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Mi primera vez, fue con mi primo

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Soy una chica de Montevideo, Uruguay. Actualmente 21 años, vivo con una amiga desde hace un año, pero supongo que la mayoría de mis relatos serán cuando aun vivía con mi madre. 

Mis padres son profesionales ambos (mi madre medico, y realizaba guardias nocturnas, esto puede explicar algunas cosas de mis futuros relatos), y se separaron cuando yo tenia 10 años, así que desde esa época viví con mi madre y mi hermana 4 años menor. 

Por ultimo, antes de empezar con mi primer relato, quiero decirles que son hechos reales que me han sucedido y nunca se los puede contar a nadie, al sentir la necesidad de hacerlo, y no tener alguien a quien le tenga la suficiente confianza, decidí contarlo al menos de forma anónima por este medio. 

 

Mi primer relato: 

Hace algunos años, como a la mayoría de las chicas de esa edad, ya no me gustaba salir con mi madre, en una ocasión ella tenia la invitación a un casamiento de un colega al cual yo me reuso a ir, mi tío (también medico) estaba invitado e iban a ir con mi madre a dicho casamiento. 

Mi primo, dos meses menor a mi, al enterarse que yo no iba también se reusa a ir. Así que a mi madre se le ocurre que para que no me quedara sola en casa, mejor sería que me quedase en casa de mis tíos junto a mi primo. 

Con el teníamos buena relación salvo pequeñas rencillas de niños, ya que nuestros padres siempre fueron muy unidos. Y a decir verdad, hacia unos meses teníamos algunas charlas que lindaban el coqueteo, pero todo muy subliminal, nada concreto. 

A esa edad recién comenzaba a tener los primeros acercamiento hacia los chicos y las primeras ideas, por llamarlas de alguna manera, sexuales. Me interesaba conocer, intente hablar del tema con dos de mis amigas, con las que mas confianza tenia, pero escaparon del tema, por lo que comencé a leer lo que podía en Internet. Por lo que después me entere, mi primo estaba en la misma situación, salvo que el si había hablado con amigos, pero ninguno tenia experiencia en el tema, así que sus conversaciones eran de ideas que se hacían, que a decir verdad eran bastante alejadas de la realidad, y una experiencia muy especial que luego me contó. En realidad yo contaba con mas experiencia, había besado a tres chicos, si bien ahora eso no me parece que hiciera diferencia, en esa época era mucha. 

Luego de este largo prolegómeno, paso a contarles lo que sucedió en la noche del sábado, en que se llevaría a cabo el casamiento, al cual no concurríamos. 

Al caer la tardecita mi madre fue a la peluquería con mi hermana menor, quien si la acompañaría al casamiento. 

Yo quede en mi casa terminando algunas tareas que tenia del colegio, suena el teléfono, era mi primo, me dice que me iba a estar esperando con ansias, y esperaba que no tuviera sueño así podíamos jugar al play station ,hablar por largas horas como nos gustaba y que tenia una sorpresa. No note nada raro en esta llamada, ya que no tenia ningún contenido que me pudiese extrañar, por lo cual termine mi tarea, al tiempo que llegaba mi madre, tomo una ducha, se vistió de fiesta ella y mi hermanita y salimos en el auto rumbo a casa de mis tíos donde yo quedaría y ahí se le sumarian mis tíos para continuar hacia la fiesta. 

Al llegar, mis tíos estaban esperando prontos para salir ya que se había hecho un poco tarde, se despiden y nos dicen que nos portemos bien y que no peleemos. 

Mi primo, Martín, estaba recién bañado y vestido como para salir, lo que me pareció raro ya que siempre andaba de ropa deportiva. 

Era un chico muy lindo, un poquito mas alto que yo, robusto y pelo lacio no muy largo. 

Se acerco y me dio un beso muy cerca de la comisura de mis labios y me abrazo. 

