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Disfrutando al máximo del sexo (2 de 3)

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Finalicé mi anterior relato comentando que Roger, el hombre maduro inglés que conocí junto a su esposa en un club de intercambio, y con el que mantuve también una relación sexual, se había puesto en contacto conmigo. La llamada en cuestión era para decirme que en 10 días iban a pasar el fin de semana en su casa de la playa y que estaban montando una pequeña y exclusiva fiesta sexual. Seríamos, si quería apuntarme, no más de seis personas, tres hombres y tres mujeres, todos muy discretos y de absoluta confianza, además de bisexuales, tanto los unos como las otras. Me avisó con bastante antelación para que no hiciera planes si quería venir,  aceptando la invitación casi sin pensarlo.

La espera se me hizo muy larga esos días hasta que llegó el viernes en cuestión. Me monte una excusa del trabajo para engañar a mis amigos y a mi familia para que nadie sospechara nada (tampoco era raro que tuviera que viajar por el trabajo, aunque si los fines de semana). Cuando terminé al mediodía, como todos los viernes, ya tenía la maleta echa de la noche anterior y salí directo del trabajo con destino el chalet de Roger y Eli, sin pasar antes por casa. Cogí el coche, comí un bocata por el camino y en horita y media me plante en la puerta de su chalet. Sabía que llegaban el jueves, así que, nada mas llegar, llamé a la puerta con decisión. No tarde en oír que alguien venía, siendo Eli la que me abrió la puerta. Estaba impresionante, con un bikini rojo que resaltaba su figura, bastante bronceada a pesar de ser inglesa. Me recibió con un abrazo y un besito  en los labios y me invitó a pasar al jardín. Una vez allí, me encontré a Roger con un minúsculo bañador de hombre y a una chica en topless de las que participaría en la orgía, una morena guapisima, de 25 años (aunque eso lo sabría después) de 1,70 con un tipazo de impresión y que se presentó como Ruth. La verdad es que era casi verano y el tiempo era espléndido. Después de los abrazos con Roger y del saludo de rigor con Ruth, Eli me llevó a la habitación donde dejaría la maleta, ya que ninguno tendríamos habitación designada y podríamos dormir con cualquiera y en cualquier cama, aunque eso lo contaría después el anfitrión. Baje de nuevo al jardín y estuvimos hablando un rato los 4. Parece ser que ellos conocieron a Ruth también en un intercambio, pero no en un club, sino por internet. Ella y su ex respondieron a un anuncio de Roger y Eli en el que buscaban una pareja joven para sexo grupal. Sin embargo, y después que fuera ella la que tuviera que acceder a las peticiones de su ex para hacer el intercambio,  este cortó con Ruth. Parece ser  que a ella le gustó bastante la experiencia y quería repetir. Sin embargo, a su ex, en una actitud muy machista, consideró que esas ganas de repetir experiencias de Ruth era señal que tenía una novia muy guarra y eso no lo quería. Por suerte, Eli conservó el teléfono de Ruth y mantenían el contacto para sus encuentros.

Después de las presentaciones mutuas, Roger nos informó de varias cosas: primero, que faltaba por llegar un matrimonio algo “especial”, que eran Jesús y Odalys (estos nombres si son reales). Según nos contaron, él era un hombre maduro, empresario también bastante rico, de unos 50 años, divorciado de una primera esposa, algo gordito y muy gracioso. Lo conocieron, como a mi, en un club de intercambio junto a su actual mujer. Él era completamente bisexual, le gustaba de todo en el sexo y no ponía ninguna barrera. Por su parte, Odalys era una mujer de origen cubano. Era bastante mas joven que él ya que tenía 29 años. La que conoció en un viaje de placer a Cuba y se la trajo para España. La verdad es que cuando la vi entrar, entendí perfectamente por qué se la trajo...era una mujer mulata de impresión, muy guapa (la verdad es que las 2 chicas que invitaron, sin desmerecer para nada a Eli, estaban impresionantes ambas). Dijeron que serían los últimos en llegar debido al trabajo de Jesús, y que estarían allí para antes de la cena. La segunda cosa de nos dijo fueron las “reglas del juego”. Allí nos contaron todas las cosas que teníamos que saber de este tipo de fiestas, resaltando que nadie estaba obligado a hacer nada que no quisiera, que se tenía que tener un gran respeto a los demás y que la intención era divertirse el fin de semana. Todos disponíamos de toda la casa a nuestro gusto, pudiendo ir desnudos todo el rato si así nos apetecía. Allí estaríamos desde el viernes por la noche hasta el domingo a las 6, ya que todos teníamos que volver a casa, sobretodo los ingleses.

