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Malinche Capitulo 07 La Sangre de los Toltecas

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Malinche

Libro 1: La sangre de los Toltecas

Capitulo 7: Heridas y cicatrices que no sanan

 

Raki venía todas las noches como lo habían acordado. La bella joven dormía plácidamente. La luz de su cuerpo iluminaba el montón de fino polvo que había sido la estatua de Balam. El niño le daba primero de beber la sangre de llama a la Malinche y luego procedía a sacarle el veneno de su sangre negra. La presencia de ella y tocar su piel ya no era desagradable. Por lo que el niño había entendido ella estaba usando todo su Youki en el interior de su cuerpo hasta casi el punto de transformarse por completo en Yoma.

La joven parecía tener pesadillas. El niño tocaba su ocarina y eso parecía calmarla. Ella continuaba con fiebre y el muchacho seguía poniéndole trapos húmedos en la frente. Seguía aseándola y poniéndole ropa limpia allí mismo en el templo. El niño se preguntaba que había hecho tan terrible la joven en su vida pasada para que los dioses la hubieran castigado a ser una Malinche para toda la eternidad.

El niño estaba confundido. En la religión Tolteca, en el inframundo, tu mismo te castigabas en el laberinto de tus culpas y pecados. Solo cuando el alma se purificaba se volvía a nacer. ¡Nadie era castigado por sus pecados de su vida pasada por que nacías libre de pecados!... solo a las Malinches, al parecer. Raki seguía viendo en su mente a la niña que lloraba en medio de las ruinas y estaba seguro que era la Malinche cuando era humana. ¡No podía creer que los Dioses castigaran a una niña indefensa y destruyeran toda una aldea por castigar algo que ella había hecho en otra vida, algo de lo que no se acordaba, ni tenía idea de haber hecho!

Todo lo que la Malinche le había dicho resonaba en sus oídos poniendo de cabeza su mundo. El niño aplaudía al montón de polvo, pero ya no se escuchaba rugir al dios Jaguar. Al niño le parecía imposible que la tierra fuera redonda como una naranja. ¡Todo el mundo sabía que era plana! ¡Era algo que se veía a simple vista! ¡Las estrellas eran estrellas y el sol era Inti que irradiaba su luz al mundo!

El templo había sido abandonado por que el techo del anfiteatro se había derrumbado hacía mucho tiempo. El templo de Balam que se usaba era un tosco altar escondido en otra parte. La Chaman y el sacerdote sabían donde estaba y cuando los jóvenes alcanzaban la mayoría de edad eran llevados al templo con los ojos vendados. Solo los más viejos en el pueblo escucharon rugir a la estatua en su juventud. Los pocos que quedaban eran bisabuelos que estaban seniles y decrépitos. Se maravillaron de la eterna y absoluta oscuridad del templo sin importar la luz de las antorchas que los hombres y las mujeres llevaban. Raki y los demás niños escuchaban embelesados como los ancianos describían la magnificencia del templo.

Los niños escuchaban de sus mayores como los Toltecas construyeron la estatua para ser eterna e indestructible con su magia y poder. Como rugía cuando aplaudías delante de ella. La estatua era una de las 15 maravillas perdidas que los Toltecas dejaron en el mundo como prueba irrefutable de la existencia y poder de los Dioses. Los Dioses Toltecas eran 16, al Dios Conejo le aburrían y fastidiaban los templos. Todo intento de construirle uno, el mismo Dios lo saboteaba. Era totalmente contrario a su naturaleza aceptar un sitio solemne y serio dedicado a él, el dios de la burla y el engaño, de la alegría y la felicidad.

El Dios Conejo era el dios de la burla y el engaño, ¡no de las mentiras! Le aclaraban sus mayores. El malvado siempre era mentiroso y el Dios Conejo siempre hacía que se enredara con sus mentiras, lo hacía caer en lo absurdo e incoherente. Los malvados siempre veían lo que querían ver, escuchar lo que querían escuchar y creer lo que querían creer, de esa forma caían en las tretas y jugarretas del travieso Dios. El Dios Conejo nunca mentía, pero jugaba con las palabras y sus significados. Mostraba lo oculto a través de acertijos y adivinanzas, pero a los héroes y hasta a los mismos Toltecas les costaba liberarse de su ignorancia e ideas equivocadas.

Los Dioses Toltecas no les exigían a los hombres sacrificios u ofrendas. Solo exigían que los hombres no alteraran el orden natural del cosmos. El pecado de idolatría tenía un significado diferente en la religión Tolteca. En la cristiana era adorar otros Dioses, en la Tolteca era realizar sacrificios humanos. Sacrificar un ser viviente en sitios consagrados a los dioses Toltecas era el máximo sacrilegio y abominación. Los Toltecas no tenían patria, ni hogar. No podían, ni querían tener templos o altares para sus Dioses. No hacían sacrificios de ningún tipo.

Más que divinidades, los dioses Toltecas eran fuerzas del cosmos en tenso equilibrio. Espíritus que iluminaban y ponían a prueba a los hombres. Entes inmateriales sin nombre, incomprensibles para la mente humana. Adorar a otros Dioses no estaba prohibido en la religión Tolteca. Muchos cristianos honraban y respetaban a los Dioses Toltecas adorando a su único Dios en forma sincera y eso era suficiente. Las otras religiones se toleraban por que en esencia honraban y respetaban a los Dioses de otra forma y los llamaban con otros nombres. En el momento en que los españoles empezaron a quemar herejes, a imponer su religión a sangre y fuego, a destruir los templos y libros sagrados se convirtieron en idolatras para la religión Tolteca. Su Dios era falso y su cruz una abominación.

La idolatría era en esencia pura vanidad, orgullo y soberbia humana. Los templos antiguos construidos por otros pueblos y para otros Dioses fueron construidos con miseria y dolor humano.  En realidad no eran para honrar a los Dioses, si no para la jactancia y vanagloria banal del hombre. Lo que hubiera de verdadero en esas religiones se convirtió en falso y corrupto para los Dioses Toltecas. En ignorancia y miedo, no en respeto. Los sacrificios humanos eran el paso final y la consumación de la idolatría. Al realizar un sacrificio humano se usaba el fuego divino de la vida para romper el delicado equilibrio de las fuerzas del cosmos. Los ídolos no eran falsos dioses, eran medios sacrílegos con los que se desafiaba a los Dioses verdaderos y se destruía la armonía universal.

Los Dioses Toltecas no castigaban el mal, por que en el mal estaba su propio castigo. Como un cáncer los idolatras destruían su civilización y a ellos mismos. Sus ciudades fantasmas era todo lo que quedaba de la grandeza alcanzada y de la brutal caída. Los Toltecas no intervenían en los asuntos humanos y no predicaban su religión. Solo combatían a los Yomas y enseñaban a la gente a defenderse de ellos. El mal de los hombres y la idolatría eran combatidos por los héroes antiguos.

Los Toltecas eran neutrales en las guerras humanas, los héroes eran quienes traían la paz entre los hombres. Inti los elegía, el dios Conejo los guiaba y Balam los ponía a prueba en los momentos cruciales, sin que los héroes lo supieran muchas veces. Los Sapa Incas y la nobleza decían descender de los héroes antiguos. En la guerra a muerte que tenían los Yomas y los semi-divinos Toltecas, ¡el valor y coraje de los héroes era crucial para la victoria o la derrota de estos! Los Toltecas eran incorruptibles, pero los héroes no. Solo unos pocos héroes podían estar a la altura de los Toltecas hasta el fin de sus días.

Los Toltecas eran solo seres humanos y como estos enfermaban, envejecían y morían. A muchos de los héroes antiguos su gloria y el poder que alcanzaban los corrompía. La gente volvía al mal y a la idolatría. Muchos Yomas se hacían pasar por los dioses y exigían sacrificios humanos o se ponían al servicio de hombres malvados a cambio de carne, sangre y vidas humanas. El salvajismo y la violencia imperaban.

