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Oscura necesidad

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La relación de Ken y Daisuke es orgánica, floreciendo en algo más grande sin una confesión dramática de uno u otro. Era una mano en la cadera, era una mirada amorosa, era un beso vacilante pero significativo en los labios. Su amor trasciende las palabras, sus mentes y corazones se forman uno tras otro después de tantos años de amistad y de relación, independientemente de sus profesiones de amor sin palabras, saben que la comunicación es vital, y es por eso que Ken pregunta primero.

Estaban pasando una fría noche en la casa de Daisuke, habían apagado el televisor por la noche y estaban recostados en el dormitorio, con Ken con la cabeza apoyada en el pecho de él. Sería perfectamente cómodo si no fuera por el hecho de que Ken había estado... Frustrado todo el día. Es así a veces; sus hormonas se activan en momentos inoportunos, y se enfoca en Daisuke más que en el trabajo académico, es decir, el cuerpo de Daisuke; Él ya se enfoca en su chico más que en cualquier otra cosa, más específicamente se refiere a sus muslos, ama esos atléticos muslos de futbolista ahora mismo más que poder leer un libro y entrar en un trance casi magnético, aunque, mas que su cuerpo, adora su personalidad, su estilo, su entusiasmo por las cosas y el sentido culinario que él mismo apenas puede entender, y, a pesar de las protestas y su tranquilidad para verle así de perfecto, Daisuke siempre había estado inseguro acerca de su cuerpo, algunos días más que otros, le mira y lo piensa de vez en cuando, piensa profundamente, piensa cómo podría transmitir la adoración y convencer a Daisuke de que su cuerpo es absolutamente perfecto. Especialmente esos jodidos muslos, piensa, y se mueve incómodamente, tanto que Daisuke no se da cuenta.

Y de un momento a otro, inesperadamente habla

—Ya sabes, siempre lo digo, pero no me importa repetirlo, eres muy hermoso —dice, arrastrando suavemente las yemas de los dedos sobre el muslo desnudo.

Sus dedos se asientan y frotan pequeños círculos en su suave piel; Daisuke suspira en tranquilo placer.

—¿De dónde viene eso? Ni siquiera dije nada. ¿a qué viene esa confesión? —Pregunta, levantando una ceja.

—Porque eres hermoso, y quiero asegurarme que lo sepas.

Daisuke pone los ojos en blanco ante esa adoración

—Está bien, lo que tu digas —y mira su telefono movil, lee un artículo que había encontrado mientras buscaba sin rumbo en su navegador de Internet, pero Ken suavemente gira la cabeza con una mano y lo mira directamente a la pantalla.

-Mejor amigo, ¿qué es?

¡Oye! —No me llames "mejor amigo", estás arruinando el estado de ánimo"-. Ante eso, Ken se acerca y presiona sus labios contra los de él, suaves y lujosos y deliciosamente familiares, y luego le dice:

—¿Puedo ¿preguntarte algo?

-... Sí, lo que sea —dice, sonando sospechoso.

—¿Puedo... Puedo besarte los muslos? —Pregunta tímidamente, casi con un sonrojo en su rostro. Claro, habían follado en varias ocasiones, pero todavía le gusta preguntar, especialmente porque no estaban planeando tener sexo esa noche. Además, no es como si tuviera que ser erótico, A pesar de eso, su polla se agita, y se maldice internamente, se llama así mismo perra y que necesita calmarse, pero por suerte o por desgracia, la petición se ha hecho; los besos han sido reemplazados en su mente por mordidas de amor, una lengua pasó sobre el cuerpo de Daisuke mientras se abre camino desde sus muslos (gloriosos y gruesos).

Casi no escucha la respuesta de Daisuke pero sintoniza justo cuando dice:

—Claro, lo que quieras —Daisuke suena un poco confuso, pero Ken, siendo su novio, lo conoce lo suficientemente bien como para saber que está igual de cachondo que lo que deja ver. Y Efectivamente, la petición se hace, finalmente dice

—Me gustaría un poco.

