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Viviendo con Roberto

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Después de mi último encuentro con Roberto, comenzamos a salir más seguido, y obviamente a tener más acción. Un día me invitó a pasar unos días en su casa, como le darían las últimas dos semanas de diciembre de vacaciones en su trabajo, me invitó a pasarlas con él, tuve que pedir permiso a mi tía y accedió después de rogarle mucho.

Viernes 21 de diciembre.

Ese día desperté muy emocionada, más tarde pasaría Roberto por mí, desperté a las 7, envuelta en mis sábanas rosadas, vestida con una blusa larga tipo bata, me dirijo a bañarme, al salir escogí un cachetero blanco de encaje, un bra negro, un pans Adidas el cual remarca mucho mis curvas, y una blusa ombliguera blanca, mientras subía el cachetero por mi cuerpo, recordaba el comienzo de todo, y como hasta el día de hoy con el apoyo de mi familia he llegado a ser una mujer, al terminar me puse unos tenis puma rosados, peine muy bien mi cabello, me hice una cola de caballo, y me maquille un poco, aplique perfume muy dulce en mi cuerpo, bajé as desayunar y estaba mi tía desayunando antes de ir al trabajo, eran las 8:30

Tía: Estás lista para ser ama de casa? -dijo con un tono burlesco- no sé que voy hacer en estas dos semanas sin ti.

Yo: Sólo serán dos semanas, no tienes de que preocuparte, estaremos bien. Muy bien -dije con un tono coqueto mientras le guiñaba un ojo.

Término de desayunar, se despidió con un beso y un abrazo, y se fue, mientras yo terminaba, sonó mi celular.

Roberto: Buenos días Princesa.

Yo: Buenos días señor. (Le digo señor porque no le gusta, y me encanta hacerlo enfadar)

Roberto: más tarde paso por ti, tengo que ir de compras para la semana.

Yo: por que no pasas por mi ahora, y vamos los dos juntos? Te parece?

Roberto: mmm... Está bien señorita, paso en media hora, te quiero. Y colgó.

Me apure a desayunar, y subí para arreglar mi maleta, en un bolso de mano, metí maquillajes, todo tipo de maquillaje, cremas, perfumes, labiales, etcétera. En la maleta metí faldas, blusas, vestidos, ropa interior, brassieres, y pantalones, así como un par de bikinis por si se presentará la ocasión, en otra metí mis tacones, un par de sandalias. Y en un pequeño bolso, metí mi teléfono, mi billetera, llaves de mi casa, así como un paquete de condones que previamente había comprado, mientras hacía eso escuche el claxon de su camioneta, bajé a abrirle y lo invite a pasar.

Roberto: Estás hermosa Marlen, estas lista para irnos?

Yo: gracias. Sólo Ayúdame con mis maletas, por favor.

Subimos a mi habitación.

Roberto: No pensé que fueras a llevar mucho contigo.

Yo: -con voz de berrinche- Si no quieres ya no voy. Es todo lo que voy a ocupar, señor.

Roberto: Bueno, solo abre la puerta de la cajuela. Me fui por delante, moviendo mis caderas, el venía por atrás y podía sentir su mirada en mi cuerpo, llegamos a la camioneta, subió las cosas, yo regrese a cerrar la puerta de mi casa, y subimos a la camioneta.

Yo: que cosas vamos a comprar?

Roberto: comida, productos de limpieza, higiene personal, condones... -añado mirándome y alzándome una ceja mientras hacia una risita de lado.

Yo: Jaja ya los traigo en mi bolso. Reímos y seguimos platicando de su trabajo, de cómo serían las cosas, que haríamos, etcétera. Llegamos a Wal-Mart antes de que yo abriera la puerta, el bajo y me la abrió, al entrar comenzamos a ir por los pasillos, comprando las cosas, había instantes en los que varios hombres se me quedaban viendo, y él se enojaba.

Roberto: no podías usar algo más amplio? -con celo me lo decía.

Yo: No! No tengo nada más amplio, jaja celoso. Mientras me pegaba a él y lo besaba, tome su mano y la pase por detrás para que me tomará de las nalgas.

Nos separamos y yo me fui al departamento de damas, mientras él iba por bebidas, veía la ropa interior, pijamas, mientras veía la ropa interior, me gustó mucho una prenda color vino, era una tanga, la tome, junto con un baby doll rosa con bordes de encaje, llegue a dónde estaba Roberto y la eché al carrito.

Roberto: lo estrenaremos hoy.

Nos dirijamos a pagar, yo tome el carrito y fui por delante mientras Roberto por atrás, pagamos y nos fuimos a la camioneta. La plática en el camino fue más sobre su familia y su vida. Me dijo que el 24 iríamos con su familia, que me presentaría con ellos, me platico de cómo eran, que les caería muy bien, y etc. etc.

