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Sin tu amor, me acostumbre a seguir perdiendo (3 de 5)

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Ese mensaje me dejo fría de pies a cabeza, quien era capaz de escribirme de esa manera, quien seria tan ruin de dañar mi felicidad un día antes de mi boda, sentí miedo, intente devolver la llamada para saber quien había sido el chistoso o chistosa, pero el numero reportaba como fuera de servicio, quien fuera el del mensaje sabia lo que hacia y yo no me iba a quedar con la duda; si fue capaz de escribir un mensaje no Seria capaz de dar la cara, así que es una persona que no me conocía, no en persona, así que llegue un poco mas temprano de la hora citada, me ubique en la esquina del bar; para evitar ser reconocía por algún funcionario ya que este bar era al que solíamos ir Marcela y yo hace dos meses atrás solo que por alguna razón Marcela no quería volver allí; a pesar que en sus vacaciones le rogué que volviéramos para tomar algo, y cambiar de ambiente, pero ella solo dijo que no quería que le daba pereza y negó rotundamente salir de la casa. Espere 30 minutos exactos cuando entro una mujer muy hermosa, jamás la había visto por ese bar y detrás iba Marcela, el corazón se me quería salir, no podía entender que hacia Marcela junto a esa mujer, en ese bar, era cierto y la persona que escribió y envío ese mensaje sabia lo que decía, esa era mi verdad, no quise moverme de mi silla; pedí otro jugo natural, al principio discutían, luego la mujer que acompañaba a Marcela empezó a acariciarla, Marcela se dejaba como si fuera yo quien estuviera enfrente de ella, empezó a besarle la mejillas y luego se acerco a su boca, Marcela intento rechazarla en un inicio pero, al final cedió ante el beso, mis ojos se nublaron por completo tanto asi que el mesero pregunto si me encontraba bien, con señas le hice saber que no pasaba nada, solo que mi corazón y mi confianza se habían roto para siempre, mil preguntas atravesaban mi cabeza, los recuerdos las escenas, mis esfuerzos nada valían, ay estaba ella la mujer con la que en unas horas me iba a casar “para siempre” en brazos de otra, parecía como si fueran novias de hace tiempo, tiempo??? cuanto tiempo???.

Por que??? Deje salir el aliento de mi pecho, me levante y me fui al baño no sin antes  pedir una copa de vino el mas costoso del bar, en el baño me lave la cara que se encontraba completamente descompuesta, me maquille nuevamente quite el abrigo que me cubría al igual que la boina que me había puesto, arregle mi cabello, y salí una ves que vi que estaba nuevamente puesta en mis cabales, me dirigí a la barra pague la cuenta y cogi la copa de vino en mis manos, me dirigí a la mesa.

―Buenas Tardes señoritas. Las dos miraron hacia mi Marcela quedo completamente descolocada no musito palabra alguna, solo no entendía que hacia yo en ese lugar.

―Buenas tardes respondió la mujer que le acompañaba

―Acercando la copa de vino en la mesa, mi boca dibujo una pequeña sonrisa, Cortesía de la Casa. Me retire de la mesa y salí apresuradamente.

********

Viví ha estado muy enferma estos días, he tratado de terminar todo lo que tengo hasta el día de hoy. Si sigo en este ritmo lograre terminar  todo.

―¡¡¡Maldición!!! ¿ y ahora que? Julián me informa que un nuevo cliente viene ha pedir nuestros servicios, hazle seguir por favor la atenderé yo ya que Manuel no se encuentra, la persona toco suavemente la puerta y le indique que siguiera

―Buenas tardes; era una mujer y esa vos era demasiado conocida para mi

―Laura? Tu que haces aquí?

―Hola mi amor, no crees que seria la forma mas adecuada de saludarme?

―No, que quieres y que haces aquí como supiste que…..

―Marce por dios, princesa te creí mas astuta,  una abogada con tanto prestigio,  es fácil de encontrar mas en internet.

―Por favor vete. Le dije señalándole la puerta

―Claro princesa me iré, a tu casa a ver a Viviana y contarle todo, que se sentirá, saber la verdad de todo un día antes de la boda? Decía mientras se dirigía hacia la puerta como se lo había indicado.

―Corrí rápidamente a detenerla, esta bien que quieres Laura hizo una mueca de haber ganado la batalla pero no la guerra

―Mañana en el café a las 6:00 PM, ve muy sexi por que pienso hacerte el amor hasta en el propio bar si se me antoja. Me dio un beso en la boca cosa que desaprobé limpiándome el labial que había dejado.