Hizo un ruido vergonzosamente obsceno la primera vez que se deslizó casi involuntariamente de los labios de Daisuke, e incluso ahora, esa petición hace que su corazón se detenga por un momento.

—Entonces lo haré, ¿me ayudarás? —Empuja a su novio ligeramente hacia un lado, instándolo a salir de la cama.

Daisuke obedece, deslizándose de su cama y poniéndose de pie, mirandolo expectante

—Tengo que decir que este es uno de los momentos más incómodos de nuestra historia sexual.

—Te anhelo, quiero recorrer más de tu cuerpo, asi de simple —Contesta, pero la mente de Daisuke queda un poco confusa y no sabe como actual o qué decir por lo que Ken responde casi con una expresión de derrota

—Si quieres que me detenga, lo haré.

—No quiero que te detengas, hombre, quiero que empieces. Tendré a un chico guapo besándome los muslos por ahora —Sus palabras, casi como su cuerpo, están temblando, como si no pudiera creer lo que alguien le ofreció.

Ken sonríe y se arrodilla frente a él, comenzando a deslizar sus manos por la parte posterior de sus muslos.

-Son tan hermosos, siento el calor en ellos, el tacto…

Daisuke se ríe, cada vez más avergonzado por la adoración en ese extraño lugar.

—No son bonitos, es raro que me toques ahí

—Tienes que estar bromeando... —Contesta Ken y los aprieta; Daisuke da un pequeño jadeo que va directo a su corazón y a otros lugares mientras escucha la adotación sobre sus muslos

—Pienso tanto en tus muslos, son tan gruesos —la cara de Daisuke se retuerce en una extraña expresión de dolor que es captada por quien se los está tocando

—Lo digo de la mejor manera posible.

—... ¿Y las cicatrices? —pregunta vacilante.

—¿A quién le importan las cicatrices?-. Sus manos se deslizan por encima del dobladillo de los boxers, luego vuelven a bajar, saboreando la sensación de su novio en sus manos.

—Todavia perfecto, todavía sexy

Mirandole, Daisuke se cubre la cara con las manos y pregunta:

—¿Lo dices en serio?

-Absolutamente en serio y perfecto para besar ¿sabes lo mucho que pienso sobre esto? Cuanto pienso en besarlos y morder tu cuerpo, es tan difícil concentrarse a veces en otro pasatiempo que me apasiona que es la lectura... —Le asegura, Se agacha mas, se permite encorvarse y presiona un beso en el interior del muslo izquierdo de su novio.

-¿Piensas en esto en clase conmigo al lado? Un poco sucio viniendo de un chico tan aplicado y atento —Dice sonriendo. Le pasa una mano por el cabello oscuro

-Puedo hacer dos cosas a la vez pero no puedo evitarlo —le da un par de besos al otro muslo por un momento antes de continuar.

—No tienes idea de lo tentador que eres y la forma en que presionas tus muslos alrededor de mi cabeza. Cuando te corres... —Se estremece al recordar, y Daisuke también, reviviendo la sensación de la lengua de Ken en los pliegues de su ano.

—Te gusta eso —Dice Daisuke tirando suavemente del cabello de su chico y este murmura de placer obsceno.

—Bueno, si eres un buen chico, puedes tocar mis muslos todo lo que quieras

—Seré un buen chico, lo prometo —Responde Daisuke, temblando por el toque de posesividad, el otro sigue besos suaves y moderados en el muslo de su novio hasta donde terminan sus boxers y pregunta:

—¿Puedo, puedo marcarte?

—¿es eso una pregunta? —Rizo los dedos con fuerza contra el cabello de Ken, incitándolo.

