Nuevos relatos publicados: 6

Chantaje, traición, y a pesar de todo, Amor 4

  • 26
  • 9.650
  • 9,25 (4 Val.)
  • 0

De nuevo en mi casa, corrí como una posesa al baño no sin antes cuidarme muy bien de guardar aquel provocativo vestido y los zapatos que Javier me ordenó llevar aquel día para atender a su cliente. Una vez desnuda me metí en la ducha (pero antes quise mirar mi nalga en el espejo y comprobar aliviada que llevaba "un diez" y la firma del hombre) lavé a conciencia mi cuerpo que sentía asquerosamente sucio del esperma y babas de aquel depravado. Al menos podía limpiarme físicamente, porque en lo tocante a mi conciencia, que no paraba de castigarme por lo que estaba haciendo, continuaba igual de sucia. No obstante, y nada más empezar a relajarme por el efecto del delicioso chorro de agua caliente que acariciaba mi cuerpo, pensé en aquel cheque que me habían entregado: ¡ Dios mío ¡ mil quinientos € por unas horas de "trabajo.." Era casi lo que ganaba Arturo (mi marido) en todo un mes. Empecé a sentirme como "orgullosa" por "el deber bien cumplido" que me exigió el hombre de quien estaba profunda, ilógica, y demencialmente enamorada a pesar de saberlo un cruel y desalmado proxeneta. Comenzaba a pensar y a sentir como la hembra que Javier quería.. Y lo más grave del asunto era, ¡ que me gustaba ¡ Cuantas cosas podría haber hecho con aquel dinero; pero no era mío: qué ironía y absurda situación la de hacer yo todo "el trabajo" y sufriendo los deseos y aberrantes caprichos de un desconocido, cuando mi hombre no conocía nada de eso. Es decir, tenía la suerte de ser un macho, sin más obligación que usar y disfrutar de una hembra de su propiedad buscándole clientes para su propio provecho, y desde luego sin tener que conocer ni remotamente experimentar, lo amargo, degradante y doloroso que suponía ser prestada (alquilada) para que usaran libremente mi cuerpo, sino que ni siquiera tenía que molestarse en ingresar ese dinero en el banco. Para eso me tenía a mi, su esclava, que incluso le llevaba el dinero ganado con mis sojuzgados cuerpo y mente, como una manera más de humillarme.. Una manera más de demostrarme lo insignificante y poca cosa que yo significaba como mujer y, por tanto, hembra de su propiedad. Pero así estaban las cosas: él es mi dueño, y yo su simple sierva y esclava.

A la mañana siguiente me levanté temprano, como siempre, a preparar el desayuno de los míos, y una vez se hubieron ido cada uno a sus diarias obligaciones, yo me preparé a cumplir la mía para con Javier. Mi "agenda" diaria estaba siempre bien completa ya que además de atender mi casa y mi familia, debía preocuparme muy seriamente de satisfacer plenamente al propietario y señor de mi persona enviándole el mensaje que cada mañana quería ver en su móvil nada más salir de su cama. A éstas horas aún seguiría durmiendo plácidamente, mientras su hembra se afanaba en los quehaceres domésticos, y encima le obedecía aún sin estar él presente.

Así que en cuanto estuve sola, me quité bragas, sujetador y zapatos para escribirle el mensaje, desnuda y descalza, como era su deseo y me tenía ordenado. Una vez enviado, ya podía vestirme, pero como él quería: Solo falda, camisa o blusa, y medias de liga por si se presentaba. Cosa que seguramente hoy haría, ya que querría ver no solo el resguardo del ingreso del cheque, sino también la "calificación" que había recibido su hembra por parte de su adinerado e influyente cliente. Aunque, pensé, que eso ya lo sabría habiendo consultado por Internet su cuenta bancaria y, comprobado el ingreso, quedaba claro que su cliente había quedado bien satisfecho.

