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El papá

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Estos últimos meses habían sido algo complicado, el trabajo y los negocios que eran mi refugio desde hace muchos años, me estaban exigiendo mucha atención, el estrés ya se hacia notar en mi estado de animo en general pero ocurrió algo que a cambiado mi vida para siempre, algo que me hizo dar cuenta de que nunca había estado completo y que hizo que me encontrara a mi mismo sin siquiera estar buscando…

No estoy muy seguro de como empezar a contar mi historia, a lo mejor debo hacerlo hablándoles un poco de mi, para que tengan una idea de que significa todo esto que a ocurrido y que voy a contarles, para comenzar tengo que decir que en el aspecto económico he logrado todo lo que he querido, de joven me dedique a los estudios pero fui muy también muy sagaz en los negocios y mi pequeña compañía no hizo mas que crecer y de darme dinero, sin embargo en el aspecto personal, mi conducta fue siempre completamente opuesta, a pesar de ser un muchacho apuesto y socialmente popular nunca supe experimentar ni fui sexualmente muy activo y me case con mi novia de toda la vida pero la verdad no tengo idea de si alguna vez realmente estuve enamorado, nuestro matrimonio no fue malo pero creo que nunca funciono como se supone debía ser, desde el principio la intimidad fue solo esporádica e insípida, a mi nunca me agrado mucho el sexo porque me parecía algo antihigiénico que debía practicarse solo para lo necesario y de hecho lo mejor que resulto de eso, fue que tuvimos dos hijas muy lindas, funcionamos mejor como familia que como pareja, mi esposa nunca se quejo y yo me dedique a el trabajo y la oficina 16 horas al día mientras mi ella se dedico a nuestras niñas, a la casa, a los asuntos sociales y ese tipo de cosas, creo que solo eso nos mantuvo unidos al principio y luego, cuando ellas crecieron, nuestra relación se convirtió mas en algo que manteníamos por conveniencia o quizás por comodidad, muchos nos consideran "la pareja perfecta", como un ejemplo en nuestro circulo social y quizás también físicamente, a lo mejor lo somos porque mi esposa, a sus 43 años, sigue siendo una mujer bonita y elegante que cuida mucho su imagen, se podría decir que interpretaba muy bien su papel de esposa devota y es la compañía perfecta para un hombre de negocios exitoso y yo, que acabo de cumplir los 50, soy un tipo con mucha presencia, que se mantiene fornido y que a pesar de tener el cabello prematuramente cano, se ve bastante bien y tengo que decir que si hay algo de lo que siempre estuve orgulloso, es el abundante vello que tengo en el cuerpo y mis espesos bigotes, que pienso me quedan muy bien y que cuido con regular esmero.

Como les contaba, yo me centre en mi trabajo y repartía mis horarios entre la planta, que esta a las afueras de Lima, y las oficinas de mi propia empresa que quedan en el décimo piso de un moderno complejo empresarial en una exclusiva zona de la ciudad a las generalmente voy los lunes y jueves, que es cuando mi asistente me programa todas las reuniones de la semana… Recuerdo bien que era lunes y que todo había transcurrido con bastante normalidad, eran como las 3 de la tarde y estaba muy concentrado en mi trabajo pero, como hacia regularmente, decidí parar un instante para fumarme un cigarro y salí a la terraza del noveno piso que es donde se puede fumar, bajando las escaleras me di cuenta que también tenia un poco de ganas de orinar pero pensé que al regresar a mi oficina entraba a mi baño privado porque realmente no me gusta mucho hacerlo delante de desconocidos… Una vez ahí en la terraza me encontré con alguna que otra persona, habían salido de las oficinas de las otras empresas que hay en el edificio para hacer lo mismo pero conocía a muy pocos pues la mayoría eran empleados, disfrute del cigarro y la vista de la ciudad, apoyando los codos en la baranda, era un día caluroso y ahí corría una brisa fresca, sentí que me había relajado un poco y me dispuse a volver al trabajo pero justo al entrar al corredor me encontré con Álvaro, un amigo que era el dueño de una empresa de importación de maquinaria pesada, que había estudiado conmigo en la universidad y que había hecho fortuna casi al mismo tiempo que yo, me saludo muy efusivamente como siempre lo hacia y nos enfrascamos en la conversación de rigor para compartir información y algún dato sobre cosas o gente que nos interesaba.

