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Una tarde inolvidable

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Era una tarde cualquiera en la ciudad, aburrida de la rutina del día mientras caminaba a casa Odette encontró una tienda de cómics y mangas, intrigada por qué no la había visto antes, se animó a entrar. Recorrió los pasillos sin buscar realmente nada, había cosas que llamaban su atención pero no lo suficiente, mientras lo hacía empezó a sentir la pesadez de una mirada, así que volteo a buscar quien la veía, no vio a nadie.

Siguió hurgando entre las pilas de cómics y mangas y volvió a sentir esa mirada, esta vez no se le escaparía, fingió abrir un manga y leerlo, para buscar esa mirada, solo fue cuestión de tiempo antes de interceptar a esa mirada traviesa. ¡Era una chica! Impactada siguió viendo su manga pensando que se había equivocado, pero la mirada no se fue, Odette no sabía qué hacer, de repente ella se acercó. Sintió su presencia fuerte en ella, escucho su voz y se acercó lentamente a su oído y le dijo: Ven te voy a enseñar algo que te va a gustar más.

Ella la tomó de la mano y salieron corriendo a la parte de atrás de la tienda, era un pequeño callejón vacío, ella la comenzó a besar apasionadamente como si no hubiera mañana, acariciar su piel y sentirla toda la aventó a una rampa, Odette traía una falda que permitió que ella pudiera manipular su mano dentro de ella y la empezó a desear súper intenso tanto que rompió sus pantis.

Cuando eso paso, se las quitó y con el índice acariciaba sus labios externos luego, metió un poco su dedo, después lo metió bien para acariciar su clítoris lo recorrió en círculos, luego de arriba a abajo y comenzó a gemir muy rico después chupó dos dedos y los metió mojaditos y fríos, luego los lamió otra vez con una mano en su vagina y la otra en uno de sus pechos luego los metió e hizo que se los chupara y luego la beso, bajo con su lengua, recorrió por fuera de su vagina lamió su clítoris y luego chupó su sexo, en ese momento ella ya estaba gritando de placer y su cuerpo se arqueaba.

Mientras todo esto pasaba, ellas no notaron que unos fulanos estaban en otra tienda de frente al callejón, cuando ella sintió al fin las miradas los volteo a ver y se puso a gritarles que las dejarán terminar, ¡Nadie los había invitado! Los tipos se espantaron y se fueron y las dejaron continuar solo para permitir que Odette llegara al éxtasis del orgasmo cuando sentía su lengua en su niña, sus manos acariciándola, sintió como explotaba y dejaba venir todos sus jugos y ella gozosa los disfrutaba.

Ella muy gentil le ayudó a vestirse y le preguntó ¿Cómo sabías que yo…?

Ella soltó una sonrisa pícara y le dijo: Se te ve que has probado ¡De todo! y yo quería probarte.

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