El corazón de Ken vibró cuando Daisuke se estremece bajo su tacto, la piel de sus muslos es tan suave contra sus labios y, con el tiempo, sus dientes; En pocos minutos, marcas oscuras comienzan a florecer en su piel. Al mirarlos con orgullo, con los ojos entrecerrados, dice:

—Eres tan bonito, que ni siquiera puedo soportarlo —Las fantasías inundan su mente de nuevo, enviando otra ola de excitación a través de él: él en el muslo, con su carnal, el dobladillo elástico presionando la suavidad de sus muslos; Los muslos de su chico a horcajadas sobre su cabeza, infinitas las posibilidades

—¿Eso es todo lo que tienes?-. Pregunta mirando a Ken con las cejas levantadas y este ultimo sabe por experiencia que Daisuke no es tan arrogante como suena, pero no importa; es casi como un desafío.

—Dime más, Podrías estar así durante horas, la forma en la que me besas, me miras, me tocas...

La cara de Ken se enrojece de placer. Es verdad, cuando están cerca uno del otro es difícil mantener sus ojos alejados de Daisuke, él es magnético. Con sus ojos, bebe en sus curvas, su sonrisa, sus brillantes ojos marrones en los que siempre se encuentra perdido.

—Simplemente, eres la persona más hermosa que he visto en mi vida, y me alegro tanto de que ' Soy tuyo, y puedo... —emocionalmente Se rompe y presiona sus labios contra el muslo de Daisuke

-¿Puedo...? —Dice acariciandole el cabello de forma casi paternal y dulce para darle una oportunidad para acabar la frase, con lagrimas de emoción Ken continua

—Puedo decirte que te adoro, ahora mismo me tienes sometido, amor

-¿Me adoras eh? —Responde Daisuke y su actitud fresca se agrieta un poco mientras un sonrojo asoma en su cuello y continua diciendo

—Cuéntame tus fantasías; dime en qué piensas en clase, porque sé que no todos los pensamientos que se ejecutan en tu bonita cabecita son sobre trigonometría o Shakespeare.

Ken permanece en silencio por un momento antes de que las palabras salgan de él como una cascada.

-Pienso en ti montándome, pero montando mi cara para que apenas pueda respirar y esos muslos, esos muslos presionados contra mi cabeza, y todo lo que puedo saborear y sentir eres tú... —Inadvertidamente, deja escapar un gemido, el pensamiento de la calidez de Daisuke contra su cara enviando un escalofrío directamente a su polla. Traga bruscamente, el cuerpo tiembla con adrenalina.

-Haré lo que quieras —Puede decir de nuevo, los sentimientos son fuertes en su cuerpo ahora mismo

-Eres tan perfecto —Responde Daisuke, ahuecando la cara de Ken en sus manos y levantando su cabeza.

—Me encantan los sonidos que haces, gimiendo todo amortiguado; Me tomas como un campeón y te quiero por eso, eres un buen chico.

Ken murmura con excitación y placer ante los elogios, dejando que las palabras corran a través de él como electricidad: la buena electricidad, Se las arregla para bloquear los recuerdos por ahora.

—Me lo Prometes? ¿Soy un buen chico? Hago lo mejor para ti -.v Su deseo de ser un 'buen chico' es mayor que cualquier otro sentimiento que sienta.

—Dios, lo haces muy bien y la forma en que te ves cuando termino contigo, cuando estás jodido y sin aliento y cubierto de chupetones —Responde humildemente, acariciando la mejilla de Ken con amor que emana de sus dedos.

Ante la mención de los chupetones, Ken comienza a pellizcar los muslos de Daisuke de nuevo, sin dejar de pensar en ellos por mucho tiempo, si tan solo pudiera pasar todo el día admirándolos; vive por la forma en que se siente en casa entre ellos, muy cómodo y cálido mientras se lo folla con su lengua.

—Yo... Tengo más... Pienso en eso todo el tiempo, si quieres escuchar...

—Por supuesto que quiero escuchar, dime que quieres que te haga —le dice cortando su discurso.

—Tú. En lencería. Haría que tus muslos se vieran tan bien, de la misma manera que las medias harían pequeños aberturas en tu piel. Empujas mi cabeza entre tus piernas para que pueda sentir cómo la tela me roza la cara ...

