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Papá y yo violamos a mi hermana (3 de 5)

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TERCERA PARTE: LA VIOLACION DE MARIJOSE.

9.15 PM. Jueves

Una mujer; cabello lacio negro azabache hasta los hombros; ojos color verde oscuro, retocados con una negra línea de rímel; un traje ejecutivo de saco y minifalda negros y ajustados, con una blusa escotada que dejaba resaltar un par de magníficos melones; un par de exquisitas y atléticas piernas enfundadas en un par de medias negras de seda; zapatillas de tacón a juego y unas largas uñas de color también negro, retocada además con un dulce perfume de flores y un discreto collar de perlas y aretes a juego.

La mujer sube las escaleras a prisa, con movimientos felinos hasta llegar al séptimo piso, el ascensor no funciona. Va hablando por celular cancelando compromisos para el día siguiente, se detiene enfrente de la puerta de un apartamento al otro lado de las escaleras. Agitada, toma las llaves de su bolso, las ha confundido, son las de su auto, las sostiene con la misma mano que sostiene su celular, vuelve a revolver el bolso; ha encontrado las llaves, mete la principal en la cerradura, gira, abre la puerta y entra.

Oscuridad excepto por una lamparita secundaria que alumbra a otra sensual mujer sentada en un sillón de la sala, de minifalda negra y ajustada, medias negras de rejillas, espléndidas piernas cruzadas, va descalza; un top de licra escotado y tan ajustado que aún en la oscuridad le marca los pezones; chaqueta negra de piel, abierta; labios rojos, delineada por el rimel y cabello largo hacia atrás. Sin embargo el físico delata a una mujer mas joven.

La mujer sentada sonríe a la recién llegada, esta a su vez se ha sorprendido de encontrarla dentro de su apartamento, pero la sorpresa es agradable de todas formas.

-Vanessa, que milagro que estés aquí, no te esperaba a ti sino hasta mañana-. -Hola Marijose, decidí adelantarme, necesitaba verte-. -Me lo imaginé, debe ser un infierno vivir con esos dos estúpidos machos-. Al decir esto sonrió burlonamente, regresó a cerrar la puerta y luego se dejó caer sobre otro sillón enfrente de Vanessa; entonces dijo. -Supongo el dinero lo amerita, no es así preciosa?-. Vanessa hizo una ligera mueca, no obstante no contestó. -Bien-. Prosiguió Marijose -A que hora va a venir tu mamá?-. -Al rato, y Manuel?-. Esta pregunta sobre su marido la desconcertó, no obstante contestó. -Bien, está de viaje de negocios en Miami y va a tardar unas dos semanas en volver, lo que me da mas libertad para pasármela bien con David-. Volvió a sonreír maliciosamente, pero Vanessa no le devolvió la risa, eso la extrañó, siempre se reían juntas de las "travesuras" de ella, de su madre o de la propia Vanessa; sin embargo ahora le parecía rara, distante y eso la incomodaba.

Además no planeaba verla a ella, quería ver a su madre, Verónica y ella no estaba. Se suponía que saldrían a bailar; Marijose con su amante David y Verónica con su amante devenido en su esposo, Raúl. Sin embargo se había topado con la hija de su amiga, Vanessa y aunque antes del divorcio de Verónica llegaban a salir las tres con sus "parejas" no la había visto desde el divorcio, no obstante tenían comunicación casi permanente por correo electrónico, mas que nada de parte de Vanessa que después del divorcio parecía reconocer en ella a una especie de madre sustituta desde que su madre natural ya no estaba, pues al parecer solo se dedicaba a su amante y había olvidado a su familia.

El detalle era que Marijose, una exitosa mujer de negocios muy liberal, no veía en ella a una hija ni mucho menos, el problema es que parecía carecer del instinto materno, pues ni a su propia hija, Gwen, prestaba atención. Tal vez se había especializado demasiado en el arte de los rápidos amoríos.

