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Los Lobos de Crepusculo (3)

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Seth estaba confuso. Acababa de tener sexo con Edward, y Bella habiéndoles pillado no se había enfadado, sino que quería haber participado. Seth siempre prensó que el matrimonio de Bella y Edward era de adoración mutua, y ahora descubría que no les importaba tener sexo con otros, que solo pensaban en el placer.

Salió de la casa mientras la pareja empezaba a recorrerse el cuerpo con la lengua. Le habían invitado, pero estaba demasiado confuso con esto del sexo como para quedarse. Siempre se dijo que si tenía sexo sería por amor, y ahora se había dejado llevar por sus instintos, deseaba que le pasara como a todos los demás y caer perdidamente enamorado de alguien, y sin embargo se encontraba masturbándose cuando veía a su hermana tener sexo, o teniendo sexo el mismo con la primera persona que se ofreciera.

Cambió a la forma de lobo sin preocuparse por la ropa y salió corriendo. Cuando se quiso dar cuenta de que eso fue un error, era demasiado tarde. Jacob se había enterado de todo lo que pasó, y se dirigía a casa del vampiro.

-No Jacob, es algo de ellos, no te debería importar, tu tienes a Reneesme…y a Leah.

-Seth, no intentes detenerme, sal de mi cabeza.

En las últimas semanas habían descubierto que eso era más fácil de lo que creían, solo era cuestión de concentración. Pero aún así Seth no hizo caso a su jefe, y corrió de vuelta a la cabaña.

-¿Jacob, qué vas a hacer? – Preguntó cuando este se acercó.

-Jacob, Bella me ha negado cualquier aprecio por largo tiempo, y ahora que es vampira no le importa tener sexo con quien sea, quiero una explicación…

No pudo acabar la frase, pues en ese momento apareció Bella en la puerta, desnuda, y con mirada lasciva. Detrás suya estaba Edward, besándola el hombre, y mirando a Jacob maliciosamente.

-Jacob, en este tiempo, y después de todo lo que ha pasado me he dado cuenta de muchas cosas – dijo ella sabiendo porque había venido. Una de las cosas que había aprendido de ser vampiro.

-¿Crees que es normal que seas la puta en las orgías privadas de Edward?

-Ella no tiene porque hacerlo, pero le gusta, como seguro que te gusta a ti decir que estas enamorado de nuestra hija cuando en realidad estas follando con tu segundo al mando.

La contestación de Edward le hizo callarse.

-Pero porque estamos discutiendo cuando podrías pasar y hablar de esto tranquilamente, tu también Seth.

Jacob intercambio miradas primero con Seth, luego con bella y otra vez con Seth, para entrar enseguida a la casa, seguido por el joven lobo.

En ese momento Jacob era el único que llevaba un pantalón puesto, pues Bella y Edward habían estado jugando sexualmente, y Seth había perdido su ropa al transformarse.

Edward vio la situación, y decidió dar el primer paso, así que se acercó a Jacob, y le pasó la mano por su pecho musculado y moreno. Jacob se estremeció pero no hizo nada, y no pudo separar la vista de Edward.

Llegó al pantalón, y lo arrancó de un tirón, dejando al descubierto una polla de unos 22 centímetros que empezaba a entrar en erección. Edward sonrió. Jacob también. Acercó los labios al lobo, pero este le esquivó, y se fue directamente a Bella.

Seth mientras tanto se había sentado en un sofá y se estaba masturbando. El único sexo que había tenido había sido ese mismo día con Edward, no sabía muy bien como actuar.

Bella dejo que Jacob se le acercara, y se dieron un beso pasional. Ya se habían besado otra vez, pero fue un beso casi obligado, esta vez Bella había cambiado, y sentía muchas cosas arder en su interior, deseaba tener a Jacob dentro de su cuerpo, así como tenía a Edward dentro de su alma.

Siguieron besándose, mientras sus manos recorrían todos los rincones de sus cuerpos, metiéndose donde encontraban un espació, y acariciando todo lo que estaba a la vista.

Edward también decidió sentarse al lado de Seth, y se empezaron a masturbar mutuamente. Quería estar con los otros dos, y sentir todo lo que veía estaban sintiendo, pero también quería verlos disfrutar, por lo que prefirió quedarse apartado…de momento.

