. Yo esperaba que se cabrease por haber husmeado en sus cosas sin su permiso, pero eso no pasó. Estaba tan sorprendida como yo pero por motivos distintos, y tan solo acertó a decir que saliésemos ya. Una vez en el coche permanecimos las dos en silencio un buen rato. El silencio era muy incomodo y yo decidí romper el hielo y abordar el asunto directamente.

- ¿Y como es que has trabajado como camara en películas de porno gay?.

Sonia me miro sorprendida, pero respondió explicandome que todo se debía a un anuncio que había visto en el periódico, aunque en el mismo no decían de que tipo de películas se trataba. Al responder a dicho anuncio le habían contado de que iba la cosa y como no le importaba que se tratase de ese tipo de películas había decidido seguir adelante con la solicitud de trabajo y al final la habían aceptado. Y como pagaban bastante bien había seguido trabajando como camara en mas películas.

- Vaya. ¿Y en cuantas has trabajado?. Porque en tu casa solo tienes dos.

- Hasta ahora ocho, aunque para la próxima semana tengo otro rodaje.

- ¿Y la otra cinta? - pregunté yo ya lanzada - ¿Por que te filmaste?.

- No lo se, la verdad - respondió tras meditar un momento - Se me ocurrió que seria divertido.

- La verdad es que me ha gustado verte hacer eso - le replique yo.

- ¿En serio? - preguntó Sonia con cara de satisfacción.

- Si, me ha puesto a mil ver como te masturbabas con ese gran plátano, pero yo te recomendaría un buen vibrador.

- ¿Tu tienes alguno? - volvió a preguntar Sonia.

- Si, varios. Si quieres te acompaño mañana a comprar uno - respondí yo.

- No se, tengo que pensarlo.

Toda la noche la pasamos bebiendo y hablando de sexo. Sonia se destapó totalmente y resultó que estaba realmente cachonda y falta de sexo. Si por ella fuese se hubiese hecho follar por todos los tíos con los que se cruzase, pero por una parte su educación y por otra el hecho de que no era una belleza escultural no le daban esa opción. Yo por mi parte le conté solo parte de mis correrías sexuales, y le dije que me acostaba con mi mayordomo Stephan y también con mi prima, pues Sonia no sabia entonces que es un chico, Akiko. Sonia se quedó alucinada y luego me confesó que envidiaba mi situación. Toda aquella charla de tema sexual decidió a Sonia para que a la mañana siguiente fuésemos a un sex-shop para que se comprase un vibrador.

Aquella mañana fuimos las dos al mayor sex-shop de la ciudad, donde yo había ido numerosas veces a comprar sus productos. Sonia estaba alucinada ante la gran cantidad de productos que había. Estuvimos un buen rato decidiendo que juguetes se iba a comprar y al final salio de allí con un surtido de consoladores con y sin vibración, bolas chinas, estimuladores de clítoris y otros artículos que era de impresión. Yo por mi parte adquirí varios DVD para aumentar la colección familiar de películas porno.

Tras las compras fuimos a un restaurante italiano donde degustamos una opípara comida, regada con una buena cantidad de vino. De hecho bebimos tanto que cuando salimos del restaurante estábamos bastante borrachas, aunque era Sonia la mas ebria de las dos. Tras tomar un café para serenarnos un poco era hora de volver a casa. Fue en ese momento cuando Sonia me preguntó: - ¿Quieres venir a casa para verme probar mis compras?.

Yo me quedé sorprendida pues no esperaba esta pregunta por parte de Sonia, pero en seguida reaccioné y respondí: - Si tu quieres iré encantada, pero solo si me dejas jugar a mi también.

Sonia dudó un momento pues le costaba aceptar mi ofrecimiento no solo de mirar sino también de follar con ella, pero en seguida se decidió movida por la cachondez que ardía en su interior y me dijo: - Claro que quiero. Siempre me he preguntado como seria hacerlo con una chica y creo que tu eres la mejor chica con quien averiguarlo.

