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Chantaje, traición, y a pesar de todo, Amor 6

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A las diez o diez y media.. Lo que para mi significaba tener que esperarle en plena calle, caminando de arriba a bajo para no llamar demasiado la atención con mis incómodos tacones, ya que en ese intervalo de media hora él podía presentarse cuando le diese la gana..

¡ Ah ¡ y atenta a todo coche que pasara, ya que nunca venía con el mismo (como sabéis tenía varios a cual más lujosos) y las más de las veces, me tenía esperándole diez, quince, o incluso la media hora completa ya que me tenía ordenado estar en la calle a la hora en punto.

Una más de sus muchas y crueles maniobras para demostrarme lo que yo era y en lo que me había convertido. Es decir, con una mujer, sus mujeres (pensaba yo ahora amargamente), esclavas y putas de su propiedad, no tenía por qué ser puntual, siendo ésta además una forma más de demostrarles su insignificancia ante él como tales mujeres a su servicio.

Ese hombre no paraba de idear formas de humillarme para someterme cada vez más a su voluntad; como era de suponer haría con "mis otras compañeras" a quienes en breve iba a tener la degradante vergüenza de conocer. Vergüenza no por ellas, ya que muy probablemente habrían caído en sus redes como yo misma. O al menos eso esperaba yo: que no fueran simples prostitutas con quienes me mezclara, sino mujeres "normales y decentes" como yo lo fui y que tuvieron la mala fortuna de conocer y enamorarse de Javier.. Eso al menos, supondría para mi un pequeño consuelo en mi muy peregrina y amarga existencia: no caer en un pozo de vicios y corrupción que jamás busqué, sino al menos poder justificarme como víctima de un enorme error que pagaba con creces cuando sólo pretendía amar y ser amada aunque fuera de forma ilícita. Eso, y el amargo y añadido sufrimiento de compartirlo y que me compartiera con otras.. Los celos, como todo padecimiento sentimental o físico, eran para él cosa banal y estúpida propios de mujeres, quienes solo existíamos para complacer todos sus deseos y caprichos. Nada de pasión ni sentimientos, solo sexo del que disfrutaba a su antojo, y negocios a costa de ellas. De nosotras.

De todas formas qué importaba ya. Caí en su trampa, me tenía entre sus crueles garras y ahora no me quedaba más opción que soportar lo que quisiera hacer conmigo. Como ya dije, no solo seguía enfermizamente enamorada de él, aunque ahora era ya una extraña mezcla de amor y odio; además le tenía miedo, y no solo por el chantaje. Ya dije en otro de mis capítulos que éste desalmado era todo un proxeneta y estos pueden llegar a ser muy peligrosos si ven mínimamente perjudicados sus intereses: Además, intuía en él, aunque una vez me lo negase, que tenía algo de sádico y muchísimo de dominante con las mujeres. Del respeto que siempre le mostré y que siempre me exigía e incluso me excitaba, pasé a ese mismo respeto por supuesto, pero ahora ya acompañado también de pánico.

Por fin llegó. Me tuvo veinticinco minutos en plena calle y estaba helada de frío. Como siempre, nada mas entrar en el coche me levanté la falda del todo para poner mis desnudas nalgas directamente sobre el frío asiento de cuero, subirla hasta mostrar las ligas y quitarme los zapatos. Así me tenía ordenado ir siempre en el coche. Me cacheó los muslos con una amplia y odiosa sonrisa, mientras yo me dejaba hacer en silencio. No me salía ni el hola o buenos días cariño de otros felices tiempos.

Bien nena, muy bien.. Estoy pero que muy orgulloso de ti, ayer te portaste como esperaba de ti; cuéntame cómo lo hiciste.-

Tuve que contarle con todo detalle (como me exigía siempre para excitarse) "mi aventura" con Fernandito y su padre.

Perfecto; esa es mi hembra. Me has puesto a cien, tócame la polla y compruébalo tú misma.-

Obedecí, y efectivamente tenía una durísima erección. Seguí magreándole la bragueta pues una vez recibida una orden, debía seguir hasta que él me autorizase a parar, cosa que hizo al poco tiempo de estar acariciándole.

Para ya preciosa que me corro. Entre lo que me has contado y esa dulce manita en mi polla me voy a poner perdidos los pantalones.. Pero estás muy seria ¿se puede saber qué te pasa..?-

Nada – Como si no supiese el sufrimiento que me estaba haciendo pasar al confesarme que tenía a otras mujeres sirviéndole. Saqué el resguardo del banco de mi bolso y se lo entregué.

¡ Vaya ¡ Muy bien.. Pero esto de doscientos € de más, a qué se debe..?-

Un regalito de tu cliente para mi. Quiso dármelos en efectivo pero le dije que no podía aceptarlos sin tu permiso, así que los incluyó en el cheque para que hagas lo que quieras..-

Pues muy bien, son tuyos, desde luego te los has ganado..-

No, gracias. Puedes quedártelos. No soy ninguna puta; tengo que hacerlo porque me tienes obligada y forzada a que tenga que serlo- No estaba mi economía para rechazar ese dinero, pero estaba tan indignada y asqueada de mi misma que decidí mostrarle algo de muy maltrecho orgullo… Fue desde luego una tontería por mi parte y que bien pronto me hizo ver. Sí que era toda una puta para él y ya estaba resignada y casi feliz de serlo pasado el tiempo. Era la existencia de "sus" otras mujeres lo que me tenía desquiciada y estúpidamente celosa.. Enmudeció de repente mirando al frente con gélida mirada. En cuanto pudo, paró bruscamente el coche y yo palidecí de miedo dándome cuenta que le había desafiado.

¡ Vamos a ver puta de mierda (me soltó una hostia en la cara que bien que me dolió y hasta me mareó) me vas a decir ahora mismo qué coño te pasa; luego vas a aceptar éste dinero dándome las gracias como siempre y así lo seguirás haciendo. Así que empieza antes de que me cabree más…-

Llorando, empecé a hablar como me mandó ya que empecé a asustarme, y mucho.

Por qué tienes que tener otras mujeres..? Es que no te basta conmigo que hago todo cuanto quieres..? Y sobre todo, porqué me mezclas con putas.. ¿Hasta donde vas a hundirme Javier…?-

¡AH ¡ ¿Es eso..? Pero qué te crees..? Ya te lo dije ayer.. Como comprenderás, no voy a pasarme la vida disponiendo de ti a escondidas y sólo por las mañanas cuando no está el cornudo de tu marido (me dolía horrorosamente que encima de que hacía conmigo todo lo que quería, insultara tan cruelmente a mi pobre esposo) como bien sabes tengo una polla bien exigente que no va estar esperándote. Ni hablar, nada de eso. Ésta polla necesita un coño, una boca y un culo donde meterse cuando le apetezca; necesita cada dos por tres esos agujeros y ahora tiene doce de ellos donde correrse y hacérmelo pasar muy bien (doce, o sea que tenía tres mujeres más además de mi) ¿Te queda claro "Danessa,"..? Eres una perrita más para que mi polla juegue contigo..! ¿LO ENTIENDES BIEN PUTA…?- Me gritó casi rozándome la cara y tirándome del pelo.-

Val.. Vale, si..siii.. Lo entiendo. Ya está bien por favor, lo entiendo..-

Bien, pues toma.- Sacó su cartera y me entregó cuatrocientos €; los doscientos que solía darme, más los doscientos de propina de su cliente.

Vale, gracias..- Cogí aquel sucio dinero y lo metí en el bolso.. Humillada, vejada y torturada a más no poder.

Y otra cosa, las mujeres con las que vas a encontrarte no son putas profesionales idiota.. A éstas alturas ya deberías saber que no me gustan nada ni las necesito. Son mis putas y son como tú: decentitas amas de casa a las que conseguí como a ti, si eso te sirve de consuelo. Pronto congeniarás con ellas y hasta te lo pasarás bien; así que mejor ve mentalizándote como en todo lo demás y cuanto antes lo hagas, mejor para ti.-

También las tienes chantajeadas como a mi verdad…?-

Claro imbécil.. Y me obedecen y se comportan a la perfección, lo mismo que tú. Incluso se muestran felices de servirme.. Lograron resignarse y aceptar la vida que llevan y están tan a gusto; como lo estarás tú, aunque ahora te parezca imposible. Las hembras tragáis pronto con todo lo que un tío que sepa manejaros quiera hacer con vosotras. Y ya me conoces, cuando te dije que consigo todo lo que me propongo, no paro hasta tenerlo. En éste caso quería un harén para mi polla, y ya lo tengo.. Tú eres una esclava más de ese harén, ¿verdad que si "cariño.."?- Lo de cariño lo dijo con sorna.. Y sí, tenía razón. Iba a ser una más de las esclavas de su harén.

Aunque veía muy dificil eso de que yo acabase resignándome a esa clase de vida como me dijo, pensé al mismo tiempo y con miedo que lo más probable es que fuera así.

Después de todo, consiguió convertirme en su puta y ya empezaba yo a vivir conforme con eso. Pero lo de las otras mujeres era lo que peor llevaba.

Más tranquilo ya, conducía de nuevo mientras me dijo aquello. Respondí a su pregunta como él quería, pues ya no era cuestión de cabrearle más. ¿Ya para qué..? Solo consiguiría que me soltara otro bofetón. Así que como siempre, me tragué mi orgullo, mi poquísima dignidad, y mis celos. Me había hecho literalmente suya, en todos los sentidos.. Era el amo, mi dueño absoluto. Y con el propietario y amo de una, no se discute. Así que como ya me dijo una vez, a OBEDECER. Y si de alguna forma obtenía de todo aquello algún placer o satisfacción, eso que me encontraría.

Si, Javier.. Seré una más de tus esclavas.. Qué remedio me queda.-

- Tú lo has dicho…-

Al poco rato llegamos a su lujosa casa. Con un mando a distancia abrió la enorme y pesada cancela en lo alto de la cual podía verse la emblemática "H" de su apellido. Lo mismo que en todo lo demás en aquella casa, como ya tuve ocasión de ver más de una vez.

Recorrimos el sendero que conducía a la casa, unos cincuenta metros, y que dividía el hermoso jardín que tenía cargado de flores y árboles plantados sobre un pulcramente cuidado y bonito cesped.

Accionó de nuevo el mando a distancia abriendo la puerta del garaje al que descendimos por una rampa; allí estaban sus otros dos flamantes coches además de la impresionante moto que también poseía. No era nada de extrañar tanto poder económico y lógicamente tanto lujo; además de sus negocios (entre ellos uno inmobiliario) tenía a sus hembras, con las que ya ganaría suficiente dinero como para mantener holgadamente aquella vida de super lujo y comodidades.

Como siempre, antes de bajarme del coche debía pedirle permiso para ponerme los zapatos, cosa que me concedió. Al menos ésta vez las medias no quedarían tan sucias y negras que tuviese que tirarlas, como ya tuve que hacer cuando me trajo con el viejo Don José y a éste se le antojó que recorriese todo el sucio suelo del garaje descalza.

Subimos al recibidor de la casa donde lo primero que te encuentras es su escudo heráldico con aquella odiosa "H" lujosamente labrada sobre madera y terciopelo de primerísima calidad… Como todo allí: cubiertos, mantelerías, muebles. ¡Absolutamente todo..!Ya os dije en una ocasión que describir la pasmosa elegancia y majestuosidad de aquella casa: cortinajes, alfombras, muebles, cuadros, aparatos etc.., sería extenderme demasiado y obligaros a dormir o cambiar de relato.. Baste con que al menos os hagáis una idea de lo confortable y acogedora que me resultaba (como a cualquiera) siempre inundada de sol por sus amplias ventanas y su calefacción central.

Por eso allí, me sentía un ser mucho más inferior de lo que ya era ante Javier. Dueño y poderoso señor de todo aquello y, "naturalmente", de mi misma. Aquel elegante y maravilloso entorno, ejercía sobre mi (como sobre cualquier mortal de humildes recursos) una potente influencia que, desde el primer día, ya condicionó mi carácter y personalidad toda, a lo que aquel hombre quiso y logró hacer de mi.

Nada mas entrar, tres mujeres corrían al encuentro de Javier. Sonrientes (aunque no demasiada sincera esas sonrisas, me pareció) se arrodillaron ante él besándoles cada uno por turno su bragueta. Comprendí al instante que era una de sus humillantes normas. Las tres iban vestidas como yo, O sea, como Javier exigía: Faldas amplias, (con objeto de cumplir la invariable norma de sentarse con las nalgas desnudas y directamente sobre los asientos) blusas o camisas, medias y zapatos de alto tacón.

Mientras cumplían dócilmente con aquel ritual de entrega y absoluta sumisión a su dueño, éste les acariciaba alternativamente el pelo, como si de tres perritas de su propiedad se tratara. Lo que en realidad eran.. Bueno, éramos. Porque yo ya le pertenecía de la misma forma que ellas y pronto me vería en aquella más que degradante postura y conducta.