Sin embargo, realmente no solo no veía en ella a una hija, sino que ni siquiera la estimaba; le contestaba frugalmente los correos, debido a su relación con Verónica.

-Y Gwen?-. Interrumpió de pronto Vanessa. -Pasa la noche en casa de una amiga-. Se suponía que verían a Vanessa hasta mañana, aquello le resultaba cada vez mas extraño. Y no era para menos, Marijose trabajaba como ejecutiva en una agencia de seguros, puesto que se rumoreaba había conseguido acostándose con la mesa directiva entera. La ventaja era que solo trabajaba unas horas al día y aunque no necesitaba el dinero, pues su esposo ganaba muchísimo era un buen lugar para conocer hombres, lo cuál era su verdadera especialidad. El hecho es que a pesar de todo tenía muy buen olfato para las jugadas chuecas y esto le estaba empezando a pintar raro.

-Veo que te pusiste cómoda-. Dijo un tanto seria a Vanessa al ver que no llevaba calzado y tenía una copa de vino a un lado de ella; eso la molestó, sabía que ella era una abusiva maleducada y esperó que no hubiera tomado la botella de su cava con valiosos vinos añejos. Intentó despreocuparse y se quitó también las zapatillas, pero estaba muy molesta.

Se le ocurrió una treta para saber de donde había sacado el vino. -Vane, me podrías regalar un poquito de mi vino por favor?-. Vanessa inexpresiva se puso en pié y se dirigió a la cocina, pero antes puso un disco con música instrumental muy suave. Entonces Marijose más suspicaz le pidió que encendiera las luces principales.

Encendió la luz de la cocina, al menos no era un vino de la cava, pues esta estaba a un lado de la sala, era un vino corriente. Vanessa salió con dos copas y una botella, se las arregló para encender las luces principales. Llevó el vino a Marijose y se bebió la otra copa de un trago, esto disgustó a Marijose, la cuál se levantó y se quitó su chaqueta. -Me voy a dar un baño para arreglarme e irnos, espero no tarde tu mamá-. Vanessa arrebató con rapidez su chaqueta y la botó en el sillón.

-Siéntate, descansa tantito-. Le dijo a Marijose lo más amable que pudo y con la mano la sentó delicadamente otra vez, se puso a sus espaldas y le empezó a dar un masaje en los hombros -Mamá va a tardar un rato-. Marijose no se quejó, era el primer gesto amable de esa pequeña perra en mucho tiempo y como tenía mucha tensión se dejó hacer.

Entonces Vanessa empezó a contarle sobre la última aventura con su novio, primero lacónicamente y luego cada vez más animada; Marijose notó que olía a alcohol, quizá ya estaba algo tomada. Platicaba sobre como habían ido a un hotel decorado con muy buen gusto, rellenando la copa de Marijose una y otra vez. Como la había convencido de ir lamiéndole el lóbulo de la oreja derecha, entonces Vanessa recreó el momento con la oreja de Marijose, esta se retorció ligeramente riéndose de cosquillas.

Luego contó como la había despojado de su ropa y se quitó la chaqueta, que botó junto a Marijose, haciendo más lento y pronunciado el masaje, y jalando ligeramente los tirantes del brassiere negro de encaje que llevaba, por consiguiente alzando un poco sus pechos con cada tironcito. Enseguida relató como se había quedado ciega cuando su amante apagó la luz, entonces, alzó sus brazos y deslizó por encima de su cabeza su ajustado top negro de licra, poniéndoselo a su escucha como venda en los ojos. Marijose quedó en repentina oscuridad, pero no la apartó, extrañamente se estaba empezando a calentar y a humedecer su tanguita negra con el relato de Vanessa y no quería terminar sin no haberse enterado de los detalles mas calientes.

