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De como sometía a Tatiana (3 de 4)

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Después de aquella memorable primera vez en que Tati ordeñó la leche de un hombre, es decir, luego de que le enseñé cómo debía pajearme, las cosas siguieron de bien en mejor. Mi siguiente objetivo era hacer de ella una mamadora entregada, pues como ya les comenté, soy un fanático del sexo oral y llegó un momento de mi vida en que no pensaba en otra cosa sino en tener a esta nena succionándome el miembro toda la tarde.

Y así, un dia, mientras la besaba en el asiento trasero de mi auto al tiempo que ella me masturbaba deliciosamente con su mano, decidí decirle sin miramientos:

-Quiero que me hagas eso mismo que me estás haciendo… pero con tu boca – Tatiana tiene unas facciones muy dulces, y ver su rostro poniendo esa carita de pendeja es algo verdaderamente encantador: con sus hermosos ojos bien abiertos y sus labios ligeramente separados sin saber ni que contestar.

-¿ Con la boca? – preguntó la muy boba.

No le contesté. La tomé por el mentón e introduje mi lengua bien dentro de su cabidad bucal regalándole una buena cantidad de saliva, tenía curiosidad por saber cuánto era capaz de tragar (y ahora puedo asegurarles que es bastante).

Tatiana resistió valiente y dócilmente aquel prolongado y húmedo beso. Después de un rato le extraje mi lengua, ella se tomó un par de segundos para tragar la saliva y limpiarse las conmisuras de la boca y contestar:

-No… no sabría como hacer lo que quieres…-

Se veía tan sexy que sentí la imperante necesidad de embestirla allí mismo y no parar hasta hacerle un par de hijos, pero no debía echarlo a perder todo pues aún me quedaba muchisima diversión por delante. Ahora que lo pienso, lo mas dificil de mi relación con ella fueron esos desesperantes instantes en que ya no soportaba las ganas de cogérmela, pero ahora que la tengo a mi entera disposición puedo asegurar que valió la pena plenamente el hacer sacrificios y esperar con tal de tenerla en la posición en que la tengo ahora.

En los dias siguientes me dediqué a recolectar todos los relatos y escritos que hablaban sobre sexo oral. Todos los dias le inundaba su correo con historias de felaciones, consejos de prostitutas sobre como mamar profesionalmente y esas cosas. Me hubiera fascinado ver su cara al momento de abrir su correo en las mañanas y encontrarlo lleno de pornografía. No sé si conservó los artículos y fotos que le envié, pero estoy seguro de que algunos de los artículos sí que los leyó pues… bueno, no quiero adelantarme a los hechos, solo puedo decirles que Tatiana ha resultado ser una verdadera mamadora nata y que su boquita succionando un falo es un verdadero prodigio de la naturaleza… ¿verdad mi cielo?.

Algunas veces, en clase, tomaba su cuaderno y dibujaba un falo siendo engullido por un par de labios con un corazón al lado, Tatiana veía esos obscenos dibujos y cerraba su cuaderno de inmediato con el rostro enrojecido. Confieso que ya no me la fajaba tanto como antes, en lugar de eso me dedicaba a acariciar sus labios con mis dedos, a veces humedecía mi dedo anular con saliva y lo introducía lentamente en su boca, ella se cohibia y hasta creo que comenzaba a asustarse pues por muy ingenua que fuera se daba cuenta del rumbo que nuestra relación tomaba, sin embargo supongo que por vergüenza, por decoro o por miedo se dajaba hacer con la ilusión de que esas fantasías, una vez consumadas se me olvidaran y volviera yo a ser el mimo de antes. Ja!

Fue aquí cuando comenzó la verdadera sumisión y proceso de chantaje de Tatiana, pues para esas alturas yo estaba obsesionado con conseguir dos cosas: quería tenerla mamándome la verga tan pronta y exhaustivamente como fuera posible, y quería conseguir un material verdaderamente comprometedor y embarazoso para ella, ya que al paso que íbamos la muy zorra pronto descubriría mis verdaderas intenciones y comenzaría a exigir mas respeto o el fin de nuestra relación.

Afortunadamente la ocasión para obtener ambas cosas no tardó en presentarse.

