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Pilar, una compañera de clase

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Esta historia me ocurrió en el Instituto. En aquellos años de mi adolescencia, trabajaba y ganaba algo de dinero, y eso me hacia desantender mis estudios, por lo que era repetidor. Cursaba entonces 3º de Bup, pero creo que debía tener  18 ó 19 años, haciendo memoria.

En aquel Instituto, de reciente construccion, me interesaba mucho una actividad de Biología….era un pequeño Invernadero que se instaló  en el jardín del centro. Allí coincidí con una chica, de otra clase,  que se llamaba Pilar.  Era preciosa, y tenía un cuerpazo impresionante, que nos llamaba la atención a muchos chicos del instituto. No sé cómo ni por qué, ya que yo era y soy muy tímido,  entablamos una muy buena relación, y en seguida nos hicimos buenos compañeros en la actividad  del invernadero, durante todo el año. No había nada interesado, ni picante en nuestras continuas charlas, y nuestra relación se basaba en la amistad y en el trabajo entre compañeros.

Por las mañanas, empezamos a desayunar juntos, en el recreo. Compartiamos tostadas y café, mientras hablabamos de nuestras cosas.

La recuerdo perfectamente. Olía muy bien. Usaba una colonia de aquellos años (hace más de 20) que se llamaba Alada. En ella, el olor era magnífico. Era muy coqueta. Se maquillaba y arreglaba para ir al instituto. Tenía una cara bellísima, y un cuerpazo de 17 años que quitaba el hipo. Siempre iba con una intima amiga, que era muy bajita y regordeta, y algo feucha, lo cual hacia resaltar aun más su belleza.

Yo tenía novia desde hacía algún tiempo, y Pilar lo sabía. Ella no tenía novio ni pareja, pero empecé a saber -porque me lo contaba- que tenía bastantes encuentros sexuales, los fines de semana, con chicos que conocia en la discoteca o en los bares, cuando salía a tomar copas. Me contaba como echaba polvos en coches, o en los sitios más variopintos, con chicos mayores, rudos, con los que practicaba todo tipo de juegos sexuales.  ¡¡ Y me lo contaba sin ningún pudor !!

Yo cada vez sentía más curiosidad por saber de sus aventuras amorosas, y ella me contaba sin verguenza sus cosillas, y yo cada vez andaba más caliente con el tema, pero no me atrevía a nada con ella, por aquello de que tenía pareja, y me daba mal rollo. El caso es que Pilar también estaba muy cachonda con la situación, y cada vez se me acercaba y me  picaba más.

Por aquel entonces, disfrutaba de un piso que mis padres tenían para alquilar. Hacía tiempo que los inquilinos se fueron, y mis padres no volvieron a alquilarlo, así es que yo usaba aquel piso como cuarto de estudio (estaba en el mismo bloque, pero un par de pisos más arriba que el de mis padres), y allí organizaba fiestas continuas con mis amigos/as y era el terror de los vecinos. En ese piso, tenía pocas comodidades (estaba vacío), y solo tenía habilitado un dormitorio con una pequeña mesa de estudio, un equipo de música, mis libros, y un par de mascotas. Era una pareja de conejos muy divertidos. En otro cuarto, había -no sé por qué- un colchón, que yo usaba de vez en cuando, o en el que se quedaba algún amigo/a o pareja a dormir algún que otro finde.

Bueno, la cuestión es que a Pilar se le antojó ir a visitar a mis Conejos. Curiosamente, ella nunca podia ir por las tardes, que soliamos no tener clases, y era la hora más lógica. Así es que me propuso ir a mi cuarto de estudio durante una mañana, faltando a clase, porque al parecer era lo que le convenía más. A mi me venía perfecto, porque por las mañanas, mi novia también estaría en clase, y dispondría de intimidad y tiempo para estar con mi “amiga secreta” Pilar. 

A todo esto, nunca le hablé a mi pareja de mi compañera de clase. Estoy seguro que, de haberlo hecho, mi pareja hubiera estado con la mosca detras de la oreja. De hecho, creo que nunca llegó a enterarse si quiera de todo lo que estoy contando ahora.

Quedamos en el Instituto, una fría mañana de invierno. A la hora del recreo, el lugar de ir al Bar a desayunar, fuimos a la parada del Bus, para ir a mi cuarto de estudio.  El corto viaje, se me hizo eterno, por la emocion de pensar en lo que podría pasar, si todo salía bien. Estaba muy nervioso, y Pilar estaba demasiado tranquila.

