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El Dilema

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Historia en dos partes que plantea el dilema de una joven que recién cumple los 18 años.

 

Me encuentro sola en mi recamara, me preparo para darme un baño, he preparado mi ropa nueva con esmero, no solo estreno mi vestido en color azul cielo que combina con el tono de mis ojos, también estreno todo un nuevo juego de sujetador y pantaleta que forma un conjunto ligeramente atrevido a los de estilo más casual que he utilizado normalmente desde que cumplí los catorce años, el sujetador, forma, separa y levanta como dijo la vendedora,  aun mas mis prominentes senos talla 36D, la pantaleta es casi una tanga del tipo brasileño, alta del tiro a un costado de mis prominentes caderas que en el ajuste del vestido me dijeron media 98 centímetros, ambas son de una tela casi transparente con textura de seda pero hechas de una fibra parecida a la licra, también utilizare por primera vez, un portaligas para sujetar unas hermosas medias blancas que llegan a medio muslo, por cierto, mi madre tendrá que ayudarme a vestir dentro de unos momentos, seguro cuando le avise que estoy lista.

Los zapatos son de un tacón mayor a los que estoy acostumbrada, cuando los probé, hacían que mis piernas se vieran más firmes y musculosas que siempre, me favorece el hecho de pertenecer al equipo de atletismo de la Universidad, soy buena en las carreras de 800 y 1200 metros, mido 1.75 y soy un poco más alta que mi madre.

Apenas ayer, asistí a un salón de belleza, a insistencia de mi padre, para que me cortaran por primera vez en tres años, el cabello, mi padre eligió un corte de largo medio que hace lucir mi cabellera un poco al estilo que utiliza Salma Hayek, se me acomoda con facilidad en forma natural después del baño y solo lo tengo que cepillar unas cuantas veces, alabo el buen gusto de mi padre, estoy muy contenta con el resultado.

Esta mañana, al despertarme por la música de las mañanitas, repentinamente recordé que por semanas mi madre me ha estado insistiendo en que esta fecha es esperada por ella con mucha ansiedad, tal vez por años, siempre ha dicho : -Todo será mejor cuando cumplas la mayoría de edad, ¡todos seremos más felices!.

A mi recamara, entro toda la familia cantando, los gemelos Adrián e Iván, mis hermanos que recién cumplieron los 21 años, mi madre Antonia que recién cumplió los 38 años y mi padre Roberto que recién acaba de cumplir los 40.

Somos una familia muy unida, lo hemos sido siempre, desde niña tengo claro en mi memoria que siempre el amor a privado por sobre todas las cosas, la única dificultad que recuerdo, tuvo origen en una pequeña pelea que yo provoque con los gemelos, Iván le pego a Adrián, por haberme jalado el cabello y hacerme llorar, de inmediato mi madre los contuvo y se restableció la paz, les recordó lo que siempre les había dicho: - a su hermana, hay que cuidarla y protegerla, es la joya de la familia.

Mi padre, es Pastor de una Iglesia Cristiana que es muy importante en la pequeña comunidad en la que vivimos, esta comunidad es cercana a la ciudad de Aguascalientes y es ahí donde mis hermanos asisten a la Universidad, por su trabajo, siempre hemos sabido que el buen comportamiento y la vida sana, son ejemplos invaluables para todos los feligreses activos o potenciales, hay días en que toda la familia sale a difundir la palabra de Dios.

Durante los años de secundaria y durante la preparatoria, de los diferentes compañeros de curso obtuve pretendientes que duraban solo las horas que pasaban entre el momento en que ellos me hablaban y el tiempo en que yo le contaba a mi madre y ella me prohibía volver a verlos y hablarles, -¡Tu estas destinada a algo mejor! Debes de cuidarte para nuestro futuro, a pesar de hablar de mi siempre usaba el “nuestro”.

Cuando me estoy bañando, no dejo de sentirme orgullosa de mi apariencia física, muchas compañeras, me han dicho que envidian el tono rosado de mi piel, las grandes maravillas que son mis senos, (en palabras de ellas), lo plano que es mi vientre y lo tonificado que mantengo mi cuerpo, tengo un rostro agradable, boca carnosa, (como la de Salma), ojos azules, como los de mi padre, y un trasero voluminoso pero respingón pues según mis amigas, podría sostener una lata de refresco sin que esta resbale de este.

