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Clueless: en la onda, las amigas de Cher (Capítulo tercero)

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A Cher se le ocurrieron un montón de ideas perversas para sus dos queridas amigas.

Ya era casi la hora de cierre de los comercios así que no había tiempo que perder. Les ordenó que se encontrasen enfrente del cine (que estaba abarrotado) al que solían ir (y donde eran muy conocidas) y una vez allí entrar en el sex shop que había allí al lado. Un montón de la gente que hacía cola para conseguir entradas las reconocieron pero no les importó lo más mínimo a ninguna de las dos.

Una vez en la tienda la dependienta estaba pasando las páginas de una revista de sadomaso esperando a que llegase la hora.

Echaron un vistazo en la tienda y acabaron comprando todo un surtido de vibradores, consoladores, cirios, lencería de lo más atrevida y bolas chinas. Igualmente se compró cada una un muñeco hinchable llamado Rod con un pene de plástico de 13 pulgadas. Sus tarjetas de crédito consiguieron soportar sus depravadas compras y regresaron a casa con un montón de paquetes enormes y planes.

William, quien no recordaba la violación de su hermana, estaba absolutamente seguro de que su adorable hermanita se había convertido en la mayor puta de todo Los Angeles.

Aquella noche ambas durmieron con el mayor de los consoladores enterrado en sus chorreantes vaginas. Cher pensó que necesitaban un buen afeitado y eso sin contar de que sus culos continuaba incólumes.

Cher empezó a pensar en sus nuevos planes y en su control.

Cher continuaba siendo virgen; ella pensó en corregirlo tan pronto como fuese posible. ¿Quién sería el afortunado en desvirgarla?

Pasaron por su mente infinidad de imágenes de estrellas juveniles de cine pero era incapaz de decidir. Ella quería perder su virginidad con un hombre al que no dominase; no quería usar sus poderes hipnóticos.

Cada día en el instituto se había convertido en un infierno para Sidney y Mary Joe desde que Cher había empezado a juguetear con ellas. Las intenciones del día de Cher eran muy sencillas. Dejaría en paz a Sidney por el momento y ordenó a Mary Joe que se metiese en el baño de los chicos y le hiciera una mamada a cada chico que entrase. Tenía que tragar todo el semen. De hecho cuando más de quince jovenes habían pasado por su cada vez más experta boca su estómago estaba inundado de semen y no podría olvidar en su vida ese sabor.

Pero lo peor que le ocurrió fue cuando su primo Jim, quien pensaba que ella era una perra frígida, entró en el baño. Había oido hablar de la actuación de Mary Joe con su tio pero no creyó ni una palabra. Bueno, almenos hasta que vio el semen goteando de su boca en el retrete. Mary Joe se arrodilló y desabrochói la cremallera de Jim sin mirarle a los ojos. Cuando tenía la polla en su mano y movía su boca para chuparle la cabeza el la detuvo.

-Al suelo, perra-ordenó

Ella obedeció.

-He venido aquí a echar una meadita y lo haré. Bebete esto. De su polla salió un chorró de dorado y caliente pis que caía en la boca de su prima, quien se sentía tan humillada que pensaba en suicidarse. La lluvia dorada no había caído únicamente en su boca sino también en su rostro. Ella lloraba.

Cuando Jimmy terminó su quehacer dijo:

-La mejor meada de mi vida. Querida primita, ¿qué hay de la mamada que querías hacerme?

Con lagrimas en sus ojos y el más desagradable de los sabores en su boca ella se puso la flacida polla entre sus labios. Empezó a chupar, a moverse de arriba hacia abajo para revivir aquel pene decaido. Aquella fue su mamada más larga, aquel rato pareció durarle un par de siglos hasta que se dio cuenta de que él estaba a punto de correrse. El le ordenó que parara y le sacó el pene de la boca. Se masturbó salvajemente y desparramó su semen directamente sobre el pelo de ella.

-Yo no soy menos que tu tio Sam, puta-gritó agarrándole la cabeza y volviendo a depositar su exhausta polla en la boca de su prima que empezó a trabajar en ella de nuevo cuando otro estudiante apareció.

