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Mi novia, mi cuñado, mi suegra y la tía

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Compramos un pisito en la ciudad, terminamos los preparativos para la boda, y nos casamos, el viaje de novios lo combinamos con las vacaciones, estuvimos un mes viajando, al regreso, un sábado, estaban en el aeropuerto mi suegra y mi cuñado, mi suegro no perdonaba ningún fin de semana, estaba en el campo.

Después de los besos y abrazos de rigor, que por cierto muy efusivos, nos sentamos un rato en la cafetería, para contar las primeras impresiones de nuestro viaje, así como del mes de ausencia.

Mi cuñado tenía el coche aparcado dentro a cubierto, acomodamos los equipajes en el maletero, el local era grande y apenas había movimiento, yo deseaba como un loco abrazar a mi suegra y besarla en los labios, mi mujer lo mismo a su hermano, fue el momento y el lugar ideal, mi suegra estaba de espaldas a mí, la abrace por la cintura, se dio media vuelta, rodeando con sus brazos mi cuello, nos unimos en un largo beso, parecíamos novios, junto su mejilla con la mía, susurrándome al oído, "te he echado mucho de menos, espero que hayas follado mucho a mi hija porque hoy me toca a mí", “yo también te he echado de menos, te pareces tanto a tu hija, que en momentos de lujuria y pasión, me parecía tenerte a ti debajo”.

Al otro lado del coche, mi mujer y su hermano estaban en igual situación que nosotros, pude oír la voz de Luís que le decía, "hermanita ya no eres virgen, he estado esperando este momento con locura, nada más llegar a casa te follare".

Hice que mi mujer se sentara delante junto a su hermano que era el conductor y yo atrás junto con mi querida suegra.

Nuestro piso no estaba muy lejos del aeropuerto, en aquella hora no había mucha circulación, abrace a mi suegra con un beso que prácticamente duro todo el viaje, respirando de vez en cuando naturalmente, en medio del abrazo le introduje la mano por debajo del suéter para acariciarle los pechos, había venido preparada, no llevaba sujetador, mi mujer con minifalda, supongo que ha propósito, en la cafetería se ausento un momento para ir al servicio, lo que en realidad hizo fue quitarse las braguitas, su hermano complementaba la conducción con caricias en el muslo hasta llegar a su coñito.

Llegados a casa, charlamos un buen rato, hasta irnos a la cama, yo con mi suegra y mi mujer con su hermano.

En al trabajo quisieron ver las fotos de la boda, prepare un pequeño álbum, algo de la ceremonia y el resto de la comida y baile, deje que se las pasaran de uno a otro, el ultimo cuando me las devolvió, hizo un comentario, dijo conocer a una pareja en una de las fotos y me mostró a mi suegro José y su hermana Maira, no le dije que eran hermanos, pero me interese por la coincidencia, me contó que practica la caza y coincidía a menudo en el mismo hotel junto al coto, con José y Maira, pregunte si tenía alguna relación con ellos, "no, no tengo ninguna relación con ellos, es un matrimonio muy reservado, van siempre unos cinco o seis cazadores, son personas muy correctas pero es un grupo muy cerrado, al salir del trabajo le invite en un bar, para que me diera más detalles, no le parecía bien, pero después de unas copas, contó que les había visto bailar besándose en una pequeña discoteca del hotel y más detalles propios de un matrimonio en fin de semana.

Algo no entendía o no me habían contado, en una familia en la que he ido de sorpresa en sorpresa, que por cierto todas agradables, solo me faltaba la tía.

Ella es una mujer alta, no tanto como mi suegro pero más que yo, esta rellenita, lo que más me gusta de ella, son sus exuberantes pechos, alguna vez la había visto en la casa con poca ropa y algún botón desabrochado, que al agacharse mostraba toda su hermosura y no digamos de sus muslos uno de ellos es casi como dos de los míos, un poco de barriga que la hace más sexy todavía a mi modo de ver.

Era evidente que mi suegro y la tía eran amantes, cosa normal en la familia, una serie de preguntas asolaron mi mente.

¿Por qué no me lo habían dicho?

¿Eran amantes antes de que mis suegros se casaran o les vino el amor después?

¿El resto de la familia lo sabía?

¿Debía yo comentarlo con ellos o no?

Ante la incerteza decidí aparecer un fin de semana en el hotel, e indagar yo mismo antes de involucrar a los demás.