En un santiamén nos plantamos en casa de Sonia. Nada mas entrar en el vestíbulo del edificio comenzamos a besarnos en la boca y a acariciar nuestros cuerpos por encima de la ropa. Entramos en el ascensor atropelladamente, y una vez dentro yo le saque un pecho a Sonia de la blusa mientras ella pulsaba el botón. Me dedique a lamer aquel colosal pecho (Sonia tiene una medida de pecho de 110), y a mordisquear su enorme y duro pezón. Sonia gemía de placer y me pedia que le mordiese con las fuerza. Yo seguía lamiendo aquella gloriosa ubre cuando el elevador se detuvo y súbitamente alguien abrió la puerta. Se trataba de Martín, el vecino del piso contiguo al de Sonia, un tipo de treinta años, casado y realmente macizo. El hombre se quedo mirando como yo lamia a Sonia quien gimoteaba de placer pero a la vez trataba de cubrirse. Yo me di cuenta de que no estábamos solas y giré la cabeza para ver de quien se trataba. Al ver que era Martín con un rápido movimiento dejé al descubierto los dos pechos de Sonia y los agarré apretandolos sin que Sonia pudiese hacer nada para impedirlo.

-¿ Te gustan las tetas descomunales de tu vecina? - pregunté a Martín descaradamente.

- Ya lo creo - respondió con una mirada lujuriosa - Ya me gustaría unirme a vuestra fiestecita, pero soy un hombre con responsabilidades.

- Olvidate de ellas un rato y pasate luego por mi casa - dijo Sonia resueltamente - Me gustaría que me follases.

Martín estaba alucinando. Por un momento dudó entre la fidelidad a su atractiva esposa o follar con dos chicas de veinte años y al final se decidió por lo ultimo diciendonos: - Si, lo haré. Dentro de un rato me pasaré por tu casa.

Nosotras entramos a trompicones en casa de Sonia y nada mas entrar Sonia me arrancó la ropa de un tirón. Dejó mi blusa y mi falda totalmente destrozada, quedandome yo en ropa interior. Sonia se arrodilló delante de mi mirando con mucho interés mi entrepierna totalmente depilada, y las bragas con abertura central que vestía. Estaba extasiada al ver como llevaba insertado dentro de mi coño un vibrador que con un débil y casi imperceptible zumbido indicaba que estaba en marcha. Sonia se puso en pie y nos besamos enroscando nuestras lenguas, explorando nuestras bocas. Tras aquel intenso beso, desnudé a Sonia y fuimos a su habitación con la bolsa de las compras. Sonia se tumbó en la cama boca arriba y así pude apreciar su potente anatomía. Sonia aunque corpulenta ya no tenía un gramo de grasa, antes bien sus músculos comenzaban a estar bastante desarrollados. Me encontraba ante una autentica amazona con un pecho descomunal que hacia juego con sus voluminosos labios vaginales. Solo me disgustaba que tenia una abundante mata de pelo rematando su vulva, pero eso lo solucionaría en un instante.

Cogí los dos juegos de esposas que había comprado y con ellas inmovilicé sus brazos al esposar cada mano a una de las dos esquinas superiores del lecho. Entonces cogí una sabana y la rasgué con las consiguientes protestas de Sonia. Dos de los trozos los usé para inmovilizarle las piernas atandoselas a las esquinas inferiores de la cama, mientras que otros dos trozos los utilice para amordazar y vendar los ojos a mi amiga. Una vez de aquella guisa esperé un rato antes de dar el siguiente paso. Cuando Sonia comenzó a moverse inquieta fui al cuarto de baño esperando encontrar algo para depilarla y así fue. Cogí un bote de alcohol de 96º y un trozo de algodón y con ellos fui hasta la cama de Sonia. Empapé el algodón de alcohol y se lo puse debajo de la nariz a Sonia. Esta no sabia que estaba pasando y se debatía mas violentamente pero era inútil. Pase varias veces el algodón sobre su vello púbico y encendí una cerilla. Al oír el sonido del encendido Sonia se dio cuenta de lo que iba a pasar pero aunque lucho nuevamente por liberarse no pudo. Acerqué la cerilla al pubis de Sonia y todo el vello desapareció en una súbita y pequeña llamarada que se desvaneció de inmediato. Ya estaba depilada Sonia y con tal destreza que la piel estaba incólume. Entonces quité la venda y la mordaza a Sonia.

- Hija de puta me has quemado - gritó Sonia.

- Calla - le dije a la vez que le daba un cachete en el muslo - Solo te he depilado, mirate y veras.