Hola preciosas ¿cómo va eso..?. –

Bien Javier, esperándote. No hemos limpiado nada aún hasta que tú llegaras, como nos dijiste.-

Eso es, porque os traigo una nueva compañera con la que repartir la faena. Presentáros vosotras mismas y enseguida al salón. Os espero allí. Ella es Danessa.-

Si, Javier. Vamos para allá ahora mismo.-

Mostraban total docilidad y respeto a Javier. Estaba claro que para mi iba a ser lo mismo. Aquel Javier de quien perdidamente me enamoré, había desaparecido ya del todo.. Ahora era definitivamente mi dueño y señor a quien debía dirigirme con el debido respeto. Como había visto comportarse a las otras mujeres.. Acatar normas que sin duda serían propias de una mujer esclava.. No pude contener las lágrimas que inundaron mis ojos.

Hola, soy Layca y ellas son Terry (de Terrier, claro) y Pinki – Así me enteré de sus "nombres" mientras cada una fue dándome un ligero beso en la mejilla que algo (muy ínfimamente) me confortó. El aliento de cada una revelaba que se habían lavado recientemente la boca.. Un gesto más de respeto hacia él, como tantas veces hacía yo por exigencia suya y como hice aquella misma mañana. Y además, exquisitamente perfumadas para él.. Como también yo misma: no voy a meter mi polla en agujeros que no estén perfectamente limpios… Era la humillante consigna que debió dar a éstas tres mujeres como hizo conmigo.

Layca era morena, de un intenso color negro el pelo; estatura más o menos como la mía y ojos negros. De tez más bien pálida; bonitas piernas, culo bien formado aunque algo caído y cuerpo esbelto; pechos de talla entre 95-100, como yo y las otras, pues observé que el tamaño de nuestros senos era muy similar, excepto los de Pinki, que los tenía visiblemente más pequeños. Me pareció algo mayor que yo..

Terry, parecía más joven; si acaso uno o dos años mayor que yo. De más o menos 1.67 de estatura; pelo castaño en melena hasta los hombros y ojos verdes. También tenía un bonito cuerpo. De bien torneadas piernas y culo respingón.

En cuanto a Pinki, rubia de ojos azules; piel algo bronceada; más bajita que las que estábamos allí y de edad similar a la nuestra. Desde luego las tres eran atractivas. Ya dije que yo aún estaba de muy bien ver, naturalmente Javier no iba a "cazar" mujeres que no gustasen.

En fin, más tarde sabría la edad exacta de cada una y más cosas sobre ellas. Lo que estaba claro es que el más joven allí era el propio Javier. Un jovenzuelo (comparado con nosotras) a quien íbamos a servir como muchachitas de su edad siendo como éramos ya, mujeres maduras. Lo que me hizo sentir aún como más tonta o algo así: cuatro mujeres de respetable edad a las órdenes y deseos de un casi jovencito.

Lo que estaba claro es que al "nene" le gustaban maduritas. No sé si por lo que siempre se ha dicho de que a los jóvenes les gustan más las mujeres fuera ya de la juventud y por lo tanto, con más experiencia o, conociendo a Javier, por doblegarnos más haciendo que nos sintiéramos más humilladas al tener que servir a un hombre bastante más joven que nosotras. En cualquier caso, mejor así. Tener que soportar aquello con chicas jóvenes sería aún más bajo y degradante pues bien podrían pensar en "viejas" viciosas al entregarnos a Javier. Además, intuí creo que muy acertadamente, que la casi coincidencia en nuestras edades, bien podría ser premeditado y parte importante de un plan para someternos más. De entrada, una chica joven no tenía el serio compromiso de ser casada y con hijos y además se mostrarían más rebeldes aunque obedeciesen. Ya se sabe, la juventud es más atrevida y resuelta a la hora de enfrentarse al peligro, no lo ven o no se doblegan tan fácilmente a él y, por tanto, de seguro no se mostrarían tan complacientes con los clientes.. Muy bien podrían ser esas las razones de que quisiera mujeres ya mayorcitas.

Hola, yo soy Juli…- Inmediatamente una de ellas me tapó la boca y me dijo muy bajito que no usara mi verdadero nombre cuando él estuviese presente. Que más tarde y a solas las cuatro, los sabríamos. ¡ Santo Dios ¡ Aquello era toda una pesadilla.

Vale, está bien.. Yo soy Danessa.-

Pues encantadas de conocerte Danessa. Dame tu abrigo a vamos a ver al señor (lo dijo con cierto sarcasmo. Estaba claro que estaban en mi misma situación.. Menos mal.. Estaba deseando saber algo más sobre ellas..).

Te entendemos perfectamente pues como ves nosotras ya pasamos por lo mismo que tú, pero procura no llorar o se cabreará y será peor. Así que por favor aguanta esto cariño y vamos a procurar las cuatro llevarlo lo mejor posible. No podemos hacer otra cosa.-

Seguí a duras penas su consejo secando mis lágrimas. Estaba claro que, como yo, temían sus crueles enfados.

Cuando llegamos al salón, Javier estaba cómodamente sentado en un sillón hablando por teléfono.

Las tres mujeres se pusieron en fila ante él, esperando a que acabase de hablar. Layca me indicó con un gesto que me pusiese detrás de ella, cosa que hice al instante esperando como ellas y observando el salón que estaba hecho una pocilga: dos mesas llenas de vasos y platos con restos de comida y bebida; botellas vacías tanto en los asientos como en el suelo. Todo hecho una porquería, estaba claro que la noche anterior había tenido allí toda una bacanal con sus amigotes. Vasos con restos de carmín evidenciaban que también habían estado con mujeres. Toda una juerga cuyas secuelas nosotras íbamos a limpiar y para eso trajo aquí a sus hembras esclavas, putas y criadas.

Colgó el teléfono después de hablar con aquella estúpida risita y prepotencia mientras nos observaba e inmediatamente se dirigió a nosotras mirándonos con aquella deshonesta lascivia en sus ojos que yo tan bien conocía.

Bueno nenas, podéis empezar y rápido. Ya veis como está todo esto. Anoche estuvieron aquí algunos amigos con sus novias y parejitas e incluso algunos se quedaron a dormir, por lo que las habitaciones de arriba estarán también que habrá que verlas, lo mismo que los aseos. Quiero todo esto reluciente ya pues entre cuatro mujeres no os resultará nada complicado.. ¡ Así que venga ¡ -

Empezar, no era empezar a limpiar. Sino a presentarnos debidamente ante él según el protocolo que yo le hacía cada vez que nos encontrábamos. Es decir, Terry se puso ante él, levantó su falda primero por delante y luego por detrás, del todo, mostrándole su pubis y nalgas, se quitó despacio los zapatos y medias, para a continuación sacarse la camisa y la falda hasta quedar completamente desnuda ante Javier. Se apartó y a continuación Pinki procedió a lo mismo (como tantas veces había hecho yo); siguió Layca y en cuanto quedó completamente desnuda, me tocó a mi que hice exactamente lo mismo que tantas veces le ofrecí, pero con la vergonzosa y terrible diferencia de ser sólo para él una más de sus putas esclavas e incluso perras. Todo aquello me parecía delirantemente irreal… ¿Cómo imaginar hacía tan solo veinte meses que acabaría de aquella sórdida y pervertída forma…?-

Bien, ahora poned atención. Quiero hablaros.-

Como yo, ellas sabían lo que eso significaba: poner toda nuestra atención arrodillándonos ante él, con las piernas bien abiertas y las manos cruzadas en la nuca o detrás de la espalda.

Primero a ti Danessa.. En adelante observarás las normas de la casa que éstas tres te irán enseñando. Un buen comienzo para ti ya que ahora mismo no sabes nada puede ser aquello de "Donde fueres, haz lo que vieres.." O sea que tomes nota de lo que vayas viendo y compórtate exactamente según veas hacen éstas.-

Sssi..Si Javier.-

Perfecto, procura no olvidarlo y se te escape alguna vez las tonterías a las que estás acostumbrada como tus lloriqueos y no excuses tus errores u omisiones conmigo en que acabas de llegar y no sabías esto o aquello . Y mucho menos en presencia de mis amistades, clientes o conocidos. Si eso llegara a ocurrir, te aseguro que sería por última vez, ya que te haría "recordar" y muy bien, cómo debes comportarte siempre, como simple hembra que me pertenece igual que las otras: con absoluta diligencia, sonriente y con agrado.. Cuidado con las caras largas.-

Asentí con la cabeza, pero no quedó satisfecho sólo con eso. Quería mi total entrega y rendición.

Nunca me afirmes o digas algo con gestos. Quiero palabras, bien claras y audibles.-

Perdón Javier.. Entiendo muy bien cómo debo tratarte, sobre todo delante de otros hombres.- Respondí pugnando de nuevo por no echarme a llorar.

Eso es putilla. Espero que no te equivoques por tu bien.-

Descuida Javier, será siempre como tú dices.-

Te digo no. ¡ Te Mando ¡-

Si, si Javier.. como tú mandes.-

Bien, aclarado esto y como venís a limpiar, vais a empezar por limpiarme la polla. Anoche no me duché, no me apetecía ya que acabé bastante cansado. Así que ya sabéis lo que tenéis que hacer: cada una a chupármela.. ¡ Venga ¡ Además ya sabéis que me ponéis cachondo cuando os presentáis a mi como me gusta que lo hagáis.-

En silencio, las cuatro hicimos una fila de rodillas que empezó con Terry. Le desabrochó la cremallera del pantalón y, muy suavemente, (como observé lo hacía y conociendo cómo le gustaba a Javier) sacó su pene delicadamente con sus dedos y lentamente, después de los obligados besos de respeto a su verga, la fue metiendo en su boca ensalivándola generosamente bien.

No pongas caro de asco puta. Ya sé que huele mal, os he dicho que anoche no me duché, pero le debes respeto a ésta polla que tanto te gusta.-

Terry movió negativamente la cabeza dando a entender a su señor que no sentía ningún asco; pero era evidente que aquello no era verdad. No debía responder con gestos, como ya me ordenó a mi y sin duda sabrían las demás, pero tampoco podía sacar de su boca el pene al que muy esmerada y respetuosamente atendía, sin permiso de su dueño. Era la excepción a su regla, al menos que ordenase otra cosa.

Claro que no mujer. Además, pronto dejará de oler mal ya que tú y tus compañeras me la vais a dejar bien limpia.

Y una cosa más observé que me dejó petrificada. Una vez desnudas las cuatro y de rodillas ante él, vi horrorizada que las cuatro mujeres llevaban (además y como yo, de la consabida cadena que cerraba nuestros tobillos) tatuadas en su nalga derecha la "H" del primer apellido de Javier: ¡ Dios mío ¡ Estaba claro que yo también la llevaría… ¡ Y cómo iba a justificar aquello ante mi familia…?. Era un tatuaje bien visible: aquella letra era intensamente negra y ribeteada de rojo y mediría unos seis cms. de ancho por otro tanto de largo.

Viviría constantemente ocultando el culo a mi familia; sobre todo a mi marído, quien de vez en cuando gustaba de toquetear y lamer mis nalgas en la cama cuando me tenía totalmente desnuda.. ¿Qué iba a decirle en cuanto la viese…?-

¿Cabía mayor insensatez, a sabiendas de que tenía una familia, que obligarme a esconder parte de mi cuerpo o someterme a la encrucijada de no saber qué decir a mi pobre marido…? Con mi hijo no habría problema.. Ya era mayor y no tenía por qué verme desnuda. Pero y las veces que me desnudaba delante de mi hija por mostrarnos alguna prenda, vestirnos juntas o cosa parecida como muchas veces hacen madres e hijas… Aquel hijo de puta no miraba ya nada.. Únicamente le importaba que llevásemos su marca, "marcadas como suyas..": Marcadas, como dije antes, como todo lo demás allí; su J y H en todas partes, incluyendo nosotras, como cosa más de sus muchas pertenencias que debían lucir su signo de propiedad.

Abrigaba la esperanza de que las demás no tuviesen compromisos como yo (que fuesen separadas, divorciadas o solteras, sin problemas para llevarlo) y por tanto a mi me dispensara de llevar ese tatuaje.. ¡ Ojalá ¡ Pronto lo sabría.

Ordenó a la siguente, Pinki, quitarle el pantalón y calzoncillos mientras Terry se apartaba un poco para dejarle sitio a su compañera. Ya sabían qué venía a continuación: mientras Terry se afanaba en seguir chupándole, Pinki se encargaría ahora de ensalivarle, masajearle y acaciriarle a conciencia sus testículos. Dos hembras ahora, dándole todo el placer que quería, exigía y disfrutaba.

Javier por su parte, abrió completamente sus piernas para gozar plenamente de los labios y lenguas de sus hembras mientras Layca y yo contemplábamos la escena y, por mi parte, (supongo que por la de Layca también) envidiando humilladas en lo más profundo de nuestro ser la agradable y lujosa vida de aquel astuto e inteligente degenerado y además lo que las otras dos mujeres gozaban aunque fuera por la fuerza; pero además y sobre todo, sentirnos excitadas y super cachondas mirando atentas aquel abyecto "cuadro.."

