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La isla, el entrenamiento (3)

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Peter se bajó del carro y se dirigió hacia la parte de delante del mismo, se acercó a Linda y retiró la pinza que aprisionaba su pezón, pese a que estaba muy acostumbrada a ello, sintió un gran alivio, Peter cariñosamente dio un beso a su esclava en la zona afectada y Linda lo agradeció susurrando levemente “gracias Amo”, repitió la operación con Cynthia, aunque ésta vez no hubo beso, en lugar de eso, le dio un leve cachete en el culo y le dijo que llevase a las aspirantes adentro.

Cynthia cogió la cadena del carro y llevó a las aspirantes a través de una verja, hacia una gran casa que se escondía entre árboles a lo lejos, todas las chicas avanzaban en silencio, asimilando todo lo que habían visto y con miedo de lo que viniese ahora.

Sandrine caminaba con fuerzas, le gustaba hacer senderismo y tenía bastante aguante, aunque la idea de trotar desnuda por el campo no era precisamente su idea de una excursión, estaba muy contenta por poder andar ahora a un ritmo más relajado pues sus tetas rebotaban muchísimo al correr y era muy incómodo para ella, era terrible el movimiento de semejantes ubres libres al aire, sin sujetador.

Cynthia miró hacia atrás y contempló a Peter sentado en el cómodo sillón del carrito mientras su hermana estaba de espaldas a él, cabalgándolo con unos fuertes movimientos mientras enterraba la polla de Peter en su coño, volvió a mirar hacia delante y soltó un suspiro, cada día tenía más claro que su hermana era la favorita de su amo, llegó frente a la puerta de la casa y puso su mano en un panel, tras confirmar su identidad la puerta se abrió; fue tirando de la cadena guiando a las aspirantes al interior del edificio.

Una a una Cynthia fue quitando las cadenas del cuello a las chicas, éstas al verse libres por primera vez en mucho tiempo comenzaron a tocar su cuello para aliviar el dolor producido por las cadenas; Ashley fue corriendo hacia su hermana y le dio un tremendo abrazo mientras ambas rompían a llorar por enésima vez, lo mismo hicieron Amy y Lorry, amigas desde pequeñas, Claudia se acercó a Maky.

―Oye Maky, siento lo de tu hermano, de verdad. - le dijo enrojecida mientras miraba al suelo.

Claudia se disculpaba porque ella había sido la culpable de la muerte de su hermano, pues los cazadores les habían obligado a hacer una mamada a sus familiares, Claudia a su padre y Maky a su hermano, y éstos dejarían vivir a quien se corriese antes, Claudia fue más diestra y consiguió salvarle la vida a su padre, pero al precio de la vida del hermano de la chica de rizos. Maky no contestó nada, simplemente la abrazó mientras las lágrimas le caían sobre su cuerpo bronceado, aunque saliese con Lorry y Amy, lo hacía porque eran amigas de su hermano, Claudia era compañera suya de clase, podría ser lo más parecido a una amiga que tendría en la isla.

Paula, la mayor, se acercó a sus hijastras y se unió al abrazo, Marta, su asistenta, odiaba a esa mujer, pues la sometía a tratos vejatorios, no sintió ninguna pena por ella, aunque si por las niñas, que siempre habían sido correctas con ella, no obstante decidió acercarse a hablar con Sandrine en lugar de unirse a la familia Brenner.

―Buenos días aspirantes – una voz dulce pero firme proveniente de unos altavoces que interrumpió los abrazos.

La puerta del hall se abrió y dejó ver un salón adornado por suntuosas lámparas de araña, en el salón se encontraban varios hombres charlando animadamente, pero los ojos de todas se dirigieron a la joven que estaba en el centro de la sala, era muy joven, no llegaba a los 20 años, y aunque estaba desnuda, ofrecía una imagen de elegancia y majestuosidad impresionante, llevaba puestas unas sandalias de tacón de color violeta, con las uñas perfectamente cuidadas y pintadas de ese mismo color, sus piernas perfectamente torneadas y bronceadas acababan en un coñito depilado totalmente, salvo una elegante mata en forma de “N” que adornaba su monte de venus, en su ombligo había tatuada una pequeña estrella, tenía el vientre plano y no tenía absolutamente ninguna marca de bikini, ni la parte de abajo ni la de arriba, estaba maravillosamente bronceada, sus tetas rozaban perfección, la derecha tenía tatuada unas estilizadas líneas que salían del pezón de un color marrón intenso, dando la impresión de formar un sol, tenía una sonrisa angelical en la cara, que estaba presidida por unos maravillosos ojos azules, y escoltada por unos rizos de color castaño claro, aunque estaba desnuda, daba la impresión de que estaba vestida de gala.

