Nuevos relatos publicados: 13

Clueless: en la onda, las amigas de Cher (Capítulo primero)

  • 14
  • 4.832
  • 9,67 (6 Val.)
  • 0

Cher estaba muy enojada con Sidney porque se había puesto el mismo vestido rojo que ella, y aquella era la peor de las ofensas para Cher. Cher se vanagloriaba de estar siempre en la onda; ya se tratase de moda, música, cine, chicos o comidas. También sus amigas intimas estaban siempre a la moda; esa era su tarea.

Ella había visitado la semana anterior a un parapsicólogo con algunas amigas para una sesión de espiritismo. El médium parapsicólogo quedó sobrecogido con el aura de Cher. Le dijo que ella era la persona con mayor poder hipnótico que él había visto en su vida -y he visto muchos- dijo.

Ella habló sobre esa entrevista con Dion, su mejor amiga, pero ninguna de las dos se creyó ni media palabra.

-Sólo quiere jugar contigo, no le creas- le dijo Dion, una bellísima adolescente de color.

-¿Por qué?

-Tal vez quiera introducirte en el espiritismo.

-¿Y si yo tuviera ese grandioso poder?

-¿Qué harías con él?

-¡Sidney pagaría por lo que ha hecho!

Estaban en su instituto en Beverly Hills y allí estaba Sidney sonriéndolas.

-Es una perra-dijo Tai, otra de las mejores amigas de Cher. Cher deseó que Sidney le pidiera disculpas y que ella las rechazaría.

Repentinamente, y de forma absolutamente inesperada, Sidney se les acercó:

-Discúlpame Cher, no sabía que fueses a vestir aquel vestido; no sabes cuanto lo siento.

-Y cómo te arrepentirás-pensó Cher para sí misma. Tal vez el charlatán estuviese en lo cierto después de todo.

Posteriormente ella quiso que la profesora terminase rápidamente con la clase. Dicho y hecho, ella empezó a ser consciente de que tenía ese poder en su interior.

Ella y sus amigas salieron al patio y se echaron sobre la hierba. Cher no quería que sus amigas conociesen su nuevo secreto con lo que no les contó una palabra. Pero ella continuó molestando a Sidney. Estaba caminando con su nauseabunda amiga hija de papa y Cher hizo que Sidney cayese a un charco. Cuando su amiga intentaba ayudarla ella también resbaló, se enganchó a la falda de Sidney y la rasgo de arriba abajo. Cuando Sidney y Mary Joe, así es como se llamaba su amiga, se incorporaron con sus ropas empapadas, todo el mundo pudo contemplar la ropa interior violeta de Sidney. Entra corriendo en el baño y Mary Joe entra pocos segundos más tarde. Dion y Tai se reían estruendosamente de Sidney mientras Cher reflexionaba sobre sus nuevos poderes. Cher quería saber si actuarían sin ver a su objetivo; para comprobarlo ordenó a Sidney que vistiese la blusa de Mary Joe, solo que los pechos de Sidney eran mucho más grandes (Mary Joe era plana como una tabla). Cuando ellas salieron del baño Mary Joe vestía la blusa verde de Sidney y Sidney llevaba puesta la blusa de Mary Joe mostrando su ombligo desnudo. Cher quedó satisfecha del test y fue a consolar a Sidney.

Una vez terminada la prueba Cher se marchó; cuando llegó a casa su hermanastro Patrick estaba besando y metiendo mano a Anne, su novia pelirroja. Cher se puso cachonda y decidió que iba a hacer con Sidney; la convertiría en una esclava sexual; se arrepentiría de su estupidez.

Pero en esos momentos quería que la pelirroja le comiese el coño con lo que hizo que Patrick se marchase quedándose Anne con ella. Patrick se acordó de que tenía que ir al campus y le sugirió a Anne que le esperase.

Anne continuó mirando la tele y Cher se sentó a su lado. Anne puso su mano bajo la falda de Cher y le acarició los muslos. Cher fingió estar disgustada y detuvo la mano de Anne.

