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Cuando sea la hora

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I

Abrazado a tu imagen,

Con la lágrima como guía

Con la angustia en mi garganta

Empiezo a recordarte

 

Hoy desperté recordándote. Siempre te las arreglas para que me acuerde de vos, para decirme que necesitas de mí. Es como el libro que de pronto se abre y deja ver las líneas que necesito leer en ese momento. Una película que encuentro en la televisión ya iniciada, pero que justo tropiezo en la escena que necesito ver. Entonces mi mente vuela a ti, y te abrazo entre lágrimas. Nunca puedo decirte nada, ya sabes, la angustia me impide hablar, pero nunca necesitamos palabras para decirnos las cosas, no?

Empiezo a recordarte, ¿será acaso que empecé a olvidarte? ¿Cómo es posible eso, si las lágrimas me recuerdan cada palabra, cada gesto de tus manos?

Cuando logras hacer amistad con el dolor, es cuando las lágrimas te sirven de guía para llegar más fácil a su encuentro. Esas lágrimas que duelen, ayudan hoy a acercarme a tu recuerdo

 

II

Aun necesito dormirme

Abrazado a tu mano

Aun junto mis manos

Sobre el recuerdo de las tuyas

 

Es increíble lo que hace el amor en las noches de insomnio. Puedo dormirme entre demonios y torturas de mis pensamientos, con solo recordar tus manos entre las mías. Recuerdo que no quería dormirme para que no te fueras de mi lado. ¿Será acaso por eso que casi no dormí los últimos tres días, para que no te fueras?

Si junto mis manos hoy, ¿crees que podrías darme mi beso? Lo necesito, y sabes cuánto. Siento aún bajo mi mano tus últimos latidos, todavía siento en mí oído tu despedida de mí, y aun así, si junto mis manos nuevamente, ¿podrías?

 

III

Tuve que reconocer

A tus hijos del alma

Por el dolor de la despedida

Y por sus lágrimas de amor

 

Un pequeño tomó tu mano con unos días de nacido, y te hizo suya en ese pequeño segundo. Y fuiste suya, como él fue tuyo al instante.

Veo su vida, y cada segundo de ella Tú estas a su lado. Tus arrugas no impedían enojarte junto a Él porque les ganaba siempre el Over en los videojuegos. Ese cartel de Game Over los hacia pelear más a los dos, junto a un armamento de galletas y leche, y fuiste niña nuevamente a su lado, y fuiste otra vez madre.

Una foto de ambos mirando un lago, en uno de sus muchos viajes, me acompaña cada día. Un camino de luz se refleja sobre el agua, y es el camino que tomaste hace dos años. Tu niño pequeño quedó mirándote en esa orilla, y tuve que abrazarlo como hermano, y reconocer su dolor de pequeño hijo que despedía a su amor, a su amiga, a su compañera de juegos, a su madre del alma.

¿Cuánta gente puede hacerte sentir extraordinario? Pues ella era una de esas personas, que te arranca una lágrima cada vez que la nombras, y una historia de amor brota de tus labios.

Cuando sea la hora, ¿podrías avisarme?

¿Cómo pudiste cumplir tu promesa? Aun hoy mi amor, sigo a tu lado cumpliendo mi parte, y no puedo creer como hiciste para cumplir la tuya, pero te despediste de mi con una sonrisa, y sigue siendo el regalo más grande que alguien me hiciera.

Estos últimos años, cambié unas pantuflas por una flor para regalarte….

Pero nunca cambió mi amor………………, ni por un segundo.

 

Feliz día mi amor, mi guía, mi tesoro.

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