Hice que mi amigo del trabajo me invitara a una montería, a la familia les di la excusa de un trabajo que me obligaba a estar el fin de semana fuera, llegamos al hotel ya entrada la noche, preguntamos en recepción y afectivamente allí estaban, a las seis sonó el despertador, con la excusa de estar indispuesto no me sume al grupo, la intención era encontrar desayunando a mi tía.

Así fue, nada más entrar en el comedor, nos encontramos de frente, puso cara de preocupación y de sorpresa, no sabía si estaba solo o con la familia, me adelante para decirle que estaba solo, con unos amigos en la montería, desayunamos juntos, no sabía como empezar el tema y hablamos de caza, fue al terminar antes de levantarnos, cuando me arme un poco de valor y le dije que yo no estaba allí ni por una montería ni por casualidad, en las fotos de mi boda un amigo que frecuenta este hotel os identifico como matrimonio, mi pregunta es y no me engañes: ¿sois amantes? ¿Venís aquí a follar? ¿desde cuándo?

Maira- Sabe la familia que estas aquí.

Andrés- No, creen que estoy fuera, de trabajo.

Maira- Mejor, supongo que has venido para que te cuente lo nuestro, a estas alturas no puedo engañarte, busquemos un sitio más reservado, creo que necesito una copa.

Andrés- Subamos a la habitación, mis amigos no regresaran hasta la tarde, de licor siempre tienen.

Maira- Empezare desde el principio.

Nuestros padres, vivían del ganado y algunos campos, en pleno Pirineo, era una pequeña casa entre bosque y montaña, en invierno, en aquel entonces, quedábamos aislados por la nieve varias veces cada invierno, podía durar hasta un mes, para ir al colegio caminábamos una hora de ida y una hora de vuelta, la mitad del camino era pista la otra mitad sendero, era una casa, de las que ahora solo queda el testimonio de las personas allí habían vivido, éramos cuatro, nuestros padres y nosotros, estudiábamos y ayudábamos en los trabajos propios, esto hizo que los dos creciéramos muy unidos, prácticamente inseparables, primero juegos de niños, después en la pubertad nos contábamos nuestras intimidades, los domingos solíamos bajar al pueblo, en el bar había baile, amenizado siempre por el mismo acordeonista.

De la propia edad no éramos muchos jóvenes, casi siempre terminaba bailando con mi hermano, al cumplir él, diez y ocho años, empezó a dejarme algún fin de semana sola, iba más lejos, su cuerpo, tenía unas necesidades que en el pueblo no podía satisfacer.

Pasaron algunos años, fui creciendo sin que él se diera cuenta, yo siempre era la niña, la hermana pequeña. Un día me vio bailar con un muchacho del pueblo que no me desagradaba, estábamos muy apretaditos y algún beso en los labios se escapó, creo que desde este momento empezó a mirarme como una mujer.

Aquel día, camino de casa, hizo un alto en el camino para abrazarme dándome un beso en la mejilla, al rato otro y otro, acabando en los labios, me sorprendió un poco, pero me gusto, decía que había conocido otras muchachas, pero ninguna como yo, me puse muy contenta al oír estas palabras, entonces fui yo la que lo beso en los labios y añadí, "creo que estoy enamorada de ti José", "lo mismo me ocurre a mi Maira".

A los pocos días cumplía, diez y ocho años, nuestra forma de celebrarlo era, pasar el día en un pueblo próximo para comprar algún regalo y una copiosa cena en la casa.

El tiempo no acompaño, hacia una semana que estábamos casi aislados por la nieve, por lo que la celebración se remitió únicamente a la cena, dejando los regalos para días mejores.

Después de cenar, nuestros padres se fueron a la cama, madrugaban mucho, nosotros quedamos junto al hogar besándonos al calor de brasas.

De pronto, José me da una bolsa que tenía escondida, "toma mi regalo, hace días que lo compre". Me hizo mucha ilusión, ya creía no tener ninguno, dentro un paquete cuidadosamente envuelto con un ancho lazo de color rojo, "¿Que es le pregunte?", "¿Porque no me lo has dado en la cena con nuestros padres?", "No Maira creo que es muy personal", lo abrí, dentro unas braguitas muy mini, negras con encajes muy monas y un sujetador, también muy estrecho, "me lo pruebo", Salí corriendo para mi habitación, encima de este conjunto tan sexy me puse un vestido que me venía muy corto, por haber crecido un poco, más corto que una minifalda, le di maquillaje a mi cara y me presente delante de él, "te gusta le dije levantando mi falda", al mismo tiempo que bajaba la cremallera para mostrarle el sujetador.

