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Orgía en el camión

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Esto que os voy a contar me sucedió en uno de tantos viajes como me gusta hacer, suelo viajar mucho para encontrarme con los clientes con los que concierto citas para hacer el amor, a veces voy en autobús o tren y a veces voy a dedo como ocurrió esta vez.

Me tenia que desplazar desde mi casa en Huelva hasta Salamanca que era donde había quedado con mi cliente.

Cogí un autobús que me llevo hasta la salida de mi ciudad, que es el lugar ideal, para poder ponerme a hacer dedo, casi siempre me suelen coger rápido ya que como soy chica y suelo vestir muy provocativamente pues a los hombres les gusta verme así, me paran y me llevan. Casi siempre acabo acostándome con los camioneros que a pesar de ahorrarme mucho camino, siempre me dan algo de dinero por el trabajo. Son trabajos rápidos casi siempre ya que una vez de que te han follado te dicen que van a parar y que sigas por otros medios, a mi no me importa ya que en el lugar que me dejen, suelo entrar en el bar que haya cerca y lavarme un poco y seguir haciendo dedo, y si se me tercia otro pues mejor.

La verdad es que me encanta ser follada, sentir una polla en mi conejillo es necesario para mí.

Bueno a lo que os iba a contar, a los pocos minutos de estar colocada en la estación de servicio, me paró un hombre de unos 50 años me dijo que el solo me podía llevar hasta Cáceres que era a donde sé dirigía y yo le dije que si que me llevara, en el primer viaje me quitaban ya cerca de 200 Km no estaba nada mal, cuando estuvimos cerca ya el me dijo que tenia que parar por la cosa del cuentakilómetros y que debíamos parar una hora para seguir camino.

―Ok no, pasa nada, usted es el que dirige el camión.

―Oye nena cuanto me llevas por dejarme sobarte y poder desahogarme contigo rapidito.

―Bueno pues no sé, no suelo hacer esto nunca –dije yo. Mintiendo esta claro, ya que nunca les digo que soy una putita, les da mas morbo follarse a una chica normal que a una putita.

―Solamente te puedo dar 20 euros que te parece nena.

No estaba nada mal, me ahorraban 200 Km. y encima me daban 20 euros por menos de media hora de sexo.

―Venga nena desnúdate y ábrete bien de piernas que te voy a mirar ese conejo que me tienes aquí. Vaya pedazos de tetas que tienes eh. Seguro que te encanta que te las amasen bien a que sí?

Me desnude y me coloqué abierta de piernas en el asiento para que el hombre me pudiera poder mirar mi conejillo depilado, es una de las cosas principales para poder tener unas buenas relaciones con mis clientes. Comenzó meterme los dedos en mi conejo, y me iba moviendo y colocando para poder penetrarme mejor. Se sentó en el asiento del copiloto con la polla bien tiesa y me dijo que me sentara encima de él, penetrándome yo sola con su polla y que cabalgaría como la puta yegua que yo era. Así lo hice y su cara reflejaba el placer que yo le estaba proporcionando, él apretaba mis pezones fuertemente como si se le fuera la vida en ello.

De repente, me dijo que me levantara y que me pusiera a lamerle la polla que se iba a correr. Comencé con la tarea que me había encomendado, y me dedique a lamerle la polla hasta correrse en mi boca, me lo trague como él me dijo que lo hiciera y me dispuse a limpiársela, el sabor del semen con los jugos de mi conejo es un sabor que me encanta y lo devoro siempre con ansia sin dejar ni gota de ello.

Me vestí poco a poco mientras él preparaba el dinero para pagarme y seguimos hablando un ratito mas allí dentro del camión, donde me dijo:

―Sin lugar a dudas, nena, eres una zorrilla muy competente.

Recogí mi mochila y bajé del camión y me dirigí hasta el bar de la estación de servicio donde el me dejó.

Entre en el restaurante y pedí una cerveza, me puse a hojear un periódico cuando noté como dos camioneros que estaban en la esquina me observaban y hablaban entre ellos:

―uff que nena, es de las que me gustan a mí, cara de niña, cuerpo de zorra.

―Joder tío es la zorrita que buscamos, yo creo que sí ¿no?

―No sé tío, a mi no me importaría follarme esa boquilla ―dicho esto me miraron y llamaron a la camarera.

―Oye linda, ponla otra birra ala nena de allí, y dila que la invito a esa y a lo que quiera.

La camarera se acercó a mi lado y me comentó lo que los dos hombres habían dicho, y cogiendo mi jarra de cerveza, me acerqué hasta ellos para darles las gracias.

