Nuevos relatos publicados: 13

El restaurante

  • 12
  • 10.150
  • 9,53 (15 Val.)
  • 2

Hoy hemos quedado, me vas a llevar a un pequeño restaurante en la montaña, lejos de la ciudad, estoy un poco caliente me da morbo la situación.

Me he vestido pensando en provocarte, la ropa interior sirve para resaltar sobre todo mis pechos, he elegido una blusa con la minifalda negra con unas medias y el mejor complemento unas botas altas de tacón, me he mirado en espejo, me gusta lo que veo, espero que a ti también.

Me das un toque al móvil, bajo, lo primero que veo es tu mirada dándome el visto bueno a cómo voy vestida, sonrío pícaramente, observo que te has traído el todoterreno, con la minifalda es un poco corta e incómoda para subir, tú me abres la puerta, subo un poco la mini disimuladamente para que tú lo veas. Me siento devorada por tu mirada, te pregunto si te gusta, tú me respondes que te gusta mucho y que te pone cachondo. Cruzo mis piernas y juego con ellas intento provocarte al máximo.

Llevas un rato conduciendo, ya abandonamos la ciudad, no hay mucho tráfico, la música es lenta y sensual, decido dar un pequeño paso más para provocarte, me desabrocho uno de los botones de la blusa, dejando que se abra un poquillo y se vea el sujetador que llevo especial para la ocasión, blanco con unas puntillas y unas florecitas en malva, por el rabillo del ojo te veo como tu respiración se altera, sé que estas conduciendo, pero me gusta el alterarte un poquillo, tiene mucho morbo. 

Siento una de tus manos posarse encima de mi muslo, vas trazando pequeños círculos, no puedo evitarlo y descruzo mis piernas y las abro lo suficiente para facilitarte el ascenso, no hablamos, solo se escucha sonido del CD y nuestras respiraciones. En un gesto de placer me muerdo el labio inferior, tu mano llega a mis braguitas, me pasas un dedo por encima, yo suspiro intensamente, abro un poco que tengas mejor acceso, me preguntas si me gusta, yo te grito que siii, esa respuesta hace que con un pequeño toque apartes mis braguitas y me acaricies mis labios, los notas mojados, una de mis manos se concentra en acariciar mi pecho por encima de la blusa, jugueteando con el pezón, no puedo evitarlo, la sensaciones son tan placenteras que no paro de jadear, noto como te concentras en mi clítoris, pellizcándole con suavidad, tu dedo se introduce dentro, estoy tan caliente, empiezas a moverlos con maestría, , tocas el punto que hace que me derrita, sigues moviéndolos , te pido que no pares, que noto como me comienzan a llegar los primeros espasmos de placer, me estoy corriendo…

Estoy laxa en el asiento, te miro y contemplo tu abultada entrepierna, me quito el cinturón de seguridad, observo que vamos solos en la carretera, me pondo de rodillas en el asiento para llegar mejor, comienzo a besarte primero el cuello, luego en la boca, no puedes devolverme el beso, intentas concentrarte en la conducción, me vuelvo a sentar, paso mis dedos por mi coño, llenándolos de mis jugos, quiero que los pruebes, te los acerco y te lo pido, los meto en tu boca y comienzas a lamerlos, me gustan las cosquillas que siento, los devoras como si fuera un helado de los que tanto te gusta.

Comenzamos hablar, me gusta seguir provocándote, comentamos como me ha gustado que me masturbaras, así que decido ir a más, paso mi mano por encima de tu pantalón haciendo el recorrido de tu polla, te bajo la cremallera y desabrocho el botón del pantalón, introduzco mi mano y voy acariciándote por encima de tu bóxer, está muy dura, mientras me pego más a ti y a tu oído y te voy relatando “me gustaría saborearla, empezaría dándote besos por todo el tronco, llegando a tus huevos, los cuales metería en mi boca y con mi lengua dibujaría pequeños círculos, luego comenzaría a subir lamiéndote, hasta llegar a tu glande, el cual succionaría para lamer tu liquido preseminal, luego me la metería toda en la boca, y acompañándola de mi mano al compás empezaría a subir y bajar…”

Mientras te voy contando lo que te haría, apretó más fuerte mi mano sobre tu polla mientras con la otra la llevo a mi coño cada vez más empapado y pidiendo más guerra, ahora suspiro y gimo en tu oído, tú coges un pequeño camino rural apartado de todo y paras. Mientras te masturbo tú comienzas a llenarme de besos, subo la intensidad, me pides que pares, que si continuo te vas a correr y no queremos que acabe aún.

Te pasas al asiento de atrás, yo te sigo y me sitúo encima de tuya, sitúo tu polla a la entrada de mi coño y me la introduzco hasta el fondo, tu estas fuera de sí y me empiezas a desabrochar la blusa, para acceder a mis pechos, comienzas a masajearlos, bajas el sujetador y te los metes en la boca para succionarlos como si fueras un bebe, me muevo más rápido, más fuerte, realizo pequeños movimientos que nos proporcionan más placer, sigo subiendo la intensidad como si cabalgara un caballo desbocado, te oigo como gimes o más gritas de placer, me dices que te vas a correr que no aguantas más, te digo que adelante que yo también estoy sintiendo que me voy a correr, noto como tu leche se va deslizando a través mía y comienzo a sentir como me corro, que orgasmo, me he quedado rendida abrazada a ti, así continuamos un rato mientras nos recobramos para poder continuar e ir al restaurante.

