Nuevos relatos publicados: 7

Ellas lo quisieron

  • 9
  • 10.139
  • 8,50 (4 Val.)
  • 0

Hoy, cuando el tiempo ha pasado, las sombras se entremezclan y los recuerdos se asoman a mi memoria, con la claridad de aquel día. Solamente pensar en ella y en los hechos que pude prsenciar, hacen que la piel se me erice y aparece nuevamente en mi memoria un cúmulo de recuerdos atropellados.

Una hacienda como aquella, parece extraída de un cuento de tiempos idos, el sol se esconde y una variedad de nubes rojizas golpea la rivera de aquel rió.

El rió fue testigo de aquellos momentos inolvidables, que mas adelante relataré, Diana, es una amiga de la hija de la patrona, de nombre Eliana, de diez y nueve años, de visita en la hacienda por esos días y tan bonita como la que mas, pero tan intempestiva como un potro salvaje, .... para mi inalcanzable hasta ese momento, una mujer que aunque menuda aparentemente, esconde un cuerpo impresionante y dominado totalmente por la pasión, cosa que tendría la oportunidad de comprobar mas tarde, primero en cuerpo ajeno y luego por cuenta propia, con una energía que brotaba por todos los poros.

Yo solamente puedo decir a mi favor que siendo relativamente joven y bien puesto, fui encargado por mis patrones de manejar los peones de la hacienda y responder por las cuentas, al cabo del tiempo, fruto de mi buen trabajo, me reconocían como el capataz y finalmente como el administrador, ello me obligaba a estar permanentemente inspeccionando los trabajos y quehaceres y por ello fui a parar aquella tarde a la rivera del rió.

Sorpresivamente la vi, Diana con sus pensamientos en otra parte, la falda blanca de boleros dejaba entrever unos muslos largos y bronceados que animaban la imaginación con respecto a todo lo que allí se veía o mas bien se escondía, los pies entre el agua se movían libremente haciendo algo de espuma, los brazos en el regazo y su cabello negro y ligeramente ondulado, escurriéndose por los hombros hasta los senos, grandes y duros, intuía se allí un secreto que pronto habría de descubrir, la verdad que tenía un par de tetas espectaculares.

Hasta ese momento nuestra relación había sido en exceso fría y distante, solamente habíamos cruzado algunas palabras de saludo formales , pero sus ojos negros y grandes eran todo un misterio para mi, aquel día el destino nos tenía reservadas algunas sorpresas.

Yo la observé desde lejos sentada en una pequeña roca, a orillas del rió, y por ello lenta y calladamente me fui acercando por el bosque, sin que ella se percatara de mi presencia, contemplarla sin limitaciones era estupendo y mi imaginación hacia de las suyas, en un momento me preguntaba, como sería desnuda...me imaginaba sus caderas amplias y torneadas, su cintura estrecha, su cabello negro tapando parte de esas tetas, tendria o no brasier y mas...como serían esos pezones?... esa entrepierna y su pubis?

Cuantas escenas podían pasar rápidamente por mi mente, mi pulso se había acelerado y algo de sudor apareció en mis manos, inquietud que no paraba allí porque entre mis piernas un cosquilleo se amotinaba lujurioso y contento, mi verga quería hacer de las suyas.

No sé realmente cuanto tiempo transcurrió así, pero de repente escuche otro ruido que me indico que no estábamos solos, efectivamente apareció Eliana risueña y descomplicada, con la cara sonrosada por el calor, con una blusa casi totalmente desabotonada, algunas sombras de humedad por el sudor, unos pantalones vaqueros muy ceñidos que dejaban apreciar un cuerpo casi perfecto.

Eliana sonriendo sutilmente, se arrodillo ante Diana, colocó sus dos manos en la rodillas de ella y suavemente, fue acercando sus labios a los de ella, esto era nuevo para mi, no imaginaba este tipo de relación entre ellas, lo que parecía un simple gesto de amistad, se tornó en algo mas cuando Diana, entreabrió su boca y tomo con sus manos la cara de Diana, entregándose a un beso largo y lujurioso que momento a momento crecía en intensidad, mi corazón latía descompensadamente a un ritmo endemoniado, mi posición permitía una visión total, pero para ellas era casi imposible verme.

Sutilmente, Diana empezó a acariciar la espalda de Eliana, muy suavemente al comienzo, con la punta de sus dedos recorriendo los hombros, deteniéndose en el dorso y luego descendiendo hasta tomarla por la cintura, fue allí, cuando con agilidad terminó de desabotonar la blusa, quien ya en ese momento respiraba agitada y con movimientos ondulantes en todo su cuerpo, luego cambió paulatinamente los labios por el cuello y la nuca, deteniéndose ya descaradamente con los labios al rededor de las tetas y la boca muy abierta haciendo que su lengua jugara incansable propiciando un gran placer, hasta que llego a los pezones claramente definidos carnudos y rosados con una aureola mas bien pequeña.

