Me introduje en ella, mi pene resbalaba rico una y otra vez mientras Andrea gemía.
Andrea estaba abierta de piernas y gustaba de acariciarse el clítoris mientras la penetraba.
Sus uñas perfectamente arregladas brillaban y combinaban con el color de sus pezones
Me encantaban los gestos que hacía mientras gemía, inclusive había momentos en que ella sonreía de lo rico que estaba sintiendo mientras le hacia el amor rico.
Sus gemidos se hicieron mas intensos cuando me tomo por la mano derecha,…
Andrea estaba teniendo su primer orgasmo de la tarde; me encanto ver como se estremecía con mi pene dentro de ella y su mano acariciándose.
Me la imagine por un momento sola, teniendo su momento de placer al ver como se acariciaba el clítoris y los pezones.
Quizas debería comenzar por el principio, tal vez se pregunten quien soy y con quien estoy. La verdad es que estaba con una amiga de la universidad que me pidió el "favor" por así decirlo, ya que no completaba para su colegiatura. No me sorprendía, la colegiatura en esta universidad es muy cara, ya que es supuestamente de prestigio.
Yo de hecho tengo novia, pero Andrea fue muy hábil y me sedujo. Me invito a su casa con un pretexto tonto y apenas me di cuenta se me presento vestida con lencería negra y tacones.
Acto seguido comenzó a besarme y acariciarme en la entrepierna
– Por favor Erick, solo por esta vez, necesito de tu apoyo
– Ah… este… si… bueno… está bien – Alcance a decir
– Gracias Erick, solo podía pedirle esto a alguien de confianza.
Espero que no pienses que hago esto todo el tiempo y con quien sea. Es solo que en esta ocasión no me administre bien y se me juntaron muchos gastos.
– Te entiendo, no te preocupes, no le diré a nadie
Fue cuando hice a un lado su pantaleta para humedecerla y probar su intimidad.
Después de que tuvo su primer orgasmo le pedí que se volteara.
Me puse detrás de ella, la tome por la cintura, hice a un lado su cabello negro y le bese el cuello. Mi pene erecto descanso por un momento en medio de sus nalgas.
Con mi mano en su espalda le indique que se inclinara hacia adelante. Mi pene se acerco a ella y con su mano me ayudo a entrar en su "cuevita" húmeda. Comencé a tomar ritmo dentro de ella mientras volteaba a verme de reojo a través de sus anteojos.
– ¿Rico? – Le pregunté mientras le hacia el amor a esta chica tan guapa
– Si Erick, rico… ahhh… ahhh,si, me encanta… cógeme, cógeme – Me respondió de forma agitada y cachonda
Mientras la penetraba, no deje pasar la oportunidad de acariciarle las nalgas y el ano, al tiempo que su hermoso trasero chocaba con mis muslos. Podía ver como mi pene erecto y húmedo desaparecía por completo dentro de ella y aparecía victorioso para después volver a desaparecer.
Disfrute mucho haciéndole el amor de perrito hasta que finalmente me vine en su interior, poco después mi semen comenzó a salir de su vagina escurriendo poco a poco. Estábamos tan sudados y sucios que nos duchamos antes de irnos.
Viéndolo en retrospectiva fue un error haber accedido a su "petición" porque paso algo que ninguno de los dos había previsto: Nos enamoramos.
Nuestro primer encuentro sexual surgió a raíz del apoyo económico, pero era obvio que eso ya habia pasado a segundo plano.
Siempre nos despedíamos prometiéndonos que ya no haríamos esto, pero más temprano que tarde ya estábamos en algún lugar desbordados en pasión.
Al entrar en la habitación Andrea se dirigió al baño. Tardo un poco pero al salir, traía puesta su lencería de color negro tal como me gusta:
Se acerco a mí, me besó y me dijo:
– Traigo unas ganas de que me cojas Erick que ya no aguanto. Me humedecí en clase pensando en ti, en que me hacías tuya.
– Te pusiste lencería – Dije sonriendo
– Si Erick, quiero complacerte
Aproveche su cercanía para besarla y acariciarle las nalgas, esos dos motivos tan sugestivos que ella usa para seducirme.
La lleve a la cama y la abrí de piernas suavemente. Quería demostrarle cuanto me gustaba usando solo mis labios y mi lengua en su vagina y así lo hice hasta que la llevo al borde del éxtasis.
– Hazme tuya Erick, por favor… Ahhh… ya no aguanto – Alcanzaba a decirme entre jadeos eróticos
Admito que ya llevaba un buen rato disfrutando del sabor de su vulva, como si estuviera saboreando una fruta viscosa; mi lengua alcanzaba a entrar en su cavidad y a ella le encantaba.
Me coloque sobre ella y la volví a hacer mía en la posición de misionero, viéndonos a los ojos, diciéndonos cuanto nos gustábamos y nos gustaba disfrutar del sexo juntos.
– Me encantas Andrea
– Y tu a mi Erick, mucho… me encantas – Me decía de forma agitada mientras la penetraba
Poco después me senté en medio de la cama y ella se sentó sobre mi, la posición perfecta para tomarla por el culo y besarle los pechos.
Andrea se movía de arriba a abajo mientras mi pene erecto resbalaba rico dentro de ella.
Por whatsapp también teníamos nuestros momentos eróticos
– ¿Sabes que estoy haciendo en este momento? – Escribió Andrea
– Mmm no ¿que haces?
– Estoy en el sillón completamente desnuda acariciando y masturbándome pensando en ti ¿gustas?
– Me encantaría, pero hoy no podre irnos
– Tu te lo pierdes, estoy teniendo orgasmos muy ricos. Aquí voy a estar por si cambias de opinión
Ahhh… ahh… ah…
Sin duda que fue una relación muy intensa la que tuve con ella.
El más afectado por esta aventura fui yo, porque inevitablemente empecé a comparar los gemidos de mi novia con los de Andrea… su cuerpo… sus senos… todo.
No se cómo decirlo, Andrea era más sensual, como que gemía más rico… más mujer.
Me afecto tanto que, un día mientras le hacia el amor a mi novia se me salió el nombre de Andrea.
Al terminar me pregunto molesta quien era Andrea.
Finalmente hice lo que debí hacer, le platique todo y terminamos. Poco tiempo después inicie una relación formal con Andrea, pero meses después también terminamos.
Nos dimos cuenta que lo nuestro solo era atracción física.
Y tal como lo había imaginado, me quede sin novia y sin amiga. Después de todo lo que vivimos era difícil estar juntos como si nada hubiera pasado.
La lección fue dura para mí, el hecho de que te guste mucho alguien no significa que sean compatibles a largo plazo. No lo leí en ningún lado… lo viví.
FIN