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Masaje para mi esposa

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Soy el esposo cornudo, que solo desea que mi esposa, la profesora, disfrute de su sexualidad al mil por cien. Nosotros somos un matrimonio con 8 años de casados, dos pequeños hijos, tenemos ambos 38 años, ella es profesora y yo, bueno, yo soy el cornudo. Ella es una mujer espectacular, físicamente ella mide 1.50, su rostro muestra una cara angelical, su cuerpo es proporcional a su estatura, tiene sus senos copa B, caderas anchas y un culote espectacular, piernas gruesas y torneadas, tiene un poco de pancita por los dos hijos. Ella es muy recatada, no es una puta en la cama, bueno hasta ahora. Yo soy moreno, 1.75, cuerpo macizo, marcado, mi pene 16 cm.

Todo esto comenzó, desde el ultimo embarazo de mi esposa, dejamos de tener sexo a los tres meses de embarazo por recomendación del médico, como les comento mi esposa era muy recatada, no practicaba sexo oral ni me dejaba realizarlo, sexo anal ni nombrar, se sonrojaba al ver al negro de whatsapp. Todo esto me llevo a practicar periódicamente la masturbación, no quería ni quiere ser infiel a mi esposa con otra mujer. Recién a los 24 meses de nacido mi hijo, comenzamos a tener relaciones, nada fuera de lo normal, misionero y fue. Es acá donde mi virilidad y ansiedad me han provocado que acabe en menos de 1 minuto, sin poder satisfacer a mi esposa, si bien ella no me decía nada ni reclamaba, se nota cuando tu mujer queda insatisfecha. Comenzamos con juegos sexuales, caricias por mi parte a ella, precalentándola por media hora y después a la hora de penetrarle, duraba 1 minuto. Ella no me realizaba ningún cariño, masturbación, sexo oral nada.

Con el tiempo esta situación se fue acrecentado, con decir, que yo la comenzaba a tocar mientras ella dormía, y la penetraba mientras ella se hacia la dormida. Ya con la entrada de ella a su trabajo, más la atención de los niños, mi constante ausencia de la casa por motivos laborales, hizo que ella estuviera menos dispuesta a tener relaciones, estaba cansada, estresada. Un día tome su celular y vi una conversación de ella con una amiga, donde le contaba lo insatisfecha, cansada y estresada que estaba, la amiga le respondió: hazte unos masajes con final feliz. Mi esposa le dijo que era eso, respondiendo ella le dijo que eran un masaje que además podía tener relaciones sexuales con el masajista. Mi esposa respondió: voy a pensarlo, pero no quiero engañar a mi esposo

Yo había fantaseado en que mi esposa estuviera con alguien más, además ella siempre miraba a las personas de color negro, y cuando estábamos de novios, ella me comento que era su fantasía estar con alguien de color. Visto esto, decidí armar un plan para que ella, recibiera el mejor masaje de su vida.

Busque en la zona que vivimos algún masajista de color, encontré a un muchacho de color, que venía desde Francia a probar suerte. Me contacte con él, aunque se sorprendió pensando que necesitaba de sus servicios para mí. Le explique mi situación y que necesitaba que le realizara un masaje con final feliz a mi esposa. Pierre, mide 1.85, delgado, musculado, 27 años, su pene mide 23 cm por 8 de diámetro. Le explique que la idea era que le realizara 2 o tres masajes por tres semanas totalmente normal, insinuando a mi esposa que podrían hacer algo más. El acepto sin problemas.

Estando con mi esposa en casa, ya acostados, conversando y acariciándonos, ella me dice que se encuentra muy cansada para tener relaciones. Le dije no te preocupes, buscare la forma de que te sientas mejor. Al otro día en el almuerzo, le entregue un sobre, ella lo recibió muy asombrada, lo abre y lo lee en silencio. Luego de un tiempo, me dice: es verdad o es una broma de mal gusto, me estas regalando 4 sesiones de masajes para mí. Respondiendo yo que era cierto, que era un obsequio por todo lo que hace, y se merecía un regaloneo. Que además podía empezar esa misma tarde con los masajes.

Mi esposa, se comunicó con Pierre, ella es primera vez que asiste a un masajista. Quedaron que las sesiones las realizarían en nuestra casa. Como nuestros hijos no llegan de su colegio hasta las 6 de la tarde, tenía tiempo para su relajo.

Pierre llego puntualmente a las 15:00, se presentó con mi mujer y conmigo. Le explico a mi esposa en que consistía su servicio ante la atenta mirada de mi esposa, que por la forma en que se movía, hablaba, y el color de su rostro, le encanto el masajista.

Mientras Pierre preparaba sus utensilios, le solicito a mi esposa que se quitara su ropa, quedando solo con su bikini. Ella me comento lo profesional que se veía el masajista, además me pidió que me quedara junto a ella, por cualquier cosa.

