Nuevos relatos publicados: 13

Carta de andrea (1 de 2)

  • 14
  • 11.566
  • 9,00 (1 Val.)
  • 0

Hoy voy a contarles la historia de Andrea, una tierna niña de escasos dieciocho años y que ha tenido ya experiencias sexuales increíbles a pesar de su corta edad, y las cuales conozco por las cartas que le envió a su amiga Paola y que llegaron a mí por esas casualidades de la vida, cartas que yo les copiare textualmente para ser disfrutadas por ustedes.

 

CARTA DE ANDREA 1.

Paola, ahora que usted me mandó la carta que le pedí donde está comprobándome que sí ha mamado, yo le voy a contar la primera vez que yo lo hice, pues usted a pesar de que solo tiene 19 años ya sabe y yo aprendí desde los 18 con un señor de unos 40 años.

Vea, una amiga que se llama Claudia y que vivía cerca de mi casa en el poblado me dijo que ella le gustaba ser mi amiga y que quería que yo no me mantuviera tan encerrada en mi casa pues sólo me dedicaba a estudiar y que yo con mi edad era para que tuviera muchos amigos y disfrutara de la vida. Ella tenia 17 años y era mas experimentada que yo y no era virgen pues lo había hecho con su novio y le había gustado mucho.

Yo empecé a salir con ella desde que tenia diez años y siempre fueron salidas a bailar y a pasear con muchachos del mismo barrio, y aunque no faltaban los besos y las caricias no pasaban de ser inocentes exploraciones propias de mi edad por experimentar algo nuevo.

Una vez cuando recién cumplí los 18 años yo necesitaba plata para regalarle una camiseta a un novio que yo tenia y que lo quería mucho, y yo quería regalársela porque él me había regalado una cadena de plata que yo le había pedido, pero como no tenia plata le dije a Claudia y ella me dijo que no tenía pero que si salíamos con un amigo de ella le podíamos sacar plata, que sólo teníamos que ir a pasear con él y con otro amigo de el y a bailar con ellos, que ellos nos gastaban y daban plata pero que era algo sin mas cosas que hacer que acompañarlos y que ella ya había salido con el antes.

Después de pensarlo acepté y acordé con ella ir a los dos días y que le diríamos a mi mamá que yo iba a hacer un trabajo a la biblioteca y que ella me iba a acompañar después de clase y nos íbamos a demorar pero que ella me llevaba otra vez a mi casa, y como mi mamá le tenia confianza me dejó ir.

A los dos días después de clase ella llamó al amigo y él llegó a recogernos en su carro: él era un señor de unos 30 años y venía acompañado de otro señor de unos 40 años que se sentó a mi lado cuando nos subimos al carro para que Claudia se fuera adelante con el otro señor que era su amigo desde tiempo atrás y que ella tenía un noviazgo con él.

Ese día nos fuimos a bailar y después de un rato Claudia me dijo que nos fuéramos para el apartamento de él y que allá le podríamos sacar plata sólo por bailar con ellos, y aunque yo tenía temor acepté pues sabia que así podía conseguir la plata que necesitaba y porque ellos nos habían respetado hasta ese momento.

Cuando llegamos a su apartamento tomamos y bailamos un rato y luego ya prendida y mareada por el poco licor que había tomado me puse a bailar bien abrazada con el señor de 40 años y terminamos besándonos en la sala mientras mi amiga se iba con su compañero para el cuarto.

Al cabo de un rato el señor me comenzó a besar el cuello y a tocarme los senos que apenas se me empezaban a desarrollar por mi tierna edad, lo que me hizo rechazarlo al sentir que me tocaba pues me dio miedo porque sólo mi novio que era un joven todavía era el único que me había tocado en serio.

-Tranquila mami que no le voy a hacer daño, solo quiero besarle los pezoncitos.

Yo me tranquilicé un poco y dejé que él me besara los pezones que apenas empezaban a crecer, y sentía por primera vez que se me endurecían cuando sentí sus labios que me los chupaban con la experiencia de un hombre casado y con tres hijos.

Cuando él me besaba empezó a acariciar mis piernas y yo sentí que me calentaba pero me diò mucho miedo cuando metió sus manos por entre mis muslos para separarlos y tratar de meterme un dedo por mi vagina.

Yo me paré asustada y él me dijo que qué me pasaba y yo le dije que me quería ir pues no podía hacer eso. Entonces él me dijo que no me iba a hacer daño y que me calmara pero yo salí asustada y llamé a Claudia.

