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Las ventajas de pasear al perro por las noches.

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Durante el tiempo que viví en un pueblo al oeste de Sevilla; Un día cercano a la medianoche mientras paseaba a mi perro por una plaza aislada del barrio, vi que a unos cincuenta metros de distancia se encontraba una pareja que se escondía entre unos altos contenedores vacíos situados a un lado de la acera. Se veía que hablaban y acariciaban apasionados; se besaron durante un momento y de pronto discutieron fuertemente, minutos después estaban en paz de nuevo continuando con muchísima más pasión su morreo.

Fui acercándome lentamente en actitud indiferente con mi perro. Ya a unos 25 metros de distancia, le reconocí a ella, recordando que alguna vez habíamos compartido cortos y desinteresados comentarios de bar de pueblo y que ella solía ir acompañada con un chaval por las tardes y con otro distinto por las noches. Era rubia bastante alta, de cabello liso y largo, llevaba una blusa blanca y unos ajustadísimos pantalones del mismo color, que a cualquiera le permitía enterarse a buena distancia de su prominente culo. Del chaval que estaba con ella, que no era ninguno de los que le acompañaban al bar, no mucho que explicar; un tío alto, delgado y normal.

No presté mucha atención hasta que con mucha sorpresa vi que el tío este ( que de tío normal pasaba a ser un tío con un prominente nabo) le bajaba hasta las rodillas los pantalones y comenzaba a follarla estando ella apoyada de manos contra un árbol. Vieron que los estaba observando y no les importó. Mas bien parecía que gozaban siendo observados.

Quedé paralizado un momento hasta darme cuenta que la mujer me miraba con detenimiento y gustosa de mi observar. No dejaba de mirarme ni aun con la notoria excitación que le estaba brindando su compañero. Solté a mi perro quitándole la cadena y collar sabiendo que se alejaría lo más pronto posible y que no regresaría hasta que yo lo llamara, según su costumbre. Me acerqué decidido a ellos.

Ella sonrió con morbo al verme acercar y algo le dijo al muchacho, quien hizo un gesto muy breve asintiendo no convencido pero continuando su tarea de follarle el coño desde atrás, mientras con los brazos extendidos y volcando su cuerpo sobre la espalda de ella, se apoyaba también sobre el árbol. Esto me excitó verdaderamente. Elevé su camiseta por encima de sus tetas, masajeándoselas y pellizcando sus pezones ya duros. Enseguida ella metió una de sus manos dentro de mi pantalón acariciando mi bulto, mientras con la otra mano me quitaba el cinto y bajaba mi cremallera. Se agachó y decidida comenzó a mamarmela mientras el otro seguía dándole desde atrás.

En él, se notaba en su rostro, un antagonista sentimiento de placer por la situación y disgusto por mi presencia; provocándole cierta ira mezclada con morbo; lo que le llevó a bombearle ahora con inusitada rapidez y fuerza, provocando en ella que sus tetas (aunque medianas en proporción a su culo) marcaran un frenético movimiento pendular hacia adelante y hacia atrás. Levaba tiempo que no veía tanto morbo en los ojos de alguien como lo demostraba la mirada de la rubia. Mientras más duramente le follaban su agujero, ella mas vigorosamente lamía y chupaba mi dura verga.

La cadena del perro aun seguía en mis manos y me sentí algo quedado; no sabia que hacer con la jodida cadena; Pero mi mente voló en un instante, sintiendo deseos de ponérsela en el cuello a la chica. No lo pensé más. Y así lo hice, sin interrumpirle la mamada que me proporcionaba, envolví su cuello con el collar de cuero, ajustándole la hebilla, lo suficientemente ceñido para que no se saliera y que no le dañara. Ella aprobó mi actitud con su mirada de sorpresa y lascivia. Instantes después aseguraba el otro extremo de la cadena a la rama mas baja del árbol, sin que esto le obligara a elevar su cuerpo y pudiera continuar muy cómoda con la golosina que ocupaba su boca e imposibilitando de momento que ella pudiera alejarse mas allá de medio metro del árbol.