Sobre las once de la mañana se presentó. Nada más entrar, me quité los zapatos, me puse de puntillas y le besé en los labios esperando ansiosa que él se dignara besarme, me preocupé muy bien de que mi boca oliese a elixir, escrupulosamente limpia para él, ya que el día anterior había estado con otro hombre. Ya sé que resulta exagerada y hasta ridícula aquella actitud mía para con él.. Pero me empezaba a gustar y cada vez más, respetarle de aquella forma, venerarle incluso, con tal de conseguir aquel delicioso y excitante beso de tornillo metiendo su lengua hasta casi mi garganta; cosa que hizo y que le agradecí infinito. Con ello quedaba claro que venía contento de mi, de su más que obediente, dócil, "competente" y sumisa hembra.

-Buenos días cariño- Le saludé dócilmente después de aquel maravilloso beso.

-Hola, nena.. Estás muy guapa ésta mañana- Llevaba puesta una falda plisada un poco por encima de las rodillas, de cinturilla ancha color rosa pálido, y una camisa bien ajustada de color blanco que le permitía apreciar perfectamente mis desnudos pezones... Siempre que estaba con él procuraba mostrarme lo más atractiva y femenina posible como sabía le gustaba, aunque de todas formas me tenía obligada a vestir así.. Pero me encantaba que me lo exigiera, y por eso me esmeraba a conciencia en ello desde que le conocí. Jamás volvería a sorprenderme en pantalones como aquel día que me abofeteó por llevarlos sin su permiso.

Pasó al salón directamente y ocupó "su sillón.." El más cómodo de la casa y el que solía usar mi marido.

Le seguí descalza hasta que se sentó, y una vez frente a él me levanté la falda como siempre en señal de respeto y ofrecimiento. De puntillas me mostré primero por delante, levantando la falda del todo: Así me mantuve unos segundos, luego me volví ofreciendo a su vista mis nalgas, en una de las cuales seguía intacta la marca de su cliente.

-Perfecto putilla. Me gusta lo que veo..Eso está pero que muy bien; te has portado- No sé que veía en aquel hombre cruel y egoísta, pero me hizo sentir orgullosa al verle contento y satisfecho de mi.

-Ve a traerme café- Lo que significaba servirle quitándome antes zapatos y medias, para servirle descalza. Una más de mis muchas obligaciones con él.

-Claro que si amor, enseguida te sirvo- Me quité las medias despacio ante él, sintiendo en mi cuerpo su lujuria y deseo. Corrí a la cocina descalza y de puntillas, como siempre.

De regreso al salón, y una vez servido, me desnudé por completo y me senté en el suelo a sus pies.

Antes de que me lo pidiera, le entregué el resguardo del banco que previamente saqué de mi bolso mientras se calentaba el café. Lo cogió al mismo tiempo que me entregaba la taza para que la pusiese sobre la mesa, después de haber dado el primer sorbo.

Lo miró indolente, y con orgullosa y al mismo tiempo burlona sonrisa, lo metió en el bolsillo interior de su chaqueta.

-Estupendo preciosa.. Has estado muy bien. Y lo mejor no es éste dinero.. Ayer tarde el amigo me llamó para decirme que aceptaba cerrar el trato que teníamos pendiente: Me compra un solar que le ofrecí y que no terminaba de convencerle a pesar de echar mano de todas mis artimañas para vendérselo.. Pero ni a él, ni a nadie.. En verdad ese terreno es una mierda que ya me tenía preocupado, y eso que es urbanizable y puede construirse allí cualquier cosa. Pero está en una mala zona y eso le quita mucho valor.. ¡ Mira por donde me lo he sacudido de una puta vez ¡ El poder del sexo…! Naturalmente me sacó la promesa de volver a tenerte otra vez-

Con una leve mirada a su taza de café, me ordenaba entregársela de nuevo. Cosa que hice de inmediato.

No hice caso del comentario; lo consideré como cosa natural. Javier había prometido a ese hombre tenerme de nuevo y yo le pertenecía, así que debía tragar con aquello. De todas formas, estaba claro que no iba a ser el único hombre que me poseyera para obtener más ganancias a mi costa.

