Nuevos relatos publicados: 16

¿Deseo...O...Sentimiento? (I. Misterio)

  • 6
  • 13.502
  • 9,50 (4 Val.)
  • 0

No hay nada como la tranquilidad del hogar. Y lo digo yo, una vampira que ha pasado 150 años viajando por cada lugar de este odioso mundo, observando cómo los humanos se destruyen unos a otros con guerras, terrorismos, política… Siempre ha sido igual. No importa en qué siglo me encuentre, cuando un país está en crisis, en otra parte del mundo hay uno, que resurge de las cenizas y viceversa…Así será hasta el fin de los días, hasta que esta extraña raza a la que alguna vez pertenecí, se destruya a sí misma y ardan en el mundo que ellos mismos crearon.

Pero mientras eso ocurra, ahí estaré yo, paseándome por cada una de sus calles, a mi antojo… Alimentándome de ellos sin distinguir razas, etnias, procedencias, sexos, culturas… Para mí, son solo partículas de sangre en un cuerpo que las mantiene caliente para mi disfrute… Egocéntricos humanos, creyéndose los amos de la tierra –Sonrío irónica –Si supieran lo estúpidos que se ven cuando esta, aparentemente inofensiva chica, muestra los afilados colmillos que en cuestión de segundos acabarán con su vida…

Definitivamente… ningún cielo es como el de “Shadow Town” –Suspiro -En ningún otro lugar puedo estar acostada sobre el asfalto, observando la claridad que las estrellas le otorgan a esta  hermosa noche, sin que ningún auto me interrumpa. Tampoco es que me suponga un problema que aparezca un indefenso mortal en este momento… No recuerdo muy bien el sabor de la sangre de mis paisanos, pero ya siento mi estomago crujir y mis colmillos asomar, simplemente por pensarlo…

─Está bien mamá… -Escucho el sonido de una voz aproximándose.

Al instante, aflora mi instinto asesino, molesta porque alguien se haya atrevido a interrumpir mi momento de soledad y reflexión.  Rápidamente, me levanto de la carretera, ansiosa por abordar a esa futura victima que se aproxima… Pero… algo me hace detenerme sobre la marcha...

No es posible lo que ven mis ojos… La luz de las estrellas debe haberme afectado la vista de una forma inexplicable… me flaquean las piernas.

Sí, soy un vampiro y en este momento estoy aterrorizada, tan aterrorizada como ellos, segundos antes de que me funda en su cuello acabando con su vida… Ni siquiera puedo moverme.

Solamente ha existido una cosa en esta larga vida, capaz de conseguir desestabilizar mi cuerpo, mi mente, incluso mi alma olvidada… Y esa cosa es… Ella…

─¿Ashley?

Su mirada cabizbaja, se aparta de ese celular, al escuchar mi voz y me mira… Sus ojos… esos ojos azules que atraviesan mi pecho con más fuerza que una afilada estaca.

La asusté… me lo dice su forma de observarme en estos segundos de silencio… Hay algo… hay algo distinto en esa mirada. ¿Temor? ¿Tiene miedo? No es posible… Es… es diferente.

─No…  -Rompe el silencio dudosa, mientras aparta su mirada de mi, haciéndome ver que espera a alguien  -Yo… Soy Anahí…

Anahí… claro. Que ilusa soy, por un momento creí que… Se parece tanto a ella. Pero sin duda, su mirada es diferente. El color y la forma de sus ojos, son completamente idénticos, de un azul intenso que atraviesa cada poro de tu piel, hasta el punto de helar uno a uno tus órganos vitales. Al igual que su cabello, castaño claro, con unos perfectos reflejos dorados, que caen sensualmente por sus hombros descubiertos. Su media estatura, también es exacta a la de aquella mujer. Su complexión, delgada, absolutamente fina y delicada… Todo su físico, es igual al de Ashley. Esa mujer, que tras la apariencia de princesa, escondía el demonio más cruel que jamás he conocido.  La mirada de aquella mujer, que un día me robó el corazón, era fría, sínica, segura y tajante… En cambio, la mirada de esta chica expresa bondad, inocencia, transparencia, dulzura… Es hermosa…

─Lo siento… -Me disculpé –Te pareces a… Me recuerdas mucho a alguien –Acercándome lentamente a ella –Soy Dulce…

─No es por ser grosera, Dulce. Pero es un poco espeluznante que estés sola en medio de la nada.