Los Toltecas entonces eligieron a unos pocos y empezaron a enseñarles sobre los poderes y las fuerzas que controlaban el universo a las que ellos nunca llamaron Dioses. Pero la gente adoraba y hacían sacrificios a sus grotescos ídolos de piedra por que eran visibles y los dioses Toltecas invisibles. Ellos tenían chamanes y sacerdotes que decían hablar por los Dioses de piedra, los Dioses Toltecas eran al parecer mudos e indiferentes. Con los sacrificios humanos y las ofrendas se establecía un vínculo con los ídolos, los Dioses Toltecas no intervenían en los asuntos humanos y prohibían a los hombres alterar el equilibrio natural. Los chamanes y sacerdotes parecían tener la respuesta para todo. Los Dioses Toltecas eran ambiguos y enigmáticos, no aceptaban intermediarios entre ellos y los hombres. Los templos e ídolos parecían eternos, ¡el recuerdo de los héroes y los Toltecas se perdía o se deformaba con el tiempo!

Los héroes y los elegidos por ellos para recibir sus enseñanzas le pedían a los Toltecas templos e ídolos de los Dioses Toltecas como lo tenían otros pueblos. Los Toltecas se negaban, temiendo contribuir con la idolatría. Solo dejaron a sus elegidos el permiso para hacer el circulo de monolitos a las afueras del pueblo y con la explicita prohibición de hacer sacrificios u ofrendas a ellos. Prohibían los sacrificios humanos, en muchos casos lo sustituían por sacrificios de animales u ofrendas de flores y frutos.

Los Dioses eran los amos y señores del universo. ¡Ni el cielo, ni la tierra podía contenerlos! Para ellos siempre había bastado el circulo de 8 monolitos en que eran representados en las afueras de los pueblos y en donde los jóvenes buscaban la visión del nombre verdadero. En el lado de afuera eran representados los dioses masculinos en una cara del monolito y en el lado de adentro, en la otra cara del monolito, su esposa Diosa.

La insistencia por tener templos e imágenes de los Dioses continuaba. Finalmente los Toltecas cedieron y construyeron un templo a Balam, el señor del inframundo en la remota aldea de Raki como un regalo a los antepasados fundadores del pueblo. Balam era el Dios favorito de la aldea por la obsidiana, el vidrio volcánico que abundaba en su suelo y era la fuente de la prosperidad del pueblo.

Clare le contaba a Raki que el templo era una maravilla sin igual en el mundo… pero a los demás dioses les provoco celos y envidia que el Dios que Acusa, el que siempre le pedía a Inti que destruyera a la humanidad tuviera un templo para el solo, hecho con el poder y la magia de los Toltecas. Se reunieron en una asamblea y le pidieron a Inti que el templo fuera destruido.

-¡De ninguna manera permitiré eso!-Dijo Balam en un rugido- es gracias a mi que los seres humanos medio sirven para algo… ¡Me merezco ese templo!...

-¡Tanto criticar y acusar a la raza humana para caer en el peor de sus defectos que es la vanidad, Balam!- dijo el Dios Conejo.

-Te recuerdo que fuiste tu el que dijo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza… ¿que puede salir mal?”… ¡si yo no les diera una buena patada de vez en cuando y los pusiera en su sitio, esos engendros pondrían todo patas arriba!… el día en que finalmente se autodestruyan ¡llegara algún día! y mi templo servirá de recordatorio de todo lo que hice para que se corrigieran y enmendaran…

El Dios Conejo se golpeo el pecho y tosió.

-¡Cof!, ¡Cof!... perdóname Balam tengo algo atravesado en la garganta que tengo que sacar… ¡Cof!eres ¡Cof!un ¡Cof!farsante ¡Cof!engreido ¡Cof!... ya creo que salió… ¿me decías?

-Inti, ¡Tu mismo has prohibido que intervengamos a favor o en contra del hombre!... los Toltecas me construyeron ese templo en mi honor a petición de sus elegidos… ¡me merezco ese templo y no permitiré que lo destruyan!

-Vaya, vaya… ¡tanto amor por los Toltecas me confunde Balam!… -Dijo con ironía el Dios Conejo. El Dios jaguar miraba iracundo al Dios de la burla y el engaño. El Dios Conejo continuo hablando -¡la maldad es inherente a la naturaleza humana, pero los seres humanos pueden enmendarse si así lo quieren! Es el precio a pagar por su condición humana como es el precio de hacer siempre el bien para nosotros por nuestra condición divina… soy el Dios que muestra lo oculto… el Dios que muestra la verdad tanto a los hombres como a los Dioses… ¡la única forma en que podemos obrar mal es por ignorancia!... Inti, el templo a Balam o a cualquier Dios, verdadero o falso, es un error… ¡la naturaleza del hombre lo lleva a pervertir o corromper todo lo que no entiende o no le ha costado nada obtener!

Inti guardo silencio y luego dicto sentencia:

-El hombre ha sido creado a nuestra imagen y semejanza. Sus defectos, son nuestros defectos y sus errores son nuestros errores. El mal acechara siempre en el corazón de los hombres y es por su propio bien que Balam mantenga oculto los secretos del cosmos de su vista. ¡El templo no será destruido!... pero prohíbo a los Toltecas construir otro. Solo habrá un solo templo por cada uno de nosotros y solo será protegido por nuestro poder mientras sean los Toltecas y sus elegidos los únicos que tengan acceso a ellos.

Fue así como los Toltecas construyeron un templo a todos los Dioses, menos al Dios Conejo. Cada templo era único y una maravilla que sobrepasaba la imaginación. El templo fue la salvación de la aldea muchas veces. La obsidiana era codiciada por otras naciones y los artesanos del pueblo que sabían trabajarla eran los mejores del mundo. Muchas veces la aldea fue sitiada por ejércitos enemigos, incluso por los españoles, y la gente fue a esconderse en el anfiteatro subterráneo. Inti había autorizado a los Dioses a proteger sus templos con su poder y Balam era el iracundo señor del inframundo, ¡con el poder de otorgar la vida o la muerte a todo ser viviente por voluntad de Inti! Los ejércitos enemigos que entraban en los túneles no salían jamás.

El Templo estaba oculto gracias al poder de Balam de crear laberintos de oscuridad. Solo aquellos que descendían de los elegidos por los Toltecas no se perdían en los túneles subterráneos… o eso se decía. Pero Raki y sus amigos si se habían perdido jugando en los túneles a pesar de las advertencias y prohibiciones de los mayores de no jugar ahí. Los niños encontraron el templo perdido sin proponérselo. Los niños entraron en el templo y la débil luz de la vela que tenían les mostro la estatua. Los niños se preguntaban si en verdad era el templo de Balam… ¡o era donde se escondía el Yoma del pueblo!

Uno de los niños se puso delante de la estatua y dio una palmada. ¡La estatua dio un poderoso rugido! Los niños salieron despavoridos en todas direcciones. El niño estaba pálido y con las manos unidas todavía. Sus compañeros se le acercaron poco a poco.

-¡Me orine en los pantalones!- Dijo el niño que había dado la palmada.

Raki y sus amigos lograron salir sin dificultad. No le dijeron a nadie sobre lo que habían descubierto y convirtieron el anfiteatro en su lugar de juegos secreto. Los niños no volvieron a entrar al templo por que Balam no era un Dios que le gustaran los humanos y mucho menos a los niños. Pero les gustaba jugar en el anfiteatro. Raki se preguntaba si sería cierto que los Dioses y los Toltecas no existían. Miraba el montón de polvo fino en que se había convertido la estatua y nuevamente intento que el Dios Jaguar rugiera.