-Parece que lo pasó bastante bien contigo.. ¿Qué te hizo..?-

-Pues lo típico Javier –respondí algo triste- Desnudarme, tocarme y acariciarle hasta dejarle satisfecho con la boca. Me hizo gatear alrededor de él y me azotó en las nalgas.. Fue algo doloroso, pero lo peor es que me asustó, y eso quiero aclarar contigo Javier: No soporto el dolor cariño y hombres así me dan verdadero pánico..¿Es que no te importa el daño que puedan hacerme..? Creo que estoy haciendo bien todo lo que me mandas; me has convertido en una vulgar puta pero por favor, no me entregues a crueles sádicos con todo el derecho a hacer conmigo lo que quieran.. Así que no me entregues a hombres sádicos y sin escrúpulos. Soy tuya y haré lo que quieras, pero no me entregues a hombres así.-

-¿Qué es eso..? Una exigencia acaso..?- Me miró con crueldad, como ofendido de que su esclava se le revelase.

-No Javier, nada de eso. Te lo he pedido por favor, incluso te lo suplico. Nunca se me ocurriría exigirte nada.. ¿Quién soy yo para eso..?-

-Eso está mejor. Para aquello que no quieras hacer, pídeme permiso antes y yo te lo daré o no según la importancia que para mi tenga el cliente con quien estés. Pero jamás, te repito, ¡JAMÁS! se te ocurra negarte a nada por tu cuenta. Ya has visto lo que cobro a un tío por estar una hora contigo.. De todas formas y para tu tranquilidad, siempre advierto a mis clientes que nada de sadismo o cosa parecida. Como mucho, enrojecerte un poco el culo y punto.. El tipo de ayer te hubiese dado a conciencia con su cinturón o incluso con un látigo; sin embargo ya viste que se limitó a darte solo con las manos-

-Si, es verdad cariño. Me habló de castigarme bien las nalgas con su correa y temblé de miedo cuando me lo dijo; pero solo me golpeó con sus manos y aunque doloroso, como te dije antes, eso pude soportarlo bien..Grac.. gracias por haberlo tenido en cuenta.. Y te prometo que nunca me negaré a nada sin tu permiso. Ya sé que voy como tu esclava y que no puedo dejarte en mal lugar, sobre todo por lo que pagan esos hombres.-

Respiré verdaderamente aliviada de saber que al menos no tendría que sufrir la violencia de algún loco degenerado, y por eso mi agradecimiento fue sincero.

-Exacto, procura no olvidar eso-

-Cómo que pagan tanto dinero Javier..? Pueden tener las mujeres que quieran por bastante menos cantidad.. Vamos, supongo yo…-

-Muy simple nena. No se encuentran con putas normales de las que ya han tenido cuantas han querido. Yo les ofrezco además una esclava; una esclava sexual que obedecerá sus deseos haciendo realidad cualquier fantasía o capricho que tengan. Por eso te dije que ofrezco a mis clientes "calidad.." Y eso, hay que pagarlo. Y ésta gente tiene dinero para eso y mucho más. Putas muy "profesionales" según ellas, se han negado incluso a arrodillarse, tragar leche y hasta algunas exigen el uso del condón al hombre que las haya alquilado. Como comprenderás, es algo inadmisible en una mujer que va a servir a un hombre-

Mientras me hablaba, se entretenía en acariciarme los pechos y pellizcarme levemente los pezones; como quien se deleita en apreciar el suave tacto de algo que le pertenece.

Me parecía mentira estar hablando de todo aquello con total naturalidad. Y cada vez trataba el tema de mi propia prostitución con mayor facilidad… Estaba consiguiendo de mi, (lo había logrado ya) convertirme en la mujer que él quería, dado sobre todo el hecho de que ya no veía en mi ninguna clase de oposición.. Ni siquiera lágrimas. Hablábamos como amo y esclava prostituida y de su propiedad, como la cosa más banal del mundo.

Aunque no respondí a su comentario, pensé que tenía razón: "¿Cómo un hombre que paga por estar con una mujer a su servicio, podía negarse a los deseos de éste o exigir el uso de preservativo..? ¡ Santo Dios ¡ Ya no solo me mostraba todo lo obediente, sumisa y puta que él quería, sino que además pensaba de esa forma, completamente convencida de que tenía razón. No desperdiciaba ocasión de emplear frases, razonamientos y/o actitudes siguiendo su labor psicológica de someterme a su voluntad, haciéndome ver así la superioridad del hombre frente a la mujer y, por consiguiente, el estricto y respetuoso acatamiento por parte de la hembra a los deseos de éste..