Así las tuvo durante unos diez minutos hasta que de nuevo ordenó,

¡ Cambiáros ¡-

Inmediatamente las dos mujeres se pusieron de pie junto a los reposabrazos del sillón, poniendo sus desnudos cuerpos al cómodo alcance de sus manos, que no tardaron en invadir las vaginas de ambas, quienes respetuosamente, se las ofrecían impúdicamente inclinando levemente sus vientres adelante para facilitarle al señor el tocamiento. Y lo mismo hacían con sus pechos en cuanto Javier simplemente sacaba sus dedos de una o las dos vaginas, en ademán de tocarlos. Los ofrecían inclinando sus cuerpos hacia él para que ni siquiera tuviera que molestarse en simplemente alargar las manos.

"Donde fueres, haz lo que vieres…" Lo dejó bien claro, así que gatee detrás de Layca hasta llegar a tener en mi boca sus empapados huevos de la saliva de la otra mujer, mientras Layca hacía lo propio con su pene.

Empecé por lamer todo su mojadísimo escroto, para a continuación chuparle suavemente, metiéndolas en mi boca, cada una de sus hinchadas bolas.

Notaba como Layca se esmeraba en darle placer a su pene en un lento mete y saca hasta la garganta.. Javier daba leves quejidos de placer disfrutando las caricias de dos bocas femeninas bien húmedas y entregadas a sus genitales.

¡ Danessa la polla ..!- Ordenó imperioso.-

Siempre de rodillas, Layca fue a ocupar mi lugar de inmediato, y yo obedecí al instante encontrándome frente a mi auténtico y verdadero dueño.. Allí estaba, tieso, durísimo, exigente e imperioso reclamando la continuación de su placer brillante de saliva, perfectamente empapado de ella, pero ésta vez no era la mía; no por mi, que me lo encontraba seco al entregarme a él tantas y tantas veces y era yo sola quien le complacía mojándolo suavemente. No, ésta vez no fui yo sola, cuando creía ingenuamente que era sólo mío…Ahora iba a disfrutar de mi boca como siempre, pero habiendo ya gozado de otras.

Daba espasmos, exigiéndome severo, autoritario y despótico a la vez que burlón, que le entregase aquello que por legítimo derecho le pertenecía: una boca más de mujer con la que continuar disfrutando. Una simple boca más sometida a su insultante deseo.

Imaginé mientras lo besaba respetuosamente, que sólo le faltaban dos ojos con los que mirarme y mofarse de la vejación a la que me sometía.. Los ojos de Javier que con toda seguridad me estarían mirando de esa forma.

Lo fui metiendo lentamente en mi boca, limpiándole al mismo tiempo de los restos de las otras mujeres, tragándome yo aquellos jugos salivares que no eran míos, mientras él gozaba de mis suaves caricias que le prodigaba con total entrega y esmero. Llegó hasta mi garganta y como siempre me obligó a dar una pequeña arcada; pero eso a él qué le importaba. Ahora era Layca quien estaría tragando mi saliva como yo antes la suya pues estábamos obligadas a soltar toda cuanto tuviésemos para mayor lubricación y por tanto, mayor placer y deleite del pene al que debíamos adorar regalándole todo el placer y satisfacción que nos exigía.

Sentía sus contracciones de placer mientras lo sacaba muy despacio de mi boca; continuamente chorreándole saliva, y una vez llegado al hinchado y palpitante glande, mover mi lengua en círculos a todo su alrededor acariciándolo delicadamente a la vez que me escupía gotítas presemináles que yo iba tragando sin descuidar un solo segundo el placer y deleite que gozaba dentro de mi boca.

Tenía que hacer de todo: lamer, meter la punta de la lengua en su orificio, chupar, mamar, acariciar con lengua y labios, dejar fluir abundante saliva, lamer con todo el ancho de mi lengua (como si de un helado se tratara) su tieso miembro y ello sin que él tuviese que molestarse en ir ordenándome qué debía hacer en cada momento.. Un largo proceso que ya había más que memorizado y en el que Javier me instruyó sólo un par de veces con la seria advertencia de no tener que volver a repetírmelo. Chupársela, significaba hacer todo aquello que a él le gustaba sin ni siquiera molestarse una décima de segundo en decirme qué hacer ni una sola vez. Sólo tumbarse en un sillón y dejarse hacer, completamente seguro de gozar de las más que bien estudiadas y memorizadas" atenciones" de su hembra, sin omitir ni uno sólo de sus gustos.

Naturalmente, a las otras mujeres las tendría igualmente instruidas.

Pleno y mimado placer, privilegio sibarita obtenido de la más absoluta entrega y dedicación de cuatro mujeres esclavas de su propiedad y en consecuencia, a sus pies y a su servicio para lo que fuera (cualquier cosa) con tal de satisfacer sus perversos deseos y caprichos. Todo un ejemplo de verdadera posesión de mujeres en Occidente, y en pleno siglo XXI.

Estaba ya "a punto.." Me lo decía la experiencia de las muchas veces que tuve que chuparsela.. Y así fue; a los pocos segundos nos llegó su imperiosa y exigente orden,

¡ Quieta puta ¡ No te muevas; abre bien la boca y sácala sin tocarme la polla.-

La saqué despacio como me mandó: Un solo roce de mis labios y ya no hubiese podido contener el torrente de semen que ya le asomaba en la punta del glande. Iba a correrse de un momento a otro, pero no quería hacerlo en mi boca. Ya sé que no tengo perdón, después de tanta bajeza y vejaciones, pero deseaba con todo mi corazón acoger en mi boca aquel caliente, abundante y espeso líquido que tanto llegó a gustarme a pesar de la repugnancia que al principio me daba hasta casi hacerme vomitar como lo hice la primera vez. Era increíble que ahora lo anhelara.. Era increíble cómo era yo ahora; en lo que me había convertido aquel hombre.

¡ Cambiáros otra vez..! Y RÁPIDO..!- Inmediatamente corrimos a ocupar nuestros lugares. Como donde fueres, haz lo que vieres…me puse de pie a su lado, ofreciéndole con las piernas abiertas, acercándole mi vientre, invitándole sin el más mínimo atisbo ya de pudor ni vergüenza, a que me tocara a su antojo. Exactamente lo mismo que hacía Layca.Pellizcó con fuerza nuestros labios vaginales antes de meter dos de sus dedos en la vagina de cada una llevándolos en movimiento rotatorio hasta el fondo de nuestro interior. Las dos estábamos completamente mojadas y a ambas nos miró con insultante sonrisa.

Éstas son mis niñas.. Las cuatro con "mis" coños bien mojaditos y empapados para mí.. Estáis chorreando hasta los muslos; eso me gusta. Ya veis que por naturaleza sois hembras complacientes con el macho; lo lleváis dentro. Una buena polla tiesa os pone a cien como buenas putas que sois y lo sabéis. Así que dejaros de remilgos pueriles y tontos y entregáros a esto como lo venís haciendo: poned de acuerdo vuestras mentes e ideas con vuestros coños y disfrutaréis más de la vida. Sed inteligentes gozando también de todo esto porque de todas formas, no os queda otra opción. Esto va sobre todo por ti Danessa. Sé que para ti resulta más duro ya que acabas de integrarte en algo que ignorabas, pero como te dije cuando veníamos, tranquila; es sólo cuestión de tiempo. Terry, puedes acabar.. Me empiezan a doler los huevos.-

Nuestras húmedas vaginas le daban toda la razón (por mucho que nos humillase) para largarnos aquel discurso con el que, como siempre, nos sometía aún más.

Mientras nos hablaba, tuvo a Terry frente a su verga, (sin tocarla hasta que acabase de insultarnos del todo) de rodillas y a la espera de la orden final. Ella obedeció y bastaron dos o tres caricias más de su boca para que nuestro "adorado" señor le escupiera toda su carga en la boca.

Javier se estremecía de placer soltando el esperma largo rato contenído y una vez acabado, Terry se esmeraba ahora en chuparle a conciencia para limpiarle y secarle completamente, tal y como él exigía. Luego permanecía muy quieta, con su boca llena de aquel falo decreciente y su semen, hasta nueva orden.

La razón de correrse en la boca de Terry, era por aquello de que todas, nos lo teníamos que comer todo…Es decir, Terry fue la primera en chupar encontrándose el pene sucio aunque seco; pero también tenía (como todas) la obligación de "comerse" la saliva babosa y abundante de las demás. Una más de sus vejatorias normas para hacernos sentir aún más viciosas y por tanto, más degradadas ante él..

¡ Ya vale..! Os habéis portado.. Como siempre. Y para ti Danessa, mi enhorabuena. Para ser la primera vez, no has estado nada mal…Memoriza esto como todo lo demás que te he enseñado y sabes que me gusta.-

Terry se alejó de él con la boca cargada de su esperma y esperando a que Pinki le acabase de limpiar y secar del todo con sus tetas. Una vez limpio, seco y del todo satisfecho, ésta se arrodilló delante de Javier al igual que Layca; ambas con las manos en la espalda, la cabeza inclinada hacia atrás y las bocas bien abiertas. Layca me hizo señas de que me pusiera a su lado. Rápidamente las imité abriendo mi boca con la cabeza hacia atrás, de rodillas con ellas y a la espera de lo que vendría a continuación: Terry se puso detrás de nosotras e inclinándose hasta poner su boca muy cerca de las nuestras, nos fue escupiendo a cada una parte del esperma de Javier que llevaba en la boca… Todas, nos lo teníamos que comer todo..

Como ellas, fui acogiendo en mi boca la parte de semen que tanto deseé hacía sólo unos momentos. Pero siendo el mismo, no era ni remotamente lo que yo quería; ni mucho menos. Aquello resultaba, además de denigrante y sucio, mucho más asqueroso.

Concluida la operación, las cuatro tuvimos su permiso para tragarnos el esperma que tan dócil y complacientemente le sacamos a su total y completa satisfacción. Como absoluta y de total satisfacción y triunfo fue la mirada que nos dirigió.

Perfecto nenas.. Poneros los huevos y a trabajar. Yo voy a mi despacho, tengo cosas que hacer. No olvidéis que quiero todo esto reluciente.. ¡ Ah ¡ Y una de vosotras que vaya al garaje. Uno de los coches está que se lo come la mierda; también lo quiero impecable.-

Vale Javier, lo que tú digas.- Respondió sumisa y hasta complacida Pinki que era la que más a gusto parecía sentirse allí; no sólo conforme y resignada como las demás, sino hasta feliz de servir a Javier.

Lo de los "huevos," consistían efectivamente en eso: Unos huevos metálicos que teníamos que meternos en nuestras vaginas durante todo el tiempo que estuviésemos trabajando en su casa. Eran del tamaño de uno normal de gallina, más bien grandes y que se ajustaban bien a nuestras vaginas; tenían en uno de sus extremos un cablecillo también metálico que además de servir para sacarlos, era así mismo la antena.. Javier los manejaba mediante un mando a distancia para avisarnos a cualquiera de nosotras cuando necesitaba o simplemente deseaba alguna cosa. La desagradable particularidad que tenían era que al avisarnos accionando el mando, el huevo nos soltaba una descarga eléctrica que nos paralizaba las piernas al sentirla. Por suerte, esa descarga siempre era de muy corta duración si no nos demorábamos en atenderle. Pero esa sacudida eléctrica podía muy bien hacerte caer al suelo, insensibles las piernas y la vagina, al recibirla de forma prolongada si no corríamos, como digo, a servirle con la prontitud que siempre nos exigía; y más aún estando como estábamos, descalzas y completamente desnudas.

Esto me explicó Layca cuando íbamos de camino a buscar los trastos de limpieza… De todo punto aberrante, cruel y de auténtico psicópata. Y las otras dos mujeres iban con toda diligencia, charlando y sonrientes como quienes cumplían una tarea de lo más normal.. Aunque no tan dócil como Pinki, observé que Terry iba camino ya de ser como ella: bien "domadas" las dos, adiestradas y por días más acostumbradas hasta llegar al servilismo casi en sazón de ser voluntario.. Justo lo que Javier pretendía conseguir de nosotras.. Layca y yo éramos aún algo más reticentes a sentir de esa forma, aunque obedeciéramos como ellas. Normal, fuimos las últimas en descubrir e ingresar al "harén" de Javier y lógicamente nos costaba mucho asimilar todo aquello. Pero estaba claro como el agua y a tenor del discurso de Javier, (por lo que le demostramos sabiéndonos excitadas) que acabaríamos como ellas.. Eso me asustó: ser la esclava de por vida de un hombre; complacerle en todo sus perversos caprichos sexuales o de cualquier otra índole, y encima sentirme feliz así enterrando para siempre mi carácter, mi voluntad y mi personalidad toda, para entregárselas a un hombre que podría hacer conmigo lo que quisiera: desaparecía del todo la decente y normal Julia, ama de casa esposa y madre, que renunciaba a ese estado completamente rendida a Danessa, esclava demencialmente feliz de pertenecer a Javier, lo mismo que las otras mujeres.

