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Crónicas asesinas (Capitulo 3)

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¿Qué era esto? ¿De dónde apareció esa daga curvilínea? ¿Quién lo había atravesado?

Me ordené a pestañear para despertar de esta horrible pesadilla que estaba viviendo. En el momento que mis ojos se compactaron abriéndose y cerrándose instantáneamente, vacilé por un instante. Una figura de un hombre logré ver, de un gris transparente, detrás Jackson. Lentamente, toda la figura grisácea oscura fue desapareciendo en forma de pixeles de computador antiguo, dejando a la intemperie la figura de un hombre de traje negro, un traje deportivo, parecido al que usan los nadadores, todo pegado al cuerpo, cubriendo desde sus muñecas hasta su cuello, a diferencia que esté estaba compuesto de millones de puntos cuadrados que brillaban de un tono negro cuando reflejaban la luz. En su cara, después de que apareciera su cuerpo completamente, tenia unos lentes de visión nocturna, o una especie de anteojos especializados para algo.

Di algunos pasos hacia atrás sorprendido. Primera vez que veía que alguien se materializaba de la nada, y que usará un traje como aquel. Este traje lo volvía invisible. Miré a mi alrededor, mi cuerpo sintió un escalofrío.

— ¿Creías que estaría realmente desprotegido con la visita de un líder y un Proyecto nivel S? —era una gruesa voz.

Esa voz se me hizo conocida, sólo que sonaba similar a cuando se habla cerca de un micrófono.

—Aún dudas de quién es ese sujeto de allá. —exploró Dotter, con su maldita sonrisa de oreja a oreja.

Mi mente no lograba resolver este puzzle tan rápido, necesitaba tiempo. Tomé la decisión de ganar unos cuantos minutos extra. Corrí en dirección a Dotter. Debía romperle el cuello, y eliminar esa sonrisa que me enfermaba. Brinqué sobre él y seguí una trayectoria directo al piso. Su cuerpo no estaba, era una proyección holográfica avanzada. Cuando caí al suelo, tumbando algunas computadoras conmigo, miré al sujeto de negro que aún seguía con la daga en el pecho de Jackson. La proyección de Dotter, se desvaneció.

Ese sujeto, jugaba con el cuerpo de Jackson, comenzó a torcer la daga, la giraba para que mi líder sintiera dolor. Pero él ya había muerto, solo estaba destrozando más su cuerpo sin vida. El suelo estaba lleno de sangre.

— ¡Qué tonto eres, niño! —este sujeto estaba jugando conmigo.

— ¡Suéltalo de una buena vez, maldito! —rugí de ira.

—Además de amenazador, eres intolerante. —Levemente retiró la daga, sostuvo el cuerpo de Jackson para que no cayera, y lo pateó lanzándolo hacia mí. —Querías que lo soltará, así que ahí lo tienes.

¿Quién era este desgraciado? Ese tipo seguía de pie en el lugar donde apareció, no se movía. ¿Quería que lo atacara?; mi mente comenzó a trabajar como un motor hidráulico, en búsqueda de posibles respuestas, pero nada de lo que concluía era coherente.

—Pobre pequeñín —dijo el hombre de negro con montón de aparatos que traía en la cara —realmente eres poco observador, ¿verdad?

—No estoy aquí para resolver acertijos baratos, ¿Quién diablos eres?

Me levanté del suelo. La fría mirada del cuerpo de Jackson estaba fija en mí.

—Un asesino sintiendo compasión por otro asesino.

— ¡CÁLLETE, IMBECIL! Y dime ¿Quién eres?

—Desde que llegaste a este cuarto, me has visto ¿o tienes memoria de corto plazo?

¿Desde que llegue lo he visto? Por algo su voz se me había hecho familiar.

Sus lentes se fueron levantando solos, eran mecánicos, y de manera similar se fueron apartando todos los demás aparatos que cubrían su cara. Su rostro de imbécil estaba ante mí: Dotter.

—Maldito bastardo. —Susurré con mucho odio.

—Te lo había dicho, siempre me habías visto, desde que atravesaste esa puerta.

—Uno de los dos saldrá muerto de esta sala.

—Estás haciendo de esto un hecho. Sabias que estás en desventaja, ¿no?

Me distraje tanto que no analicé cómo saldría invicto de esta batalla. Estaba en total desventaja, Dotter podía hacerse invisible las veces que quisiera, tenía una daga, y quién sabe cuántos otros trucos escondía ese traje. Con este nuevo obstáculo, necesitaba aún más tiempo sabiendo que ni siquiera yo poseía un arma.

—Sabes que acabas de asesinar a un líder, alguien de mayor rango que un simple Agente de departamento. —comenzaba a explicarle.

