Nuevos relatos publicados: 16

Mi trabajador y yo (2 de 3)

  • 7
  • 11.295
  • 9,43 (7 Val.)
  • 0

Antes de continuar mi relato con Luis, debo comentar mis impresiones de lo sucedido en el canal de regadío. Quizás por culpa de la resaca debido a la tomatera de la noche anterior o bien por la necesidad de sexo,………. el haberme atrevido a mamar el miembro de mi empleado me provocaba sentimientos encontrados. Por una parte estaba la tradición, el que dirán, la vergüenza, la desesperanza, el asco, sentirme como si yo mismo me hubiese ultrajado, que por supuesto me tuvo muy mal. Sin embargo, por otro lado estaba el despertar de nuevas sensaciones difíciles de asimilar, sensaciones nunca antes experimentadas, que eran más fuertes que mi voluntad.

Pasaron los meses, yo me veía a diario con Luis, y nos comportábamos como patrón y empleado, nunca más comentamos el tema sucedido en el canal. Creo que el tampoco se lo contó a nadie del pueblo. Cuando iba de compras me trataban con mucho respeto. Sin embargo, mis necesidades sexuales estaban insatisfechas. Cada vez que me masturbaba, pensaba en Luis. Después del clímax, me reprochaba el hecho de estar transformándome en homosexual. Era una obsesión. Eso no podía ser, no estaba planeado de esa forma. Pero los sentimientos terminan mandando. ………Creo que me estaba enamorando de Luis.

La situación se estaba volviendo insostenible. Mi atracción reprimida debía explotar de algún modo…

Nuevamente busqué una excusa para celebrar.

-Luis, como las cosechas han ido bien, y hemos trabajado tanto, creo que sería conveniente celebrar. ¿Qué le parece si nos juntamos esta noche en mi casa, yo invito?

-Oiga patrón, le agradezco la invitación pero tenia otro compromiso.

-¿Qué compromiso?

-Voy a ir a bailar con la Daniela, ¿sabe?, ella es una vecina de la casa de mis abuelos, y se nota que quiere guerra conmigo.

Eso no lo esperaba. Fue como si me clavaran un cuchillo por la espalda. Traté de mantenerme entero y no desfallecer en ese momento.

-Bueno, si quieres la puedes traer antes de ir al baile.

-Ok, así se la presento y ella podría presentarle a alguna amiga.

-Bueno

Al llegar a mi casa estaba desecho. ¿Porqué razón le diría que viniese con su amiga?... ¿de dónde pensé que podría existir algo entre nosotros? Definitivamente el era una hombre echo y derecho, y yo había estado viviendo una fantasía. Me sentí un estúpido. Esto no lo había planificado así.

A duras penas mejoré mi semblante. No quería presentarme débil frente a Luis. Preparé un trozo de carne asada con arroz y ensaladas, un buen vino y de bajativo, el respectivo Ron.

Luis con su pareja llegaron temprano. Me comentó que el local de baile se mantenía abierto toda la noche y que después de la cena podríamos ir a bailar.

La Daniela era una mujer madura, sin ser una belleza, era atractiva…pero tenía sus años. (No le pregunté la edad, pero aparentaba más de 40 años).

Fue una cena amena. Nos tomamos los tragos respectivos y se retiraron cerca de la medianoche. No estaba con ánimo de asistir al baile, así que me despedí de ellos y se fueron.

Me dispuse a dormir, muy abatido y apenado. Estaba profundamente dormido cuando llaman a mi puerta. Eran aproximadamente las 2 de la madrugada. Me levanté sobresaltado y me dirigí a la puerta

-¿Quién es?

-Yo jefe, el Luis

Abrí la puerta extrañado, allí estaba Luis, y al parecer venía bastante pasado de tragos.

-¿Qué haces aquí a estas horas??

-Disculpe jefecito, pero fui a dejar a la Daniela y tenía ganas de conversar con alguien, y me acordé de Ud., ¿le queda Ron?

-Si, adelante.

-Perdone que lo reciba en calzoncillos, pero estaba durmiendo.

-No se preocupe, por mi no hay problemas si desea quedarse así.

Serví los tragos y nos sentamos a conversar.

-Y…¿qué le pareció la Daniela?