Una tarde un amigo de ambos nos invitó a ir a su departamento a pedir pizzas y ver algunas películas, como ya era un poco tarde nos propuso quedarnos toda la noche con él para, a la mañana siguiente irnos cada quien a casa. Yo acepté encantado, Tatiana dudó mucho pues de sobra sabíamos que su padre jamás hubiera autorizado que su adorada hijita (la cual no tenía idea de lo putita que se estaba volviendo) se quedara sola toda la noche con dos hombres. Nuestro amigo dijo que no había problema, ya que podía convencer a su madre, una señora bastante accesible, de que hablara con el padre de Tatiana y asegurarle que ella (la señora) personalmente vería todas las películas con nosotros y en la sala, cosa que por cierto jamás ocurrió ya que las películas las vimos en el cuarto de la tele y la señora ya cabeceaba a la mitad de la primera película, por lo cual decidió irse a dormir a su cuarto sin decir nada de nada y del cual no salió hasta bien entrada la mañana del siguiente dia.

Así pues el padre de Tatiana escuchó los argumentos de la señora (quien además mintió diciendo que en casa había otras dos chicas) y telefónicamente le dio permiso a su hija de quedarse, sin imaginar que le estaba dando permiso de ser desvirgada oral y vaginalmente y que a la mañana siguiente, cuando Tatiana pusiera un pie en su casa, ya estaría convertida en una joven y obediente esclava sexual, posesión de un hombre que no descansaría hasta degradarla, humillarla y prostituirla sin cesar como he tenido a bien hacerlo hasta ahora.

Como ya dije, la señora de la casa se fue a dormir apenas terminó la primer película; a la mitad de la segunda película Roberto, nuestro amigo, sugirió que desdobláramos el sofá cama y nos cubriéramos con una sábana pues estaba bajando mucho la temperatura, cosa a la que accedí encantado y Tatiana, sin ver nada malo en ello, aceptó también. Apenas comenzaba la tercera película (serían las 12 o 1 de la mañana) me giré hacia el lado de mi novia y me acurruqué fingiendo que tenía ya mucho sueño e iba a dormirme (estábamos acostados Tatiana en una orilla, yo en medio y Roberto, sentado, en la otra orilla) poco a poco comencé, por debajo de la sábana, a toquetear a Tatiana, primero suavemente, después introduciendo mi mano por debajo de su blusa, rozando sus senos por encima del sujetador, sintiendo la involuntaria erección de sus pezones, bajando luego por su vientre sintiendo como su respiración se aceleraba cada vez mas, y desabotonando luego sus jeans para poder acceder a su conejito que seguramente ya estaba bien empapado y ansioso por ser penetrado amorosamente. Me di cuenta perfectamente de que para Rodrigo era casi imposible fingir que no veía la manoseada que la chica estaba recibiendo, pues por mas esfuerzos que ella hacía no podía domar el acompasado movimiento de su cadera, ya que por alguna inexplicable razón siempre que me fajaba a Tatiana comenzaba a mover rítmicamente las caderas como si un falo invisible la estuviera pistonenado; ni podía ignorar su respiración cada vez mas pesada y entrecortada, ni el juego de manos que se adivinaba debajo de las sábanas. No sé si lo hizo por caballerosidad, pero apenas terminó la tercera película, fingió que se caía de sueño y que prefería irse a dormir a su cuarto, dejándonos solos en la sala para "seguir viendo las demás películas" (aunque estoy seguro que mas bien lo hizo para ir corriendo a su cuarto a masturbarse, pues el solo imaginar una chica tan guapa y bien formada como Tatiana recibiendo un intenso y rico faje es para excitar a cualquiera) de cualquier manera le agradecí en el alma aquel gesto, pues me dejaba toda la noche libre para poder por fin estrenar a mi pequeña puta.

En cuanto Rodrigo salió de la habitación inserté la cuarta película en el DVD para cubrir las apariencias (para calmar a Tatiana, para disimular en caso de que alguien entrara de improviso y, sobre todo, para disfrazar con el ruido de la tele los gemidos y gritos ahogados que seguramente iba a emitir la nena). Regresé al sofá cama y enseguida comencé a besar y manosear a Tatiana con furia y pasión. La besé en la boca, en el cuello, casi le desgarro la blusa, bajé por su cuello hasta sus senos y los besé, lamí y succioné hasta que la humedad de la saliva transparentó la punta del sujetador haciendo visible el color marrón de sus pezones bien erectos y duros. Le quité los jeans, cosa que puso muy nerviosa a Tati pues eso si era algo completamente nuevo hasta entonces para ambos: jamás habíamos estado juntos, solos, y semidesnudos, así que de inmediato intentó aferrarse a sus pantalones mas le retiré las manos explicándole que quería verla desnuda. Al fin los jeans cedieron revelando su cadera afilada y sus largos muslos firmes y bien formados. Sin perder tiempo atraje su rostro hacia mi cuello tomándola por la nuca, indicándole que era su turno de demostrarme que tan caliente estaba y si estaba dispuesta a llegar tan lejos como yo esperaba en nombre de ese amor que la muy zorra sentía por mi. Tiatiana comenzó a besarme, primero de manera torpe y nerviosa, después con ternura y entrega, me besó el cuello, desabotonó mi camisa y me beso el pecho lamiendo con especial énfasis mis tetillas, después bajó lentamente por mi abdomen y con sus manos comenzó a bajarme la cremallera y a hurgar dentro de mis calzoncillos buscando mi falo, esto ya lo hizo con mas confianza pues estaba habituada a meterme mano en la entrepierna la muy golfa, sin embargo, y para borrar esa seguridad en ella (pues me encantaba verla tan nerviosa y dubitativa) desabroché mi pantalón y junto con mis boxer, los bajé hasta las rodillas y le dije que me quitara por completo los pantalones. Mi miembro emergió libre y erguido, Tatiana no apartaba la mirada de él y lo veía con sorpresa y hasta con cierto temor pues presentía que pronto lo tendría dentro de alguna cabidad de su cuerpo. Sin darle tiempo a pensar la tomé por la nuca y la atraje hacia mi riata que de solo sentir su aliento se hinchaba cada vez mas. Tatiana oponía cierta resistencia conforme su rostro se aproximaba al miembro, me comenzó a desesperar su virginal miedo de niña y comencé a ponerme mandón para hacerla reaccionar:

-¿Qué pasa?- le pregunté enojado

-…Nada – contestó bastante confundida por la pregunta

-¿Vas a hacer lo que pedí sí o no? – le pregunté a manera de ultimátum. Sinceramente me sorprendió su reacción, pues creí que la pregunta y el tono de voz acabarían por desanimarla u ofenderla. Sin embargo se limitó a bajar la mirada y responder con una voz un poco asustada:

-…sí… pero es que te juro que se siente bien raro…- Nunca olvidaré esa repuesta que sonaba mas a una disculpa y que me vino a confirmar que Tatiana era una niña nacida para ser mandada por un hombre, honestamente puedo decir que el tipo que llegue a casarse con ella será enormemente feliz.

Le solté la nuca, Tatiana comprendió que por su propia voluntad debía bajar la cabeza y comenzar a mamar.

Entreabrió un poco la boca y lentamente la acercó a mi miembro, estando solo a unos milímetros del glande no se atrevió a introducirlo en su boca, en lugar de ello la punta de su lengua asomó por entre sus labios y se alargó lo suficiente para tocar la cabeza de mi pene por primera vez, el contacto fue delicioso; sin embargo al rozar mi cabeza con la punta de su lengua probó las gotas de fluido seminal que comenzaban a escurrirme y el sabor la hizo desistir, retiró un poco la cabeza y miraba mi falo sin saber que hacer.

-Bésalo- le dije – Tómalo por la base con tu mano, apriétalo un poco y bésalo y lamelo por los lados –

Esto lo hizo de mejor ánimo, pues estaba mas habituada a dar besos que a succionar falos. De inmediato y con menos inhibición comenzó a besar amorosamente mi pene (en ningún momento me miró a los ojos, supongo que por vergüenza) después comenzó a lamer el tronco, una y otra vez pasaba su lengua por el hasta dejarlo moderadamente ensalivado, lo suficiente para ver como la luz azulada de la televisión se reflejaba en su saliva haciendo brillar mi tranca.

-Ahora abre la boca y metete el glande, si quieres puedes escupir en el para limpiarlo antes de llevartelo a la boca-

Tatiana suspiró, era la hora de la verdad para ella, la hora de convertirse en una verdadera mujer. Posicionó su boca justo por encima de la cabeza enrojecida, escupió muy tímidamente (apenas una o dos gotas) y se lo introdujo en la boca muy lentamente. Una vez que ella sola hubo engullido todo el glande por su propia convicción comenzó la diversión.

De inmediato la sujeté por la nuca y la obligué a tragarse el tronco, Tatiana trataba de hacerlo lo mejor que podía pero no lograba succionar, solo albergaba mi miembro en su boca y aunque sentir su aliento tibio cobijando mi pene era una experiencia muy reconfortante, comenzaba a desesperarme su falta de pericia.

-Chúpalo, si no succionas con tu boca no tiene caso corazón-

En su primer intento por succionar me propinó una ligera mordida con sus dientes que me dio pauta para hacerle algo que desde hace mucho había querido hacer: la tomé por el cabello, la obligué a sacarse el miembro de la boca y de súbito de di una bofetada que la dejó completamente atónita.

-(plaf) Niña mala, nunca debes morder un pene, me lastimas tonta… ¿qué en la secundaria no te enseñaron a mamar?- le pregunté burlón.

