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Mi media hermana (Parte 1)

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A mis 22 años era el rey de la casa, vivíamos mi padre y yo solos hasta que mi hermanastra decide mudarse con papá. Sabía de su existencia pero solo la conocía por fotos, rara vez cruzamos palabras por teléfono. Mi padre pasaba el tiempo viajando y se ausentaba por días, ella era producto de esos viajes de mi papá. Ya era grandecita cuando llegó a nuestra casa, pero muy inmadura y demasiado intensa para su edad, para mí estaba loca, nunca me acostumbraba a su presencia porque pasaba el tiempo solo en casa, hacía lo que me daba la gana, hacía fiestas o metía las chicas que me ligaba para tener sexo con total libertad.

Tuve que empezar a limitarme debido a que ella estaba ahí, fastidiando con su presencia mi vida libre, teníamos constantes peleas por su desorden o su comportamiento inmaduro y muy poco nos hablábamos, las pocas veces que lográbamos estar bien duraban poco por sus estupideces. Al cabo de unos pocos meses ella hizo su vida en la ciudad ya que comenzó a estudiar, llegaba tarde, ebria, traía amigas a casa a cualquier hora a desordenar y ensuciar todo sin arreglarlo, con lo cual nuestro trato se agravó más por las peleas cuando trataba de imponerle algo de control a mi inmadura hermana.

Para ese entonces nuestro trato era nulo, tampoco arreglaba su desorden ni le ponía control y para mí así era mejor porque no peleábamos, era como un fantasma en mi casa y ya, yo hacía como si no existiera ella en casa, andaba en bóxer por mi casa, escuchaba música hasta tarde a todo volumen, mi cuarto estaba abierto todo el día y noche, llevaba a mis amistades a casa y con eso logré encerrarla en su habitación mientras yo andaba en casa.

Una noche ella lleva a tres amigas y se ponen a tomar y a escuchar música en su cuarto, ya de noche me quede dormido viendo tv y me despertaron unas risas y susurros, las tres estaban paradas en la puerta de mi habitación, me hice el tonto a ver que decían pero no lograba escuchar nada hasta que una me alumbró con una linternita, me paré en ropa interior y les tiré la puerta en la cara ya que se había vuelto incómodo todo aquello, salieron corriendo entre risas a su cuarto, para mi eran un montón de mocosas fastidiosas como mi hermanastra.

A pesar de que era una chica muy bonita, con unas tetas muy grandes y firmes por lo joven, sin mucho culito, pero de buenas caderas, un vientrecito plano y una piel bastante aterciopelada, una carita bastante linda de labios muy sexys, unos ojos claros y su sonrisa también lo era, una cabellera negra lisa y larga hasta la espalda, todo esto lo había notado porque ella solía pasarse por la casa también con poca ropa, jamás la veía con malos ojos o se me pasaba algún mal pensamiento con ella porque para mí era un estorbo aparte de su inmadurez y de lo intensa que era, aparte jamás sentí una responsabilidad con ella como hermano mayor porque la había conocido ya de adulto y tampoco tuve más hermanos, con mi papá si se la llevaba bien, la consentía mucho, debe ser porque quería recuperar lo que no vivió con su hija, lo cual entendía.

Ya lo de espiarme empezó a hacerlo sola, en las noches medio dormido la pude ver asomándose a mi cuarto, incluso pasaba largos ratos ahí parada, hasta que me movía y se iba corriendo, yo solo me repetía: que estúpida es! No sabía porque lo hacía, ni cuál era su intención con su espiadera. Ya era una cuestión incómoda, porque lo hacía hasta cuando estaba cocinando, me bañaba o cosas así, llegué a pensar que lo hacía para asegurarse que yo no la vería haciendo algo que no quería que viera, pero nunca algo malo o algún interés de ella hacia mí como más que su hermanastro.

Un día metí a una noviecita a casa en la noche a quien le di sexo hasta por su documento de identidad, en la mañana nos bañábamos juntos para salir hasta que oímos ruidos de alguien espiando tras la puerta, me imagino que también espió en la noche cuando cogía con esta chica. Cuando nos fuimos, mi novia en aquel entonces, sabía del comportamiento de mi hermanastra, me comentó que ella creía que todo aquello era algún interés hacia mí, a lo que le dije que no creo porque nos odiábamos.

