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Idilio en el Colegio

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Toda esta historia empezó cuando en un grupo de amigos comenté que una vez me hice una paja con un yogur, lo cual causó gran impresión sobre todos los presentes, debido a que nunca han pasao de la paja clásica mirando una Private o la PentHouse en su cuarto. Este alboroto llamó la atención de una chica que estaba cerca y que disimuladamente empezó a escuchar la conversación hasta enterarse de todo el asunto, y tras hacer algunas preguntas sin relevancia sobre el tema, se dispuso a marcharse a su casa, no sin antes comentarle que no hablase de ese tema con las amigas que iban al mismo colegio que yo y con las que me tenía que cruzarme todos los dias.

Por cierto me llamo Jorge, tengo 17 años a punto de cumplir los 18, voy a 2º de bachillerato, siendo este mi ultimo curso escolar. Soy alto, flaco pero fuerte, moreno, pelo corto y normal dentro de lo que cabe.

Varios días después en el colegio, se me acercaron cuatro chicas muy "graciosas" con un yogur y con sendas sonrisitas en la boca. Esta escena no me pilló por sorpresa pues no me extrañaba que la noticia ya se hubiese extendido por los grupos de féminas.

Una de ellas dijo riendose:

-Mira Jorge, tenemos un yogur…

-¿Y? –Contesté yo

-Es que nos hemos enterado que te gustan mucho los yogures

-Que rápido vuelan las noticias, ¿no?

Todas se rieron

-¿Y que quereis que haga ahora? que os mande a la mierda y me valla enfadado, que niegue la evidencia y me haga el tonto o como entendeis que necesito sexo preferís que os haga sexo oral, a lo cual me pondría ya manos a la obra.

Las caras que pusieron ante esta contestación eran un poema, todas se quedaron con la boca abierta, alucinando y con expresiones de: ¡Osssea! ¡Qué asco!

Hasta que una de ellas reaccionó y dijo con aire de superioridad:

-Venga, yo sí quiero.

Ahora el que se quedó alucinado fui yo. Era una chica que está muy buena y no me podía creer que me dijese eso. Ella se llama Noelia, es rubia, mide alrededor de 1,60, piel clara, ojos grandes y brillantes y tiene un cuerpo muy bien formado con un culo apetitoso y unos pechos "en su punto"

Yo casi sin pensarlo la cogí de la muñeca y me la llevé hacia fuera de clase y le pregunté:

-¿Me estás vacilando o lo dices en serio?

-Si, si, lo digo en serio…

La llevé hasta el baño de mujeres y me metí dentro, con ella agarrada por el brazo.

Abrí la puerta de una de las cabinas y mientras observé como su cara iba cambiando. Supuse que esperaba que no me atreviese y era una lucha para ver quien se rajaba el primero, una batalla de orgullo; lo que ella no sabía era que yo pensaba ir hasta el final. Entré con ella en la cabina y m puse enfrente de ella mirandola a los ojos y le dije:

-Si quieres este es el momento de que te vayas, sino no hay vuelta atrás.

Ella no contestó, pero asintió aceptando mis palabras. Me puse de cuclillas a la altura de sus caderas y la miré desde abajo, a lo que me respondió con una mirada temerosa. Continué con mi labor desabrochando lentamente el boton de sus vaqueros acampanados, bajé la cremallera lentamente y deslicé sus pantalones hacia abajo aprovechando en el descenso para palpar con las palmas de las manos todas sus curvas, con lo que pude sentir que le temblan un poco las piernas. Me quedé mirandolas y las acaricié para sentir el tacto de su piel suave y tersa. Llevaba unas bragas con franjas amarillas y azules que dejaban adivinar el contorno de sus labios. Subí las manos hasta las caderas pasando por sus muslos y agarré la goma de las bragas para empezar a bajarlas, y en eso ella dijo:

-Espera… esque…

-¿Que ocurre? ¿No decías que querías?

-Pero… me da corte

Estiré muy lentamente y con sumo cuidado de sus bragas que literalmente se deslizaron hasta las rodillas de Noelia, temblorosas en aquellos instantes, para dejar libre el vello de su pubis, unos rizos oscuros que tapaban su tesoro sin ocultarlo del todo. En ese momento y visto el panorama, mi tranca se empezó a despertar y mis glandulas salibares empezaron a secretar. Por esta vez tenía que dejar al soldadito en su sitio, pero mi lengua podría deleitarse con el manjar que tenía delante.

Para no precipitarme fui lamiendo y besando cada palmo de sus muslos y de su vientre, rozando sus pelitos hasta que mi Diosa me indicó con movimientos de pelvis que quería más acción. Mientras con una mano me abria paso entre el pelo, con la otra acariciaba la parte trasera de sus piernas y su culo. Cuando mi cara estuvo lo suficientemente cerca de su vagina, pude percibir el olor tan embriagador que me llenó de excitación. Con la lengua comencé a acariciar el recorrido de sus labios vaginales y con un dedo le acariciaba la parte más baja de su bulba. Profundizando un poco más con la lengua descubrí el clítoris, estimulandolo a base de lametazos y mordisquitos suaves. Sus gemidos iban aumentado mientras le introducía un solo dedo por la raja. Ella cada vez estaba más lubricada y más caliente, yo sentía contracciones en su vagina. Fue entonces cuando sentí la puerta del baño que se abría y oí las voces de las demás chicas que habían hablado conmigo un poco antes. Justo entonces ella se puso en tensión y tras largos gemidos me descargo toda su corrida en la boca que ya tenía abierta para recibir su nectar con gran ansiedad. Despues de mantener todos sus flujos en la boca y saborearlos, lo tragué y le chupé todo el coño para limpiarlo de su propio jugo, hasta dejarlo seco y ardiendo de excitación.

