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Recien casada en apuros (2 de 3)

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Pasaron 7 días desde que a Luz se le fue la menstruación, y pasaron muchas cosas en esa semana. Pongámonos en tema:

 

Escape Fallido.

Durante los primeros 4 días, Luz se comportó perfectamente, tratando de ganarse la confianza de alguno de ellos para escapar. Cogió las veces que fueron necesarias y todas las noches les mamaba la verga a cada uno sin desaprovechar ni una gota.

Platero ya le había tomado cariño como para no hacerle daño, y le costaba mancarse las cogidas de los demás, sobre todos las del Púa, de las cuales Luz terminaba invariablemente llorando y sodomizada.

Ella ya se había dado cuenta de ese "cariño" especial y empezó a dejarlo a Platero para el final de las mamadas, así se podía quedar a dormir con él. Ello le costaba que en la mitad de alguna noche, sintiera que una verga le invadía el culo o la concha y amanecía al día siguiente bañada internamente de leche.

Una de esas noches (casi al sexto día), Platero se olvidó de esposarla a la cama antes de dormirse. Se había despertado cerca de las 4 de la mañana y se la culeó por media hora. Cuando acabó la abrazó y se quedó dormido tan profundamente que Luz pudo "evadir" el brazo de Platero y salió tan pronto pudo de la pieza.

Había luna llena, lo que facilitaría su escape. Por un momento, sintió una sensación de felicidad que había perdido hacía más de una semana. No sabía para donde ir, pero no le importaba porque quería salir de ese infierno.

No le importó estar descalza, ni la dureza de algunas piedras que pisaba o las ortigas que le raspaban los tobillos. Lo único que quería era correr, y así lo hizo.

Pero no contó con los dos perros, que cuando sintieron el movimiento en la maleza comenzaron a ladrar, despertando a los 5 secuestradores que salieron a su caza.

Luz corría sin darle importancia a los tarascones que le tiraba "Chiquito" el perro de campo, el corazón le latía a mil y se sentía un poco débil.

De golpe, sintió chocar con algo que la tiró al piso, cayendo encima de ella. Era es Púa, que le había hecho una mezcla de tackle y de volada de portero de futbol. Ya solamente con el golpe recibido, Luz estaba totalmente fuera de combate, pero el Púa se ensañó y comenzó a pegarle trompadas en la cara y en el estómago.

La levantó de los pelos y la llevaba casi alzada de ellos, cuando los otros cuatro se acercaron. Allí finalmente Luz se quebró emocional y físicamente. Vomitó las 5 mamadas de esa noche y se cagó encima producto del ensanchamiento que ya tenía en su ano, y que lubricado por el polvo de madrugada de Platero, le hizo soltar un poco de excrementos en el piso.

El Púa quería seguir cagándola a palos y se preparó para cogérsela por el culo como acto disciplinario, pero Platero lo paró en seco y le dijo que no la tocara más; que la culpa había sido de él y si tenía algún problema lo resolvían entre ellos dos.

El Púa, finalmente arrugó y la soltó tirándola al piso.

 

La venganza del Púa.

Fatalmente –como verán más adelante-, esa mañana, Luz quedó al cuidado del Púa, que a las dos horas que todos hubieran partido, la puso en su cama en posición de cuatro patas y trajo al perro de campo para que se la cogiera.

Púa comenzó a pajear al perro hasta que se le asomó el capuchón rojo. Lo subió a la cama y se lo intentó montar a la rubia, que se resistió hasta que el Púa le metió un golpe fenomenal -a la altura de los riñones-.

Luz quedó a disposición de las dos bestias: el perro que ella sabía que tenía una verga descomunal, y el Púa que posicionó al perro atrás de ella, se lo montó y le hizo meter la pija por el ano hasta los intestinos.

Luz no tuvo tiempo de gritar, porque el Púa le metió un gancho de derecha que le partió el labio inferior, y así, lastimada como estaba, le metió su verga en la boca y comenzó a hacerse la paja dentro de ella.