-Que pasa Andrea, me preguntó ella.

-Es que yo soy virgen y no quiero que ese señor me haga nada.

Pero ella me dijo que entonces yo por qué había aceptado ir con ellos si no quería hacer nada y que entonces como quería ganarme la plata.

-Espéreme yo hablo con el señor a ver que me dice.

Ella se fuè y habló con él y le dijo que lo que pasaba era que yo era muy inocente porque apenas tenía 18 años aunque aparentara mas edad. Después ella vino y me llamó aparte y me dijo:

Vea Andrea, ese señor dice que a él no le interesa hacerle daño pero que usted es muy linda y que él quiere que usted le haga el sexo oral.

Yo no sabía que era eso y le dije a Claudia, entonces yo vi cuando él se puso contento y le dijo a Claudia algo en el oído y después ella vino y me dijo:

-Andrea, ese señor me dijo que si usted se deja él le enseña y le dà 30 mil pesos (los cuales yo nunca había tenido.

Ella me dijo que eso me iba a gustar y que solo le hiciera caso a lo que él me dijera que era facilito de hacer y no me iba a doler ni a pasar nada malo. Yo lo pensé un rato y al cabo dije que sì, lo que hizo que ese señor se pusiera más contento y me decía que eso me iba a gustar y que él me iba a enseñar con gusto.

Claudia me dijo que fuera al cuarto con él y que hiciera lo que él me dijera, que en caso de algo ella estaba pendiente de mí.

El señor me dijo que le diera la mano y me llevó a un cuarto donde había una cama y un nochero con cosas normales. Allì me besó y me manoseó un rato para que me relajara y entonces hizo que me sentara en la cama.

-Mami, sientese ahí y me toca aquí en el pantalón y me dice qué siente- me cogió una mano y me la puso cerca de su verga pero como yo no sabia que era quité la mano ligero al sentir algo como un bulto ahí.

-Tranquila, respire hondo y se relaja que esto le và a gustar-me dijo mientras se desabrochaba el pantalón y se bajaba el cierre.

Yo estaba súper asustada, pero ya le había prometido a Claudia que iba a hacerlo porque le quería demostrar que era capaz de hacerlo.

Cuando él se bajó el pantalón yo vi por debajo de su interior un bulto que se le quería escapar, y aunque estaba muy asustada tenia curiosidad de mirar pero yo tenía una pena.

Yo volteé la cara cuando él se bajó el interior y le alcancé a ver su pene que le colgaba y él me dijo que estuviera tranquila que eso me iba a gustar. Entonces yo cerré los ojos para no verlo.

-Tranquila mami,no le dé pena que eso es normal y casi todas las mujeres lo hacen porque eso es natural.

Pero vea Paola, yo estaba que me moría de la pena y del susto, y aunque tenía los ojos abiertos miraba hacia el suelo para no verle su miembro. Cuando él me dijo lo del sexo oral y que yo tenía que mamarselo yo sentí que no era capaz de hacerlo pero él me dijo que estuviera tranquila que él me iba a enseñar.

-Mami, abra la boca.

Yo no quería y él me dijo que respirara tranquila y que pensara en mi novio que era como hacérselo a èl. Yo miraba al piso y tenía una pena, entonces él me dijo que le hiciera caso a lo que le dijera y verá que sería más fácil.

Él me cogió una mano y me dijo que le cogiera su cosa, y que la fuera moviendo suavecito. Yo le cogí su pene y me pareció blandito, pero al ir moviéndolo sentía como iba endureciéndose y aumentaba de tamaño, como parándose.

Entonces yo lo solté y me tapé la cara del miedo y la pena por lo que estaba haciendo.

Ese señor se puso más contento y me dijo que estuviera tranquila que eso era normal la primera vez pero que después ya me iba a gustar.

Entonces se me acercó mas a mi cara y me dijo que le abriera la boca, pero yo tenia pena y me tapaba la cara con la mano, pero por debajo de ella vi su pene que le colgaba.

Vea Paola, eso era con la cabeza roja y parecía un chorizo de carne que le colgaba entre un pelero que tenía entre sus piernas, estaba mas parado y a mí me pareció más grande y largo que la primer vez que lo vi.

-Mami, abra la boquita y metase esto suavecito sin ir a morderlo.

Yo respiré fuerte como él me dijo y viendo por debajo de mi mano le abrí un poquito la boca dejándole meter apenas la puntica de su miembro. Era suave y estaba flácido todavía, y él me insistió para que le abriera más y yo cerrando los ojos le abrí un poco mas mi boca, sintiendo que poco a poco entraba su cabeza en mi interior y causándole a él un inmenso placer.