"Estas preciosa, no veo a la chiquilla de mi hermana, veo a una mujer, tápate o no respondo de mis intenciones", no me has contestado te gusta, se levantó, me abrazo por las nalgas debajo del vestido, apretándome fuertemente contra su polla tremendamente tiesa, moviendo su culo como si me follara, yo hice lo mismo, nos mirábamos a los ojos, estábamos muy excitados, acercó sus labios a mi oreja para decirme, "a pesar de ser mi hermana te quiero como mujer, te deseo con locura".

Bajó la cremallera, abriendo mi vestido, contempló todo mi cuerpo adornado solo por su regalo, "sé que nunca podremos casarnos, pero te amo, quiero que seas mía, nuestros padres duermen, deseo follarte ahora, aquí mismo", "José yo también lo quiero, toma mi virginidad, hazme mujer".

Me tomo en brazos, llevándome a su habitación, perdí mi virginidad en su cama, debajo de unas pieles de oveja, que teníamos encima de las sabanas para darnos más calor en estos inviernos tan fríos.

Estuvimos despiertos toda la noche, de madrugada el frío se intensificaba, nos pusimos los pijamas de lana. Vinieron a despertarnos nuestros padres, se sorprendieron al vernos juntos, les dije que de noche tuve mucho frío, por esto dormimos juntos, al ver que llevábamos los pijamas puestos se tranquilizaron.

Así es como empezamos. Después mi hermano busco trabajo de jardinero en la ciudad. Solo había trabajado la tierra y el ganado. Le fue bien, al poco tiempo tenía su propio negocio, yo y mis padres fuimos a vivir con él.

Andrés- Y cómo es que os casasteis, ¿porque tú, estuviste casada también?

Maira- Si pero duro poco, nuestros padres supieron lo nuestro, lo aceptaron, pero les dolía no poder ser abuelos, José encontró una mujer que se quisieron, tu suegra y se casó, después yo.

Andrés- Mi suegra sabía lo vuestro.

Maira- De casados bajamos la frecuencia de nuestros encuentros, tu cuñado tendría seis años cuando nos descubrieron, tu suegra se planteó la separación, pero no lo hizo por los hijos, le juramos romper nuestra relación amorosa y así lo hicimos.

Andrés- Si pero no es esto lo que veo.

Maira- Estuve varios años sin un hombre, mi hermano se juntó con los tres que forman el grupo de montería, naturalmente me los presento, todos casados, yo separada, Llevaba siempre escotes, me gusta exhibir mis tetas, eran deseadas por todos ellos.

Andrés- Pues no son tontos también a mí.

Maira- Gracias, como te decía, uno a uno lo fueron intentando y yo uno a uno me los fui follando, con mi hermano hacía años que no teníamos ninguna relación sexual.

Hacíamos esfuerzos pero queríamos cumplir la promesa hecha a su mujer. Sí que le comentaba mis aventuras, sabía perfectamente cómo me follaban sus tres amigos.

Andrés- Todo esto perfecto, pero no has contestado a mi pregunta, ¿Cuando has vuelto a follar con tu hermano?

Maira- Le gustaba mucho escuchar mis aventuras, me propuso poder verlo, preparamos una habitación de mi piso con una mirilla camuflada, se lo pasaba en grande viendo como me follaban sus amigos.

Andrés- Maira con todo lo que me cuentas mira como la tengo, no hay quien resista escuchar esto de tus labios contemplando estos hermosos pechos.

Maira- Andrés, seamos francos, no intento justificarme por mis hechos, pero si explicarte un poco mi vida. Tú no has venido aquí este fin de semana para escucharme, sino para buscar la posibilidad de follarme, verdad o no.

Andrés- No creía que fueras tan directa, pues sí, tus tetas me tienen loco, mi fantasía es que me masturbes con ellas hasta el final.

Maira- Mira por donde, esta mañana pensaba descansar y aparece el marido de mi sobrina que quiere follarme.

Andrés. Solo me faltas tú en la familia, con los demás ya lo he hecho.

Maira se arrodillo encima del sofá con una pierna a cada lado. "Mis tetas son tuyas dijo".

