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Lara (2 de 2)

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Hola de nuevo!!! De nuevo vuestra amiga Lara, la caliente y sexy "trans" de Barcelona. Supongo que recordaréis mi anterior relato, en el cual os narraba como me había enrollado por primera vez con Nuri, mi rubita y viciosa compañera de trabajo. Como os decía, aquella experiencia vino motivada por los celos que Nuri tenía cuando me veía tontear con algún compañero, cuando nunca había sucedido nada, ya que mis ligues me los buscaba fuera del trabajo, y precisamente fue con ella con la que lo hice por primera vez en el, digamos, ámbito de la oficina, aunque fuese fuera de ella. Como os contaba, aquel rollo fue después de una cena de empresa, durante la cual, Nuri me había atacado directamente en los servicios del restaurante, prosiguiendo después la juerga en mi apartamento. Al final del relato, decía que también habíamos metido a su novio en nuestros líos, momento en el cual él descubrió su bisexualidad, y esa es la historia que os cuento hoy.

Más o menos dos semanas después de nuestro primer encuentro, durante las cuales nos habíamos enrollado varias veces, un día noté que Nuri estaba bastante apagada, que se encontraba rara, y al preguntarle porqué, me contestaba que no le pasaba nada, por lo que deduje que eran problemas con su novio. Al final, y después de apretarle mucho, medio llorando me dijo que sí, que su novio era muy celoso y que pensaba que le estaba engañando con alguien. Después de consolarla, le dije que lo que mejor podía hacer era decirle una media verdad, o sea, que eran líos esporádicos con otra chica, ya que ella me había dicho que a él le gustaba la idea de hacérselo con dos chicas a la vez. Más consolada, me dijo que lo intentaría pero, que si no daba resultado, no volveríamos a vernos, lo cual comprendí perfectamente. Después se marchó, ya que había quedado con él, dejándome sola.

Aproximadamente una semana más tarde, mientras estábamos trabajando, al pasar por mi mesa, me guiñó un ojo y me sonrió, por lo que deduje que había dado resultado, y que quería hablar conmigo, por lo que le contesté con un gesto que después, durante el café. Al salir a media mañana para desayunar, empezamos a hablar del tema, y le pregunté que qué había pasado. Me contestó que le había entrado a su novio directamente, sin rodeos, y que al confirmar sus sospechas de que estaba celoso, le relató nuestra aventura, eso sí, sin contarle toda mi "verdad", y que se había puesto cachondísimo, follándola como nunca. A partir de ahí, empezamos a planear el encuentro, quedando en que sería ese sábado en mi casa, que primero iría ella, y que después llegaría él, encargándose Nuri de darle mi dirección. Durante toda esa semana, la noté súper nerviosa, ya que Nuri no sabía como resultaría y, al fin, llegó el sábado.

Ese día, durante toda la mañana me dediqué a hacer limpieza general aunque, si bien mi casa no estaba muy sucia, había que ordenar algunas cosas. Después, encargué comida a un chino y comí en casa, mientras seguía planeando cosas, ya que si salía perdería el ritmo y no sabía cuando llegaría Nuri. Ésta lo hizo sobre las seis de la tarde. Estaba preciosa, con un ceñido vestido de tirantes tan corto que apenas le tapaba su culito. Noté que se había cortado el pelo, llevando ahora una media melena que la hacía parecer todavía más joven. Mientras tomábamos un café, hacíamos nuestro plan. Después preparamos la cena y, al terminar, empezamos a llevarlo a cabo. Nos dimos una ducha juntas, tras lo cual pasamos al dormitorio. Allí, desnudas las dos, decidimos que sería lo que nos pondríamos.

Empecé por ella, suponiendo que su talla no variaría mucho de la mía. Elegí un conjunto de corsé con liguero y tanga de color azul que le dejaba los pechos firmes y realzados pero al descubierto, unas medias del mismo color con blonda, y unos zapatos negros de tacón de aguja, todo ello cubierto con un batín casi transparente que marcaba su silueta sin llegar a enseñar. Al ver un papiro egipcio que me habían regalado, le puse una peluca negra de corte a lo "Cleopatra", y la maquillé como una auténtica egipcia, marcando sus ojos con una línea negra y sombra azul. Al terminar y mirarse al espejo, casi no se reconocía, notando como le gustaba mucho su aspecto. Para mí, decidí ponerme un conjunto de tanga y sujetador negro, un "short" vaquero azul que dejaba casi todas mis piernas al descubierto, y una blusa blanca atada a la cintura, dejando mi ombligo al aire y transparentándose todo el sujetador, mostrando el canalillo de mis tetas, con calcetines blancos cortos y unas bambas blancas. Para rematar, al tener el pelo un poco más largo que ella, me hice dos coletas con un par de lacitos, y me puse unas gafas sin graduación, lo que me daba un gracioso aspecto de colegiala viciosa que para qué, aspecto que ya me había dado muy buen resultado en ocasiones anteriores. Nos besamos y, sirviéndonos una copa de vino, nos pusimos a esperar.