Pierre, mientras tanto no perdía tiempo, llenando de halagos a mi esposa, lo bien que se veía, lo afortunado que era yo al ser su marido.

Ella se recostó sobre su abdomen en la camilla, Pierre le descubrió su espalda, dejando cubierto solo su maravilloso trasero, Pierre, doblo muy bien la toalla dejando ver perfectamente la entrepierna de mi esposa. Ella por su lado respiraba profundamente al sentir las manos de Pierre recorrer desde su cabeza a sus pies, Pierre pasaba sus manos grandes de gruesos dedos, pero muy hábiles por toda la blanca piel de mi esposa, yo en ese momento ya estaba a mil.

Cuando Pierre le pidió a mi esposa que se volteara, ella le dijo que le daba vergüenza que el la viera, Pierre respondió que era todo profesional y que yo estaba ahí para cuidarle.

Ella volteo, y sus pechos estaban erguidos, sus pezones duros y erectos como nunca, y se podía apreciar que su bikini estaba húmedo por la excitante manera de masajear que tenía Pierre, este comenzó su masaje sobre su cuello, bajo por sus hombros, acaricio el contorno de sus senos, dando mi esposa entrecortados suspiros, bajo por su abdomen mostrando su piel signos de excitación al estar erizados sus bellos, cuando bajo de su abdomen a su cadera y muslos, ella instintivamente se contrajo, apretando el borde de la camilla con sus pequeñas manos manteniendo sus ojos completamente cerrados. Concluye la primera sesión con un suave masaje en sus piernas y con sus pulgares subiendo por sus muslos hasta casi tocar su vagina.

Las dos siguientes sesiones, mi esposa disfruto de la misma forma, ya Pierre conocía su cuerpo, incluso en la tercera sesión le solicito estar completamente desnuda, a lo cual ella no se negó, Pierre realizo los mismos masajes de las semanas anteriores, incluyendo ahora sus glúteos grandes, con sus dedos comenzaba a rozar y a acercarse a su ano y vagina, todo esto mientras mi esposa no para de respirar agitadamente con sus ojos cerrados, abstraída completamente en ese momento, además Pierre se encargada de que su pene fuese rozado por las manos de mi esposa, a lo cual ella no decía nada.

Cuando termino la cuarta sesión, Pierre le pregunto a mi esposa como se sentía, si necesitaba algo más, ya que esa era la cantidad de sesiones contratadas. Mi esposa respondió que si era posible seguir con las sesiones, ya que ella necesitaba relajarse aún más. Ambos me miraron a modo de consulta, a los cual yo le indique a Pierre que no tenia problemas. Que siguiera hasta conseguir que mi esposa disfrutara al 100% del masaje, veo que lo disfruta y eso a mi también me gusta.

Ya en la noche, acostados con mi esposa, esta estaba más ardiente que nunca, hicimos el amor, y yo para variar la deje con las ganas.

Llego el día de la quinta sesión de masajes, con anterioridad me puse de acuerdo con Pierre que ese día yo me ausentaría, y que debía dar un final feliz al masaje de mi esposa. El contesto que no me preocupara, y que si podía llegar antes a la cita.

Pierre como siempre fue muy puntual, llego a las 13 h, mi esposa tendría 5 h para disfrutar de su masajista sin problemas y sin su marido a su lado. Yo deje la cámara de vigilancia grabando en modo silencioso, lo podía ver todo desde mi teléfono. Mi esposa se preparó como nunca, una ducha larga con agua caliente, vi después que dejo solo un hilo de bellos en su vagina y agrego un suave perfume en su cuerpo. Pierre preparo sus cosas, y cuando ya comenzaba el masaje, hago sonar la alarma de mi celular, salgo del living hacia el patio, comienzo hablar, luego entro y les pido disculpas a ellos, que me tengo que retirar por una emergencia, mi mujer me dice que porque ahora, le digo no te preocupes, quedas en buenas manos y que disfrute su masaje. Ella se nota disgustada. Le pedí a Pierre que me diera 5 minutos para llegar a un lugar y ver tranquilo como era el masaje.

Encendí mi celular, y comencé a ver el masaje con final feliz.

Mi esposa estaba sobre su abdomen en la camilla, totalmente desnuda, con sus piernas ligeramente abiertas, mientras Pierre realizaba sus masajes, esta vez realzando ellos en sus glúteos deforma de acariciar su ano y vagina, mi esposa le decía que siempre yo estaba trabajando, que ella se sentía cansada, sin ganas de nada, y además nuestra vida sexual estaba delicada porque yo no le satisfacía sexualmente a ella. Es acá donde Pierre, le dice, yo lo único que puede hacer por usted es mediante mis masajes usted termine feliz, y sin más pasa su mano desde el coxis hasta la vagina, dando mi esposa un saltito y un suspiro de excitación, sin reclamos.