Así pues, estuvimos todas la tarde hablando hasta que, sobre las 8 pm, llamaron a la puerta y eran los que faltaban. Después de las presentaciones y viendo que ya estábamos todos, Roger empezó a preparar la barbacoa para cenar en el jardín. Estuvimos hablando todos y contando historietas varias, sobretodo Jesús, que no era un hombre muy guapo pero si que era muy divertido y se estaba muy a gusto con él. Pero yo, sobretodo, hice buenas migas con Ruth, la cual me propuse que fuera mi primer “presa” en la casa.

Sin más dilación, cuando estuvo todo preparado, nos pusimos a cenar. Estuvo todo muy bueno, desde la comida a los vinos que nos tomamos. Entre 6 personas volaron 4 botellas de buen vino y el ambiente entre nosotros cada vez era más distendido. Después de cenar y recogerlo todo, sacaron bebida alcohólica para que pudiéramos hacernos varias copas, y ahí fue cuando la situación se empezó a calentar.

Yo me quede besándome en una tumbona con Ruth. Decidí arrodillarme delante de la de ella, le subí el vestidito que llevaba y le quite el tanguita que se había puesto cuando nos cambiamos para cenar. Iba a comerle el coño, pero antes mire a mi alrededor para ver la situación. Así pues, vi que Roger y Jesús estaban hablando sentados aún en las sillas de la mesa y las otras dos mujeres las perdí de vista. Empecé con mi faena, comiéndole el coñito a Ruth y también jugando con mis deditos dentro de ella. Al rato, Ruth me reclamó el turno y me pidió comerme la polla. Yo me levante, me bajé los pantalones y me puse delante de ella. Ruth se sentó al borde de la tumbona, se metió mi polla en la boca y empezó a hacerme una gran mamada. En esa posición, pude ver como Roger estaba sentado en una silla, con los pantalones bajados y con Jesús arrodillado delante de él comiéndole la polla. Esa imagen me excitó sobremanera, así que decidí follarme ya a Ruth. Hice que se recostara en la tumbona, me puse encima de ella, le abrí bien las piernas y empecé a metersela por el coñito. Le entro sin apenas dificultad, pero la posición en la pentetraba era bastante incomoda, así que decidimos cambiar. Me volví a poner de pie delante de la tumbona y le dije que se pusiera de perrito delante de mi ofreciéndome su trasero. Esa posición era mucho más cómoda que la anterior, así que la agarre bien de las caderas y empecé a follarla muy duro, cosa que pareció exitarla mucho. Giré la mirada hacia los dos hombres y pude ver como Roger seguía sentado en la silla, pero esta vez Jesús se había desnudado y se sentaba encima de la polla de inglés, enculándose el solito. Viendo eso, decidí probar también el culito de Ruth, así que me chupe un dedo y empecé a metérselo por detrás a mi chica, la cual, lejos de asustarse, me pidió que la enculara. No lo pensé dos veces, situé mi polla en su culo y empecé a empujar. Costó que entrara al principio y le dolió un poquito, pero su ano fue cediendo y la follada cada vez se hacía mas intensa. No aguanté mucho más, le dije que me iba a correr y me pidió que lo hiciera en su boca. Se la saqué con rapidez, la gire y me corrí en su cara como me pidió. En el otro lado, Jesús volvía a estar arrodillado delante de Roger, comiéndole la polla hasta que este se derramo en su boca, tragándose toda la leche.

Después de acabar ambos polvos, nosotros nos levantamos, nos dimos un beso y nos separamos. Ruth se fue al baño a asearse un poco, y yo me dirigí a la mesa al tomarme una copa. Roger también se había levantado y entrado en la casa, mientras que Jesús estaba tumbado en el césped del jardín. Miré por la puerta corredera del jardín, que daba al salón, y vi sentadas a Eli y Odalys, las cuales también habían tenido su sesión de sexo, que ahora hablaban con Roger. Me puse mi copa y decidí sentarme junto a Jesús, pues la noche invitaba a eso. Empezamos a hablar de cosas muy banales, el buen clima que teníamos, a ver si acompañaba todo el finde, etc... pero, poco a poco, como no, la conversación se fue hacia el sexo. Jesús me preguntó por mis gustos, y yo le respondí que me gustaban las mujeres, pero que, de vez en cuando, también me gusta follar con tíos. Jesús no vaciló un segundo y tumbado en el césped como estaba, se agarró la polla me dijo:

―Pues aquí tienes uno para ti.

La verdad es que él no era muy guapo, como ya he dicho, pero si calzaba un buen instrumento y la situación me era muy morbosa y excitante. Así que no lo dude, dejé mi vaso en el suelo, me arrodillé delante de él y empecé a chupársela. En esa posición, noté como con su mano buscaba mi culo y como empezó a jugar con mi ano. Mientras yo se la mamaba, él me iba metiendo los dedos, lo cual me daba una sensación de placer brutal. De repente dijo:

―Espera chico, que no quiero correrme ya sin probar este culito.