―Gracias por la cerveza, caballeros―dije yo, notando como sus miradas se clavaban en mis pechos.

―De nada cariño―dijo uno de ellos―te mereces mucho mas que una cerveza.

―Ah, si! ―respondí yo―¿ qué es lo que me merezco?

―Pues nena, la verdad es que con ese cuerpo divino, te mereces triunfar allá donde vayas y si tú quieres esta noche puedes triunfar con nosotros, gracias a tu cuerpo de diosa.

―¿ A qué te refieres? ―pregunté yo.

―Mira cariño―dijo el otro hombre―esta noche vamos a montarnos una fiestecilla en un camión y si tu te atreverías podrás ganar mucho dinero.

―¿ Qué tendría que hacer yo?―pregunté haciéndome la ingenua.

Ellos se echaron a reír y tan solo me dijeron:

―Espera a que se haga de noche, dirígete al camión ese blanco que tiene la letra " L" negra en la parte trasera, y llama a la puerta por detrás. Ganarás mas dinero del que puedas imaginar, pero has de colaborar ¿Ok bonita?

―De acuerdo lo pensaré, aunque yo nunca hago esto y creo que me estoy imaginando de lo que estáis hablando.

―Si nena, si todas decís lo mismo.

Se echaron a reír de nuevo y se dirigieron al comedor.

Hablé con la camarera, y me dijo que eran hombres de fiar, me recomendó reservar una habitación y me dijo que no me preocupara por pagarla que si haces lo que ellos quieren, ganarás mucho, pero que mucho dinero esta noche. La pregunté que clase de fiesta era, pero me comentó que no me podía decir nada porque ella no habia estado en ninguna pero que se solían reunir diez o doce camioneros en el remolque del camión y que solían estar 2 chicas y yo iba a ser una de ellas.

La hice caso, subí a la habitación y descansé me tome una ducha y mientras enjabonaba mi piel acariciaba mi cuerpo como a mi me gustaba hacer siempre, cogí mi vibrador de la mochila y lo introduje en mi vagina, era una de las cosas que mas me gustaba, dormir la siesta con mi vibrador dentro de mí, dormiría unas dos horas, y cuando me levanté estaba humedísima ya que el vibrador dentro de mí habia echo de las suyas, acaricie mi clítoris hasta que llegue al orgasmo que buscaba, y me levanté.

A las 10 de la noche bajé a la cafetería y la camarera me indicó que me fuera hacia el camión.

Vestida con una minifalda negra y una camiseta blanca y sin ropa interior, como a mí mas me gustaba estar por comodidad, llame a la puerta y según abrieron me dijeron:

―Nena, pasa cariño y acomódate y espera que te traigo algo de beber.

Fui pasando hasta el fondo del camión y en una especie de barra de bar vi a la otra chica, vestida ya tan solo con una camiseta y zapatos de tacón de aguja.

Me acercaron un vaso y me dispuse a beber a cada trago que daba me relajaba cada vez mas, dí un trago mas y note como una sensación incontenible me llenaba por completo, buff estaba caliente y excitada.

Uno de los hombres se nos acercó y nos dijo:

―Nenas, iros desnudando que la fiesta ha de empezar.

Las dos nos miramos, nos colocamos donde ellos nos indicaron y comenzamos a desnudarnos, uno de los hombres se acercó a la otra chica que se llamaba Lara, morenita de formas muy redondeadas y pezones pronunciados y estirando de unas cuerdas que sobresalían de los bordes del camión completamente inmovilizada de manos y de pies, comenzaron a embadurnarla con una especie de aceite, mientras yo continuaba desnudándome y al poco rato me comenzaron a atar también a mí, y me comenzaron a pasar el aceite, se acercó a mi un hombre grande muy basto, que empezó a estrujarme los pezones bestialmente, cosa que me encanta que me hagan, el otro ató mis piernas dejándome totalmente a la disponibilidad de todos sin poder quejarme, en nuestras bocas colocaron una especie de bozal, para poder tenerlas bien abiertas y que pudieran introducir lo que quisieran sin que pusiéramos pegas ni cerráramos la boca.

Siguieron untándonos el aceite, y oía como gemía Lara, ya que uno de los tíos la estaba introduciendo los dedos en el conejillo y en el ano para dilatarla, tan solo me giré y empecé a notar como uno de ellos me introducía los dedos de forma violenta en mi conejo, derramando algún licor en él, haciendo que un escozor en mi conejo al ser abierto mezclado con el licor se apoderara de mi cuerpo.

