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Desaparecida 1

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Me fui de casa a los 18 años pero poco después tuve que volver. Mis padres me llamaron un sábado por la mañana alarmados, mi hermano pequeño había desparecido. No podían hablar con el desde la noche anterior. Volví a mi antigua casa y llamamos a la policía, pronto vinieron a hacer preguntas a todo el mundo. Así empezó el peor mes de mi vida. Durante un mes la policía buscó y preguntó y no encontraron nada, ni una pista. Hasta que llegó el día en que el inspector que llevaba el caso vino a casa. Nos pidió a mis padres y a mi que nos sentáramos y nos dio la noticia fatal. "Señores, siento comunicarles que no tenemos ninguna prueba y hasta que no aparezcan nuevas evidencias dejaremos de investigar. Si necesitan cualquier cosa solo tienen que llamarme.- se miró un momento los pies- Lo siento mucho.” Y dicho esto se levantó y salió de nuestro apartamento. M madre lloraba en el hombro de mi padre y yo estaba totalmente desubicado pero me negaba a creer que no hubiera ninguna pista y de una manera totalmente inesperada hasta para mi me levanté y les dije a mis padres que yo le encontraría.

A partir de ese momento esa fue mi única obsesión, subí al cuarto de mi hermano y recogí todos sus papeles y su ordenador, busqué cosas que pudieran haber pasado por alto y lo metí en dos cajas. Cuando lo tuve todo lo bajé al coche y me fui a mi casa, ahora era mi momento, había esperado mucho pero ahora por fin iba a hacer algo yo. Al llegar a mi casa empecé a ordenar los papeles y me sumergí en ellos y busqué durante horas. Pero no fue hasta el final cuando mirándolos todos por cuarta vez encontré algo curioso, en la agenda, al final de todo había una dirección de correo electrónico sin nombre, no se decía a quien pertenecía. La apunté en un hoja y lo dejé aparte, después de buscar en los papeles llegaba el momento de sumergirme en el ordenador, el sitio donde se guardaba mas información de una persona. Y por suerte en eso era bueno. Desmonté el disco duro y lo conecté a mi portátil, preparé un programa de recuperación de datos y mientras me preparaba una cena frugal, lo primero que comía desde la mañana, y me la tomaba sentado en la terraza dejé que el ordenador recuperara datos. Estaba claro que la información importante no estaba a la vista ni parcialmente escondida, habría sido eliminada. El ordenador recuperó un montón de archivos y los ordenó por orden cronológico. Empecé por los mas recientes. La mayoría de cosas eran trabajos del instituto, fotos con los amigos y dibujos o trozos de cuentos, ninguno escondía nada. Hasta que de repente encontré algo, una agenda de contactos con tres o cuatro nombres, direcciones de Internet y fotos. Todo estaba muy bien ordenado y a medida que iba yendo hacia atrás encontraba mas cosas. Lo curioso era que a partir del 1 de noviembre del año anterior, no había nada que llamara la atención, de hecho la mayoría de archivos fueron borrados en esa fecha o al día siguiente. ¿Que debió pasar hacía un año y medio?

Cogí toda la información recuperada que me pareció relevante y la pasé a mi ordenador. Empecé con la agenda de contactos, todos eran de mujeres y en esta volvía a aparecer el correo electrónico que había encontrado antes. “[email protected]” por algún motivo me parecía sospechoso, el 85 era el año en que había nacido Iván y Carla85 seguramente también lo había hecho. Miré en su anuario en busca de alguna Carla del 85 pero en su curso no había ninguna. Decidí que mas tarde me pondría en contacto con las chicas a quien pertenecían aquellos correos pero antes debía acabar de mirar el material que tenía. El siguiente paso me dejó aún mas sorprendido, abrí la carpeta donde estaban los enlaces web. Estaban ordenados por categorías: “ropa”, “zapatos”, “ayuda”, “vídeos”,... Empecé por la ropa y pronto me di cuenta de que todas las direcciones eran páginas de tiendas online de ropa femenina, al mirar los zapatos me sucedió lo mismo, todas las direcciones eran de tiendas de calzado femenino, aquí en tallas grandes. Una sospecha inquietante empezó a crecer en mi. En la sección de ayuda todo quedó claro, eran todo direcciones de páginas de personas transexuales o de foros. No necesité ver los vídeos y solo por curiosidad miré las fotos, había unas quinientas fotos de mi hermano vestido de mujer en casa, en bares y saliendo de fiesta. No sabía como iba a contarles eso a mis padres. Mi hermano era trans, ¿se habría ido por esto? ¿Se habría fugado?

Abrí el navegador y con total certeza de lo que debía hacer entré en la página de Hotmail. Había sido yo quien había enseñado a mi hermano a generar contraseñas seguras y fáciles de recordar y no me costó adivinar la contraseña que correspondía a la dirección: [email protected], la cuenta había sido anulada pero no me costó recuperar los mensajes. La mayoría eran de una chica y en ellos conversaban sobre el caso de mi hermana y la transexualidad, se llamaba Natalia y era mayor que ella, de veinte años. Por lo que podía ver hasta que se clausuró la cuenta las dos chicas se habían hecho muy amigas y quedaban con regularidad. Iba a empezar por aquí. Imprimí las fotos y los correos mas destacados y busqué una foto de Natalia, no me costó encontrar su fotolog y a partir de aquí el de mi hermano, o hermana. Colgué toda la documentación relevante en la pared para poder hacerme una idea general y aparte cogí las fotos de las dos chicas. Carla, mi “hermana” aparecía como una chica de pelo castaño, con una melena larga, ojos miel y un cuerpo delicioso, pese a que me doliera pensarlo. Natalia era una mujer fabulosa, voluptuosa y con unas curvas impresionantes. Me habría quedado impresionado por su belleza si no fuera porque sabía que escondía entre las piernas. Al acabar, casi eran las diez me puse a buscar mas información de Natalia y enseguida encontré un dato importante, trabajaba en un bar de ambiente de la ciudad, busqué la dirección del local y después de tirarme la chaqueta encima me fui hacia allí.

(9,00)