Sobre las nueve de la noche, tocaron al timbre, por lo que supusimos que sería Santi, su novio. Sin hacer ruido, la hice que mirase por la mirilla a ver si era él y, al hacerme un gesto con la cabeza de asentimiento, la hice pasar al dormitorio y le dije que no saliese hasta que yo no se lo dijese, y fui a abrir la puerta. Me gustó lo que vi: era un chico alto, moreno, el pelo ligeramente alborotado, con una camiseta ajustada que marcaba sus pectorales y abdominales, los ojos verdes y, sobre todo, bastante guapo. No pude evitar pensar como tendría la polla y pensé que, si acompañaba al resto del conjunto, sería un exquisito premio. Al verme, noté que se quedaba impresionado y casi se atraganta. Le hice pasar y, tras presentarnos y ofrecerle una copa de vino mientras esperábamos a Nuri, nos sentamos en el sofá, con objeto de irnos conociendo un poco mejor. Mientras hablábamos, y al decir yo que Nuri se estaba terminando de vestir, ella salió y, si conmigo Santi se había quedado impresionado, con ella ya fue el remate, soltando casi todo el trago que se estaba tomando de la impresión que tuvo. Se levantó y, tras besarla, le dijo que casi no la reconocía, que estaba buenísima.

Tomamos una copa los tres juntos, tras lo cual decidimos pasar a la cena, ayudándonos él a poner la mesa. Mientras cenábamos, hablamos de todo un poco, pasando después a temas un poco más íntimos, llegando a decir él que, aunque Nuri le había dicho que se lo hacía con una chica, no se imaginaba que estuviese tan buena como yo, dándole Nuri un puntapié de broma bajo la mesa, por lo que noté que lo tenía en el bote y que podía ser una noche fantástica. Seguimos cenando y bromeando y, al terminar y recoger la mesa, nos sentamos en el sofá a tomar una copa, Santi en medio de nosotras dos. Después de la cena, y tras haber tomado unos cafés en el comedor, Nuri se levantó a por una botella de champagne que habíamos puesto a enfriar, mientras yo sacaba tres copas del mueble bar, y ponía una música para acompañar el momento y, tras poner una película porno en el vídeo, nos sentamos en el sofá, Santi en medio de nosotras dos, bastante nervioso, ya que notamos que su mirada iba de uno a otro escote y tartamudeaba un poco. Nos miramos las dos, y decidimos que ya era hora de pasar a la acción y, mientras ella le ponía la mano entre las piernas y le sobaba descaradamente el paquete, yo le hacía cosquillas con mis uñas en el cogote y cuando giró la cabeza hacia mí, le planté un beso en toda la boca, metiéndole la lengua hasta la campanilla, a lo que el intentó responder moviendo su lengua en mi boca.

Después de un rato de estar morreándonos, me di cuenta de que su respiración estaba más alterada. Supuse que le faltaba aire y, al separarme de él, observé como Nuri, que se había quitado el batín, le había desbrochado los pantalones y, tras bajarle los calzoncillos, le estaba haciendo una feroz mamada, metiéndosela entera en la boca. La verdad es que su polla no estaba nada mal, de unos 13 o 14 cm, y ligeramente torcida hacia un lado, y me dije que, así, tendría que da un gusto tremendo. Me levanté y me uní a ella, haciéndole una felación a dos bocas que le hacía temblar de gusto ya que, mientras una le lamía la polla, la otra le besaba y chupaba los huevos y el punto que hay entre el escroto y el ano, por lo que daba frecuentes respingos de placer, mientras yo le sobaba el chochito a ella, llegando a apartar el tanguita y meterle dos dedos.

A todo esto, Nuri se levantó, se quitó el tanga y, subiéndose al sofá, le puso el coño en toda la boca para que se lo comiese, dándole Santi unos lametones como si le fuese la vida en ello mientras que, con una mano encima de mi cabeza, impedía que me sacase la polla de la boca, continuando mi mamada, la cual, habiéndome quitado la camisa y el sujetador, acompañaba con roces de mis pezones, y pasadas por mi canalillo, hasta que, notando como el tenía un espasmo y por la respiración entrecortada de ella, supuse que se iban a correr, por lo que me metí la polla en la boca, recibiendo la descarga de Santi, y llegando a salirme un poco por la nariz de la cantidad de leche que echó, y que no fui capaz de tragarme toda, mientras Nuri se corría dando gritos por los continuos lametones en el coño que recibía de su novio, disfrutando como una perra en celo, cayendo casi desmayada sobre las piernas de su novio, con la respiración todavía alterada por el reciente orgasmo, y ofreciéndome una perfecta panorámica de su bonito culo que, junto con la polla de Santi, no puede resistir la tentación de lamer y chupar un poco más, hasta que ella se levantó, pidiendo un descanso y diciendo que todavía quedaba noche. En verdad así era, pues solamente eran las once y media y, por lo menos ellos, ya se habían corrido una vez. Paramos, y sentados en el sofá, charlamos un momento, mientras tomábamos otra copa, yo sentada enfrente de ellos. Le repuse que todavía quedaba lo mejor.

