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Follando con mi hermana (2 de 2)

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Después de aquella primera vez con mi hermana. Seguí follando con ella regularmente. Me contaba que salía con algunos chicos, que también se la follaban, pero que disfrutaba siempre más conmigo. Y claro, yo nunca le decía que no. Cada vez nos volvíamos más salvajes en nuestros polvos.

Un día mientras que follábamos sentados en una silla delante del ordenador mientras navegábamos por páginas porno como la primera vez. Encontramos un video en donde una chica era follada por otra chica con un descomunal cinturón consolador mientras un tío la daba por detrás. Eso excitó muchísimo a mi hermana, y me propuso una aventura.

Tenía una compañera en su clase. Era la típica chica pelota y empollona, que se llevaba fatal con todos sus compañeros de clase. Según parece mi hermana se la tenía jurada, y éste era el momento.

El problema era cómo comprar el cinturón-consolador, yo sólo tenía 17 años, y no parecía mayor de edad, mi hermana era un año mayor que yo, y también parecía muy joven. Un día me puse el traje, ella un traje chaqueta y fuimos a uno a comprarlo, nos miraron un poco raro, pero lo conseguimos. Esa era la primera parte.

Ahora mi hermana iba a pedirle a esta Marta, la empollona, que le echara una mano con unos problemas. Intentaría convencerla para que fuera a casa un día que mis padres estuvieran fuera todo el día. A la semana siguiente mi hermana me dijo que había conseguido convencerla. El resto era fácil. Teníamos una poción que había conseguido mi hermana de uno de sus amantes que era capaz de poner cachonda a la tía mas frígida del mundo. Así que se la pensábamos dar con algún refresco.

A la siguiente semana apareció un día mi hermana con Marta. Era un poco más baja que mi hermana, se intuía que era más bien delgada y que no tenía que estar mal dotada de tetas, pero llevaba una ropa tan a la antigua que la hacía quedar fatal. Luego unas enormes gafas de las que no se llevan ya y el pelo recogido hacia atrás como las abuelas. Era todo un panorama.

Las dos se fueron a su cuarto a estudiar. A la media hora o así, entré en la habitación, y las dije si querían tomar algo de beber, había hecho algo de limonada con unos emparedados. Mi hermana dijo que sí, Marta no le apetecía mucho, pero fue a la cocina. No quería ni comer ni beber, al final conseguimos convencerla de que probara un poco de limonada. Bebió un par de sorbos, pareció gustarle y se terminó el vaso. Mi hermana y yo nos miramos con satisfacción.

Ellas volvieron a su cuarto, y yo entré al rato para charlar un rato con ellas. Entonces empecé a ver que Marta empezaba a sudar bastante, se la notaba acalorada y empezaba a ponerse colorada. Mi hermana la dijo si se quería quitar el jersey. Al principio dudó, pero aceptó al final. Al quitárselo, pudimos ver que efectivamente tenía unos grandes pechos, debajo llevaba una camisa, pero sus tetas marcaban un gran volumen debajo, y también parecía delgadita. Seguimos charlando. Marta apenas hablaba. Seguía sintiendo los efectos. Entonces continuamos con nuestro plan. Me acerqué a mi hermana y empecé a acariciarla, nos empezamos a besar mientras que le empecé a tocar los pechos. Mientras veíamos cómo Marta se mordía los labios, estaba ardiendo y luchando contra su pudor. Entonces me puse de pie, mi hermana me bajó los pantalones y mi enorme polla saltó fuera de los calzoncillos. Marta dio un respingo en la silla al ver tal aparato. Se mordió el labio inferior. Mi hermana empezó a chuparme la polla, que se iba haciendo cada vez más grande y se empinaba más y más.

- ¿Quieres tocarla Marta?- le pregunté. Ella estaba como paralizada. Se lo pregunté otra vez girándome hacia ella para que pudiera ver las dimensiones de mi aparato.

- - - ¿Puedo?- respondió por fin con una pregunta.