Calculo que luego de unos 20 minutos corte la conversación, mis deseos de orinar se habían convertido realmente en una urgencia, Álvaro es realmente muy hablador y para ese momento yo pensaba solo en ver la forma de irme, finalmente pude hacerlo y me dirigí de regreso a mi oficina rápidamente, subí las escaleras solo para descubrir que la puerta estaba trabada, nunca había pasado y entonces pensé en tres opciones; subía al 11 piso para bajar por el ascensor a mi oficina, buscaba un baño y me olvidaba del fastidio de hacerlo en un baño muy publico o por ultimo me meaba en el pantalón porque realmente ya no me sentía capaz de aguantar mucho mas…

Subí rápidamente por la escalera y entre en el corredor del onceavo piso solo para ver que el ascensor me dejaba cuando estaba a escasos metros, la recepción de estas oficinas están aisladas por puertas de vidrio y en ese momento la recepcionista no estaba en su lugar y me di cuenta que no encontraría un baño así nomás, cerré los ojos para concentrarme e intente no pensar pero sentí que en cualquier momento me haría encima, el ascensor se detenía en cada piso y tratando de distraerme mire a los lados y vi una puerta que estaba al costado de la entrada de las escaleras, en mi apuro la había pasado por alto y me acerque a ella rogando que fuese un baño… Ver el inequívoco ideograma de un hombrecito sobre la puerta y el letrero de "Baño de servicio" me hicieron volver el alma al cuerpo, abrí la puerta y me dirigí a uno de los dos únicos urinales que estaban en la pared al tiempo que abría mi bragueta y buscaba apresurado a mi urgido miembro, era un baño pequeño, limpio e impecablemente blanco, sencillo y sin los lujos ni el buen diseño de los demás baños que están en otras áreas del edificio… Creo que escasamente tuve tiempo de pararme frente al urinal y ya estaba escuchando el sonoro y aliviante sonido que producía la caída de mis orines, suspire profundamente disfrutando de esa especie de placer que siente uno cuando puede descargar la vejiga y de la suerte de saberme completamente solo en ese baño, deje a mi pene hacer solo el trabajo, colgué mis manos de los bolsillos del pantalón metiendo en ellos solo los pulgares y me relaje cerrando los ojos mientras sentía como mi dilatada uretra dejaba salir el liquido caliente…

El éxtasis de ese instante banal se rompió cuando escuche a alguien dar un profundo suspiro de alivio parecido al que unos instantes atrás, yo mismo había dado… Un poco fastidiado por la invasión abrí los ojos y vi con el rabillo que había alguien a mi lado, voltee un segundo y note que era un tipo mas alto y mas joven que yo, de tez un poco morena y con el pelo muy corto, tenia los ojos cerrados y comprendí que a lo mejor estuvo en los mismos apuros, ya estaba por terminar así que en realidad lo observe fugazmente, apreté los músculos de la pelvis para forzar un par de chorros mas y estaba sacudiéndomela cuando percibí el olor de su colonia e inconcientemente voltee la cara para mirarlo otra vez, mis ojos se posaron casualmente en lo que tenia en las manos y quede sorprendido por lo grande de su verga, hasta ahora no se porque paso eso, nunca antes se me hubiera ocurrido fisgonear a otro tipo en el baño y me desconcerté al darme cuenta de que no podía quitar la mirada, pensé que se veía algo rígida pero no podía estar erecta porque caía pesadamente, aunque el la tenia agarrada con una de sus manos…

Concentrado en mis pensamientos no me di cuenta que el ya había abierto los ojos y me observaba, me invadió la vergüenza y no supe que hacer, nuestros ojos se encontraron un par de segundos en los que pareció que intercambiamos cantidades increíbles de información, sentí que su mirada me atravesó, me imagino que estaba rojo como un tomate y solo atine a subir el cierre de mi pantalón, salí rápidamente del baño y me pare frente al ascensor mirando fijamente la puerta del mismo, un momento después salio el y se paro a mi lado, cuando por fin se abrieron las puertas, no había nadie adentro y al entrar pude sentir que me observo de pies a cabeza durante todo el breve tiempo que estuvimos ahí solos, me quede en el piso 10 y aunque debo confesar que el sórdido incidente me dejo un poco turbado, después de dos días, para cuando llegue a mi oficina como hacia normalmente, ya me había olvidado por completo del asunto…

Tenía varias reuniones así que estuve ahí muy temprano, la mañana transcurrió muy tensa y como hacia siempre, volví a la terraza para fumarme un cigarro aprovechando el momento para relajarme, me imagino que estuve ahí como unos 10 minutos pensando en mis cosas en medio de varias personas, mientras veía la ciudad, decidí irme y cuando di la vuelta me encontré otra vez con la mirada de este tipo que, desde atrás, me había estado observando mientras conversaba con un par de mujeres que yo no conocía, de golpe me cayo otra vez toda la turbación y también la vergüenza que sentí ese día en el baño, me volvió a mirar fijo y yo me quede inmóvil, fueron pocos segundos pero fue como si me ordenara que no me fuera, estaba a escasos dos metros de mi y no supe que hacer, no se porque pero me sentí intimidado, algo que no entiendo me impidió irme así que me di vuelta y encendí otro cigarro, desde ahí podía escucha su conversación, ellas terminaron de fumar y le dijeron que volvían a su oficina y el les dijo que terminaba y que ya se verían allá pero que también tenia que ir antes al baño.