-A la cola, chaval-le dijo Jim-¿No te parece que aquí huele mucho a orin? Muy bien, Mary Joe-jadeó.

Aquello fue una tortura para Mary Joe y Jim todavía tardó más en correrse que antes; su semen inundó la boca de su prima. Jim dio un paso atrás y el otro chico rápidamente metió su polla en la boca todavía llena de leche y comenzó a bombear rápidamente hasta la garganta; ella se atragantaba con aquella nueva polla dura.

Cuando Cher volvió a hacerse cargo de la mente de Mary Joe (la había dejado a la voluntad del mundo durante un rato) se dio cuenta de lo que había pasado. Nunca había oido hablar de lluvia dorada y el descubrimiento le satisfizo. Cuando descubrió el semen en el pelo rubio de bote de Mary Joe le ordenó que se lo lavase y volviese a clase.

Practicamente todo el mundo sabía lo que había ocurrido en el baño de los chicos y la vieron como la más despreciable de las putas. Algunos de sus compañeros que habían disfrutado de su boca chismorreaban. Además desprendía un profundo odor a orin en sus ropas.

Aquella tarde Cher hizo otra prueba. Quería saber si los demás podrían verla si ella les decía que era invisible. La prueba fue totalmente satisfactoria y ella decidió seguir degradando aun más a sus amigas.

Cogió la videocamara de us hermano y fue a hacerles una visita. Mary Joe estaba sumida en una profunda depresión y Sidney estaba profundamente preocupada por su mejor amiga. Cher hizo uso de su poder para hacer que Mary Joe citase a Sidney en su casa. Allí, en la puerta, Cher esperaba a Sidney invisible y armada con la cama. Cuando Sidney llegó entraron en la casa y subieron las escaleras hacia la habitación de Mary Joe que tenía su cara empapada en lágrimas y se sintió reconfortada con la visita de su amiga.

-¿Qué ha pasado esta mañana?-preguntó Sidney.

-No sé. "Algo"... me ha hecho comportarme de forma tan extraña. He chupado más de veinte pollas; mi primo Jim se me ha meado encima...

-¿Pero qué es ese "algo"?

-No lo se Sidney-contestó rompiendo a llorar-He estado haciendo cosas terribles durante la semana pasada. Como si yo fuera una puta... y..."algo" hace que me comporte así.

-¿Sabes qué? "Algo" similar me está ocurriendo a mi. Todo el equipo de fútbol me violó el pasado fin de semana. He comprado un montón de cosas pervertidas-dijo señalando el paquete de consoladores y jueguecitos (solo que estos eran los de Mary Joe).

Cher no estaba grabando aquello ya que quería que ellas hablasen libremente para reconfortarse.

Ya está bien, pensó Cher y empezó a grabar de nuevo:

"Vais a afeitaros vuestros coños; los quiero sin el menor rastro de pelo. Podeis usar jabón de afeitar y las maquinillas de afeitar del padre de Mary Joe.Oh, y quiero un plátano bien grande hundido en vuestros coños-ella les ordenó.

Mientras Mary Joe bajaba corriendo a la cocina a recoger los dos plátanos más grandes que allí había Sidney buscaba el jabón y las maquinillas. Cher encontró los artilugios que estaba buscando. Cuando se volvieron a reunir en la habitación las dos amigas se jugaron a cara o cruz quien iba a ser afeitada antes. Sidney fue la afortunada; pelaron las bananas y las deslizaron facilmente dentro del coño de la otra y es que sus conejitos se habían ensanchado bastante por el uso durante la última semana.

Gemían pero Cher les prohibió correrse hasta que ella lo ordenase.

Mary Joe enjabonó el encantador vello púbico negro del pubis de su mejor amigo. Era la primera vez que Mary Joe empuñaba la maquinilla así que estaba preocupada de cortar a su amiga. Cuando trabajaba en la parte más delicada, los labios vaginales de su amiga, casi provoca la desgracia pero cortó el platano en lugar de los labios internos. Cher se movía realmente cerca, tomando primeros planos y fotos; terminó jugando consigo misma manteniendo tan fijo como era posible el objetivo de la camara.