Llegamos a su casa, es un fraccionamiento, él vive cerca de un parque, es de dos pisos, en el de abajo, esta la cocina, con suficiente espacio, y un Desayunador en medio, a un lados escaleras, y a lado el baño para visitas, una sala con gran espacio, un juego de sala con 1 sofá cama, y dos chicos. En la parte de arriba, su recamara con su baño y closet, frente, otra recamara más chica, dónde llega su familia, lado otro cuarto donde tiene muchas cosas que no usa, a lado el cuarto de lavado. Primero bajamos las cosas de comida y eso, luego mis maletas, subimos al cuarto, mientras el acomodaba la camioneta y las cosas, me dijo que acomodara mi ropa en el closet junto con la suya, que sacará mis zapatos y todo, así lo hice, subió a cambiarse, se puso una playera negra, y un short de mezclilla, con unos tenis, tu en muy buen cuerpo que me vuelve loca. El bajo de nuevo y me dijo que me pusiera cómoda, que también es mi casa. Me sentía como su esposa, como es que siendo de 18 años, estoy con un hombre de 35 años, apuesto y complaciente.

Me quite la ropa que traía y el bra, me puse una de las blusas largas que traía, esta era de tirantes, ajustada de la cintura, hasta media pierna, me puse unas pantuflas y baje.

Comimos he hicimos algunos arreglos.

Por fin, llego la noche.

Acostados en la cama, me dijo. -compraste algo que íbamos a estrenar, no?

Yo: Jaja primero tengo que bañarme.

Roberto: Buena idea, vamos. Se bajó luego me jalo hacia él y me cargo, lo enredé con mis piernas sobre sus caderas y mis brazos sobre su cuello mientras lo besaba, nos quitamos la ropa al llegar a la regadera, quito mi blusa y la bajo mientras besaba mi espalda, me pegue a la pared, masajeaba mis pechos con sus manos grandes y fueres, nos duchamos, el salió primero, yo me tarde más lavando muy bien mi zona íntima, (ano) lave muy bien mi pequeño pene que apenas y se alcanza a distinguir, prácticamente es un clítoris que sólo me sirve para hacer pipí, termine y unte crema humectante por todo mi cuerpo, mis piernas, mis nalgas, mi cuello, mis brazos, y proseguí a colocarme la ropa, la tanga color vino, con la bata rosada, me veía increíble, cepille mi cabello, me maquille muy provocativa y salí, lo vi ahí, desnudo, con su miembro al aire, 25 cm venoso, Mi hombre estaba esperándome, me acerqué me monte sobre el con las piernas abiertas sobre su estómago, mientras besaba sus labios el me nalgueaba mientras soltaba pequeños gemidos

Yo: ahora soy completamente tuya, esta noche y durante dos semanas, que me va hacer el señor?

Bajo el tirante de mi bata y comenzó a besar mis pezones, los apretaba con sus labios, los mordía suavemente, me estaba volviendo loca, quito toda mi bata, se vino sobre mi, quedando el encima y yo abajo abrazando con mis piernas sus caderas.

Roberto: Te voy hacer mía una y otra vez zorrita.

Saco del cajón lubricante, unto un poco en su pene, y con sus dedos los metió en mi ano, lubricando todo a su paso, mientras yo tome su pene, era un bastón muy hermoso, un trozo de carne el cual yo moría por tenerlo dentro.

Saco sus dedos, prosiguió a poner la punta de su pene en la entrada de mi ano, empujando suavemente, sentí cada centímetro entrar dentro de mi, ya no sentía dolor, mi cuerpo se había acostumbrado a ese invitado, metió toda, sentí un pequeño golpe dentro de mi, acariciaba todas mis entrañas, solté un gemido, él se dejó caer sobre mi, besando mis pechos, y comenzó su movimiento, mete y saca, yo me abrace con mis piernas de su cuerpo, comencé a gemir Como perra.

Roberto: oh!! Marlen, Aaahhh, que rico culo tienes princesa, oh si, Marlen!! Marlen!!

Yo gemía de placer -Si papi métemela más, si así duro, Aaahhh, no la saques, más adentro, más, Te quiero dentro de mi, soy tu puta mi amor, cogeme más, que rico.

Así estuvimos Como 30 minutos, el comenzó a agitarse.

Roberto: Marlen, yaa, me vengo, Marlen

Yo sentía mi rostro arder por la agitación, -te quiero dentro de mi, no la saques.

Él se pegó a mi con fuerza, soltando un gemido, todo su semen quedó dentro de mi, nos dimos la vuelta si sacarme su pene, otra vez quede arriba de él, estuvimos ahí hasta que su pene perdiera fuerza, yo lo acariciaba por detrás, en su nuca, su cabello, mientras lo miraba. El besaba mis pechos, los acarició.

Roberto: Contigo tengo mejor sexo que con cualquier mujer, tienes un cuerpo delicioso.

Yo: Me haces sentir tan plena, tan mujer, cuando me coges me haces sentir muchas cosas.

Así estuvimos hasta que su pene salió de mi, fui al baño a limpiarme y regrese, tendí las sábanas y dormimos así, desnudos y después de un buen sexo.

(10,00)