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En el Parking 3

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-Vístete, que vamos a cenar.

Me conduce hacia el salón del restaurante, está a media luz, hacia la mitad hay una mesa preparada para dos comensales, con unas velas e incluso flores, pone música de fondo, podría considerarse una cena romántica…

- Ahora repondremos un poco las fuerzas…

-¿De qué se trata esto?  ¿Es una especie de chiste?

-Es una cena intima para dos personas…

-Estás de coña, me obligas a follar contigo y ahora me sales con una especie de cena romántica, tú estás muy mal de la cabeza.

-Te gustará, al igual que te está gustando todo este juego, te gusta ser sometida, que lleve el mando y te descubra nuevas sensaciones.

-Estás muy equivocado, dame el móvil, déjame borrar el vídeo y verás como me largo…

-Hummm, como sigas en ese plan no borraré el vídeo  además, creo que me gusta tenerte así.

-Eres un hijo de puta, me prometiste que después de esta noche borrarías el vídeo…

-Si te portas bien, eres una putita buena y haces todo lo que yo quiero, vas a disfrutar mucho.

Nos sentamos a la mesa, sigo dándole vueltas a la cabeza para trazar un plan y quitarle el móvil, tengo claro que al final de esa noche no lo borrara. La cena es ligera, de postre hay unas picotas, siempre me han gustado, le miro a los ojos y me sonríe.

-Siempre que hay picotas en el menú las pides y te las comes de una forma que nos pones cachondos a todos.

-Lo que tú tienes es la mente muy retorcida, además estoy llena y no quiero postre…

-Cómelas…

Cojo una, me la como de la forma más ordinaria que se me ocurre, sus dedos tamborilean por la mesa.

-Vamos, sabes hacerlo mucho mejor y sabes que me tienes que tener contento…

Coge otra, me la acerca a los labios, le doy un pequeño mordisco suave, me la introduzco con la lengua, la voy comiendo muy despacio, pasándola de un lado a otro de la boca, paladeándola; cuando solo queda el hueso, lo deslizo hacia mis labios, él lo recoge y lo pone en el plato, me da otra y hago lo mismo; después de la ultima pasa el dedo gordo por mis labios acariciándolos suavemente, lo introduce dentro de mi boca, deslizo mi lengua sobre el, lo chupeteo, lo mordisqueo, me descalzo y elevo mi pie hacia su polla, la noto semi erecta, lo muevo por encima de su pierna, voy acariciándolo.

-No tengo el móvil en ninguno de los bolsillos, lo tengo a buen recaudo, jaja

Mierda, retiro mi pie y le miro enfadada, me ha pillado. Me levanto, y le digo que voy un momento al servicio, aprovechando que está cerca del despacho entro y me pongo a registrarlo rápidamente, no lo encuentro.

Vuelvo al comedor, cuando estoy entrando, me agarra por el brazo,  me tira hacia las banquetas de la barra

-¿Qué haces?, me haces daño –grito-.

No me contesta, saca unas esposas recubiertas como un peluche, me esposa a la siguiente banqueta, quedo boca abajo con la parte baja de mi estomago sirviendo de apoyo, medio cuerpo queda colgando hacia delante, quedando mi culo totalmente expuesto.

-¿Qué coño estás haciendo?, suéltame, me dijiste que no ibas a hacerme daño, me lo estás haciendo, eres un hijo de puta…

No paro de gritar e insultarle, empiezo a sentir mi culo al aire, me ha subido el vestido, empieza a darme cachetes, como si fuera una niña pequeña que se está portando mal, siento como con cada palmetazo se va calentando, me escuece.

-Por más que busques el móvil no lo encontrarás, pero cada vez que te pille buscándolo, grites o insultes, te daré un pequeño correctivo, así que tu veras, tengo muchos “castigos” para darte, aunque a lo mejor lo haces porque te gusta recibirlos…

-Te digo que me sueltes, pedazo de cabrón pervertido…

-Hummm, sigues gritando e insultando, se me está ocurriendo una cosita, jaja…

Se ausenta, empiezo a moverme intentando librarme, pero las banquetas están sujetas al suelo, me estoy poniendo muy nerviosa, no me gusta está situación; lo siento tras mío, me separa las piernas, me esposa los tobillos, me agito y grito más fuerte.

