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Una mamá para cuatro (2 de 3)

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Ver a mi chica, ahí, con ese tipo sobre ella, siendo sobada por todas partes mientras los otros dos la sujetaban de piernas y muñecas me comenzó a excitar. No digo que me gustara ver todo aquello pero también era un hombre, un macho y ver a mi esposa sometida por varios machos, era algo que en m ás de una ocasión me había imaginado en mis pajas.

El pelirrojo comenzó a desabrocharse el pantalon mientras que con su propio peso mantenía plana a mi esposa, la cual no para de resistirse. El que hasta aquél momento me había estado apoyando en el cuello la navaja, se puso delante mío y la bajo diciéndome que era un buen chico y que siguiera así. Al mismo tiempo que, con una sonrisa burlona, se iba acercando al grupo mientras también se iba desabrochando el pantalón. En cuanto al pelirrojo, vi que había metido su cabeza entre las piernas de mi mujer y le comía el coño con salvajismo. El que le estaba sujetando las manos, pudo seguir hac iendolo con una sola mientras su otra mano magreaba y exprimia un pecho y expulsaba la leche que salía a chorritos hacia arriba cayendo en el vientre danceante por la respiración angustiante de mi mujer, la cual gimoteaba y lloraba.

__ ¡Qué rico! - Exclamó el que le sobaba la mama y le expulsaba la leche, mientras acercaba su boca para recoger con ella algun chorrito que salía con fuerza hacia arriba.

En un monento, todos estaban desnudos de cintura para abajo y sobre mi esposa, como unos animales que se echan sobre su presa. Vi que sus miembros estaban muy tensos y alguno de ellos parecía llegar a los 28 o 30 cm. Tengo que decirles que mi polla solo hace 13 cm por lo que aquello me heló la s angre por lo que podía significar de desgarro sobre mi mujer,

Inmediatamente, el pelirrojo, se elevó poniendo su bajo vientre a la altura de la vagina de mi esposa y se apuntaló para penetrarla. Así lo hizo dejandose caer como un peso muerto. A pesar de tener la boca tapada, el gemido de dolor fue desgarrador por parte de mi mujer, mientras que el pelirrojo soltaba un escandaloso gemido de placer.

__ uhhhh - Esclamó y mientras comenzaba la danza del mete y saca me miró --- ¿Pero esta tia ha soltado un crío o no?... Esta estrechita como una puta virgen,

Verla danzar, abierta de piernas mientras la sujetaban, mi polla comenzó a reaccionar muy a mi pesar. Los empujones que le daba eran tan fuertes que mi esposa parecía una muñeca inchable. Sus pechos botaban y salpicaban de vez en cuando asomando leche por sus gordos pezones rosados, eso cuando el pelirrojo los dejaba en paz porque mientras la empitonaba, no paraba de sobarle y llevarse las tetas a la boca.

__ ¡Toma, zorra, toma!.

A cada impacto de polla en la vagina de mi esposa, sus piernas se arqueaban violentamente. Miré que apretaba los puños mientras intentaba liberarse de la opresión de las manos del otro violador. Agitaba la cabeza de un lado a otro hasta que el que me había estado amenazando con la navaja se arrodilló a la altura de su boca. Solo pude ver unos movimientos a la altura de la cabeza de mi mujer, ya que el solo veía el culo del que se había arrodillado ante ella. Estaba claro que querían darle por la boca mientras el pelirrojo terminaba su faena. En un momento, vi las manos del que estaba de rodillas como sujetaban la cabeza de mi mujer, a la cual la habían obligado a girar hacia él y por los movimientos ritmicos, supe que se la había metido ya en la boca.

Aun tenían tiempo y concentración suficiente incluso para coordinar los movimientos de la jodienda vaginal y bucal a mi mujer pues cuando el pelirrojo le incaba el rabo en el coño, el de la boca le introducía su verga hasta la campanilla a juzgar por los insufribles gemidos y arcadas que emitia ella.

Así estuvieron por lo menos 3 minutos más hasta que los muy bestias consiguieron correrse al mismo tiempo llenando a mi mujer por los dos lados violados. Aun pude ver la resistencia de mi mujer en un intento desesperado por escapar de la corrida en su boca, intentando apartar su cabeza pero el qu e le estaba dando su leche, aun sujetó la cabeza con más fuerza adelantando su bajo vientre incandole más la polla.