—Te equivocas. No estoy en serios problemas si este “líder” es un Encargo... Además, no fue el único encargo que me dieron. —Se excitó al decir su última frase, y comenzó a saborear sus labios que describían una sonrisa de psicópata.

— ¿Crees que llevarás a cabo el Encargo de mi nombre?

Esta organización era muy siniestra. A tan sólo minutos de haberme hecho llegar el mensaje de mi encargo, ya ordenaron dos encargos... Pero, ¿qué pintaba Jackson Dolbrige en todo esto? Mi líder solo ejercía su trabajo, él trataba de ayudarme solamente, para dejar en claro que todo era una Organización limpia.

—No creo. Lo haré. De aquí no saldrás vivo. — Afirmó Dotter.

Veía a mis alrededores con mucho disimulo. Trataba de encontrar una manera de que este sujeto muriera, intentaba poner todos los objetos a mi favor de manera que los pudiera usar.

—Si no salgo vivo, por lo menos te haré una herida. —Dije, fruncí el ceño y oscurecí mi mirada.

Dotter rió a carcajadas. No era un payaso, no estaba contándole chistes a este sujeto. Debía hacer algo, tirarle algo, distraerlo; tenía que vengar la muerte de la única persona que se preocupó por enseñarme cosas buenas, cosas que usé para asesinar pero que al fin y al cabo fueron buenas.

—Te preguntarás por qué asesiné al Líder de tu escuadrón, ¿verdad? —lanzó esa pregunta Dotter, acariciando la sangre que quedaba en la daga.

Esa pregunta rebotaba en mi cabeza. No asentí, no quería darle ningún gusto de verme dándole la razón.

—Más o menos a las once y quince, la misma jefa me hizo una llamada diciéndome que tenía dos encargos... Tú encabezabas la lista, y Jackson Dolbrige era un encargo condicionado, la condición del Encargo Dolbrige se basaba en si trataba de darte ayuda para escapar de aquí...

— ¡Bendito Dios! ¿Cómo alguien tan entregado a esta asquerosa organización me ayudaría?—interrumpí.

Realmente pensaba lo contrario, Jackson segundos antes de ser apuñalado desde la espalda tomó mi brazo como acción a salir corriendo, pero no logró salir de la habitación.

—Déjame terminar, ¿No te enseñó educación tu madre? —Dijo “tu madre” y quería romperle el cuello —Sólo sé lo que la jefa me dijo que éste líder te había tomado mucho aprecio. Jackson te vio crecer, Áaron S, en estos últimos tres años. Y completando la información, pequeño, me ordenó que el primer Encargo sería posible si tu buscabas ayuda en el líder de tu escuadrón.

» ¿Qué fue lo primero que hiciste? ¡Correr ante el único que le tenías confianza en esta organización! —Hizo un mohín de burla, — ¡Qué estúpido te viste en las imágenes que captaron las cámaras cuando fuiste directo a Jackson! Te daré la lección número uno de este día: No Confiar en asesinos.

De esa manera me distrajo, y cambio su cuerpo por una proyección holográfica avanzada, para aparecer a mis espaldas. Rápidamente, escuché el sonido del aire ser cortado, y directamente me lancé en el piso para esquivar el ataque de Dotter. De tal manera, acabé arrodillado en el suelo, vi la proyección y está comenzó a desvanecerse.

Dotter continuó su relato, para él nada pasaba.

—Toda tu información me la dieron en la llamada, desde tu código de contrato hasta tu fecha de muerte, que obviamente es hoy.

La sangre se subía a mi cabeza, las venas de mi sien querían estallar en pedazos. Se me hacia raro, pero el desgraciado de Dotter tenía razón. En todos mis entrenamientos solo hablaba con mi líder, gracias a él hoy era lo que era. Jackson, fue una gran persona, todos sus conocimientos me los fue obsequiando en cada sesión de entrenamiento que teníamos.

—Te diré algo aquí entre nos: Lo maté porque quise. —Dijo bajando un poco la voz, —Debía cobrarme lo que me había hecho hace par de años atrás; además, analizaba todos sus movimientos para lograr concluir si traicionarían o no a la organización. Y ¿sabes qué? Tengo un mal fallo para ti. Computadora: Alerta tipo T, incumplimiento del Encargo de Áaron S.

—Infeliz...— insulté por lo bajo.

Me acusó de una alerta tipo: Traición.

—Alerta activada. —Accionó la maquina, —los miembros pertinentes serán informados y llevarán a cabo los actos faltantes incumplidos por el Proyecto. Le deseo éxito en su encargo, Dotter E-S.

Mientras la voz computacional parloteaba, mi mente me ayudaba a generar un plan. Una organización de más de un millón de asesinos despiadados, no me generaba nada de miedo.

