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Mi única infidelidad

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Le fui infiel a mi marido una sola vez porque después de haberlo hecho me sentí culpable y además no me reconocía a mi misma.

Yo tenía un vecino con el cual tenía cierta atracción sexual de forma mutua pero nunca se dio la situación en donde pudiéramos estar solos hasta aquella mañana.

Luego que mi marido se fue a trabajar yo invite a tomar mates a este vecino. La atracción era tal que luego de unos mates yo ya estaba sentada encima de el besándolo y el manoseándome. Luego de esos besos, yo de forma desesperada le baje el pantalón y empecé a chuparle la pija con muchas ganas. Él estuvo callado al principio pero después me empezó a decir cosas.

El: te gusta mi pija putita?

Yo: me encanta corazón.

El: métetela toda puta de mierda.

Mi marido no era de decirme groserías así pero me gustaba lo que estaba escuchando, me excitaba bastante sus palabras e hizo que me convirtiera en otra mujer, en una guarra. Luego yo me puse en posición de perrito sobre el sofá y el me empezó a penetrar bien fuerte haciendo que sus bolas golpeen de forma muy violenta con mi cola. Desde cualquier rincón de la casa se podía escuchar el sonido de sus huevos estrellarse en mi cuerpo. Además el siguió diciéndome groserías a medida que se sacaba la ropa.

El: te gusta putita?

Yo: ahh ahh si ahh.

El: más fuerte puta que no te escucho.

Yo: ahh me encanta.

El no quiso acabar todavía ya que le quedaba por hacer otra cosa.

Después de estar siendo penetrada en el sofá el me la saco y me pidió que se la chupe. Cosa que hice sin pensarlo dos veces.

El: vamos a tu habitación que te quiero romper el culo en la cama que compartís con el cornudo de tu esposo.

Fuimos a mi habitación y me hizo sacar toda la ropa, estábamos desnudos los dos. Me volvió a colocar en cuatro patas sobre la cama y me la volvió a meter en la vagina. Me embestía de una manera tal que sentía que su poronga llegaba hasta el final. Luego la saco y metió su lengua en mi ano y después introdujo dos dedos de su mano. Ya con mi ano dilatado metió su pija y me hizo sentir un placer que nunca antes había sentido. Me embestía como un loco, en un momento pensé que me iba a romper todo. La cama se movía para todos lados y yo gritaba como si me estuviesen asesinando en vez de estar teniendo sexo.

Él no se detuvo y siguió hasta que sintió que se venía y en vez de acabar dentro de mi culo, saco su poronga de mi ano y la llevó a mi cara. Yo le hice una mamada que no duro mucho tiempo porque él se masturbo y me exploto en la cara. Luego él se recostó para descansar un instante y yo se la chupe hasta que su pija volvió a su tamaño normal. Después él se fue y yo mientras me bañaba recordé todo lo que había hecho hace un instante y me agarró cierta culpa por mi esposo y además no me reconocía a mi misma, sentía que fui otra persona.

Sucedió que debido a esta culpa que sentí prometí no volver hacerlo y menos en mi casa.

 

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