Noelia temblaba visiblemente y aunque agotada tenía cara de felicidad

Después de haberle subido las braguitas y los pantalones, me incorporé y ella me abrazó susurrandome al oido:

-Esto hay que repetirlo, ¿vale?

Muy galantemente le respondí con un beso en el cuello y salí del baño ante la mirada atónita de las demás chicas que esperaban fuera del baño.

No me lo podía creer, mi primer cunnilingus y le he provocado un buen orgasmo, y encima quería repetir!

Al día siguiente a la hora del recreo le fui a buscar a la salida de su clase y le pedí que me acompañara por que tenía una sorpresa para ella. Y ella me devolvió una picarona sonrisa llena de malicia. Me acompañó hasta un vestuario que encontré abierto y nos metimos los dos. Cerramos la puerta con pestillo y me acerqué hasta ella. La cogí entre mis brazos y le acaricié la espalda, el cuello y le pregunté entre besos:

-Noelia… ¿tu… eres virgen?

-Si –me dijo con una sonrisa agradable y sincera y mirandome con unos ojos mas grandes y brillantes que nunca. Esto me conmocionó

-Yo también soy virgen… ¿te gustaría hacerlo conmigo por primera vez?

-Claro que si tontorrón! –después de decir esto me besó apasionadamente a lo que le respondí mordisqueandole los suculentos labios. Luego le besé la babilla, el cuello. Le aparté la chaqueta y desabroché su blusa. Luego besé sus hombros, su pecho y finalmente llegue a sus senos duros y firmes. Pasé la lengua entre ellos sintiendo las dos protuberancias al lado de mi cara. Les di pequeños lametazos en los costados y me fui acercando al rosado pezón que se veía duro y redondito. Pasé la llema de los dedos por él sintiendolo duro y muy caliente. Me lancé a mordisquearlo y chuparlo. Mientras tanto con mis manos comenzaba a explorar bajo sus bragas sintiendo el calor que emanaba de su fuente de placer.

Una vez que no pude contener más mis ganas, le desabroché el pantalón y bajé un poco sus bragas, y cuando procedí a desabrocharme yo los pantalones y sacar la polla, ella me detuvo.

-Espera Gor…Jorge! ¿llevas condones?

-Ostia! pues no. ¿Y tu?

-Tampoco. No podemos hacerlo a pelo; además ahora estoy en el momento menos oportuno.

Bueno. Da igual –le dije yo

Me pusé de cuclillas y le dí la vuelta, quedandome frente a ese magnífico culo que tiene. Ella al principio no entendió lo que pretendía hacer, pero al poner mi dedo ensalibado en su ano, ella dio un respingo y me preguntó con miedo que qué estaba haciendo:

-Te voy a follar –contesté yo- pero por el culo.

-¿Pero que estás diciendo? ¡me va a doler…!

El culo de Noelia es perfecto, suave y firme, y no demasiado grande ni muy pequeño, con una pelusilla alrededor del ano, que se une con el pelo del pubis. Me puse a jugar con su hoyo, metiendo lentmente un dedo y sintiendo sus contracciones musculares y oyendo a mi angel dar gemiditos según metía el dedo más profundo dentro de ella. Dejé saliba con la lengua en su agujero y me incorporé cogiendola por la cintura y sacando mi verga que ya goteaba el líquido preseminal y salía enrojecida de su funda

-Jorge, no me atrevo… espera… -dijo Noelia con la voz temblorosa.

-Tu tranquilizate e inclinate hacia delante, que yo tengo cuidado para que no te duela.

Apoyé el glande en su raja del culo y la recorrí con el hasta que con un pequeño empujoncito de cadera le metí la punto en su ligeramente dilatado ano, produciendo en ella un intenso suspiro, y poco a poco continué metiendole todo el cuerpo de mi pene. La repiración de Noelia estaba muy acelerada. Le pregunté que si le dolía la penetración a lo que respondió que no, que siguiera. Empecé con el mete-saca muy despacito procurando que no le doliese nada, pero al cabo de muy poco rato casi no había fricción. Rápidamente sentí que estaba a las puertas del orgasmo, y mi leche brotó llenando su recto. Esto le provocó un orgasmo que le hizo temblar las piernas.

Al ver que mi erección no terminaba y con la lubricación extra de mi semen, le comencé a dar enculadas mientras ella se apoyaba en los colgadores del vestuario.

-Oh! Siii! Dame más rápido Gor…digo Jorge. Ohh! Vengaaa!!….Ohh!…..Ahh!

El frenético ritmo de la penetración rectal le produjo un orgasmo, y como yo seguí le vino otro casi inmediatamente, y otro, y otro… y así hasta seis.

Agotado, tuve que parar sin llegar al segundo orgasmo. Ella tras desencajarse de mi miembro me comió a besos, se vistió y se fue dejandome en el vestuario con una brutal erección y sin fuerza alguna para hacer nada.

Después de esta experiencia no conseguí sacar de ella nada más que miradas o sonrisas de mi amada "Noelia".

(8,50)