Acabado su café, sacó de su chaqueta el paquete de cigarrillos y enseguida le ofrecí fuego con el encendedor que había sobre la mesa. Toda respetuosa y servil para que mi Señor no se molestase en nada; mis manos por supuesto, preparadas ya a recibir la ceniza que me echaría sobre ellas y que luego yo volcaría sobre el cenicero.

-Qué más cosas te hizo el cliente de ayer nena..? Cuéntame y magréame la polla un poco mientras- Obedecí inmediatamente y comencé a acariciarle la bragueta hasta que me ordenase chupársela, cosa con la que invariablemente empezaba a usarme.

-Pues poca cosa más cariño… Bueno, me ofreció que me fuera con él; dijo que hablaría contigo para que me vendieras a él y que así viviría con toda clase de lujos y que nunca me faltaría de nada..-

-¡ Qué cabrón ¡ ¿Eso te dijo..? Creen que con su dinero pueden tenerlo todo.. Bueno, eso está bien; deja bien claro lo mucho que le gustó la hermosura que le mandé-

-Gracias, cielo. Pensé en lo idiota de su proposición: Jamás te dejaría por nadie aunque tuviese todo el oro del mundo- Como tantas otras veces, me puse muy mimosa y le acariciaba ahora con más suavidad a la vez que firmeza para que sintiese bien cómo mi mano se esmeraba aún más en darle el placer que buscaba de mi. Aquel pene, encerrado todavía en el pantalón, evidenciaba ya con su calor y dureza, que su hembra se estaba portando como él quería. Y en cuanto a mi, hacía ya rato que casi mojaba el suelo con mi empapada y chorreante vagina que así tenía desde que me quité los zapatos medias para servirle: Me mandaba como mi macho que era, y solo eso ya me ponía a mil.

-Y si me ofreciesen una buena cantidad por ti y decidiera venderte..?. Piensa que todo el "material" que tengo de ti podría vendérselo a otro, a quien tendrías que obedecer como a mi-

-No me digas eso ni en broma cariño.. Ya sé que me tienes en tus manos y no me queda otro remedio que aceptarlo y obedecerte. Pero a pesar de eso, te quiero y sigo enamorada de ti aún sabiendo que solo soy para ti una mujer para servir a tus caprichos e intereses…Creo que es eso lo que me mantiene y me hace soportable ésta situación.. Pero pertenecer a otro, servir y prostituirme para otro hombre que no seas tú, sería tan insufrible que no sé lo que haría Javier. Soy tuya y haces conmigo lo que te da la gana, pero venderme a otro significaría vivir en constante amargura y desesperación. Probablemente ese hombre arruinaría mi vida y sencillamente tendría incluso que irme de éste país-

-Tranquila mujer, eso no pasará. Me gustas y me interesas mucho, pero no dudaría un momento en venderte si alguna vez se te ocurre desobedecerme o simplemente no comportarte como te exijo. En cuyo caso, esa ruina que dices sería tu vida, te la habrías buscado tú solita. Así que procura ser buena esclava para tu hombre, y verás que con el tiempo serás incluso más feliz y hasta te gustará hacer lo que sea por complacerme-

Una nueva y aún más terrible amenaza con la que me forzaba a temerle todavía más teniendo ahora más que nunca, total y absoluto control y poder sobre mi.

No dije nada y simplemente seguí acariciando su cada vez más abultada bragueta. Dice que quien calla otorga, y con mi silencio ya le demostraba que sería lo que él quisiera. Simplemente no me atreví a replicar nada a su cruel y firme coacción.

Seguía fumando plácidamente cuando me ordenó, ésta vez con más imperio que nunca,

-Chúpame la polla puta y esmérate.. Ya sabes cómo me gusta que lo hagas-

Por supuesto sabía cómo le gustaba: Primero, suaves besitos de respeto a su erectísimo y exigente pene, luego lamerlo a todo lo largo hasta su base y en sus testículos, ensalivarlo muy bien y una vez completamente mojado, meterlo suave y lentamente en mi boca previamente inundada de saliva para proporcionarle todo el placer que me exigía.