- - - Claro que sí- la dije yo acercándome. Me puse a su lado, con una mano empezó a tocármela un poquito, tenía unas manos muy suaves y tersas.

- - - ¿Quieres probarla con la lengua? - le dije. Ella acercó su boca y pasó la lengua por la punta de mi polla. Una corriente recorrió toda mi espalda. Siguió dándome algunos lametones.

- - - Marta, ¿por qué no te pones más cómoda? - le preguntó mi hermana. Ella aceptó. Entre mi hermana y yo empezamos a quitarle toda la ropa, la verdad es que desnuda, con el pelo suelto y sin las gafas, Marta era una autentica chica cañón, delgadita, buenas tetas, morenita, era un bombón.

- - La tumbamos en la cama mientras mi hermana y yo nos desnudábamos. Ella nos contemplaba retozando encima de la cama. Yo me tumbé a su lado, nos estuvimos besando, mientras mi hermana se había metido entre sus piernas y estaba empezando a chuparle su conejito. Entonces le dije que me la chupara, ella me la cogió como una principiante, apenas sabía chuparla, pero esa novedad me encantó, sólo me la había chupado hasta entonces mi hermana, que era una auténtica experta, así que sentir esa otra boquita y esa lengua caliente en mi polla me puso a cien. Ella se retorcía cada vez que mi hermana le metía la lengua hasta el clítoris.

- - - Por favor, házmelo, házmelo- empezó a gritar, evidentemente quería que la follase. La tumbé en la cama, la abrí las piernas, tenía el sexo empapado, creo que la pobre ya se había corrido. Le puse la polla a la entrada de su coñito y se la metí de golpe tal y como había hablado con mi hermana.

- - -AAAAAAAAAAAAAUUUUUUUUUUUAAAAAA - gritó ella al sentir mi enorme polla perforándola. Mi hermana se puso encima de su cara, puso su depilado sexo en su boca y le dijo que se lo chupase, la pobre a penas podía sacar la lengua ante los envites que recibía en su coñito. Yo le magreaba las tetas, que se le habían puesto bastante duras.

- - Así estuve follándomela un buen rato. Cuando se la saqué ella ya estaba como loca cabalgando.

- - - No, quiero mássss- me dijo.

- - - Espera chiquilla, que ahora vas a tener doble ración.- la dije. Entonces vio a mi hermana que se había puesto el cinturón consolador, era casi del mismo tamaño que mi polla. Marta quedó sorprendida. Mi hermana se tumbó en la cama, cogí a Marta y la puse encima de ella, intentó resistirse un poco, pero acabó empalada en aquel consolador enorme

- - - AAAAAAAAAAAAAAAGGGGGGGGGGGG- gritó, pero entonces la agaché, le abrí las nalgas, y le metí un dedito en el ano, lo tenía realmente pequeño, desde luego iba a disfrutar con la venganza de mi hermana.

- - - NOOOOOOOO POR FAVOOOOOOORR NOOOOOOOOO - gritó ella cuando sintió la punta de mi polla en su culito - NOOOOOOO POR EL CUL........ AAAAAAAAGGGGGGGGGUUUUUUUUUUAAAAAAAAAGGGGGG - fue su respuesta cuando empecé a embestirla por el culito, ella se iba más contra mi hermana, que la embestía más por el coñito. - AAAAAAAAAAAYYYYYYYYYYY POR FAVVV... NOOOOOOOOOO- gritaba la pobre mientras mi polla la perforaba más y más su estrecho culito. Desde luego que me costó mucho poder llegar hasta el fondo, ella se retorcía de dolor y de placer clavada en aquellas dos pollas.

Entonces empezamos a follárnosla de la manera más salvaje. Yo la empujaba por detrás y mi hermana por delante. La pobre no paraba de gritar y jadear, temblaba y se retorcía, mi hermana sintió su coño derretirse al mismo tiempo que el de Marta, yo no pude más y descargué todo mi semen en su culito. Al final acabamos los tres tumbados agotados de tanto placer y lujuria.

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