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Crystal: Engañando a mi novio

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Cuando Crystal supone su novio saldría con sus padres el fin de semana, decidió que haría lo que venía pensando hace meses. Y es ir su amigo Ryan, amigo de ambos llevaba meses pidiéndole una oportunidad. Le decía que la amaba. Que lo tenía loco de amor.

Así que este fin de semana probaría un poco de ese deseo prohibido.

—En serio te voy a extrañar

—Tranquila, solo será el fin de semana, demás tienes la fiesta de tu amiga.

—No voy a ir

—Anda, no quiero que estés encerrada por mi culpa.

El fin de semana se preparó para la fiesta, se puso es falda cierta con la que perdió la virginidad, ahora le quedaba más corta. En cuanto Ryan la vio llegar se quedó babeando, siguiéndola con la mirada por toda la casa.

—Hola, que guapa luces hoy

—¿Solo hoy?

—Siempre, pero hoy te ves especialmente hermosa.

—Gracias

Poco a poco fue pendo su brazo subiré sus hombros hasta tenerla muy cerca de él, luego bajó el brazo y le tomó la cintura.

—Hueles muy rico

—Si ya se, me lo puse para ti

Crystal a sus 23 años era una mujer espectacular, de casi 1.70 y un pelo castaño que lucía su piel blanca, los ojos de color y las facciones finas la convertían en objeto del deseo.

—¿Y si vamos a otro lado?

—¿Me quieres seducir?

—Creo que ya lo hice, o no habrías venido.

—Menso.

Después de varias cervezas, por fin caminaron hasta la biblioteca del padre de su amiga. Era el lugar más vacío de la casa. Y él la arrinconó contra el escritorio.

—No sabes cuánto tiempo llevo esperando esto.

—¿Te gusto?

—Me encantas cabrona, mira cómo me tienes!

Le puso la mano sobre su pantalón y pudo sentir el gran bulto que ahí reposaba.

Cuando las manos de Ryan se posaron en sus nalgas, ella sintió que había perdido la batalla, estaba sucumbiendo al deseo y necesitaba continuar. Se besaron mientras se desnudaban con la prisa de dos desesperados amantes.

—Eres una muñeca

—Que rico, sigue sigue!

—Te miro el culo desde ir éramos niños.

—¿Enserio?

—Y cada que te abrazaba hacia lo posible por sentir tus tetas, tus rica tetas!

Mientras los amantes se consumían en caricias, Mac que se había librado de sus padres se dirigía a la fiesta. Sería una sorpresa para Crystal.

—¿me mamarias mi verga con tu boquita hermosa?

—Claro, déjame ver tu verga…

Para mayor sorpresa, Mac llego por el jardín trasero, nadie lo vio venir y nadie lo esperaba. Cuando pasó por el ventanal de miro que d metro estaban teniendo sexo. Y era su amigo Ryan, lo aludí pero después ambos se quedaron helados.

Crystal de rodillas metía en su totalidad la verga en su boca, la chupaba como un caramelo. Al principio Mac quiso gritarles para ir pararan, pero luego respiro, se meció los cabellos y miró fijamente a su amigo. Movió la cabeza en señal de aprobación, Ryan tomó de la nuca a Crystal y le metió más la verga, ya no mamaba, solo recibía la verga una y otra vez.

—Ven aquí, inclínate.

—¿así papi?

—Si así, levanta tus nalgas.

—Ya métemela!

Mac miraba como su novia separaba las piernas para recibir a su amigo, que sin dudar se hundió en ella.

—Huuuy que rica verga!

—¿Te gusta ser mi puta?

—Si cógeme cógeme si que rico!

A pesar del vidrio, Mac podía escuchar el golpeteo que producían al chocar, las nalgadas de Crystal rebotaban sin parar. Le hervía la sangre, se sentía defraudado, pero inexplicablemente tenía una erección.

—Eso papito cógeme si!

—Dama tus manos

Paso sus manos por su espalda y Ryan tiro de ellas para que el choque fuera más brusco, incrementaron los gemidos de Crystal.

—Siii que rico si que rico haaa!

—Eso puta!

—¿Soy tu puta?

—Desde hoy eres mi perra!

Decidido a que viera a Mac la volteó y la recargó sobre la ventana, pero el ya no estaba ahí.

Ryan acomodo en un sillón y dejó que ella se diera de centones sobre él, podía ver su reflejo en el ventanal, ni en sus sueños más húmedos había tenido esta imagen. Pero estaba por terminar.

—Ven aquí, déjame ensuciar esa cara de ángel

—¿Me los vas a aventar en mi carita?

—Si por puta y porque me gustas

Los ojos azules de Crystal estaban clavados en la verga de su amigo, la cantidad de semen que salió fue impresionante. El líquido viscoso y caliente le escurría por la cara. Le mojaba los labios, le manchó el cabello e incluso los oídos. En cuanto pudo quitarse un poco de semen de los ojos miro a Ryan, pero otro chorro de semen le salpicó la cara. Era su novio Mac.

—¿Así que te gusta ser una puta?

—siii

—Pues abre esa boca y sigue mamando.

Entre el desconcierto y la humillación, ella siguió mamando. Hasta que Mac se retiró.

—¿Me odias?

—Te amo hija de puta!

—Ahora solo prométeme que seguirás siendo una puta para nosotros.

—¿Para los dos?

Los amigos se miraron orgullosos.

—Por el momento si. Ahora vístete que tienes que caminar de regreso a casa.

—Así, con la cara llena de semen.

—¡¿Qué?!

Le ataron las manos a la motocicleta de Ryan, luego avanzaron muy despacio mientras el semen le seguía escurriendo por la cara. Ella sumisa caminaba con una leve sonrisa en los labios. Le gustaba sentirse una pûta y ser usada como un objeto. Así que su paseo de madrugada con su novio y su mejor amigo lo está disfrutando.

—Llegamos putita

—La próxima podríamos ser más.

—¿en serio?

—Putita, ese culo merece más y más vergas.

—Gracias.

Entró a su casa a sabiendas que sería la perra de Mac, de Ryan y de cuantos quisieran usarla. Antes de lavarse la cara se masturbo, pero durmió con el sabor a sexo en su boca.

@MmamaceandoO

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