Esa noche a pesar de haberle prometido a Viví que estaría con ella, tuve que decirle que debía terminar, unos avances sobre unas demandas de alimentos. Al otro día me levante muy temprano salí para la oficina y empecé a pensar que podría hacer para que laura no encontrara, a Viviana por lo menos no hasta que saliéramos del país, pero no se me ocurrió nada mas que darle contentillo en el momento de vernos en bar y procurar dejar todo para otro día no quería estar con ella, no la deseaba, finalmente me había dado cuenta que amaba a Viviana y a pesar de mi error con laura deseaba vivir tranquila junto a esa hermosa mujer que pronto seria mi esposa. Llegaron las 5:00 PM y debí salir al encuentro con laura. A pesar de lo que me había pedido no había hecho mucho esfuerzo en arreglarme. Ay estaba puntual, me saludo de beso en la boca, pero no le correspondí, amenazo con que mi comportamiento seria evaluado, sabia donde vivía así que no le seria difícil, ir a hablar un par de asuntos con Viviana, así que accedí, bastante incomoda ante su presencia tuve que corresponder sus besos y sus caricias, de repente una voz muy amena nos saludo y ofreció una copa de vino, cuando subí mi mirada, vi la mirada oscura y fría de Viviana. No podía comprender que hacia en ese bar, pero mi respuesta no estuvo muy lejos tenia un nombre propio, Laura, me quede inmóvil ante la escena en la cual Viviana ponía la copa de vino en la mesa y salía rápidamente del bar, laura no necesito mas que la escena para darse cuenta que lo había logrado, y yo después de recuperar el aire logre ver la argolla de compromiso al fondo de la copa de vino, salí corriendo escuchando a lo lejos a Laura.

―Marcela, vuelve aquí! A donde diablos te vas, déjala la ir ella no te ama. Marcela vuelve, vuelve por favor!!!

Salí del bar y hay estaba Viviana inmóvil como tratando de ordenar sus ideas

―amor por favor no es lo que piensas, por favor déjame explicarte. Yo Te Amo Viviana escúchame por favor. Su mirada la tenia clavada en mi, pero era negra, fría, desolada, sus ojos se nublaron en minutos salían lagrimas, no dijo palabra laguna y salio corriendo.

salí tras ella empezó a correr, rápidamente acelerando su ritmo,  cruzo la calle, pero no se dio cuenta del carro que venia a gran velocidad la cual la envistió, de frente levantándola por los aires, dando una vuelta en el aire cayo en el asfalto, vi. su cuerpo lleno de sangre y mi miedo de perderle me inundo el alma, era mi culpa, yo le había puesto en esta situación, la gente gritaba.

―ayúdenme, por favor alguien llame una ambulancia; por favor no la dejen morir, ayúdenme. Ayúdenme.

Las lagrimas no dejaba de recorrer mi cara, la ambulancia llego en minutos la subieron en ella y la llevaron al hospital, durante mas de ocho horas no me dieron razón de cómo se encontraba ella, mi agonía crecía una hora mas, una hora en la que no sabría si volvería a vivir.

Al siguiente día, en ves de ser el mas feliz de mi vida, fue el mas triste, la boda se tuvo que cancelar, la noticia impacto mucho a Sebastian que no sabia que era lo que había sucedido en verdad, ver a esa criatura llorar por que su madre se debatía entre la vida y la muerte, hizo que me sintiera el ser mas miserable, preferiría cambiar mi vida por ella, la única mujer que me entrego todo de si, todo cuanto pudo y le fue posible.

Salio el doctor para darnos el pronostico de Viviana, las noticias no eran alentadoras el golpe fue tan severo que había fracturado unas costillas y al parecer comprometido algunos disco de la columna vertebral, podría ser que quedara cuadraplejica o invalida de piernas. Su cuello tenia una fractura la cual hizo, que se le pusiera cuello ortopédico, tenia muchos hematomas por lo que no podían decir con certeza que órganos mas se habían comprometido, solo se sabría en el momento de despertar.

―me permite un momento Marcela? Lo siento mucho pero Viviana se encuentra en Coma, los ventiladores que se encuentran conectados a ella son los que la hacen respirar, lo siento mucho pero no hay muchas esp eranzas de vida para ella es una mujer muy joven pero no podemos hacer nada mas por ella.

―Gracias doctor.

Intente que Sebastian no se diera cuenta de la noticia del doctor, seria terminar toda ilusión de que su madre despertara y volviera a jugar con el, hacerle el desayuno como tanto le gustaba, el que le ayudara con sus tareas y el poder escuchar su dulce voz diciéndole que lo amaba como nadie en el mundo y que era el regalo que dios le otorgo, por el que lucho contra viento y marea por verle feliz y crecer a su lado.