Mi papa ya muy preocupado, buscando que nos lleváramos mejor, empezó a hacer viajes los tres juntos, salidas, cenas fuera, a dedicarle más tiempo a sus hijos lo cual le resultó, hablábamos un poco más y tuvimos un trato más tranquilo a pesar de que en estos momentos de familia eran buenos ella no dejaba de salir con sus inmadureces, hasta contrató una señora de servicio para acabar con nuestras peleas por los quehaceres de la casa. Mi novia iba más a menudo a quedarse a casa o incluso iba a nuestras salidas familiares, pero mi hermana la trataba mal. Le decía cosas desagradables o nos fastidiaba cuando estábamos juntos.

Por esa razón, mi novia y yo empezamos a tener muchas peleas, ella decía que mi hermanastra estaba enamorada de mí, por lo de andar espiándome cosa que seguía haciendo, a pesar de que se lo ocultaba a mi novia para que no se hiciera más mentes contra ella, y que yo nunca le comenté a mi papa por pena o incomodidad, que quizá eran celos de hermanos y ya! Pero ella comenzó a celarla a extremos y rompimos de tantas peleas casi que a diario siempre por el mismo motivo, intentábamos de nuevo y volvíamos a caer en lo mismo, ella odiaba a mi hermanita, hasta que un día rompimos para siempre y me dolió mucho porque estaba muy encariñado.

Pasado unos meses más, yo aún estaba despechado por no poder acomodar las cosas con mi novia y un buen tiempo solo, la señora de servicio que ya era algo mayor muere por problemas de salud, apoyamos mucho a la familia de esta en ese momento ya que nos habíamos encariñado con ella y más la estupidita, porque le mimaba todo. Después del funeral, en las noches en vez de espiarme entraba con una colchoneta a mi cuarto de una y sin pedir permiso y se acostaba en el piso a un lado de mi cama o donde fuera, no le paraba porque para mí seguía estando loca y ya pasadas algunas noches le pregunte qué era lo que le pasaba? Que se fuera a su cuarto a dormir y ella solo me dijo que tenía miedo de dormir sola. Entendí a la mocosa y la dejaba tranquila, porque ya la toleraba un poco más.

Al día siguiente, repitiendo su procedimiento de la colchoneta en mí cuarto como todas las noches con aquel drama que le ponía a todo por lo intensa que era, la veo durmiendo como un perrito callejero acostada y arropada viendo una peli que tenía yo puesta, le digo, ya deja de dormir ahí que pareces un perrito, le hice un lado de mi gigante cama y ella se subió muy contenta. En ese momento me reí internamente y pensaba que quizá todo su problema conmigo era la poca atención que yo le prestaba, por eso hacia todo lo que hacía tratando de llamar mi atención, no había terminado la película, vi que estaba profundamente dormida y cuando termino la peli me voltee y me quedé dormido.

Pasadas unas noches así en las que llegaba y se acostaba hasta sin pedir permiso, le dije que ya estaba bueno que se fuera a su cuarto o que fuera a fastidiar al cuarto de papá, se molestó mucho y se fue pero volvió a espiarme en todo momento a diario. Ya cansado de la situación un buen día le pregunto qué porque me espiaba tanto, discutimos, ella diciendo que no me espiaba y yo que si lo hacía que yo la había visto y se metió a su cuarto otra vez con aquel drama que la caracterizaba llorando y diciendo estupideces. Paso días sin dirigirme la palabra hasta que una madrugada despierto con frío y la consigo dormida a mi lado con mi sábana, se la quito y cuando voy a empezar a pegar gritos me doy cuenta que está solo en pantaleticas, con el torso al descubierto y con una camisa mía encima de su almohada, me salgo del cuarto y me voy a dormir al sofá de la sala extrañado y confundido totalmente.

Cuando despertó y salió del cuarto aun en pantaleticas pero con mi camisa puesta le pregunto que por qué se había metido de nuevo a mí cuarto solo contestó “Estaba tomando anoche con mis amigas y llegué borracha” y cuando le pregunté por qué estaba desnuda en mi cama volvió a decir “Estaba tomando anoche con mis amigas y llegué borracha”. Empezó a pegar gritos otra vez y con su intensidad de siempre y bla bla bla y yo dije que ya esto tenía que hablarlo con papá, porque se estaba pasando de la raya, que ya estoy pensando cosas raras de ella. A lo que se quedó callada y fue hasta el mueble a decirme que no lo hiciera, que papá la podía devolver a su pueblo con su mamá en aquella pobreza y poca libertad en la que vivía y empezó a llorar, sentí lástima de nuevo y la abracé, le dije que estaba bien que no le diría, pero que por favor dejara de espiarme o meterse a mi cuarto sin consentimiento, hablamos un rato por fin sin peleas o su eterno drama, le comenté que era mi hermana, que no me parecía correcto que se metiera en mi cama casi desnuda, ella me bromeó de que entonces yo tampoco debería andar en bóxers por toda la casa o dormir desnudo, yo le dije que no dejaría de hacerlo, que yo siempre he sido así y que ella era la intrusa, bromeando, al final ella dijo que éramos hermanos y que no debería haber problemas ni incomodidades por andar por ahí en ropa interior, acordamos hacer cosas para dejar las peleas, como enviarnos mensajes cuando llegaríamos tarde o cosas por el estilo, los días consiguientes de verdad que las cosas empezaron a mejorar, hasta nuestro padre lo poco que andaba en casa estaba contento por eso. A pesar de eso, ahora si pensaba con más convicción de que mi hermanastra sentía algo por mí, me sentía mal por eso, era extraño y no me gustaba, pensaba en mi papá, así que trataba de obviarlo cuando me llegaba a la mente y negármelo.