─Mira quién habla… –Respondí sonriendo con misterio –Tú también estás sola.

─Es Shadow Town… Nada malo pasa aquí.

Un silencio repentino se hizo dueño del espacio, impidiéndome apartar la mirada de ella. La intimidaba… podía escuchar desde aquí su corazón acelerado bombeando sangre a través de sus arterias y eso me hacía desearla. Pero aún no estoy segura de qué forma exactamente…

─Tuve una pelea con mi novio… -Continuó, consiguiendo que dejara de escuchar el bombeo de su sangre.

─¿Sobre qué? Si puedo preguntar…

─Sobre la vida –Respondió tras un suspiro –El futuro… Él lo tiene todo planeado.

─¿Y no es lo tú que quieres?

─No sé qué es lo que quiero…

─Bueno, eso no es cierto…  -Corregí segura -Quieres lo que todo el mundo quiere.

─¿El qué? –Preguntó sonriendo por primera vez –¿Una extraña misteriosa que lo sabe todo?

─Uhm bueno… -Sonreí yo también –Digamos que llevo por aquí mucho tiempo… sé unas cuantas cosas.

─Entonces, Dulce… Dime, ¿Qué es lo que quiero?

Clavé mi mirada fijamente sobre ella unos segundos y comencé dando lentos pasos que poco a poco destruían la molesta distancia que había entre ambas.

─Quieres un amor que te consuma… -Expliqué mientras su mirada expectante me incitaba a estar lo más cerca posible de ella -Quieres pasión… -Me coloqué a su espalda  sintiendo como trataba de seguirme con sus ojos, mientras su cuerpo se tensaba –Quieres aventura… -Susurré en su oído, impregnándome con el olor que desprendía su piel –Incluso algo de peligro…

Mis labios rozaban su cabello… su respiración había aumentado considerablemente desde el momento en que comencé a aproximarme y para este momento, el sonido de su corazón despertaba mi deseo más profundo…  Elevé mis manos, dejándome llevar por este instinto depredador y las coloque a un centímetro de sus brazos descubiertos, haciendo en el aire un recorrido de su anatomía, desde los hombros, hacia abajo, deseando destruir ese centímetro y tocar su piel de una forma salvaje…

─Entonces… ¿Qué quieres tú?

Esa pregunta, detuvo al instante mi movimiento, consiguiendo sorprenderme y dándole tiempo a voltearse para observarme con una sonrisa demasiado… dulce.

El sonido y las luces de un auto, me despertaron de este momentáneo lapsus en el que su mirada y su voz habían conseguido bajar mi guardia.

─Esos son mis padres… -Dijo mirando en la dirección del auto aproximándose.

Entonces, agarré sus mejillas con decisión y la obligué a encontrarse con mis ojos, sintiendo al instante como mis pupilas se dilataban dispuestas a ejercer sobre esta chica mi control mental.

─Quiero que consigas todo lo que buscas… -Sentencié siendo observada por esos ojos azules –Pero antes olvidaras que esto ha pasado, nadie puede saber que estoy en el pueblo…

Uno de mis deseos no había sido saciado esta noche, aunque a decir verdad, nada me impedía que lo llevara a cabo. Pero el otro… en este momento, el otro deseo de mi cuerpo fue más poderoso y sin apenas darme cuenta, atrapé los labios de esta chica. Dejando en ella un pequeño beso que ni siquiera tuvo tiempo a ser correspondido.

─…Buenas noches, Anahí.

 

...Fin de la primera parte...

(9,50)