La Malinche frunció el seño y el joven empezó a tocar su ocarina. Raki no entendía que sentido tenía ayudar a alguien que no quería vivir. Su música retumbaba en el templo. Era una tonada triste que reflejaba su estado de ánimo. Ya le había sacado el veneno a la Malinche varias veces. Contra toda lógica o razón no podía creer que los Toltecas nunca habían existido como decía la Malinche o habían sido exterminados por completo como creía la difunta Chaman. ¡Las dos tenían que estar equivocadas!

La Malinche abrió sus ojos plateados y lentamente se sentó. Algunas veces lo hacía cuando faltaba poco para que amaneciera. El niño sabía que ya era hora de irse.

-Espera un momento… ¡todavía falta mucho para que amanezca!... me duele la cabeza y tengo nauseas… ¡tráeme agua para beber!

El niño así lo hizo y la Malinche bebió en lentos sorbos. El niño solo se le quedaba mirando.

-¿Por qué destruiste la estatua?... no había necesidad de que lo hicieras… ¡lo hiciste por pura maldad!

-Es mi naturaleza destruirlo todo, niño... ¡Es lo que soy!... un monstruo igual o peor que los Yomas.

-La destruiste por que te sientes desdichada e infeliz- Dijo Raki- ¡y solo fue posible por que el Dios Conejo le gusta molestar a Balam, el dios Jaguar!... de lo contrario no hubieras podido destruir una estatua hecha por los Toltecas… ¡protegida con su magia y poder!…

-Es muy temprano… ¡me duele la cabeza!… no me apetece en estos momentos discutir Teología y religión contigo niño…

-Raki, ¡deja de decirme niño!... no soy un niño y tengo nombre… ¡mi nombre es Raki!...

-¡Baja la voz o te vas a arrepentir!... imagino que has escuchado historias de lo crueles y perversas que somos con los humanos cuando tenemos la oportunidad… ¡todas son ciertas!... hay cosas peores que la muerte, niño… ¡enojar a una de nosotras es una de ellas!-

Raki no se dejo intimidar. Pero tampoco estaba enojado.

-Nosotros las llamamos Malinches, tu me dijiste que los Yomas les decían hibridas y los hombres que las crearon Sagradas Hijas… ¿pero como se llaman a ustedes mismas?... ni Malinche, ni hibrida, ni Sagrada Hija parece gustarte…

-No tenemos un nombre propio niño, ¡solo el que nos dan los demás!... si quieres dime 487, ¡es más corto que “guerrera sin nombre de los ojos plateados”!

-¿No tienes un nombre propio?... ¿un nombre de cuando fuiste humana?…

-Tuve un nombre humano, ¡pero ya no lo recuerdo!... – la Malinche comenzó a toser y sus marcas reaparecieron. La joven se tapo la boca con la mano. Cuando dejo de toser una línea negra de líquido salía de entre la comisura de su boca. Raki comenzó el proceso de extraerle el veneno. Cuando finalmente termino la Malinche dijo:

-¡No esta resultando!... por dentro sigo desecha y rota… no hay peligro de que me transforme, ¡pero es inevitable de que muera por mis heridas!…

-¡Oye, dijiste que tenía cosas pendiente por hacer!... ¡no te rindas, ni busques excusas!... ¡entre las cosas que tienes pendiente por hacer esta la de reparar la estatua!…

-¿No fue tu Dios Conejo el que hizo eso para fastidiar a tu otro Dios?... no eres un niño y sigues creyendo en esas boberías… ¡no hay pruebas o evidencias de que existan ningún Dios! ¡No hay pruebas o evidencias de que existan o de que hayan existido los Toltecas!

-¡¿Este templo no te parece suficiente prueba?!

-Obviamente este templo lo hicieron tus mentirosos antepasados y después dijeron que fueron los Toltecas. ¡Con trucos baratos de espejos no me vas a convencer de que este sitio es mágico o sobrenatural!

-¡Con pruebas o sin ellas esa estatua fue un regalo de los Toltecas a mis antepasados!... no tengo pruebas, ni nada para demostrarlo en forma lógica y racional… ¡pero este es uno de los sagrados templos perdidos!... Balam es el señor del inframundo y sabe que en realidad la estatua la destruyo el Dios Conejo usándote sin que te dieras cuenta… ¡por eso no te hizo nada!... – Dijo Raki muy convencido.

El niño le sonreía a la muchacha y la Malinche solo guardaba un sombrío silencio. Raki creía en serio que había sido el Dios Conejo y no ella quien había destruido la estatua. La fe ingenua del niño era sincera y honesta. Para la Malinche no era más que el fanatismo idiotizante, el miedo supersticioso a lo desconocido, excusas fantasiosas para escapar de la realidad que los demás llamaban religión. Al niño lo llenaba de verdadera alegría y felicidad decir y creer que ese pequeño e insignificante cuchitril era el verdadero Templo perdido de Balam. ¡Eso sencillamente la enfurecía y le llenaba de rabia!

-¡Cuando me recupere por completo de mis heridas, hare añicos este templo con todo mi poder y ningún dios me lo va a impedir!-Dijo con frio odio con sus felinos ojos dorados. El aura oscura y maligna de su lado Yoma se sentía con intensidad, sus inhumanos ojos dorados eran demoniacos y crueles. Al niño le quito la sonrisa de la cara. Se quedaron en silencio por un momento. Raki miraba a la joven, pero no veía un monstruo, solo una joven desvalida y desamparada. Le sostuvo la mirada sin pestañear y luego dijo:

-Cuando los Toltecas hicieron los Templos Perdidos en honor a los Dioses nos prohibieron hacer sacrificios humanos o destruir seres vivos como ofrendas en ellos. No importa lo fantásticos y maravillosos que sean los Templos Perdidos de los Toltecas… ¡no valen, ni justifican la destrucción de una vida o no cumplir el deber de salvar una vida!... Estoy cumpliendo mi parte de venir todos las noches y admito que solo lo hago para demostrarte que estas equivocada en tu forma de pensar… ¡me parece que tus asuntos pendientes no son tan apremiantes!... solo quieres que me enoje y te deje morir… ¡no creo que destruyas el Templo y te reto a que lo hagas en lo que sanes y te recuperes por completo!... si lo destruyes, admitiré que tienes razón con lo que dices de los Toltecas, pero si no puedes, ¡por la razón que sea!… ¡restauraras la estatua a como estaba antes!

La fe del niño en sus dioses era inconmovible. Raki estaba seguro que era imposible destruir un templo construido con el poder y la magia de los Toltecas. Al niño le daban felicidad y confianza sus creencias. A la Malinche solo le empeoraba el dolor de cabeza que tenía. Pero tuvo que bajar la mirada y hacer volver el brillo de plata a sus ojos.

-¡Eres un hipócrita niño!... no te hagas el virtuoso y el piadoso… ¡solo has sido bueno por que te conviene y no te ha costado nada!… a la hora de la verdad… en el momento en que tengas que elegir entre salvar tu pellejo o el mío, ¡salvaras tu pellejo sin importar lo que tus Dioses o tus Toltecas digan!

Raki guardo silencio por un momento. La Malinche se acostó dándole la espalda. Tuvo otro acceso de tos y sus marcas reaparecieron. El niño volvió a extraerle la sangre negra. Estuvieron un rato silenciosos sin hablar. Cuando la Malinche sintió que pronto amanecería le dijo que se fuera. Cuando se quedo a solas sus marcas rojas cubrían su cuerpo otra vez, pero su lado Yoma estaba despierto sanando sus heridas internas. En la oscuridad total del templo sus ojos plateados brillaban de furia y rabia.