-Después-. Prosiguió Vanessa ahora con las tetas al aire, pues no llevaba sostén. -Me aventó bruscamente sobre la cama-. Acto seguido la tomó de los hombros y repentinamente la sumió más dentro del sillón. -Me hizo a un lado y jaló con fuerza las sábanas, haciéndome sentir mas desnuda si eso era posible. Entonces llenó de por séptima vez la copa de Marijose y brindó. -Por estar desnuda-. -Por estar desnuda-. Repitió Marijose y chocaron las copas. Así que cautelosamente fue desabrochando los botones de a blusa de Marijose, quién respiraba mas rápido y sudaba ligeramente además de oler a alcohol.

-Y luego Vanessita, que pasó?-. Dijo Marijose visiblemente agitada, pues Vanessa estaba repasando con la punta de su lengua muy suavemente desde su sudado cuello hasta su transpirado pero terso ombligo, donde lo recorría lentamente con su lengüita húmeda y en círculos. -Entonces, sabes que fue lo que quiso hacerme ese animal caliente?-. -Noo-. Dijo Marijose muy agitada. -El bastardo me tomó de los muslos...-. En eso Vanessa muy agitada también, puso muy delicadamente sus manos, subiendo un poco su apretada minifalda, en la parte interna de sus carnosos muslos, ya pringosos a través de sus medias negras de seda, por lo mojada que estaba a esas alturas. Pero Marijose apretó las piernas.

-Exacto linda, yo hice lo mismo, pero era un hombre y me ganó con su fuerza-. Abrió de repente las piernas de Marijose y le llegó ese aroma a vagina que solo había percibido en ella. Marijose soltó un gemido. -Así que puede hacer una mujer sola en contra de una bestia cachonda?-. Empezó a acariciar las ingles de Marijose y esta a soltar leves quejidos. -Así que el cerdo me besó muy tiernamente el conejito-. Largos e intensos lametones se adueñaron de los muslos de Marijose humedeciendo más si era posible su entrepierna y esta hembra bufaba de placer. -Aahh!, que macho tan maldito te tocó-. -Y eso no es todo, el maldito me penetró y me cogió todita-. Casi en el acto Marijose sintió como jalaban su tanguita de encaje negro y solo estiró las piernas para que saliera. -Sí-. Prosiguió Vanessa. -Me cogió como el animal que era y yo solo podía gemir-.

Sintió como le abrían violentamente las piernas y entre sus gemidos sintió además como algo duro y grueso se abría paso en su caliente y húmeda vagina, le empezaba a lastimar, iba a quejarse cuando sintió un chorro de líquido estrellarse en su útero, enseguida estalló en un orgasmo brutal, convulsionándose y atrapando a Vanessa entre sus piernas mientras que esta se lanzaba salvajemente a devorar el conejito de Marijose con toda su lengua.

Marijose gimió, gritó y se retorció con todas sus fuerzas apretando contra sí con sus manos y piernas a Vanessa que la lamía como posesa. -Quieres de mi pene artificial amor?-. Dijo en cuanto pudo zafarse del frenesí de Marijose, esta se desconcertó pero inmediatamente sus labios recibieron un chorro de cerveza que tragaba a medias y la mitad se le escurra por el cuello hasta el pecho y el ombligo.

Comprendió entonces que el chorro de su vagina era el de la botella de cerveza agitada. Entonces sin previo aviso de sus labios se despegó la botella y la reemplazaron un par de los labios mas carnosos que hubiera probado. Vanessa le dio un profundo beso apasionado metiendo su lengua hasta el paladar de Marijose; esta se quitó el top que tenía por venda y se fundió con la chica en un beso y abrazo exageradamente lujurioso.

Se pusieron de pié y ambas se bajaron su minifalda, deleitándose con manosear el precioso culo de la otra. Vanessa además le quitó la blusa y el sostén entre desesperados besos, descubriendo dos perfectas sandías producto de una costosa cirugía.