Los ojos de Nuri brillaban de deseo y, levantándose y viniendo hacia donde yo estaba, me dijo que ahora me tocaba a mí. De pie en medio del salón, se despojó del corsé, quedando tan sólo con las medias y, sonriendo a su pareja, le dijo que observase, que íbamos a hacer un show para él. Me guiñó un ojo, y no pude evitar sonreírle, ya que empezaba nuestro plan. Se acercó lentamente hasta que se sentó a horcajadas en mis piernas, empezando a besarme suavemente en la boca, haciéndolo también en los ojos y las orejas, volviendo a entusiasmarme. Siguió con los besos, bajando por mi cuello hasta que, bajándose de mis piernas y arrodillándose delante de mí, pasó a mis pechos, lamiendo y retorciendo mis pezones que, como ya dije, me encanta. Llegó hasta el ombligo, donde se entretuvo un rato, mientras seguía sobándome las tetas. Me desabrochó el short, empezando a bajármelo lentamente. Cuando me lo quitó, me besó suavemente la cara interior de mis muslos.

Debido a su postura, Santi no podía ver el bulto que se empezaba a formar debajo de mi tanga, hasta que decidió quitármelo de una vez, dejando mi polla en libertad, empezando a darle suaves besitos en el capullo, bajando por el tallo, hasta que se la metió entera, empezando a mamármela despacio al principio, más rápido después. Teníamos que ofrecer una imagen de lo más morbosa: las dos totalmente desnudas, yo totalmente abierta de piernas en el sofá, con los ojos cerrados disfrutando de la mamada, y Nuri de rodillas, con el culo en pompa totalmente ofrecido, y mi polla en la boca. Cuando abrí los ojos, pude ver lo sorprendido que estaba Santi ante lo que veía.

- Ésto..., ésto, qué es?- articuló a decir al fin.

- No lo ves? Soy una chica...con sorpresa- contesté yo.

- Y muy rica, por cierto- contestó Nuri, sacándose la polla un breve instante.

- Pero..., pero- no paraba de repetir Santi.

- Acaso te importa? Cuando te la estaba chupando no decías nada – le dije – ¿No lo has hecho nunca con una chica como yo?

- No, nunca y, sí, tienes razón. Me lo hacías estupendamente, como lo haría una tía de verdad.

- Pues entonces..., relájate y disfruta.

Haciendo parar a Nuri, me levanté, fui hacia él, y tras besarle en la boca, le dije:

- Ven, vamos al dormitorio. Estaremos más cómodos.

Así lo hicimos y, al llegar al cuarto, le empujé suavemente hacia la cama, tumbándole en ella, poniéndome yo de rodillas encima suya, besándole en la cara y la boca, haciéndolo de vez en cuando en el cuello, notando como nuestras pollas se rozaban ya que, a pesar de su sorpresa, estaba totalmente empalmado, mientras Nuri, detrás de nosotros, no paraba de lamer nuestros culos, recorriendo con la lengua las pollas, dándonos un gusto tremendo. Al cabo de un instante, poco a poco me fui dando la vuelta hasta quedar en la posición del "69", empezando de nuevo a chupársela las dos a la vez. Sacándomela un momento, le dije que porqué no probaba él, y así lo hizo, aunque dubitativamente al principio, lamiendo poco a poco, hasta que se atrevió a hacerme una mamada como la que le estaba haciendo yo a el.

De pronto, Nuri me empujó despacio hasta que casi quedé prácticamente sentada, poniéndose a continuación ella encima, cogiéndole la polla con la mano y guiándola hacia su chochito, donde se la metió entera de un solo empujón, empezando un lento mete y saca, mientras que yo, con mi polla en la boca de Santi, le lamía y chupaba sus pezones, bastante erectos por cierto. Formábamos un triángulo de placer, siendo los vértices nuestros respectivos sexos. La verdad es que me estaba poniendo cachondísima, sobre todo al ver a Nuri saltar sobre el miembro de su pareja. Me levanté y me acerqué a ella por detrás, agarrándola por sus tetas. Cuando echó la cabeza hacia atrás suspirando de placer, la volví a besar, observando la cara de su novio, que era todo un poema de como estaba disfrutando. Poco a poco, recorrí su espalda con mi lengua, hasta que llegué a su culito, el cual lamí y acaricié con mis dedos. Ella, que se imaginaba lo que vendría a continuación, me pidió que lo hiciese con cuidado ya que, a pesar de no ser virgen de su tierno culito, sería su primera "doble penetración".