__ Tragatela toda, puta, ni una gota sueltes. --- Exclamó mientras le sujetaba la barbilla y la parte posterior de la cabeza con ambas manos - Así, así... eso es...

Mi mujer estaba cerrando los ojos y tragando lo que le echaba aquél individuo y cuando ambos acabaron y se apartaron de ella, mi mujer dejó de moverse. Se quedó así. Como si no le importara nada.

Tal vez había olvidado que quedaban dos pero yo vi que esos no estaban dispuestos a dejar pasar la oc asión a juzgar por la violenta erección de sus pollas. Los que se habían despachado a gusto con mi mujer, comenzaron a ponerse los pantalones mientras la miraban a ella como seguía inmovil y luego me miraron a mi diciendome cosas como "que se había portado muy bien" o que "era una buena hembra"

Hasta que el pelirrojo se me acercó al oído y me dijo:

__ Sacate la polla y masturbate delante de ella, o será peor.

Lo miré indignado y para mí era una humillación más pues mi pene estaba semierecto. No podía evitarlo y me sentia culpable pero si intentaba algo, sabía que la primera cuchillada se la llevaría ella y eso me atenazaba. "Los que ya habían sido atendidos por mi esposa" se dispusieron a ocupar el l ugar de los otros dos que aun quedaban. Cogieron a mi esposa y la pusieron frente a mí a cuatro patas mirando hacia mí.

__ Sacate tu pequeña polla, cabron. - Dijo el pelirrojo - quiero ver qué tal te la chupa la zorra de tu mujer.

Yo miré a mi esposa, la cual me miró tratando de tranquilizarme de nuevo con su tierna pero torturada mirada. Su boca en esa posición de cuatro patas, quedaba muy cerca de mi bragueta y cuando me baje los pantalones y los slips, mi polla apareció bastante erecta, cosa que hizo burlarse a los demás.

__ Mirad al hijo de puta... Se ha puesto cachondo viendo como nos tirabamos a su nena.

Y rompieron a carcajadas. Miré a mi esposa y ella emitió una dulce sonrisa casi imperceptible, de esas que ella solo sabe hacer transmitiendo el mensaje "no te preocupes, es normal".y acto seguido se la llevó a la boca comenzando a succionarla entera, cerrando los ojos a veces o mirandome fijamente. Los otros que se habían corrido aprovechando que mi esposa estaba a cuatro patas y sus pechos colgaban como los de vaca, se situaron cada uno de ellos dos, en cada pecho de mi mujer y comenzaron a ordeñarle literalmente la leche de sus colgantes tetas, cayendo literalmente de sus pezones a sus bocas abiertas. Aquello era demasiado. Mi mujer a cuatro patas, mamando y siendo mamada de ambas tetas.

Mi polla se puso terriblemente tiesa pero aun peor se fueron poniendo las pollas de los que aun no la habían provado.

Entonces uno de ellos le dijo algo al oído de mi esposa que pude oir con claridad:

__ Dos minutos para que tu marido se corra o sino, no verá ya como te doy por el culo.

Mi mujer, abrió mucho los ojos y demostro su pánico ante lo que le habían dicho pero aun más cuando vio qué otra navaja se apoyaba en mi yugular. Entonces comenzó a mamarme mucho más rapido, buscando mi corrida. Apartó los pechos de los que le habían estado mamando hasta aquél instante y comenzó a mover su torso de un lado a otro para que sus tetas bailaran ante mi. Sabía que desde siempre, eso me excitaba y ella lo hacía muy bien, Aun quedaba un minuto, como se lo dijo el tercer hombre y no me había podido correr. La angustia de mi mujer era total hasta qué acercó sus pechos a mi pene y los puso atrapándomelo en el canal mamario, ofreciendome la mayor cubana que jamás me había hecho. Podía ver por la presión que ejercia con sus pechos como de sus pezones asomaban numerosas y gruesas gotas de leche que poco a poco se deslizaban por el canal alcanzandome el tronco del pene. Así estuvo con tanta intensidad masturbandome que disparé una terrible descarga que impacto en el rostro y barbilla de mi esposa, la cual respiró aliviada al mismo tiempo que iba cesando su batir constante de tetas en mi polla.

Solo faltaban tres segundos para que mi yugular hubiese sido atravesada...

CONTINUARA

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