-¡Lo siento, no sé qué me ha pasado!-dijo Anne.

-No importa-dijo Cher colocando su cabeza al lado de la de Anne dándole un beso con lengua. Cher nunca le había hecho un francés a otra mujer; tal vez a un par de chicos (ella era todavía virgen). No quería que ningún advenedizo la desvirgase, ella prefería a una estrella del cine o a un deportista famoso.

Para Anne esta no era su primera experiencia lésbica y estaba feliz acariciando el cuerpo de Cher mientras sus lenguas jugueteaban dentro de sus bocas.

Entonces Anne le quito la blusa a Cher, también el sujetador, y jugó con sus pezones adolescentes.

Los pechos de Cher no eran tan grandes como los de Sidney pero estaban muy bien para su edad. Anne retiró su lengua de la boca de Cher y empezó a lamerle los pezones. Su mano izquierda se dirigió bajo la falda de Cher y acarició sus bragas de seda rosa.

-Cómeme el coño Anne-dijo Cher entre risas.

Anne estaba dominada por un extraño poder y sin siquiera cuestionarse la orden obedeció. Le bajó las bragas a Cher y observó su dorado mechón de vello púbico. Su lengua lamió los labios vaginales de Cher mientras sus manos jugueteaban haciendo rizos con su vello púbico. Entonces le abrió del todo el coñito, Cher estaba disfrutando de sus mejores momentos.

La lengua de Anne lamió el clítoris adolescente; era la primera vez que alguien distinto de ella misma tocaba le tocaba el clítoris a Cher.

Su entrepierna estaba húmeda y alcanzó su primer orgasmo no inducido mediante masturbación. Gritaba como una loca pero no había nadie en casa.

La lengua de Anne estaba empapada con los jugos de Cher. Cher se dio la vuelta y cuando se volvieron a besar pudo sentir y probar sus propios jugos. Cher se vistió y las dos chicas estaban viendo la tele cuando retornó su hermanastro.

Parecía que no había ocurrido nada entre ellas. Anne y Patrick se metieron en el dormitorio. Cher quería saber que estaba pasando en la habitación de Patrick e igualmente saber que había dentro de la mente de Anne.

Anne le estaba haciendo una mamada, lamiéndole la cabeza y con toda la polla en su garganta. Su palpitante polla descargó chorros de semen dentro de la garganta de Anne; ella se traga cada gota.

-Patrick, cómeme el coño-dijo Anne y Patrick no podía creer lo que oía. Anne nunca le había pedido que le hiciera eso. El no era muy habilidoso en aquellas lides; le abrió el coño pero no podía encontrar el clítoris, a pesar de eso Anne continuaba gimiendo y goteando extasiada. Finalmente él encontró su botón del amor y lo lamió agresivamente y ella se corrió instantáneamente chorreando jugos en la boca de su novio.

Patrick se la folló salvajemente y estaba sorprendido con el comportamiento de puta recientemente adquirido por su Anne. Él siempre había creído que Anne no era una amante apasionada pero su comportamiento había cambiado de forma increíble. Él no sabía que Cher estaba enviando una orden tras otra a la mente de Anne con su nuevo poder.

Patrick estalló otra vez más en el coño de Anne y cuando lo retiró ella le chupó la polla mojada hasta que recuperó su previa dureza. En esos momentos Anne le pidió que le diera por culo.

Patrick no le había sodomizado nunca, ni tan siquiera se había atrevido a proponérselo. Había practicado algo de sexo anal en algunas fiestas universitarias pero nunca con Anne. Ella se puso a cuatro patas delante de él, con su culo mojado con los jugos de su coño, Patrick deslizó su polla fácilmente dentro de su culo.

Al principio le dolió un poco a Anne pero cuando él empezó con sus acometidas, y con Cher jugando en su mente, se sintió mucho más excitada. Sus gritos y gemidos retumbaban por toda la casa. Cher, cansada de los juegos mentales, empezó a masturbarse. La mente de Cher estaba tan cachonda conectada con el cuerpo de Anne a través de su poder hipnótico que empezó a chorrear como una fuente.