-¡No estaba lanzando bravatas niño!… ¡destruiré este templo y lo hundiré en los abismos de la tierra con todo mi poder en lo que me recupere de mis heridas!...

***

Judas Tadeo y Rubel tenían una reunión en una proyección astral

-La 487 ha dejado de emitir-Dijo el calvo al otro calvo de la eterna sonrisa- ¡Solo puede significar que se ha transformado o se va a transformar en Yoma!

-Puede significar también que esta conteniendo todo su Youki dentro de su cuerpo… con lo malherida que esta la sangre negra la mataría… ¿Qué has averiguado sobre el Yoma, la 487 lo mato o sigue vivo?

-Yo… este… ¡con lo preocupado que he estado por mi Sagrada Hija no me he puesto a investigar eso!

-Al parecer el encontronazo que tuvieron fue fuerte… si el Yoma esta igual de moribundo debe de estar matando a más humanos… ¡ahora es cuando más necesita la carne y la sangre humana!... bueno, averigua que es lo que pasa… ya que estas tan preocupado por tu Sagrada Hija ve y búscala o si no ve al pueblo y averigua lo que ha pasado con el Yoma… en lo posible, ¡si puedes! trata que ninguno de los dos te mate ¿quieres?

Judas Tadeo trago saliva. ¡No quería salir de su refugio!

-Rubel, tengo la corazonada de que la 487 encontró más de un Yoma… ¡es muy posible que todos en el pueblos sean Yomas!… yo creo que es mejor dejar que los soldados se encarguen de eso…

-Judas Tadeo, sabes también como yo que una vez que se envía una de nuestras sagradas hijas a un pueblo, la esfera de comunicación astral deja de funcionar para evitar que los Yomas nos tiendan una emboscada… es por eso que tu tarea es monitorear y registrar lo que pasa desde el momento en que nuestra Sagrada Hija llega al pueblo… por tu estupidez e ineptitud estamos a oscuras, ¡a ciegas!, sobre lo que esta pasando en esa aldea… dejar que los soldados se encarguen de eso, solo aumentara el número de bajas… nuestros instrumentos solo miden a la distancia y no nos dicen quien es Yoma o no… no pueden protegernos del poder de los Yomas, ni de la furia desatada de una Sagrada Hija que ha sucumbido a su lado Yoma… ¡No voy a enviar a Apiama a un laberinto oscuro de túneles siendo ella también una Sagrada Hija de la luz como la 487 y siendo la 487 una especialista para las emboscadas y los ataques por sorpresa!... ¡la efectividad de mi Sagrada Hija disminuye en ambientes oscuros y cerrados en que tendrá poca libertad de movimientos, en que el enemigo podrá descubrir su posición con facilidad! Tenemos también un Yoma parasito que puede estar a punto de mutar a una forma más poderosa que espero que no sea la de un ojo plateado… ¡con más razón no enviare a Apiama a esa aldea, ni reactivare la esfera de comunicación astral si no sé que es lo que esta pasando!... te doy una semana más, si todo sigue igual iras a la aldea a averiguar e investigar… Apiama solo tiene órdenes de liquidar a la 487 si se ha convertido en Yoma, ¡la eliminación del Yoma o los Yomas de esa aldea es trabajo de la 487!... por cierto, desconecte el transportador inter espacial positrónico… ¡no podrás llamar o invocar a nadie!

La conexión termino. Judas Tadeo saco su perinola del bolsillo y le dijo:

-¡Otra semana más, tu y yo solos, Manuela!…

***

El nuevo jefe y su nuevo asesor permanente estaban en el despacho revisando papeles. El anciano ex jefe le decía y orientaba a su sucesor lo que tenía que hacer. El hombre estaba distraído y no mostraba interés. Dijo de pronto:

-Noble abuelo, cuando usted mato al Yoma… ¿no habían contratado primero a una Malinche en su pueblo?

-Si… el Yoma acostumbra a matar a quienes viven con él y no saben que es un Yoma en lo que una Malinche llega al pueblo… algunos huyen o enfrentan a la Malinche después…

-Pero usted mato al Yoma, ¿verdad?... ¡no se le tuvo que pagar nada a la Malinche por eso!

El anciano se seco el sudor con un pañuelo. El recuerdo de apuñalar a su padre por la espalda era desagradable. El nuevo jefe se mostro comprensivo.

-Fue injusto que se tuviera que ir del pueblo… ¡No dejo de pensar en el dinero que se le tiene que pagar a los hombres de La Organización!... ¡si Raki hubiera tenido su valor y coraje!…

-Yo tenía 15 años y el Yoma que mato a mi padre era uno que podía morir a manos humanas… para matar al Yoma no se necesito valor y coraje… ¡solo miedo y terror!... casi sin darme cuenta mi cuchillo se hundía una y otra vez en la espalda del monstruo… ¡en el cuerpo y en la carne de mi padre!… yo nunca sospeche de mi padre, ¡él era la última persona de la que hubiera creído que era el Yoma!... nadie sospechaba de Murachi o mejor dicho, ¡teníamos demasiados sospechosos en el pueblo!… Murachi era una aguja en un pajar… si Raki no se le hubiera ocurrido ir detrás de la Malinche ahora estaría muerto…

-Si hubiera sido Raki el que hubiera matado al Yoma como lo hizo usted en su pueblo, sería un héroe… ¡Yo me hubiera ocupado de eso!... lo que paso en el tribunal fue una estupidez, pero revela como están los ánimos de la gente… Si ¡ya sé que era demasiado pedirle al muchacho y que salió a duras penas con vida!… ¡si tan solo lo hubiéramos sabido antes!... quiero confesarle una cosa, ¡no quiero darle este dinero a La Organización! ¡Necesitamos este dinero!... usted hizo una gran labor en su cargo y no me avergüenza confesarlo… pero la gente no va a ser tan tolerante y comprensiva conmigo ahora que no hay un Yoma a quien echarle la culpa de todo lo malo que pasa… este dinero y su experiencia es lo que necesito para pasar a la historia como el jefe que revivió el pueblo de sus cenizas… ¡los monstruos se mataron y se destruyeron entre ellos! Nadie fuera del pueblo lo sabe… ¡Si hubiera una forma de engañar a La Organización!... pero si no pagamos o nos descubren, ellos dejarían que los Yomas nos aniquilaran… ¡se rumorea que son ellos los que envían los Yomas a las aldeas que no pagan!…

El ex jefe no se escandalizo o protesto. Solo se quedo pensando. Luego dijo:

-A cada Malinche se le asigna un hombre de negro que viene después de que el Yoma esta muerto a cobrar el dinero. Ese hombre de negro se esconde en las cercanías e informa a La Organización de lo que pasa… ¡me extraña que aún no venga!… si el Yoma lo mato, ¡no sería culpa nuestra!…

-Si el hombre de negro murió asesinado por el Yoma antes de que la Malinche se enfrentara a él, los de La Organización no sabrían que ambos se destruyeron mutuamente… ¿verdad?

-No lo sé… antes de hacer algo hay que estar seguros de que los hombres de La Organización no saben nada… ¡Un Yoma que mata un hombre de negro y luego a la Malinche no debe de ser raro!… si el demonio esta moribundo y luego la gente del pueblo lo mata… ¡pero estamos perdiendo el tiempo haciendo suposiciones!...

Los dos hombres no pueden evitar mirar la bolsa de oro que con tantos sacrificios el pueblo había reunido para pagar a la Malinche. ¡Las vidas humanas y el sufrimiento que costo reunirlo por 12 años!

***

Raki nuevamente estaba velando el sueño de la Malinche. Algunas noches parecían mas cortas o largas que otras. ¡El sabor amargo de la sangre negra era una tortura! Pero se quitaba después de hacer gárgaras con agua. El muchacho estaba flaco y ojeroso. Dormitaba mucho de día y algo de noche. La Malinche volvió a despertarse más temprano. El niño dormitaba.