―Tomad asiento por favor. - dijo la chica con una sonrisa.

Las aspirantes fueron avanzando hacia el gran sofá de cuero y se sentaron todas en él, Claudia emitió un leve quejido al notar su piel desnuda, mezclada con sudor y orina, juntarse al cuero del sillón.

―Me llamo Nadia, y voy a entrenaros a todas para que podáis ser unas buenas esclavas. - dijo la chica, si bien seguía con el tono de voz alegre, sus ojos ahora evidenciaban una frialdad total. - os aconsejo que no os quejéis nunca – dijo mirando a Claudia – debéis aceptar que vuestras vidas tal y como las conocíais han acabado, nunca más tendréis que tomar decisiones importantes, sólo debeis concentraros en ser felices... sirviendo a los demás. - concluyó.

Las chicas la miraban con una mezcla de incertidumbre y atención.

―No os avergoncéis, no tapéis vuestros cuerpos, pues ya no son vuestros, vosotras sólo sois quien mueve los cuerpos que pertenecen a nuestros amos. Ellos deciden si están tapados o no, y si necesitan algún adorno o arreglo, lo primero que vamos a hacer es poneros a todas el nombre, para que no os perdáis, si Cynthia tiene la bondad... - dijo mientras señalaba a una puerta del lateral de la sala en donde estaba la esclava de Peter haciendo un gesto para que pasasen.

Las aspirantes fueron entrando a la sala donde había una gran chimenea, en el centro de la sala había una pared con un agujero y un palo atravesándolo horizontalmente.

―Colocaos en orden, de menor a mayor – dijo Nadia, asustándolas a todas pues aunque llevase tacones casi no hizo ningún ruido al llegar a la sala.

La primera fue Ashley, Cynthia la puso enfrente de la pared y retiró la barra que atravesaba el agujero.

―Mete el culo, como si fueras al baño.

Ashley supo que no podía demorarse mucho si no quería ganarse un castigo, y colocó el culo en esa especie de pared.

―Échalo más para atrás por favor – pidió dulcemente Nadia, aunque se sabía que no tenia nada de petición

La pequeña Brenner se apoyó con las manos en la pared y comenzó a echar el culo hacia afuera mientras iba encorvándose, le resultaba complicado porque la pared estaba levemente inclinada hacia ella, por lo que tenía que hacer fuerza para contrarrestar la gravedad, una vez que todo su culo estuvo al otro lado, Cynthia cogió la barra y la colocó de nuevo en su sitio, entre los muslos y la barriga de Ashley, de modo que quedaba inmovilizada, no podía caer hacia delante porque la barra se lo impedía ni hacia atrás porque no cabía.

―¿Nombre? - dijo Nadia sonriente.

―Ashley – contestó ésta.

Nadia avanzó hacia la chimenea y cogió en la parte superior unas letras metálicas que iba añadiendo a un palo metálico, las puso al fuego, también cogió otro palo que ponia “aspirante” y lo puso al junto al otro. Al girarse Ashley pudo ver en el trasero de la elegante Nadia, su nombre grabado a fuego, junto a “hija de Peter” y fue entonces cuando se dió cuenta de que iban a marcarla ahora mismo, como si fuese ganado, comenzó a moverse para intentar liberarse pero no lo consiguió.

―No, no, no, no, por favor no lo hagais! - chilló desconsolada.

Nadia se acercó a su oído y le susurró:

―Como no pares quieta y te calles no te voy a poner absolutamente nada de anestesia, y me encargaré personalmente de marcarte todo tu cuerpo.