Al fijarse en su entrepierna y ver que tenía la piel perfectamente y notar que no le dolía se tranquilizó. Entonces me coloqué entre sus piernas y comencé a lamer su dulce coño. Recorría los pliegues de sus labios vaginales con mi lengua, los separaba profundizando dentro de su vulva para luego juguetear y lamer su prominente clítoris. Estuve así diez minutos arrancando a Sonia un par de orgasmos que me proporcionaron una abundante ración de oloroso y sabroso flujo femenino.

En aquel momento decidí soltar a Sonia. Una vez libre Sonia se lanzó sobre mi para volver a besarme en la boca y así saborear sus propios flujos. Cuando sació su sed las dos nos volvimos para coger otros juguetes de la bolsa. Yo cogí unas bolas chinas mientras que Sonia cogía un grueso consolador de látex negro. Puestas en posición para hacer un sesenta y nueve yo comencé a introducir una a una las gruesas bolas en el coño de Sonia. Era dificultoso porque las bolas eran muy gruesas y Sonia no estaba acostumbrada a dilatar tanto la entrada de su vagina, aunque poco a poco fueron entrando. Ademas Sonia me había metido el consolador que tenia en sus manos hasta el fondo de mi útero, mientras a la vez me lamia solícitamente el clítoris lo que me proporcionaba oleadas de placer que me hacían difícil coordinar mis movimientos. Aun así iba metiendo y sacando las bolas, unas veces rápidamente y otras mas despacio mientras lamia el rezumante coño de mi amiga.

Tras un buen rato de estar jugando así y lograr varias abundantes corridas mutuas, decidí que era el momento de cambiar de postura. Tumbé boca abajo a Sonia y volví a inmovilizarla como cuando la depilé. Cogí una almohada y la coloqué debajo de su vientre para que su culo se alzase un poco. Así con el culo levantado y las piernas abiertas la vista era estupenda. Me lancé a saborear su ojete virgen. Lo lamí de arriba abajo, deleitandome en el canal de los gluteos para luego ir penetrando dentro del agujero negro con mi lengua. Aunque fue difícil logre meter mi lengua dentro de tan angosto túnel e ir adentrandome en él hasta que ya no pude mas. Moví mi lengua en su interior lamiendo totalmente las paredes de su recto, degustando el sabor del interior de mi amiga y logrando extraer algunos restos de sus heces que degusté sin dudar. Todo aquel tratamiento estaba volviendo loca a Sonia que se había corrido con tal intensidad que parecía que se acababa de orinar. Entonces cogí el vibrador mas grande de todos los que habíamos comprado, el cual ademas tenía arnés y otro vibrador para que lo usase quien llevase el arnés. Me metí mi vibrador y me ajusté el arnés fuertemente para asegurarme una buena sujeción. Abrí las nalgas de Sonia separandolas todo lo que me fue posible y coloqué la punta del dildo en el ojete de Sonia. Esta notó que se trataba de un vibrador realmente grueso y entonces me dijo: - Ponme el bozal y revientame el culo.

Yo así lo hice, saqué de la bola una mordaza de bola y se la puse en la boca a Sonia. Una vez amordazada volví a apuntar el consolador a su ano y apreté con fuerza. Apenas entró un poco el extremo del vibrador, pero Sonia cerró los ojos de dolor y lanzó un aullido que fue ahogado por la mordaza. Sin darle tregua di un nuevo empujón mas fuerte que el anterior y logré meter el vibrador de 22 centímetros de largo y 8 de diámetro hasta su base. Sonia dio un nuevo alarido y aquel sonido gutural llenó la habitación. Gruesas lagrimas resbalaban por las mejillas de Sonia, aunque en su boca, a pesar de la mordaza se dibujaba una sonrisa, así que decidí quitarsela.

- Vamos, Sabrina - me animó Sonia - Rompeme el esfínter.

Yo comencé a bombear con fuerza, sintiendo como mi vibrador entraba dentro de mi, abriendo cada vez mas el ano de Sonia. Después de un rato de follar así el culo de mi amiga saqué por completo el vibrador, dejando a la vista un precioso cráter rojizo en el centro del culo de mi amiga, salpicado por restos de su mierda y cubierto de su propia sangre. En aquel momento llamaron a la puerta y sin vestirme y con el vibrador en la cintura fui a la entrada del piso. Al mirar por la mirilla vi que se trataba de Martín.