Las chupó como becerrita, larga e intensamente, dejando hilos de saliva. Luego la sentó con fuerza en el sillón y empezó a besar su cuerpo entero deteniéndose en su pubis y conejito que premió con intensos lametones. Marijose estalló en otro orgasmo. Siguió besando y lamiendo sus piernas a través de las medias negras de seda hasta los pies, donde lamió la planta de estos de arriba a abajo con toda la fuerza de su lengua y los cubrió de desesperados besos.

-Te amo Marijose, siempre te he deseado y ahora eres mía-. Se echó sobre de ella y la besaba con lujuria intensa. -Quisiera que fueras hombre para cogerme-. Dijo Marijose gimiendo. -Eso se puede arreglar-. Dijo Vanesa y sacó de debajo del sillón un chorizo argentino congelado que había escondido junto con la cerveza.

-Bien preciosa, pensaste en todo, cógeme mi macha, viólame-. Se acomodaron y entre ellas se penetraron ambas con el chorizo, entonces Vanessa se dejó caer sobre de el y las dos quedaron empaladas a la vez, soltando un aullido de lobas espectacular, luego otro y otro mas hasta que primero Vanessa y luego Marijose se vinieron entre sudor, convulsiones, saliva, alcohol, flujos y sus medias negras, de seda las de Marijose, de nylon las de Vanessa, puestas.

Quedaron atontadas por el orgasmo, pero entre los besos que se propinaban mutuamente, junto con el lujurioso manoseo, hizo que se ensartaran y vinieran dos veces más.

Entonces quedaron exhaustas una sobre la otra. -No sabía que esto tramabas, de haber sabido lo que se siente hubiéramos disfrutado mucho con tu madre-. Susurraba marijose. -Y es solo el principio-. Murmuró Vanessa y acto seguido le dijo. -Cierra los ojos-. Obediente los cerró Marijose, sintió como Vanessa le alzaba los brazos, oyó un click, sintió frío en las muñecas y al abrirlos tenía puestas un par de esposas.

2.00 PM. Viernes.

El pasillo de lácteos era largo, caminando a lo largo de los refrigeradores eché al carrito unos cuantos quesos finos y unos yogurts para beber. En eso volteé a mirar a otro de los pasillos, ahí seguían papá y Marijose con otro carrito lleno de licores, aderezos y pastas, comiéndola el a besos. No pude evitar sonreír, casi se veían como una pareja de verdad, con el pequeño detalle de que su compañera había sido violada salvajemente hace poco; ella disimulaba muy bien.

Me dirigí a otro pasillo para comprar las carnes frías, sin poder evitar pensar en mi nuevo manjar, otra hembra para mí en unas pocas horas. Hice mas elucubraciones mientras vagaba por el súper; si todos mis cálculos eran correctos pronto tendría mi ansiado trofeo. Al fin y al cabo tenía todos los ases conmigo.

Me apresuré a recolectar lo que faltaba y alcancé a papá y a su hembra cuando iban a las cajas registradoras, pero entonces papá la hizo meterse en un pasillo, ahí se detuvieron y entonces papá le dio una nalgada cachonda a Marijose, embarrando toda su mano y entre sus nalgas.

Muy nerviosa Marijose miró hacia abajo y rápidamente metió las manos bajo su minifalda escocesa y bajó sus braguitas color vino de encaje hasta los muslos, luego las dejó caer rozando sus piernas desnudas hasta las zapatillas de tacón; entonces alzó un pié y luego el otro, se flexionó para tomarlas y entregárselas a papá. Quién con satisfacción de macho, las olió y las agitó enfrente de tres adolescentes que se alborotaron con el espectáculo

Entonces se guardó las bragas y con otra nalgada indicó a Marijose que debían continuar, pero los adolescentes nos empezaron a seguir.

Llegamos a las cajas y Marijose pagó con su tarjeta lo que compramos de muy mala gana. Nos dirigimos por el estacionamiento a la camioneta de Marijose mientras esta se las arreglaba para cargar todas las bolsas de lo que habíamos comprado. Los adolescentes nos seguían a distancia.