En ese instante quedaban solo unas cinco a seis personas esparcidas en la enorme terraza y el estaba muy cerca, yo no me explicaba que estaba haciendo y porque no podía irme de ahí, el sujeto volteaba a mirarme insistentemente, quizás esperando que yo hiciera lo mismo para lograr otra vez algún contacto visual, trate de resistir pero fue inútil porque una mezcla de un morbo, que no había tenido nunca, y curiosidad me hicieron voltear hacia el que ahora me veía fijamente, como les dije antes era un tipo impecablemente vestido, como de 38 años, alto y su traje dejaba adivinar un cuerpo atlético y bien formado, moreno y con el cabello muy corto… Se exhibía ante mi con una naturalidad increíble, dio una última y muy masculina pitada a su cigarro, lo apago en una de los ceniceros de arena y antes de irse acomodo obscenamente su ya abultada entrepierna, yo me quede muy sorprendido y mire a mi alrededor pensando que las otras personas se habían dado cuenta de lo ocurrido pero nadie nos estaba viendo.

Me quede parado, inexplicablemente excitado y sintiendo que empezaba una erección, antes de entrar al corredor de las escaleras el sujeto este volteo a verme, pensé que dándome a entender que lo siguiera, mi confusión al respecto era grande, no sabia que debía hacer y decidí regresar a mi oficina… Al entrar al corredor el ya no estaba y pensé que podía subir tranquilo, llegue rápidamente al piso 10, estaba por entrar al otro corredor y algo me detuvo, me imagino que la curiosidad y también el deseo de saber que es lo que este hombre quería exactamente, subí un piso mas y cerciorándome de que nadie me viera entre al baño de servicio… Cual seria mi sorpresa al encontrar que estaba vacío!! Aun más desconcertado pensé, medio en broma, que había imaginado todo y que era un reverendo huevon que de viejo se estaba volviendo medio marica…

Sonriendo me acerque a los urinales aprovechando que estaba ahí solo, me acomode, baje el cierre de mi bragueta y estaba sacando mi semi erecto miembro cuando escuche que alguien corría el picaporte de la puerta del único inodoro… Se me debe haber quitado la sonrisa cojuda del rostro al instante, porque este tipo estaba otra vez a mi lado y era el quien ahora sonreía y me veía la verga sin ninguna vergüenza, lo hacia mientras se acariciaba y apretaba la bragueta libidinosamente, yo estaba tan sorprendido que ni siquiera pude orinar y me excite tanto que mi aparato se siguió endureciendo hasta quedar completamente tieso, sin dejar de mirarme se bajo el cierre para mostrar también lo suyo, eso que yo había visto antes no era nada comparado con lo que ahora podía ver porque su pinga estaba totalmente armada y se veía enorme, era un tronco de carne sin circuncidar, como de unos 22 centímetros, rematado por un glande carnoso y rosado que por su tamaño se proyectaba notoriamente, escapando de su prepucio… Ninguno de los dos pronuncio palabra y me imagino que estuvimos a lo mas cinco minutos en ese transe, haciendo mucho esfuerzo pude orinar un poco mientras veía a mi cómplice hacer lo mismo como en un intercambio, una especie de exhibicionismo mutuo en el que, por supuesto, yo salía perdiendo porque aunque mi pene es bastante grueso, con sus 17 centímetros no podía competir con el suyo…

La excitación que experimente en este segundo encuentro me acompaño toda la semana y me tuve que masturbar una o dos veces al día para poder estar tranquilo, yo nunca me pajeaba y ahora me avergonzaba admitir que esa situación con otro hombre era lo que me tenia así, había escuchado miles de veces que todos tenemos alguna vez algún deseo o fantasía homosexual así que quise pensar que este era el caso y decidí que no volvería a la terraza a fumar y menos que me iría otra vez a ese baño pero la intensas y casi constantes erecciones que me provocaban evocar esos momentos me mantuvieron en vilo.

Cuando volví, el martes siguiente, estuve toda la mañana intranquilo hasta que paso la hora del almuerzo, que era el instante en la que nos habíamos encontrado las dos veces anteriores y a medida que el tiempo trascurría se iba disolviendo mi determinación de no bajar a la terraza de fumadores… Finalmente estaba otra vez ahí y me tuve que fumar dos cigarros hasta que por fin lo vi llegar, solo tuvimos un intercambio breve de miradas y minutos después estábamos otra vez en el baño, uno junto al otro, con las vergas afuera, en ese intimo ritual de provocación que habíamos instaurado entre los dos, seguros de que ambos estábamos ahí por una morbosa motivación, el no tuvo problema en ser mas explicito y la simple manipulación de pinga de la vez anterior se convirtió en una descarada masturbación…