Cynthia llevaba una gran jeringuilla en la mano y miraba a Nadia esperando su aprobación, un leve asentimiento de ella, bastó para que le clavase la jeringuilla en la espalda, justo sobre la raja del culo. Ashley, que ahora gimoteaba en silencio, hizo un leve gesto cuando la jeringuilla perforó su piel, las demás chicas continuaban en la fila observando la escena.

Nadia cogió uno de los palos y se dirigió a la nalga izquierda de Ashley, con una mano la acarició un poco y con la otra empujó sin dudar el hierro al rojo, lo que produjo un siniestro sonido de carne quemándose y un poco de humo blanco, Ashley no sintió nada, pero su culo ya ponía su nombre para siempre, Nadia intercambió el palo con Cynthia y ésta le preguntó el nombre a la siguiente, que era su hermana Lucy, para ir colocando las letras de su nombre, entretanto Nadia ya había escrito “aspirante” en la otra nalga de Ashley.

Poco a poco todas las aspirantes fueron pasando por el agujero y fueron marcadas, una vez acabaron todas, Cynthia las condujo a una nueva habitación.

Ésta era una habitación con baldosas, al estilo de los baños japoneses, Cynthia fue colocando enfrente de cada una un recipiente lleno de cera caliente.

―Venga chicas, id echándoos la cera en el coño, no quiero que quede ni un solo pelo. - dijo Nadia.

Marta tragó saliva, ella a sus 21 años nunca se depilaba el coño, había probado a hacerlo con cera cuando tenia 15 y fue dolorosísimo, no quería pensar lo que sería hacer eso ahora con la mata terrible que tapaba su vagina.

Poco a poco todas fueron haciendo lo que les pedían, dando muestras de dolor al aplicar calor sobre una zona tan sensible, sabían que lo peor iba a ser arrancar la cera. Sandrine, que ya estaba depilada, no tuvo problema en arrancar de un tirón.

―En cuanto acabéis de depilaros, os colocáis de rodillas con las manos en la nuca y las piernas separadas. - dijo Nadia. - la última tendrá un castigo, y la que peor depilada esté también.

Sandrine se colocó en la posición, y aunque tuvo una enorme tentación de cerrar las piernas o apartarle la mano, no hizo nada para evitar que Cynthia le pasase dos dedos acariciándole el coño para comprobar si había hecho bien su trabajo. Rápidamente Paula, Lucy y Ashley la imitaron, seguidas por Amy y Maky. Las chicas estaban muy erguidas, ya que sus nalgas estaban empezando a salir del letargo producido por la anestesia y no querían rozarlas para no aumentar su sufrimiento. Claudia fue la siguiente en colocarse en posición, y ella inconscientemente puso su impresionante culo sobre sus pies, lo que produjo el dolor que tanto ansiaban evitar sus compañeras, así que rápidamente se colocó erguida. De pronto un hombre entró en la habitación paseando distraído, y observó a las siete chicas que estaban en una pose tan sugerente, Amy no pudo evitar cerrar un poquito sus piernas, ya era suficiente con estar desnuda delante de un hombre, como para además estar arrodillada y sin ningún pelo cubriendo su sexo, el cual parecía aún más desnudo de esta manera.

Lory y Marta eran las únicas que faltaban por depilarse, Lory estaba bloqueada, siempre había sido bastante miedosa y ahora todos sus miedos estaban haciéndose realidad, Marta en cambio había embadurnado su mata con abundante cera y estaba buscando la forma de tirar de ella sin dolor, Cynthia se acercó a Lory y comenzó a tirar de la cera, pero en lugar de hacerlo de un tirón lo hizo poco a poco, Lory salió de su estado de shock con el dolor e intentó apartar la mano de la esclava, pero ésta era mucho mas fuerte que ella y fue en vano.

Viendo la situación, Marta tiró con fuerza de la cera que cubría su coño y logró que quedase bastante bien depilada, pese a que su coño estaba muy rojo y aún seguía teniendo pelo en algunas zonas, con ayuda de una navaja de afeitar, Cynthia terminó de depilar con precisión los coños de las aspirantes, dejándolos perfectos.