De ese día en adelante no tuve descanso alguno, estaba día y noche junto a Viviana, pasaron los meses y en algunos momentos la condición de Viviana, mejoraba como en otros empeoraba por completo, a la negativa mía, de Sebastian y de el papa de ella, por la opción de desconectarla el hospital la cambio a un cuarto alejado de todos los pacientes para que su condición pudiera mejorar, Sebas la visitaba todos los días una hora, el hospital accedió a dejar entrar al niño que no cumplía la edad necesaria, otorgándole un permiso especial debido a la condición de su madre, el siempre le contaba de cómo iba en su colegio, decía que a pesar que dormía como un bebe recién nacido, ella le escuchaba y sabia que eso algún día la haría recuperar su conciencia.

Yo me quedaba todas las noche junto a Viviana esperando que una de tantas que pase junto a esa cama de hospital despertara de su coma.  No hubo noche alguna en la que al tratar de dormir no dejara de ver las escenas donde Viviana salía volando por los aires después de haber sido embestida por el carro, veía su rostro una lagrima que recién salía de sus ojos y su cuerpo tirado en el asfalto, siempre despertaba asustada pensando que era una pesadilla y allí estaba ella conectada a ese ventilador día y noche sin despertar.

―Marcela? Dime cariño

―crees que mama algún día despierte

―Claro que si Sebas, ella es una mujer muy fuerte y jamás se rendirá por luchar contra su vida además tiene un hijo estupendo por el cual luchar.

―Tengo miedo sabes. Dijo mirándome con una cara aterrorizada.

―Por que?

―Por que temo que mama no despierte. Cayeron de sus ojos dos lagrimas. No le dije que la amaba lo suficiente  y si no despierta no podré decir nunca mas que la amo.

―No te preocupes, ya veras que pronto despertara. Le dije abrazándolo fuertemente. Evitando que sintiera tan siquiera un atisbó de incredibilidad en mis palabras.

Los siguiente 10 meses pasaron iguales y ella aun no despertaba, mi agonía se hacia mas latente, Viviana en este tiempo había tenido algunas mejorías sus fracturas habían sanado en casi toda su totalidad, pero no daba señal de despertar de su coma. Pronto seria el cumpleaños de Sebastian y tuvimos que pedir un permiso especial para que en la habitación de Viviana, dejaran entrar a los familiares mas allegados, se ya que el deseo de Sebastian era celebrarlos junto a su mama, todo estuvo un muy conmovedor pues Sebastian no se separo de su madre un solo minuto, soplo las velas y algunos dieron unos regalos que el niño había pedido antes del accidente pero nada sirvió para dibujar una sonrisa en su rostro aunque hacia un esfuerzo sobre humano para no hacer sentir mal a sus familiares llego el momento de partir la torta y apagar la velas,  cogiendo la mano de su mama, soplo las velas con gran esfuerzo antes de que de sus ojos, salieran unas cuantas lagrimas.

―Sebas? dijo su abuelo cuéntale a tu madre que deseo has pedido? El mirando a Viviana con sus ojos empañados dijo con vos entre cortada.

―Mami!! Tomo aire para no romper en llanto, mi deseo es que despiertes pronto. No aguanto mas y rompió en llanto, abrazo a su mama, Te amo mami. Te amo.

Todos al ver la tristeza de Sebastian intentamos no romper en llanto pero fue imposible de los ojos de cada uno de los invitados cayeron unas lagrimas al ver una escena tan triste, fue muy difícil calmar a Sebastian, pero al final de tanta tristeza, quedo profundamente dormido.

Los meses siguieron pasando, mi vida se había vuelto un caos, Vivi no despertaba, Sebastian para ese entonces no vivía en la casa,  su abuelo se lo había llevado a vivir con el ya que hasta que viví no despertara, el no tendría nada que hacer en mi casa según palabras textuales de él, Me sentía sola, los dos amores mas grandes de mi vida, los que habían llenado mi vida de felicidad, de aventuras, de amor, de cosas nunca antes vividas por mi parte se encontraban tan lejos de mi, y los dos por mi culpa, por mi maldita culpa.  Mirar a Viviana así me daba tanta melancolía, de ahí en adelante no puede volver a besarla, ni verla reír, ni escucharle hablar, solo tenia en mi mente su mirada fría, oscura, hoy cumplía un año de haber quedado en coma, hoy hace un año vi como la mujer que tanto me amo, Moria lentamente en mis brazos y por mi culpa.

―Viví, le dije acercándome a su cama y tomando su mano derecha, amor perdóname, por el daño que te hice, se que has escuchado esto cientos de veces, noche tras noche, pero es de corazón, mi vida no tiene sentido desde que tu estas en asi, solo trato de pensar que esto no es real que estas en nuestra casa, feliz como siempre, viviendo junto a mi, sin problemas solo los tres. Lo siento tanto mi vida, por favor despierta, te lo suplico, por favor perdóname. No pude evitar romper en llanto de mi impotencia por no poder cambiar mi vida por la de ella.

―Por que lloras?... Acaso alguien a muerto?

―Viví? Estas despierta.