Yo creía que todo eso solo iba a mantenerse así como un juego morboso y pensaba que el ser dos machos desconocidos y hacer eso en un lugar en el que podíamos ser descubiertos, aumentaba el morbo de esos furtivos encuentros y en las próximas dos semanas nos juntamos puntualmente en la terraza los martes y jueves para luego subir al baño del piso once a pajearnos, no había mas que eso porque no hablábamos o nos tocábamos pero era notorio que la tensión sexual iba en aumento, yo que nunca había estado en la cama o había tenido sexo con otro hombre, no había tenido mucho sexo en realidad, y no podía imaginarme como era hacerlo con otro sujeto y no tenia intenciones de llegar a nada mas pero finalmente hace unos tres meses me lo encontré en la terraza como siempre y casi de inmediato el subió al baño, lo seguí y al entrar el ya estaba frente al urinario con la verga afuera, pero esta vez cuando me puse a su lado y estaba por bajar el cierre de mi bragueta, el dejo de manipulársela y estiro su mano hacia mi diciendo:

―Hola!! Mi nombre es Gino…

Por un instante no supe que hacer pero finalmente le estreche la mano…

―Yo… Yo soy Ramiro…

―Bueno Ramiro… Es un gusto!!! Creo que ya era hora de que supiera tu nombre y ademas me gustaría que entraras conmigo al privado…

Me quede perplejo y no supe que hacer, el me tomo de un hombro y no pude hacer mas que dejarme llevar, Gino aseguro la puerta y de inmediato sus manos estaban sobre mi, que inmóvil por una mezcla de excitación y sorpresa no atinaba a hacer nada…

―Que viejo más rico eres… Tenia tantas ganas de esto… Vamos!!!

Me dijo con un susurro jadeante en mi oreja… y acto seguido aflojo mi cinturón, desabotono mi pantalón y deslizo le mano por debajo del elástico de mi calzoncillo para poder revisar mi culo…

―Ahh!!!... Que culo tan peludo tienes… eres muy velludo, uh!??

―Hey Nooo!!... No, seas pendejo!!... Nnnn… Ahhhh... Noohh!!...

Reclame balbuceando pero el acerco su rostro al mió para poder besarme mirándome fijamente a los ojos, sentí su aliento en mi rostro y su olor a hombre otra vez, tras luchar con una leve resistencia, introdujo su lengua en mi boca y mientras lo hacia metió una mano en la raya de mi culo hasta que uno de sus dedos encontró mi ano, eso me hizo brincar pero ya estaba en sus manos y no había escapatoria, los dos teníamos los pantalones por los tobillos y debíamos maniobrar en el pequeño cubículo, me volteo hacia la pared, se agacho y al jugueteo de su dedo en la superficie de mi ano, aunó el de su lengua… Tengo que decir que en ese instante sentí que la mente se me puso en blanco y mi cuerpo empezó a temblar remecido por un enorme escalofrió, separo mis nalgas y luego de lamerme la raya, uno de sus dedos volvía a hacer presión sobre mi orificio, tratando de meterlo y abriéndose camino entre la mojada maraña de los abundantes pelos que tengo ahí, con esas caricias alternadas casi logra que me corra pero se detuvo porque en ese momento sonó mi celular…

―Quiero que me des esto…

Escuche mientras yo lo apagaba y el, aun agachado, levantaba mis piernas para sacarme los pantalones y luego el calzoncillo, me lo pasó por las bolas para luego aplastarlo contra su nariz, suspirando extasiado por el olor de mi sexo.

Habíamos estado mucho rato metidos ahí y alguien nos podía encontrar, me volvió a besar mientras agarraba una de mis manos para hacer que le toque la verga y le manipule las enormes pelotas, húmedas de sudor…

Eso es para que también lo huelas y te acuerdes de mi un rato mas…

Me dijo cuando se subió el pantalón, no se como hizo para meter su tremenda pinga erecta dentro de la trusa y luego se acomodo el saco, la corbata y guardo mis interiores en su bolsillo mientras me sonreía guiñándome el ojo morbosamente…

―Espérame a las 7 en el bar del restaurante que esta en la esquina, tenemos que terminar esto… Ok?

―No se si deba… Yo nunca ha…

―No, no digas nada solo anda…

Me dijo como entre un ruego y una orden, luego salio y me dejo ahí con los pantalones en las manos, solo con la camisa puesta y con las pelotas al aire, temblando, asustado como un cachorro y tan excitado como un perro en celo, me quede un buen rato mas tratando de perder la erección y también de tranquilizarme, sin lograrlo por supuesto, porque pensar en lo caliente que fueron esos momentos me provocaba escalofríos y el olor de sus huevos en mi mano, la humedad que dejo en mi culo y el sabor de su lengua en mi boca me imposibilitaban tomar un poco el control de mi propia persona.