Yo tenía la polla a punto de reventar hacía rato, desabroche su vestido con rapidez, baje el sujetador por debajo de sus pechos, con las dos manos los acariciaba, los apretaba fuerte para chupar sus pezones, ella abrió mi bragueta, saco mi polla para masturbarla, comprobó que no la podía tocar mucho, estaba a punto de descargar, "ponte en pie me dijo", tal como le había pedido, se agacho aprisiono mi polla y mis huevos con sus dos tetas, empezando a subir una y bajar la otra, el capullo salía por arriba de forma que lo pudo rodeaban con sus labios, tuve una corrida sensacional, quede en el mismo sofá exhausto.

Preparo una bebida, diciéndome, "recupérate que ahora será para mí".

Sus palabras no eran bacías, pude comprobar después que era incansable, me tumbó en la cama boca arriba, se puso encima de mí al revés como para un sesenta i nueve, volvió a restregar sus tetas en mi polla, chupándola al mismo tiempo, cuando la tubo tiesa, cambiamos de posición, follaba de maravilla.

"Avísame antes de correrte", decía.

Llegado el momento la avise, de un rápido empujón me saco de encima suyo, casi me tira, se dio la vuelta diciéndome, "llena mi culo de leche", la encule obedeciendo su deseo.

Con este jaleo llegamos al medio día, a veces iban a comer al hotel, por lo que era prudente separarnos.

Maira- Me ha encantado tu pene, en adelante creo que seremos buenos amigos. Antes de irte te contare la situación actual. No hace mucho en una especie de celebración bebimos un poco, subimos a la habitación para terminar la fiesta, ellos sabían que follaba con los tres, salió a la conversación el tema y José les dijo que les había estado observando por una mirilla, esto entabló una competencia entre ellos, preguntaban a José cual era el mejor bajo su punto de vista, José no se decidía, a mí se me ocurrió decirles que me follaran allí mismo, delante de todos así saldríamos de dudas.

Solo de comentarlo mi hermano tuvo una gran excitación, contestando que para él no había ningún problema, ponía solamente una condición, todos teníamos que estar desnudos desde el primer momento y que yo no contribuiría, tenían que ser ellos los que harían todo el trabajo, hubo una aceptación unánime.

Me tumbe en la cama con las piernas abiertas, uno a uno demostraron sus habilidades con mi cuerpo, fue sensacional, cuando termino el tercero mi hermano ya no podía aguantar más, su polla estaba hinchada al máximo, se acercó mirándome con pasión, como hacía tiempo que no me miraba, le di la mano empujándole hacia mí, nos besamos, le suplique que descargara toda su pasión en mi coño, con movimientos lentos, se situó entre mis piernas, como si fuera la primera vez, con dulzura fue introduciendo aquel pene que tantas veces había hecho el mismo camino, sus amigos no creían lo que veían, estaba follando a su hermana, la lentitud se fue transformando en rapidez por la excitación, con un brazo rodeaba mi cintura, con el otro abría más mi pierna, sus movimientos se aceleraban más y más, su rostro estaba transfigurado por el placer, yo rodeaba con mis brazos su cintura apretando fuerte, empezaron sus convulsiones, eran tan fuertes que levantaba mi culo de la cama, estaba tan aferrada a el que parecíamos una sola persona, cuando note la descarga de leche en mi coño, tuve un gran orgasmo.

Así volvió a empezar todo.

Andrés- Esta es vuestra vida, pero y mi suegra, como fue.

Maira- Tu suegra con el disgusto se refugió en sus hijos, solo vivía para ellos, al principio dormían en la cama de matrimonio con ella, a José le preparo un dormitorio aparte para él solo, también se bañaban juntos, creó en ellos una relación que les hacía inseparables, fueron creciendo en este ambiente, como empezaron no lo sé, nunca lo han contado.

Andrés- ¿Cómo llevas tu relación con mi suegra?

Maira- Al principio no nos hablábamos, ahora es una relación un poco tensa pero nos soportamos, lo disimulamos muy bien.

Andrés- Te preocupa que vuelva a enterarse.

Maira- En cierto modo sí, pero ahora creo que sería más leve, ella también se relaciona con vosotros, son otras circunstancias, no me importaría que lo supiera y pudiéramos follar las dos juntas a su marido o mejor dicho a mi hermano y quien sabe, hasta quizás a sus amigos. ¡Ho Andrés cariño vayámonos!, con esta conversación ya estoy mojada.

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