Ya en el trastero de la cocina (donde hasta allí mismo se palpaba el boato y lujo de la casa por su orden y pulcritud) comenzamos a charlar y repartirnos las tareas.

Fue Terry quien mientras nos repartía los utensilios de limpieza: cubos, paños, detergentes etc.. habló presentándome a las otras y a ella con sus verdaderos nombres y edades.

Bueno Julia me presento, mi nombre real es Sandra, tengo 46 años y soy divorciada desde poquito después de conocer a nuestro "amo y señor" (dicho como triste sarcasmo). Mi matrimonio no iba muy bien, así que decidí irme con Javier creyendo que hasta nos casaríamos y todo, y ya ves donde he llegado a parar.. Así que entiendo perfectamente cómo te sientes ahora mismo. Como ya te dijimos al principio, nos tiene bien atrapadas y aunque no me importa ya que mi marido descubra todo el material de vídeo que tiene de mi, sí que me importan y mucho, mis tres hijos y mis padres; por no hablar de las deudas que tengo contraidas con él y con las que hasta incluso podría meterme en la cárcel. Así que me resigné y aquí me tienes, esclavizada, chuleada y sin poder hacer nada por remediarlo. Te aconsejo que hagas lo mismo y así te será más llevadero.- Luego siguieron las otras…

- Yo me llamo Virginia y tengo 41 años. Llegué aquí después de Terry, que fue la primera en ser la víctima de todo esto. Separada y sin hijos.. Pero también en manos de Javier por mis padres y porque no me gustaría nada que todo mi entorno conozca lo que soy y en lo que me he convertído.. Además trabajo como dependienta en unos grandes almacenes con un contrato eventual (tiemblo sólo de pensar que mis compañeros supieran lo puta que soy y vieran las guarrerías que he tenído que hacer para Javier).Javier es íntimo amigo del director, de manera que puede ponerme en la calle cuando quiera.. Y a ver donde consigo un trabajo como ese a mi edad… Así que no me queda otra que obedecerle en todo lo que quiera. Pero no te preocupes demasiado Julia, aunque también te comprendo, verás que después de todo no es tan malo… A veces tiene sus detalles y no nos castiga casi nunca a menos que cometamos una falta muy grave.. No se está tan mal y a veces hasta nos divertimos un montón cuando él no está… Aunque ahora eso te parezca imposible.-

Y yo soy Laura, 44 añitos.. Sigo casada aunque no creo que por mucho tiempo. Javier no para de presionarme para que me separe de una vez. Parece que quiere la
"exclusividad" conmigo.. Eso de tener que esperar a que pueda "escaquearme" de mi casa para atenderle no le hace ya ninguna gracia. Tengo dos hijos maravillosos y por nada del mundo quiero que descubran lo que hace su madre. En fin, como te han dicho Sandra y Virginia, hay que apechugar con lo que nos ha caído. Nos equivocamos y ahora tenemos que soportar el castigo de ese error.. Cada vez aguanto esto más fácilmente, me voy acostumbrando ya a mi nueva vida porque, de todas formas, no puedo hacer nada para liberarme. Como a las otras y a ti misma, también me tiene prisionera con esos vídeos..-

Tal y como supuse, las tres estaban en mis mismas condiciones. Ahora me tocaba presentarme a mi,

Bueno ya sabéis mi nombre, tengo 42 años, casada y con dos hijos que son mi vida, y al igual que Sandra y Laura, daría mi vida porque jamás sepan a lo que he llegado por culpa de la grandisima equivocación de enamorarme de quien no debía.. También como vosotras, he llegado a tomarlo como un castigo Divino por engañar de forma tan ruín a quienes no lo merecían ni merecen en absoluto.-

Conociéndonos ya un poco mejor, Sandra dio muestras de inquietud pues el tiempo pasaba y teníamos bastante trabajo por delante. Así que a las tres nos fue entregando los dichosos huevos.

Bueno chicas, id metiendoos estos cacharros por si el "señorito" nos avisa para atenderle en cualquier capricho que se le antoje. Julia acude rápido si sientes "el aviso," es como si metieras los dedos en un enchufe, peor aún por la zona donde lo recibes.-

Pero si él toca el mando ese calambre lo sentiremos todas ¿no..?-

No, como ves están numerados. Cada huevo tiene su mando que no interfiere con los otros. Si me quiere a mi presionará el 1; si quiere a Virginia tocará el 2; si a Laura el 3 y a ti el 4. Ya ves que tu huevo lleva grabado ese número.-

Y efectivamente, antes de metérmelo vi el nº 4, pequeño y en relieve. Entró sin mucha dificultad a pesar de mi estrechez vaginal que ya no era tanta desde que conocí a Javier. En las otras mujeres entró de un leve empujoncito, como pude comprobar. Estaban más dilatadas que yo; y a eso había que sumarle la bochornosa lubricidad de nuestras vaginas.

Bueno vamos allá. Virginia y Sandra, ocuparos de las habitaciones de arriba; Julia tú y yo al salón. Luego nos sorteamos quien va al garaje. Allí no hay calefacción aunque nos permite a la que vaya ponerse al menos una bata de esas tipo servicio doméstico. Ya sabes, una de esas grises y con la solapa del cuello blanco. Eso si, descalza.

Llegamos al salón y nos encontramos como dije con un desorden y suciedad que era difícil saber por donde empezar..

Quieres ir recogiendo cubiertos y vasos y llevarlos a la cocina o prefieres fregar el suelo..?- Dándome a elegir.

Me da igual Laura.. Pero, ¿Y la fregona..?-

Es el trapo que llevas en el cubo. Aquí fregamos el suelo de rodillas, a la antigua usanza. Según él, el suelo queda más limpio… Lo que entenderá de limpieza; ya puedes figurarte que nos manda hacerlo así para rebajarnos aún más. Además dice que le gusta vernos el culo mientras fregamos así.- Lo entendí perfectamente conociendo lo perverso que llegaba a ser Javier.

Vale Laura; yo me encargo del suelo. Tú lo habrás hecho muchas más veces que yo.-

Gracias Julia. La verdad es que si.. Y me deja las rodillas hechas polvo.

Me fregué todo el suelo del salón. Y en verdad que mis rodillas lo acusaban bastante. Cuando estaba cerca de algún sillón o sofá, podía ver allí los restos de la juerga que se habían corrido allí la noche anterior. Debían ser gente de lo más cerdos y guarros por lo que veía en ellos: restos de licores, de café, de frutos secos y manchas secas y blanquecínas que sin duda podrían ser de semen. Lástima de aquellos lujosos asientos tan mal tratados. Suerte que siendo de piel, Laura sacaba bien esas porquerías.

Caí entonces en la cuenta de que el muy asqueroso de Javier no se había duchado la noche anterior como nos dijo. A saber si no había estado follando con alguna guarra y al limpiarle nosotras con nuestras bocas, habernos contagiado cualquier cosa. No era nada de extrañar estando en plena juerga y con unas copas de más, que hubiese estado con otra u otras mujeres. Solo me quedaba el consuelo de pensar que no se relacionaba con mujeres vulgares de éstas que son "esponjas" de todo tipo de infecciones. No, no creía ni esperaba eso de él conociendo lo escrupuloso que era para la limpieza e higiene de donde metía su polla como solía decirme y demostrarme siempre. Así que por ese lado quedé tranquila.

Fregando la escalera de mármol, bajó Javier pisándome los escalones ya limpios y casi secos. Tuve que volver a limpiarlos de sus pisadas. Al poco tiempo volvió a subir con unos papeles en las manos. De nuevo me obligó a tener que limpiar las marcas que fue dejando de sus zapatos. Naturalmente, no se me ocurriría decirle que no me pisara los escalones ya limpios. Estaba en su casa y no iba a preocuparse por destruir el trabajo de su simple criada y esclava. Para eso me tenía allí: para limpiar su casa, y podía moverse por ella por donde y cuando le diese la gana.

Unos minutos después de volver a su despacho, con toda la escalera ya limpia, sentí un insoportable calambre en mi vientre que se extendió a mis muslos.. Me llamaba cruelmente a su presencia y allí corrí.. Llamé tímidamente con los nudillos a la puerta y oí su voz autorizándome a entrar.

¡ Pasa ¡

Si Javier, dime…- Caminando de puntillas hasta su mesa como sabía le gustaba: una muestra más de respeto.

Veo que aprendes rápido nena, eso está bien. Tráeme un café-

Claro, enseguida te lo traigo.-

Había que interrumpir las tareas para atender al señor. Corrí a la cocina a prepararle el café. Allí me encontré a Laura fregando una montaña de cubiertos y vasos.

Quiere café ¿ no..?- Me preguntó sabiéndolo ya de antemano.-

Pues si…-

Está hecho ya. Solo tienes que ponérselo en la taza y subirlo. Ya le conoces, no le gusta esperar y te hubiera dado "un aviso" más fuerte metiéndote bulla..-

¡ Oh Laura ¡ No sabes cómo te lo agradezco. He sentido el calambrazo ese y no creo que hubiese soportado otro más largo.-

Ya lo sé cariño, por eso preparé el café. Sabía que iba a pedirlo de un momento a otro. Y esos calambrazos, aunque mas largos, también se soportan aunque no te lo parezca ahora. A mi me los ha dado así varias veces y aunque creí que me moría, al poco rato ya no sientes nada. Aunque dolorosos son de poco voltaje, solo que al estar en un sitio húmedo nos hacen más sensibles a ellos.

Vale Laura, gracias otra vez; eres un cielo.-

Entré de nuevo a su despacho, tocando antes respetuosamente a su puerta, y le puse el café en la mesa. Como siempre, yo misma le puse el azúcar y lo removí, permaneciendo de pie y en puntillas. No quería que me pillara en ningún fallo.

- Acércame el tabaco que me he dejado en aquella mesa.-

¡ Claro ¡ - Le llevé el tabaco y encendedor hasta su mesa, le puse el cigarrillo en sus labios ofreciéndole lumbre hecha un ovillo de sumisión y respeto. No quería más "pinchazos" eléctricos en mi entrepierna.-

Quería preguntarle un par de cosas pero no me atrevía viéndole tan enfrascado en su trabajo. Ya no era ni remotamente el mismo hombre con quien tanta confianza tenía. La imagen y aspecto de hombre importante, solemne y duro, dueño de todo aquello y de cuatro mujeres, me inspiraban mucho más temor y respeto del que jamás hubiese imaginado; era como estar ante un poderoso e influyente personaje a quien se le debía total y absoluto respeto y ante quien me sentía ahora más insignificante, sumisa, servil y dócil que nunca.. Y sobre todo, estando como estaba completamente desnuda ante él, confortable y elegantemente vestido…No obstante me atreví,

Perdona Javier, ¿puedo hacerte una pregunta…?-

Di lo que sea y rápido. Estoy bastante liado- Me respondió tajante y autoritario.-

Supongo que me mandarás tatuarme como a las demás…¿Cómo voy a ocultar eso a mi familia…? Y otra cosa es que son ya casi las doce y media y como sabes tengo que estar en mi casa como mucho a la una y media para preparar la comida a mi marido y mis hijos.. Quería tu permiso para poder irme si tú no puedes llevarme.-

Sobre el tatuaje, por supuesto que vas a llevarlo; y dentro de poco tiempo. Te he cogido cita para que te lo hagan el jueves por la mañana.. En cuanto a irte, hoy no hasta por lo menos las siete de la tarde. Lo que hagas y digas a tu gente sobre ambas cosas es tu problema.. Laura puede ayudarte; también es casada y sabe cómo montárselo cuando quiero tenerla aquí..-

Pp.. Pero, Javier por favor…Además el jueves tengo que ir a ver a Don José como me mandaste..- Le supliqué. Tal vez así, y no acordándose ya de su anciano amigo me librase del tatuaje, pensé ingenuamente.

¡! Te he dicho que tengo mucho trabajo ¡! Así que lárgate y sigue trabajando no me molestes más con tus tonterías; ya me tienes harto con tu maridito de los cojones. Y a Don José, por supuesto que irás a "verle," pero por la tarde. Él ya lo sabe.. Así que ve buscándote otra excusa para estar con él.-

Me lo escupió de forma tan tajante e imperiosa, que no me atreví a replicarle.. Fue una orden terminante, y a sus órdenes había que contestar como si del ejército se tratara.

Vale.. vale, está bien… Como tú digas.- Le respondí sumisa, asustada y a punto de llorar otra vez..-

Salí del despacho, caminando de puntillas para aquel hijo de puta que sin duda me estaría mirando y si no me veía andar así, de seguro me largaría otro latigazo con su mando para recordarme cómo debía tener mis desnudos pies ante él.