Finalmente pude salir y baje tratando de disimular mi nerviosismo y mi empalmada, había pasado tanto rato que ya tenia gente esperándome y mi asistente estaba como loco, realmente no me pude concentrar y cancele todo lo que tenia después de las 6, tenia unos enormes deseos de quedarme y al mismo tiempo pensé que debía irme, mi curiosidad me había llevado por una dirección que no esperaba, invadido por la incredulidad, me sentía atrapado e incapaz de escapar de esto que estaba experimentando…

Me pase las próximas horas decidiendo no ir y luego pensando que no podría evitarlo, me había pasado eso desde que nos vimos por primera vez en el baño y me daba cuenta que ahora me iba a ser imposible negarme, me quede solo en la oficina un rato dándole rienda suelta a mi imaginación y luego tratando de no pensar, deseando y reprimiendo lo que sentía y finalmente y casi sin darme cuenta estaba en el bar y tuve que esperar, ansiosamente, unos minutos hasta que lo vi aparecer, mi verga ya erecta dio un respingo y me dejo una mancha en el pantalón, el se paro junto a mi y luego de saludarme con un fuerte apretón de manos se pidió el un trago y nos fuimos a una de las mesas, Conversamos un poco y ahí me contó que era ejecutivo de una empresa constructora que tenia sus oficinas en el piso 7 y que desde ese día en el baño, en el que me descubrió viéndole la verga, había deseado conocerme, que en general se había involucrado mas con mujeres que con hombres y que el morboso juego que habíamos instaurado en el baño lo obligó a masturbarse descontroladamente en las ultimas semanas, nunca había vivido algo tan morboso y excitante, eso lo hacia pensar que podía realizar conmigo muchas cosas que el tenia por fantasías…

Quería estar con otro hombre bien hombre, uno maduro que le gustara y yo encajaba en sus deseos, un macho con quien manosearse, uno con quien pajearse, uno para lamerle el culo o con el cual mamar verga, uno que quisiese probar semen y si era posible uno que desease saber como se sentía una buena pinga dentro del trasero, uno con el cual poder ser un poco sucio para experimentar, que se deje dominar, al cual conocer por completo, al cual saborear y lamer, al cual poder olfatear, uno para tomarse unos tragos el fin de semana, con el cual sudar, al cual desvestir, con el cual bañarse en la mañana, en la noche o simplemente un amigo intimo con el cual poder conversar, compartir, dormir desnudos…

Escucharlo decir todo eso me excito a un grado máximo, nunca me había sentido así en lo absoluto y me di cuenta que necesitaba esa mezcla de perturbadora pendejada y complicidad, mis conflictos quedaron atrás y pensé que yo también quería eso, me dijo cosas que nunca imagine que podía decirme otro hombre, me dijo que le parecía un tipo sexy y que tenia el mejor culo que había visto en un macho, que mi olor lo volvía loco y un montón de cosas que desataron una enorme satisfacción en mi ego, decidí acompañarlo a su departamento y lo seguí en mi auto… Un segundo después de entrar ya me estaba besando otra vez, caímos en un sofá, me quito uno de los zapatos y recogió un poco la manga del pantalón para poder acariciar, extasiado, mi peluda pantorrilla, me saco el calcetín y lamió la planta de mi pie de la manera mas obscena que yo me podía imaginar, su lengua recorrió lentamente el espacio que hay entre el talón hasta los dedos y la introdujo entre ellos acariciándolos con una delicadeza y húmeda calidez que nunca había experimentado, causándome un placer del que no tenia idea, era obvio que el también se excito mucho con eso porque sus pantalones se estiraron al limite y tuvo que dejar por un momento lo que hacia para bajárselos y dejar libre su enorme verga que estaba erecta y palpitaba por la excitación, me hizo oler sus huevos, el es un hombre limpio pero pude sentir su propio olor, ese olor de macho que se nos queda en la ropa interior y no pude aguantar la necesidad de meterme su enorme tranca a la boca…

―Ahhh, quieres mamar pendejo!!?

―Asi.. Asiii… Aprende que de ahora en adelante te voy a dar de mamar todo el tiempo, Ok?

Me pareció increíblemente excitante tener una parte de su verga dura dentro de la boca, podía sentir el fuerte latido de las venas que la recorrían y eso hizo que mi propia pinga se pare hasta alcanzar su máxima dimensión, excitándome mas por todo lo que me decía…

―Ahhh!! Que rico!!!... Ohh!!... Sigue, sigue!!

―No pares hijo de puta, aprende a chupar pendejo mamón de mierda!!

―Quieres leche, uh?

