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Un reencuentro lujurioso (1 de 2)

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Hoy en día muchos relatos son de lo que queremos vivir o soñamos cumplir; pero en esta ocasión contare mi historia, la cual jamás creí que haría.

Todo empezó hace unas semanas, me reencontré con un amigo que tenía tres años sin ver, siempre sentí algo por él, pero no las clásicas mariposas en el estómago, sino algo más como una gran atracción.

Así que un día decidimos salir a comer juntos, a ponernos al “corriente”. Con la plática me entere que él tiene un bebe, y claro por mi cabeza paso que tiene más responsabilidades y que lo nuestro no debería de ser, que como buena amiga solo debía estar con él para apoyarlo. Al terminar la comida y el me invito al cine, pues su argumento era que tenía años sin ir. Y decidí aceptar su invitación, además era demasiado tentador él y yo, en la oscuridad de una sala de cine, y aun así tenía en mi mente “no pasara nada”, vimos una película en taquilla, que por cierto es muy divertida, como era de noche hacía mucho frío y mi amigo que es muy friolento me abrazo en la sala de cine, yo lo creí normal, pero poco a poco se fue acercando más a mí, y aunque una parte de mi sabía que no era correcto , la otra moría de ganas por robarle un beso.

 Termino la función y toda la película la vimos abrazados, o más bien mi torso encima de él, salimos al estacionamiento, él tiene una camioneta de carga, y al subirme y pegarme a la puerta él me dijo: -ven a mi lado hace frió-   inocentemente me acerque, digo yo llevaba suéter el no, paso su mano derecha por mi espalda y me abrazo por la cintura, al girar mi cara para verlo el puso sus labios sobre los míos, me asombre tanto, y a la vez no quería que eso parara, se alejó y me dijo bueno salgamos de aquí, salimos del estacionamiento y me pregunto,

El-¿A dónde quieres ir?

Yo – donde tú quieras

El- Segura?    Me vio con ojos de asombro

Yo- Sí.       Lo dije de una manera segura, aunque en realidad no sabía lo que estaba haciendo.

Así que me llevo al lugar que menos había planeado. A un hotel, muy bonito por cierto, pero al fin  y acabo un hotel.

Me dijo- Espera debo hacer unas llamadas y salimos

Más extraño no podía ser eso, saco su celular y marco un número,

-Hola amor ya llegue a casa, estoy bien, ¿él bebe está dormido? Si no te preocupes ya iré a dormir.

Mi cara fue de asombro, me llevo a un hotel y le habla a su novia…

Volvió a marcar otro número

-Qué onda bro, oye voy a llegar más tarde, voy a pasar a cenar con un amigo, a ponernos al corriente, ya sabes hace años que no lo veo.

En ese momento debí salir corriendo de la camioneta decir no, actuar más dignamente, pero realmente quería vivir algo así de emocionante.

Salimos de la camioneta, nos dieron una llave, el pago y subimos a la habitación.

Adentro nos desinhibimos…

Me empezó a besar, como desesperado, y yo solo quería llegar más lejos, hacer todo lo que jamás haría pensar solo en el sentirme uno.

Pero tampoco debía ser tan fácil, así que me aleje un poco prendí el televisor, y me puse a dar vueltas por el cuarto, no era mi primera vez, pero jamás lo había hecho en un hotel. Entre al baño que visualmente era hermoso, al salir, él estaba parado, esperándome, viéndome de tal forma que parecía que me quitaba la ropa.

 Camino hasta llegar a mí, y me volvió a besar, pero con más frenesí, recorría sus maños por mi espalda, mis nalgas, masajeaba mus muslos, pasaba su maño por mi cabellos, me devoro con solo sus manos, yo ya no podía; me quite la playera y se la quite a él, le baje el pantalón y solo quedo en bóxer y desesperado me quito el sostén, empezó a besarme todo el cuerpo y sus manos poco a poco fueron desabrochando mi pantalón, mientras que yo posaba mi manos en sus glúteos, acariciaba su espalda, sus brazos, me agarraba de su nuca, y en un momento bajo mis pantalones, me cargo de tal manera que solo pensaba en una cosa, sentir su miembro dentro de mí.

Pero como buena amante, quería dejar mi marca en el así que una vez en la cama me hinque, le hice señas con mi dedo índice que se acercara más, cuando acerco sus labios a mí lo aventé, para que quedara acostado, poco a poco baje, baje sus boxers y puse mis labios en su glande mientras que con mis manos acariciaba su testículos, y claro los labios fue el principio, abrí mi boca y empecé a chuparle la verga,  no tardo nada en empezar a gemir, estaba gozando, y yo ya estaba demasiado caliente para parar.

-Sam nunca pensé que fueras de las chicas que la chuparan, y menos que lo hicieras así de rico uff, mi novia jamás ha querido hacerlo.-   Me comento mientras ponía su mano en mi cabeza

Eso me encanto, era su primer mamada y claro con mi “algo” de experiencia él  lo disfrutaba, Sentí como mi conchita estaba empapada pero no quería parar y de repente   Me dijo:

 -Si quieres que termine en tu boca no lo lograras, duro demasiado y quiero poseerte antes de terminar. Quiero que tú también disfrutes.

Me tomo de la cabeza, y me dijo -ponte arriba de mí, pero antes déjame te quito algo que creo que nos está estorbando-

Me quito mi tanga, en serio ya no podía, y por suerte en el lobby compre unos condones,   bueno él ya tiene un hijo, y  yo no quería tener uno con él; le dije que si se lo ponía, asintió moviendo la cabeza, y cachondamente se lo puse, y más tarde en ponérselo  que en gritar por lo rápidamente y placenteramente que me metió su miembro en mí, lo gocé como loca y se empezó a mover, yo solo quería más, así que con mi mano empecé a agarrar mi botoncito, mientras él ponía sus manos en mi nalgas, y hacia que mi cadera se moviera mas rápido.

Ya no podía, el solo hecho de estar con alguien que no debía me hacía prenderme más, y como buena chica pensé que si su novia jamás le había hecho una mamada tampoco había probado otras posiciones, además yo no quería que ese hombre fuera mío solo una noche, me levante de él, y él puso cara de pocos amigos, y eso debo admitir me bajo un poco el calor, pero en cuestión de segundos me puse en cuatro…

-¿Sam que haces?- me pregunto

-Preparando nuestra siguiente posición-

Como un resorte se levantó y en cuestión de segundos clavo su pija en mi conchita que no paraba de soltar jugos.

Eso sin duda alguno lo prendió más y yo solo oía dos cosas sus gemidos y el golpeteo de su cuerpo contra mi culo, y empecé a gritar

-Hazme lo que quieras, más zorra no puedo ser, golpéame el trasero, muérdeme, has tus sueños realidad, prometo no quejarme y ser tuya toda la noche-

No lo pensó dos veces y empezó a acariciar mis nenas, y hacer más frenéticos sus movimientos, claro esto no era amor, solo era sexo en su esplendor, sin tabús, así que no había nada que nos hiciera parara, salvo…

Continuará...

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