Ella mostrándose hábil y conocedora del tema, al haber llevado mi verga a buen tamaño, con otra sonrisa dirigida a mí, me colocó un condón casi sin que me diera cuenta, ni tampoco de donde lo había sacado y diciéndome:

.........-Ahora fóllame tu "gringo"-...... giró de lado para satisfacer con sus hambrientas fauces a su inicial compañero.

Mientras ella se la mamaba ahora con fuerza al amigo, tomé la posición anterior de éste penetrándole el coño también desde atrás. Su raja era sorprendentemente enorme por lo que mi verga bailaba un poco dentro de ella, por lo que luego de un rato opté por penetrarla por el culo. Una vez dentro de su orificio trasero tomé sus brazos llevándoselos hacia atrás, estando así mejor posesionado y dándole muy duro en su agujero. Evidentemente también allí ya habían entrado antes muchas pollas, por lo poco que me costó mecérsela. Al cabo de un rato, su compañero inicial le ayudó a elevar el cuerpo y volvió a penetrarla por el coño. Hasta este momento parecía ser que esta mujer era imposible que tuviera un orgasmo, ya había pasado media hora de estar follandola... y nada... gemía y se movía muy gustosa pero no acababa.

La rubia elevó sus brazos y entrelazándolos en la cadena aseguró sus manos casi por dejo de la rama tomando así, una posición mucho más cómoda para ser follada por delante y por detrás al unísono. Las embestidas del co-equiper se volvieron nuevamente alocadas, bestiales, entorpeciendo en ciertas ocasiones mis movimientos. La rubia acompañaba hábilmente repartiendo sus movimientos pélvicos a sus dos folladores. El sándwich que le estábamos haciendo pareció conmoverla y llevarla a un grado extremo de excitación aunque tardó unos diez minutos mas en ponerse a gemir y jadear como posesa hasta su grito final (ahogado por una de mis manos que tapaban su boca); nos mostraba su largo orgasmo.

El siguiente orgasmo fue el de su amigo, que cogiéndole a ella del cuello y casi asfixiarla y con una ultima embestida brutal empezó a depositar su liquido en la amplia raja de la rubia. Tal cantidad que pude observar como sin que el se la hubiese sacado de adentro, restos de su semen caían al suelo. Yo no aguantaba mas tampoco, ella se dio cuenta. Y diciéndome:

-Quiero tu leche en mi boca, "gringo"-.

Y volvía a agacharse un poco para mamarmela de nuevo, esta vez, estirando al máximo y hacia abajo la piel de mi verga, apretándomela duramente con su mano, absorbiéndola continuamente con sus labios y mordisqueándomela sin olvidar de lamer y chupar mis testículos cada tanto.

En breve ella estaba dándose el gusto con mi leche y dejándome muy satisfecho con su mamada........... Luego de pasado mi orgasmo, recién allí me di cuenta que su amigo ya no estaba. La experiencia sé habia desarrollado casi en total silencio, excepto por sus dos frases hacia mi y los jadeos y gemidos de los tres, por lo que no fue sorpresa que continuáramos sin hablarnos, dedicándonos solo algunas miradas complacientes. Yo mientras, pensaba que de tener otra cadena mas, me hubiese dado mucho morbo dejarla semidesnuda y atada de manos y de cuello al árbol........

Al tiempo que acomodaba mis ropas ella se quitó el collar y la cadena entregándomelos con otra nueva sonrisa cómplice. Sin mas nos dirigimos en direcciones distintas......... Llamé en vano a mi perro que ya estaría en la puerta de mi casa y me fui hacia allí. Mas tarde volvería a cruzármela en un que otro bar tanto de tarde o noche, con sus dos y distintos habituales compañeros por separado, dirigiéndonos solo alguna mirada y sonrisa cómplice y algún cruce de comentarios como "al pasar" y nada mas.....

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