―Donde estoy?

―Por dios, que felicidad Vivi, no lo puedo creer, tengo que llamar a Sebastian

―Quien es Sebastian??

―Que? No sabes quien es Sebastian? Se quedo pensando como buscando ubicar su nombre.

―No, tendría por que? Quien eres tu? Y que hago aquí? Por que llorabas? Tu sabes quien soy yo?

Tantas preguntas inundaron mi mente, Viviana había despertado era un milagro, pero no recordaba nada, no recordaba a su hijo, no me recordaba a mi, empezó a desesperarse así que tuve que llamar a las enfermeras, que al igual que yo quedaron perplejas ante el despertar de Viviana. Tuvieron que darle tranquilizantes y evaluar nuevamente su estado al parecer su cuerpo se encontraba bien, pero su amnesia no podrían dictaminar si era temporal o permanente, llamaron a sus familiares y en menos de nada familiares, amigos, todos aquellos allegados a nosotros se encontraban en la sala de espera, sin embargo antes de dejarlos entrar tuvimos que explicarle la situación a cada uno de ellos sobre la amnesia de Viviana, y luego a ella, quien poco a poco se fue familiarizando con los rostros para poder saber quien era ella. Cuando llego el turno de Sebastian, estaba muy nervios y feliz al mismo tiempo, no sabia que decirle  ni como reaccionaria ella, solo sabia que estaba viva, que su deseo se había cumplido y que ahora podría disfrutar de ella por mucho tiempo mas.

Un mes después los médicos dictaminaron que Viviana estaba lista para volver a la sociedad, de igual manera los cambios en la casa se hicieron notar, tuve que sacar todos mis objetos personales, ropa, fotos todo aquello que pudiera desencadenar algún recuerdo en la mente de ella, ya que si no se realizaba de manera adecuada, podría crear en ella un shock muy severo, a pesar de que para mi era una alegría verla viva, escuchar su vos su risa nuevamente, era la prueba mas dura que tenia que pasar después del coma, pues no podía acercarme a ella en lo mas mínimo, solo podía ver le dormir sin que se diera cuenta que la husmeaba, de hay en adelante solo me tuve que quedar como la mejor amiga de ella, aquella que le acompaño en todos sus momentos, felices o tristes siempre estuve allí para ella. Al inicio el saber que no recordaba nada, me indujo a pensar que podría estar a su lado desde cero omitiendo la falta tan grave que había cometido, dañando por completo nuestra relación, pero el doctor me saco de mis nuevas expectativas, indicándome que cualquier cosa que retornara a su normalidad podría desatar los recuerdos antiguos y que de ser el procedimiento inicial, se debía tener mucha precaución por que de no hacerse de una manera pausada los daños colaterales podrían ser irreversibles.

Después de instalarle nuevamente en la casa con todo arreglado, inicie mi rutina de trabajo normal, llegaba temprano a la casa para saber  como se encontraban Sebastian y Viviana.

―Hola Marcela, como te fue hoy en tu trabajo

―Bien y tu? que tal estuvo tu día

―Bien pero tuve muchas pesadillas el día de hoy

―Pesadillas?

―Si algo referente a un carro que me golpea muy fuerte y una mujer que grita mi nombre, tratando de pedir ayuda.

―Y no se te hace familiar? Dije un poco preocupada pues eran las imágenes del accidente, esto podría decir que se encontraba recuperando su conciencia mental

―No, solo que me da mucho miedo esas imágenes.

―Mmmm… no te preocupes ya pasaran y Sebastian donde esta?

―Pues decidió quedarse con su abuelo hoy, dijo que tenia algunas cosas en su casa que iría por ellas y el lunes por la tarde estaría aquí nuevamente, eso si casi no se separa de mi, creo que todo lo que me paso le afecto mucho.

―Si tienes razón, quieres algo de comer?

―Si, pero…

―No te preocupes pido algo a domicilio y solucionamos la situación

Desde hace unas semanas era la primera ves que ella y yo estábamos a solas, sin problemas, pero sin poder acercarme a decirle que la amaba y que quería tenerla en mis brazos para siempre, besarla y hacerla mía como antes, con amor ternura, con tranquilidad como si la vida nos hubiese dado una segunda oportunidad

―mmm  que rico esto sabe muy bien.

―Si, es tu plato preferido me quede mirándole como detallando cada gesto, que realizaba

―Que me miras. Tengo algo en la cara, (dijo tomando una servilleta y pasándola por toda su cara)

―No, solo que…

―Que?

―Me alegra mucho tenerte de nuevo en casa. Me acerque a ella mirándola a los ojos, estaban perdidos como si miraran un punto fijo. Le bese su mejilla y me retire a la cocina con un gran punzón en el pecho había estado a punto de besarla, pero su mirada me hizo aterrizar en mi nueva realidad.