-¡Niño estúpido que tienta a la suerte!... despierta- Dijo ella. El niño se estiro y bostezo.

Raki no la llamaba por su rango de poder y ella no lo llamaba por su nombre verdadero. Cada quien llamaba al otro como quería como una forma de fastidiarse mutuamente.

-Ya voy… ¡guerrera amargada y malagradecida sin nombre de los ojos plateados!- Dijo pero volvió a quedarse dormido. La Malinche se puso de pie y lo sacudió. Perezosamente el niño abrió los ojos. La Malinche tenía su muñeca destilando el espeso y negro líquido. El niño empezó el proceso de chupar y escupir en una cazuela de barro para tal fin.

-¡Por que no lo haces tu misma!- dijo el niño después de hacer gárgaras con agua.

-No me gusta su sabor- Dijo ella secamente.

El niño no sabía si ella bromeaba. La joven se miraba las muñecas. Los ojos plateados eran como siempre tristes y melancólicos. La joven tuvo arcadas y ganas de vomitar de repente y sin aviso. Vahídos y mareos muy fuertes. Se desmayo con los ojos en blanco. Raki vio que ella tenía sus marcas rojas en la piel y empezó a sacarle la sangre negra a mayor cantidad de antes. La cazuela de barro se rebozo y el niño le seguía sacando.

Finalmente su piel volvió a la normalidad y su sangre se volvió roja de nuevo. El niño empezó a limpiar todo y a buscar recipientes más grandes. Las marcas volvieron a su piel otra vez, pero la Malinche no necesito que Raki le extrajera la sangre negra. La joven de pie solo dejo que un continuo chorro de líquido negro como la tinta cayera en los recipientes de barro que le consiguió el muchacho. Ella apretaba el puño y la sangre negra salía de su muñeca hasta llenar el recipiente. Sudaba y jadeaba cuando termino, sus piernas temblaban sin fuerzas para sostener su propio peso. Su sangre se hizo roja y su herida en la muñeca cicatrizo sin dejar marcas.

Raki pensaba que era cruel e indigno de los Dioses hacer sufrir a alguien así para siempre. La joven necesito la ayuda del niño para volver a acostarse.

-¡No esta funcionando!… ¡no esta funcionando!…- musitaba ella. Raki se mordió el labio inferior pensando que a lo mejor era más misericordioso darle una muerte rápida que dejar que siguiera sufriendo así.

-Perdóname… yo… ¡lo siento!... no sé, ni me puedo imaginar lo que es el sentir dolor hasta el punto de desear la muerte- Dijo el niño.

-Tus disculpas no me sirven de nada… ¡Niño estúpido que tienta a la suerte!- Dijo ella acostada dándole la espalda

Raki hizo lo posible para dormir más en el día y poder estar más alerta en la noche. Como todas las noches encontraba a la joven profundamente dormida. Le dio de la sangre y estuvo pendiente de las marcas de su piel. Tocaba su ocarina. La joven durmió toda la noche y antes de que amaneciera se despertó. El joven le pregunto si podía comer frutas… o solo se alimentaba de sangre.

-Traje estas guayabas… ¡son deliciosas!... espero que te gusten

-En el estado en que estoy solo puedo consumir sangre… ¡llévatelas!- Dijo ella.

Las guayabas se las comió Paquita. Esa noche el niño regreso de nuevo. Ella despertó más temprano, faltaba mucho para que amaneciera. Entre los dos solo había un incomodo silencio. El niño lo rompió.

-¿Con tus poderes y magia Yoma puedes arreglar la estatua y dejarla igual a como estaba antes?, ¿verdad?- Dijo.

-Sí

-¿Lo harás cuando sanes y te recuperes por completo?

-No

La sangre negra venía espesa y Raki tenía que chuparla. ¡Nunca se podría acostumbrar al feo sabor! La Malinche no hablaba y el niño pensó que sería bueno distraerla y ocuparla en algo. También tenía muchas cosas que preguntar que lo inquietaban.

-Si la tierra es redonda… ¿Por qué se ve plana?- pregunto.

-Por que es muy grande y la pequeña porción que podemos abarcar con la vista solo es una parte minúscula de ella… gira sobre si misma y alrededor del sol… por eso existen el día, la noche y las estaciones…- Dijo ella en forma mecánica y sin mucho interés.

La Malinche le hizo un dibujo con el dedo en el suelo explicándole todo. Luego se volvió a acostar y trato de dormir. Raki velo su sueño, antes de que amaneciera ella se volvió a despertar y le dijo al niño que se fuera.

Raki se quedo pensativo en el círculo de los monolitos. ¡Todo hasta donde le alcanzaba la vista era en realidad una parte minúscula del mundo! Las llamas pastaban cerca y el niño trato de dormir algo. Esa noche, mientras se llevaba la tinaja de sangre, se quedo mirando las estrellas que la Malinche le dijo que eran iguales o hasta más brillantes que el sol por un rato. Eran puntos diminutos de luz por su lejanía, pero en realidad eran enormes bolas de energía más grandes que la tierra e incluso que el sol. El niño continúo su camino.

Los siguientes días la Malinche las paso dormida, ni siquiera se despertaba para avisarle que ya tenía que irse. El niño venía todas las noches y cuando calculaba que ya iba a amanecer se iba de su cuenta. La Malinche por fin había logrado lo que se había propuesto  y su lado Yoma la curaba de día. De noche el niño alimentaba su lado Yoma dormido con sangre y le sacaba el negro veneno. Raki sabía que todo dependía de él ahora.

De día los otros pastores seguían con su indiferencia o abierta hostilidad. Cuando iba al matadero a limpiarlo y por la sangre, la gente fingía que no existía. Después de 12 años el pueblo había sido reducido a menos de la mitad de la población. Flacos, demacrados, con la mirada huidiza parecían muertos vivientes. La comida era pobre, escasa y mala. Al ritmo en que las llamas eran consumidas por los escasos sobrevivientes todas las que quedaban serían sacrificadas al fin del año. Subrepticiamente el niño escuchaba conversaciones de la gente preguntándose el porque se tardaba tanto el hombre de negro de La Organización. La conversación moría de golpe si la gente se daba cuenta de que Raki estaba presente.

El niño llevaba la sangre en su espalda consciente de que era el responsable de que el hombre de negro no viniera al pueblo. En las madrugadas había hablado con la Malinche sobre el hombre de negro que vendría por el dinero. No vendría si existía el peligro de que ella se convirtiera en Yoma por completo y le explico al niño que los hombres de negro eran más vulnerables para los Yomas que la gente común. Solo en pueblos en que no hubiera dudas de que no había Yomas los hombres de La Organización hacían acto de presencia.

-Los hombres que nos asignan eligen las misiones para nosotras -Explicaba la joven- se esconden por los alrededores, esperan que eliminemos al Yoma y nos retiremos…

-¿Esos hombres por que no las curan a ustedes cuando quedan mal heridas?

-Niño, ¡Te lo he dicho miles de veces!... somos iguales o peores que los Yomas… nuestra verdadera naturaleza es alimentarnos de carne y sangre humana… la sangre negra y las sagradas leyes nos convierten en esclavas de los hombres… permite a La Organización controlarnos… ¡Nos convierten en herramientas que se tiran y se desechan una vez que ya no son útiles!… si nuestro nivel de daños es irreversible y no hay forma de que nos podamos mover para defendernos ellos nos matan con un arma especial que tienen sin escrúpulos, piedad o remordimientos. Si hay peligro para ellos, quienes nos deben eliminar es otra, como nosotras, o los humanos… las armas de fuego y acero de los españoles, La Organización las mejoro y las perfecciono… solo sirven contra los humanos y ellos las utilizan para proteger el dinero que recaudan o para matarnos a una prudente distancia si nuestro nivel de daño nos vuelve inútiles e inservibles…

-¡Con razón no te gusta que ellos te digan “Sagrada Hija”! ¡Son unos malditos!- Dijo Raki visiblemente indignado.