Suavemente, tras chupar uno de mis dedos, comencé a pasárselo por las cercanías de su agujerito. Poco a poco se lo comencé a meter, empezando a deslizarlo dentro y fuera, hasta que llegó un momento que me atreví a meterle dos, y seguí deslizándolos hasta que consideré que ya estaba preparada. Me levanté y, apoyando mi polla en su ano, la cogí de los pechos y, besándola a la vez que le retorcía los pezones, comencé a metérsela. Cuando lo logré, esperé un momento hasta que su culito se acostumbró al intruso que lo invadía, comenzando entonces un mete y saca que la volvía loca. Por mi parte, era alucinante la sensación que producían al rozarse mi polla y la de Santi en el interior de ella. Chillando, gritaba palabras que, al verla, no se podía pensar que saliesen de su boca. Nos pedía que no parásemos, nos insultaba, nos pedía que la folláramos duro, que la destrozábamos de placer. Seguimos hasta que, de repente y sacándose nuestras pollas, nos pidió que nos pusiéramos de pie y nos corriéramos encima de ella. Lo hicimos y, de rodillas entre los dos, nos masturbaba hasta que nos corrimos en su boca, cayendo una parte sobre sus tetas, la cual recogió con sus dedos chupándolos a continuación con cara de vicio. Nos tumbamos en la cama, y nos besamos y nos acariciamos suavemente hasta que nos quedamos dormidos los tres.- Al cabo de un rato, me desperté con una húmeda sensación. Entreabrí los ojos y vi que era Nuri jugando otra vez con mi polla, mientras que Santi tenía su cabeza enterrada entre sus muslos, dándole unas lamidas que la hacían estremecerse. Fui incorporándome en la cama y, poco a poco, fui guiando la cabeza de Nuri hacia la polla de Santi, mientras yo me colocaba a horcajadas sobre su cara, en la posición del "69", empezando a comerle entre las dos la polla. Mi miembro quedaba a escasos centímetros de la boca de Santi, con lo que rozaba sus labios de vez en cuando. De pronto, noté como se la introducía en la boca, poco al principio, más decidido después, y no pude evitar una sonrisa que Nuri notó.

Después de un rato de sexo oral, Nuri se tumbó boca arriba en la cama, pidiéndole a su novio que la follara, cosa que el hizo. Me acerqué a él por detrás, lamiéndole sus huevos y el trozo de polla que salía del coñito de Nuri de vez en cuando, llegando a su culo algunas veces, lamiendo su ano, y empezando a meterle un dedo poco a poco, lo que le provocó un respingo que hizo que Nuri gimiera como una loca. Después de un rato de jugar con mi dedo, y sin que él se diera cuenta, me fui embadurnando mi pene con vaselina. Me incorporé tras él y acerqué mi pene a su ano. Al sentir el roce intentó separarse, pero Nuri lo impidió abrazándole e inmovilizándole. Poco a poco le fui penetrando hasta que, de un golpe seco, se lo introduje entero, lo que hizo que lanzará gemidos de dolor que se fueron atenuando poco a poco, hasta que noté que entraba y salía fácilmente de él. Era increíble: Santi penetraba a Nuri y yo le penetraba a él, pagando el pato ella que no paraba de gemir como una posesa y que notaba a cada envite mío la polla de su novio profundamente en su interior.

Cuando dije que me iba a correr, salimos cada unos del agujero que ocupábamos, quedando yo de pie y Santi de rodillas, metiéndose otra vez mi polla en su boca mientras Nuri se la mamaba a él y metiéndose dos dedos en su sexo. Sentí que me corría, tragándose él mi corrida y corriéndose él en la cara de su novia. Cuando nos tranquilizamos, quedamos tumbados los tres, Santi entre las dos y, al preguntarle qué le había parecido, contestó que se había sentido raro al principio, pero que, después, le había cogido el gustillo, besándome en la boca y sintiendo yo el sabor de mi leche en sus labios, y agradeciéndome el placer que le había dado y la faceta suya que le había ayudado a descubrir. Nos volvimos a quedar dormidos y, cuando nos despertamos, después de otra leve sesión de lamidas y chupadas, se marcharon, quedando para repetirlo en más ocasiones, cosa que así hemos hecho, incluyendo a más gente, y llegando incluso a organizar verdaderas bacanales de un fin de semana entero.-

 

FIN

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