Llegamos a restaurante, como es un poco temprano hay nadie, nos sentamos en la barra a tomar algo mientras se hace la hora de comer, me siento en uno de esos taburetes altos, tu estas a mi lado, decido abrir las piernas un poquito, lo justo para sentirte más cerca, charlamos sobre lo entretenido que ha estado el viaje, te comento que aún estoy caliente y que mis bragas están muy húmedas y que se van mojando más con tus miradas al mis pechos. Aprovechando que desde nuestra posición nadie nos ve, tu mano me masajea uno de mis pechos, te miro y veo tu mirada llena de pasión, me mojos los labios con mi lengua pensando en el placer que aún nos queda por alcanzar, ahora tienes las dos manos sobres mis pechos sobándolos a placer, te acercas más a mi haciéndome notar lo dura de tu erección, no puedo contenerme más y me acerco a tu boca mordiéndote y besándote el labio, te retiras y comienzas a beber de tu copa, te pregunto porque huyes, me contestas que si no parabas me hubieses follado delante de todo el mundo, yo decido provocarte diciendo que adelante que no pares que te atrevas, nos reímos y nos besamos.

Nos situamos en una mesa con unas bonitas vistas, mientras nos sirven aprovecho para ir al baño, estoy tan caliente, que se me ocurre una pequeña travesura, me quito el tanga y salgo sin del baño, me contoneo un poco porque sé que tú me estás mirando, tienes una mirada que está pidiendo guerra, me acerco a ti y te entrego el tanga, te lo llevas a tu nariz y absorbes su olor me preguntas “inocentemente” si llevo otro, te digo que no, nos traen el primer plato y decido calentarte más, te cuento q estoy muy caliente, que me a mi coñito le encantaría recibir a tu polla y como ahora no la puedo tener, decido masturbarme, te lo voy describiendo como voy introduciéndome los dedos, y como me acaricio el clítoris lentamente, muy lentamente, llega el segundo plato, mi nivel de calentura es tremendo, no me reconozco a mí misma, entretengo al camarero para hacerte de rabiar, me siento muy acalorada, pero sigo masturbándome, tu aprovechas para tirar una servilleta y te agachas un momento para ver como lo estoy haciendo, como mis dedos pasan por mi vagina y masajean mi clítoris, ves como estoy muy empapada, como mis dedos me penetran, como esta de hinchado mi clítoris, tan lleno de sangre, te incorporas como puedes y veo lo apurado que estas, sonrío y te pregunto si te ha gustado el espectáculo, me dices que mucho…

Apenas estamos comiendo, estoy más concentrada en mi placer y en provocarte, ummmm que placer más morbosos, noto como me voy a empezar a correr, te agarro de la mano, quiero que sientas como me voy a correr, me cuesta mucho contenerme, para no dar un espectáculo en el restaurante a lo Meg Rayan, es muy intenso, pero que gusto, retiro mi mano, tengo mis dedos empapados en mis fluidos, te los doy a probar, tú los chupas con deleite, ya estamos terminando de comer, has pedido la cuenta y yo aprovecho para ir al baño y adecentarme un poquillo.

Cuando vuelvo, me ayudas con el abrigo, pero en vez de dirigirnos a la salida subimos una escaleras, te pregunto q a donde vamos, tú me respondes que a follar, por lo visto el restaurante también es un hotel y has hecho una reserva de urgencia por qué no puedes esperar más, nada más entrar y cerrar la puerta nos besamos, el beso es impresionante hay tanta pasión y urgencia, nuestras bocas se devoran, nuestras leguas bailan juntas, nuestros cuerpos pegados el uno contra el otro, tus manos por debajo de mi falda acariciándome las nalgas, creo que hoy te en provocado mucho, tu polla está muy erecta y luchando por salir de su prisión, me agacho, para que dar a su altura, te desabrocho el pantalón y lo dejo caer, aún quedan tus bóxer pero por poco tiempo, los termino de bajar, tu polla salta como un resorte, está muy erguida y dura como a mí me gusta, primero beso el glande, escucho tus gemidos, mi lengua recorre el tronco hacia tus testículos, la vuelvo a recorres con pequeños besos, ahora la agarro bien fuerte, apretándola, tu gimes, me la introduzco en la boca y comienzo a metérmela hasta el fondo, mi lengua juguetea al mismo tiempo con tu polla, entre mi mano y mi boca subo y bajo, subo y bajo, fuerte, muy fuerte, un poco más rápido, un poco más lento, incremento la velocidad, tú me dices que te vas a correr, que no puedes más, te digo que adelante, me agarras del pelo, siento como tu polla se tensa, y saboreo el primer y abundante chorro, me voy tragando tu corrida, cuando terminas, voy sacándome tu polla lentamente, limpio tu glande para que no se desperdicie nada de tu corrida, me levanto y te doy un gran beso para que notes tu sabor.

