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Una mamá adoptiva con tetas gigantes (Parte 3)

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Cuando entré al baño Paula estaba enjabonada de pies a cabeza, me metí a la regadera y le dije que si quería ayuda. ‘Está bien -me dijo- enjabóname toda mi niño’, eso me prendió aún más. No perdí tiempo, mis manos se abalanzaron sobre esas dos enormes ubres y empecé a ponerle jabón como loco, le puse shampoo y acondicionador en el pelo.

Después de un rato lavando semejante cuerpo, le pregunté que si quería depilarse la vagina. ‘Como crees! -me dijo- nunca lo he hecho...’, ‘siempre hay una primera vez’ le conteste, ‘está bien pero no me vayas a cortar con el rastrillo’ me dijo.

La depilé todita y su piel quedó suave como la seda, tomó mi brazo y se lo metió entre las piernas, se movía de atrás para adelante. Que rico se siente me dijo, nunca había sentido unos brazos tan fuertes agarrándome las tetas y las nalgas! Así estuvimos por un buen rato hasta se vino todita.

Después de eso le pedí que me hiciera una rusa.... una rusa para los que no saben, es que te pongan el pene entre sus tetas. Aquello era un espectáculo digno de una película erótica, la levante y la puse en cuatro y empecé a mamar ese enorme culo.

No me podía contener era hermoso sus nalgas eran un manjar las apretaba, las golpeaba, las masajeaba. Me empezó a mamar el pene con gran destreza. Ahora ya estás aprendiendo le dije, ahora me toca a mi mamarte esas tetas que me tienen loco por su tamaño. Si son todas tuyas has con ellas lo que quieras me dijo! trataba de metérmelas a la boca cosa que era imposible, chupaba esos pezones sin compasión.

Como queriendo ver una gota de leche materna algo que no pasaría, pero a mi me excitaba eso, pensar que yo era su bebé y que tenía que amamantarme. Nos salimos de la ducha y nos fuimos a la habitación, su cuerpo estaba pidiendo a gritos ser poseído, nos besamos apasionadamente como si fuéramos marido y mujer. Quiero que me hagas tuya como nunca lo han hecho me dijo, la empecé a penetrar y me di cuenta de que esta vez estaba más relajada, la puse en cuatro y le empecé a dar golpes en las nalgas con mi pene de 20 cm.

Quiero que me la metas duro me dijo, quiero sentirla toda dentro de mi que no quede nada afuera, así lo hice y después le pedí que quería metérselo por el ano. Hay mi niño esa cosa me va a matar como crees que eso va a entrar por allí, pero si eso es lo que quieres está bien lo que pida mi hombre, eso si que me excito nunca pensé que mamá paula fuera tan perra y pervertida. Mi pene no entraba y le dije que se relajara que así sería más fácil. Por fin entro y aquella sensación era única, me moví despacio para que ella disfrutara como yo lo hacía, la tome por la cintura y empecé a metérselo cada vez más rápido.

Acabamos los dos al mismo tiempo y eso me dejó fulminado.

Así fueron mis días con mamá Paula una mamá adoptiva de tetas gigantes que también le gustaba por el ano.

¡Fin!

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