Patrick se corrió dentro del culo de Anne y cuando todo hubo terminado Cher pensó en sus planes para el día siguiente. Ah, si, iba a convertir a Sidney en una puta.

Se pasó toda la noche pensando en como hacerlo y se sorprendió de su maldad. Por la mañana cuando se levantó la cama estaba completamente empapada. Era sábado y no tenían clases con lo que no tenía que levantarse temprano.

Cher no sabía si Sidney era virgen, pero aquello no era un problema. Hizo sus deberes durante la mañana dejando aparcados sus poderes.

Ella, Dion y Tai fueron al centro comercial y allí pasaron toda la tarde. Allí se encontraron con Sidney y Mary Joe. Cher hizo que Sidney derramase su refresco en sus ropas y su blusa blanca se volvió tan transparente que sus pechos y pezones se hicieron perfectamente visibles para todo el mundo.

-Sidney, ¿siempre estas mojada?-se mofó Cher.

-No le veo la gracia-respondió Sidney malhumorada.

-Mary Joe, ¿por qué no le prestas tu camiseta?-preguntó Dion-Me encanta tu ombligo Sid-se mofó también Dion.

-Eres una puta negra-le escupió Mary Joe que se agarró al pelo rizado de Dion. Lucharon un rato y Dion resultó vencedora. Ella estaba sobre Mary Joe a quien se le había roto la camiseta quedando sus pequeños pechos totalmente expuestos.

-¿Qué has dicho, puta pálida? Quiero que me digas que eres la peor perra en el mundo.

-No lo haré, tú eres una sucia cucaracha-Mary Joe volvió a escupirle mientras Dion le abofeteaba y le rasgaba la falda.

-Lo dirás o regresaras a casa en pelota picada.

-Soy la peor perra en el mundo-dijo en voz alta.

Dion se levantó y Mary Joe intentó ocultar su desnudez.

-Estás en buena forma, Dion-dijo Tai-¿Por qué no le has dado una buena paliza?

-Se ganará una si continua portándose así.

Cher pensó que tal vez Mary Joe mereciese una buena lección. Regresaron a casa y Cher y sus amigas se metieron en su habitación mientras Patrick disfrutaba a Anne una vez más. Empezaron a hablar de sexo pero la conversación fue mucho más picante de lo habitual. Cher quería sus ideas sobre que hacer con Sidney y Mary Joe pero sin preguntarles directamente.

-Qué mente más pecaminosa tienes, Dion-dijo Cher-Has hecho que me sonroje-. Pero su mente estaba trabajando a toda velocidad. Sidney y Mary Joe nunca olvidarían su venganza.

Ya era tarde por la noche cuando Cher intentó meterse en la mente de Sidney con su poder. Tuvo éxito con apenas esfuerzo, tal vez porque Sidney estaba cansada. Fue entonces cuando Cher descubrió a William, el hermano de Sidney. Cher le había conocido en una fiesta y el no era para nada tan estirado como su hermana. La mente de William se había convertido en un nuevo objetivo para Cher.

-Vamos a ver querido amigo; vas a levantarte y a violar a la muy puta de tu hermana-proyectó Cher en la mente de William-No quiero que le ofrezcas ni una pizca de placer; sólo que la violes. Esta noche tiene que convertirse en la peor pesadilla de Sidney. Cuando hayas terminado no recordarás absolutamente nada pero verás a Sidney como la zorra que es.

Cher sabía que podía guiar su mente con sus pensamientos pero disfrutaba más diciéndolos en voz alta. William se levantó sudando, la polla empinada y una extraña sensación en su cuerpo.