Corrí a la cocina en busca del consuelo y sobre todo de algún consejo creíble y válido de Laura que me sacara de aquel atolladero. ¡ Dios mío, qué excusa iba a dar a mi familia…? Tal vez Laura me diese alguna idea. Lloraba angustiada, mis ojos arrasados en lágrimas pensando en mi pobre familia.

Tranquila Julia, tranquilízate.. No es tan complicado.. Supongo que en casa estaréis mal de dinero ¿no..? como todo el mundo.-

Pues si, la verdad es que si-

Vale, pues llama a tu marido y dile que te ha salido una entrevista de trabajo y que hay muchas mujeres esperando; que es una buena oportunidad.. A él no le importa que trabajes, supongo..-

No, de hecho lo hemos hablado muchas veces. Hace mucha falta el dinero por los estudios de los niños y por como está todo.-

Pues ahí lo tienes.. Llámalo y dile que al menos quieres intentarlo y ésta noche le dices que han quedado en avisarte y que vas a comer con unas amigas que también esperan esa entrevista. En cuanto a comer, verás que él mismo no te pondrá pegas. Se apañaran bien por un día… Corre al teléfono y hazme caso.-

Así lo hice y gracias a Dios e increiblemente se lo tragó como si nada; y que no me preocupara por la comida, que ellos ya eran mayorcítos para prepararse algo de comer.. Señor, ese hombre era un santo.. ¡! Y lo que yo le estaba haciendo ¡! Incluso se habría ilusionado con la idea de una mejora en nuestra maltrecha economía.

Lo que ya dije una vez: merecía el peor de los infiernos por lo que les estaba haciendo a éste buen hombre y mis hijos.

Volví a la cocina y Laura me sonrió cuando le conté que su plan había salido perfecto. Le di las gracias de nuevo y ella me besó secando cariñosamente mis lágrimas.

Más tranquila ya. Me ofrecí a ayudarla, pero me dijo que tenía la cocina casi terminada; solo acabar de fregar los cacharros.-

Entonces bajaré a lavarle el coche.-

No Julia, eso tenemos que sortearlo.. Hace allí demasiado frío con solo la bata y descalza.-

Ni hablar Laura.. Para que te toque a ti con lo que has hecho por mi. Déjalo por favor, no me importa hacerlo.-

Bueno pues como quieras mujer. Pero lo que he hecho no tiene importancia y tú podrías librarte de pasar un mal rato de frío y además es un trabajo pesado y engorroso limpiar un coche, porque además tienes que hacerlo incluso por dentro.-

Ya lo sé, pero no importa.. No quiero que te pueda tocar a ti hacerlo. Además yo ya he terminado con el salón, la escalera y la entrada, mientras que las otras siguen ocupadas.-

Hablando de las otras Julia.. Verás, veo que en ti queda aún algo de la mujer que fuiste; yo siento lo mismo a pesar de ser la primera en llegar aquí y llevar tres años ya con Javier. Mis sentimientos están muy confusos: no si sé le odio o le amo. Me sigue gustando y me excita obedecerle y complacerle en lo que quiera; pero eso de entregarme a otros y que posea y disfrute con otras mujeres es lo que no acabo de asimilar.. Sin otros hombres ni más mujeres de por medio, como desde el principio creí que sería, hubiera sido para siempre la esclava de cualquiera de sus caprichos; su esclava real, de corazón y no forzada como me tiene. Porque desde luego lo del chantaje y coacción por el que me posee es lo que hace que le desprecie y lo rechace de mi corazón, aunque mi ruin y traicionero coño le responda como quiere en cuanto me ordena algo.-

Sí Laura.. Así es, pienso y siento como tú y ojalá que pudiese escapar de ésta pesadilla.-

Ya lo sabía.. Yo también quisiera escapar pero no podemos. Y te he dicho todo esto porque Virginia no es ya absolutamente nada de lo que fue.. Idolatra a Javier le haga lo que le haga y por eso tengo que decirte que cuides lo que hables o hagas delante de ella, pues no duda en traicionarnos contándoselo.. La escucharás más de una vez insultarle cuando estemos solas; pero se cree en el derecho de poder hacerlo solo ella.

En realidad es la que menos acepta que tenga otras mujeres; he visto su mirada de triunfo y una cruel y leve sonrisa en sus labios cuando nos ha castigado a Sandra o a mi. Aunque entienda nuestra situación nos odia, lo sé.. Quisiera a Javier para ella sola, pero no sabe o no quiere comprender que así estamos todas, aunque con una gran diferencia: Javier no necesitaría jamás de ningún arma para forzarla a nada; seguiría siendo su esclava igualmente. Lo lleva dentro de su corazón, está demencialmente enamorada de él y le quiere con avaricia y mezquindad, mientras que nosotras nos largaríamos si pudiésemos aunque en lo más hondo de nuestro ser lamentáramos toda nuestra vida no volver a verlo.. Hasta disfruta si él la castiga por haberla pillado en algún fallo que desde luego ella misma ha provocado para excitarle más y que se recree en ella. Siempre atenta a la menor necesidad o deseo de él; anticipándose a ello con toda diligencia y sumisión. Es una especie de robot fabricado por Javier y así es como se comporta.. Por eso te repito que tengas cuidado con ella si no quieres pasarlo muy mal. Algo que Javier sabe hacer muy bien. Ya le conoces y sabes las demoníacas ideas que inventa para castigarte cuando está muy cabreado…-

Sí, y tanto que lo sé.. Gracias por tu consejo Laura. Desde luego que me andaré con cuidado con Virginia. Él dice que no es un sádico, pero te hace dudar mucho sobre eso, sobre todo cuando se enfada o simula estar muy enfadado, para hacerse respetar más.-

Exacto.-

Y eso de las normas en ésta casa que me dijo me enseñaríais vosotras.-

Pues poco más de las que ya te tiene impuestas como a cada una de nosotras: pedirle permiso hasta para respirar, no utilizar nuestros nombres en su presencia, servirle andando descalzas y de puntillas, mantener la casa limpia si notamos algo sucio o desordenado, acompañarle si va a ducharse, vestirse, y como buen asqueroso que es cuando va a mear para que le limpiemos con la boca cuando acaba. Y bueno, servirle sexualmente como ya sabemos todas que le gusta sin que él tenga que indicarnos nada de cómo hacerlo.

En cuanto a si tiene invitados, ponernos nuestros uniformes de criada y mostrarnos muy "amables", respetuosas y serviciales con ellos.. "Serviles" más bien nos ordenó una vez. O sea, permitirles y hasta con agrado si nos magrean todo lo que quieran, mientras les servimos lo que nos hayan pedido llevarles. Cuando están en la mesa, debemos estar muy atentas a cualquier cosa que necesiten si que tengan que molestarse en pedirlo. Por ejemplo, si ves una copa o vaso casi vacíos, coges la botella de lo que sea, aunque teniéndolas ellos a la mano, (como en los elegantes restaurantes) y la vuelves a llenar. Lo mismo cuando pasan al salón a tomar café y copas… Ellos charlan, se ríen, se "achispan" y se lo pasan bien mientras nosotras de pie, seguimos ocupándonos esmeradamente y en silencio (nos prohibe hablar entre nosotras) de que no les falte de nada.

Normalmente siempre son los mismos, hombres con sus mismos gustos sexuales por la dominación.. Pero otras no, (las menos, afortunadamente) hay veces que vienen hombres que se quedan pasmados viendo el cuadro que ofrecemos. Se quedan como si les hubiesen trasladado a otra época en la que la mujer era menos que nada; como nosotras aquí y ahora. Eso si, encantados observándonos, lo que nos hace pasarlo muy mal. Cuando son "del gremio" mira, tiene un pase; se soporta mejor. Pero cuando son hombres de sexualidad normal, pues te miran como si una estuviese loca o fuese una pervertida mirándote atentos el collar, el tatuaje y con esos uniformes. Y por último, la regla de oro: Si un tío quiere llevarte a la cama a que le sirvas sexualmente, tienes que mirar a Javier pidiendo su permiso.. Y él asentirá o negará con la cabeza. Si niega, te arrodillas delante de ese hombre disculpándote muy humildemente; si afirma, pues ya sabes… La negativa puede ser porque esté pendiente de cerrar un negocio con ese hombre o algo así.. O tal vez trate de sacarle algo más a nuestra costa. Arrodillarnos y disculparnos dócilmente es muy tentador para cualquier hombre. El tío puede aumentar la oferta que sea, y entonces Javier "te autoriza" a que le acompañes al dormitorio y te "use," como le gusta expresarlo para que su invitado se sienta con más confianza en hacerte lo que quiera y de paso humillarte más haciéndote sentir más disciplinada y obediente, cosa de la que le encanta presumir.-

Pero y si él está charlando con alguien y no no está mirando..?-

Simplemente levantas la mano para que él te mire.. Tiene la habilidad de hablar con uno o más hombres, y al mismo tiempo nos observa sin que nadie se lo note, ni sus invitados ni nosotras. Pero no pierde detalle de cuanto hacemos. Ten eso muy en cuenta también.

Una noche, al comienzo de una cena, un hombre apuró la copa de vino que poco antes le serví yo misma. Sin darle más importancia, ese hombre se volvió a llenar él mismo la copa. No me di cuenta pues no esperaba que la acabase tan pronto.. Me hice la tonta viendo que Javier charlaba animadamente con uno de sus amigos y creyendo que no se percató de aquello. Pero cuando le volví a mirar, tenía sus ojos clavados en mi "lanzándome cuchillos.." Quise ir rápidamente a pedirle a aquel señor que me disculpase y me permitiera acabar de servirle yo; pero ya era tarde. Javier me hizo señas con la mano de que me acercase, me dijo al oído que fuese a por otra copa limpia, la llevase a donde estaba su invitado, llenarla y retirar la que se había servido él mismo y que me disculpase con él.. Inmediatamente obedecí y corrí a por otra copa, serví al señor poniéndome a su izquierda (como hacen los camareros profesionales) al tiempo que le pedía perdón por mi descuído. Mientras tanto, el tío me sobaba los muslos y el culo a su antojo mientras me decía que no tenía importancia, que estaba perdonada; le di las gracias por "aceptar" mis disculpas y, sin moverme de su lado mientras me estuviera tocando. Que esa es otra norma que he olvidado decirte, cuando un hombre te esté sobando, no debes moverte de su lado hasta que acabe y retire su mano de tu cuerpo; entonces vuelves a tu puesto de observación o a seguir sirviendo lo que alguno pueda necesitar. Pues bien, yo me retiré cuando aquel cerdo baboso se hartó de tocarme por donde quiso y seguí super atenta a mi tarea de servir creyendo que la cosa quedó ahí.. Pensando tranquila que Javier había quedado satisfecho al disculparme con el señor y éste aceptando mi descuido y perdonardo.

Pero no, nada más terminar la cena y cuando todos se hubieron marchado me llamó y sin más me cruzó la cara tres o cuatro veces. Me mandó traer la copa del señor y una jarra de dos litros completamente llena de agua. Me la hizo beber de dos en dos hasta acabar la jarra; luego me mandó volver a llenarla de agua. Pero ésta vez la jarra y la copa en la mesa del salón y él sentado cómodamente en su sillón conmigo a su lado me hizo ir a gatas hasta la mesa en el otro extremo del salón, beberme dos vasos de agua y regresar a su lado igualmente a cuatro patas; a los pocos minutos de nuevo me ordenó volver a la mesa y beberme otros dos vasos de agua más; pero ésta vez andando de rodillas con las manos en la nuca y así regresar otra vez a su lado. Al poco tiempo, de nuevo el mismo trayecto hasta la mesa, de rodillas y sin bajar las manos de la cabeza solo para beberme los dos vasos de agua; regresar con él para al poco tiempo volver con las rodillas bien dolorídas ya a beberme otros dos vasos y volver. Así hasta acabar la segunda jarra.. En total, cuatro litros de agua en menos de veinte minutos, empezando por caminar a cuatro patas y luego de rodillas con las manos en la cabeza. De esa forma, en postura tan forzada, el agua bajó rápido a mi vejiga llenándola en poco tiempo. Pronto me empezaron las ganas de orinar, pero no me lo consintió hasta que me diese permiso para hacerlo. Me mandó chupársela reclinándose muy cómodamente en su sillón, disfrutando de mis caricias en su polla, y yo empezaba ya a no poder aguantar las ganas de orinar.. Cerraba las piernas aguantando para no mearme allí mismo pues me amenazó con un castigo mucho peor si se me escapaba una sola gota de orina en su elegante y carísima alfombra.

Con aquel dolor en mi vientre no podía concentrarme bien y acariciarle de forma que se corriese pronto, lo que aún me resultaba más angustioso.