-Mi niña, abra un poquito más y no lo aprete tanto y verá que và a sentir que le va a gustar.

A pesar de que tenía un susto le hice caso y entonces sentí que la cabeza de su pene buscaba penetrar mas en mi boca y entonces cuando él me cogió de mi mentón me puso la mano sobre mi cabeza al sentir que ya tenía la punta de su miembro en la boca.

-Mamacita, chupelo bien que así và a aprender a ser una buena mamona-me decía mientras que él gozaba de la dicha al ser el primero en lograr meterme un miembro en la boca, aunque yo temblaba del susto y me parecía sentir que eso crecía en mi boca.

Después él me dijo que lo estaba apretando un poco, por lo que lo saqué de mi boca y él se puso a masturbarse y después de unos minutos me dijo que le volviera a abrir la boca.

Paola, eso ahora ya estaba mas parado y ya me resultaba más difícil metermelo a la boca porque como era tan grande y yo era todavía una niña apenas me cabía hasta la cabeza de su pene.

El se ponía más contento y me decía que era lo mejor que le habían hecho en su vida, que él era el hombre mas afortunado al ser el primero porque se me notaba la inexperiencia por encima y que estaba dichoso porque era el primero y que yo era virgen, que era lo mas grandioso que le había podido pasar.

Vea, Paola, ese señor me cogía de la cabeza y me la empujaba hacia atrás y hacia delante primero suave y poco a poco fue acelerando su ritmo.

Yo sentía que su miembro le crecía en mi boca y quería sacarlo, y en un momento abrí los ojos y al ver lo que entraba por mis labios casi me vomito: era un pene lleno de venas por todas partes, grueso, peludo y bien caliente, y mi saliva le corría por todo lo larguísimo de su miembro.

Eso era gruesísimo, largote y yo sentía que me llenaba la boca y que no me cabía mas en ella. Estuve así un rato que me pareció infinito. Él gemía, gritaba de la dicha y me empujaba más su miembro dentro de mi boca.

Yo estaba cansada y me incomodaba mantener mi boca abierta y que él me empujara

eso mas y más adentro casi hasta mi garganta, haciéndome que me dieran nauseas y ganas de sacármelo de mi boca pero su fuerza y su excitación no me dejaban.

Yo sentía que eso crecía más y más y que no podía tenerlo mas por lo grueso y largo que se había puesto cuando de pronto sentí que él parecía que él se iba a morir y me dijo:

-Niña, si usted se toma lo que le voy a echar le voy a dar más plata.

Yo no sabía a que sé referìa, por lo que no le entendí lo que me decía.

Paola, eso se puso inmenso de grueso y de largo, y ese señor se quejaba, se reìa, me acariciaba el pelo y me empujaba mas con fuerza mi cabeza hacia delante, metiendo su pene más en mi boca.

De pronto sentí que eso aumentó en tamaño que casi no podía abrir mas mi boca de niña, èl detuvo su movimiento y diò un alarido de felicidad.

Paola, su miembro se puso gruesote, caliente y muy largote y cuando sentí fue que un liquido caliente me llenaba la boca. Era espeso y tibio y entre mas temblaba su miembro más y más le brotaba en el interior de mi boca.

-Tómeselo todo mami, que eso es el mejor manjar que le puede dar un hombre a una mujer-a la vez que apretaba mi cabeza contra su miembro.

Al ratico sentí que le disminuía el tamaño de su pene y que ya no le salía mas de ese liquido, yo me lo tomé un poquito y era tibio, simple y espeso y al sacarme su verga de mi boca vi que era blanco y baboso.

Yo estaba que me vomitaba y me moría de la pena y al verlo de nuevo vi como le baboseaba y colgaba de su punta las gotas de su semen, el mismo que yo me había tomado y que me daba asco.

Después él me dio 40 mil pesos y nos fuimos con Claudia, ella me dijo que no me sintiera mal que la primer vez es así y que ya me iba a acostumbrar, que como era tan niña a los hombres les encantaría y que yo podría ganar mucha plata, pero a mí me diò pena y no volví a verla.

Después a los 19 años lo volví a hacer con un noviecito y ya si me gusta.

Paola, prométame que no le va a decir a nadie ni a mostrarle esta carta a nadie que des- pues le escribo más.

ANDREA

(9,00)