- Hola, Martín - dije yo al abrir la puerta - ¿Vienes a unirte a la fiesta?.

- Si - respondió Martín mientras me devoraba con su mirada - Estoy deseando hacerlo con vosotras.

-Te equivocas - le corregí yo - La agasajada en esta fiesta es Sonia, será con ella con la única que folles.

-Esta bien, no me importa - dijo Martín mientras se desvestía a toda velocidad de camino a la habitación.

En cuanto entró en la habitación y vio a Sonia atada boca abajo con el culo recién desvirgado se lanzo a lamer aquel abierto y magullado ano. Lo lamio de arriba abajo dejandolo totalmente limpio y listo para ser follado de nuevo que fue lo que a continuación hizo. Martín metió de un golpe su polla de 20 centímetros sin que le costase después de la dilatación que yo le había hecho a Sonia. Yo por mi parte me coloque detrás de Martín y le metí el vibrador a Sonia en el coño, proporcionandole así a mi amiga la posibilidad de disfrutar de un sandwich por primera vez. Tanto Martín como yo nos aplicamos a la gozosa tarea de perforar los agujeros de Sonia, esfuerzo que ella agradecía emitiendo gemidos y alaridos de placer, que enmarcaban los momentos en que ella obtenía un orgasmo. Tras varias corridas de mi amiga y un para propias le llego a Martín el momento de vaciarse y así lo hizo inundando el recto de Sonia. Fue una corrida muy abundante, tanto que comenzó a rebosar en el culo de mi amiga, derramandose sobre sus muslos y las sabanas. Cuando me acerque a beber tan preciado néctar resultó que Sonia dejo escapar sus gases, debido a la reciente sodomización con la curiosa consecuencia de que todo el semen almacenado en su culo salio volando y aterrizo en mi cara. Yo me relamí todo lo que pude para saborear la esencia de Martín, pero no pude disfrutarla en solitario porque para mi sorpresa nuestro compañero de juegos comenzó a lamerme la cara para probar así él también su semen.

Tras esa follada la fiesta continuó porque Martín soltó a Sonia y le dio la vuelta con animo de catar también su coño. Yo me aparte y comencé a meterme el extremo del vibrador con arnés con el que había sodomizado a Sonia. Martín le follaba a conciencia el coño a Sonia mientras que a la vez le apretaba sus inmensas tetas estirando sus pezones al máximo. Todo aquello hacia que Sonia enloqueciese de placer, aumentando de intensidad sus gemidos, hasta que llego un momento en el que comenzó a gritar de puro placer.

- Vamos Martín jodeme toda, revientame el coño - gritó Sonia.

Martín estaba asombrado por la reacción de Sonia quien no parecía controlar sus actos en absoluto y este reaccionó dandole un cachete en la cara a Sonia mientras decía con voz ahogada: - Calla, joder. Que mi mujer esta en casa y se va a enterar.

La consecuencia del cachete de Martín a Sonia fue aun mas sorprendente. Esta empezó a pedirle que le pegase mas y mas fuerte. Como Martín no lo hizo así Sonia volvió a gritar como antes, logrando que entonces Martín volviese a darle una floja bofetada, pero eso no satisfacía a Sonia y continuo gritando hasta que Martín le dio una bofetada mas fuerte. Sonia gimió mas tras la bofetada y reclamo que continuase con ellas. Martín convencido de que Sonia quería aquello le dio un para mas de bofetadas procurando no pasarse de duro, pero entonces Sonia volvió a gritar aun mas fuerte con la evidente intención de que todo el mundo se enterase de que su vecino se la estaba follando. Martín en respuesta le dio una bofetada que hizo restallar el aire de la habitación, movido por la indignación, y en cuanto apartó la mano vimos que un poco de sangre salia por la comisura de los labios de Sonia, la cual estaba sonriendo y acababa de tener un orgasmo tal que se había meado de gusto aun con la!

polla de Martín alojada en su coño. Martín se corrió a continuación en el interior de mi amiga y se volvió a casa preocupada por si su mujer se habría enterado de los gritos de Sonia.