Lave los cubiertos y los vasos de las bebidas, eran  las 9:00 PM decidimos irnos a dormir, se despidió de mi dandome un beso en la mejilla y se dirigió a su cuarto, trate de dormir pero la imagen de la sala no se apartaba de mi mente solo la veía a ella, tratando de saber que pretendía mientras me acercaba a ella, así estuve por mas de dos horas hasta que abrieron la puerta.

―Estas dormida, Marcela?

―No, sigue aun no he podido dormir, estoy un poco inquieta.

―Puedo dormir contigo, es que sigo con mi pesadilla y tengo miedo de dormir sola.

―Claro dale, aquí cabemos las dos si quieres trae tu almohada

―Vale

Se recostó en la cama, curiosamente en el lugar que siempre dormía, se acomodo dándome la espalda, su aroma era penetrante, tanto que si no había podido dormir antes recordando la escena de la sala ahora si seria completamente imposible, estaba a menos de  30 cm de distancia, la escuchaba respirar pero no por un ventilador artificial si no por si misma, su calor, su aroma me tenían completamente extasiada, no sabia cuanto tiempo podría aguantar tenerla tan cerca, sin poder demostrarle que me moría por que olvidaríamos todo lo sucedido y siguiéramos adelante, durante dos horas, le estuve admirando, dormir, se veía hermosa, tranquila, feliz con su vida, la que ahora llevaba, después de dos horas luchando contra mis sentimientos, logre quedar profunda, con lo que no contaba es que al estar dormida, inconcientemente pudiera buscarla, su cuerpo, su calor, nos despertamos al tiempo y cuando me vi estaba abrazada a ella, mis manos estaban bajo su blusa, tocando su abdomen y mi cara en su cuello, no te que le disgusto, cuando se sobre salto por la intromisión de mis manos se levanto cuidadosamente no se había dado cuenta de que me encontraba despierta.

―lo siento, no fue mi intención solo que te confundí con…

―Tu novio imagino. No te preocupes solo me pareció extraño y ya.

―Si lo se perdona.

―No la culpa es mía fui yo la que me metí en tu cuarto.

Que tonta, la verdad que me bloquee por completo al verme en esa situación, pero si de algo estaba segura era que ella no sentía nada por mi, su tensión corporal me confirmaba mis pensamientos. Finalmente se ducho, se baño y salio de la casa, no me dijo hacia donde, creo que su molestia por lo sucedido fue bastante salio sin siquiera despedirse, yo por mi parte no había salido de mi cuarto, pues no quería verle no hasta que supiera que decirle que le convenciera por completo.

********************

cuando me sentí abrazada por Marcela me pareció muy extraño, parecía que no le molestaba para nada, mas que estar confundida, la vi nerviosa como si ocultase algo, no quise dar explicaciones para donde iba y menos despedirme realmente creí que seria mejor así. Igual hoy iría a ver la agencia de lenguas para poder iniciar mis clase de mandarin, el doctor dijo que seria bueno que empezara a ejercitar mi mente así que decidí irme por algo que me interesaba como lo era este idioma. Esperaba recuperar la memoria por completo, saber que fue lo que sucedió, conmigo y el por que de mi accidente pero por ahora la casa y las fotos no eran de mucha ayuda.

―Buenas Tardes Señorita, en que le podemos colaborar.

―Que tal soy Viviana Guerreo me encuentro interesada en las clases de mandarin

―Si claro siga por aquí, le mostrare nuestras instalaciones y cuerpo docentes

Era precioso, era un lugar tranquilo , pequeño, los profesores bueno habían unos que eran muy entrados en edad  y unos muy jóvenes pero quien dictaba esa clase aun no había llegado así que estaría a la expectativa. Una ves pagadas las clases, me informaron cual seria mi salón y desde luego que el docente había llegado así que en unos minutos estaría conmigo en nuestra primera clase.

―Buenas tardes

―Buenas tardes, vengo para la clase de mandarin pero el docente aun no llega (la mujer que estaba en frente mío dibujo una sonrisa en su rostro)

―Igual que tu vengo para las clases de mandarin (seguía sonriendo como si hubiesen contado un chiste o algo por el estilo)

―Cuando me mostraron las instalaciones me dijeron que las clases serian personales. Dije en tono de molestia ya que no entendía la situación

―Si,  por supuesto que son personales, yo soy tu profesora.

―Lo siento es que no pensé que fuera una mujer

―Así que eres machista

―No para nada, o bueno no lo se no recuerdo eso. Dije tratando de evocar algún recuerdo, mientras ella seguía divertida con mi situación.

―No lo recuerdas. Mas que tono de pregunta fue de incredibilidad

―Si, perdí la memoria en un accidente o algo asi. Y por fin dejo la sonrisa que tanto me incomodaba.