Cuando llegamos,  me lleve la desagradable sorpresa de encontrarme con mi hermano mayor, que estudiaba Medicina, en otro cuarto que él tenía habilitado.  Nos saludó al llegar, y nos dijo que estaba estudiando, por lo que cerro su puerta y escuchamos algo de musica relajante, que provenía del interior de su habitacion.

Nosotros entramos en mi cuarto, y cerramos la puerta.  Pilar, en seguida vió la jaula con los conejos, y se puso a jugar con ellos. Hacia frío, y no se quitaba el abrigo. Cuando se lo quite, vi que no llevaba jersey; tenía puesta una camisa, y al despojarla del abrigo, sentiría frío, y pude notar descaradamente sus pezones. Me quedéimpresionado, mientras pensaba que debía tenerlos enormes y puntiagudos.  Nunca antes me había fijado en sus tremendos pezones, o es que nunca se le erizaron de esa manera.

Ella se dio cuenta que los miraba,  y en seguida, sin darme tiempo a reaccionar, me dio un terrible morreo, mientras juntaba su pelvis contra la mía, sus tetas contra mi pecho, y me metía su lengua hasta la campanilla. Su lengua era dulce y muy blandita, parecía de goma. Sus pechos eran grandes, y los notaba duros sobre mi pecho. Ella me acariciaba el pelo, y en seguida comenzó a meter su otra mano libre por dentro de mi camisa, acariciándome la espalda, y dándome suaves arañazos con sus uñas. Pilar tenía unas manos perfectas, con unas largas uñas pintadas de color rojo. Yo estaba con la polla superdura, y ya me dolía dentro del ajustado vaquero. Me daba mordisquitos en los labios y me arañaba la espalda. Yo empecé acariciándole la espalda y fui bajando lentamente mis manos hasta llegar a su tremendo culazo, solo de acordarme se me está poniendo la polla dura. Dejé una mano en su culo, sobre el pantalon, porque aun no me atrevía a mas, y con la otra mano fui subiendo hasta llegar a sus tetas.  Dioooossssssssss….queeeeeeeee tetas tenía…!!! Con la ropa podía imaginar _algo_…, pero cuando las toqué y luego las vi, no me podía creer semejante poderío. Pilar era realmente una diosa del sexo, así es que no me extrañaban sus continuos encuentros sexuales con ligues esporádicos en la discoteca los fines de semana.

Ella estaba que echaba humo, y no paraba de ronronear como una gata. Empezó a darme besitos y bocaditos por el cuello, mientras que hábilmente, con una de sus manos, me desabrochaba el pantalón. Me miró a los ojos, y después miró hacia mi entrepierna. Se arrodilló, me sacó la polla, y mirándome a la cara, se la tragó hasta la campanilla. Yo pensaba que se ahogaría, porque no la tengo, precisamente, pequeña. Allí estaba yo, de pie, mirando hacia abajo, viendo como una de las tías más buenas del instituto me estaba chupando la polla mientras me miraba a la cara, como si fuera la mejor mamadora de pollas del mundo. Ella seguía vestida. De repente se puso en cuclillas, con una mano me agarraba los huevos, y con la otra empezó ella misma a tocarse por encima del pantalón. Me estaba volviendo loco. La tomé por las axilas y la puse de pie frente a mí, mientras ella aprovechaba para morrearme de nuevo, y pude sentir de sus labios el sabor de mi propia polla. Le desabroché los pantalones y se los quité a la prisa. Se quedó con la camisa puesta, pero abierta, y el sujetador hacía rato que se lo había quitado. La tumbé en mi mesa de estudios, y me senté en la silla. Ella apoyó sus pies en mis hombros, y ante mi vista quedó toda su entrepierna. Aún no le había quitado las bragas, y tenía una mancha terrible, que indicaba lo excitada que estaba.