-Nadie te va a escuchar, putita…

Sigo agitándome, me inmoviliza, me acaricia los glúteos, los abre, siento su lengua moviéndose entre mi coño y el ano, empiezo a calmarme, su lengua da pequeñas pasadas en los labios vaginales, me mordisquea el clítoris, penetra con su lengua mi vagina, cambio los gritos por gemidos, siento como con los dedos me va extendiéndo un gel en la entrada de mi ano.

-No por ahí no, nunca lo he hecho por ahí.

-Hummm, ya es hora que lo pruebes.

-Por favor…

Suplico, lloro, pero no sirve de nada, introduce uno de sus dedos, me hace un poco de daño, pero menos del esperado, me da más gel e introduce un segundo dedo, poco a poco me va dilatando el ano…

-Hummm, que cerradito lo tienes…

Aunque sigo llorando, me voy calmando, intento relajarme, si lo hago espero que el dolor sea menor, ahora noto como va introduciendo la bala, cuando la tengo dentro empieza a vibrar, la sensación que siento es un poco de dolor mezclándose con placer. Introduce sus dedos en mi coño.

-Hay que ver lo puta que eres, estás chorreando, ¿ves como te gusta…?

-Por favor suéltame, me hacen daño las esposas…

-Así me gusta que me pidas las cosas, por favor.

Me libera de las esposas, me ayuda a levantarme, intento sacarme la bala, no me deja. Me quita el vestido, estoy completamente desnuda, me besa los pechos, los chupa me muerde los pezones, coge una de mis manos y la lleva a su polla, erecta, bajo la cremallera del pantalón, meto mi mano, como no lleva bóxer comienzo a pajearlo, suspira apoyado en mi cuello, mi piel se eriza, se aleja un paso de mi,  aprovecha para desnudarse, la bala sigue vibrando dentro de mi ano, ya no siento ningún tipo de dolor solo placer.

El placer es muy grande, me sujeto a la mesa, él se aproxima a mí, me ayuda a sentarme encima de la mesa, con el movimiento la bala penetra mas profundo, doy un pequeño respingo, él me sujeta por los hombros y me empuja ligeramente para que me tumbe, mis piernas quedan colgando, me las abre, se pone en medio y restriega su polla en mi coño, está tan mojado que queda totalmente empapada, se sitúa a la entrada de la vagina, me penetra de un golpe, empieza a embestirme fuertemente, comienzo a gemir, levanto mis piernas y me abrazo a su culo, quiero sentirle dentro, estoy desatada, el placer de estar penetrada por mi ano y mi coño es indescriptible, para un momento, saca la bala de mi ano, tengo un pequeño sentimiento de vacío.

Me da la vuelta, pone la punta de su polla en la entrada de mi ano, me horrorizo, su polla es grande, mucho más grande que el juguetito.

-Por favor, no, me vas a romper el culo…

-Eso es lo que quiero, quiero ser el primero en follarmelo y correrme dentro…

-No,  por favor…

Empieza a meter la punta, yo cierro mi ano todo lo que puedo, pero el empieza a empujar, me duele horriblemente, empiezo a llorar y a intentar revolverme, el me sujeta, pero no sale de dentro mío.

-Tú verás, si te resistes el dolor será mayor…

Voy relajándome, sin salir de mi ano se inclina y me agarra los pechos, me da pequeños pellizcos, comienza a moverse, suavemente al principio, aumentando paulatinamente la velocidad, yo me dejo hacer, no siento tanto el dolor, pero tampoco disfruto, creo que él lo nota, porque para un momento e introduce en mi coño la bala poniendo al máximo la vibración, vuelve a introducir su polla en mi culo, ya no siento nada de dolor, vuelvo a tener esa sensación tan rica de estar doblemente penetrada.

Mientras me penetra, el ritmo es más bien lento, empieza a pasar sus dedos por mi columna vertebral, recorriéndola de arriba abajo, cada vez estoy más excitada, empiezo a notar que me voy a correr, los espasmos me llegan y empapan mi coño.

El aprovecha para intensificar sus embestidas, son más fuertes y rápidas, la mesa se mueve al compás, dentro, fuera, dentro, fuera…

-Me voy a correr…

Se tumba encima de mí y sin moverse empieza a soltar su leche dentro de mi ano.

-Eres un cabrón.

-Para que veas que no lo soy del todo, el móvil está en la caja fuerte, si quieres la combinación solo tienes que ganártela…

 

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