Subimos las cosas al asiento trasero de la camioneta, mientras que papá obligó a Marijose a subir a la parte trasera. Me ordenó que subiera a la camioneta y esperara al volante.

Esperó hasta que llegaron los adolescentes, entonces empujó a Marijose contra el vidrio trasero de cara a este. Sin perder tiempo empezó a masajear sin la menor delicadeza las tetas de su hembra, hasta que se desesperó y le abrió la blusa saltando un hermoso par de melones cubiertos por un sexy brassier de encaje vino; los adolescentes no lo podían creer.

Entonces comenzaron a alborotarse y gritar, papá envalentonado, bajó las copas del sostén y agitó los pechos de marijose al aire, haciendo babear a los adolescentes que ya golpeaban el cristal de la camioneta.

Marijose apenas y se quejaba, estaba como en shock. -Ya casi es hora-. Dije, y papá tomó el calzón de encaje de marijose, lo restregó en su conejo y lo aventó fuera de la camioneta después de bajar una ventanilla.

Los adolescentes se abalanzaron como perros por la prenda. Papá arrancó entonces su sostén y lo votó por la otra ventanilla. -Vámonos-. Ordenó y salimos en medio

Del alboroto de los adolescentes.

11.55 PM jueves

-Me gusta tu juego-. Decía marijose lascivamente a Vanesa, quién tiernamente, luego de ponerle las esposas la había llevado hasta la oscuridad de la propia marijose y ahí la había atado a los barrotes de la cabecera de la cama con los brazos a los extremos; dejándola ahí atada, pero no regresaba.

-Amor?, perrita, sigues ahí?-. Musitó marijose. Pero solo oyó un ruido como si ella misma se soltara una sonora nalgada, un quejido y un ruido de arcadas.

-Vanessa?-. -Vanessa no está putita...-. Le contestó una voz masculina. Marijose se asustó. -Quién está ahí?, quién eres?-. -Que quién soy perra?, soy a quién la zorra de tu amiga lo dejó por un pendejo, soy de quién se burlaron-. El hombre respiraba muy agitado y marijose se llenó de pánico empezando a agitarse en la cama.

Con miedo en todo su cuerpo tartamudeó. -Eres el marido de verónica?-. El hombre echó a reír. -No!, ahora soy el macho que te va violar maldita puta desgraciada!-. Al oír eso marijose se aterrorizó y empezó a sacudirse violentamente en la cama.

Solo oía la risa de aquél hombre. Sintió como la tomaban de las caderas con ambas manos, ella pataleaba desesperada hasta que le llovió una serie de bofetadas salvajes. Y entre el forcejeo el hombre le logró abrir las piernas y acomodar su tiesa macana justo en la entrada de su vagina.

Marijose suplicaba piedad, que no la violaran; Solo que a cambio recibió un reproche de aquel hombre. -Maldita perra, le suplicaste acaso a Verónica que no anduviera con su amante?, no! tu misma se lo buscaste, ahora vas a pagar!-. -No por favor, no sabía lo que hacía-. -Pero ahora lo vas a saber desgraciada-.

Y sin más preámbulos, el hombre levantó las caderas de ella pasando sus piernas sobre sus hombros de violador. La penetró de una forma terriblemente salvaje, completamente desesperado embestía con violencia a su presa, mientras que ella gritaba y lloraba impotente.

Entonces sin aviso, su violador estalló en sus entrañas de forma enferma y obscena; Se reía al eyacular y cayó abatido sobre ella.

En el exterior de la habitación se oían voces y ruidos pero marijose estaba en un shock emocional. Aprovechando esto su violador la empezó a besar lascivamente babeando todo su cuerpo.

Después de un rato entraron mas personas en la habitación y una tiró a la otra en la cama, se montó sobre de ella y comenzó a fornicarla, pero antes prendió una lámpara de la mesita de noche.

