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¿Por qué? (3 de 4)

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Pasaron 2 semanas y finalmente Isabela regreso a trabajar. Me sentí aliviada porque ya no volvería a cruzar palabra con su jefe ósea Joaquín. Al llegar me moría por contarle todo lo que había pasado en su ausencia, pero tuve que esperarme a la hora de la comida para poder hacerlo. Finalmente llegó la hora de ir a comer y me dispuse a contarle todo aunque ella me diría algo que me dejaría un poco inquieta:

-Hay Isabela tengo tanto que contarte, no sabes todo lo que ha pasado en tu ausencia!

-Me imagino que pasaron demasiadas cosas, si me ausente por más de una semana, pero antes de que me cuentes… Sabes si mi jefe y el tuyo tuvieron algún problema?

-Ah???

Isabela me empezó a explicar que cuando llego a la oficina en la mañana Joaquín le contó que había tenido un problema enorme por culpa de una puta de la empresa. Joaquín le conto a Isabela que una tipa de la empresa, más bien una puta se le había ido a ofrecer a su oficina hace como una semana y cuando estaban a punto de coger entro Fernando a la oficina y le armo un escándalo porque al parecer a Fernando le gustaba esa maldita puta. Estaba muy enojada por las mentiras que le había contado el estúpido de Joaquín a Isabela, pero lo que más me había sorprendido era lo que dijo de ultimo… Que a Fernando le gustaba esa puta y en este caso la puta era yo!

-Ely estas ahí?

-Ah perdón Isa, es que me quede pensando en unas cosas

-En qué?

-Amm en nada importante, solo olvídalo

-Mmm si tú lo dices. Pero bueno dime si sabes quién es la famosa puta de la que habla mi jefe

-La verdad no sé nada. A lo mejor es una tipa de las tantas que trae tu jefe a la oficina.

(Cabe mencionar que Joaquín es un mujeriego)

-Puede ser. En fin, ahora me puedes decir que tanto paso en mi ausencia?

-No pasó nada

-Pero tú me habías dicho que tenías mucho que contarme!

-Tenia, pero acabo de recordar que me quedaron unos pendientes así que me voy a terminarlos.

-Pero tienes toda la tarde para hacerlos Ely!

-Es bastante así que me iré a hacerlos. Adiós!

-Pero Ely, esperamee!

Salí corriendo de la cafetería. Mi única intención era llegar a la oficina y hablar con Fernando. Quería preguntarle si todo lo que dijo Joaquín era cierto, que yo le gustaba y que se enojó por lo que él me hizo. Cuando llegue a la puerta de la oficina respire profundo y me decidí a entrar. Al abrir la puerta lo vi sentado frente a su escritorio revisando unos planos que su hermano Ignacio le había mandado desde los Estados Unidos. Se veía tan concentrado y la vez sexy. Llevaba una camisa azul oscuro y como en días anteriores, había ido a inspeccionar una obra que estaba a su cargo, su piel lucia algo quemada por el sol y a eso le sumamos su cabello castaño con algunas canas, dios! me estaba a punto de desmayar. El noto mi presencia y me dijo:

-Creí que estaría comiendo en la cafetería Ely, es la hora del almuerzo, que hace aquí?

-Ingeniero Ramírez, quiero preguntarle algo…

-Si dígame…

-El día en que usted me encontró con el Ingeniero Joaquín en su oficina pensé que me despediría pero no lo hizo, al contrario, reacciono de una manera muy diferente… Ingeniero porque lo hizo?

La mirada de Fernando se volvió triste, igual que la mirada que tenía después de aquel encuentro que tuvimos hace algunas semanas. Lo normal hubiera sido que habláramos de lo que pasó pues digamos al día siguiente de lo ocurrido, pero por alguna extraña razón, ni él ni yo lo hablamos hasta ese día:

-No entiendo a qué viene esa pregunta

-Es que lo normal hubiera sido que me corriera de la oficina, pero al contrario, me tacho de puta y además me dio el mejor sexo oral de mi vida

-Lo que paso esa tarde fue un grave error, no va a volver a repetirse

-De verdad?

-Mmm…

Él había empezado a dar vueltas por la oficina como león enjaulado. Algo dentro de mí decía que me acercara a él y así lo hice.

-Está seguro de que no volverá a pasar?

-Teniéndote tan cerca de mí ya no estoy seguro de nada…

Dicho esto me jalo hacia él y comenzó a besarme. Nuestras lenguas se entrecruzaron, empezó a acariciarme todo mi cuerpo, paso sus manos por mis nalgas y mis pechos. Mi respiración cada vez se hacía más entrecortada:

-Fernando mmm… que quieres de mí?

-Todo Ely. Lo quiero todo.

Al parecer ya no había vuelta atrás, pero eso es otra historia… 

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