¡ Por fin ¡ y al cabo de quince eternos minutos más lo conseguí. Me soltó su gran chorro de esperma en la boca en varios e interminables escupitajos de su pene. Cuando acabó del todo, le limpié lo mejor que pude ya que tenía toda la boca llena y le sequé con los pechos. Como sabes, después de correrse su erección sigue siendo fuerte así que tuve que esperar a que aquello fuera bajando un poco para poder metérsela en el pantalón. A duras penas y con todo cuidado conseguí por fin cerrar la cremallera y mirarle suplicante.. Había cumplido mi castigo.. Pero la cosa no acabó ahí. Me ordenó caminar de nuevo de rodillas y otra vez con las manos en la nuca a la mesa donde me bebí toda aquella agua, escupir en la copa vacía su semen y volver de nuevo a sus pies con la copa en una mano y la otra en la cabeza; me mandó beberme el semen de la copa en varios tragos y lamerla hasta dejarla lo más limpia posible. Te puedes figurar con la desesperación que lamía para que viese la copa bien limpia y habiéndome tragado todo su esperma.. Un hombre no se molesta en llenar su copa ni en nada estando en mi casa donde tiene a su disposición tres hembras que yo le ofrezco para su comodidad.. Ese tatuaje que lleváis no es ningún adorno y por tanto un farol de mi parte que puedan pensar que me tiro con ellos. Saben que sois esclavas y cómo debe comportarse una esclava¿Está eso claro puta de mierda…? ¿Queda claro también para vosotras dos…?

Por supuesto respondimos que si con toda humildad y le rogué me permitiese ir a orinar. Me lo concedió por fin pero…De rodillas como hasta ahora, las manos en la cabeza con los codos separados al máximo y al jardín, mea en el césped como la perra que eres.. Le di las gracias como estamos obligadas al concedernos algo. Caminé hasta la salida de la casa y de rodillas como me ordenó. Primero el frío suelo de mármol de la entrada, después los escalones que fui bajando despacio y ladeando el cuerpo para bajar de forma lateral, primero una rodilla, luego la otra, lentamente y con mucho cuidado hasta llegar al suelo de piedra que hay antes del césped y que me laceraba mis ya torturadas rodillas hasta que muy laboriosamente y con el dolor en mi vejiga conseguí llegar hasta el bendito césped donde sentí el enorme alivio de soltar toda la carga de agua que tanto me estaba martirizando. Cuando acabé, me volví para regresar igualmente de rodillas y en el umbral de la puerta me encontré a Pinki quien informaría a Javier de que había cumplido mi castigo exactamente como él ordenó.

Y todo eso por un simple descuido. Un simple descuido nena, imagina lo que te haré por una desobediencia, falta de respeto o error grave.. Desde el preciso instante en que estéis conmigo, sólo o acompañado, vuestros cuerpos y voluntad me pertenecen: tenéis que asumir plenamente vuestra condición de esclavas y por tanto, olvidar del todo la mujer que fuisteis. Tomar absoluta conciencia de que solo sois simples e insignificantes hembras a mi servicio o al de quien os entregue.. ¿Entendído…?

Naturalmente las tres respondimos humilde y sumisamente que si. Sobre todo Virginia, quien además añadió que ella por supuesto que lo era desde que le conoció y que siempre lo sería.

Desde entonces no he vuelto a equivocarme en nada, ni pienso.. Hago y haré todo cuanto él me diga, sea lo que sea.. Él, o sus pervertidos amigos o clientes. –

Acabó aquella horrible historia llorando.. Me inspiró una profunda lástima y me acerqué a ella haciéndola poner su cabeza en mi hombro. Profunda lástima por ella y por mí misma.. Lástima y aún más miedo ahora que iba conociendo más a fondo hasta donde podía llegar la crueldad y cómo nos consideraba realmente Javier: "Insignificantes hembras," meros juguetes para sus perversos caprichos e intereses.

De repente se dobló flexionando sus piernas y juntándolas fuertemente mientras llevaba una mano a su vientre: era la humillante, exigente y cruel "llamada" de su dueño.. Nuestro dueño.

Voy a ver qué quiere.. ¿Terminas tú con esto..?-

Claro que si Laura.. Ve cariño.- Salió corriendo mientras yo acababa de fregar los cacharros. En ese momento también llegaron Sandra y Virginia que habían acabado con el piso de arriba.-

¡ Buff ! Cómo estaba todo.. Pero hemos dejado bien limpias todas las habitaciones y aseos.. Vaya gente guarra, hasta vomitaduras había. Pero bueno, Javier no tendrá quejas.. Con lo amante del orden y limpieza que es, estará contento de nuestro trabajo. ¿Verdad Sandra..?-

Por supuesto que si.. Vaya mierda que había por todas partes. Lo peor ha sido fregar los baños de rodillas con tantos restos de meados y vomiteras.- Respondió Sandra con cara de asco.-

Bueno, pero si él lo quiere así.. ¿Qué vamos a hacer..?- Dijo aquello con una despreciable sonrisa en sus labios.- Sandra y yo nos miramos en común acuerdo de lo rastrera y pelota que llegaba a ser Virginia.

Al poco tiempo volvió Laura.

Tengo que llamar a mi casa. Hoy nos quedamos las cuatro, algo nos tiene preparado Javier para hoy. Julia puedes ponerte la bata para lavar el coche; le he pedido permiso por ti y no ha puesto pegas.-

Gracias Laura.. Esto ya está también. Me voy entonces al garaje ¿dónde está la bata esa..?-

Las verás colgadas detrás de la puerta del trastero.-

¿Cómo.. Hoy no sorteamos el lavado del coche…?-

No. Julia se ha ofrecido a hacerlo. Dice que siendo la última en llegar nos libra a nosotras que ya lo hemos hecho muchas veces.- Mintió Laura ocultando ante Virginia la complicidad entre nosotras. Las otras dos lo aceptaron de muy buen grado y me dieron las gracias. Ahí comprobé lo que Laura me advirtió sobre Pinki (verdadera perra) a quien le gustaba ocuparse a fondo de todo aquello que Javier utilizara personalmente aunque ello la hiciera sufrir lo que fuera con tal de destacar para él más que las demás, a tenor de la manera sarcástica en que me dio las gracias.

Me puse la bata. Era gris a cuadritos, con la solapa del cuello blanca, y algo tupida. Bajé al garaje descalza y sentí el desagradable y cortante frío luego del calorcito de la casa. El suelo estaba helado y pringoso. Miré a mi alrededor hasta ver el coche sucio… Parece que pensando un poquito en la "criada" que iba a limpiárselo, Javier lo dejó cerca de la manguera. En un rincón vi los utensilios de limpieza y a por ellos fui sintiendo en mis pies la incómoda y nada agradable sensación de suciedad de aquel suelo pegajoso y frío.

Aunque completamente desnuda y descalza, en la casa se estaba bien.. Por eso, nada más abrir la manguera y encontrarme pisando el agua fría, se me puso toda la piel de gallina no extrañándome nada salir de allí con un soberano resfriado lavando a conciencia aquel coche que me llevó casi una hora dejar reluciente como el "señorito" exigía…

De nuevo en la entrada de la casa, agradecí aliviada la calefacción que por momentos confortaba mi cuerpo. Corrí a la cocina y al pie de la escalera me encontré con Javier. Inmediatamente me quité la bata ante él, quedando de nuevo "respetuosa y completamente desnuda."

La bata te la tienes que quitar nada más volver a entrar. ¿a dónde ibas vestida con ella..?-

- Ya lo sé Javier, iba a quitármela ahora mismo en cuanto llegase a la cocina y dejarla en el trastero.. Pero bueno, perdona, ya lo sé para la próxima vez.-

Vale, pase por ésta vez… Pero mira cómo vas dejando el suelo; completamente negro de tus pisadas. ¿Porqué eres tan guarra..?-

El suelo del garaje está muy sucio Javier, y me obligas a estar descalza para lavarte el coche… Pero tranquilo, esas pisadas las limpio enseguida.-

Ya, a ver esos pies.- Me volví para mostrarle las plantas de mis pies; primero una y luego la otra, pero me interrumpió..-

No.. Así no. Cuando te mande enseñarme las plantas de los pies quiero ver las dos a vez. De manera que te pones de espaldas a mi y te arrodillas.-

Vale, de acuerdo… ¿Así..?- Le pregunté dócilmente poniendo mis pies a su vista arrodillada ante él..-

Eso es.. Vaya, tienes los pies bien negros.. Supongo que el coche ha quedado bien limpio ¿no?..-

Si, puedes comprobarlo tú mismo.- En eso podía estar tranquila; me esmeré a fondo temiendo que me castigara si veía la más mínima mancha.

Perfecto. Ahora lávate esos pies y limpia el suelo. De paso di a las otras que me traigan una cerveza al salón y me preparen algo de comer-

Como tú digas… Ahora mismo.- Contesté sumisa y obediente.

Entré en la cocina y di a las otras su recado. Vi cómo Virginia corría al frigorífico. Luego me dirigí al baño y allí me lavé los pies; minutos después ya tenía el suelo completamente limpio de mis pisadas. Negras huellas de mis pies que no eran por mi culpa, sino por su capricho de tenernos descalzas, y encima me llamó guarra por eso.

De nuevo en la cocina, vi a Laura y Sandra atareadas en hacerle la comida: un buen solomillo de cerdo, patatas fritas y una pequeña bandeja con lonchas de salmón ahumado rodeadas de caviar. Daba envidia ver cómo tenía el frigorífico.

Le llevé la comida al salón, donde cómodamente sentado veía la tv con Virginia arrodillada a sus pies y él sobándole indolentemente las tetas mientras ella se las ofrecía con una mueca de dolor pero también con amplia y sincera sonrisa en sus labios. Con la bandeja en las manos, me dieron unas enormes ganas de llorar recordando las veces que me había tenido así para él en mi casa. Como pude me aguanté y me acerqué a su sillón.-

No. Pon los platos en la mesa grande del comedor y llévate la bandeja.- Me lo dijo cuando ya estaba casi a su lado. Podía haberlo dicho antes y ahorrarme la distancia hasta el salon-comedor cuya entrada estaba al otro extremo del que estábamos, teniendo al menos la consideración de que le servía caminando de puntillas.

Hasta allí le llevé su comida y al poco llegó él con la muy "Pinki" detrás… Puse los platos, cubiertos, vaso y otra cerveza en la mesa mientras él se sentaba a comer. Mientras comía, una de nosotras debía permanecer a su lado para servirle en todo; como un auténtico rey. No había servilletas según me explicó Laura en la cocina cuando se las pedí. Se limpiaba los labios en los pechos de la mujer o mujeres (según decidiera en cada ocasión) que le servían. En éste caso, Pinki, quien ya le estaba cortando la carne como si de un niño pequeño y mimado se tratara..

Yo permanecía de pie y siempre de puntillas, lo mismo que la otra, con la bandeja en las manos mientras no ordenase otra cosa. Podía pues elegir a cualquiera de las dos para limpiarse. Ya Sandra y Laura me previnieron sobre eso: en cuanto te mire a los pechos, se los acercas a su boca para que se limpie.. Dice que es una servilleta más eficaz pero sobre todo más suave…Hasta a eso nos había reducido: a simples servilletas para limpiarse. Era patético y ridículo lo que las dos hacíamos allí.. ¿Cómo podía comer tan tranquilo…?

Pinki ya tenía los dos pechos pringosos de la salsa de la carne. Las veces que la usó para limpiarse, ella le acariciaba amorosamente el cogote ofreciéndole dócilmente sus tetas.

De repente, miró un instante las mías y yo entendí. Obedecí inmediatamente poniéndoselas al alcance de su boca. Se limpió a conciencia, dejándome restos de salsa y huevo en ellas.

Por fin acabó y sacando uno de los mandos de su bolsillo lo accionó, e instantes después se presentó Laura con el postre: macedonia de frutas y helado.

Volvimos al salón, en donde ya Sandra le tenía preparado su café. La encontré poniéndole el azucar y removiéndola en la taza.

Se sentó tranquilamente mientras Sandra le ponía la taza de café en las manos. Sin ordenárselo, ya Pinki le traía su tabaco y volvía de nuevo a ponerse de rodillas a su lado, lo mismo que ya estaba Sandra y Laura.

Por mi parte, y viendo aquel para mi, penoso "cuadro" de tres mujeres a sus pies, me excusé pidiéndole permiso para recoger la mesa y fregar los platos.-

No, eso lo va a hacer Layca. Tengo otra tarea para ti.- Ya Layca se levantó y fue a cumplir con lo ordenado.

Tú dirás..- Le dije casi con altivez, de la que inmediatamente me arrepentí.-

Ten cuidado con ese tonillo de cabreo Danessa.. Ya sabes lo que eres aquí y para mi.-

Perdona, pero no estoy cabreada. Simplemente espero a que me digas lo que tengo que hacer…- Dije más prudente ahora.-

Lo que te "diga" no Danessa… Lo que te MANDE. A ver cuando empiezas a comportarte de una vez como lo que eres. Y créeme, por ahora es solo un buen consejo por tu bien. Todavía considero que es tu primera vez aquí como auténtica esclava en compañía de otras.. Pero no esperes que mi comprensión sea muy duradera. Aprendes a la perfección lo que eres y, por tanto, te comportas así, o te lo enseño yo de otra forma. Se inteligente y piensa que de todas formas acabarás mostrándote como yo quiero. Pero ahorrándote muchos "palos." Tú verás.-

Y si, tenía toda la razón. A qué sufrir castigos cuando al final tendría de mi lo que quisiera..? Iba a obedecer como las otras: con toda docilidad y sumisión. Mejor acabar haciendo lo que quería sin sufrir inutilmente.