Un día regresaba del gimnasio luego de la Uni y vi a mi ex novia en la entrada de su casa, ya que ella vivía cerca de la mía despidiéndose de otro hombre, muy feliz ella, aquello me afectó mucho y entré a casa casi que llorando, vi a la estupidita que estaba cocinando solo en pantaleticas y pasé velozmente a mi cuarto no le di ninguna importancia a aquello de lo mal que me sentía de ánimos y no salí de ahí más pensando tonterías sobre mi ex. En la noche tocó la puerta, le dije que me dejara a solas de buena manera por no pelear y ella me dijo “Te traje comida” y continuó, no me molesto porque quería entretenerme un poco, hablar de otra cosa incluso hasta pelear con ella para desahogarme un poco la rabia que sentía. Pero al ella entrar me fijé que estaba casi de la misma manera que la había conseguido en la tarde en la cocina, casi desnuda, pero con un camisón puesto, me pone la bandeja en la cama y se sienta, comimos y ella me dice que había visto que entré de muy malos ánimos, que me pasaba? En parte necesitaba desahogarme y le conté lo que había visto, ella me dijo que sabía del nuevo chico de mi ex, que ya los había visto y que no quiso comentarme nada, pasamos horas hablando del tema, me dijo que siempre pensó que ella no era para mí y por eso la detestaba tanto para concluirlo. Luego ella comenzó a bromear para subirme el ánimo un poco y hacer payasadas y lo consiguió, había dejado el problema de mi ex por un rato, hasta que le comento que si podía ponerse un pantalón, que a pesar del rato me incomodaba que andara así frente a mí y viéramos una peli que había traído. A lo que ella muerta de la risa se saca el camisón y me lo arroja, yo se lo vuelvo a tirar y le digo “Vístete coño” y trato de no verla pero solo siento por la cara su pantaletica diminuta, en lo que volteo la veo completamente desnuda y diciéndome que pusiera la película y la viéramos, mientras la ponía le reclamaba que está bien que fuéramos hermanos pero que tampoco era para tanto, que al menos se arropara, ella solo se reía y respondía con bromas, de verdad que aún seguía viéndola como una hermana a la cual ya le estaba empezando a tomar cariño como tal.

Me acosté, ella se recuesta en mi pecho me abraza y me monta una pierna encima viendo la peli, yo estaba extrañadísimo de ese arranque de cariño de ella y la veía también con cara de extrañado. Pero continué hasta que me dio calor tenerla encima, le pedí amablemente que se apartara, encendí el aire y me cambié con un bermuda, delante de ella sin pena, me volví a acostar y se volvió a empiernar conmigo, de nuevo me extrañé pero no le paré. A medida de que continuaba la película ella empieza a hacerme cariñitos, en el cabello, luego en los hombros, en los brazos y después en mi torso. Yo tengo el cuerpo bastante ejercitado ya que siempre me ha gustado el gym y jugar fútbol, ya aquellos cariñitos estaban pasando a surtir efectos y a confundirme la mente pero yo trataba de concentrarme en la peli de momentos, lo lograba. A pesar de esto también empecé a jugar con su cabello y uno que otro cariñito por su cara totalmente entretenido en la película, a pesar de que a veces miraba de reojo su cuerpo y sentía sus tetas pegadas a mi pecho, me repetía en la cabeza de que no era correcto y volvía a concentrarme en la peli, la cual terminó y estaba pegándonos sueño, ella se voltea de espaldas hacia mí, se acomoda para dormir y me dice “hermano ven, abrázame, tengo sueño”. Quitándome toda mala intención de la mente la abrazo por su barriguita plana y ella pone su mano encima de la mía, no podía dormirme, ella sí porque las veces anteriores que durmió en mi cuarto roncaba suavecito al quedarse dormida y esta vez lo estaba haciendo, me sentía muuuy raro de dormir con ella así, durmiendo con una hermana desnuda y abrazados, pero poco a poco me iba quedando dormido hasta que sentí que subió con su mano la mía hasta sus tetas. Ya ahí, en ese momento me costaba concentrarme más en que ella era mi media hermana y no estaba correcto lo que estaba sintiendo, el tiempo que llevaba sin novia y sin tocar a una mujer me estaba jugando una mala pasada, me empecé a erectar pero ningún otro pensamiento lograba calmar mi erección ni mi mente.

