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Inocencia (1 de 2)

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Después de leer muchos relatos eróticos, me he dado cuenta que la mayoría son fruto de la imaginación desbordada de muchos de sus autores. La imaginación es positiva pero muchas veces hace que un buen relato pase a una calamidad cuando se cuela una paranoia.

En estas paso a contarles mi relato, lo sucedido en este hace un par de veranos en un lugar de España de cuyo nombre mejor no acordarme. Yo tengo 19 años y vivo junto a mis padres. No tengo hermanas solo un hermano bastante menor que yo. Eso ha hecho siempre que los primos estemos bastante unidos sobre todo con dos primas menores con las que yo siempre he tenido mucha relación, también debido a la proximidad de nuestros padres.

Yo soy un chico normal, moreno, ojos verdes, 1.75 de estatura. Mi racha con las mujeres la he tenido por épocas, como suele ser corriente. En cuanto a mis primas, yo siempre las he visto como dos criaturas angelicales, debido a lo lindas y dulces que son unidas a esa pizca de inocencia que las hace tan atractivas. María es la mayor y tenía por aquella época 15 años y Nuria la menor y tenía 13. No tienen hermanos y viven bastante cerca de mi casa. Llevaba un tiempo que las veía menos ya que durante el invierno estudio fuera y sólo vuelvo a casa los fines de semanas o puentes. María tiene el pelo a media melena, mide más o menos 1.65 y es sencillamente una princesa, con su pelo rubito y esos ojos que emanan dulzura por todos lados. Es de las chicas que dan ganas apretarlas por todos lados, acariciarlas, un angel como dije antes. A veces pienso que es la mujer de mi vida, pero no se eso es algo que sólo el tiempo sabrá. Nuria la menor, es también muy guapa, todavía le queda un poco para desarrollarse como su hermana pero apunta muy alto, ella es morena y muy delgadita, es una preciosidad. Las dos tenían unos cuerpos de mujer que ya quitaban el hipo imaginaros ahora como estan.

A principios de Julio volví a mi casa después de los meses de estudio fuera de mi pueblo. Me tocaba pasar el verano intentando descansar y a la vez intentando recuperar las asignaturas que en septiembre un año más me tocaba recuperar, pero sin imaginar sin lugar a dudas lo que podría llegar a suceder. Por eso de las asignaturas me tenía que quedar en casa casi todo el verano, aunque tampoco tenía miedo por eso porque lo aprovecharía para estar con los amigos con los que llevaba un tiempo sin ver. Aproximadamente el 10 de Julio mis padres se iban junto con mis tios a pasar un tiempecito en la costa. Mi hermano los acompañaba y también en un principio mi prima Nuria, aunque ella vendría para el día 23 porque tenía que seguir en la academia por lo que para esa fecha estaría viviendo con los abuelos aquí en el pueblo.

María sin embargo llego al pueblo el día 12 y ya no iría de vacaciones con sus padres porque había estado en un campamento. Prefería quedarse en el pueblo con sus amigas. Yo vivo cerca de mis abuelos, en mi casa hay una pequeña piscina que hace las delicias durante el verano. Maria muchos días venía a bañarse conmigo y a veces se traía a algunas amigas, la verdad es que me parecía y me parece preciosa, pero viéndola en bikini me daba cuenta todo lo que había progresado ese cuerpo de mujer durante un año. La observaba, miraba sus curvas, disfrutaba con su cuerpo y muchas veces tenía que terminar masturbándome al pensar en ella, no lo podía evitar y a la vez muchas veces terminaba con los típicos remordimientos, porque era mi primita.