Pierre comenzó a masajear su vagina sus labios, su clítoris y su ano, es acá donde ella, como nunca la había visto y sentido disfrutaba más. Pierre toma la mano derecha de mi esposa, le da un masaje de arriba a abajo, besa desde sus dedos hasta el hombro, luego sin soltar su mano, la lleva a su entrepierna, donde mi mujer toma su pene erecto, diciendo lo maravilloso que sería disfrutar de un masaje de ese monstruo en su vagina. Ella se voltea, deja ver sus senos duros con sus pezones erectos, levanta un poco sus piernas abriéndolas permitiendo que Pierre le realice un masaje en su vagina, Pierre acerca uno de sus gruesos dedos a la boca de mi esposa, esta lo succiona y lo humedece y lo llevan a su vagina. Ella ya se retuerce por la excitación, Pierre le da a probar de sus propios jugos, a lo cual ella lo disfruta. Pierre se desnuda, mientras ella lo mira con placer.

Pierre, acerca su pene erecto a la boca de mi esposa, ella se lo introduce lo que más puede y comienza a succionarle su miembro. Cosa que a mi nunca me realizo. Yo ya estaba por acabar.

Pierre, desciende hasta la vagina de mi esposa y comienza a lamer desde su ano hasta su clítoris, provocando en ella placer, excitación al máximo, su cuerpo se retuerce, ella pidiendo que pare que la penetre.

El sigue con su juego, insertando sus dedos índice y medio en su vagina y con su dedo pulgar comienza a acariciar su ano, que ya estaba lubricado con los jugos que salían sin cesar de la vagina de mi esposa. Ella jamás me permitió algo así, aunque verla en esa situación me excitaba mucho.

Pierre, sube sobre la camilla, separa las piernas de mi esposa, acerca su pene en la entrada de su vagina y comienza a moverla de arriba a abajo, llegando hasta su ano, sin dejar de masajear su clítoris con su pulgar, mi esposa esta aferrada a la camilla, pidiendo ser penetrada.

Pierre comienza a penetrarla suavemente, sintiendo ella como ese trozo grande y jugoso de carne le abre sus entrañas, llegando hasta donde nunca antes había llegado nadie, ella comienza a respirar agitadamente mientras siente que su masajista toca con sus bolas su culo, sintiendo la cabeza del pene en lo más profundo de su ser, Pierre se queda inmóvil, dejando que ella disfrute este momento. De un momento a otro Pierre, la toma de sus caderas y comienza un vaivén que hace estremecer y gemir como una puta a mi esposa, que pide a gritos que la penetre fuerte. El responde solo con movimiento más duros, le pellizca sus pezones ardientes, inserta sus dedos en la boca de ella, le pide que se gire, quedando en posición de cuatro, con sus dedos húmedos por la saliva de mi esposa, comienza a dilatar su ano, ella participa moviendo en círculos su cadera y sola insertándose en la vagina su verga negra y en su culo los dedos de su masajista. Ella pone sus brazos hacia el frente, Pierre sin dejar de penetrarle ella consigue su primer orgasmo, pidiendo que este se detenga, pero Pierre quiere el premio mayor, su culo.

Ella trata de parar, pero sentir como su vagina pide más verga y su culo virgen también, ella solo se deja llevar, Pierre toma su pene lubricado con los jugos de mi esposa, acaricia el ano de ella y comienza a insertar su pene, mi esposa se queda en silencio, si comienza a mover su culo hacia atrás ayudando a Pierre. El ano de mi señora al ser virgen, estaba muy apretado además con la verga descomunal de Pierre, a este le costó insertar el glande, dando mi esposa un salto y un quejido, Pierre le dijo si paraban, ella se quedó en silencio, luego de un minuto comenzó ella nuevamente a empujar sobre la verga de Pierre, insertándosela por completo, seguía ella moviendo su culo en círculos, ahora gimiendo de placer, Pierre la toma de las caderas, abriendo con sus manos las nalgas de mi esposa, permitiendo que toda su verga se inserte en ese culo maravilloso.

Pierre, hizo que mi esposa disfrutara de toda su verga en todas las posiciones, ella por su parte estaba enloquecida con la verga de Pierre, hicieron el amor 3 veces. Pidiendo en todas ellas mi esposa, que la penetrara por todos lados. Llenando de esperma su vagina, ano, boca, senos.

Cuando regrese a casa con nuestros hijos, mi esposa se encontraba en la pieza, durmiendo. Llego la noche, y en el silencio de esta, consulte a mi esposa como estuvo la sesión de hoy y si continuaría con los masajes, ella respondió que por ahora era suficiente, quizás mas adelante. Desde esa fecha hemos hecho el amor, y ella sigue siendo la esposa que se sonroja al hablar de sexo o querer probar cosas nuevas. Aunque me ha permitido acariciar y penetrar su ano con uno de mis dedos.

Continuará.

 

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