Cuando me estoy secando, entra mi madre que solicita empieza a ayudar a hacerlo utilizando para ello una toalla pequeña, se arrodilla en el piso para secar mis pies y mis pantorrillas, una vez seca, acaricia la superficie y me recuerda que debo aplicarme crema o aceite antes de vestirme. Sigue ayudándome a secar mi espalda y baja haciéndolo hasta mi trasero, no me siento incomoda porque desde que tengo memoria, siempre me acompaña en mis baños y muchas veces me hiso sentir que me revisaba, siempre terminaba su inspección cuando me decía: ¡Eres perfecta hija mía!, consérvate siempre así, para la felicidad de nuestra familia.

En esta ocasión, no podía ser menos y cuando esperaba que repitiera la frase solo me dijo: -¡Al fin, el momento ha llegado, tienes en tus manos el futuro y la felicidad de nuestra familia! –Esta noche, necesito hablar contigo como nunca antes lo hemos hecho, hablaremos de mujer a mujer, hay algo que necesito decirte y por lo tanto hay mucho que necesito pedirte, veraz que la felicidad de nuestra familia depende de ti y de tu decisión.

No supe que contestar, hubiera querido preguntar mas pero la premura de tiempo, nos forzó a acelerar los arreglos. Cuando llegamos a ajustar el portaligas, mi madre acaricio mis muslos al momento de abrochar las ligas con las medias, -¡Eres Divina! Tu padre está muy orgulloso de ti, de seguro le encantaras.

No entendí bien a bien la frase y continuamos con mi arreglo.

Cuando salimos de la habitación y bajamos las escaleras para encontrarnos con mis hermanos y mi padre me sentía como entre nubes, me acompañaba en ella el aroma del costoso perfume que mi madre generosamente me aplico durante el proceso del arreglo.

Fue muy grato ver en sus ojos el brillo generoso de admiración con que me obsequiaron, por un momento creí ver en esos tres pares de ojos, la admiración de mis compañeras de estudios así como un destello en la mirada de varios de los pretendientes que habían pasado por mi vida.

¡Estas hermosa, mi niña! Dijo mi padre.

-¡Wow Hermanita! Dijo mi hermano Iván.

-¡Estas maravillosa! Dijo mi hermano Adrián.

-¡Venga, de prisa, llegaremos tarde! Dijo mi padre, al tiempo que abría la puerta principal y caminaba al automóvil.

Mi madre, me tomo de la cintura y me ayudo a pasar entre mis hermanos que soltaron un suspiro diciendo casi en coro ¡Hueles riquísimo!

Subimos al auto y en menos de 10 minutos habíamos llegado al lugar donde celebraríamos una pequeña fiesta, había menos autos fuera que en ocasiones anteriores habíamos asistido.

Ya en el interior, no más de treinta personas se distribuían en una gran mesa, al entrar vi a dos de mis tías, algunos primos y a otros amigos de mi madre.

Después de recibir besos, abrazos y felicitaciones varios me entregaron regalos, me sorprendió que Adrián me regalo una lap-top, al dármela me abrazo y me dijo, -¡Para que mejores en los estudios, enana! (Siempre me llamo así desde que cumplió los 18 años) Adrián, estudia medicina y es un hombre alto de más de 1.90 y tiene un cuerpo atlético que le dio el jugar basquetbol durante la preparatoria y ser seleccionado estatal en esa categoría.

Iván, me entrego un llavero de plata, en el cual estaban las llaves de su viejo auto Nissan diciéndome: -Ahora es tuyo hermanita, te lo ganaste por estar tan hermosa este día.

Mi padre, se acercó a mí y con la mirada de todos los presentes, saco una caja de su saco, la cual contenía un hermoso collar de perlas que se ofreció de inmediato a poner en mi cuello, al hacerlo, sus manos acariciaron brevemente mis hombros y el propio cuello haciendo que mi piel se pusiera chinita, más me estremecí, cuando me dio un beso en la espalda y me dijo al oído: -¡Por ser tan hermosa y por el futuro porvenir!

Mi madre, me abrazo delante de todos, me beso en las mejillas y me susurro al oído: -Mi regalo te lo doy en la casa, mientras hablamos.

No hubo música, por las características de la reunión, antes de la seis de la tarde, todos empezaron a retirarse confirmando sus parabienes y mejores deseos a mi persona. Todos subimos al auto y rápidamente llegamos a casa.