Muchas veces hablábamos de nuestras cosas de nuestros pequeños y grandes secretos. Algunas noches incluso cuando no se iba con las amigas quedábamos en mi casa que esta cerca de la de los abuelos y empezábamos a hablar. Hablábamos de todo. Un día el tema fue el amor. Ella me decía oye tienes novia en la universidad. Yo le dije María que no, que novia no tengo. Pero alguna chica seguro que te hace tilín y le volví a decir que no. Yo también le preguntaba por sus novietes y ella decía que no tenía y al final le conseguí sacar que todavía no había besado a un chico, aunque a veces les daban muchas ganas con algunos. También le pregunte que si había visto a un chico desnudo, se puso colorada y no quería responder. Luego me hizo que jurara que no diría nada, pero que había visto fotos de chicos desnudos en una revista que tenía una amiga suya, pero que no se veía bien el pitilín dijo, del chico porque era un famoso al que habían pillado en una playa nudista y salía en la revista. También me dijo que a su padre le había visto en calzoncillos y que sin querer le miraba y alguna vez le había visto pelitos que sobresalían de los calzoncillos y notaba como sería su pitilín.

Todo esto me puso como una moto, ella estaba muy linda a la luz de la luna, con una coleta en su pelo y con la dulzura e inocencia con la que me decía las cosas, a la vez que se sonrojaba. Llevaba una faldita que dejaba ver sus preciosas piernas y una camiseta de manga corta, y os juraría que me parecía en aquel momento la mujer más bella del mundo. Después de irse ella y de pensar todo lo que habíamos hablado, me hice una auténtica paja, imaginándome como se juntarían las amigas para verle el aparato al chico este y sobretodo como miraría a su padre para descubrir como es el cuerpo de un hombre desnudo.

No me quitaba de la cabeza el hecho de que el primer chico desnudo que tenía que ver sería yo y miles y miles de sueños eróticos que se me pasaban con la cabeza y que podía hacer con esta criatura de 15 años. Me entro la vena exhibicionista, pero no sabía como hacerlo sin que ella se molestara o se sorprendiera o bien lo tomara como algo muy brusco. Por eso pensé que fuera de una manera natural y como si hubiese sido algo sin mi voluntad. Yo hacía también años que no la había visto desnuda del todo, aunque si había podido ver parte de su cuerpo. Sobretodo un día que se estaba cambiando para ir a la piscina y entre en el cuarto sin saber que estaba allí, se tapo rápidamente pero pude apreciar unas preciosas tetas, de un tamaño exacto, ni muy gordas ni muy pequeñas y por abajo solo tenía unas pequeñas braguitas, más infantiles que otra cosa.

A veces en la piscina tonteabamos cuando estábamos solos y yo le decía porque no haces top less y ella decía, venga si te quitas los pantalones, yo sabía que era broma, pero no podía evitar excitarme nada más que de pensar lo que ella decía.

Por fin pensé algo para que me viera desnudo. Se que ella muchas veces me observaba o me miraba. Incluso después de haberme contado lo de su padre, algunos días yo me ponía en calzoncillos delante de ella y charlábamos y observaba cualquier movimiento y sabía lo que quería verme. Solo intentaba crearle una ansiedad, una excitación que también le aumentaba con juegos y caricias en la piscina. Le di unas llaves de mi casa por si quería entrar algún día a bañarse y no estaba yo. Un buen día le dije, vente a las 4 y nos bañamos en la piscina. Ese era el día, estaba que mi corazón palpitaba, que se me salía. Me desnudé y me puse en mi cama, ella llegaría y me encontraría desnudo. Llamo a la puerta, hice oidos sordos, siempre llamaba aunque tenía la llave. Abrió la puerta por fin y pregunto varias veces por mi, decía Juani donde estas, así es como me llamo. No respondí, llego a mi cuarto, me había dejado la puerta medio abierta para que me viera desde fuera. Yo estaba completamente desnudo boca abajo, me hacía el dormido. Al llegar a la puerta se que la visión la dejo perpleja. Creo que se excitó sobremanera, se acercó a mi silenciosamente. Por fin veía el cuerpo de un hombre, una visión toda para ella. Yo seguía bocabajo superexcitado de sólo pensar como esa chiquilla me miraba y de lo que debía estar ocurriendo en su cuerpo. Apenas estaba a un metro de mi y me observaba con detenimiento, yo sabía lo que estaba haciendo porque la veía a través del espejo que estaba frente a mi y al otro lado detrás de mi estaba ella. Sonjorada, inquieta, nerviosa por si yo me despertaba y la pillaba en esa situación. Miraba mi culo con detenimiento, se acercó a la cama e intentó conseguir verme la polla y los "huevitos" como ella decía cuando hablábamos. Yo bocabajo y con mis piernas cerradas le tape la visión, ese día no era más que el comienzo y había que dejarle la miel en los labios. Dio la vuelta alrededor de la cama y cuando vi que de uno u otro modo iba a conseguir su objetivo, me moví un poco y tosí con lo que ella muy asustada salió muy rápido de la habitación. Yo estaba todo borricote, la tenía que se me salía de las órbitas, estaba muy caliente. Hoy la puerta de la casa, mi prima se había ido, seguro mucho más caliente de lo que vino.