Ya como último recurso para calmarme, me volteo con suavidad para no despertarla bruscamente y soltarla, cuando consigo hacerlo, siento que es ahora ella quien me empieza a abrazar de una manera tan suave y que sus divinas tetas se pegan a mi espalda de la misma manera, puso su boca junto a mi oído y me susurró que a dónde iba? Empezó a acariciarme el pecho y el abdomen y me susurra “Ya no puedo más” y me comienza a besar la parte alta de la espalda mientras mete su mano en mi pantalón y comienza a pajearme mi erección que nunca se bajó. Yo no pude controlar nada, me gustaba todo aquello y el tabú de que ella fuera mi media hermana se comenzó a romper de a poco, dándole una malicia excitante a la situación de hacer algo prohibido…

Sus besos se fueron a mi cuello, me desabroché el bermuda para que su mano entrara mejor a pajearme, después de un ratico de disfrutar de sus prohibidos besos húmedos en mi cuello y esa divina paja, me volteo y quedo encima de ella, sintiendo sus tetas pegadas en mi pecho, con mis dos brazos la rodeo completamente y la beso, tal cual como si fuera la mujer a la que amo, sentía nuevamente su mano en mi miembro erecto pajeándome y la otra bajándome la ropa, fui besándola desde su boca hasta pasar por su cuello, luego a cada uno de sus pezones erectos, luego a su vientre hasta que mi lengua llego a su entrepierna, estaba totalmente húmeda, mi lengua entró con facilidad haciéndola estremecerse por completo, y así continué metiéndola y sacándola dentro de ella, que tenía un sabor divino, si algo tenía ella es que siempre huele muy rico…

Jugué por varios minutos con mi lengua dentro de ella y su clítoris, me subí a besarla lentamente mientras metía mis dedos en su vagina muy húmeda, uno, luego dos, hasta que me pidió otro más y reventó en un orgasmo único y a gritos botando chorros de líquido por su sexo, descubrí que era squirt y eso me puso a mil…

Ella no se recuperaba totalmente, jadeaba cuando me subí y se lo metí en la boca, apenas podía chuparlo de lo agitada que estaba por aquel orgasmo, hasta que por fin se repuso, me acostó y se concentró totalmente en aquello, solo tuve que decirle “Cuidado con los dientes” para que lo hiciera como toda una profesional, ya que me lastimaba pasándole los dientes a todo mi miembro. Una vez dicho esto, lo lamía y lo chupaba con tanta pasión que sentía que me iba a succionar todo por ahí, que divino! Se subió encima de mí y poco a poco se lo fue introduciendo mientras veía sus ojos totalmente blancos y gemía de una manera tan suave y excitante, me cabalgo de arriba abajo hasta que reventó en otro orgasmo más botando chorros nuevamente, pero esta vez me la senté en la cara para beberme todo aquel néctar. Una vez más tratándose de recuperar, la puse en misionero y sin dejar que mi boca recorriera sus divinas tetas, su vientre plano y su boca la penetré y me movía alternando entre suave y rápido, en mi mente no había nada más que matarla de placer…