―Lo siento, no fue mi intención molestarte, mis amigas dicen que suelo ser bastante alegre y no me doy cuenta fácilmente de la situación de las demás personas. Mi nombre es Sara de ahora en adelante seré tu profesora, y tu?

―Viviana.

Termino de parlotear, era una mujer bastante habladora y realmente muy alegre, al inicio me molesto su actitud, pero después solo hacia que cada minuto de mi vida fuera un poco mas feliz y ameno. Así estuvimos por 5 horas con descansos y demás, la verdad es que la clase se torno tan divertida que no nos dimos cuenta que la otra estudiante llevaba mas de 15 minutos en la puerta tratando de tomar su clase, cuando salí del salón me di cuenta como la mujer que esperaba su clase me miraba detalladamente como tratando de grabarme en su memoria, la verdad no hice mucho caso a su mirada y su forma de actuar, ya que todo debía ser por el hecho de haberle robado tiempo de sus lecciones. Llegue a casa Marcela se encontraba en su cuarto, yo por mi parte me sentí muy cansada por las clases que me mantuvieron ocupada la gran parte del día, me recosté en mi cama y salí a la siguiente mañana, por fortuna mía no tuve ninguna pesadilla esa noche, así que pude dormir en mi cama sin mayor inconveniente, después de todo la clases empezaban a gustarme mas y me entretenía mucho con Sara. Hoy había llegado una hora mas temprano que ayer para mi clase, la verdad lo había hecho para salír lo mas rápido de mi casa y evitar alguna conversación incomoda, por ahora me dirigía al salón de los libros tal ves allí pudiera encontrar algo que me ayudase a ver la forma de escritura de otros idiomas o algunas otras cosas interesantes que ayudaran a mi mente a recobrarse por completo.

―Buenos días Viviana como estas el día de hoy?

―Bien. Dije volteando de un solo brinco pues no pensaba encontrar a Sara en el instituto tan temprano

―Te han gustado mis clases por lo que veo, ahora hasta llegas una hora mas temprano o será mas bien que buscas algo diferente? No comprendí su pregunta, pero su tono insinuaba que algo diferente pasaba conmigo e intuí que se había dado cuenta que huía de algo o de alguien.

―Si, dije sonriendo, la verdad salí temprano de mi casa evitando discusiones o conversaciones incomodas y tu tienes alguna clase antes de la nuestra

―No, pero debía arreglar algunas cosas de la clase de hoy así que decidí venir un poco mas temprano, hoy estoy plenamente disponible para ti. Sonrío con un brillo extraño en sus ojos y su mirada fija en mi. Yo por mi parte sonreí en forma de cortesía sin comprender sus palabras.

Como aun faltaba para poder ingresar al salón y la recepcionista tenia la llave, Sara me invito a un tomar algo en una cafetería a unas cuadras del instituto allí empezó a cuestionarme sobre mi vida personal, si era casada o no? Si tenia pareja? No se por que sonrío cuando le dije que los hombres eran unos desgraciados por completo, pues el que su ponía casarse conmigo jamás me vino a visitar por lo menos cuando recupere conciencia o eso decía Marcela, además de interrogar mas sobre mi accidente pero la verdad no pude decir nada pues en mi mente no tenia recuerdo alguno de ese día o semana, después le dije que tenia un hijo al cual me encontraba adaptándome, pues era complejo reconocerlo y acostumbrarme a el y las responsabilidades y demás, realmente ella solo hablabla para preguntar, yo por mi parte trataba de dar un buen detalle de los sucesos lo que pudiera llegar a mi cabeza, las horas pasaron y cuando nos dimos cuenta ya estábamos retrazadas en una hora y media de la clase, así que Sara pago lo que habíamos consumido y salimos al instituto, allí duramos alrededor de cuatro horas con las explicaciones de escritura y lectura del idioma, hasta la hora del almuerzo, yo decidí tomar la delantera y invite a Sara almorzar, y esta había sido la hora de confesión de Sara así decidió decirle ya que me había cogido a interrogatorio en la mañana.

Sara inicio con su relato de vida, desde muy pequeña he sido una mujer muy terca, jamás me he seguido por los lineamientos de la sociedad, realmente he sido como mi madre me dice una niña rebelde, soy la menor de cuatro hermanos dos hombre y dos mujeres, siempre he sido independiente y desde que termine mi bachillerato, salí del país como mochilera llegando a conocer diferentes países de latino America, chile, brasil, Perú, ecuador pero realmente me radique en argentina allí viví 5 años, conocí al que creí el amor de mi vida, pero las cosas terminaron por decisión mutua, no hubo lloriqueo ni peleas, simplemente el amor se acabo de parte y parte, cada quien Eligio su camino, yo volví para Colombia, a cuidar a mi mama en sus últimos años de vida, hace un año y medio murió así que mi familia se fue con ella ya que jamás ninguno en mi familia acepto quien había querido ser, durante los años en argentina me dedique a estudiar lenguas así que allí aprendí, ingles, Frances, italiano, portugués, mandarin y alemán, como mi mama me dejo gran parte de su herencia no vi la necesidad de trabajar, pero me aburría en casa así que un día tome una periódico vi los anuncios y vi el instituto, presente entrevista y aquí estoy.

