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Curso de capacitación

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Me Cambié de trabajo, y entre a trabajar a una prestigiosa empresa, donde la mayoría de los empleados eran hombre, salvo las que realizábamos atención a público.

Al principio estaba un poco incomoda en el puesto, pero luego de unas semanas, capté el movimiento de la empresa y me desenvolví de lo mas bien. Me amiga de las otras muchachas de la empresa, algunas casadas, pero la mayoría solteras. En total éramos un grupo de 6 más nuestra jefa, que muy poco se metía con nosotros.

Dentro de los comentarios que andaban entre las chicas era que la jefa era lesbiana. No había nada comprobado, pero la forma de tratarlas, y el poco interés que le causaban los hombre, era un rumor en toda la empresa.

Luego de transcurrido un mes en la empresa, se nos informó que teníamos que asistir a unos cursos de capacitación fuera de la ciudad. La empresa nos cancelaba todo, los pasajes, la comida, el hotel. La jefa nos citó en su oficina, informándonos de este curso, y que ella designaría las parejas para asistir, ya que la empresa tenía que seguir funcionando, incluyéndose ella entre las personas que asistirían a este curo de capacitación.

A la hora de colación las muchachas bromeaban de quien sería la elegida por la jefa, ya que seguramente, sería la que a ella le parecería una posible candidata a sus deseos sexuales.

Dentro de los comentarios dos de las chicas estaban seguras que yo sería la elegida, ya que el trato conmigo, era diferente a las demás. Al volver de colación, la jefa ya tenía designadas las parejas y el primer turno, dijo que sería ella y yo.

Sentí la mirada de estas compañeras que habían anunciado mi viaje, y al salir de la oficinas, las risas y bromas de ellas diciéndome que me tenía que cuidar.

Llegó el día señalado y viajamos en su auto al famoso curso. Llegamos a la casa matriz, nos saludaron, y comenzamos las charlas. Luego tuvimos un descanso a la hora de colación, para luego proseguir en la tarde.

Una vez que salimos del curso, nos dirigimos al hotel y me di cuenta que la empresa, supuestamente había designado solo un cuarto para las dos. En ese momento, me di cuneta que mis compañeras quizás no estaban tan erradas , ya que era demasiada la coincidencia, aparte que en el trayecto, ella había indagado mucho sobre mi vida, si tenía pareja, si era un mujer liberal etc.

Entramos a la habitación, tomamos una ducha, nos pusimos ropa mas cómoda y luego salimos a dar una vuelta por la ciudad. Ya había oscurecido, cunado entramos a una fuente de soda a comer algo. Luego de la comida, nos quedamos bebiendo cervezas, que no recuerdo cuantas fueron, pero la verdad fueron muchas. Mientras lo hacíamos, sentí que ella me miraba de una forma distinta, diferente, con un tono mas sensual e incluso llegaba mas allá al tocarme las manos. En un principio me sentía un poco incomoda con todas estas atenciones, pero después de unas cuantas cervezas, me empecé a sentir un poco rara, y excitada, pensando en como sería estar con una mujer.

Volvimos al hotel. Entramos al baño y luego de conversar un rato, sobre la gordura. Yo le mencioné que me encontraba un poco gorda, y un poco suelta, que antes hacía mucho ejercicio, pero que después de entrara a trabajar, ya casi no me quedaba tiempo. En ese momento prendí el televisor, cunado siento que ella me da un pellizco en las nalgas diciéndome que ella no me encontraba para nada suelta o gorda.

Hice de cuneta como que nada había pasado y nos tendimos sobre la cama a ver la película que estaban dando. Ella no ponía ningún interés en lo que la TV mostraba y me seguía conversando.

La verdad yo tampoco me podía concentrar, ya que me desconcentraba la cercanía de mi jefa y sus indirectas suaves.

Hablábamos de las manchas que salen en la piel con el tiempo y me preguntó si a mí ya me habían salido. Redije que gracias a Dios no muchas, solo algunas entre los pechos. Ahí fue cuando ella, muy suavemente me levanto la parte superior de mi vestido, y me dio una mirada entre mis pechos.

Nunca jamás se me había pasado por la mente tener sexo con otra mujer, pero desde que mis compañeras me empezaron a molestar, que yo sería el banquete de la jefa, esa idea comenzó a rondar mi mente y reconozco que me dio algo de curiosidad.