Entró en la cocina y bebió un poco de agua. Regresando a su habitación paso al lado de la puerta cerrada de su hermana. No pudo controlarse, abrió la puerta y con un salto se puso a horcajadas sobre Sidney. Ella se despertó espantada, sorprendida pero antes de poder gritar su hermano le tapó la boca. Él se bajó el pijama y restregó su polla en el camisón de ella. Sidney se sintió completamente indefensa cuando su querido Willy le quitó el camisón.

-No vas a gritar mi orgullosa hermanita, o te arrepentirás el resto de tu vida. Voy a destaparte la boca así que calladita.

Sidney quería gritar pero no pudo. William frotaba su pene en los muslos de su hermana y sus manos rasgaron sus bragas. Con una acometida salvaje metió la polla dentro del seco coño de su hermana. Ella sintió una tremenda desazón dentro de su coño virgen y le dolió una enormidad cuando se le rompió el himen. Ella lloraba silenciosamente y no podía creer lo que estaba pasando. Su hermano tuvo un orgasmo tremendo dentro de ella y cuando retiró su pene estaba bañado en sangre.

-Buenas noches, hermanita. Ni una palabra, sabes-dijo.

Sidney era virgen antes de aquella noche. Nunca se había masturbado. ¿Cómo podía su hermano haberle robado su virginidad? ¿Cómo había podido quedarse callada? Se metió en el baño y lloró desconsoladamente. Cuando se limpió, quitándose las manchitas de sangre y semen de sus muslos y pubis, su coño le dolía una enormidad. Cher, por otro lado, se lo estaba pasando de fábula y le sugirió a Sidney que se masturbase un poquito. Sidney se metió el índice en el doliente coño y se provocó su primer orgasmo pensando en su hermano William.

Muy bien mi putita Sidney, pensó Cher, no vas a olvidar esta noche, pero no le podrás decir nada a nadie y mañana tu vida será como siempre. Por cierto, ¿por qué no te pasas por el partido de fútbol?

Cuando quiso darse cuenta Cher tenía tres dedos en su propio coño pero ella tenía todo el cuidado del mundo para no rasgarse el himen. Bien, y ahora a por Mary Joe.

En esta ocasión fue más difícil para Cher introducirse en la mente de su presa. Mary Joe no estaba dormida; estaba en una fiesta estúpida en la casa de su prima. Aquello era un muermo y los chicos parecían mariconas y las chicas, monjas. Cher no pudo entender cómo Mary Joe se lo podía pasar bien. Cher se enteró de que el tío de Mary Joe era un pastor protestante.

Y en aquellos instantes Cher decidió qué hacer con Mary Joe. Bajo los designios de Cher Mary Joe y su tío, que se llamaba Sam (y no es coña marinera) se metieron en la cocina y cerraron la puerta. Cher creía estar haciendo un gran trabajo al controlar dos mentes despiertas a la vez. Mary Joe cogió un plátano de Canarias (con motitas) del frutero. Lo peló mientras su tío se bajaba la cremallera. Mary Joe se puso a cuatro patas y se metió el plátano en su vagina mientras el tío Sam le colocaba su pene en su boca y empezó a follarle la boca.

El pastor se detuvo, cogió el plátano e hizo que Mary Joe empezase a lamerlo; en ocasiones se lo metía todo entero en la boca, en otras solo una parte. Mary deseaba parar pero no podía. Probó el sabor de su flujo, completamente avergonzada de lo que le ocurría y terminó comiéndose la banana.

Entonces su tío la volvió a poner a cuatro patas y le introdujo toda su polla en su culo; el se corrió por segunda vez. Cuando se retiró de su culo le dio la vuelta a Mary Joe y dejó caer el resto de su semen sobre su rostro y su cabello.

Cuando el tío Sam y su sobrina regresaron al salón el pelo de Mary Joe estaba recubierto del semen de su tío formando costras; los allí presentes se percataron al instante de lo que había ocurrido. Se sonrieron y empezaron a murmurar entre ellos pero nadie le dijo una palabra.

Cher era consciente de que aquella sería una noche inolvidable para sus amigas. Pero lo mejor de todo es que aquello justamente acababa de empezar.

(9,67)