Mi madre me ayudo con los regalos y terminamos llevándolos a mí recamara y los acomodamos sobre el escritorio y sobre la cama, esperaba que mi madre saliera y me dejara a solas, lejos de hacerlo, me tomo de la mano, me la acaricio y me dijo: - ¡Necesitamos hablar! Hija mía; me sorprendió la solemnidad y me senté a escucharla.

-Hija, como bien sabes, somos una familia feliz, bien integrada y sobre todo unida, cualquiera de nosotros haría lo que fuera necesario para asegurar la felicidad de los demás, es por ello que necesitas escucharme con atención. Seguía sorprendida.

-Yo no soy totalmente feliz, yo hubiera querido tener más hijos, pero como tú sabes, al nacer tú, perdí mi capacidad reproductiva por perder mi matriz, nunca pudimos superar esa adversidad, sobre todo tu padre, quien siempre soñó con una familia numerosa, ahora pasados los años y viéndolos a todos ustedes crecidos, listos para hacer su propia vida, nos ha llegado más la tristeza de no haber podido tener más hijos, ahora pensamos en que tristemente, tu padre y yo nos quedaremos solos. Al decir esto mi madre, retorcía entre sus manos un pañuelo, y al finalizar,  seco una lagrima que salió de sus ojos verdes y su cara se cubrió de un velo de tristeza.

-Pero ¿Qué tengo yo que ver con todo esto mama? ¿Para qué querías hablar conmigo? Dije sin saber que más seguía.

-Hija, yo deseo que esta familia crezca, quiero llenar la casa con niños y para ello te necesitamos a ti, lo que necesito pedirte,-su palabra se hizo un susurro, es que tú nos des los hijos que yo ya no puedo tener, -¿Estás hablando de inseminación o algo parecido mama? La interrumpí.

-¡No hija, no! Esos tratamientos son carísimos y nosotros no podríamos enfrentar un gasto así.

-Lo que yo y tu padre deseamos es que… (En un bajo volumen) tu tengas esos niños por mí, queremos que el regalo que nos des…. (En un tono aún más bajo) sea que tu tengas un hijo o dos, pero fruto del amor que nos tenemos, que sea hijo de tu padre o de alguno de tus hermanos. -¿Qué, que es lo que me pides? ¿Quieres que yo,… con mi papa, o con uno de mis hermanos? -¿Qué cosas dices mama?

-¡Calma hija, calma! ¡Déjame explicarte! ¡No cierres tu mente! ¡Escúchame!

Yo no podía dar crédito a lo que mi madre me había dicho, todo iba en contra a todos los principios que nos habían inculcado, iba todo en contra de toda lógica.

-¡Hija, escúchame! En la Biblia hay muchos casos de ello, muchos ejemplos podría ponerte, todos fueron hechos por amor.

-¡Hija, por favor piénsalo! No necesitas contestarme ahora, ¡Piénsalo!

 No sabía que contestar, me quede callada y perpleja, ¡No lo podía creer! Toda una locura.

Mi madre, volvió a mí recamara, asomo la cabeza y me dijo: -¡Piénsalo por favor hija! Prométeme que lo harás, anda por favor…. ¡Contéstame!

-¡Esta bien mama, lo pensare!,.. Conteste sin estar convencida, mi madre sonrió y cerró la puerta nuevamente.

¿Qué hacer? ¿Cómo poder enfrentarlos y verlos a la cara? Seguro mi padre estaba enterado de la extraña petición, pero ¿Mis hermanos? ¿Estarían enterados de todo?

Sin ninguna duda, mi mente no podía parar el remolino de pensamientos, decidí ordenarme y serenarme, pensaría mientras ponía orden en mi habitación.

Empecé a separar los diferentes regalos que había recibido, tire bolsas y papeles de envoltura por igual, deje ordenadamente las diferentes prendas de ropa que me habían dado, los muñecos, (¿Quién me regalo un muñeco al cumplir 18?) no supe quien, el caso es que tenía nuevos peluches para adornar la cabecera de mi cama.

La poca ropa regalada, no llamo mi atención, en otras circunstancias, tal vez hasta me la hubiera probado, no obstante llene los cajones donde acomodaba, ¿Por qué yo? ¿Por qué con miembros de la propia familia? ¿Por qué mi padre o mis hermanos?

Repentinamente, repare en la computadora nueva que tenía, abrí el paquete y me dispuse a conectarla, puse el seguro a la puerta pues no quería ser molestada, no sé porque, pero empecé a quitarme la ropa, me puse ropa limpia de la que normalmente uso para dormir, una camiseta holgada y vieja, un pantaloncillo a media pierna, sin ropa interior.