Mis engranajes cerebrales encajaron: tenía un plan.

Tomé una de las computadoras que aún flotaban en el escritorio, y la lancé contra la pared de puertos USB, con mucha fuerza, de manera tal, que causó una explosión y consigo se vinieron abajo el montón de artefactos electrónicos.

—Tienes malísima puntería. No te sientas mal por la muerte de esté infe...

Me flexioné un poco para ganar velocidad al arranque, cuando salí disparado como una bala hacia Dotter, éste al ver mi movimiento, accionó sus anteojos, los cuales crearon chispas a su alrededor. Me había funcionado. Mis engranajes cerebrales trabajaban muy bien.

No le di tiempo de que titubeará, salté sobre su cuerpo. Me apoyé sobre sus hombros, para hacerle perder el equilibrio; le tumbé y soltó la daga cuando se golpeo contra el suelo.

Después que yacía en el piso, lo golpeé para hacerlo perder el conocimiento, pero no funcionó, así que apoyé todo mi peso encima de él para inmovilizarlo. Tomé su brazo y lo torcí, y mi rodilla se la lancé en el cuello para asfixiarlo. Forcejeaba. Trató de accionar el traje.

—Nada funciona. Este traje está dañado —le decía a Dotter, — cuando tiré el computador, nunca te apunte a ti, apuntaba a los puertos USB; sabía que al no desactivar la levitación magnética haría una explosión que dañaría tu traje. Creo que la explosión, se basa en el mismo principio del aparato que me dio la organización para saltarme el tráfico.

Su cara comenzó a tornarse morada.

—Eres un mal...di.. —no lo dejaba hablar.

En un pestañeo que duró facciones de segundos, el tono un objeto del suelo y me lo aventó a la cabeza, quedé completamente mareado. Dotter recuperó el aliento, aunque sabia que también quedaría mareado por la cantidad de oxigeno que estaba tomando, así que decidí no desaprovechar ese momento. Salté encima tomando de nuevo el control, ahora con mi brazo completo lo asfixiaba desde la espalda. Mientras me concentré en su cuello, y en su cara, realmente este tipo me lleno de odio, se me pasó por alto que una de sus manos estaban libre. Intentaba tomar la daga.

—Eso no. —sentencié.

Tomé la daga y corte su cuello, creando un sonido chillón con el rocé de los cuadros de vidrio del traje de Dotter.

Comenzó a toser, se ahogaba con la su propia sangre, la cual se mezclaba con la de Jackson. Me levanté, y observé como moría lentamente. Quería satisfacerme aún más. Esto si era una real diversión, ver morir como un vagabundo a una personas que odias.

—Sufre y muere.

Levanté mi brazo, para ver qué hora era. Faltaban 25 minutos para las tres de la tarde. Mi Madre y mi hermana.

—No tengo tiempo para darme la satisfacción de verte morir, es tarde, —dije a su lado, viendo como me veía bañado en sangre, —pero tampoco dejaré que te escapes, aún no has perdido la suficiente sangre para morir.

Aún tenía la daga en una de mis manos. La sostuve en mi palma con mucha firmeza, y la clave en su pierna, de manera tal que quedará clavado al suelo. Caminé hacia la puerta, y antes de salir anexé:

—Es hora de morir, Agente de DIA.

Y salí de la oficina, cerrando de un portazo. Mi camiseta estaba llena de sangre, todos los de afuera siguieron en lo suyo. Aunque, cuando me deslicé sigilosamente por el montón de gente escandalosa, vi unas carpetas digitales (unas pequeñas pantallas transparentes), que tenían información de algunos Proyectos, tomé dos carpetas y las traje conmigo, de algo me servirían en un futuro. Debía salir rápido de este edificio. Contaba con cuarenta minutos para salvar a dos integrantes de mi familia, la familia Vidoso.

Nadie notó que iba muy apurado, que estaba totalmente sudado y manchado en sangre. Subí al auto, y activé el mapa para turistas, no tenía ni la menor idea de donde quedaba esa Academia. El mapa se mostró en toda la parte del copiloto.

—Academia Elegante V. —dije.

El montón de ciudades y lugares comenzaron a cargarse en el mapa.

—Academia Elegante V. Está ubicada a veinte kilómetros del lugar donde se encuentra. —informó la maquina.

Me mostró la ruta más cercana para llegar, tenía el tiempo contado. Seleccione algunos mandos del auto, de manera tal, que el carro soportará andar a máxima velocidad. Encendí el motor, el cual rugió, y me aventure en la calle a una gran velocidad. Dos vidas corrían riesgo. Tomé mi celular, lo coloqué en un lugar cerca del volante, y esté se sincronizó con el carro automáticamente.