—¿De qué color? Sé específico

Se decide en el acto.

—Negro, negro y de encaje, te verías tan bonito, yo querría que me hicieras bonito también... Dame chupetones, márcame porque soy tuyo —respira hondo, inhalando y exhalando temblorosamente.

—¿Eres mío ¿Así que harías lo que yo quiera?-. Le sonríe; Su mano se desliza hasta su cabello y se enrosca por un momento. Subconscientemente, Ken se queja del dolor agudo, en el placer, por supuesto.

—Cualquier cosa —promete sabiendo que Daisuke no lo obligaría a hacer nada que no quiera hacer de todos modos.

Con un empuje suave pero firme sobre los hombros Daisuke ordena:

—Siéntate y quítate la camisa-. Casi temblando de emoción en este punto, Ken obedece, una alfombra de décadas rasguña sus palmas.

Después de un par de segundos, arroja su camisa a un lado; sabe que durante el sexo es inherentemente vulnerable, preferiría enfocarse mucho más en la vunerabilidad de su chico, la curvatura suave con la que ha estado fantaseando, la forma en que puede agarrar sus muslos por la espalda y apretar y sentir la suavidad, en oposición a la suya, que son demasiado escuálidas para ser notables, en su opinión; la plenitud de su—ah, perdido en su adoración silenciosa, Daisuke gime en la boca de Ken y este respira hondo mientras la sensación va directamente a su polla.

-Eres demasiado guapo

-Tú eres mas guapo y es que... Eres tan... —Hace una pausa, revolviendo su cerebro en busca de la palabra correcta. Se conforma con un susurro en voz baja e íntima mientras ponía sus manos en los muslos de su chico y los apretaba.

—Dios mío, no puedo superarlo. ¿Cómo llegaste a ser tan hermoso?

—Si estás hablando de mis muslos, entonces umm no sé que decirte... —contestó, viéndose halagado pero tal vez un poco más incómodo.

—¡No te avergüences!, eres demasiado hermoso, eres perfecto —Dice y se inclina hacia delante para besarle en la mejilla, luego a su mandíbula, y bajando de su cuello a su hombro. Sus manos viajan por la espalda debajo de su camisa, y él pregunta:

—¿Puedo quitarlo?

Daisuke duda, pero le da permiso con una inclinación de cabeza y Su ritmo cardíaco se eleva un poco más, ya que le ha dado alcance libre al torso, arrastra los dedos por todas partes que puede, mapeando su piel con su toque.

—Ya sabes, podría sentarme aquí y mirarte durante días nunca podría cansarme de ti —Murmura agarrando las caderas

Daisuke lo mira fijamente, sus ojos marrones llenos de una cálida mezcla de amor y excitación, y dice:

—¿sabes Voy a follarte la cara ahora?

-Sí. —dice con una sonrisa enamorada mientras Daisuke lo empuja firmemente a una posición acostada, exhalando con fuerza cuando su espalda toca el suelo.

Se toma la libertad de quitarle a Daisuke su ropa interior, no las bragas de satén con las que soñaba despierto, pero siguen siendo lindos aquellos boxers negros y los arroja a un lado en el desordenado montón de camisas, se toma un momento para agarrar el culo, frotando círculos en sus muslos con sus pulgares, antes de decir:

—¿Vamos a hacer esto o no?

—Estás muy necesitado —Daisuke se ríe mientras lo aplasta burlándose de él hasta que gime de frustración, se posiciona, sentado, de modo que su ano está justo por encima de la cara de Ken y este lo asalta como si fuera su última comida.

Gime y aplasta el rostro de Ken mientras este desliza su lengua sobre su ano, se quedó literalmente (y felizmente) sin aliento durante un par de segundos antes de que Daisuke pueda comenzar a chuparlo, quiere desesperadamente hablar con Daisuke, decirle todos los pensamientos sucios y obscenos que pasan por su cabeza protagonizándolo, al frente y en el centro, pero también le encanta que le follan la cara y no lo cambiaría por nada.