Descaradamente me estaba coqueteando y a mi me estaba gustando. El efecto de la cerveza, y los movimientos de mi jefa me tenía muy excitada, sentía como se me humedecía la entrepierna pensar que se sentiría estar con ella, besar los pechos de una mujer, tocar un culo que no sea el mío, sentir el sabor de una vagina , todo eso me estaba volviendo loca.

Seguimos hablando de la piel, ella diciéndome que le encantaba tomar baños de espuma, ya que la dejaban completamente suave, que ella tenía una piel muy reseca, y que por lo mismo le dedicaba mucha atención. Por mi parte pensaba que me moría de ganas de sentir esa piel desnuda junto a la mía, pero en ese tiempo era demasiado tímida.

Nuevamente ella , hablando de ese tema, me comenzó a acariciar la pierna, diciéndome que mi pie era muy suave y que seguramente a mi novio lo hacía volver loco tocándome

Su mano acariciando mis muslos me estaban volviendo loca, me moría de ganas que siguiera mas arriba, pero ella muy suavemente seguía charlando, mientras su mano no dejaba de tocarme.

―Dime Silvia … ¿ alguna vez le has sido infiel a tu novio?

―La verdad no, soy muy tímida para eso

―¿Eres tímida?

―Si , mucho

―¿Pero si tuvieses la oportunidad, con la certeza de que el nunca se enteraría?

―Con la certeza de que el nuca se enteraría … quizás si

―Eres una mujer muy hermosa Silvia , he notado que llamas la atención de muchos hombre

―¿ usted cree?

―Si , estoy segura, te he visto atendiendo público, y no solo a los hombre, también a algunas mujeres

―No creo

―Te lo digo enserio, ¿nunca has estado con otra mujer?

―No, nunca

―¿Y esa idea ha pasado por tu mente?

―No

―No me mientas, todas tenemos la curiosidad

―Bueno , si .. alguna vez lo he pensado

―Mmmm .. y por que no lo has hecho

―Son solo pensamientos … no se si me atrevería

―¿Por vergüenza al que dirán?

―Si , también por eso

―Y si tienes la oportunidad, igual que en el caso anterior, que nunca nadie lo sabría ¿lo harías?

―Ehhh .. no se …. Quizás

―Silvia, debes vivir la vida, esta vida es una sola …

Mientras lo decía su mano subió por debajo de mi vestido y comenzó a acariciarme el vientre. Yo solo cerré los ojos y sentí como su mano subía mas aun, dejándome al descubierto los pechos.

La sensación era divina, la suavidad como me los tocaba, su lengua jugando con mis pezones, me tenían completamente excitada, y ya estaba ahí, sola con ella en el cuarto, y como dijo ella nunca nadie lo sabría a si que decidí dejarme llevar.

Abrí los ojos y vi como me succionaba deliciosamente los pechos. Luego se incorporo y me dio un suave beso. No podía creer lo que estaba sucediendo, mi jefa me estaba besando y a mi me encantaba. Sin pensarlo respondí sus besos mientras ella comenzaba acariciarme las nalgas.

Su mano recorría cada rincón de mi cuerpo, siempre muy suave, haciéndome estremecer de placer. Sentí como me bajaba mis calzones, dejando todo mi sexo al descubierto, Una horda de placer irrumpió en mi cuerpo cunado con mucha suavidad su dedos me acariciaban mi entre pierna, primero por los costados, para luego introducirse en ella buscando el punto exacto para causarme uno de los mayores placeres de mi vida.

Yo también comencé a desnudarla, sin para de besarnos apasionadamente. Sus besos eran deliciosos, muy suaves, muy húmedos. Su lengua se movía deliciosa dentro de mi boca y mis manos acariciaban por primera vez los pechos de otra mujer y la sensación me encantó.

En un movimiento, me hizo colocarme boca abajo, y comenzó a besarme las nalgas, mas y más, cada vez bajando mas, hasta que sentí su lengua en la entrada de mi culo, haciéndome ver estrellas. Mi novio ya lo había hecho, pero no era comparable a como ella lo hacía, se notaba su experiencia al hacer sentir a una mujer. Suavemente su lengua se deslizaba por ahí, bajando cada vez más hasta llegar a mi intimidad.

