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Deseo, Fantasía, o... Realidad?

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Deseo, Fantasía, o …….. Realidad ?

Me estoy preparando ya que hoy por fin me voy a reunir con mi amigo y vamos a hacer realidad nuestras fantasías.

Pero permítanme relatarles como han sido las cosas. Resulta que después de haber leído algunos relatos, me puse en contacto con una persona muy linda, que le voy a dar como nombre, Beto.

Beto y yo nos hemos puesto en contacto vía Internet, y tenemos muchas cosas en común, ya que ambos somos muy calientes y tenemos muchos deseos de conocernos, de acariciarnos, y de todo lo demás, que ya se podrán imaginar.

El ya leyó mis relatos y asegura que me quiere conocer personalmente, así que tomé la decisión de viajar al DF para que por fin, ese anhelado sueño pueda hacerse realidad.

Para ello, me encuentro en estos momentos en un hotelito situado cerca del cine Teresa, y ya hice algunas compras que me permitan darle una sorpresita a mi amiguito, así que me meto a bañar y me comienzo a enjabonar todo el cuerpo, muy despacito, y sin que me falte nada. Me tallo suavemente el cuerpo y comienzo a dirigir mis caricias hacia la zona anal, que con el jabón se siente suavecito, y de forma suave comienzo a introducirme el dedo, de poquito en poquito, sintiendo un placer inmenso que cada vez aumenta más y más, conforme voy introduciendo el dedo y comienzo a moverlo en círculos, para que se vaya dilatando y que esté preparado para lo que al rato vendrá, después comienzo a meter otro dedo, y luego otro más, metiéndolos y sacándolos rítmicamente, lo que hace que mi verga se ponga cada vez más dura, deseando masturbarme, sin embargo, no lo hago porque me quiero reservar para mi amiguito, para que sienta mi lechita, que con tantas ansias le he guardado y que espero dársela toditita.

Al terminar de bañarme, salgo desnudo a la habitación, y sobre la cama se encuentran varias prendas que he comprado para esta fabulosa ocasión, entre ella hay unas hermosas pantaletas rosas de encaje, otras de color negro, y unas más de color rojo encendido. También hay varias medias y por supuesto, muchos condones y suficiente lubricante vaginal, que harán de esta reunión un hecho que jamás olvidaremos.

También tengo entre las cosas que compré (además de varias revistas porno XXXX) un objeto especial, que desde que lo vi me encanto, se trata de un dilatador anal, que esta hecho de una goma muy suave y que se inserta en el culo, que se va haciendo más ancha hacia la parte de atrás y que permite que el ano se vaya dilatando, lo que provoca una sensación que es difícil de describir, pero que recomiendo ampliamente para todos los que deseen sentir algo verdaderamente fuera de este mundo.

Me pongo loción y selecciono las pantaletas de color rosa, que acompaño con unas medias de malla que tienen ligas y me las acomodo hasta arriba, y que permiten que exista un espacio entre las pantaletas y las medias en donde asomen mis muslos, que ansiosos esperan las caricias de Beto.

Después me pongo un pantalón de mezclilla azúl y una camiseta blanca sencilla, junto con mis tenis y salgo dispuesto a ir al cine, en donde he quedado de reunirme por primera vez con él.

Ya son casi las 6 de la tarde, hora en la que concertamos la reunión dentro del cine, en donde pasan películas porno muy cachondas. Lo he citado dentro del cine, ya que del lado derecho se encuentran los baños, y en la quinta fila detrás del pasillo de acceso a los baños, en el quinto lugar, es en donde tomo asiento.

Las imágenes se proyectan en la pantalla mientras espero que él se presente, y de repente se me acerca un joven guapo, con lentes, que suavemente menciona mi nombre.

¿Fer? Me pregunta, a lo que yo le respondo ¿Beto?.

Y su respuesta es una ligera sonrisa, a la que yo le correspondo y de inmediato el se sienta al lado mío, y entonces suavemente nos tomamos las manos, iniciando una conversación inocente.