Tatiana estaba completamente ofuscada, me miraba con sorpresa y temor, sus ojos comenzaron a humedecerse, seguro intentaba contener un par de lágrimas que querían asomar por esos hermosos ojos color almendra. Suficientes lecciones de sexo oral por el momento, ya era hora de penetrarla.

En seguida la arrojé al sofá cama y me coloqué encima de ella, todo fue tan rápido que cuando la nena quiso oponer resistencia yo ya estaba entre sus piernas y listo para entrar en ella.

-Tranquilita mi vida, vas a ver que te va a encantar, si te pones bien mojadita cuando te meto el dedo con esto vas a llorar de placer – le decía al tiempo que con la mano buscaba mi barra y la ponía en posición de atacar, Tatiana se revolcaba en el sofá cama tratando de soltarse de mi abrazo, recuerdo que decía cosas como "¡no Alejandro!" "esperate" "así no…" mas todo era intuir, Es verdad que la calentura del momento hizo que las cosas se me salieran de control pues no estaba dentro de mis planes violarla en su primera noche, sin embargo ya estaba decidido a cogérmela a como diera lugar, así que no había marcha atrás.

Seguramente recordarán que, técnicamente, Tatiana había perdido la virginidad una tarde mientras yo le metía mano en las áreas verdes de Ciudad Universitaria, en esa ocasión su himen fue abierto he incluso sangró un poco; pero huelga decir que eso no puede considerarse una desfloración en toda la extensión de la palabra, pues sus paredes vaginales jamas habían sido abiertas para recibir el miembro de un hombre. Ello lo comprobé porque, en el momento justo en el que le introduje el glande en su rajadita haciendo presión con mis caderas hacia adentro, Tatiana dejó automáticamente de suplicar y sus ojos se abrieron como dos platos mirando hacia la nada, jaló una bocanada enorme de aire, seguramente dispuesta a proferir un grito, mismo que de inmediato sofoque poniendo mi mano sobre su boca. Tatiana acababa de ser oficialmente desvirgada.

Me aguanté las ganas de comenzar a pistonearla durante un minuto para darle tiempo a su vagina a distensarse y acostumbrarse al tamaño del invasor. Mi novia comenzó a llorar y a sacudir la cabeza para intentar liberar su boca, entre tanto yo le daba tiernos besos en las mejillas y la frente diciéndole: "ya ya, ya pasó, ya pasó chiquita, ya pasó mi vida…". Entonces comencé a penetrarla formalmente (por cierto, ahora que lo pienso, Tatiana nunca me ha dado las gracias por haberla tratado tan bien en su primera vez) se inició un delicioso meteysaca que le arrancaba a Tatiana suspiros y jadeos mezclados con sus lágrimas y su sudor, la chiquita desistió de quitar mi mano de su boca y en vez de ello sus manos se aferraban con desesperación a las sábanas del sofá cama como buscando en ellas apoyo o una válvula para descargar la tensión. Le quité la mano de la boca y en seguida le di un beso profundo y largo mientras aumentaba el ritmo de mis embestidas. La leche se me agolpaba apresuradamente en la cabeza de la verga y quería explotar dentro de ella lo mas pronto posible. Sin pensarlo mucho comencé a bombear intensamente y en seguida le regalé a Tatiana su primer viaje de leche, dejando que toda mi esperma se regara dentro de su deliciosa papayita, embistiendola con furia dos o tres veces hasta asegurarme que la leche le había llegado bien dentro de su matriz. Al sentir esto Tatiana abrió aún mas los ojos y se quedó completamente inmovil, apretando instintivamente los muslos con fuerza como si con ello intentara evitar la entrada de los espermatozoides en su cuerpo. A sus 19 años la acababa de estrenar como mujer, tenía mi leche bien dentro, la había marcado como mia.

Le dí un beso en la mejilla y le dije con ternura:

-¿Ves? te prometí que te iba a hacer llorar ¿no? –

De inmediato me salí de su vagina, humedecida y viscosa, y comencé a recoger la ropa de Tatiana regada a mis pies y a guardarla en mi mochila. Ella sollozaba, trabajosamente extendió sus dedos hacia la entrada de su rajadita y palpó los jugos que acababa yo de regalarle, estaba como en schok, sin saber ni que decir, recién violada por su novio y encima sintiendo como la esperma corría, tibia, dentro de su vientre. Aproveché ese ensimismamiento para terminar de recoger toda su ropa y vestirme apresuradamente.

Aquella era una noche perfecta que no desaproveché, pues lo mejor de su sometimiento estaba aún por venir.

Como verán la vida sexual de ésta guarra ha sido muy activa desde que la conocí. Pronto les contaré más.

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