Daisuke presiona la cara de su chico en su entrepierna, silenciando aparte de gemidos de felicidad.

—¿Cómo te gusta eso? —Pregunta con aire de suficiencia, y Ken solo puede canturrear en respuesta mientras lo come, saboreando el sabor de su presemen.

Por encima de él, Daisuke gime de placer, derritiéndose bajo el toque de la lengua de su amor, Los sonidos van directamente a la polla casi totalmente descuidada de Ken, revolviéndola en sus boxers y haciendo que se excite aún más, si es que eso era posible.

Los labios llenos y oscuros de Daisuke se envuelven alrededor de la polla que gotea de Ken, lamiendo una larga y lenta raya en la parte inferior. Con un remolino de su lengua en la hendidura, tiene a Ken débil y dulce como la miel, sonrojándose mientras se apoya sobre los brazos temblorosos.

—Oh, Dios, Daisuke, se siente tan bien, más, por favor, te lo ruego...

Desliza su lengua en la entrada de Daisuke y este jadea, música para los oídos del otro. No quiere nada más que complacerlo; Él quiere escuchar esas respiraciones suaves, el elogio que canta:

Acelera el ritmo y se afila más a menudo ahora (asegurándose de que Ken tenga espacio para respirar, por supuesto) el otro besa y lame su ano, trazando patrones en el tejido dolorosamente hinchado; puede sentirlo contraerse bajo su lengua, y gime mientras agarra las suaves caderas de Daisuke con más fuerza.

Sonriendo, Daisuke deja de chupar el miembro viril y ahora dibuja un chupetón en el cuello de Ken y este gime de doloroso placer, feliz de ser marcado como territorio de Daisuke; Nadie podría llevárselo si lo intentaran. Una ráfaga de excitación recorre su cuerpo mientras piensa en las miradas que tendrá, caminando junto a Daisuke con su cuello manchado con marcas oscuras y hermosas, levanta sus caderas contra él, instándolo a hacer más, pero Daisuke dice estrictamente:

—Ten paciencia

Finalmente, comienza a deshacerse bajo la lengua experta de Ken. Él tiembla, y su respiración se acelera; El corazón de Ken se hincha al escuchar los gemidos suaves por encima de él. Tan hermoso... Piensa, ahora con su lengua follando su ano.

-Quiero que te toques-. Daisuke le indica y Ken con una mano se masturba y con la otra se lleva una mano en el ano, sin lubricar

-JODER —Daisuke alucina y Ken mueve su cadera sincronizada con su lengua haciendo que Daisuke se ponga tenso y dice:

—Haz eso otra vez, cabrón estoy cerca... —Siempre leal como buen sumiso Ken obedece, limpiando aquel ano con su lengua una y otra vez...

Ken gime, largo y necesitado, mientras Daisuke deja la más leve insinuación de besos en su mandíbula y cuello, está perfectamente consciente de su erección, y Ken sabe que se ha vuelto contra sí mismo, pero aún así, solo siente el fantasma de sus labios en su piel.

Con un jadeo estremecedor, llega, el placer palpita a través de sus venas. Ken se vierte de todo el semen de él, alternando con su ano y su corazón da un vuelco al escuchar los sonidos absolutamente deliciosos que hace su novio, ese momento es el cielo. Cuando Daisuke se queda quieto sobre él, vuelve a ser dolorosamente consciente de su dolorosa polla; Daisuke debe estar pensando lo mismo, porque, mientras se desploma sobre el suelo y fuera de su cara

—Oye, quieres que...

Murmura algo y se da la vuelta para acurrucarse con él, una de sus cosas favoritas despues de un momento de éxtasis sexual, se limpia la cara con el brazo y luego apoya la cabeza en el pecho de su chico, sonriendo al sentir que Daisuke comienza a pasar sus dedos por su cabello.

Finalmente, este ultimo susurra:

—¿Oye ¿Qué quieres?