-La Organización es un mal menor niño… de los dientes para afuera los criticas y los condenas, ¡pero sin ellos y sin nosotras la humanidad seria consumida y exterminada por los Yomas!... alguien sencillamente tiene que ensuciarse las manos… alguien tiene que cargar y llevar esta cruz, para que otros estén a salvo… ¡Morir y sufrir para que otros vivan, incluso en contra de su voluntad, sin haberlo pedido o deseado! -Dijo la Malinche con su brutal honestidad y franqueza- ¡prefiero ser temida y odiada a que me tengan lastima!... prefiero a los Yomas que mato y destruyo, que a los hipócritas y cobardes humanos que protejo… soy un arma y desde que el mundo es mundo las armas solo sirven para destruir y matar… para imponer tu voluntad a los demás… quien tiene un arma tiene que decidir quienes deben morir para que otros puedan vivir... ¡Odio y aborrezco a La Organización! Pero la prefiero mil veces con toda su crueldad y brutalidad que a los llorones sensibleros bienintencionados como tú que a la hora de la verdad son solo un estorbo y para que lo único que sirven es para que otros mueran antes que ellos… La Organización se alimenta de la miseria y el dolor humano, ¡pero eso es así por que ustedes lo permiten!… por eso, para evadir su responsabilidad, para ocultar la vergüenza de ser solo comida para los Yomas, ¡ustedes inventaron a los Dioses y a los Toltecas!… al final nos llaman y pagan sin importar el odio y el miedo que nos tienen, sin importar que supuestamente fueron los de La Organización los que nos crearon corrompiendo la magia de los Toltecas, sin importar que los Toltecas fueron traicionados y exterminados por completo por los hombres de La Organización… por que la verdad es que todos ustedes son unos cobardes egoístas que solo les importan seguir con vida sin importar el dolor y la muerte de los demás… ¡Tus Dioses, tus Toltecas y tu Manoa Dorada solo son malas, falsas e hipócritas excusas que inventaron para ocultar esa verdad!

Raki entorno los ojos al volver al presente, ¡por lo visto salvarle la vida ella no lo consideraba un favor por el cual estar agradecida! El niño en ese momento le daba la sangre y ella bebía en lentos sorbos. Con mucho cuidado el niño sacaba más sangre de la tinaja para ella. La tinaja estaba vacía y el muchacho la aseaba a ella con sumo cuidado. Dormida se veía muy hermosa y el niño le limpiaba la cara con un trapo húmedo. La joven ardía todavía en fiebre, pero no se sentía en ella su Youki, ni era desagradable tocarla.

El muchacho le ponía los trapos húmedos en la frente. El temido momento de tener que sacarle el veneno llegaba, el niño chupaba y escupía el repugnante líquido negro. Se tragaba algunas gotas por accidente y revivía en carne propia batallas anteriores de la Malinche contra otros Yomas en su mente. El estar solo lamiéndote y recuperándote de tus heridas. En una de las imágenes veía como la Malinche se cortaba una vena de su muñeca con su afilada uña, ella sola chupaba y escupía la sangre negra. En otras la sangre negra salía de su herida en un fino chorro con ella de pie y el puño cerrado. En otro recuerdo, el maltrecho y magullado cuerpo se reponía en una angustiante agonía de varios días. El hombre de negro aparecía cuando ya estaba recuperada para que hiciera otra misión.

Raki volvía al tiempo presente, hacía gárgaras y buches con agua hasta que el mal sabor desapareciera de su boca. El niño calculo que ya pronto amanecería y arropo a la Malinche antes de irse.

***

El plazo que Rubel le había dado al calvo se había terminado. Judas Tadeo salió de su escondite con su pistola en una mano y en la otra tenía algo parecido a una brújula. ¡Solo una Malinche era capaz de distinguir entre un Yoma y un humano! Judas Tadeo se proponía disparar primero y averiguar después. Prefería ir a las minas abandonadas que al pueblo. ¡Evitar a los aldeanos! Era mejor hablar con la 487 y así saber que era lo que había pasado en la batalla que había tenido con el Yoma. Si la Malinche estaba mal herida en el ambiente de oscuridad total estaría débil… ¡si su lado humano había sido consumido por su lado Yoma!… Judas Tadeo sintió un escalofría con ese pensamiento.

-Señor…

-¡Ayyyy!- Grito Judas Tadeo dando un brinco al escuchar una voz detrás de él. La pistola y la brújula se le cayeron de las manos. El hombre de negro corrió al árbol más cercano y subió a él con una agilidad imposible de creer. Desde el árbol vio a un niño aproximadamente de 12 años o 13 con unas llamas detrás de él. El niño estaba flaco, demacrado y ojeroso ¡lo normal en una aldea con un Yoma! los ojos del niño eran verdes. La brújula y la pistola el niño se agacho para recogerlas. Judas Tadeo vio como el niño miraba la brújula con extrañeza. A la pistola se puso a examinarla con detenimiento. Accidentalmente jalo el gatillo provocando un gran estrepito. La bala perdida hizo que el sombrero de Judas Tadeo volara de su cabeza por los aires. Las llamas corrieron asustadas por todas direcciones. El arma al disparar sentó al niño.

-¡Te advierto Yoma que estas rodeado!-Grito Judas Tadeo- Un ejercito de sagradas hijas me acompañan… están escondidas… ¡dispuestas a venir por mí en el momento en que las llame!…

-No soy un Yoma, señor- dijo el niño, el culatazo del arma le había dejado la muñeca adolorida- ¿Por qué no baja y hablamos?... dejare sus cosas en el suelo para que las recoja…

 El niño dejo la pistola y la brújula en el suelo. Retrocedió algunos pasos. Llamo a las llamas con una ocarina que colgaba de su cuello. Las llamas se acercaron recelosas. El hombre de negro bajo y encañono al niño en lo que tuvo su arma dispuesto a disparar. Una llama vieja y fea escupió al hombre en toda la cara, empañándole las gafas y dejándole ciego. El animal le tiro una coz derribando al hombre. Empezó a brincarle encima. El arma el niño la recogió del suelo.

-¡Ya Paquita!... es suficiente… ¡no le hagas daño, ni lo lastimes!- Dijo el niño.

-¡Ay!, ¡ayayay!, ¡ay!- se quejaba Judas Tadeo.

La vieja llama le resoplo amenazante. Las otras llamas empezaron a rodear al calvo en forma intimidante mostrándole los dientes y resoplando de furia. Raki le busco el sombrero, que tenía un hoyo de entrada y otro de salida de la bala, la brújula que seguía en el piso.

-Señor, no soy un Yoma… solo soy un pastor de llamas… me llamo Raki… ¡no le hare daño!- Dijo el niño dándole todo. Las furiosas llamas lo mataron con la mirada cuando vieron que el calvo tomaba el arma.

-Yo amigo… mi no dañar muchacho -Dijo Judas Tadeo a las llamas guardando su arma- Yo amigo… gran ¡Pum! guardado aquí… ¡Pum malo!... Yo amigo bueno… ¡Llamas buenas con amigo bueno!

Raki hizo un gesto de extrañeza con la cara, que el hombre de negro no vio. ¡Judas Tadeo era todo lo contrario a lo que se imaginaba que era un cruel y despiadado hombre de negro de La Organización que había traicionado y exterminado a los Toltecas! El niño hizo la señal con su ocarina para que los animales se dispersaran por los alrededores a forrajear. Los animales no se alejaron mucho. Judas Tadeo sentía que las llamas lo vigilaban con el rabillo del ojo.