Uno de los hombres se puso enfrente de todos y dijo:

―Bueno, aquí empieza una nueva edición de nuestra orgía particular, ya sabéis que las normas son que depende del servicio que la hagáis realizar tenéis que meter en su urna las cantidades estipuladas en la reunión de esta tarde, sabéis que hay que introducir el dinero en la urna antes de follarsela, todos sabéis que ellas son unas zorritas, dispuestas a todo por dinero, que no hay tiempo de limite, que esto se acabará cuando todos estemos vacíos completamente.

Dicho esto, noté como una polla se introducía en mi boca, follandomela a una velocidad que nunca habia conocido, a veces me provocaba arcadas ya que la empujaba hasta el fondo, seguí notando como apretaban mis pezones y estiraban de ellos uno con una mano y el otro con una boca, con lo que yo empecé a gemir:

―Siii uff más Siii dios como me gusta, apretármelos mas, Siii mmmm ahhh.

Algo se coloco en la entrada de mi ano y comenzaron a azotármelo con algo que lo que hacia era excitarme mucho mas de lo que ya estaba, empezaron a dilatarme el ano metiéndome unos dedos, que al poco tiempo se fue cambiando por un rabo que me abrió entera, varias manos acariciaban mi cuerpo, y yo no podía dejar de gemir. Esto era máximo, era divino.

El que me estaba follando el culo me apretaba los pezones fuertemente y yo gemía como una loca, hubo un momento en el que me sentí completamente llena, estaba siendo follada pro mis tres agujeros, y sobada por varias manos que apretaban mis pezones.

Tras unos momentos de tensión inaguantable por el placer que me estaban causando, me dieron la vuelta para que admirara como mi compañera gritaba de placer, gemía como una puta en celo, y ellos se estaban volviendo locos con esa situación.

Lara estaba siendo sodomizada por algún un tiarron muy grande que la daba unas embestidas muy fuertes que hacia que se moviera todo el camión entero a la vez que un tío la pegaba palmadas en los pechos, los tenia rojos pero parece ser que esa situación la gustaba mucho ya que gritaba y gritaba.

―Siii uff seguir no paréis, darme mas fuerte, ahhh Siii ahh pegarme, follame cabron hasta que me lo revientes y me saques los intestinos. Ahh

―Como la gusta a la puta esta que la peguemos―dijo el hombre que me invitó a la cerveza―follarosla hasta que se caiga la muy puta.

―Ahhh uff Siii más Siii dios ―seguía gritando

De repente el tío que la estaba dando palmadas en los pezones se acercó a mí y me dijo que me habia tocado el turno de sufrir, y comenzaron a azotarme a mí en las nalgas y en los pezones con una varita, mis pezones estaban duros ya de por sí pero al sentir el contacto con el dolor, se pusieron aun más tiesos, el hombre del bar comenzó a penetrarme por detrás y su amigo por delante mientras me seguían dando golpetazos en los pezones.

No sé el tiempo que pasé así siendo follada y castigada sin parar ni un momento, notaba mi cuerpo pegajoso de tanto semen que en el habia y la boca completamente seca de lo mismo, pero de repente uno de los tíos se levantó y se puso a orinar en mi boca, como no podía moverme, llenó mi boca de orina y de seguido su polla consiguiendo con eso una arcada.

Ya no se oía gemir a Lara, la miré y yacía exhausta, yo también lo estaba, pero aun me quedaba alguna fuerza en mi poca, pero quedaba.

Los hombres también estaban ya destrozados, por eso concluí que la fiesta ya había llegado a su fin.

Nos colocaron la una enfrente de la otra, estabamos destrozadas y llenas de semen por todo el cuerpo y el que mandaba de nuevo dijo:

―Bueno chicas, esto ya se acaba, pero si queréis ganar el dinero de vuestras urnas respectivamente, deberéis de limpiaros el semen de la una a la otra, hasta quedar completamente limpias.

Nosotras nos miramos y así lo hicimos, ella comenzó a lamerme las tetas con una delicadeza que ningún hombre me lo habia hecho jamas, nos lamimos cada centímetro de nuestro cuerpo y nos quedamos como nuevas, nos desataron y nos dejaron irnos hacia el hotel.

Al salir del camión mi nueva amiga de aventuras, me preguntó si quería seguir disfrutando un poco mas nosotras solas en su habitación y así lo hicimos. Mojaditas y calentitas nos fuimos a su cuarto, pero cielos eso es otra historia...

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