Así pudo ver marijose al resto de la familia: ellos dos eran los hijos del esposo de verónica, eran Esteban y vanessa, y estaban fornicando incestuosamente a escasos centímetros de ella. El hermano la poseía de una manera tan salvaje que toda la cama tronaba y ella parecía en un estado como de shock.

Con un sordo quejido vio como el degenerado hermano soltaba su esperma en lo profundo de ella mientras esta completamente borracha gemía levemente. Finalmente se desplomó el sobre su hermana como momentos antes había hecho su padre con ella.

Después de un largo rato el padre se quitó de encima de marijose y salió de la habitación para volver con la computadora portátil de marijose.

Esta empezaba a recuperarse. -Desgraciada perra como te atreves a traer a estos cerdos a mi casa y a hacerme esto-. Pero vanessa estaba tan ebria y cansada que solo sonreía tontamente, mientras su sudoroso hermano le quitaba una de sus medias negras de rejillas.

-Bastardos! van a pagar, se van a...-. Pero Esteban había metido la media de vanessa hecha bola de improviso en la boca de marijose impidiendo que esta siguiera hablando.

-Todas dicen lo mismo papá, pero cuando se les explica su situación solo toma unos días domesticarlas y ya no protestan-. Ambos se soltaron a reír viendo con malicia a marijose....

4.35 PM Martes

Darina Hernández ejecutiva auxiliar apenas lo podía creer, su vida acababa de cambiar en menos de dos horas de una manera increíble. Hacía unas 4 horas que la mujer que mas odiaba en el mundo había aparecido para hacer la cosa mas descabellada del mundo, al menos a primera vista.

Ella tenía muy buenos motivos para odiar con toda su alma a marijose, su ahora ex-jefa: Primero, ella había pasado de ser su subordinada a ser su jefa solo por acostarse con el director, quitándole el puesto por el que ella se había esforzado años. Segundo, hizo que su novio con el que estaba comprometida, la dejara solo por acostarse con marijose, al cuál dejó solo unos meses después. Tercero, marijose era una incompetente y prácticamente dependía de ella para todo el trabajo. Cuarto, era la peor persona que hubiera conocido, la maltrataba horrible a ella a los demás subordinados.

Sin embargo todo acababa de cambiar, acababa de salir de una junta de emergencia que la propia marijose acababa de convocar con los directivos.

Ahí acababa de exponer que por motivo de su repentino divorcio y unión con su nueva pareja, renunciaba a la empresa y recomendaba como reemplazo a su "amiga" darina. No había dado más explicaciones y parecía más bien triste a pesar de querer aparentar alegría. Finalmente había pedido perdón por haber sido una perra y una puta con todo el personal, ante la mirada atónita de los directivos.

Entonces simplemente se trepó sobre la mesa, se subió su minifalda café y se bajó su mini tanga gritando. -Todos ustedes han visto mi peluchito, véanlo por última vez-. Caminó por toda la mesa con la falda levantada enseñando sus desnudos genitales a los directivos que ahora parecían mas excitados que sorprendidos.

Al final se quitó sus medias cafés y las arrojó a los directivos, junto con su tanga; Se bajó de la mesa, se flexionó sobre la mesa parando el culo e imploró que la nalguearan por ser tan zorra. Nadie se hizo del rogar y pronto había una pequeña fila esperando para nalguearla.

El último directivo no aguantó más y la empezó a follar por detrás, esto excitó a los otros y poco después marijose era follada y manoseada con ansia por todos los directivos.

Salió dos horas y media después, sudada y llena de semen, con la blusa desgarrada, el pelo enmarañado, sin sostén y desnuda de la cintura para abajo, excepto por los tacones. Ante la mirada de los empleados.

Después había llevado a darina al estacionamiento y ahí le había pedido perdón por su novio y le pidió que se desquitara; Así que darina sin nada que perder la abofeteó hasta que le ardió la mano y ante su asombro, marijose le agradeció echó al piso a besar sus pies y sus zapatillas. Partió inmediatamente en su auto

Acto seguido le extendió el título de propiedad de su departamento dándole instrucciones para que se contactaran sus respectivos abogados, se lo obsequiaba en agradecimiento por haberla castigado. Y después se había marchado dejando a darina en su puesto y con su departamento y mas estupefacta que nunca.