—Seleccione una opción. —Dijo la voz masculina del auto.

—Opción de llamada auditiva a Audry Madre.

—Llamando.

Tardó un par de minutos para que tomara la llamada. La línea sanaba ocupada. ¿Será qué ya la habían...? Era imposible. En OAE es sentenciado también ser impuntual.

Tomó la llamada.

— ¿Mamá?

— ¿Áaron? ¿Qué haces llamando en la opción de audio? Sabes que eso ya no se usa, por eso no había contestado. ¿Por qué no me hiciste una vídeo llamada? —decía mamá desde el otro lado de la línea.

Así era mamá nunca me dejaba hablar, y no tenía tiempo para estar dándole explicaciones.

—Má, es que mi teléfono está un poco desconfigurado, —mentí, no podía verme todo lleno de sangre, — ¿Dónde estás y en que carro andas?

— ¿Te pasa algo? Te notó nervioso, hijo, ¿Todo está bien?

¿Cómo mamá se había dado cuenta que estaba nervioso?, si mi voz nunca fluctuó, la mantuve con un tono constante.

—Si mamá, no pasa nada. Sólo es para saber si me da tiempo de ir al primer ensayo de Aurys.

—Es que no estás nervioso, hijo. Estás emocionado corazón. Resulta ser que ya estamos aquí, ¿te esperamos?, por cierto andamos en el modelo gris.

Escuche el fondo:

— ¿Quién es mamá?— la linda voz de Aurys.

—Es Áaron, princesa. Quiere venir.

¿Ya estaban allá? ¿Por qué se fueron tan temprano? Ahora serian un punto fácil. Ahora si comenzaba a alterarme. Mis manos sudaban, en mi garganta comenzó a formarse un nudo, estaba analizando la opción de perderlas.

«—No, hoy no las perderás a ningunas. —Pensé.»

—No... Mamá debes salir de allí.

— ¿Ya llegaste? ¿Para qué me pides que salga? —cuestionó. —Es que no estamos adentro de la academia, estamos estacionadas a unos locales, en una cafetería, es que sabes cómo es Aurys quería beber algo. Pero dentro de par de minutos, estacionaremos el automóvil en el estacionamiento de la academia...

—Debes irte a casa, mamá...

—Estás raro, hijo. ¿Qué pasa...?

Varios sonidos de interferencia empezaron a cortar la llamada. Eso sonidos cortantes fueron sustituidos por un pitido. La llamada se cayó. En los siguientes minutos, comencé a poner la opción de llamada... y el celular sonaba apagado.

Un extraño escalofrío recorrió todo mi cuerpo hasta llegar a la nuca, una sensación de desesperación me inundó. Intenté llamar por última vez, sonaba el celular, y:

—Los Desacatos a un contrato son intolerables, en algún momento tendrás a muchos Proyectos encima de ti. —Dijo la voz dijo la voz de mi jefa y acto seguido la llamada se perdió.

Me estaba interviniendo mi celular, maldita OAE de mierda. Eso quería decir que ya estaba reasignado el encargo de mi madre y mi hermana. Revisé mi morral, y tome una camiseta que llevaba, para desechar la que estaba repleta de sangre. La arrojé por la ventanilla del carro.

—Mamá espero me hayas hecho caso, no quiero perderlas. —susurré.

Ya quedaba par de kilómetros, estaba cerca. Serian cosas del destino que el tráfico estaba desahogado. Tomé los atajos que el mapa de turistas me recomendó, y logré llegar, tardé un par de minutos en encontrar la academia. Fue así como dejé el automóvil en medio de la calle, y salí disparado dentro de Academia Elegante V.

Entre a recepción.

—Señorita disculpe, ¿el ensayo de Ballet ya empezó? —Dije.

Una chica de lentes, cabello oscuro, contesto:

—No, chico. Comienza a las tres y media. —Señaló un reloj a sus espaldas en la parte superior.

El reloj marcabas las 3:14. Eso quería decir que aun estaban en la cafetería. Ni las gracias di, solo salí corriendo de retroceso, en búsqueda del local donde estaba Aurys y mamá. No veía el local, ya era casi la hora. Las perdería. Giraba en todas las direcciones, buscando el local, a Aurys o a mamá... Pero nada. Mis piernas se compactaron en un gran bloque, estaba frío como un refrigerador industrial. Fijé mi mirada en una de las esquinas, que esa era la referencia que tenía de encontrar la cafetería.

La calle estaba poco poblada, habían pocos carros y allí en una esquina estaba parado el carro modelo gris de mamá, con las luces parpadeando, señal de que iba a arrancar.

Corrí como un demente, a tan solo metros, una explosión hizo que retrocediera.

El modelo gris fue consumido por las llamas.

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