Luz acomodó un poco el cuerpo para que la verga del can le ingresara en el final de su intestino y no la perforara ni lastimara. Arqueó su espalda un poco y sintió que unos centímetros más de la vara canina se le metía en las tripas, pero como ya estaba totalmente abotonado, esto le produjo algun alivio a su dilatado recto.

El Púa extasiado con la escena le mandó unos buenos chorros a la garganta de la chica, pero esta le devolvió su esperma con un poco de bilis en un vómito corto.

El perro dio vuelta una pata por encima de ella y quedó culo con culo, allí ella no sabía si el perro estaba acabando o la estaba meando, dada la cantidad de líquido que sentía que le ingresaba.

Luz rogó que el perro no se moviera, y por suerte éste no lo hizo hasta que le bajó la hinchazón de su nudo y retiró la sonda de carne que había desgarrado alguna parte interna de la rubia.

Cuando llegaron los demás, Luz estaba tirada, tapada por una manta y esposada a del Púa –quien había salido a dar una vuelta por el campo-.

Cuando Platero la vió con el labio partido se le escuchó decir en voz muy baja: "lo voy a matar a ese hijo de puta". La cara de Platero se tensó al máximo al destapar la manta y ver el cuerpo desnudo de Luz (que acurrucada y temblando en la cama, había perdido sangre por el ano y a su alrededor se podía ver una gran charco de semen).

Platero pegó media vuelta, metió la mano en un bolso suyo y salió de la pieza, dando expresas instrucciones para que bañaran a Luz en la casa principal, le pidió al Mudo que la asista médicamente y que la acostaran y cuidaran en la habitación más grande de la casa.

Recién volvió a las dos horas, y les dijo a Milonga, Garrafa y el Mudo que esa noche él se quedaría con Luz allí y que ellos retornaran al puesto.

 

Noche de Bodas?.

Esa noche, no hubo mamadas a granel ni cogidas. Sólo caricias hacia la rubia y hasta la dejó sin esposas. Platero sabía que en el estado en el que estaba y luego de lo que habia pasado, tendría pocas ganas de escapar.

Luz, sabía que esa podía ser su última noche para poder escapar. Pero estaba tan cansada y dolorida que prefirió quedarse a cuidado de su secuestrador que escapar hacia no saber dónde. También había decidido quien debería ser el padre de la criatura.

La noche no hizo otra cosa que juntar los cuerpos de Luz y Platero. Durmieron como realmente lo hubieran hecho marido y mujer.

A la mañana, Platero la despertó besándole las tetas, y Luz rápidamente se puso en posición misionera para ser cogida por Platero, quien al no haber acabado en todo el día anterior, estaba cargado de leche por doquier.

El mediodía los alcanzó, con Mocho entrando en la casa para preguntar qué había pasado. Platero en el baño, lavándose y Luz en la cama, acurrucada, llorando por lo bajo, y sabiendo internamente que los dos polvos que Platero le había echado esa mañana, habían penetrado muy dentro de su matriz.

 

Cambios en la Banda.

En las semanas siguientes, algunos cambios se produjeron entre todos los miembros de este relato.

Con la muerte del Púa –de quien nadie se había atrevido a preguntar-, Platero sólo dejaba que Luz los mamara a los demás por las noches.

Como excepción, el Mudo una o dos veces a la semana le cogía por el orto.

Milonga y Garrafa, cada vez fueron más espectadores.

Mocho se subordinó totalmente a Platero y pasó a ser del elenco de las mamadas nocturnas.

A las tres semanas de estos cambios, Luz no pudo continuar con las mamadas, porque vomitaba el resultado de las acabadas. Dos semanas después, eran frecuentes las náuseas durante gran parte del día.

A casi dos meses de su secuestro, llegaron a casa del marido de Luz las primeras fotos por Internet de ella desnuda.

Se la veía blanca, pálida y flaca en todo el resto del cuerpo, pero con una pequeña pancita que sugería que estaría embarazada de 6 semanas.

Continuará….

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