Judas Tadeo carraspeo, trato de adoptar el aire de misterio y velada amenaza de los poderosos hombres de negro de La Organización. Con los embrutecidos aldeanos, ignorantes campesinos y zafios pobretones que acostumbraba a tratar le funcionaba, pero Raki solo lo miraba con simpatía y curiosidad, sin nada de respeto o temor. El hombre de negro saco su brújula, pero esta señalaba al muchacho y luego a las minas abandonadas. El hombre de negro se toco sus gafas y no encontró nada anormal en el niño. Se puso pálido, ¡había encontrado al Yoma!... seguramente en la pelea con la 487 su Youki y el de ella se habían mezclado. La esencia de la 487 era fuerte en el niño.

-Bueno… ¡creo que seguiré mi camino- Dijo forzando una sonrisa y fingiendo tranquilidad.

Retrocedía sin darle la espalda y tratando de no mirar a los ojos al niño. Se tropezó con una roca y se cayó a todo lo largo que era. El niño se le acerco y Judas Tadeo entro en pánico. Se puso a correr a tontas y locas hasta chocar de frente con un árbol. Raki recogió la brújula del suelo sin entender nada del extraño comportamiento del hombre de negro. La brújula lo señalaba a él y luego a las minas abandonadas.

-Señor, ¡por ultima vez!... no soy un Yoma… usted debe de ser el hombre de negro que le asignaron a la Malinche que vino… ella esta allá en las minas abandonadas… ¡esta recuperándose de sus heridas!...

-Si no eres un Yoma… ¿Por qué su esencia es tan fuerte en ti?... ¿duermen abrazados?- Dijo Judas Tadeo buscando su arma de entre sus ropas.

Paquita estaba cerca y le volvió a escupir con su perfecta puntería. Las llamas se le echaron encima y empezaron a pisotearlo. Raki miraba incrédulo la escena.

-Sí a eso vamos… ¿Cómo fue que a usted lo recluto La Organización?... ¿estaban desesperados o que?

-¡Quítame estos animales de encima!... ¡ay!... ¡ay!... ¡ay!... ¡ay!...

-Ya… ¡suficiente!... ¡no le hagan daño!... ¡déjenlo!

El niño desarmo al hombre de negro. Las llamas rodeaban a Judas Tadeo que estaba magullado y golpeado. El niño se quedo pensando que hacer.

-Señor, si yo fuera el Yoma, ¡usted estaría mas que muerto desde hace rato!... le devuelvo sus cosas, pero le advierto que si trata de hacerme algo, mis llamas lo volverán a atacar… a estas llamas los Toltecas nos enseñaron a criarlas de una forma especial, ¡son mucho más inteligentes que otras llamas!… ¡y hasta más inteligentes que muchas personas!

El niño le devolvió la pistola y la brújula una vez más. Judas Tadeo guardo su arma. El niño se puso a cavilar, la Malinche estaba totalmente indefensa en el templo de Balam. Sin poder moverse y profundamente dormida. El hombre de negro parecía no saber que el Yoma estaba muerto. Para los hombres de negro sus sagradas hijas eran solo herramientas que se usan y luego se botan cuando ya no sirven.

-Escúcheme… el Yoma estaba usando a mi hermano mayor como escondite, la Malinche me salvo de morir luchando con él, quedando mal herida -el niño cruzo los dedos detrás de su espalda- ¡el Yoma sigue vivo! -Judas Tadeo dio un brinco involuntario- Se esta escondiendo en las minas abandonadas… la Malinche fue allá a terminar de rematarlo… los dos están muy mal heridos… yo le he estado llevando sangre del matadero para que ella se reponga de sus heridas… ¡a duras penas puede evitar transformarse!... pero el Yoma esta atrapado en las Minas y por miedo a la Malinche no sale… ella se queda en la oscuridad para evitar transformarse y yo voy todas las noches a llevarle la sangre…

El hombre de negro saco de su bolsillo el objeto con forma de reloj.

-Ella ha dejado de transmitir… ¡no tengo lecturas de su Youki! y te repito, ¡solo si estuvieras durmiendo abrazado con ella todas las noches se te pegaría su esencia!

-¡Ella me obliga a ir todas las noches a sacarle la sangre, señor!- Dijo el niño haciéndose el campesino tonto- Una sangre negra… me obliga a chupársela y a escupirla todas las noches… ella me dice que si ella muere, el Yoma escapara de las minas o si se transforma, ¡nos matara a todos!... yo no he tenido otra opción… ¡a mi esas brujas me dan mucho miedo, señor!... pero usted ahora se encargara de eso ¿verdad?... esa sangre negra es asquerosa… me da mucho miedo ir todas las noches a llevarle la sangre del matadero y sacarle ese veneno… ¡ella esta a punto de convertirse en Yoma, señor!... esta horrible, monstruosa, ¡siempre creo que no va a poder controlarse y al final me matara cada vez que tengo que sacarle la sangre negra! - Raki sacudía de sus ropas al hombre de negro- ¡Esta completamente loca y obsesionada con matar al Yoma!... el Yoma esta allí con ella, acechando y listo para atacar… ¡Muy hambriento!... lleva todos estos días sin alimentarse… menos mal que me lo encontré… ¡Usted ahora se encargara de todo! ¿Verdad?... usted ahora ira en mi lugar esta noche… ella me dijo que no fuera de día, por que no podría controlar su parte Yoma… ¡pero a mí me parece que ni de noche tampoco!

El hombre de negro palideció y eso no paso desapercibido para Raki.

-Ella y el monstruo ya no tienen su forma humana… se buscan y se evaden en esos oscuros y tenebrosos túneles -Judas Tadeo trago saliva- He tenido la suerte de encontrarme a la Malinche todas las noches, pero siempre tengo la duda de que a lo mejor es el Yoma que se hace pasar por ella… ¡ella esta irreconocible y casi no se puede razonar con ella!... las tinajas de sangre se las bebe de un solo largo trago… me dice que no me preocupe, que yo solo soy un niño flaco desnutrido, sin nada de sabor… ¡que existen otras personas que son más deliciosas e irresistibles para los Yomas y para los que son como ella!… -Judas Tadeo volvió a tragar saliva- con ese tipo de personas ella no se podría contener… ¡ni el Yoma tampoco!... –Con un dedo el hombre de negro estiro el cuello de su sotana, ¡de repente sentía que le apretaba y le ahogaba!- a mi me parece que si sigo yendo a ese lugar los dos monstruos me devoraran o que estaré en medio de su batalla… las minas están abandonadas y pueden derrumbarse en cualquier momento… ¡los tres podemos morir sepultados!... no tengo que volver otra vez con ella ¿verdad?... ¡usted puede ir en mi lugar!…

-Niño, me temo que si tendrás que seguir llevándole la sangre de llama… ¡ejem!... yo… yo… tengo que informar a mis jefes y esperar nuevas instrucciones –Dijo forzando una sonrisa Judas Tadeo- ¡No le digas que me viste o que ando por aquí!

El hombre de negro se fue sintiéndose perseguido. Raki lo miro alejarse. Esa noche el niño encontró a la Malinche despierta y adolorida. El niño dejo que ella se bebiera la sangre de la tinaja con el recipiente de barro que el usaba para dársela. Ella se apretaba las costillas y bebía con dificultad.

-¿Te duele mucho?-Dijo el niño

-Sí… pero para mí sentir dolor es como sentir frío o calor…

-Me encontré con el hombre de negro que te asignaron… es un hombre calvo, ¡con cara de idiota!

-Lo sentí… ¿Qué le dijiste?