Eliana no permaneció impasible, por el contrario se estremecía y empezó a sentirse en el aire una serie de cortos gemidos que indicaban lo que su cuerpo le pedía a gritos, placer, rápidamente tomó la parte inferior de la blusa de diana y con un ágil movimiento la saco por encima de la cabeza, la vista era muy interesante ya que Diana contaba con una ropa interior delicadamente sexy, sus tetas grandes trataban de salirse de allí, como estaban las cosas no había retorno, se trataba de una lucha de pasión entre estas dos mujeres y claramente se sentía en el aire esa lujuria.

Las Dos mujeres iniciaron una lucha por quitar la poca ropa que cada una tenia puesta, la falda de Diana quedó a los pies, y se pudo apreciar una braguita diminuta que forraba su vagina, unos labios carnudos y con una corta línea de pelo debidamente depilada y muy bien cuidada, en su entrepierna.

Los jeans de Eliana requirieron de un esfuerzo adicional ya se ceñían como la piel misma, sin embargo también rápidamente quedaron a un lado ya las dos chicas se encontraban en paños menores siendo mas lo que se veía que lo que se tapaba.....y que delicia.

Mientras Eliana se puso de pie, Diana se arrodillo y colocó una mano en las nalgas para atraerla y con la otra mano tomo una punta de la braga y la hizo a un lado, metiendo de inmediato su boca entre las piernas y tratando de colocar su lengua lo mas profundo posible, Eliana por su parte impulsó su cadera hacia delante para lograr que esa lengua que la estaba matando de placer pudiera llegar mas profundo, Eliana con sus manos sostenía la cabeza de su amiga y la impulsaba rítmicamente, acoplando sus movimientos, los mismos que empezaros a subir en intensidad, esta giraba su cabeza a un lado y otro y por lo acelerado del movimiento y por los gestos de su cara se percibía que el clímax estaba cerca, estaba en un punto de no retorno, y así fue.

-con una exclamación larga llegó y su cuerpo se estremeció todo, luego cerro sus ojos y por fin lentamente dejo salir el aire, los muslos de su vagina se contraían una y mil veces sentía que no podía parar, su amiga mientras tanto experimentaba un gran placer por que su lengua sentía ese sabor de los jugos íntimos de su amiga y los movimientos de su lengua eran cada vez mas rápidos, sin tregua debía mantener el ritmo de las caderas de su amiga y no fue fácil.

-Pero ella quería su recompensa...ahora fue Eliana la que le pidió a su amiga que se volteara y Diana quedó de espaldas, le pidió que se inclinara colando sus manos en sus muslos, la posición no podía ser más sensual, frente a su boca, Eliana contemplaba un par de nalgas magnificas, apretaditas como escondiendo un gran tesoro, las mismas que con el primer beso que plasmó en medio de sus dos orificios, se abrieron mostrando una concha mojada totalmente, delicada y generosa, se veía el pequeño huequito muy ajustado y ligeramente mas oscuro, igualmente muy bien cuidado y depilado como el de su amiga, con unos labios carnudos y preparados par el placer.

Hábilmente introdujo dos de sus dedos en el orificio mayor pero colocó su dedo meñique en el huequito más pequeño y empezó a frotar circularmente, la reacción no se hizo esperar, rápidamente aunque con algo de rubor Diana le indicó a su amiga que ese dedito era necesario introducirlo y su deseo se cumplió, sentía allí una sensación de llenura pero no era suficiente quería... necesitaba mas, su amiga sí lo interpretó y distribuyo dos dedos en cada orificio, Diana pensó que con ese placer se iba a desmayar empezó a gemir y a girar rítmicamente su culito cada vez mas rápido, sus gestos indicaban gran placer, su lengua recorría los labios y sus ojos estaban como idos, entrecerrados y e otro mundo, hasta que se corrió como nunca lo había hecho, su concha completa Explotó, sus propios líquidos escurrían entre sus muslos, se quedó como quieta unos instantes y luego se desmadejó, su amiga vivió cada instante con igual intensidad.

Ya mas calmadas las dos, se pusieron de pie, un largo beso selló ese episodio de aquel día en él rió, rápidamente tomaron sus prendas y se las colocaron, como si allí nada hubiera ocurrido. Yo por mi parte simplemente en ese momento quedé iniciado, mi pantalón conteniendo apenas un bulto que luchaba por salirse, mi estomago como lleno de mariposas y mi mente en un remolino que era necesario aclarar, ya casi era de noche y cuando finalmente me iba, contemplé a las dos mujeres despedirse, Eliana que hacia solo un instante me había visto, comprendió que yo había contemplado todo lo que allí ocurrió entre ellas... pícaramente me sonrió como a un cómplice y agitó la mano, pero no despidiéndose sino queriéndome decir que ya llegaría mi turno. Ello me turba, pero igualmente me llenó de expectativas para el futuro; Hechos. Que hoy no les voy a contar pero los mismos que harán parte de una próxima historia que compartiré con todos ustedes en el futuro.

Excorpax

FIN

(8,50)