-Si, es bonita, pero sin ofender, la encontré un poco mayor para Ud.

-Si, nos llevamos más de 10 años, pero cuando uno no tiene a nadie más, no puede hacerse rogar, mal que mal, nos llevamos bien y me deja bajar la calentura.

-¿Está enamorado?

-Noooo…, sólo somos amigos, sin compromisos.

-Ha, yo pensaba que eran pareja.

-No, la verdad que por ahora sólo somos amigos. No se más adelante. Todo dependerá de algo que vine a hacer.

-¿Y qué tiene que hacer?

-Esto……

Nunca lo habría imaginado. Luis se abalanzó sobre mí y me dio un beso. ¿Pueden imaginarlo?. La persona que yo deseaba me estaba besando. Me pilló tan de sorpresa que no supe que hacer. Estaba anonadado y no atinaba a nada. No supe como reaccionar. Luis se apartó y lo noté bastante contrariado y nerviosos. Yo estaba perplejo.

-Discúlpeme… por favor, no crea que me estoy propasando…. es que desde el día que pasó lo que pasó en el canal, no he podido sacarlo de mi cabeza, y ahora que tomé unos tragos demás, junté valor y decidí que debía probar para salir de dudas….sin medir consecuencias.

Luego de salir de mi asombro, por fin reaccioné y me sonreí. Ese beso me había gustado mucho, y definitivamente lo estaba esperando.

-No tiene porqué disculparse, si era algo que estaba esperando hace ya mucho.

-Desde esa vez tenía el presentimiento que yo a Ud., le gustaba.

Se acercó lentamente y me besó. Esta vez me entregué. Entrelazamos nuestras lenguas en un apasionado beso.

-Vas a ser mi hembrita…..

-Seré todo o que tu me pidas…(nunca antes me imaginé que podría expresarme de esa manera frente a un hombre)

Me llevó hacia el dormitorio y nos desnudamos lentamente. Luis me impulsó hacia su miembro y yo fui recorriendo el camino, mientras lengüeteaba sus tetillas, su pecho, su ombligo, los pelos pubianos, hasta estar de frente a su miembro en erección. Asomaba su cabeza rosada, brillante, semilubricada cubierta parcialmente por el prepucio. Una imagen absolutamente atrayente. Su rabo estaba inhiesto suplicando por ser engullido, cosa que sin demora procedí a efectuar. Que placentero…Esta nueva experiencia era total. Si alguno de ustedes ha probado un pene erecto, sabrán a que me refiero.

Después de mamar el rabo de Luis, éste me dispuso sobre la cama dejándome boca abajo, con mi trasero a su disposición.

-Estás preparada mi "hembrita". Vas a ver como lo vas a gozar

-Estoy "dispuesta" a dejarme llevar por ti. Si tú lo quieres seré tu hembrita.

Luis me tomó de las caderas y comenzó a presionar lenta, pero muy fuertemente. El dolor no se dejó esperar..

-Por favor, me duele, trátame con cariño…

Luis insistía en la penetración. Ya estaban lo dados tirados. Sabía que aunque me doliera, Luis me poseería a como fuera lugar. Intenté relajarme. Colocó una almohada bajo mi pelvis y aplicó una crema para obtener el efecto lubricante. Poco a poco pude sentir el ingreso de su miembro en mi interior. El dolor existía, pero era soportable. Luego se transformó en un leve ardor, hasta que definitivamente era sólo placer infinito. Luis inició un mete y saca lento pero constante. Podía sentir el trayecto hasta que sus vellos pubianos contactaban con mi trasero. Estaba todo adentro. En ese momento se echó sobre mí y podía sentir sus jadeos y quejidos en mi cuello, el cual besaba tiernamente.

Sin hablar pude sentir que estaba llegando al clímax. Sin la necesidad de tocarme exploté en un orgasmo interminable, justo cuando sentí que me invadía algo calientito. Acabamos juntos, entre sudor, quejidos y placer.

Luis no dijo nada. Se retiró de mí, me besó tiernamente en la espalda y quedó al lado mío respirando agitadamente. Yo mantuve mi posición, totalmente extasiado. Feliz……..

Ese fue el inicio de una relación que contaré en un próximo capítulo…

(9,43)