Me decía mientras su enorme glande me llenaba la boca y no podía contestarle, ni tragar mucho mas de esa manga de carne ardiendo, Gino tiene unos muslos muy potentes y era increíblemente hipnotizante ver como sus cojonazos colgaban entre ellos mientras yo intentaba mamársela, se quito el saco y la camisa, dejando casi todo su cuerpo descubierto, no era muy velludo pero como me había parecido, tenia un cuerpo bien formando y era bastante fornido, termino de desnudarse y fue por mi, quitándome la ropa al mismo tiempo que exploraba las partes que iban quedando desnudas, me abrió la camisa para acariciarme el pecho lleno de pelos grises y enterró su nariz en la maraña espesa que llena el espacio entre mis carnosos pectorales, llenando sus pulmones con mi olor, eso lo arrechaba mucho y no tenia reparos en demostrarlo, hizo los mismo en mis axilas y les paso la lengua, me iba besando a medida que bajaba, desabrocho mi pantalón y mi verga salto, liberada para mostrar su erección monolítica, se divertía jugando con mi miembro, lo beso en la punta rodeando mi glande con su lengua, arrancándome un gemido que se convirtió en grito ahogado cuado sentí que luego me lamió las bolas al mismo tiempo que uno de sus dedos estaba otra vez tocando mi ano, esa doble sensación de placer sacudía mi cuerpo, sin poder creer lo delicioso que era todo eso, me di cuenta que estaba jodido porque sabia que ya no iba a parar…

Gino me dio la vuelta como hizo esa tarde en el baño y volvió a lamerme el culo, dándome eso que nunca antes nadie me había dado, creo que cada célula de mi cuerpo cayo rendida ante la excitación de ese instante y que mi cerebro descubrió que algo oculto salía a la luz, mi culo brincaba entre los escalofríos que me provocaban las pasadas de su lengua y las caricias que me daba en las bolas, creo que para Gino fue evidente cual era el siguiente paso y decidió que si me iba a penetrar ese era el momento, se había dado cuanta de lo excitado que estaba pero sabia que nunca me la habían metido, así que ese fue uno de los únicos momentos en los que disminuyo algo su brusquedad, se paro detrás mío para decirme cosas mientras me mordía el oído, sabiendo que eso me haría rendir mas rápido…

―No te preocupes viejito!!!... Aqui yo voy a ser el Papá y te voy a hacer algo bien rico, ok?

―No por favor no seas pendejo!!!... No se… Yo no…!!

―Vamos solo relájate… Has lo que yo te diga que voy a ser muy bueno contigo…

Me decía mientras me acariciaba con todo su cuerpo, podía sentir sus labios y su aliento humedeciendo mi nuca, una de sus manos pellizcando mis tetillas, la otra masturbando mi hinchada verga y por ultimo su pinga durísima rozando mis nalgas, humedeciendo los pelos de mi culo con el abundante liquido que le salía por la excitación que el también sentía.

Con todo eso no tardo en doblegar mi pobre resistencia y cuando me di cuenta tenia los codos sobre el sofá y la punta de su verga ya estaba tanteando y presionando la entrada de mi ano, Gino no se detuvo casi ni un momento hasta que la cabezota de su verga por fin se abrió paso a través de mi esfínter y yo grite por el dolor…

―Carajoooo… Nooo!!!

―Caaalmaa!!!... Tranquilo…

―No te asustes!!... No te voy a clavar mas si te duele demasiado…

―Vamos ten confianza!!!

Me decía mientras me masajeaba la espalda para hacer que me relaje y luego de eso casi no me di cuenta hasta que ya tenia casi todo su tronco de carne adentro, no sentía dolor pero si podía sentir como su pinga hirviendo me calentaba las entrañas, se quedo así por un buen rato para darme la oportunidad de adaptarme a la sensación de tener el culo lleno, esa sensación se convirtió rápidamente en placer y de ahí en adelante fue lo único que sentí.

No se que palabra usar para describir la forma en la que Gino me cogió, creo que seria mas veraz decir que me culeo, si me culeo y me hizo gozar como nunca pensé que podría gozar con algo así, utilizo su vergaza para barrenarme el culo, metiéndola y sacándola rítmicamente como un enorme pistón, lo hacia manteniendo arriba mi trasero al tiempo que empujaba mis hombros, de mi boca salían solo sonidos sordos y respuestas casi indescifrables a sus preguntas morbosas…

―Viejo, te gusta mi verga?... Uh!!?... Te gusta como te estoy perforando?... Dime!!

―AHGG… ahh…ahhh…yaaa!!

―Dime si me gusta como te cojo, huevon de mierda!!... Dime!!

―Sii… Si… Aughgg!!....Ahgg…Ahhhggg!!

Repetía yo al ritmo del vaivén de su pelvis contra mi trasero, en el se concentraron todas las sensaciones que podía tener y mi dilatado e inexperto esfínter se contraía violentamente tratando de volver a su estado original, atrapando la pinga de mi jinete y provocándome unos increíbles espasmos de placer que parecían dejarme sin aliento, mi recto estaba pleno y recibía ajustadamente la pinga de Gino y yo sentía que me chorreaba el sudor, sudor por el esfuerzo, el contacto físico o la arrechura y Gino estaba sobre mi, hablándome mientras me cogía y podía sentir nuevamente su aliento en mi nuca y como su cuerpo también mojado se pegaba al mió… No se cuanto tiempo estuvimos así pero la presión de su aparato entrando en mi culo, empujando la parte posterior de mis órganos genitales, me obligaron a eyacular y mi pinga expulso tres interminables cordones de semen mientras que mi cuerpo se estremecía descontroladamente, debo haber gritado, no lo recuerdo en realidad, pero pienso que el se dio cuenta porque sentí que me tomo de los hombro para jalarme hacia el, un par de veces, enterrándomela con mas fuerza, como haciendo palanca para obligarme a eyacularlo todo…

―Auu!!... Aah… Aaaaaaahh!!... Aughhh!!