Después de familiarizarme con el equipo, modifique lo necesario para conectarme vía WiFi al internet, no recordaba bien la clave, busque el cuadernillo donde la anote la última vez que una amiga vino a estudiar conmigo, ahora sí, logre el acceso, lo primero que mis dedos marcaron como búsqueda, la palabra fue: Incesto, incesto, incesto.

Esa palabra danzaba en mi mente, sacudiendo de raíz, todos mis otros pensamientos.

El resultado de la búsqueda me sorprendió, más de 20 páginas llenas de referencias relativas al incesto, obviamente, las definiciones primero: Incesto, es la práctica de relaciones sexuales entre dos o más familiares cercanos, con finalidad de procreación o de diversión.; Incesto, Practica de relaciones sexuales entre familiares o relacionados por algún tipo de parentesco, de cualquiera de los sexos y aun de sexos iguales.

Así como obtuve más de cinco definiciones, a mis ojos llegaron, muchos otros datos, páginas y páginas de sitios web que ofrecían textos relacionados con el incesto, muchos otros sitios que ofrecían incluso videos de relaciones entre familia, los había norteamericanos, franceses, alemanes, italianos, brasileños, por lo visto era un tema que tocaba numerosas familias de diferentes nacionalidades.

Encontré, varias páginas que se dedicaban a publicar relatos relacionados al incesto, no sé porque pero empecé a anotar muchos de estos sitios, necesitaba informarme.

Decidí empezar la búsqueda detallada, en verdad era una buena maquina la que me había regalado mi hermano, ahora veía con oportunidad que mi padre no hubiera instalado el control parental con que operábamos la computadora familiar, temblé como cuando sin saber usar la computadora, se abrió una página con imágenes sexuales de una tienda de productos eróticos, a partir de ese día, mi padre instalo el seguro.

Con la libertad de viajar por donde quisiera en la red, di doble clic en la primera conexión que se ofrecía: Auténticos videos de hermana con hermano, videos de madres con hijos, videos de padres e hijas.

-¡Sorpresas! Ante mis ojos se desplegaron cuadros de imágenes, cada una con su historia brevemente descrita, nunca había yo visto tanta cantidad de cuerpos desnudos, algunos en posiciones de relaciones sexuales, mujeres mayores chupando penes de jovencitos, hombres y mujeres de la misma edad acostados en diferentes poses, debajo de cada cuadro una breve descripción: “Madre exprime a su hijo hasta agotarlo” ; “Madre enseña a su hijo a satisfacerla”; “Hermano goza a su hermana por dinero”; “Hermana entrena a su hermano menor”; “Hermano satisface a su hermana como nadie”; “Hermana busca a su hermano por la noche”; “Padre hace a su hija su mujer”; “Padre vuelve a la vida por su hija”; “Padre preña a su hija, por herencia”; “Padre e hija felices por años”.

Estaba yo impactada, demasiada información, muchas imágenes, un leve calorcillo empezó a correr entre mis piernas, sin querer, mis pezones se endurecieron.

No sé porque, di doble clic bajo el título “Hermano satisface a su hermana como nadie” al inicio, hombre y mujer están juntos vestidos sentados en un sillón, empiezan diciendo desde cuando mantienen relaciones, la hermana se justifica diciendo que aun después de haberse casado, ha vuelto a la casa familiar pues su hermano mayor, la satisface sexualmente mejor que sus anteriores parejas, dice que nadie como el para hacerla estremecer física y mentalmente, confiesa que sus orgasmos son más intensos y duraderos, una voz pregunta si podrían hacerlo frente a las cámaras, ambos acceden y empiezan a desnudarse mutuamente, se besan en repetidas ocasiones y ella empieza a gemir cuando dirige la cabeza de su hermano a besar sus senos y luego lo empuja más abajo rumbo a su sexo. Pare las imágenes, busque otras, luego otras, vi muchas más y el calorcillo ahora se había adueñado de mi entrepierna, sin saber cómo, mi mano izquierda se había colado entre mi pantalón y sobaba lentamente mi pubis.