Al introducir su lengua en mi húmeda vagina no pude aguantar y un gemido de lo mas profundo de mi ser. Me entregue completamente a ella, mi cuerpo estaba ahí para que ella hiciese lo que se le plazca.

Una y otra vez, su lengua me entregaba placer, un placer muy distinto a la brusca lengua de mi novio, sabiendo perfectamente como me hacía sentir, mientras yo gemía una y otra vez, sin poder de para de hacerlo.

Nunca en mi vida me la habían lamido tan rico, una y otra vez, su lengua se introducía en mi, causándome exquisitas

Casi estuve apunto de correrme, pero no quise hacerlo, no sin antes yo probar también que se sentía tener el sexo de una mujer en mi boca

Ella pareció escuchar mis pensamientos y se desnudó completamente , yo me di vuelta y ella se subió sobre mi, sin dejar de tocarme.

Ante mis ojos estaba la vagina de mi jefa, jugosa, con un olor que me volvió loca. No aguanté ni un segundo y la llevé a mi boca. Mi jefa comenzó a gemir desesperadamente y me dio las gracias dándome a mí también una buena lamida.

Nunca había soñado estar así con otra mujer, pero mi excitación y mi calentura iban mas allá de todos mis limites, y no pare de saborear esa deliciosa concha, tragándome ese delicioso jugo de hembra.

Mi jefa mientras tanto me lamía la mía, me comenzaba a introducir sus dedos por ahí, bajando mas su lengua y lamiéndome el ano, cosa que me movía loca.

Al igual que ella, con mis dedos comencé a metérselos, tratando de hacerlo lo mejor posible, pensando en como me gustaría a mi que me los metiera, cada uno de mis movimientos eran acertados, ya que mi jefa solo paraba de lamer para gemir desesperadamente.

Luego al igual que ella, comencé a jugar con mi lengua en la entrada de su ano. Ella se volvió loca y me pedía más y más. Yo le pasaba la lengua completamente abierta de arriba abajo, y trataba de ponerla dura y metérsela un poco por el ano.

―¡Meteme un dedo por ahí! …

Y obedientemente le coloque un dedo en su entrada. Ella misma se abrió las nalgas y comenzó a dilatar su ano, hasta que mi dedo se fue metiendo completamente. Con el dedo en su culo, comencé un suave mete y saca mientras volvía a lamerle sus jugos. Ella me hizo lo mismo ahí. La verdad nunca me gustó e incluso me causaba algo de dolor cunado mi novio un par de veces trató de hacérmelo, pero esa noche estaba completamente entregada a mi jefa y trate de dilatar lo más posible el ano, hasta que su dedo poco a poco comenzó a entrar. Ella si lo hacía mas fuerte, y yo imitándola, también aumenté mis movimientos. AL cabo de un rato, el leve dolor que sentía se fue completamente y comencé a sentir un placer que nunca antes había sentido. Sentirme penetrada por el ano, mas la lengua de mi jefa haciendo maravillas en mi sexo, comencé a sentir que acababa

―Ahhhh no aguanto mas … creo que voy a acabar

―¡Dámelo preciosa! .. dámelo todo acá en mi boca …. Que te voy a beber hasta la última gota.

―Ahhhhhhhhhhh yaaaaaaaaaaaa

―Mmshhhhhhh

Sentí como un relámpago mi corrida y con mayor fuerza le chupe su sexo, cosa que también en segundos, comenzó a lanzar una gran cantidad de jugos. Aun siendo muy escrupulosa, comencé a beber directamente de su sexo cada uno de estos chorros, que salían con una fuerza sorprendente, mojándome completamente la cara. La calentura del momento no me hizo pensar en nada mas que en placer, al verme en esa situación bebiéndome el orgasmo de mi jefa, un sabor completamente diferente a cualquier cosa que hubiese probado, con su boca aun en mi sexo , fue demasiado para mi y nuevamente, cosa que nunca me había ocurrido en la vida, sentí nuevamente esa electricidad y alcance mi segundo orgasmo,, cosa que mi jefa no desaprovecho y se bebió nuevamente con mas ganas aun mi segundo orgasmo.

Nos quedamos un rato en esa posición, besándonos nuestros sexos. Me encontraba completamente exhausta con toda mi cara y mi pelo mojado, sintiendo los besos de mi jefa.

Al rato se bajo, se acostó a mi lado y me beso muy suavemente, abrazándome con ternura.

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