Yo quede algo nerviosa, notaba que algo estaba pasando, y lo raro era que me gustaba… 

Nos fuimos al living y pusimos música, trajo algo para comer y una gaseosa, ahí nos quedamos hablando de cosas del colegio y demás. En determinado momento me pareció notar que miraba mi escote y eso me empezó a poner nerviosa, pero me seguía gustando. Me preguntó si quería jugar al play station, le conteste que si, me tomo de la mano y me llevo a su cuarto, si bien así había pasado infinidad de veces, notaba que esta vez era distinto. 

Tenía su cuarto muy bien arreglado, creo que nunca lo había visto así, todas las cosas en su lugar. Me dejo ahí y fue a la cocina, regreso con una botella de cerveza, esa era la sorpresa que me había anunciado por teléfono. Sentí algo de alivio que fuese esa, aunque no negaré que también algo de decepción. 

Comenzamos a jugar carreras de autos, era a lo único que yo sabía jugar. Y luego de un rato me aburrí, por lo cual nos tiramos sobre su cama separados a un metro de distancia y hablábamos mientras tomábamos cerveza. Tal vez a causa de esta fue que nos desinhibimos y las charlas comenzaron a ser más picantes, confesiones de ambos fueron llevando a un clima raro. En determinado momento me pregunta si yo tenía experiencia con chicos, quede de todos colores y conteste que solo había besado a tres y nada más. Para mi asombro cuando le devuelvo la misma pregunta me contesta que se había besado con una compañera de clases, y además tenia una experiencia sexual. Me empecé a reír y le dije que me estaba mintiendo. Su respuesta me dejo sin palabras por unos minutos y me fui al living sin hablar, me respondió que como regalo de cumpleaños su hermano mayor, quien tiene 25 años y vive en una ciudad del interior, lo había llevado a un prostíbulo, hasta aquí no era muy sorprendente, pero lo siguiente si, me cuenta que al llegar se presentan 6 chicas, y el hermano le dice que elija la que mas le guste, y según el me cuenta, eligió a una chica que le gustó porque era muy parecida a mi. 

A los minutos, ya en el living, me pide disculpas y me dice que su intención no fue ofenderme, yo sin saber muy bien como actuar le respondo que no se preocupe, que no me había ofendido. En verdad, lo que paso fue que su cuento había terminado de confirmarme que el me deseaba, y que también lo deseaba a el. 

Para romper el momento tenso me dice que por que mejor no cenamos lo que su madre dejo listo, y yo sin más, acepte de inmediato. 

Si bien no tenía hambre por los nervios de la situación, dilate lo más posible aquel momento. Con el transcurrir de los minutos todo fue volviendo a la normalidad. 

Luego de terminar el helado que teníamos como postre, abrimos la segunda cerveza. 

Regresamos al living a mirar TV, desconozco que hora sería, pero estimo que entorno a las doce de la noche, no había nada interesante, así que luego de unos minutos haciendo zapping decidimos dejar una película que ninguno de los dos conocía, pero parecía ser interesante. En realidad era bastante aburrida hasta el momento en que una pareja de unos pocos años más que nosotros hace el amor, si bien no era una película erótica, esa escena mostraba muchos detalles. Ninguno cambio de canal ni emitió una palabra. 

Al terminar la película, hicimos como que no había pasado nada, cuando en realidad si había pasado, ambos sabíamos que cada vez estábamos más cerca de cambiar nuestra relación para siempre. 

Ya no quedaba nada de las dos cervezas, no quedaban juegos de play que pudiesen entretenernos y aun faltaban al menos 4 horas en las cuales era seguro que estaríamos solos, ya que nuestros padres seguramente estarían hasta las primeras horas del día en el casamiento. 

Fui al baño, y en determinado momento luego de acomodarme el pelo, me encontré a mi misma acomodando mi escote para que se insinuaran mis lolas y mirando como se veía mi cola. Me di cuenta que a mi también me pasaban cosas con Martín. No se si por efecto de la desinhibición provocada por la cerveza, por la historia del prostíbulo de mi primo, por la certeza de que otro día como ese iba a pasar mucho tiempo en que se diera o por que motivo, en ese momento decidí que esa noche iban a pasar cosas. 