Ahora busque imágenes con padres e hijas, di doble clic en un cuadro donde el padre, parecía tener la misma edad del mío, incluso parte de su apariencia física, aunque yo no había visto a mi padre desnudo, lo recordaba en unas vacaciones cuando habíamos nadado en una pequeña poza propiedad de uno de mis tíos en Michoacán, el titulo decía: “Padre enamora a su hija para preñarla”, en la primera escena el padre está hablando al oído de la hija, le besa el cuello y empieza a bajar con sus caricias hasta sus senos, la hija gime y separa con manos temblorosas su blusa, ofreciendo ambos senos a la boca ansiosa del padre, se deja hacer al tiempo que con una mano busca sobre el pantalón, la dureza del sexo del padre que se nota claramente, ambos se besan y sus lenguas chocan.

No sé porque, pero me sacudí con un temblor por todo mi cuerpo, mi mano seguía sobando mi pubis, nunca me había atrevido a tanto, podía contar con los dedos de una mano las veces que en mis 18 años, me había acariciado, nunca había sentido tanta urgencia por saber que seguía, tanto en la pantalla como en mi propio cuerpo.

Las imágenes se sucedían en la pantalla, ahora el padre además de chupar los senos, dirige una de sus manos a la entrepierna de la hija, ella abre las piernas facilitando la maniobra, la prenda íntima es desplazada a un lado y dos dedos penetran la hendidura de la hija, el padre deja de besar los senos, desplaza su cabeza hacia sus dedos, coloca la boca arriba del clítoris de la hija, saca la lengua, empieza a lamer, la hija aumenta la intensidad de sus gemidos, -en mi cuerpo, mis dedos han penetrado mi propia ranura, suben haciendo movimientos circulares, -no sé porque, pero lo hago, tal vez el instinto, no sé pero empiezo a gemir, me escucho a mí misma, descubro que con la humedad, mis dedos se mueven mejor.

En la pantalla, padre e hija, se van desnudando sin dejar de besarse, ya desnudos, el padre recuesta a la hija y abre sus piernas, se coloca entre ellas y sigue chupando la vagina de la hija, ella se sacude y vibra en la medida que el tiempo transcurre, goza, tiene cara de felicidad, arquea sus pies y grita, ¡Me corro, me corrooooo! Deja salir un gemido gutural casi como aullido, se sacude. Yo aprieto las piernas dejando mis dedos frotando mi clítoris y luego penetro con ellos, sin quererlo, acompaño a la hija en su orgasmo.

Mis ojos se entrecierran, no obstante percibo en la pantalla como el padre se arrodilla entre las piernas de la hija, por primera vez veo su pene, lo toma con su mano y lo apunta al centro de su hija, se deja caer y la penetra, ella lo abraza, ambos se besan, ella gime, el respira agitado, se mueve arriba de la hija con un movimiento de dentro hacia afuera, no pasa mucho tiempo y cambian de posición, ahora el acostado, ella arriba, se introduce el miembro de su padre, se agita sobre de él, como si fuera presa de convulsiones, su gemido nace de lo profundo, es continuo y ella mantiene la boca abierta, se estremece hasta que desfallecida se reclina sobre su padre, el pasa de acariciar sus senos a acariciar su espalda y luego sus nalgas. Yo vibro y me sacudo, el sudor corre por mis senos y mi entrepierna vibra y palpita a cualquier toque de mis dedos.

Decido dejar ese video, lo cierro y paso a otro, “Hija sorprende al padre dormido” aquí la protagonista hija, recorre las sabanas que cubren el cuerpo del padre dormido, lo hace hasta que descubre un pene de regular tamaño entre sus piernas, se coloca a gatas sobre la cama y empieza a metérselo a su boca, el miembro se endurece y crece, el padre abre los ojos complacido, jala de su hija y se besan, al tiempo, ella se coloca arriba y se empala sola en el enhiesto pene, se ve una gran humedad entre sus piernas que facilitan la penetración total hasta que ella queda sentada en el padre, -yo siento correr por mis piernas igual o más humedad que la protagonista, con los ojos entrecerrados, los veo concluir, gozar y gritar hasta que se separan, de entre las piernas de ella, escurre el producto del gozo de su padre, ella toma un poco con los dedos y lo lleva a su boca, sorbe al tiempo que sonríe y se muestra alagada y satisfecha. Yo vuelvo a gozar y vibrar de una pasión para mi totalmente desconocida.

He gozado dos veces en menos de treinta minutos, nunca antes lo había hecho, no deje de sentirme ligeramente sucia, no obstante, una enorme agitación corría por mi cuerpo.