Cuando Mary Joe terminó Sidney empezó con su entrepierna. Ella era mucho más hábil que Mary Joe ya que se había afeitado las piernas un montón de veces e incluso el pubis en una ocasión. Una vez que terminó sus coños ardían de la fricción y Cher les ordenó que se comieran los platanos que había en sus respectivos coños. Se pusieron en la posición del 69 y consiguieron comerse los plátanos; como estaban empapados aquello casi se convirtió en una competición de comer conejo.

-Levantaos y enseñarme vuestros coñitos depilados-ordenó Cher mediante su poder-"Sé que quereis correros pero no os preocupeis. Ya os tocará cuando llegué el momento. ¿Por qué no os meteis un par de dedos en vuestros estuches? Continuad metiendo y sacando los dedos hasta que estén absolutamente empepados.

Cher le sugirió a Mary Joe que cogiese el consolador de dos puntas e hizo que Mary Joe y Sidney se follasen con el. Ambas jovenes se echaron al suelo unidas por el consolador. Se follaron mutuamente de forma brutal y pulgada a pulgada se metían el consolador en sus coños. Cuando el consolador lo tenían completamente dentro sus coños estaban separados por menos de un centimetro; el monstruoso consolador estaba en sus cuerpos y sus coños se podían tocar.

-Continuar moviendo las caderas. Quiero que lucheis para obtener aun más consolador-les ordenó Cher.

Se movieron tan violentamente como pudieron y sus jadeos y gemidos eran tan estridentes que Cher tuvo un orgasmo.

-Putitas, quiero que os corráis como no lo habéis hecho en vuestras vidas-penso y las jovenes se apretujaron la una con la otra. Sonó como un concierto de heavy metal. El suelo estaba empapado con sus jugos y ellas estaban totalmente unidas a la otra.

Cher lo estaba grabando todo. Menuda película estaba haciendo.

-Y ahora, Sidney, por qué no le follas el culo a Mary Joe-pensó Cher.

Sidney sin saber porque se colocó su consolador de correa.

-Ponte a cuatro patas Mary Joe-le susurró Sidney.

Mary Joe obedeció y Sidney con su polla de plástico firmemente asentada camino hacia su amiga y puso algo de vaselina tanto alrededor como dentro del culo de Mary Joe. Sidney le lubricó las paredes del ano e intentó meter su consolador, tal vez el más gordo de todo el sex shop; pero Mary Joe era allí tan estrecha que Sidney tuvo que empujar con todas sus fuerzas para hundir únicamente la punta.

Mary Joe lloraba y gritaba con una voz más aguda que la de una soprano. Poco a poco y con una estruendosa banda sonora de chillidos el consolador se fue introduciendo. Cuando la totalidad del pene artificial estaba dentro de Mary Joe Sidney empezó a mover sus caderas.

-Mary Joe, corréte para mí-le sugirió Cher mediante su poder mientras Sidney metía y sacaba la polla de goma del culo de su amiga y le abría los labios del coño con sus manos. Mary Joe, con un grito agudo, se corrió y sus flujos inundaron las manos de Sidney. Ambas cayeron rendidas al suelo.

Exhaustas por el esfuerzo tuvieron que volver a interpretar la misma escena pero cambiando los papeles.

Cher había conseguido los objetivos de aquel día. Se habían afeitado y sus culos nunca más serían virgenes.

-Bueno mis chicas, me largo-pensó Cher. Ellas no podían oirla, ni tan siquiera eran conscientes de los que les decía.

-A partir de esta noche dormiréis no solo con un consolador en vuestros coños sino que añadiréis un hermoso pepino bien metidito en el culo, más que nada como un recordatorio. Y mañana por la mañana lo lamereis hasta que no le queden restos de vuestros intestinos. Buenas noches.

Aquella noche los culos de sus amigas se ensancharon muchó más con los descomunales pepinos pero eran incapaces de luchar contra los designios de Cher.

Al día siguiente Mary Joe no fue al instituto así que Cher le "recomendó" que se metiese todo lo que tuviese a mano en cualquiera de sus orificios. Y como castigo Cher no le iba a permitir correrse.

Sidney si que fue a clase pero a duras penas si pudo sentarse de tanto como le dolía el culo.

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