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Mi primo atleta, su amigo y yo (Parte 1)

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Liam, mi primo, era un atleta principiante, un año menor que yo, y no mucho más alto. Debes en cuando salía de su ciudad natal para competir, una de esas competencias sería en la ciudad que resido, por ello, solo por amabilidad (ya que no soy ese tipo ‘buena onda’), le ofrecí hospedaje, el aceptó, y además acompañado por un amigo, ‘ok’ solo mencioné.

Llegó el día, mi primo (y su amigo) llegaron a mi hogar, y vaya sorpresa que me llevé. Tenía un par de años de no ver a mi primo, por eso el asombro, si me pidieran que lo describa sería algo así: una piel tan pálida y suave como un malvavisco, unos ojos tan verdes y brillantes como húmedas uvas, unos rizos castaños de ángel, y por último y más importante su cuerpo apenas marcado por el atletismo. Mientras que yo un típico nerd con anteojos y cuerpo pálido y delgado como espagueti.

Vivía en un pequeño apartamento, por lo que el amigo (Marco) de Liam se quedaría en el sofá, y mi primo y yo compartiríamos cama. Aun no tenía pensamientos pervertidos, así que fue una noche tranquila, claro sin tomar en cuenta que sorprendí a mi primo mirando porno japonés en su celular. Esto fue lo que sucedió; nos acostamos uno junto al otro, compartiendo cobija, en el celular hasta caer dormidos, luego desperté en medio de la noche y junto a mí se encontraba Liam con la mano dentro de la pijama mirando Hentai, solo levanté la cabeza, me miró y siguió con lo suyo, yo solo me dormí nuevamente.

Por la mañana, muy temprano y con mucho frio, mi primo me invitó a mirar la competencia. Pocos minutos después fuimos a donde se realizaría, y vaya de nuevo me sorprendo, tantos jóvenes tan sexys (palabra que nunca uso pero pasó por mi mente) con pantalones cortos, algunos sin camisa y otros descalzos. Después de la competencia lo acompañe a los vestidores, cielos, soy virgen y pensaba que hetero, todos empapados de sudor solo en toalla.

De vuelta a casa, al anochecer, fuimos a cenar, conocí un poco a Marco y regresamos al departamento, de vuelta a la cama. Esta segunda noche fue un poco diferente a la primera, mi primo (dormido, o eso cría) se me acercaba mucho, solo suponía que por el frio, pero aun así me excitaba la sensación, era un poco desagradable porque estaba aún un poco sudado por la competencia, eso me excitaba más. No lo pude evitar, el me atraía tanto, así que puse una de mis manos sobre su pecho simulando que me estiraba (por si acaso), luego él se movió supuse que por incomodidad pero se acomodó de tal forma que su trasero rosaba mi erecto pene. Con mi mano es su pecho, acomodados de cucharita, la fui bajando lentamente hasta sentir su bulto, me adentre en su bóxer y sentí unos pocos vellos púbicos, su pene no estaba erecto, por lo que pensé que me había confundido y en realidad el no intentaba nada, pero después el movió su trasero y lo acercó más a mi bulto, me escurría el sudor de lo caliente que estaba, pero faltaba poco para amanecer y su amigo despertaría por lo que decidí no continuar.

Esa mañana parecía que nada sucedió y desayunamos sin problemas. Liam y Marco tenía que entrenar pero poco antes de salir, luego de haber calentado un poco, es avisaron que se cancelaba por hoy, vaya vaya parece que el destino estaba a mi favor.

Los tres nos sentamos en el sofá, primero Liam, luego Marco, y después yo. Mirando series en la TV, Liam levantó una de sus piernas y las puso en el sofá, pasando por las piernas de marco y dejándome los pies sobre mis piernas, Liam traía pantalones cortos y unos calcetines blancos un poco sucios. Seguimos mirando la serie, Marco se quedó dormido en medio, y yo no podía más, esos pies me excitaban mucho, sus pequeños y un poco sudados pies, los empecé a tocar con mis dedos y luego le ofrecí un masaje como "broma" y el aceptó, entonces le quité los calcetines, olí un poco sus pies y empecé a masajear, eso me empezaba a poner el pene un poco erecto. Liam me aposto que sí primero moría el negro (típico cliché) le lamería los pies, y yo solo acepté (riéndonos). Solo pensaba "por favor que ya muera" luego de 20 minutos sucedió "perdí la apuesta". Me levanté del sofá y me incline a los pies de mi primo, humedecí mi lengua y empecé a tocar los dedos de su pie con ella, dedo por dedo lentamente, hasta lamer toda la planta del pie, podía ver en su lindo rostro que le gustaba, por ello empecé a masajear sus delgadas piernas con mus manos mientras chupaba sus pies, poco a poco empezaba a subir las manos, hasta que noté que Liam tenía el pene erecto, cuando miró que lo noté, dijo nervioso "tengo que ir al baño", tratado de cubrir su bulto con una almohada.

FIN DE LA PRIMERA PARTE

Recuerden comentar, valorar y compartir el relato. Nos vemos pronto con la siguiente parte de la historia, me pueden contactar por mi correo desde mi perfil para dudas relacionadas [email protected].

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