¿Era esto lo que mi madre me pedía? , ¿Era esto lo que mi madre quería regalarme? Como si fuera autónoma mi mano dio doble clic sobre un video diferente, “Hermano hace el amor con su hermana por primera vez” los protagonistas son ambos de edades similares, ella esta desnuda sobre la cama, abriendo en forma impúdica sus piernas al tiempo que sus manos invitan al hermano a unírsele, él va trepando sobre de ella, besa sus piernas, sus muslos, su centro de placer totalmente depilado, él se entretiene unos minutos, se ve su vagina brillante por la humedad, se coloca acostado entre sus piernas al tiempo que ella las levanta, la penetración es evidente, se abrazan y se besan, sus cuerpos se mueven al mismo ritmo, después de un tiempo él se retira, ella se levanta para colocarse a cuatro puntos, como si fuera perra ofrece a su hermano su vulva brillante de líquidos y su trasero amplio y rotundo, el la toma de las caderas al tiempo que la penetra desde atrás, se mueve rápidamente, lo hace a gran velocidad hasta que grita y se deja caer en la espalda de la hermana, se retira mostrando un miembro disminuido en tamaño pero aun con residuos de humedad producto del goce de ambos, ella lo toma entre su boca y lo lame y relame hasta dejarlo limpio. Mientras esto pasaba, mis dedos no dejaron de moverse sobre mi clítoris, creo que he gozado dos veces, no se explicarlo pero mi botón, vibra y se estremece como si quisiera más caricias, necesito descansar unos minutos, pienso, ¿También es esto lo que mi madre me ofrece? ¿Es así como quiere que me visiten mis propios hermanos?

Debo confesar que la idea comenzó a inquietarme, ahora ya no lo veía con la misma perspectiva que lo veía antes, ¿Pero cómo hacerlo? ¿Cómo iba a reaccionar el resto de la familia y la sociedad que nos veía? ¿Alguien me querría después de hacer algo así?

De repente, tocaron a mi puerta. -¡Hija! ¿Podemos pasar? –Cerré la lap-top y la cubrí con ropa, me agite el cabello y recompuse mis ropas, me vi al espejo, mi cara estaba sonrojada, tenía sudor en la frente, me seque con cualquier cosa a mano, quite el seguro y abrí, -¿Qué pasa mama? Pasa, venia acompañada por mi padre, ambos en pijamas, entraron, ambos me miraron, mi padre paso un brazo por arriba de los hombros de mi madre, carraspeo un poco y me dijo: -Hija, ya tu madre me ha dicho que platicaron, me ha dicho que ya te hizo nuestra petición y que has dicho que lo pensarías. ¿No tienes alguna duda? -¿Mis hermanos ya lo saben? Interrumpí, necesito saberlo.

-No, no pensamos que sea bueno hasta conocer tu decisión, contesto mi padre, -No necesitas apresurarte, sabemos que no es fácil, tomate el tiempo que quieras, solo piensa que para nosotros es importantísima, y en lo particular para mí, será una cosa maravillosa, avanzo hasta mi cuerpo y me abrazo, me tomo en sus brazos con firmeza y me estrecho a su pecho fuertemente, mis senos bajo mi camiseta, sintieron lo duro de su pecho, mi pelvis, sin quererlo, por razón del abrazo, sintió la rigidez que mi padre tenía en su entrepierna, el abrazo duro más de lo acostumbrado, mi padre me beso en mi cuello, sentí su respiración y dijo a mi oído suavemente: ¡Me harás muy feliz, hija mía!

Sin quererlo un fuerte calorcillo invadió mi entrepierna, podría decir que goce el contacto.

Salieron de mi cuarto sin decir nada más, yo quede confundida, nunca había sentido un abrazo de mi padre tan íntimo y profundo, había despertado sensaciones en mi cuerpo que yo antes no sentía, ¿será mi calentura tan grande que lo que sentí fue gozoso? Fue real la sensación de placer que me transmitió la dureza del pene de mi padre. No sabía que contestar ni cómo hacerlo, decidí seguir mirando, abrí nuevamente la máquina.

Busque otro sitio de internet, ahora fui a una página de relatos eróticos, en la búsqueda vi las diferentes categorías, el tema de amor filial, real o de fantasía era el de mayor cantidad de historias, le seguían relatos de gay o de lesbianismo, luego sexo con maduros y con maduras, confesiones, en fin el universo era muy amplio, todo tipo de parafilias estaban retratadas.