Perdona si me he equivocado. No ha sido con intención –mentía claro, no lo pude remediar y ahora estaba aterrada oyéndole reprenderme- es solo que es mi primer día aquí y todavía…Pero bueno, gracias por entenderlo. No tendrás más quejas de mi, te lo prometo. Ahora mándame lo que quieras.-

Esa es mi nena.. Ahora empezamos a entendernos cariño. Pues verás, hay una tarea en ésta casa que tus compañeras ya han hecho otras veces. No hay más remedio pues es una importante cuestión de higiene y limpieza.. Se trata de mis queridos perros (me eché literalmente a temblar.. ¡ Dios mío qué querría con los perros..?) a los que tengo que cuidar pues ellos cuidan también y a la perfección de ésta casa cuando los suelto de noche. Pero claro, ellos tienen sus necesidades como son su alimentación y la limpieza de su caseta. Y esa va a ser tu siguiente tarea: darles de comer y limpiarles el casetón y jaula donde los tengo.-

Era horroroso, aquellos perros a los que una vez vi por la ventana de la cocina y que ladraban como posesos cada vez que me traía a su casa ¿cómo iba a acercarme a semejantes fieras..?

Ppe.. pero Javier..Jav.. Javier ¿cómo voy a hacer eso..? Me van a devorar . Cada vez que he venido a tu casa se vuelven locos ladrando.. Me van a despedazar..¿Es que quieres matarme..?-

Desde luego eres tonta cielo. Por supuesto que te destrozarían.. No te conocen y para ellos eres una intrusa.. ¿Cómo iba a dejar que fueras sola..? Vendrás conmigo y con Terry a quien ya conocen bien y a quien consideran ya de la casa.. Una vez "te presente" yo, ya te aceptarán sin problemas.-

Ess.. eso.. eso, no Javier.. Te lo suplico, desde siempre me han dado pánico los perros, y más esos enormes animales que tienes ahí. Por favor, lo que tú quieras, pero no me mandes eso…- Empecé a llorar sin poder contenerme aunque lo intenté; pero la sola idea de verme ante los perros me aterraba.. ¡ Señor ¡ ¿Dónde me había metido..?.

O sea que tus compañeras ya lo han hecho montones de veces y tú quieres librarte de eso a diferencia de ellas. ¿Te parece justo eso…? ¿Es que eres "especial.."?-

No.. no.. Claro que no, pero puedo compensarlas de otra forma.-

No cielo, nada de eso. Porque a ellas tampoco les hace demasiada gracia hacerlo y sin embargo respetan a mis perros y entienden que necesitan estar limpios y alimentados. Y como comprenderás no voy a hacerlo yo; es un trabajo más de ésta casa y aquí cualquier trabajo es cosa vuestra…! Cualquiera ¡ Y por favor, no me obligues a repetírtelo. Tienes las mismas obligaciones y derechos que éstas tres.. ¿Está claro…?-

Fue bien contundente y me lo dijo con intensamente fija y amenazadora mirada. Como en todo, pensé que no tenía alternativa; al final, acabaría haciéndolo. Y si ellas ya lo habían hecho, yo también podría. Al fin y al cabo solo se trataba de darles de comer y limpiarles su caseta… Así que qué remedio..? Sometí mi voluntad de nuevo a lo que ahora me exigía..

Val.. Vale.. Vale Javier, como tú quier.. como tú mandes.. Lo haré…-

Eso está mejor.. Verás que no es tan duro mujer. Ya te digo, éstas están hartas de hacerlo y míralas, aquí las tienes: vivítas y coleando...Ja,Ja,Ja…- Asquerosa risita de aquel asqueroso mal nacido.

Venga, vamos a la parte trasera de la casa a que conozcas y atiendas como se merecen a mis chicos.-

Pero Javier ¿desnudas..?-

Son machos nena.. Mis fieles y buenos amigos a los que, siendo machos, también les debes respeto ¿entiendes..?-

Si, entendía. Y bien además: Era otra más de sus miles de humillaciones y maniobras para someternos y llevarnos a lo más bajo a lo que se puede llevar a un ser humano. Pero para éste desquiciado pervertido, nosotras no éramos ni siquiera seres humanos.

Entiendo.. Está bien..- Dije en un sollozo por el miedo y la tremenda vejación a la que me veía sometida.

No, no nena. No es que te parezca bien… Es que es lógico y natural que así sea. Tú solo eres una hembra y ellos machos. Y como a los demás machos a los que te he entregado, les debes respeto y cariño ¿entiendes ahora el sentido exacto de lo que te digo..? ¡ Contesta ¡-

Era evidente que quería de mi la más absoluta sumisión en mi respuesta.

Si.. Si.. Entiendo bien lo que quieres decir. Son machos y les debo respeto como a todos los demás..-

De acuerdo entonces. Solo falta ver si lo has captado, pero en la práctica.. Venga, vamos.-

Notaba la compasión de mis otras compañeras por mi; pero como ya me advirtió acertadamente Laura, no tanto en la "Pinki" en quien vi una mal disimulada sonrisa. Esa seguro que hasta follaría con los perros con tal de divertir a su hombre.

Salimos al jardin trasero de la casa; donde tenía aquella soberbia y hermosa piscina. A unos veinte metros alejada de la misma y junto a la alta valla que separaba la casa de la calle, estaba la caseta de los perros. Los otros chalets colindantes quedaban alejados por lo que no era probable que nadie pudiese ver el bochornoso espectáculo de cuatro mujeres completamente desnudas siguiendo a Javier.

Los perros ladraban como locos conforme nos acercábamos.. Una vez junto a la jaula, vi temblando de miedo cómo Javier abría la jaula y enseguida los perros se precipitaron a él haciéndoles la típica fiesta que estos animales hacen a sus dueños. De repente uno de ellos se quedó mirándome y ladrándome a continuación, advirtiendo a su amo de la presencia de alguien desconocido (por mi, claro está). El pánico me tenía paralizada cuando Javier me llamó después de hacer entrar a las otras mujeres a quienes los perros mostraban también su alegría de tenerlas allí.

Me hizo entrar agarrándome de una mano y enseguida los tres perros comenzaron desconfiados a olisquearme y reconocerme con sus desagradables y húmedos hocicos.

Tranquilos muchahos; ésta es otra hembra que viene a servíros como Pinki, Terry y Layca.. Ésta es Danessa.. ¿Veis..? Es solo otra hembra que os va a cuidar.-

Diciendo ésas aberrantes palabras (servir a unos perros) los acariciaba al tiempo que los dejaba hacer: olfatearme por todo mi cuerpo. Desde los pies a los hombros, echándome incluso sus patas sobre ellos.. Javier reía divertído el muy hijo de puta. Eran dos dobermans y un pastor alemán. Los dobermans eran terroríficos. Pero poco a poco se fueron calmando con mi presencia, hasta que Javier nos hizo salir a todos de la jaula.

Los perros salieron corriendo por todo el jardín, contentos de librarse por un rato del encierro. Pero poco tardaron en volver con nosotros y seguir olisqueando a las otras mujeres y a mi.

Bien, ya ves que no es tan terrible.. Te han aceptado como a las otras; si no fuera así ya te habrían hecho pedazos, cosa que no harían ni harán estando yo aquí. Así que tranquila y ya puedes empezar a limpiar todo esto con Terry.-

Dicho esto, se fue hacia la casa junto con Laura y Virginia seguido de los alegres y saltarines perros.

Bueno Julia, cuanto antes empecemos antes acabaremos.- No pude evitar echarme a llorar de nuevo y ponerme manos a la obra con Terry.

La jaula tenía techo de madera lo mismo que las paredes; el suelo de hormigón que resultaba asqueroso pisar con nuestros pies descalzos por la humedad de las recientes meadas de uno de o más de ellos. Tenía un desagüe, pero obviamente los perros no iban a mear directamente sobre él. Así que el suelo estaba humedecido por todas partes; no podía pues evitar pisar aquel suelo asquerosamente repulsivo. Terry salió a por una manguera cercana y entre las dos valdeamos el piso. Eso lo hicimos en muy poco tiempo; luego limpiar y llenarles el cuenco de agua limpia y rellenar el comedero de pienso de un saco al que tuve que ir a buscar detrás de la caseta. Nada más salir a por ese saco, los perros corrieron hacia mi, volviendo a olisquearme, lamerme desde los pies hasta mi desnuda entrepierna intuyendo que aquello era sexo me figuré asqueada. Quise apartarme, pero Terry me advirtió que Javier nos estaría mirando y nos exigía dejarnos hacer por los perros como muestra de respeto a ellos. Así que tuve que soportar sus asquerosas lamidas y el insistente olfateo a mi pubis, nalgas, pies y todo mi cuerpo. Uno de ellos lamía goloso mis pechos, sin duda olfateando los restos de comida de los que Javier me impregnó.

Y yo, sabiéndome vigilada por mi verdugo, (y aterrada además de que me mordiese al no dejarle hacer, pues era uno de los aterradores dobermans) no podía impedir que el perro dejara de lamerme. Con total repugnancia me dejaba hacer deseando que el animal limpiara con sus lametazos mis pechos y se cansara de mi. Por fin sucedió y continuaron sus carreras por todo el jardín.

Luego vino lo peor una vez que terminamos de limpiar la caseta: Recoger los excrementos que había en una zona del jardín. Afortunadamente, su instinto les llevaba a "aliviarse" siempre en el mismo sitio durante la noche cuando eran soltados. Con una paleta y a punto de vomitar, recogíamos aquella masa maloliente y repugnante metiéndola en bolsas de basura.

Acabado de recoger hasta el último excremento, regábamos la zona y ahí se terminaba la sucia y asquerosa labor a que nos sometía ese más que cruel y mezquino psicópata.

Terry llamó a los perros metiéndose en la caseta. Estos corrieron a su encuentro y de nuevo tuvimos que soportar sus lamidas y olfateos hasta que en un descuido de los animales pudo salir y cerrar de nuevo la jaula… Me sentí profundamente aliviada a la vez que asqueada de mi y de toda mi vida.

Volvimos a la casa, llevando en nuestras manos las repugnantes bolsas que metimos en las otras más grandes donde echamos toda la basura de la limpieza general y Terry (ya empezaba a llamarlas por su nombre perruno incluso en mi pensamiento, tan bajo estaba cayendo) me dijo que teníamos que llevarlas a los contenedores que había en la calle. Lógicamente no íbamos a salir desnudas, antes de entrar al trastero de la cocina a por las batas, teníamos que lavarnos bien los pies en un grifo que estaba en uno de los muros exteriores de la casa. Habíamos pisado orines de perro y obviamente el señor no iba a consentir que entrásemos a su casa con los pies asquerosamente sucios. Naturalmente, no hacía falta esa estúpida e inútil advertencia pues las dos estábamos deseando lavarnos a conciencia los pies. Y aunque Javier sabía bien eso, lo aprovechaba para humillarnos más exigiéndonos lavarnos antes de entrar de nuevo a su casa después de limpiar el habitáculo de sus perros.

Antes de entrar, nos quitamos las batas y nos dirigimos al salón donde estaba nuestro todo poderoso señor y darle cuenta de que sus perros habían sido debidamente atendidos.

Estaba cómodamente sentado con sus otras dos hembras a sus pies viendo la TV.

Que…? ¿Cómo ha ido eso..?-

Bien Javier, los perros tienen ya la jaula limpia, comida y agua- Respondió Sandra.-

Le pregunto a Danessa también..- De inmediato le contesté como sabía esperaba de mi.

Ha ido todo muy bien, como ha dicho Terry, hemos atentido a los perros como mandaste.-

Muy bien nenas, no esperaba menos de vosotras. ¿Ves como no ha sido tan malo mujer..? Son cariñosos y agradecídos.-

Si, es verdad. Ha ido todo muy bien.-

He visto como os han lamido a su antojo. Me gusta que hayáis mostrado ese respeto hacia ellos. Ahora a ducharse las dos; no os quiero aquí con las babas de los perros secas en vuestros cuerpos.-

Último "latigazo" a nuestra ya nula dignidad: ponernos de guarras a las que había que mandar ducharse como si para nosotras no fuese una imperiosa necesidad; como si nos gustara estar pegajosas de esas repulsivas babas. Y encima había que responder con docilidad a sus órdenes,

Bien Javier, como tú mandes. Enseguida volvemos.-

Y allí dejamos a los tres. Mientras la Pinki le acariciaba suavemente la cabeza con sus bien cuidadas uñas (como todas nosotras) Laura le masajeaba suavemente también la bragueta. Ese hombre era insaciable y sin duda las dos mujeres le estaban preparando para lo que, tal y como me dijo Laura, nos tenía reservado.