―Te viniste pendejo de mierda!!

―Yaaaaa… Aughhhh!! ….Ahh!!!

―Te gusto lo que hizo Papá, uh?

Escuche mientras me lamía el cuello y luego me pasaba la lengua lentamente por una de las orejas…

―Esto no es nada pendejo!!... Te voy a seguir cogiendo hasta que no puedas caminar sin acordarte de mi, eres mió entiendes!!?

―Me entiendes!!?

Rendido no pude ni contestar, inconsciente de que Gino ni siquiera había eyaculado y aun estaba muy lejos de acabar… Rezago del intenso orgasmo todavía podía sentir pequeñas contracciones en la pelvis y trataba de recuperarme cuando el me saco la pinga del culo y me dio vuelta, se abalanzo sobre mi y me beso, me limpio el sudor del rostro con su lengua, lamió mis bigotes y luego me beso otra vez, hablándome de cosas que quería hacerme, mi verga estaba aun algo dura pero la de el se veía como un grueso mástil de carne palpitante, se paro a un lado de la sofá, me acomodo y me halo hacia el, levanto una de mis piernas poniendo mi tobillo en su hombro, apoyó una de sus rodillas junto a mi culo, y me volvió a ensartar de un solo golpe llenándome otra vez el recto que recién se estaba acomodando a la sensación de vacío que me había dejado unos momentos antes, causándome otra vez esa especie de plenitud que me había hecho perder el control.

Mi pinga no llego a ablandarse del todo porque con la nueva cogida recobro su rigidez, Gino reinicio la culeada empujándome rítmicamente su vergaza, no cabía duda que sabia perfectamente lo que hacia y que ya tenia bastante experiencia cogíendose a otros hombres, se notaba en como lo disfrutaba y como disfrutaba haciéndome gozar, se notaba en las groserías que me decía y en las cosas que me preguntaba…

―Te voy a llenar de leche pendejo… Quieres hijo de puta?!!... Dime si quieres que papá te llene el hoyo…??!!

―Te voy a culear toda la noche… Quieres que te siga culeando??

―Auu!!... Aah… Aaaaaaahh!!... Aughhh!!

―Dime viejo pendejo!!?... Dime peludo de mierda??... Te gusta??

Yo a lo mejor le contestaba pero no lo se, solo creo que asentía con la cabeza, poseso por el placer que me hacia sentir, estimulándome al mismo tiempo de todas las formas posibles, me penetraba y entre las cosas que preguntaba me lamía el pie que tenia junto a su cara o movía mi pierna de un lado a otro para hacer que mi cuerpo cambie ligeramente de posición y poder recostarse sobre mi, para lamerme las axilas o manipular mis tetillas… Era obvio que le gustaba el hecho de que tuviese tanto vello en el cuerpo porque no paraba de acariciar mis muslos, mi pecho o mis nalgas y de decir cochinadas respecto a eso…

―Ohh!!... Nunca me había comido el culo de un macho tan peludo!!!

―Hey!!... Peludo come verga… Te gusta como te clavo la pinga!!??... Te gusta??

―Dime pendejo lame bolas!!!... Quieres que te siga perforando el culo peludo que tienes?

Decía inventando cada vez frases mas obscenas, convirtiéndose en mi dominador y demostrándome que entre nosotros dos, el era definitivamente el enculador y yo su juguete a la hora del sexo… Me sentía pasmado por el placer incomprensible que me daba y la verdad me dejaba hacer todo sin ninguna resistencia, mientras me masturbaba, solo desbordado por la increíble sensación de sentir como me bombeaban por el culo, que a esas alturas estaba tan abierto que Gino empezó a sacarme los 22 cm de su gruesa verga por completo, solo para volver a ensartarme antes de que mi esfínter lograra cerrarse un poco, usando su herramienta como un asesino usa el cuchillo para apuñalar a su victima, una y otra vez…

Cada empujón de esos me arrancaba un alarido y ya no podía escuchar lo que me decía, solo podía convulsionar de gusto cuando su aparato entraba o salía de mi, llenándome o dejándome completamente vacío, haciéndome sentir en ambos casos el grosor de su glande redondo al pasar a través de mi esfínter, hasta que en una ultima y violenta clavada me repleto el recto de leche… El orgasmo pareció encender su cuerpo y Gino enrojeció por completo, fue el único momento en el que no pronuncio palabra y solo miraba extasiado como mi verga también disparaba chorros de semen espeso, que quedaron atrapados en los pelos que tengo en el pecho…