Di doble clic en amor filial, ante mi aparecieron muchísimos relatos, páginas enteras con títulos diferentes, elegí uno que por el título parecía escrito con dedicatoria para mí, “Me follaron todo el día mi padre y mi hermano”, comencé a leer, si ver las imágenes me había calentado hasta gozar, la lectura deparaba otra trampa, ahora yo podía ponerle rostro a los personajes, la imaginación es mucho más alucinante, la historia planteaba el despertar en una mañana indeterminada de una chica de igual edad que la mía, había pasado la noche en la cama con su hermano y aun sentía correr entre sus muslos los jugos de la pasión del encuentro que habían pasado la noche entera, en el baño rememoraba los mejores momentos del encuentro y se estaba volviendo a excitar al revivirlos cuando repentinamente se abre la puerta del baño y entra su padre, le pregunta que como paso la noche, ella contesta que maravillosa, de repente su padre está junto a ella bajo el chorro del agua, la abraza por detrás al tiempo que acaricia sus senos y le dice meloso al oído: -Hoy me siento obligado a complacerte, te amare todo el día, al hacerlo introduce dos dedos en su vagina al tiempo que con el pulgar empieza a estimular su clítoris, mi mano traicionera me provoca igual placer que a la protagonista de la historia.

Mi mente imagina a mi padre acariciándome bajo la misma circunstancia, en la historia, el hermano entra también al baño, los recrimina a ambos por no avisarle que habían empezado a jugar sin él, entra bajo el chorro del agua y se coloca de rodillas frente a la hermana, empieza a acariciar los senos colgantes, después substituye los dedos del padre por su lengua que penetra la vagina al tiempo que con los dedos acaricia el clítoris con movimientos circulares, la protagonista gime y goza, mi cuerpo vibra y se sacude al reproducir en forma tímida la misma caricia, gozo acompañándola simultáneamente en mi lectura.

Así me paso casi toda la noche, cobro conciencia del tiempo transcurrido cuando no puedo gozar más y siento la humedad de mi ropa y la dolorosa sensación de mis pezones endurecidos, me cambio de pantaloncillo y me meto a la cama, me hago un ovillo, me envuelvo en las cobijas y la ensoñación cargada de imágenes eróticas, me llevan a un sueño profundo del  que no salgo hasta que los golpes insistentes a la puerta me hacen abrir pesadamente los ojos, mi mente se llena de inmediato con imágenes de cuerpos desnudos en diferentes poses sexuales, ¿En qué me he convertido? Tomo íntima convicción de que ahora empiezo a tomar una decisión.

Me levanto y abro la puerta, entra mi madre con preocupación marcada en su rostro, me abraza, está ya vestida y me dice que son las once de la mañana y que necesito bajar a desayunar con la familia, siento placer al apretar mis senos desnudos contra los de ella bajo su ropa, los siento como si fuera la primera vez, ahora los imagino desnudos, un poco más chicos que los míos, la beso en la mejilla con la boca entreabierta, mis labios dejan humedad en su piel, -Ahora bajo, le digo y le empujo suavemente para que salga de mi cuarto, -Necesitamos hablar, termino por decirle.

Bajo las escaleras con el nerviosismo corriendo por mi cuerpo, respiro profundamente tratando de calmarme, en la mesa ya estaban todos sentados desayunando.

-No te esperamos hija, dijo mi padre, ya hacía mucha hambre.

-Anda, flojita, ya paso tu cumpleaños, no te aproveches, dijo Iván.

-¡Despierta, bella durmiente! Dijo Adrián con la risa en los labios.

En mi interior, por primera vez en mi vida, los vi como hombres, como si trajera un escáner integrado en el cerebro, los fui desnudando paso a paso mientras los recorría con la mirada y obsequiándoles la mejor de mis sonrisas.

Mi madre llego de la cocina, con mi plato servido, huevos estrellados sobre tortillas doradas en aceite regados con salsa verde y roja poco picantes, mi favorito, le sonreí como agradecimiento al momento que me sentaba, antes de empezar, sonriendo los mire diciendo: -Estoy convencida, que mis hermanos tienen que saber lo que ustedes mis padres me han pedido.

Mi madre, se removió inquieta en su silla, mi padre carraspeo al atorarse en su garganta algo junto con su comida.