Jacob cogió a Bella en sus brazos, y mientras se besaban la llevó a la cama de matrimonio. Se rió por la ironía de por fin tener sexo con la madre de la persona a la que amaba, la mujer que había amado por mucho tiempo, y delante de el hombre por el que no la había conseguido, en su cama de matrimonio. Pensó esto mientras la recorría con la lengua, le lamía los senos y succionaba como intentado sacar leche materna, le daba mordiscos en el ombligo, y besos en el estomago. Le pasaba la lengua por el clítoris mientras le introducía varios dedos en el coño.

Estaba disfrutando como nunca, había tenido sexo muchas veces, pero nunca con alguien que de verdad le gustase. Bella había sido su amor por mucho tiempo, y aunque ahora solo podía pensar en su hija para un futuro, no podía evitar sentirse ganador en la batalla que lucho contra el vampiro por el amor de Bella.

Miró a Edward mientras se ponían en posición de 69. No le quitaba la vista de encima mientras que le chupaba el coño a su mujer, y esta le lamia la polla. Edward sonreía, seguía masturbando a Seth, y le devolvía la mirada, mientras meneaba mas rapido al pequeño de los hijos de la luna.

Jacob hizo un gesto a Edward, que enseguida lo entendió, y soltando a Seth se acerco a Jacob. Este se levanto y se abrazaron, se empezaron a besar.

Bella vio lo que empezaba a suceder, y se excitó más. Se puso al lado de ambos, y agachándose les cogió las pollas y las empezó a mamar a la vez. No tenían nada que envidiar la una a la otra. La única diferencia era el calor que la de Jacob desprendía.

Ellos seguían abrazados, besándose, tocándose, y excitándose. No era que siempre hubiesen querido tener sexo entre ellos, pero después de todo lo que habían pasado, de odios, peleas y reconciliaciones. Jacob se había enamorada de su hija, eran parte de la familia ahora, todas estas sensaciones se juntaron para formar un aprecio mayor que las diferencias, y en esta situación solo lo sabían demostrar así. Así que seguían a lo suyo, mientras Bella no paraba de mamarles la polla.

Seth se había corrido ya, pero aún así la tenía dura. Vio sobre una mesa un pequeño consolador, asíque se decidió a metérselo, mientras seguías masturbándose.

Jacob se tumbo en la cama, y Bella se subió encima, se clavo su polla hasta el fondo, y poco a poco, según se acomodaba empezó un sube y baja. Jacob estaba en la gloria, nunca había disfrutado tanto del sexo. Edward besaba a Bella, mientras la ayudaba a moverse, bajo con la lengua hasta su coño, y chapándoselo a la vez que la polla de Jacob seguía acariciando el pecho de ambos, uno con cada mano. Jacob cogió la mano de Edward y se la llevo a la boca, chupando los dedos, como si de la polla de este se tratase.

Bella se dio la vuelta, y tumbándose encima de Jacob indicó a Edward para que también la penetrara. Edward agarró la polla de Jacob, y poniéndola junto a la suya se las introdujo las dos en el coño de Bella. Esta se sorprendió pero luego con una carcajada les hico saber que le gustaba, y empezaron los tres a moverse al mismo tiempo. Seth seguía penetrándose con el consolador, estaba gimiendo de placer y para colmo tenía una de las escenas más calientes que había visto, incluso en películas porno, delante suyo. Notó como se iba a volver a correr, pero estaba vez fue mucho mayor que cualquier otra que recordase, y el orgasmo fue mayor.

Mien tras tanto el trío gemía y se movía al unísono. Se acariciaban y besaban indistintamente, Bella sentía a los dos únicos hombre que amaba dentro de ella, y eso la hacía volverse loca. Jacob y Edward sentían la polla de otro moverse, sentían la sangre de la polla del otro bombear, se rozaban las pollas mientras se las metían a Bella. No podían más y así empezó a correrse primero Edward, para en menos de un segundo seguirle Jacob y Bella. Gritaban de placer, el orgasmo les duró casi un minuto, perdieron la conciencia por ese tiempo, y se sintieron en otro lugar completamente distinto a nada que hubieran sentido antes.

Se quedaron tumbados en la cama unos segundos. Jacob se levanto, miró a Seth, que también estaba descansando en el sofá, y se fueron. Bella y Edward se quedaron solos en la casa, desnudos en la cama, acariciándose y besándose. Se amaban con locura, como siempre.

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