Como siempre, descalzas y de puntillas, aligeramos el paso camino de la tan anhelada ducha.

De regreso al salón, ya bien limpias y perfumadas, allí seguía nuestro canalla raptor disfrutando del agasajo de placer que le proporcionaban sus otras dos sumisas mujeres. Pero ahora Layca no masajeaba simplemente su bragueta; le estaba haciendo una mamada en toda regla, mientras Pinki le acariciaba ahora los hombros y brazos para luego subir de nuevo a su cabeza. Javier tenía los ojos cerrados, extasiado ante el cómodo y placentero gozo que recibía. Tenía el torso desnudo para sentir mejor las manos de su esclava.

Ya estamos aquí Javier..-

Limpitas y perfumadas; me encanta eso. Acercáros que os huela. Me encanta el olor de una hembra bien femenina y limpia- Ambas obedecímos poniendo de inmediato nuestros pechos casi rozando su cara y las piernas bien abiertas. Como había que ofrecerse a él. Que más que olernos lo que hizo fue meternos sus dedos en nuestros coños y chuparnos a conciencia los pezones.

¡ Umm ¡ Exquisito. Delicioso de verdad.. Para Layca, entre tu mamada y éstas tetas me voy a correr y todavía quiero bastante más de vosotras, nenas. Y tú Pinki, para también, tienes unas manos maravillosas.-

Gracias amor mío.. Ya sabes que son tuyas, como toda yo y para todo lo que quieras.-

El empalagoso peloteo de la Pinki de mierda era toda una vergüenza. Pero bueno (pensé) por qué culparla de nada. Al fin y al cabo, todas nos mostramos así aunque incluso nos prostituyó. No obstante lo de esa mujer era ya demasiado servilismo, demasiado arrastrarse delante de las demás que aceptábamos sus "halagos" en silencio pues sabíamos que era una mera forma de darnos coba para llevarnos al mismo nivel al que llevó a Pinki. Pronto seríamos como ella si antes no encontrábamos una solución para escapar de aquello. Así que poco había que reprocharle, aunque su conducta nos pareciese ahora bochornosa y absolutamente indigna.

Ahora atención todas.- Inmediatamente nos arrodillamos ante él con las manos en la cabeza para escucharle.-

No.. Ahora no, putitas mías. De pie, ponéros de pie..- Al instante obedecímos las cuatro poniéndonos de puntillas sin quitar las manos de la cabeza… Solo dijo de pie, no que pudiésemos bajar las manos, lo que fue un alivio obedecer. El respeto que ya le teníamos, era total. Las cuatro frente a él, cómodamente sentado y con su verga bien erecta y a nuestra vista, descarada e insultante, quedamos expectantes a ver qué se le había ocurrido hacernos ahora.

Bien, podéis bajar las manos.. Ahora quiero que os separéis un poco para que podáis abrir un poco las piernas.. Eso es, perfecto. Layca, vuélvete y pon las manos un poco por debajo de las rodillas, arqueando la espalda para que me ofrezcas bien el coño y el culo. Ahora tú Danessa, la misma postura pero mirando hacia mi, pegando tu cara al muslo o nalga de ella. Pinki, ahora tú, vuélvete y pon tu cara en el culo de Danessa. Y por último tú Terry, lo mismo pero mirando hacia mi.

Perfecto, ahora levantáis bien la cabeza con las bocas abiertas y sacando un poco la lengua, ofreciéndolas también… Así, exacto.. Esa es la postura de "ofrecidas" que ya conocéis pero en grupo, de forma que al conjunto podemos llamarlo postura de "fila del placer," o los "doce agujeros" para disfrute de una o varias pollas. Así que en cuanto os mande que adoptéis postura de doce agujeros o fila de placer, os colocáis inmediatamente como estáis ahora. ¿Entendido…?-

Entendido Javier, desde luego que ingenioso eres.- Contestó como siempre solícita y servilmente Pinki… Las demás respondimos con un simple si, entendido..

Bien, pues en ese caso vamos a estrenar este nuevo jueguecito.. De verdad que estáis super encantadoras así nenas.. Ahora quietecitas mientras disfruto de mis doce agujeritos.-

Como yo quedé mirando hacia él pude ver cómo se relamía los labios ante tan lasciva e incitadora escena de cuatro mujeres completa y ridículamente ofrecidas a su inagotable deseo sexual.

De reojo vi cómo penetró de un golpe la vagina de Layca bombeándola a placer varias veces, para luego perforarle el ano con su verga bien lubricada.. A continuación pasó a mi, que, con mi boca abierta y ofrecida, no tardó en metérmela hasta la garganta en un mete y saca lento y cadencioso, disfrutándolo. Venía del culo de Layca, y aquello lo hizo aún más repulsivo y humillante; cuando se cansó penetró a Pinki a placer quien, ansiosa de él, jadeaba de gusto; de gusto y por supuesto para halagar de manera bien expresiva a su amo. Bien perforada Pinki, pasó a Terry, quien también lo acogió con su boca luego de haberla sacado del culo de Pinki. Cuando se cansó de ella, dio la vuelta para follar primero el coño y culo de Terry, para a continuación limpiarse en la bien lubricada boca de Pinki quien por la nariz, dejaba escapar suspiros de placer ante "el honor" de complacer a su dueño y señor. Sentí cómo de un fuerte golpe me penetró a mi que no obstante la ducha, ya le ofrecía mi vulva completamente mojada para mayor satisfacción física de él y su orgullo de macho, al comprobar cómo sus hembras respondíamos excitadas a su virilidad. De otro fuerte empujón de su durisima verga, me taladró el ano llenándome y lastimándome las entrañas; allí se entretuvo un buen rato que a mi me llevó como siempre al paraiso a pesar del dolor y por fin, acabó en la boca de Layca, donde tras unos segundos le descargó una generosa cantidad de esperma si tenemos en cuenta que ya se había corrido en nosotras y abundantemente por la mañana. La hizo arrodillarse para que le limpiara bien con sus tetas, según le ordenó, y completamente limpia y seca su espléndida verga volvió a su sillón, mientras Layca se colocaba de nuevo "en posición" mientras él no nos ordenase "romper fila.."-

¡ Maravilloso ¡ putillas mías, ma ra vi llo so… Es exactamente lo que quería. Me ha encantado este delicioso "recorrido.." Solo vuestra postura así es capaz de resucitar a un muerto; os aseguro que he tenido que esforzarme en no correrme hasta llegar al último agujero y, ¡ mira por donde ¡ Esto bien puede ser un buen juego de competición y hasta con apuestas. La regla de oro del juego consistiría en permanecer como mínimo un par de minutos follando en cada agujero sin correrse hasta llegar al último o hasta donde se pueda llegar conteniendo la corrida. No creo que nadie aguante dos minutos en cada una de vosotras sin correrse, con esos coños tan deliciosamente mojados y suaves, como también vuestras bocas bien mojadas, de dulces y carnosos labios acariciando la polla de turno y además teniendo a la vista y follando tan hermosos culos… Si, sería un curioso y hasta apasionante juego. Luego ya iríamos añadiendo más normas, como la obligatoriedad de magrearos las tetas cuando se os folle por la boca. No, de seguro que nadie "aguantará" hasta la cuarta o quinta follada como mucho… Estamos de acuerdo en hacer ese juego tan perfectamente como hoy ¿verdad nenas..?-

Las cuatro respondimos sumisas y obedientes que si.. Que como él mandase..

Bueno tesoros míos, son las seis y cuarto ya. ¡ Coño cómo pasa el tiempo ¡ Y a las siete he quedado con unos amigos. Así que venga Layca, reparte esa leche en las tetas de las otras y restregárosla bien. Quiero que salgáis de aquí con los pezones pringando. Así que os vestís antes de que se seque y vamos que tengo que ducharme todavía.

"Rompimos filas" y cada una fue recibiendo de Layca un pequeño pero suficiente chorro de su esperma que repartimos bien por nuestros pechos.

Como era de esperar ante semejante e inimaginable humillación, nos quedamos literalmente de piedra. No tanto Pinki, que sonreía orgullosa de las originales y curiosas ideas de su señor, sobre todo a sabiendas de cómo nos sentiríamos las otras, las demás, que solo nos atuvimos a la impuesta y obligada obediencia. ¿Qué podíamos hacer..?

Danessa, no tengo tiempo de llevarte a tu casa, que te acerque Layca, ella viene en su propio coche.. Y Pinki, tú te quedas hasta que me duche-

Claro que sí cariño. Cómo tú mandes.- Contestó feliz y con sonrisa de oreja a oreja mientras se despedía de nosotras.. Triunfante.

Rápidamente nos vestimos mientras los dos se iban al baño. Ya no les importábamos un rábano ninguna de nosotras. Para qué iba a despedirse como en otro tiempo. No podía darnos el beso de despedida pues estábamos "sucias" para él.. Así que solo nos dio un escueto hasta luego preciosas, sois maravillosas, portáros bien.. Y ahí acabó todo.

Tenía nuestro consentimiento a todo cuanto quisiera pues era dueño absoluto de nuestra voluntad, así que lo mismo ignoraba cómo pudiésemos sentirnos, que los mimos y arrullos de la tonta estupidez de Pinki si creía que para él sería diferente a nosotras.

Vestidas y con los pechos mojados del fluido de nuestro señor, salimos de la casa. Terry se despidió de nosotras corriendo a la parada del autobús, y Layca y yo entramos en su coche. Le dije que no se molestase, que también yo podía coger el autobús; pero insistió en llevarme ya que además iba en la misma dirección que yo y por eso accedí a su amabilidad. Durante el trayecto hablamos por supuesto de todo aquello y de cómo habíamos caído tan bajo y al mismo tiempo consolándonos mutuamente ante lo que poco remedio podíamos poner.

Llegamos ya cerca de mi casa, nos dimos el típico beso en la mejilla y me dijo,

No te dará asco…?- Sonriente, con algo de humor y como aliviando un poco lo que estábamos pasando.

Por supuesto que no tesoro (devolviéndole la sonrisa) las dos vamos igual de "sucias" de la mierda del mierda éste.-

Nos reímos y se alejó.

Ya en el ascensor de mi casa, me repasé los pechos asegurándome que estuviesen secos del todo pues en el coche de la que ya consideraba una amiga, y no una rival como al principio, me afané en frotármelos hasta sentirlos secos; pero no hacía ni veinte minutos que nos mandó "pringarnos" los pechos y la blusa aún seguía algo húmeda.

Temía por mi marido que de seguro ya estaría en casa.

Y efectivamente, allí estaba. Esperando ansioso el resultado de mi "entrevista de trabajo.."

Le dije que fue muy bien y que venía con grandes esperanzas de conseguir el puesto… No sé si por la alegría, o porque cruelmente el destino me lo puso amargamente así, que precisamente ese día parecía estar cachondo.

Empezó a "meterme mano," pillándome otra vez sin bragas.

¿Qué te pasa últimamente con las bragas cariño..? ¿Cómo estás otra vez sin ellas..? Ésta vez no será por mi como la última, supongo.-

Afortunadamente me vino de repente una excusa bastante razonable. Le dije que con tanta espera y el servicio tan frecuentemente ocupado, no me pude aguantar y se me escapó algo de orina en ellas y una vez mojadas me sentía muy incómoda y sucia con ellas, así que me las quité y las tiré en el mismo baño donde por fin pude orinar.

Volvió afortunadamente a creerme. Después de todo, no era tan extraño una accidental incontinencia.

Conforme con aquello, metió mano a mis pechos. Le pedí que me dejara primero ducharme.. No quería que éste pobre y cariñoso hombre tocase mis sucios pechos. Para colmo notó la humedad de la blusa.-

Vaya, parece que has sudado..-

Si, no sabes el calor que hace en aquel sitio y las horas que hemos estado allí.-

Bueno pues mejor, así me las como más jugositas.-

¡ No, por Dios Arturo ¡ Espera a que me duche.-

Quería evitar a toda costa que me lamiese los pechos con los restos de semen de Javier.

Mi ineludible amo y señor.-

Pero no hubo forma; estaba tan desesperado que chupó y lamió todo cuanto quiso aprovechando que estábamos solos, claro. Me dieron ganas de llorar compadecida de su ignorancia por lo que estaba acariciando dulcemente con su boca.

Si supiera que se estaba tragando los restos del esperma de otro…

De nuevo aquel más que doloroso sentimiento de culpa que me hacía merecer y hasta desear morir y abrasarme eternamente en el infierno por lo que le estaba haciendo a aquel buen hombre… Era ya, y de forma completamente real, una auténtica esclava sexual, y en todos los sentídos.

CONTINUARÁ..

(9,50)