No voy a repetir la forma como mis padres, contando uno y otro, plantearon ante mis hermanos su propuesta original, mientras tanto, observe con atención las reacciones de los gemelos a semejante planteamiento, al igual que yo lo hice inicialmente, argumentaron en contra basados en consideraciones de la educación que habíamos recibido, alternativamente, volteaban a mirarme, creo que ambos, hasta este momento se percataron que había bajado a desayunar sin sujetador, mis pezones que sobresalían bajo la tela de mi playera, eran como un imán a sus miradas.

Cuando termino la explicación, mi madre pregunto: - ¿Hay alguno de ustedes que necesite una respuesta o que le quede alguna duda?

Adrián, mirándome fijamente dijo: ¿Estas segura de entender lo que mis padres quieren? ¡Piénsalo bien chiquilla!, esto es ¡Incesto Puro!, medicamente yo no lo recomiendo, es muy riesgoso y antinatural, aunque no hay muchas evidencias médicas, todavía hay mucho por estudiar, pero no deja de sorprenderme que tan siquiera lo pienses, debes rechazar esta locura, me miro a la cara, bajo a mis senos y volteo a ver a mi padre.

Durante su discurso, mi padre solo movía la cabeza negando los planteamientos.

Iván, que estudia Derecho, dijo: -Desde el punto de vista legal, en algunos Estados del País, el termino incesto ha desaparecido como delito, de hecho se reconoce cuando incluya a menores de edad legal, o sea menores de 14 años, por lo demás se le da figura de sexo consentido cuando involucra adultos, yo te recomiendo pensarlo muy bien hermanita, ya que hay que pensar los problemas que se deriven, riendo como siempre lo hacía, bromeo: -¡Vas a tener al mismo tiempo un hijo, un hermano y un nieto!

Sonreí ante su broma, seguí su mirada que se quedó fija en mis senos.

-Si te sirve, recomiendo que lo pienses detenidamente pero no pienses en Dios, solo lo que tú sientas, puedes tomarte toda la vida para pensarlo. Termino diciendo.

Mi madre comenzó a llorar quedamente, sus sollozos la hacían vibrar y se fue inclinando hacia el frente hasta que recargo la cabeza en la mesa. No le gusto la oposición de mis hermanos.

Mi padre, sin levantar la voz, nos dijo: ¡Hijos Míos! No quiero que esto se tome por un sermón, no quiero mezclar mis convicciones religiosas con esta decisión de vida, por ella estoy dispuesto a cambiar de vida, estoy dispuesto a dejarlo todo, si mi hija acepta, por otro lado, si por el contrario rechazara la propuesta, de todas formas cambiare, ya que mi esposa, su madre, sufrirá por el resto de su vida y buscare compensarla de diferentes formas, incluso llevándola lejos de esta familia a la que no perteneceremos más. Nos sentiremos abandonados y perdidos por haber sido malinterpretados en nuestra propuesta, nos sentiremos mejor sin verles a la cara, nos avergonzaríamos de ello, llevaríamos nuestra frustración a otra parte.

Bajo la cabeza y dio muestras de haber sentido profundamente su discurso, mi madre le tomo de la mano y la apretó suavemente, había mucho amor en ese gesto.

Me puse de pie, empecé a caminar al derredor de la mesa, sentí las miradas de todos siguiéndome, sentía como se posaban en mis senos que se mecían dentro de mi playera incluso los de mi madre, después bajaban a mirar mi trasero y mis piernas que se marcaban con claridad pese al pantaloncillo a media pierna que usaba; levante la cabeza y mirando hacia arriba les dije: ¡Mucho me temo que aún no tengo la respuesta! El Dilema que se nos plantea conlleva la felicidad presente y futura, el dilema es: querer o no querer, destruir una familia como la nuestra, o bien, unirla con lazos de amor más fuertes, de hacer felices a unos haciendo infelices a otros. ¡Hay mucho que pensar! Y yo estoy dispuesta a hacerlo, para eso necesito la soledad de mi cuarto, no quiero ser interrumpida hasta mañana a la misma hora, tengan la seguridad que lo pensare.

Me gire para verlos una vez más mirándome, clavándome sus miradas en mis senos y en mi trasero, empecé a subir las escaleras hacia mi recamara, antes de entrar, me quite la playera, luego el pantaloncillo, desnuda entre a mi cuarto y cerré la puerta, puse el seguro, encendí la lap-top y me dispuse a seguir pensando, inicie buscando nuevamente las páginas que me ayudarían a hacerlo.

 

 Continuara.

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