Eran otros tiempos, en los que no estaba de moda la depilación vaginal, pero se le notaba un bulto terrible bajo las bragas, señal inequívoca de que tenía un coño muy poblado, como pude comprobar al instante. Le aparté las bragas hacia un lado, sin quitárselas, y llegó ante mí un olor a hembra en celo inconfundible, además de observar un maravilloso coño, con una mata de pelos negra impresionante (es curioso porque Pilar era castaña…, pero su coño era negro, negro). Le separé los labios y empecé a lamer toda su vagina, dedicando especial atención a su clítoris. Ella tenía una cara de vicio impresionante, con la boca entreabierta.  Empezaba a tener ganas de que se corriera en mi boca, así que empecé a juguetear con un dedo en la entrada de su coño, mientras le comía el clitoris. Ella  jadeaba y empezaba a gemir cada vez más fuerte.  Me encantaba el olor de su coño, y por la postura, entre mi saliva y sus jugos, le goteaba liquido por su culo, hasta la mesa;  Así es que empecé también a juguetear con la lengua en su culo.  Tenía algo de pelos alrededor del ojete. Hace muchos años que ya no se ven esas cosas. Poco a poco fui jugueteando con un segundo dedo -esta vez alrededor de su ano- y ella cada vez gritaba más, por lo que empecé a preocuparme por los vecinos (el piso, al estar vacío, retumbaba y hacía eco todo lo que sonara dentro), y mi hermano mayor, que se encontraba en otra habitacion.  Cuando por fin conseguí introducirle con mucho cuidado la falange del dedo en su culito, ella se corrió como una loca,  diciéndomesssssssssiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii…………….

aaaaaaaahhhhhhhhhhhhhssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss……Uuuuuhhhhhhhhhmmmmmmmmmmmmm…..

mmmmmm mmmmeeeee cccoooooooooorrrrooooooooooo……. mmmmmmmmm mientras yo seguía dándole lengua en el clítoris y le metía un dedo en el coño y otro en el culo.

Cuando terminó de correrse me dijo:

ostia tío ¡!! Qué gusto cabrón, qué bien me lo has hecho, ahora me toca a mi ¡!! 

Se quería incorporar para comerme la polla y le dije, solo te dejo engrasármela Ella se puso en cuclillas, y empezó a chuparme la polla como una posesa. Yo le decía ponme mucha saliva, y ella lo hacía.

Rápidamente, sin darle tiempo a nada la incorporé, y la tumbé de nuevo en la mesa. Esta vez yo estaba de pie. Puse la punta del nabo en su coño, y comencé a empujar. Ella estaba súper lubricada de sus propios jugos y de la saliva de mi comida de coño, por lo que la polla entró a la primera, mientras ella me decía, mmmmm jooooooooddddeeeeeeeeeeee…..queeeeeeeeee—-gusssssssssstttttooooooooo….,  y yo empezaba a bombear salvajemente. Ella se incorporó un poco, y me agarró con sus manos por las nalgas, y me empujaba más hacia ella y me marcaba el ritmo y la profundidad. Yo estaba queriendo aguantar, porque sabía que me iba a correr en seguida…., pero de nuevo volvió a sorprenderme y me dijo

…..Siiiiiiii, Ahhhh, me vuelvo a correrrrrrrrrrrrrr, cooooooooññññoooooooooooooo, me cooooooooorrrooooooooooooooooo otra vez ¡!!!!

Y seguí empujando y empujando mientras ella se corría. Esperé a que se corriera, y rápidamente saqué mi goteante polla, y se la metí de un tirón en la boca…. ella empezó a  mamar como si fuera un bebe, y noté que la leche me salía desde los huevos hasta la punta de la polla como si fuera un volcán, uuuuuuuuuffffffffffffff, mientras ella mamaba y tragaba (mmmm…..mmmm

….mmmm, aggggg….) y hacía ruiditos con su boca mientras iba saboreando mi leche. Recuerdo que solía perder el equilibrio cuando me corría, uffffffff…., quegustazoooooooooo…., joderrrrr……, y tenía que sujetarme a su cabeza o a algo, para no caerme, porque mis piernas no aguantaban.

Nos quedamos como un par de minutos en la misma postura, yo de pie, apoyado en la mesa, y ella en cuclillas, mirándome, y con restos de semen alrededor de su boca. De repente se incorporó y comenzó a darme un impresionante morreo, y esta vez probé por primera vez en los labios de una chica, el sabor de mi propio semen. Aún no podía creer que Pilar fuera tan caliente y sexual.

Me dijo que había sido un polvazo increíble, para mí también lo había sido, pero ambos notamos como yo aún seguía con la polla dura, y además, se me había metido en la cabeza ese tremendo culazo que tenía, y quería follármela por el culo, mientras la agarraba desde atrás por las tetas.

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