Yo por mi parte no le interrumpí, solo asentía con la cabeza y abría mis ojos cuando ella daba un relato malo de su historia de vida, era una mujer muy joven para tener un recorrido tan largo, sin embargo había algo en ella que me traía paz y me alegraba.

Las clases se volvían mas interesantes y yo por mi parte ponía gran esfuerzo en ellas, ya que deseaba al máximo que mi mente fuera mas hábil cada día para recordar ese día y mi vida pasada por completo, para lograr por fin ubicar la imagen de ese accidente y de mi esposo o novio, el infeliz que no fue capaza de tan siquiera saber si estaba viva, tratando de retomar mi vida normal decidí trabajar ya que lo que me daba Marcela para la casa como el arriendo de la habitación no ayudaba en mucho a mis gastos, así que decidí trabajar inicie por algo pequeño en una oficina no muy lejana de la casa, estaba a tan solo unas cuadras de allí, me desempeñaba como asesora de una compañía pequeña que buscaba importar su marroquinería, la verdad me tenían mucha paciencia, para que me lograra adaptar a las oficinas y pronto de volvieron grandes amigos de mi familia, allí solo trabajaba medio jornada para poder ayudar a Sebastian con sus tareas y compartir mucho tiempo a  su lado ya que el me lo había pedido así, las clases las tomaba en las noches.

Sara era una gran amiga y compañía, al igual que muy buena profesora, por mi parte para demostrar mi agradecimiento por todo lo que había hecho por mi, decidí invitarla a cenar a casa así le presentaría a mi hijo y a mi amiga, la verdad estaba muy nerviosa de la reacción de Sara con Sebastian y viceversa, no logre saber por que razón pero mis nervios se hacían mas notables.

―Viví estas bien? Pregunto Marcela

―Eh… si, si, si .. por que como me veo? Muy mal? Dije mirándome con preocupación en el espejo.

―No para nada solo que te veo muy nerviosa, has entrado a revisar tu maquillaje mas de cinco veces, no paras de caminar de lado a lado la casa buscando alguna imperfección, y has revisado la hora mas de 6 veces en menos de 2 minutos.

―Si?  No? No se…. Nerviosa? Mejor mirare si la cena ya esta.

―Ok, como quieras.

Mami, a tu profesora le encantara tu comida, por que es deliciosa ya cálmate  que al paso que vas, terminaras estropeando todo, decía Sebastian mientras me daba un abrazo para tranquilizar mis nervios, justo en ese momento sonó el timbre y mi corazón pego un brinco empezando a latir mas fuerte y mi respiración se agito.

―pero que nadie va abrir la puerta? Dijo Marcela en tono burlón mientras abría el cerrojo

―buenas noches, Viviana se encuentra

―Marcela abrió mas la puerta y se quedo inmóvil en la puerta, haciendo una seña tímida con su mano, para que pudiera ver que me encontraba dentro.

―Pasa, pasa, a ti te estábamos esperando, dije alegre pero aun muy nerviosa por la situación. Le salude y presente a Marcela y a Sebastian, Sebastian muy animado extendió su mano y dio un beso en la mejilla no sin antes hacer una anotación que dejo a Marcela un poco extraña

―No pensé que fueras tan hermosa y joven con razón los nervios de mi mama. Yo por mi parte me sonroje, y Sara solo sonrío, cuando presente a Marcela esta ni siquiera fue capaz de extender su mano. Cosa que me molesto muchísimo.

―Puedes sentarte en el sofá, la sopa ya casi esta lista.

Dicho esto se acomodo en el sofá, Sebastian al lado de ella interrogándola, sobre su edad y sobre que tan buena profesora era y el como le parecía yo como mujer, yo por mi parte me sorprendí con esa ultima pregunta así que antes de Sara contestase esa pegunta de mi hijo, le mande a que me ayudase a arreglar la mesa, por ahora Marcela había sido parte distante del cuadro al parecer a diferencia de nosotros, Marcela no parecía compartir que Sara estuviera en la casa, no musitaba comentario alguno, solo se le veía de muy mal humor. Serví la mesa y Marcela a mala gana me ayudo, nos sentamos y empezamos a cenar.

―Uy que delicia esta sopa me encanta

―Mi mama cocina muy rico,

―Por su puesto que si pequeño.