10.28 PM Viernes

Era evidente que gwen notaba algo raro en la actitud de su mamá aquel día al salir del colegio, pues estaba muy amorosa con ella y era obvio que algo estaba pasando si yo y papá íbamos con ellas en la camioneta.

Su mamá trataba de engatusarla diciendo que se había hecho amiga íntima de papá y que cenaríamos con ellas.

Gwen no era una chica fea, era blanca, de cabello castaño muy claro, ojos color miel, buenas tetas y un culo de campeonato, que rivalizaba con el de su madre y vanessa, además de un cuerpo voluptuoso, de unos 15 o 16 años según me parecía, solo que era un poco boba y algo retraída, todo lo contrario a su madre, creo que mas bien había heredado al padre.

Llevaba puesto su uniforme escolar, una falda corta a cuadros color azul cielo, calcetas grises, blusa blanca y un suéter gris. Con todo se veía apetecible, ya inventaría algo para que papá me la prestara un rato.

Cuando íbamos subiendo las escaleras su madre le empezó a decir. -Hija, las cosas cambiaron desde que te fuiste-. -Desde hace dos días mamá?-. -Si hija, verás que sufrí un pequeño revés y ahora tengo una deuda que pagar, una deuda grande-. -Ya saldrás mamá, siempre lo haces-. -El caso hija es que no la voy a poder pagar en mucho tiempo y hoy solo la puedo empezar a pagar con un sacrificio tuyo-. -Como mamá? como que un sacrificio mío?-. En eso entramos en el apartamento. -Y papá no nos va a ayudar?-. -No hija, nos divorciaremos en estos días-. -Que?, pero porqué?-. -Hija solo necesitamos que te sacrifiques un poco-.

Marijose la conducía a la habitación de ella. -Que sacrificio?-. -Hija tarde o temprano toda mujer necesita una pareja, hoy te va a tomar tu futura pareja, que es la mía también, a mí ya me tomó-. Gwen se estaba asustando. -Hoy hija, vas a ser su mujer, su hembra-. y señaló a papá, entonces dijo lacónicamente. -Emilio, te doy a mi hija para que la forniques, la embaraces y la hagas tu mujer igual que a mí, tómanos-.

Inmediatamente papá se desnudó ante los ojos atónitos de gwen y sin perder tiempo se abalanzó sobre ella gritándole. -Vas a ser mía-. Gwen gritaba y pataleaba pero papá ya le estaba subiendo la falda y de un mordisco apretó los calzoncitos grises de ella y los bajó con un tirón de su mandíbula rompiéndolos luego desesperadamente.

Prosiguió a desgarrar su blusa y su sostén mientras yo me masturbaba y gwen gritaba horrorizada. -No mamá no dejes que me viole por favor no-. Para sorpresa de todos contestó. -Ya me lo hizo a mí hija, no solo voy a ser yo, ahora te toca-. Papá habiendo quitado los zapatos de la chica, le acomodó el pene en la punta y se lo dejó ir de golpe.

Provocando un grito de dolor en la chica. -No por favor, no me haga esto, me duele, me está desgarrando las entrañas-. Pero eso solo excitaba más a papá que la embestía cada vez más feroz mente al tiempo en que la besaba asquerosamente por toda la cara. -Vas a ser mi mujer, entiendes?, de ahora en adelante vas a ser cogida a diario por tu macho, así que acostúmbrate.