Me la saco de la boca y me dijo que me fuera sentando encima de su polla de espaldas a él. Era la primera vez que probaba esa postura, pero estaba dispuesto a todo y no lo dude. Me puse en cuclillas delante de su polla, se la cogí y la llevé hasta la entrada de mi culo. Me fui sentando poco a poco, notando al principio un dolor muy fuerte, más que nunca hasta el momento, pero aguante como pude y, poco a poco, me fui ensartando yo solo hasta tenerla toda dentro. Estuve un rato quieto hasta acomodarla dentro de mi y, muy lentamente, fui moviéndome arriba y abajo .Apoye mis manos al lado de su cuerpo para estar mas cómodo y empecé a moverme con mas velocidad,  dándome yo mismo una cogida increíble.

―Vaya cariño, veo que no pierdes el tiempo.

Era Odalys, que había salido a ver como estaba su marido y nos pilló en esa postura. Jesús dio una carcajada y le dijo a su mujer que perder el tiempo es de tontos pudiendo tener sexo tan bueno como el que estaba teniendo. Entonces Odalys se arrodilló delante de mi, me cogió la polla, la cual estaba bastante dura y se movía arriba y abajo sin control, me guiñó un ojo y se la metió en la boca. En ese momento yo estaba en una nube. Me estaban follando le culo mientras una mujer preciosa me hacía una mamada tremenda. Estaba a punto de correrme cuando Jesús me dijo:

―Espera chico, cambiemos de postura que ahora me toca moverme a mi.

Así que, nos separamos los tres, hizo que me pusiera a cuatro patas y me la volvió a meter desde atrás. Odalys no perdió el tiempo y se puso abierta de piernas delante de mi, ofreciéndome su coñito, el cual no rehusé y, mientras Jesús me enculaba, yo le comía el coño a su mujer. Mis gemidos se perdían entre las piernas de Odalys, la cual estaba disfrutando mucho de la situación. De repente, noté como mi follador se tensaba y se derramaba dentro de mí, llenando el culo de leche. Jesús me saco la polla y se tumbo de nuevo en el suelo agotado. Yo me quede a cuatro patas con mi cabeza entre las piernas de Odalys, la cual me hizo una última petición.

―Papi, creo que ahora es el turno de que me cojan a mi. ¿o me vas a dejar a medias?

Ante semejante petición, y aprovechando que tenía la polla totalmente empalmada, le abrí bien las piernas, me situé encima de ella y se la metí de golpe. La verdad es que no aguanté mucho, pero si fue un polvo muy intenso, moviéndome como un animal y haciendo que Odalys gritara de auténtico placer, hasta que no pude más y me corrí dentro de ella.

―Gracias papi, ya repetiremos.- Seguro que si- dije yo.

Nos dimos un beso, me levanté y me fui hacia el baño a asearme un poquito, despidiéndome hasta mañana de ellos. Odalys se tumbo junto a su marido y ambos también me dieron las buenas noches. Yo entré en el baño, me pegue una duchita rapida y me dirigí a alguna de las habitaciones. Al subir las escaleras, oí gemidos que provenían de una habitación. La puerta estaba abierta y pude ver como Ruth, Roger y Eli estaban follando los tres. Roger estaba tumbado boca arriba con las piernas abiertas, haciendo un 69 con Ruth, mientras que Eli, la cual llevaba puesto un arnés con una polla de goma bastante grande, se follaba a su marido sin ningún miramiento.

La verdad es que la imagen era muy excitante, pero estaba reventado de los polvos que había pegado y de levantarme pronto para trabajar. Así que entre una habitación al azar, cerré la puerta, me tumbé encima de la cama y me dormí enseguida. Dormí como un lirón y desperté aún mejor. Notaba una extraña pero placentera sensación por la mañana. Cuando abrí los ojos, Ruth estaba arrodillada en mi cama y regalandome una mamada de “buenos días”. Ella levantó la mirada, vio que estaba despierto y me saludo:

―Hola, buenos días dormilón. – Buenos días. – acerté yo a decir.

Dicho esto, prosiguió con su mamada, subió hasta darme un beso mientras continuaba pajeándome, hasta que me corrí en su mano y en mi abdomen. Seguimos besándonos hasta que decidimos parar, nos duchamos y bajamos a desayunar con los demás. Teníamos todo un día por delante y tenía curiosidad de a  ver como continuaba la cosa, pero eso ya lo contaré en otro relato.

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