—Solo quiero ser libre y salvaje... Contigo

—Ya lo eres

—Lo siento por estar tan salvajemente necesitado de sexo desenfrenado contigo pero... ¿el collar, tal vez? ¿Y las medias?

Daisuke esa la mejilla con ternura y le dice

-Esto me hace muy feliz, porque te ves sexy y te quiero. ¡No te sientas mal por pedir cosas!

Sonríe, cálido y amado, y empuja su rostro entre sus manos.

—Deja de ser amable conmigo, imbécil, esta experiencia de ser salvaje junto a ti es demasiado bonita y no sé como lidiar con esto, me hierve la sangre porque solo quiero hacer cosas impúdicas —Daisuke ríe sin aliento, el ambiente sexy es genial, divertido y muy, muy caliente, pero no hay nada que él prefiera hacer más que pasar un buen rato con su novio. Afortunadamente, pueden lograr un equilibrio, lo que es bueno porque la polla de Ken tiembla de forma insoportable mientras Daisuke sostiene un collar y unas medias antes mencionadas.

—¿Quieres ponerlos sobre ti mismo o yo lo hago —Dice situandose frente a él de nuevo.

-Sabes mi respuesta no es divertido si me los pongo yo -dice colocándose en una posición vertical, para enfatizarlo, saca una pierna y la coloca en el regazo de él regazo, fijándolo con un par de ojos de cachorrito asesino.

Daisuke pone los ojos en blanco, pero no puede evitar sonreír.

—Me retracto, demasiado necesitado estás-. Bromea, y Ken se ríe, lo que refleja su sonrisa.

—Bien, te vestiré.

La piel de Ken se eriza debajo del toque de Daisuke mientras tira de las medias hasta sus piernas, suaves y cariñosas. Eso es lo que pasa a ellos: pueden ser dos personas diferentes en una hora.

Sus orejas arden mientras Daisuke, como lo había hecho en sus fantasías anteriores, ajusta el collar alrededor de su cuello y luego tira hacia él para besarlo, y susurra:

—Eres muy bonita. Todavía no puedo creer que estés en esto. ¿Cómo tuve esa suerte?

Adulado, Ken se encoge de hombros.

-La pregunta es ¿cómo tuve la suerte de tener un gran novio como tú?

—El destino o algo así, no lo sé —Vuelve a decir presiona un beso en la mandíbula de Ken mientras sus dedos se enredan en su cabello. Con la otra mano, roza la polla a través de la tela de sus boxers.

—¿Puedo escuchar a mi niño bonito rogar?

Ni siquiera tiene que preguntar; tan pronto como Ken siente su toque en su polla dolorosamente dura, se escucha como una letanía de Dios.

Con un movimiento de cabeza, dice:

—Déjame hacer esto, Ken Yo quiero hacer esto para ti, pero sólo si lo pides bien.

—Daisuke, por favor, lo necesito tanto —se estremece, recordando de nuevo las fantasías que pasan por su mente, Nunca lejos de la vanguardia de sus pensamientos.

Presiona un dulce y suave beso en la frente de Ken y susurra:

—¿Qué quieres que te haga? Se vuelve inútil por la lujuria,

—¿Me tocarás? ¿Por favor?

Daisuke lleva las palmas a su polla aún vestida.

-Te haré sentir bien, lo mismo que lo me haces sentir tu a mi —Se gira torpemente y agarra la pequeña botella de lubricante que guarda debajo de la cama y comienza a deslizar la polla de Ken, finalmente liberado de sus boxers, le dice:

—Realmente te ves muy hermosa, gatito

Ken clava sus uñas en la alfombra, suspirando de alivio al ser finalmente tocado, incluso si es solo para lubricarlo.

—Creo que me vería mejor si me marcaras, eres bueno con tus dientes".

—Hago lo mejor que puedo —Dice, pero el orgullo se manifiesta en su voz, tira a Ken más cerca, sentándolo en su regazo, y Ken cruza sus piernas detrás de él. Daisuke cubre la parte posterior del cuello de su novio y mordisquea la tierna piel donde se encuentra con su mandíbula; debajo de él, Ken exhala un tembloroso soplo de placer.