Yo estaba realmente agotado, quizás por el poco interés que antes había tenido por el sexo, la experiencia que acababa de vivir me había sobrepasado en casi todos los aspectos y tenia la impresión de no poder moverme por el desgaste físico, sin embargo Gino luego de unos segundos me saco la pinga del culo y se lanzó sobre mi, lamió mi semen y me lo dio a probar con su lengua metiéndola profundamente en mi boca y se quedo ahí apretado a mi lado en el sofá besándome, tocándome y hablándome por casi otra media hora, burlándose cariñosamente de mi al darse cuenta de que estaba tan cansado, divirtiéndose con mi cuerpo que recién se estaba recuperando de todas las sorpresas que había tenido ese día…

Hey anciano perezoso no te vayas a dormir porque tengo que bañarte… Ok?

―Vamos!!... Hazle caso a papá que en 20 minutos voy a tener ganas otra vez y ni pienses que te voy a dar tregua…

―Vamos arriba!!!

Me amenazaba susurrando divertido mientras me arrastraba al baño donde efectivamente me volvió a coger bajo el chorro de agua fresca, esta vez de una forma completamente diferente a la anterior, lavo mi cuerpo con mucha dedicación aprovechando el jabón como lubricante para abrazarme y frotarse suavemente contra mi, lavo mi culo limpiando todo el semen que me salía del ano e hizo que le de una mamada para que se le vuelva a parar y me abrazo por detrás empujando su verga dentro de mi, muy suavemente, hasta que me tuvo otra vez completamente ensartado…

En esa posición me decía muchas cosas a la oreja mientras me abrazaba o me masturbaba muy lento al ritmo del suave vaivén de sus pelvis, no puedo hacer ninguna comparación al respecto porque tanto el desenfreno de la primera culeada como la desquiciante lentitud con la que me estaba cogiendo dentro del baño me producían un placer alucinante…

―Oye viejito!!! Te gusta como te doy de comer mi verga por tu culito peludo??... Vamos dime!!!

―Si me gusta… Me gusta mucho!!

―OOHHHhhhh!!... Que rico eres Ramiro!!!

―Ah… Ah… Auhgg!!!... Me voy a volver a venir pendejo…

―Para por favor… uhmmmmfff… Uhmmm…

Nos susurrábamos el uno al otro….

Prométeme que yo voy a ser el único macho que te de de comer pinga…

―Anda hazlo… Promételo pendejo come verga… Promete que tu culo peludo va a ser solo mio… Yo voy a ser el Papá, Ok?...Vamos!!!

―Te lo prometo… Si te lo prometo…

―Vamos… Dilo completo!!

―Prometo que mi culo va a ser solo tuyo… Ahhh… Ahhhh!!

―Que mas?… Vamos!!

―Si… Siii… Tu vas a ser… Tú vas a ser el Papá y el único al que voy a dejar que meta su pinga a mi culo…

―Eso es!!... me gusta que seas obediente y por eso te voy a consentir mucho, ok?

Pactamos unos segundos antes de llegar juntos al orgasmo, yo tenia las pelotas pegadas a la base del pene, e increíblemente para mi salpique con mi leche hasta las paredes, Gino por su parte se quedo abrazándome por detrás un buen rato mas después de haber vuelto a llenar mi trasero con su lechada, acariciándome y terminando el baño con mucha ternura… Solo ahí me dejo descansar un momento, me acostó junto a el en la cama y nos dormimos un rato, eran un poco mas de la una de la mañana, yo había llamado a casa diciendo que me quedaría tarde y eso para ellos no era algo extraño pero igual pensé que en unos momentos debía irme, sin embargo no quería moverme de ahí, en realidad hubiese querido suspender ese momento mucho tiempo, tenia unos deseos enormes de seguir abrazando a ese hombretón, que había logrado darme un placer que no creí que pudiese existir, que había derrumbado todos mis tabúes y había logrado meter su enorme verga en mi culo enseñándome que es ser un hombre completo de verdad y, lo que creo, había evadido toda mi vida.

Pensando en eso volví a sentir sus besos y caricias pero nos tuvimos que despedir por esa noche, desde entonces mantenemos todo en secreto, al menos por ahora, pero nos seguimos viendo muy seguido para hacer todo lo que el me dijo que quería hacer cuando conversamos por primera vez en el bar, sobre todo los martes y jueves luego del trabajo y todavía nos encontramos algunas veces en el baño del piso 11 a donde subimos por unos minutos y me lame el culo, me da de mamar verga o me hace gozar jugando con mis pies, como una preparación para las noches donde, a pesar de ser doce años menor, sigue siendo "el Papá" y yo obedientemente lo sigo dejando ser único puede meterme la pinga por el culo peludo…

ADOLFH

(9,60)