El niño se quedo callado un momento antes de preguntar

-Si el te viera en el estado en que te encuentras… ¡te mataría!… ¿verdad?

-No me puedo defender y he recibido un nivel de daños que es prácticamente irreversible… niño, te lo he dicho, ¡nosotras no tenemos el apego a la vida que tienen ustedes!... ¡vivir o morir es algo que ya no nos importa!... morir como humanas, que nuestra alma siga humana en el momento de nuestra muerte es nuestra mayor ambición…

Raki cruzo los dedos detrás de su espalda.

-Yo le dije que estabas aquí y que no había peligro de que te transformaras en Yoma… ¡que lo más probable es que murieras de tus heridas!... el hombre de negro solo me dijo que te esperaba en las afueras del pueblo para darte tu próxima misión… ¡que estaba prohibido para ti morir si no había peligro de que te convirtieras en Yoma!... solo se fue llevándose el dinero…

-Suena como él… ¡imagino que ese farsante trato de meterles miedo montando todo su teatro de poderoso e importante hombre de La Organización para que no le echaran en cara su tardanza!... por lo visto si se fue en plena misión a divertirse con sus amiguitas… – la Malinche se dirigió al niño- solo me queda una semana más… ¡no tienes que seguir viniendo!… en una semana me habré repuesto por completo o estaré muerta… caeré en un profundo sueño, necesito que antes de irte enciendas todas las velas que tengas y las pongas a mi alrededor en un circulo en el momento que quede profundamente dormida… no hay peligro de que me transforme en Yoma y dormida no habrá forma de que me defienda o ataque… no habrá necesidad de que vengas a cuidarme… si muero, el hombre de negro se llevara mi cuerpo, si me recupero me iré y nadie sabrá la estupidez de rana que hiciste… niño, ¡estaremos a mano!... no me deberás nada, ni yo te deberé nada…

-Sí, ¡esta bien!- Dijo el niño bajando los ojos y con los dedos cruzados todavía detrás de su espalda.

La Malinche solo guardo silencio. ¡No había renunciado a destruir el templo en lo que estuviera recuperada por completo! Lejos de sentirse agradecida o en deuda con el niño solo sentía rabia y un frío e impersonal odio contra todo el mundo. Una amargura en toda su alma peor que el intenso dolor que sentía en todo su cuerpo. El templo era solo un cuchitril insignificante comparado con los cientos de majestuosos e imponentes templos que había visto y que supuestamente eran el único y verdadero Templo Tolteca perdido de Balam.

Ella recordó a su abuelo hablándole sobre los sagrados templos custodiados por aquellos a quienes los Toltecas consideraban dignos y puros de corazón. Los templos no podían ser destruidos por que los dioses los protegían con su poder. Eran mágicos, de una belleza sobrenatural más allá de la imaginación humana. A un templo de esos solo se les estaba permitido a entrar a gente común y corriente como ellos si un Tolteca verdadero de sangre dorada lo permitía. Ver el templo en toda su gloria y esplendor solo era posible si era voluntad de los Dioses.

La Malinche en sus viajes había visto muchos templos perdidos de Balam. Para ese templo solo necesitabas un lugar oscuro y que una estatua rugiera, los demás templos eran imposibles de falsificar. Los trucos y artimañas para hacer el templo igual al de las leyendas sus ojos plateados lo descubrían. La gente pura y digna que los custodiaban solo eran mezquinos fanáticos o cínicos embaucadores. La gente que iba a esos templos era la gente que precisamente el Dios Balam despreciaba, pedigüeños menesterosos que nada tenían que ver con los valientes guerreros y los héroes de las leyendas antiguas. Con los seres humanos cuyo valor y coraje aplacaban a Balam y lo convencían de que la humanidad no merecía ser destruida.

Alrededor del templo se congregaban pordioseros o mutilados implorando limosna. Un mercado de baratijas, recuerdos o de amuletos Toltecas que protegían contra los Yomas. Se vendían y se compraban animales para que fueran sacrificados en los altares del Dios que acusa como soborno para no ser castigados en la muerte en el inframundo por los pecados y culpas que quedaran sin castigo en la vida. La Malinche miraba todo con sus ojos plateados en forma breve, para luego cerrarlos y convertir a la gente en anónimas siluetas sin rostros, ni nombres.

Ese tipo de ciudades podían conseguir una Malinche en el acto, no eran las aldeas pobretonas que necesitaban años para reunir el dinero para contratarla a ella. Dinero que en realidad no era el monto original pedido por La Organización. Ella viajaba de incognito con una capucha que disimulaba sus ojos plateados, se mezclaba entre la gente las veces que Judas Tadeo no le encontraba trabajo. Ella sabía que solo significaba que en alguna parte una aldea era destruida por los Yomas por que no tenían el dinero suficiente ni siquiera para contratar a la más barata de entre las baratas… ¡como había pasado en su aldea de origen!... hasta el momento final ella creyó de niña que un Tolteca aparecería de la nada y los salvaría como en las historias que su abuelo le contaba.

-Niño, toca tu ocarina… me ayudara a quedarme dormida- dijo ella dándole la espalda acostada. El niño empezó a tocar llenando el templo con su música. La Malinche se durmió en poco rato profundamente. El niño le puso las velas a su alrededor y se fue.

Raki no se sentía libre de su deuda aún. El día siguiente lo paso en forma normal, sin incidentes. Fue al matadero a limpiarlo y se deshizo de la sangre, las vísceras y todos los desperdicios en las afueras del pueblo. No podía creer que todo iba a terminar dentro de una semana. El niño le costo volver a acostumbrarse a dormir de noche. Paquita le lamía la cara para despertarlo y el niño se sentía muy bien de haber dormido por completo. El señor Tiuna y el comenzaron con las faenas matutinas y el niño se llevo a pastar a las llamas.

Las llamas del señor Tiuna tenían fama de ser las más inteligentes del pueblo y su lana era la mejor. ¡Eso era la que las salvaba del matadero! Raki se daba cuenta de que el pueblo estaba herido de muerte, que la gente se iría a buscar mejor suerte a sitios en donde nadie la conociera. El pueblo parecía condenado a desaparecer. El niño estaba en el círculo de los monolitos pensando sobre que se podría hacer. Los campos resecos y la gente apática, flaca y completamente desmoralizada le partían el alma.

El viejo jefe lo esperaba en donde estaba el señor Tiuna. El niño no lo recibió con alegría, después de lo que le paso en el juzgado era más suspicaz y desconfiado. El anciano solo le dijo que lo acompañara. En el camino cuando estuvieron solos el anciano hablo:

-Raki, el hombre de negro fue ayer al pueblo para hablar con el Nuevo Jefe… ¡No te preocupes, no te hemos desmentido!... esta muy bien que hayas engañado al extranjero, ¡pero a nosotros tus mayores debes de decirnos siempre la verdad!… ¡quiero la verdad Raki!... fuimos a tu antigua casa, el Yoma muerto sigue tal como lo dejamos, ¡pero el cuerpo de la Malinche no esta!…

-Noble Abuelo, ella no es un peligro para nadie… esta en las minas abandonadas… ¡no se transformara en Yoma!... en una semana se recuperara de sus heridas o morirá…

El niño le dijo toda la verdad de lo que había pasado al anciano. El viejo jefe sonreía.

-Raki, el hombre de negro esta en este momento en el despacho del jefe… ¡debes de repetir todo lo que le dijiste sin contradecirte!... le dirás que la Malinche te obligo a no decirnos nada, que esta obsesionada con matar al Yoma, ¡que no escucha razones y que te obliga a ir contra tu voluntad a llevarle la sangre!... niño, no te preocupes por ser castigado, ¡si haces todo lo que yo te diga serás un héroe como el de las antiguas leyendas! ¡Salvaras a este pueblo de desaparecer!

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