-Perra, ponle tu conejo sobre la boca para que se calle-. Le ordenó papá a marijose, que horrorizada ante lo que veía obedeció torpemente, luego dijo. -Y tu niña, lámele el conejo a la puta de tu madre hasta hacerla gemir o las mato a las dos-. Parece que lo hizo de verdad porque marijose empezó a hacer gestos y papá parecía que iba a desarmar la cama al cabalgar tan ferozmente a gwen. Las últimas embestidas fueron tan fuertes que tiraron a marijose al colchón y en unos instantes papá había explotado en lo profundo de gwen, al salir de ella notamos que gwen sangraba, pero no pasó a mayores.

Gwen lloraba y papá acabó de besar todo su cuerpo, entonces vanessa llamó a la mesa para comer; Por supuesto que solo comimos papá y yo en la mesa, pues las hembras comieron en el plato para perros como hacía vanessa. A intervalos marijose le explicaba a gwen que seguía llorando inconsolablemente que no había elección, que tenía que dejar su trabajo, divorciarse (y dejar a su amante), dejar el departamento y la escuela, además de tener que entregarse ambas.

Pues nosotros la habíamos extorsionado con cosas horribles que la llevarían a prisión, de hecho era verdad. Como todas las mujeres tenía terror a pisar una cárcel y estaba dispuesta a hacer lo que sea por no ser llevada ahí, pues si fuera el caso pasaría allí un buen rato.

Tenía ya a dos hembras mas en nuestras manos pero faltaba la mas difícil, mamá.

En los días que siguieron papá fornicaba a gwen de manera salvaje y continua, yo tenía prestada a marijose y me pertenecía vanessa. Sin embargo aprovechando que ella desconocía nuestro convenio de no eyaculación en la hembra de otro, saqué ventaja de la situación, pues nacía entre papá y yo una rivalidad de machos.

Tomé unas pruebas de embarazo y se las apliqué a vanessa y a marijose. Vanessa ya estaba embarazada, creo que de la primera noche o al día después de que la violé por primera vez., solo que ella no sabía porque todavía no se había cumplido su ciclo para darse cuenta, además la había engañado que le daba pastillas anticonceptivas fingiendo que no quería preñarla para evitar que ella tomase algunas que tuviera escondidas, solo que lo que le daba eran antigripales en una cajita de anticonceptivos.

Marijose como sospechaba tomaba pastillas y por eso no se había embarazado. Averigüé por su cronograma que debía reiniciar el ciclo de pastillas, entonces se las truqué con antigripales, de modo que no notó la diferencia y a aprovechando los descuidos de papá por culpa de gwen me venía dentro siempre de marijose, hasta que a las dos semanas de estármela cogiendo por fin la prueba dio positiva, quedó preñada de mí.

En tres semanas y media ya había vendido y regalado los bienes de marijose, pasando su dinero a mi cuenta, estábamos listos para iniciar una nueva vida mas placentera (al menos papá y yo) en otro lugar, solo faltaba mamá.

Nadie al parecer echaría de menos a marijose, su marido se divorció en cuanto le mandamos un video de marijose cogiendo con más de 7 hombres en distintas ocasiones.

Marijose no protestó gracias a nuestras amenazas y chantajes; En cuanto a gwen creo que no tenía amigos. Era preciso movernos rápido, pues las tres podrían rebelarse y delatarnos en cualquier momento.

Opté por una casa en un área costera rural frente al mar, un lugar de poco tránsito, invertiría en algunos negocios del área a lo grande, con el dinero de marijose y papá, además del dinero de nuestra casa.

Dormíamos en nuestra casa, yo con vanessa y papá con sus dos hembras, como me sentía aislado propuse que durmiéramos todos juntos, así me pude coger un día a gwen. En el día andábamos desnudos y ellas o en pelotas o con lencería, excepto vanessa que debía usar su uniforme. Ellas comían carne, ya no de perro pero sí en su trasto y solo bebían alcohol mezclado con agua.

Gwen se hizo la prueba a las tres semanas y ya estaba esperando un hijo de papá.

Mamá llegaría a mitad de esa semana, ya lo tenía todo listo, ella sería la joya de la corona.

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