Después de toda aquella sesión de sexo nos duchamos juntas y Sonia me dijo que le había gustado mucho todo aquello sobre todo cuando había estado atada y yo la sodomice y la depile con la cerilla y cuando Martín le pego a la vez que le abría el coño a pollazos. Resultaba así que Sonia tenía una tendencia masoquista muy interesante y que podía explotar a fondo. En aquel momento me plantee si debía tratar de integrarla en el circulo familiar para que pudiésemos disfrutarla todos, pero decidí que no. Si así lo hacia mi padrastro asumiría su dominio también sobre ella y ya no seria una esclava exclusivamente mía, con todo lo que ello suponía, pues como a mi padre no le gustan los tatuajes o las marcas no podría marcarla, y si bien eso no me había molestado cuando me lo prohibió hacer con mi criada Ludmilla, en aquel caso era distinto. Quería tener a Sonia a mi completa disposición sin interferencias para así poder marcarla y hacer con ella cuanto me apeteciese.

Me despedí de ella con un largo beso y la promesa de que volveríamos a tener sexo y pronto, la cual se materializó antes de lo que yo pensaba. Aquella misma tarde me llamó Sonia para decirme que me invitaba a pasar el fin de semana en su pueblo. Yo sabia que ella iba a ir allí aquel fin de semana con bastante antelación y ya entonces no me había dicho nada. En cambio ahora me invitaba a ir, lo cual evidenciaba que lo hacia porque estaba deseando repetir. Yo acepté sin dudar y quedamos para salir hacia su pueblo a la mañana siguiente muy temprano.

A pesar de la temprana hora de partida la cosa se complicó porque durante toda la mañana estuvo lloviendo y ademas a mitad de camino una de las ruedas pinchó. Cambiar la rueda bajo la lluvia en la parcialmente embarrada carretera fue un asunto bastante penoso de manera que cuando llegamos a la casa de Sonia estábamos empapadas y sucias y tan solo deseábamos darnos un baño. Al llegar a nuestro destino resultó que los padres de Sonia no estaban, y no volverían hasta el día siguiente, pero si estaba su hermano, Jorge, un chico de 16 años, alto, musculoso y muy atractivo que nada mas llegar me devoraba con la mirada a pesar del lamentable estado en el que llegamos.

Sonia me mostró mi habitación y se dirigió a la suya a darse un baño. Yo lo primero que hice fue quitarme el vibrador que llevaba como siempre metido en el coño, desnudarme y entrar al baño a orinar. Una vez sentada en el retrete me di cuenta de que no era lo mas apropiado dejar el vibrador sobre la mesilla de noche, como había hecho, de manera que en cuanto termine de orinar y sin siquiera limpiarme las gotas que mojaban mis muslos me dirigí de nuevo a la habitación. Antes de abrir la puerta oí ruido en el interior de la habitación, no sabia quien podía ser de manera que no abrí la puerta de golpe, sino que muy discretamente abrí una rendija que me permitiese mirar dentro. Allí me encontré a Jorge lamiendo mi vibrador y masturbandose. La escena era preciosa, ver a aquel chico cachas masturbar su depilada y larga polla mientras lamia e introducía en su boca mi vibrador me puso a cien. Necesitaba una buena polla enseguida y frente a mi tenia una estupenda así que era el momento!

de pasar a la acción.

- Así que te gusta chupar pollas - dije a Jorge mientras entraba en la habitación sorprendiendole en su acción.

- Yo, esto no es lo que crees - dijo Jorge - Lo he hecho porque olía y sabia a ti.

Su respuesta tenia sentido hasta cierto punto pero la destreza que había mostrado al lamer el vibrador, haciendolo como si fuese una polla de verdad y el hecho de que el chico estaba totalmente depilado me indujo a pensar que era homosexual.

- Venga ya. Te he visto como lo chupabas y eso demuestra practica en mamar pollas, y ademas tu aspecto es el de un gay cachas, con tanto músculo y totalmente depilado.

El chico se quedo un poco cortado y de sopetón me dijo: - Si es verdad que tengo experiencia en chupar pollas, pero los músculos y la depilación se deben al entrenamiento de natación. Adema también me gustan las chicas.