Por fin, había llegado el momento deseado, el de nuestra reunión, y comenzamos a observar la película, mientras continuábamos con muestras manos una con la otra.

Entonces, a los pocos minutos de que comenzamos a platicar, siento que su mano se posa delicadamente sobre mi muslo y yo le correspondo, poniendo mi mano en el suyo, acariciándolo y acercándome cada vez mas a su entrepierna. Me acerco a su oído y le propongo que juguemos un poco, y el me responde que sí, y comienzo a explicarle detalladamente en que consiste el juego.

Se trata de que el me pide que yo sea su novia y le digo que sí, y en ese momento cariñosamente me da un tierno beso en la boca, que yo respondo efusivamente, y es entonces cuando nuestras caricias se hacen un poco más lujuriosas. En ese momento su mano ya me acaricia la entrepierna y sutilmente comienzo a bajarme el cierre y a desabotonarme el pantalón, para permitir que su mano pueda entrar todo lo que el quiera.

Al darse cuenta, el sonríe y comienza a meterme la mano, y al sentir el delicado encaje de las pantaletas, y después al sentir también las medias, me dice que si ya vengo preparado, a lo que respondo que si. Entonces el saca su hermoso miembro y yo se lo comienzo a acariciar, a sentir esa suave tersura y el calorcito que emana, lo que me hace agua la boca y se me antoja saborearlo, pero eso lo dejo para más adelante.

El juego continúa y es cuando me dice que quiere lo que las novias le dan a sus novios, esto es, la pruebita de su amor, y yo le digo que si, que estoy dispuesta a ser suya, y que inclusive le tengo preparado un regalito sorpresa que el tiene que encontrar, y entonces el me pide que vayamos a algún lugarcito más íntimo, por lo que salimos y nos dirigimos al cuarto del hotel en que me había hospedado.

Llegamos y de inmediato nos comenzamos a abrazar y a besar por todo el cuerpo, y lentamente continuamos a despojarnos de nuestras ropas, incrementando nuestras caricias, haciéndolas cada vez más cachondas.

Al bajarle el pantalón y al tener de frente su hermoso miembro, no lo dudé más y me lo llevé a la boca, dándole con la lengua a todo lo largo que es y metiéndolo hasta el fondo, llegando casi hasta mi garganta. Y después continué chupándolo y comenzando un rico mete y saca en mi boca hasta que el me pidió que parara, y que me diera la vuelta.

Entonces descubrió su regalo, que precisamente era el dilatador vaginal que yo tengo insertado en el ano, y le comenté que me lo puse para que el no tuviera ningún problema para el momento en que decidiera introducirme su linda verga en el culito.

Eso lo emocionó tanto que de inmediato me acostó sobre la cama para iniciar un riquísimo 69 en el que sentía como sus dedos me acariciaban las nalgas y comenzaban a sacar y volver a meter el dilatador en su lugar, hasta que en un momento dado me lo sacó y me dio la vuelta, y después procedió a colocarse un condón y simultáneamente a aplicarme el lubricante en el culito, introduciendo y moviendo delicadamente sus dedos dentro de mí, lo que hacían que yo me pusiera a mil, deseando ya tener todo su pene dentro de mí.

Una vez listo, apuntándome con su cabeza en el centro de mi pasión, comenzó a introducirlo lentamente, hasta que gracias al lubricante y al dilatador que tenía insertado, logró meter todo su instrumento dentro de mí y comenzó a bombear, delicadamente al principio y salvajemente después.

Mientras me lo metía y sacaba, yo me comencé a mover en círculos, lo que hacía que su miembro se tallara completamente en mi interior, y durante varios minutos seguimos así hasta que de repente lo sacó, me dio la vuelta y retirándose el condón, me lo acerca a los labios y me dice que se va a venir en mi boca, lo que me va a permitir saborear el rico sabor del semen de mi hombre, mientras me dice cosas ricas, como el que soy una verdadera putita, que cojo muy rico y que esto es solamente el principio, ya que estamos dispuestos a permanecer cogiendo hasta el día siguiente.

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