Después de darle así por un rato la acosté totalmente boca abajo, cerré sus piernas y me busque camino entre sus nalgas para penetrarla por su vagina, sus gemiditos suaves me mataban hasta más no poder, le pregunté donde quería su lechita y ella me dijo que quería tomársela, cuando ya mi eyaculación era inminente, arrodillado la volteé y le metí solo la cabecita en su boca mientras ella pajeaba lo que quedo por fuera con sus manos, sentí que me salía de mi cuerpo con aquella acabada de otro mundo ella atragantándose con mi semen, me agarró por el cuello y me acostó junto a ella dándome un beso bastante apasionado y aun con mi semen en su boca, no paramos de besarnos y acariciarnos con una pasión y una lujuria tan grande por alrededor de una hora, no hubo ni una sola palabra entre los dos ese momento, solo besos y caricias apasionadas, tiempo que fue suficiente para descansar voltearla ella de espaldas a mí y buscar su agujero nuevamente húmedo para penetrarlo, pegadita a mi tocaba sus grandes tetas, acariciaba su cuerpo enteramente, besaba y pasaba mi lengua por su espalda y por su pecho, ella gemía casi susurrando y esos gemidos me encantaban, estuvimos así hasta que fuimos a un sillón, la recliné y comencé a darle oral con mis dedos dentro de ella, chupaba su culito rosadito, besaba sus nalguitas y le daba pequeños mordiscos, empecé a meter un dedo por su culito pero le dolía y me dijo suavemente que aun por ahí no, “reviéntame por la cuca hermano”…

Cada vez que me decía hermano me excitaba demasiado. La tomé por la cintura y se lo metí hasta el fondo hasta que sus gemidos pasaron de ser suaves a alaridos de placer, le dije: “dime hermano”, a lo que ella completaba diciendo: “Reviéntame hermano! Cógeme duro hermano! Que rico me lo metes hermano! Me encanta tu enorme palo hermano”, hasta que dijo repetidamente me gusta, me gusta, me gusta! Y soltó otro chorro que caía en mi pene y mis piernas dejándome empapado. Luego me senté yo en el sillón y me la monté encima, se penetró y nos compenetramos a movernos unísonamente y salvajemente mientras nos besábamos divinamente y sus tetas pegaban en mi cara y chupaba sus pezones, hasta que le dije “me voy hermana, voy a acabar”, traté de zafármela para desparramárselo en la boca pero ella se aferró a mí y solté litros de semen dentro de ella, mientras nos recuperamos nos besábamos totalmente abrazados sin mediar palabras, ella nunca se lo saco y se sentía como chorreaba semen que caía en la base de mi pene y mis pelotas. Así pasamos un buen rato hasta que nos dimos una ducha juntos, no hablábamos, todo era besos y caricias como si fuéramos dos novios que se aman sin control alguno…

Salimos del cuarto que se le sentía un olor a sexo muy fuerte, nos preparamos algo de comer y ella solo me abrazaba sin despegarse de mi mientras yo hacía todo y me besaba sonriendo pícaramente diciendo: “Que rico, que rico, que rico…”. Nos sentamos en la sala a comer y hablábamos, fue ahí que me confesó que era virgen, yo no le creí que fuera cierto por como entraron mis dedos y mi miembro, a lo que ella me respondió que ella solía masturbarse mucho y que tenía sus juguetitos en su cuarto, cosa que después comprobé y vaya tamaño y grosores que tenían los juguetes que la nena se metía, ya se había desvirgado ella misma, que siempre se masturbaba pensando en mí desde que llego a la casa y por eso me espiaba, nunca había tenido un hombre cerca y que tenía mucha curiosidad sobre estar con uno, tocar un pene, sentirlo adentro, que moría por aquello, pero era muy tímida para ello y que yo era lo más cercano que había tenido…

También me confesó y que me hizo sentir muy halagado que le parecía el odioso más sexy del mundo y que me detestaba pero que a la vez le encantaba porque le despertaba mucha curiosidad verme sin camisa por la casa o en ropa interior cuando dormía, incluso me había pillado desnudo o masturbándome, que la noche que durmió borracha en mi cuarto se masturbo a mi lado viéndome, esa había sido su experiencia más cercana a un encuentro sexual que ha tenido, que le hablaba a sus amigas de mí y que se moría de celos y envidia cuando la que era mi novia venía a quedarse a casa queriendo ser ella la que se encerraba en mi habitación conmigo y por eso su comportamiento conmigo, porque yo no le prestaba ninguna atención y ella sentía rabia hacia mí por eso. Yo le confesé que hasta ese día la veía como una mocosa fastidiosa e insoportable que me amargaba la vida y que ciertamente era linda pero que su actitud mataba cualquier interés en mi incluso como para aceptar que era mi media hermana y que era la segunda vez que desvirgaba a una mujer.

También me confesó de todas las cosas que quería hacer en la cama, de todas las posiciones que quería hacer, de las fantasías que siempre había querido cumplir, me hacía preguntas de todo sobre sexo. Desde ese día desechamos el hecho de que éramos medios hermanos y tuvimos una relación prácticamente de novios durante poco más de un año, de lo cual también les contaré lo más resaltante hasta que ese amor de hermanastros terminó en las cual le cumplí todo lo que ella quería hacer.

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