Aquella revelación me complació, y entonces me di cuenta de que Jorge estaba mirandome muy atentamente porque estaba desnuda, cosa de la cual no había sido consciente al entrar en la habitación para sorprenderle.

- Así que eres bisexual. Entonces te gustara lo que ves - le dije yo retadoramente.

- Ya lo creo - respondió el sin dudar.

- ¿Te gustaría probar esto? - pregunté a Jorge mientras me giraba para mostrarle todo mi cuerpo.

- Si - me dijo él acercandose a mi.

- Lo harás si eres obediente y haces todo lo que yo te diga - le repliqué yo mientras le detenía.

- Haré lo que desees, todo en absoluto - dijo el con convicción.

- Genial. Empieza por lamerle el coño - le ordené.

Jorge se arrodilló entre mi piernas y aplico su lengua a lamerme la entrepierna. Aun cuando podía ver las gotas de orina resbalar por mis piernas Jorge no se detuvo ni dudo un momento, se lanzó a lamerle a fondo, empezando por los muslos para así limpiarlos de mi orina. El chico sabia lo que hacia pues era muy hábil a la hora de comerme el coño. Alternaba perfectamente sus lamidas sobre mis labios vaginales, con las succiones del clítoris y con sus intentos de perforar mi vagina con su lengua, proporcionandome un intenso placer. El condenado logro que me corriese un par de veces en un cuarto de hora.

- Eres muy bueno - le dije yo tras mi segundo orgasmo - Ahora te recompensare por tu habilidad.

Hice que se tumbase boca arriba en la cama con las piernas alzadas y separada hasta que casi llegaron a tocar su pecho. Así tenia fácil acceso a su polla, sus cojones y su ano. Comencé lamiendo aquella larga y estrecha polla, pues aunque medía 26 centímetros de largo su diámetro tan solo era de 4 centímetros. Alternaba introducciones profundas del falo de Jorge, cuando llegaba a metermela toda dentro, con lamidas de su capullo y con pequeño mordiscos en su prepucio. Ademas cuando me la metía a fondo sacaba la lengua para con la punta de ella lamer los endurecidos cojones del chaval, pasando luego a intentar introducir la punta de la lengua en el agujerito de la uretra. Luego pasé a lamer e introducirme los huevos del chaval, realmente deliciosos sin un solo pelo que incordiase, para terminar dedicandome a lamerle el ano a Jorge. Como tenía el culo ya estrenado no me costó demasiado meter mi lengua dentro y follar con ella al hermano de mi amiga. Todo aquel tratamiento tenía al chico a punto de estallar y cuando noté que estaba próxima la corrida hice que proyectase sus piernas hacia su cuerpo hasta que arqueo su espalda, quedando su polla apuntando hacia su cara. En ese momento le metí mi vibrador en el culo de un solo golpe y el chico se corrió con gran intensidad, aterrizando toda su corrida en su cara y boca. Sin necesidad de decirle nada el se limpio la cara con la lengua, y donde no alcanzó con las manos lamiendo luego su semen de estas.

Jorge me miró con cara de adoración y esperando cual sería mi próxima orden. En aquel momento lo que me apetecía era sentir una buena polla en mi interior así que sin molestarme en quitarle el vibrador del culo, le senté en la cama y yo me senté sobre él metiendo su polla en el culo hasta que topé con sus cojones.

- Oh, ha entrado con facilidad, pero aprietas mucho, ¿acaso es tu primera vez? - me preguntó perplejo.

- En absoluto, lo he hecho muchas veces y con pollas y otras cosas mucho mas gordas, si aprieto es porque contraigo a voluntad los músculos del ano, para así disfrutar mas - le expliqué yo.

- Así que eres capaz de abrir el culo mucho más, me gustaría poder verlo, por favor - me rogó Jorge.

- Quizás luego si te portas bien puedas verlo, y si eres realmente un esclavo obediente te enseñare a manejar los músculos de tu ano como desees.

Jorge ante la oferta realizada se aplicó con mas ímpetu que antes, si cabe, a la tarea de follarme el culo. Se movía con brio y fuerza para percibir con mas intensidad la presión que mi recto ejercía alrededor de su verga, todo lo cual aumentaba mi placer. A la vez con una mano comenzó a apretarme los pechos y con la otra a juguetear con mi clítoris aumentando las sensaciones placenteras que me invadían.