Llegaron a continuación a la última sala del pasillo, ésta tenía unos rieles en el suelo y en el techo, en los que estaban unas esposas para las manos y otras para los tobillos, en fila como estaban fueron apresadas a ellos. Lory estaba volviendo a tomar consciencia de lo que estaba pasando, las esposas comenzaron a avanzar por la habitación obligandolas a caminar, hasta que se detuvieron colocando a Lory y a las demás chicas con los brazos y las piernas abiertas delante de una serie de tubos, Lory comprobó que a su espalda también había otros tubos similares, sin previo aviso de cada tubo comenzó a salir agua a presión, a una temperatura muy baja que las empapaba por completo, la baja temperatura del agua y la enorme presión a la que salía hacía que sus cuerpos sufriesen e intentasen retorcerse en busca de bienestar, sobretodo sentir el agua congelada a presión en las nalgas marcadas a fuego y en el coño recién depilado era un suplicio, además al estar atadas y venir de todas direcciones no había forma de taparse ni de esquivarlas, tras un interminable minuto de agua congelada la descarga cesó, y una especie de gafas protectoras descendió del techo y cubrió los ojos de cada aspirante.

―Por favor, cerrad la boca, no queremos intoxicaciones. - dijo Nadia por los altavoces con su dulce voz.

Unos segundos más tarde de escuchar el mensaje todas las chicas apretaron con fuerza los labios, Claudia estaba encantada con la ducha, pese al dolor que le produjese ese minuto por fin su cuerpo se había librado del olor a meos que le había dejado la esclava de Peter al orinarse en su espalda. Igual de sorpresivamente que antes de los tubos salió agua, pero esta vez agua muy caliente y acompañada de jabón, exactamente igual que en un autolavado de coches, el agua golpeaba y empapaba a las chicas en todo su cuerpo, tras unos segundos quedaron totalmente enjabonadas y acaloradas, sólo para sentir mejor el contraste de temperatura al sentir el minuto de agua congelada que volvía a salir para acabar el lavado, tras acabar el agua, un violento aire caliente secaba los cuerpos de las aspirantes.

Las esposas volvieron a moverse hacia delante y todas fueron liberadas de ellas, estaban agotadas, pero al menos estaban limpias y olían bien. Cynthia las llevó hacia una estancia grande, donde había una especie de sala de juegos, con una tele, billares, dardos.... Tres hombres tomaban algo tranquilamente charlando sentados en un sofá, en un lado de la sala había diez colchones dispuestos en el suelo, en uno de ellos estaba tumbada Kathy, la aspirante que habían visto ordeñando a las vacas, en cada colchón había unas deportivas con unos calcetines doblados al lado.

―Esta es vuestra habitación, aquí dormiréis todos los días, el horario está puesto en la pared de ahí, tenéis el resto de la mañana libre, Kathy os explicará donde está el comedor y las demás estancias de la residencia, después de comer comenzará el entrenamiento, el calzado es un regalo, si lo dañais o lo perdéis, lo pagaréis caro, que tengáis una feliz estancia amigas mías. - dijo Nadia, tras decirlo tanto ella como Cynthia se fueron de la sala, dejándolas con Kathy que estaba sentada en su colchón y los tres chicos que charlaban animadamente en un sofá.

Maky fue hacia la pared y examinó el horario, mientras su cuerpo era examinado por los tres chicos que no dejaban de hablar.

6:00 – Despertarse

6:05 – Ducha.

6:30 – Disciplina.

7:00 – Preparar el desayuno.

7:30 – Despertar y atender a los huéspedes.

8:00 – Servir el desayuno.

8:55 – Comer el desayuno.

9:00 – Trabajos

13:00 – Preparar la comida.

14:00 – Servir la comida

14:55 – Comer.

15:00 – Disciplina.

16:00 – Clase.

18:00 – Trabajos

20:00 – Atender a los huéspedes.

21:00 – Preparar la cena.

22:00 – Servir la cena.

22:55 – Comer la cena.

23:00 – Dormir.

Bajo el papel ponía, “cualquier retraso será castigado con tres golpes por cada minuto retrasado”.

(Continuará...)

 

(9,50)