-Estás olvidando algo —Dice, moviendo sus caderas para cambiar la atención.

Daisuke afortunadamente toma de nuevo el pene y lo bombea, y Ken murmura contento, presionando su cara contra el hueco del cuello de su chico quien aprovecha la oportunidad para besarle y morderle el hombro mientras lo acaricia; Evidentemente, ninguno de ellos saldría de esta sin marcar.

—¿Te gusta esto, gatito? ¿quieres que acelere un poco? —Pregunta cuando su boca está libre por un momento.

Sin decir palabra, Ken asiente con la cabeza, el cabello frotándose suavemente contra la piel del otro y gime cuando el ritmo de Daisuke se acelera, alternando entre un agarre apretado y suelto y manteniendo a Ken adivinando. Cuando pasa un pulgar por la abertura, se tensa e instantáneamente muerde el hombro de Daisuke.

Por la presión, le da un tirón en venganza y Ken vuelve a gemir con la voz quebrada a mitad de camino, y su polla se contrae en la mano de Daisuke, le toma un tiempo corto ir al borde del orgasmo. Está temblando en el agarre de su chico, follando débilmente en su mano, y la pequeña campana en su cuello suena como una puntuación cada vez que lo hace.

-Daisuke estoy cerca.

—¿Ya, gatito? —Dice con una sonrisa y un aliento cálido en la oreja de Ken quien se sonroja feliz ante las burlas, pero se resigna al hecho de que sí, que no dura mucho. Todavía.

—Es broma, estoy bromeando.

-Te ayudaré —Le da la polla de Ken unas buenas bombas girando su mano hacia la parte superior con un simple gesto que de alguna manera hace toda la diferencia.

Y finalmente, Ken se corre con un gemido entrecortado, derramándose sobre los dedos de Daisuke y en su regazo, el otor lo acaricia a través de él, sin darse por vencido, incluso cuando Ken vuelve a hundir sus dientes en su hombro por reflejo se ilumina ante los elogios que su chico murmura en su oído, todas las pequeñas intimidades que hacen que su día sea un poco más brillante. Finalmente, sus músculos se relajan y presiona, agotado, a Daisuke, quien lo acuna en sus sucios brazos.

-Sabes Daisuke? —Dice, voz en voz baja.

—¿Sí? —pasa su mano, la limpiadora de los dos, a través del cabello oscuro de Ken, curvando sus dedos suavemente en él.

—Te amo... Mucho fue increible —Dice y se aleja por un momento para presionar un beso en los labios de Michael.

—Diablos, sí, lo fue —besa la mejilla de Ken una vez, dos veces, tres veces; Toques tiernos reemplazan su firme agarre.— Sin embargo, somos un poco asquerosos. ¿Quieres… como, limpiar las cosas o algo así?-.

-No, quiero acurruarme e irme a dormir —gime y cae al suelo con un gruñido.

-No puedo creer que realmente te haya follado —A pesar de las burlas, él extiende una mano hacia Ken cuando se levanta, tirando del chico más alto y tirando de él para darle un beso.

—Ahora vamos a la cama, ¿de acuerdo? —Se acerca por detrás del cuello, se quita el collar, lo tira al suelo y lo patea debajo de la cama de Daisuke;

-¿podemos acurrucarnos ahora? ¿Por favor? Estoy agotado —Vuelve a decir

—Eres lindo, eso es lo que eres —dice y rápidamente se pone su propia ropa interior y una camisa nueva antes de dejarse caer sobre la cama. Tarda unos minutos en situarse debajo de las mantas, pero pronto, Ken está de vuelta en los brazos de Daisuke, con los ojos entrecerrados mientras mira hacia arriba en adoración.

—¿Qué pasa con mi cara, no vamos a dormir?

Ken sacude la cabeza, frotándose la mejilla contra la camisa de Daisuke

—Cambié de opinión. Sólo quiero mirarte.

(8,25)