Estábamos en esas cuando advertí que la puerta de la habitación no estaba totalmente abierta y que por la rendija podía vislumbrar la sombra de alguien que estaba acechando. Sin que ni Jorge ni quien estaba tras la puerta lo esperase me levante de golpe y corrí hasta la puerta, donde me encontré con Sonia quien se estaba metiendo un vibrador mientras veía como su hermano y yo follábamos.

- ¿Desde cuando llevas espiandonos? - pregunté yo.

- Desde que empezaste a chuparle la polla a Jorge - respondió Sonia un tanto cortada.

- Y no te has atrevido a entrar y participar - dije yo fingiendo sorpresa - Vamos mujer pasa que lo estas deseando.

- No, Jorge es mi hermano y eso no está bien - replicó ella.

Yo decidí utilizar mi faceta mas dominante y le di un bofetón a Sonia mientras tiraba de ella hacia el interior de la habitación y le decía: - Calla y obedece.

Sonia obedeció y no ofreció resistencia. Se quedó de pie frente a su hermano mirando embelesada su enhiesto pene y el vibrador que le abría el culo. Yo me puse a su lado y la obligue a que se agachase frente a él sin que ella hiciese nada para evitarlo. Sonia seguía mirando aquella larga polla sin pestañear y podía ver como el deseo luchaba en su interior por aflorar.

- Vamos Sonia, chupa esa preciosa polla. No dudes mas y obedece - le dije yo en tono autoritario.

Sonia se rindió y se metió la polla de su hermano en la boca. Comenzó a chupar como una desesperada, parecía que le iba la vida en aquella mamada. Jorge estaba sorprendido al ver como su hermana le chupaba la polla con tanto ardor. Yo me senté frente a ellos y comencé a meterme dedos en el coño, que estaba totalmente húmedo. Sonia lograba tragarse aquel mástil en su totalidad y jugueteaba con su lengua para lamer los huevos depilados de su hermano. Ver aquel espectáculo me estaba poniendo muy cachonda y me metí todo el puño. Mi puño se deslizaba en mi interior húmedo con facilidad, pudiendo percibir todos los pliegues de mi interior.

Los dos hermanos se animaron a la vista de mi actuación y cuando ordené a Sonia meterse la polla de su hermano en el culo, obedeció sin perder un segundo. Jorge estaba encantado sodomizando a su hermana, mientras que esta notaba como aquella larga polla le entraba hasta el fondo, invadiendo sus intestinos y proporcionandole un intenso placer. Sonia subía y bajaba con su ano abierto con gran rapidez, gimiendo cada vez con mas intensidad a medida que se aproximaba al orgasmo. Sus gritos se fueron uniendo a los bramidos de su hermano hasta que los dos se corrieron con un estruendo increíble. Jorge derramó una gran corrida en el culo de su hermana y en cuanto sacó su pene del interior del recto de su hermana, su semen se deslizó por los muslos de Sonia. Jorge no perdió un momento y limpió su corrida de los muslos de Sonia. Esta por su parte se quedó quieta, hasta que le dije que limpiase la polla a su hermano. Así se dispuso a hacerlo, pero cuando vio que estaba totalmente cubierta por sus heces se detuvo en seco. Yo insistí pero seguía dudando, así que decidí darle un acicate. Cogí el cinturón de su hermano y le azoté la espalda un par de veces mientras la compelía a chupar aquella polla sucia. Sonia obedeció y se la metió en la boca chupandola de arriba a bajo sin olvidar ni un milímetro, tragandose todo lo que recogió en su boca. Entonces se pusieron entre mis piernas y entre los dos me dieron una lamida a dúo de mi coño y mi culo que me proporcionó un orgasmo de primera.

Ese fue el primer polvo que echamos en aquel fin de semana. A lo largo de esos dos días follamos todo cuanto pudimos, demostrandome los dos hermanos sus docilidad, lo cual acabó llevandoles a ser mis esclavos. Una vez sometidos hemos disfrutado mucho de esa relación y después de un tiempo los presente a mi familia, aunque eso lo contare mas adelante, para ser exacta después de los dos meses de vacaciones que me voy a tomar.

CONTINUARA.....

(8,50)