Cuando salí del baño busque a Martín donde había quedado, o sea el living, pero ya no estaba, en la cocina tampoco, eso quería decir que estaba en su cuarto, me corrió algo frío por la espalda, sabia que el momento se acercaba. 

Lo fui a buscar, estaba sentado en el piso abrazado de un gran almohadón. Sin decir nada me tire en el piso y apoye la cabeza en el. Luego de unos minutos de mutuo silencio, Martín comienza a acariciarme, fue un gesto muy dulce. Deje que lo hiciera, y luego me incorpore, quede sentada a su costado mirándolo a la cara de cerca. Cerro sus ojos, yo sabia lo que venia, en el segundo que demoro en mover su cabeza los 30 centímetros que lo separaban de la mía, corrieron por mi mente mil imágenes, mil sensaciones, mil ideas, pero ninguna de ellas hizo que me moviera, solo espere el contacto de sus labios con los míos. 

Fueron unos segundos, tal vez minutos, para mi horas. Luego solo quedamos abrazados, sin mediar palabra. No recuerdo quien fue que rompió el silencio, pero si recuerdo esa conversación, recuerdo cada una de nuestras palabras. Para no aburrirlos, les cuenta que en esa conversación quedó decidido como seria nuestra relación de futuro, delante de los demás, seguiríamos siendo los mismos primos de siempre, pero en momentos de soledad disfrutaríamos el uno del otro. Lo que ambos estuvimos de acuerdo, que esto no seria un noviazgo, cada cual seguiría con su vida, esto asta el día de hoy, me parece un gesto de madurez que no se si lo repetí en los siguientes años de mi vida. 

Luego de dejar en claro estas cosas, charla incomoda pero necesaria, regresamos a besarnos. 

Los besos cada vez más intensos, nuestras manos cada vez mas inquietas, nuestras lenguas cada vez recorrían partes mas alejadas de nuestra cara. No se cuanto tiempo paso, ni tampoco como, pero en determinado momento, me encontré sobre la cama con Martín, ambos desnudos y con la sensación de que faltaba mucho por pasar aun. Era todo muy raro, estaba viendo a mi primo sin ninguna prenda, el me estaba viendo a mi en iguales condiciones, nos besábamos, nos tocábamos como nunca me había pasado con nadie, y sin embargo me sentía la persona mas segura en el mundo, aun sabiendo que estaba por dar un paso trascendental en la vida de cualquier mujer. 

Ninguno de los dos resistía mas, los besos eran muy intensos, sus manos me recorrían por completo, yo estaba tocando su miembro, cosa que solo había imaginado y nunca hecho a ningún chico y el tenia su mano donde ningún chico la había tenido. Cuando ya era insostenible, el se alejo, fue rápido a su mesa de luz, yo no comprendía. Por suerte fue solo demoro un instante, había previsto algo que a mi nunca se me había ocurrido, tenia preservativos, abrió el envoltorio, se lo coloco. No faltaba nada, quedaban solo instantes para que me primo me convirtiera en mujer. 

Nos besamos y sin dejar de hacerlo me acosté y el sobre mi. Con mucho cuidado y muy lentamente comenzó a penetrarme, parecía entendido en lo que estaba haciendo, y yo solo me limitaba a gemir, disfrutar del placer que sentía al ser penetrada por mi primo y tratando de no pensar en el dolor, que no voy a negar, sentía. 

Otra vez, no puedo estimar cuanto duro aquello, pero fue muy intenso. Yo no logre, lo que después conocí como un orgasmo, pero lo disfrute muchísimo, y mas al ver la carita de placer de Martín al acabar dentro de mi, su prima. 

Luego se retiro, se saco el preservativo sin que lo viera, y nos quedamos abrazados un buen tiempo. Cuando serian las 5 de la mañana, nos levantamos, recogimos algunas cosas que habían quedado tiradas, ocultamos las botellas de cerveza y tomamos una ducha juntos. 

Cuando llegaron nuestros padres, ambos dormíamos, en camas separadas claro esta, como si nada de aquello hubiese sucedido.

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