―Gracias por los comentarios,

―Hace cuanto que vives aquí

―5 años y medio respondió Marcela antes de que de mi boca saliera palabra alguna.

―Y desde cuando viven juntas.

―Siempre (aumento el tono de su vos)

―Que interesante ósea que tu y Viviana son…

―Amigas desde hace mucho tiempo, interrumpí yo antes de que Marcela contestara pues cada ves le notaba mas molesta con las preguntas de Sara, Marcela me a ayudado en muchas cosas en la casa y en mi vida personal es como de la familia, acto seguido tome su mano y le mire a los ojos, sonriéndole tiernamente, ella me miro fijo con sus ojos brillantes, Si somos como hermanas verdad Marce.

―Si, muy cierto. Dijo apartando su mano de la mía y pidiendo disculpas pues de repente se había sentido mal y  había perdido el apetito.

No se me hizo extraño ella desde que recordaba había sido así, bastante rara y compleja. Pero si me molesto su actitud frente a mi invitada, trate de disimular inventando una excusa bastante creíble para que Sara no se sintiera incomoda, así los tres seguimos comiendo, hablando y riendo la velada fue fantástica, Sara a pesar de mi negativa fue quien limpio los platos y puso en orden la cocina.

Seguimos hablando y de repente Sebas se quedo dormido en el sofá, entre las dos lo llevamos a dormir en su cama, le enseñe mi cuarto y un poco mas de la casa a Sara y después de todo esto ya siendo muy tarde decidió que debía irse a su casa, intente retenerla pero fue casi imposible, pues debía llegar pronto a organizar algunas cosas para nuestra clase al día siguiente, así que no tuve otro remedio que dejarle ir a su casa.

―gracias viví la velada estuvo muy interesante. Puedo decirte viví verdad?

―SI, dije sin tan siquiera pensarlo un minuto, ante mi respuesta comenzamos a reírnos

― Enserio todo estuvo delicioso cocinas riquísimo y tu hijo es un sol.

―Si en eso se parece a mi. Jajajaja

―No tengo duda, nos vemos mañana.

―Sip, nos quedamos mirando por unos minutos y antes de que apartara mi mirada de ella me sorprendió con un beso en la mejilla, algo largo muy suave y con mucha dulzura, se separo de mi mirándome fijamente.

―Te espero mañana hermosa.

―Vale.

Cerré la puerta casi sin mayor fuerza, ese beso me causo una sensación muy extraña, pero fue algo muy dulce, lo que decía Sebastian era cierto, Sara era una mujer muy hermosa, sonreí tontamente cuando Marcela me saco de mis pensamientos.

―valla amiguita la que has traído. Una sabihonda, decía mientras caminaba a la cocina

―Perdón? Pregunte consternada mientras me acercaba a ella

―Si tu amiga, es una ñoña rebelde

―No te dirijas de esa manera a Sara, es una mujer muy inteligente al igual que tu o yo, y deja de insultarla que ella no te ha hecho nada.

―Por favor Viviana es una niña rica, rebelde que lo único que hace es pavonearse por la vida sin juicio ni beneficio, y tu como sabes que no lo ha hecho?

―Para ya Marcela, me cansa tu actitud que quieres que ella sea como tu,

―Como yo, quien te dice que ella no es como yo?

―De que diablos hablas? Déjala en paz. Con esta respuesta Marcela se puso como loca poseída me tomo muy fuerte por la cintura y me acerco a ella, me miro fijamente y sus ojos se veían llenos de rabia de celos. Celos?

― Me lastimas Marcela, suéltame

―No, no lo voy hacer, tienes que recordar

―No me acuerdo de nada y me estas lastimando, le dije mientras le empujaba con tal fuerza que me soltó y choco contra la pared,

―Lo siento, dijo mientras se ponía en sus cabales y decidía volver a su alcoba, me di cuenta cuando de sus ojos brotaron unas cuantas lagrimas. Me asuste pues pensé que había sido todo por culpa del golpe que le propine cuando hice que me soltara empujándola.

―Perdón! No quise hacerte daño Marce, le tome por su brazo suavemente impidiendo que siguiera su camino.

―Yo tampoco bebe, se abrazó a mi fuertemente rompiendo en llanto.

―Cálmate que no me has lastimado, solo no me gusto que me cogieras tan a la fuerza, dije acariciando su cabello mientras su llanto se clamaba y sus respiraciones eran más lentas.

―Marce estas celosa?

―Celosa?

―Si , por Sara (solté sus brazos de mi cintura y tome su cara con mis manos) ella es mi amiga al igual que tu, pero jamás te va a  reemplazar, además tu llevas cinco años al lado mío y eres una gran persona y mi mejor amiga, Sebas y yo te queremos muchísimo así que tranquilízate si? Ella solo asintió con su cabeza en señal de respuesta. Me beso la mejilla y se dirigió a su cuarto.

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