Palpitaba de placer llenándome la boca hasta tocar mi garganta.. Me soltaba fuertes espasmos, luego de unos cuantos minutos chupándole, lamiéndole y acariciándole con mis labios y lengua, como si fuese a correrse de un momento a otro; masajeaba y acariciaba sus empapados huevos de mi saliva con la yema de mis dedos y uñas, y eso era algo que le estremecía de placer.

De repente me ordenaba parar, quedarme completamente inmóvil con toda su verga hinchada hasta el fondo de mi boca, y así quedaba yo hasta que mi todopoderoso Señor me ordenase continuar complaciéndose en usar mi boca todo el tiempo que quisiera.

-Bien puta, bien.. Sigue así..! No !, para que antes voy a mear. Espérame tal como estás-

¡ No iba a faltar la correspondiente humillación del día ¡ Cuando regresó, traía su verga fuera del pantalón por "no mojar sus calzoncillos" según me dijo. Para qué iba a utilizar el papel higiénico disponiendo de la boca de su sirvienta y esclava. Me la puso chorreante aún de su orina ante mi cara, e inmediatamente se la limpié a conciencia de los restos de su meada.

Seguí lentamente masturbándole suavemente con la boca; como por supuesto sabía que le gustaba; de la misma forma que lo hice con aquellos dos hombres a los que me entregó y que no resistieron prácticamente nada sintiendo las caricias de mi boca en sus penes. Como tampoco él lo podía resistir mucho tiempo. Solo que los otros hombres se dejaban hacer hasta correrse en la boca de la mujer que les servía, mientras él tenía el poder de detenerme y retenerme dándole placer el tiempo que quisiera.

Así hasta que decidía "aliviar" sus hinchados testículos y entonces y sin previo aviso (no tenía por qué molestarse ni en eso) me inundaba la boca con su chorreante, espeso y caliente esperma que yo tragaba aún con dificultad pero muy excitada y sintiendo que casi me llenaba el estómago. Como siempre, no podía sacarla de mi boca mientras él no me autorizase..Ésta vez me ordenó no moverme en absoluto mientras se corría, solo tragarme su semen sin masturbarlo con la boca mientras me lo escupía. Me extrañó que me mandase aquello pues de esa forma no podía quedar completamente satisfecho. Pero tenía su explicación: Simplemente dejar salir su esperma sin más movimientos de mi boca y labios, no completaban su total satisfacción; aquello venía a ser como una interrupción del placer que sienten los hombres al llegarles el orgasmo, cuando más intenso y fuerte movimiento necesitan… (el mismo caso que en las mujeres: Si el hombre se para mientras nos llega el orgasmo y solo se limita a dejar salir su semen sin "bombearnos" con fuerza, y esto me lo hacía Javier más de una vez como para castigarme, no quedamos del todo satisfechas) De esa forma, no quedan del todo "aliviados" ya sea en la cópula o felación, y por tanto su erección permanece casi intacta.

Eso le permitía pues ordenarme que me pusiera en la posición de "ofrecida" como él la definía. Esto es: De pie, con las manos en los tobillos y las piernas abiertas al máximo, para penetrarme a placer por mis dos agujeros, alternándolos bestialmente hasta arrancarme dos maravillosos e intensísimos orgasmos por los que muy bien merecía la pena ser la esclava de aquel hombre y lo que él quisiera.. Por aquel delicioso éxtasis al que me hacía llegar, daba por bueno, me resignaría y aceptaría gustosa seguir siendo la mujer en la que me había convertido: Una hembra de su propiedad, su esclava y su puta entregando todo mi ser a su voluntad y caprichos.

Después de un buen rato disfrutando ambos de aquella potente y deliciosa follada, acabó por correrse de nuevo (o mejor dicho, completó su primera e "interrumpida eyaculación") y nada más sacarla de mi coño, me arrodillé ante él y le limpié escrupulosa y devotamente su pene, frotándolo por último en mis pechos para dejarle bien limpio y seco de cualquier resto de nuestros fluidos.