Nos dirigimos a la cama, me ayudas a desnudarme, me quitas la blusa y el sujetador, me das pequeños besos en el cuello, esos que me vuelven loca, observas como están de duros mis pezones, te metes uno en la boca, luego continuas con el otro, así los vas alternando, mi coño vuelve a ser un torrente, tu bajas besándome por todo mi cuerpo, llegas a mi coño besas y lames mis labios, con tu lengua me penetras y follas mi vagina, tu nariz a la altura de mi clítoris, hace que me vuelva loca de placer, tú sigues incrementando el ritmo, estoy otra vez a punto, pero aflojas y paras, te urjo a que continúes pero me dices qua si el placer será mayor, te agarro de la cabeza y te pego más a mí, vuelves a continuar, noto como me va llegando, como me contraigo y estallo en un placer inmenso.

Aprovechas y te desnudas completamente, también me quitas mis botas, aunque me dejas puestas la medias, veo que tu polla vuelve a estar completamente activa, pidiendo guerra, yo estoy muerta, pero comprendo que después de todas mis provocaciones, necesitas un poco más de acción, aparte de que tenemos que aprovechar la habitación.

Te pones encima mía, tu polla está a la entrada de mi vagina, me penetras de un golpe hasta el fondo, yo me estremezco, hoy no me reconozco me estas llevando a punto que tengo tantas ganas de ti, que no me canso de tenerte, tu ritmo es muy lento, despierta todos mis sentidos cada vez alterados, te urjo con mi mirada, tú quieres deleitarte, con mis piernas te empujo hacia mí, tu ritmo sigue siendo lento, me agarro de a las sabanas, noto que vuelvo a estar a punto, no me lo puedo creer hoy estoy muy caliente y salida, al verme en este estado incrementas el ritmo, tus penetraciones son fuertes, no me aguanto más y empiezo a correrme, noto como mi vagina se inunda con mis fluidos.

Tu bajas el ritmo, estoy cansada pero quiero más, has despertado un algo en mi que necesito más, te doy la vuelta ahora soy yo la amazona, quiero más, no puedo parar, te cabalgo introduciéndome tu polla, muy al fondo, muy dentro, estoy fuera de mi, incremento el ritmo, creo que es demasiado intenso pero no me importa, es salvaje y salvaje lo necesito ahora, lo noto, sigo notándolo, me está llegando, vuelvo a sentir ese maravilloso placer, me caigo encima de ti, estamos rendidos, pero tu aún estas dentro de mi quieto, sin moverte, pero duro, muy duro, me incorporo un poco y bajo hasta tu polla, la beso, la lamo, me la meto en mi boca, jugueteo con ella.

Te pido por favor que me vuelvas a follar que quiero más que estoy guerrera, te incorporas y me llevas hasta una mesita que hay en la habitación, me tumbo sobre ella y tú estás justo a la altura precisa, llevas tu polla a la entrada de mi coño, pero antes de penetrarme, la restriegas por todo él, me penetras de una sola embestida, me agarras de las caderas y comienzas un ritmo aún más salvaje que el que yo te he proporcionado con mi cabalgada, la mesa rechina sobre el suelo, nuestro gemidos son intensos, me das muy fuerte y rápido, te siento tensarte, me dices que te corres, es bestial, comienzo a sentir tu leche resbalando en mi vagina, como en una reacción química, mi orgasmo es inmediato, joder que bueno, no puedo ni con mi alma, que intensidad, nos besamos y cómo podemos llegamos a la cama, los movimientos resultan difíciles, pero llegamos nos abrazamos y nos echamos a dormir.

Es ya media tarde, estoy dormida, pero estoy sintiendo como me miras, noto algunas de tu caricias, abro un poco los ojos y veo cómo te estás masturbando encima mía, los cierro y me hago la dormida, quiero ver hasta dónde vas a llegar, mis pezones se han puesto duros, tú los acaricias y te los llevas a la boca, me cuesta pero sigo haciéndome la dormida, ahora noto tus dedos jugando con mi coño, vuelvo a humedecerme, ahora sí que abro los ojos, tengo que verte, tus dedos penetran dentro de mi mientras con la otra mano te masturbas, no puedo evitarlo, mis manos se dirigen a tu polla acariciándola, pero me concentro en tus testículos, tú sigues masturbándote y masturbándome a mí, me dices que te quieres correr encima de mis pechos, te digo que adelante que lo hagas, los primeros chorros por mis pechos, el ultimo cae en mi mano que estaba en mi polla, me la llevo a mi boca para notar tu sabor, tú sigues masturbándome fuerte, al ver que no aguanto más y comienzo a correrme, tú me besas, que bonita forma de despertar, quedamos tumbados en la cama abrazados y mirando la puesta de sol desde nuestra ventana.

(9,53)