Volvió a sentarse, completamente limpio y satisfecho ya, y me apresuré a guardarle en el pantalón aquel admirable pene que me volvía loca y de quien realmente era también esclava, no sin antes besarlo con toda mi pasión y respeto.

-Estupendo puta, te has portado como una verdadera hembra en celo. Ahora memoriza bien esto: Así tiene que comportarse una mujer sumisa siempre, completamente entregada y dando lo mejor de si como esclava del hombre a quien sirve y demuestra con ello sus respetos. ¿Está claro..?-

-Muy claro mi Señor, como tú digas. Siempre será como tú digas y lo que tú quieras- Así le contesté, casi como una broma pero cuidando que no confundiera esa medio broma con una falta de respeto a sus órdenes. Me sentía feliz, muy feliz de haber gozado una vez más con éste hombre que era casi todo mi universo. Me enganché a su cuello y le abracé con toda mi ternura y amor, cuidando de no besarlo, ya que para él mi boca estaba ahora sucia y sería una grave falta de respeto por mi parte. Qué degradante y vejatorio me resultaba aquello; pero así me lo imponía él y no me quedaba otra que respetar estrictamente esos extravagantes deseos y caprichos que me imponía obedecer.

-Bueno tengo que irme. He quedado con el cliente que atendiste ayer a ver si ultimo de una vez la venta de ese solar. Y otra cosa, mañana te presentas en ésta dirección sobre las nueve o nueve y media de la mañana. Llama antes por teléfono para que te lo confirmen. Como siempre di que llamas de mi parte..Y toma, esto es tuyo-

Me entregó 200 €… Era ofensivo; una ridiculez comparado con lo que había ganado para él. Seguramente una más de sus maniobras para rebajarme aún más. De todas formas sabía que aquel dinero me vendría muy bien, pues como ya os dije, en mi casa no sobraba precisamente el dinero. Con aquella acción me ayudaba económicamente (como siempre desde que a los pocos meses de conocernos empezó a hacerlo) y al mismo tiempo y a éstas alturas, me dejaba bien claro quien mandaba y aún más, concienciarme a fondo de que le pertenecía y no tenía más derecho que complacerle y obedecerle.

Humildemente cogí aquel dinero (casi acostumbrada ya a sus continuas humillaciones e ignorando por tanto la cantidad que me dio) y dócilmente le pregunté,

-Otro cliente Javier..?-

-Dos ésta vez, padre e hijo. Con el hijo casi vas a hacer una obra de caridad-

-¿Cómo una obra de caridad Javier, qué quieres decir…?- Inmediatamente recordé lo que me ordenó el día antes de servir a su segundo cliente: Que no debía preguntar nada, solo presentarme ante el cliente y obedecer.

-Perdona por favor, olvidé que no debo preguntar.. Le llamaré mañana sin falta, antes de las nueve no…?-

-Eso es, sobre las ocho y media- Me respondió con mirada severa.

-Solo te advierto que se trata de un tío con mucha pasta también, por lo que ya sabes cómo debes mostrarte. Te adelanto que se trata de un hombre bastante exigente, sobre todo en lo que a su hijo se refiere. Es un deficiente mental que según su padre se está matando a pajas y quiere que disfrute de una buena hembra. Las putas que le han tratado hasta ahora no han conseguido nada con el chico. Bueno chico de edad, pues aunque tiene 34 años, su mente se ha quedado en 14. Su padre quiere darle lo mejor, como es lógico, y sobre todo porque le sobra la pasta, y ahí es donde entras tú… Si te explico todo esto es para que de aquí a mañana tengas tiempo de pensar en la forma de ganarte al chico. ¡ Quiero que los dos queden muy contentos y satisfechos de ti ¡ De otra forma, no cobraré.. Es la garantía que he dado. Así que ¡OBEDECE ¡ y gánate tanto al padre como al hijo, sobre todo al hijo..¿Entendido..?-

-Si Javier.. Entendido.. Pero nunca he estado con un crío. Según me has dicho su cabeza tiene la edad de un niño; es casi la edad de mi hijo.. No sé si sabré… Con el padre te aseguro que no habrá ningún problema, eso ya lo sabes.. Pero qué debo hacer o decir al hijo para "ganármelo" como tú dices…?-

-No sé, no soy ni mujer ni puta..Eso es cosa tuya..Por eso te he dado tantas explicaciones que no tengo por qué darte, para que tengas tiempo de pensar.. Emplea esas habilidades femeninas que todas las mujeres sabéis usar cuando os lo proponéis. Y otra cosa, en adelante te pondrás éste collar de perra antes de verte con un cliente; y para la semana que viene busca una excusa para estar conmigo toda una noche.. Vamos a una fiesta donde quiero presentarte a gente y luego a mi casa.. Llevarás ese collar y hasta dormirás con él puesto. Será tu única prenda como pijama, así que vete acostumbrando que no será la única vez que duermas con eso puesto-

Me entregó un fino collar de perra, en cuero forrado de terciopelo color negro y con una placa que llevaba un nombre grabado con letras en relieve: "DANESSA.." Y en letras mucho más pequeñas, "Propiedad de J.H." : Javier Hernández, lógicamente. Presentarme así ante cualquier hombre, me daba miedo… Sencillamente le estaba demostrando nada más ver ese collar, que podía utilizarme de la forma que quisiera; y eso a pesar de la promesa de Javier de advertir a sus clientes de que no podían hacerme excesivo daño. Pero una cosa era "lo que no podían," y otra muy distinta la incontrolable reacción que les provocase una mujer presentada y ofrecida de aquella forma

-Está bien Javier, como tú digas. No sé qué voy a decir a mi familia, pero algo se me ocurrirá-

-Eso espero. Es importante que no me falles esa noche, así que piensa. Bueno, te dejo. Llama mañana a ese señor. No lo olvides, a las 8:30-

-No lo olvidaré, tranquilo-

Para mi sorpresa, en la misma puerta y antes de abrirla se despidió de mi dándome un beso en la mejilla. Sabía que con eso solo me estaba dando "coba" para paliar un poco el sufrimiento y vejación a que me sometía… No obstante, me gustó ese gesto y aunque preocupada por lo que me esperaba al día siguiente, seguía sintiéndome feliz.. Simplemente me estaba volviendo loca.. Pensé al cerrar la puerta.

Loca si, completamente y de remate. Pero mi sexualidad satisfecha como yo misma, sintiendo mis genitales grata y placenteramente doloridos, cosa que me llevaba a una existencia interesante y sobre todo, nada anodina.

Desnuda como estaba, quise verme ante el espejo con aquel collar puesto. Fui a mi dormitorio y me puse los zapatos negros de altísimo tacón como única vestimenta junto con el collar.

Reconocí sinceramente y sin falsa modestia que a mis 42 años, la imagen que ofrecía no podía ser más atractiva y absolutamente sexi. Imagen sensual, y encantadoramente erótica y sexual que desde luego podían atraer el interés del más frío e insensible de los hombres, e incluso provocar la envidia de mujeres incluso bastante más jóvenes que yo.

El escueto conjunto de la cadena plateada en mi pierna, a juego con la chapa del collar, el color del collar igualmente a juego con el de los zapatos, resultaba verdaderamente espectacular. Me dio vergüenza pensar que así tendría que mostrarme y ofrecerme ante hombres extraños, pero a pesar de eso no pude evitar la sensación de orgullo que evidenciaba la pícara sonrisa que, sin pretenderlo ni esperarlo, observé algo sorprendida en el espejo.

Como despertando de repente del irreal sueño que ahora era mi nueva vida, me quité zapatos y collar (que concienzudamente escondí) quedándome solo con la cadena que como ya sabéis, no podía quitarme, como permanente recordatorio de lo que era y de lo que al día siguiente me esperaba de nuevo.

Reanudé mis tareas pensando feliz una vez más, que mi hombre salió de mi casa satisfecho y contento de su hembra. Preocupada también y al mismo tiempo por la dificultad con la que esa noche me encontraría para conciliar el sueño devanándome los sesos ideando la forma de hacer lo mejor posible "mi trabajo."

Mientras mi hombre, estaría ya en su lujoso coche, sintiéndose orgulloso, feliz y satisfecho de su "nueva posesión…"

CONTINUARÁ…

(9,25)