Por la noche nos vimos, yo le pregunte que porque no había ido por la tarde a mi casa y me dijo que no había podido que habían llegado sus amigas. La veía distinta. Ella no me miraba a la cara. Me dijo, si quieres quedamos mañana por la tarde. "Vale te espero en mi casa". Tenía que aprovechar porque dentro de poco vendría Nuria su hermana y lo mismo las cosas no iban a ser tan faciles.

Llego de nuevo he hizo el mismo ritual, llamo a la puerta no respondí, pero esta vez no dijo mi nombre. Llevaba la intención de conseguir pillarme otra vez desnudo. Estaba vez intente mostrarle mi instrumento, pero claro sin estar empalmado para que ella no se asustase, ni sospechara nada. Hice lo imposible para poder resistir, se puso junto a la puerta, estaba de espaldas desnudo y se acerco a mi, dio la vuelta a la cama y por fin consiguió verme completamente desnudo, yo entreabrí los ojos y ella estaba obnubilada, extasiada, mirándomela. Deje que satisfaciera su curiosidad durante un rato, y cuando vi que no podía aguantar más, hice como que roncaba y ella del ruido salió pitando muy asustada.

Al contrario que el día anterior ella no se fue. Comenzó a llamar al timbre para que yo le abriera y así yo no sospechará de que había estado dentro. Me vestí y fui a abrirle la puerta. Estaba muy alterada y yo incluso le pregunte y me dijo que estaba así porque había venido corriendo.

Nos fuimos a bañarnos, después de estar un rato en la piscina, nos fuimos a tomar el sol. No podíamos dejar de mirarnos, me miraba de una forma distinta a como lo hacía antes. Ella estaba radiante, con su bikini blanco, que mostraba un culo de película y me dejaba entrever unas tetas de escandalo. Yo atizaba preguntándole cosas, sobre novios, sexo y todo eso. La ponía nerviosa y me la llevaba por donde yo quería.

Tenía que aprovechar los días que me quedaban y empecé a pensar como avanzar en mi objetivo.

Un par de días después quedamos de nuevo por la tarde, ella estaba deseosa de quedar siempre conmigo por si podía verme de nuevo. Se que todas estas visiones le habían supuesto un calentura colosal. Quedamos ese día pero este día las cosas serían distintas. Me desnude y me fui a acostar para que me descubriera cuando yo llegará. Me puse boca arriba para que pudiera disfrutar de mi cuerpo sin ninguna cortapisa. Como el resto de días llegó, llamó al timbre una sola vez y como vio que no salía entro y fue hacía mi cuarto. Se sorprendió cuando me vio así, era un sueño realizado. No teniendo bastante con esto se acercó, se le notaba muy caliente y empezó a mirarme, a degustar ese cuerpo de hombre que veía. Estuvo así mirando, incluso se acercaba poco a poco. Se que tenía ganas de tocármela, de sentir en sus manos lo que veía, de satisfacer toda su curiosidad.

De repente abrí los ojos, hice como que me había despertado y que la había pillado mirándome, cogí la sabana y me tape. Yo grite y le dije que, qué era lo que estaba haciendo mirándome, ella dijo que nada que sólo había entrado porque no salía a abrir la puerta. Yo hice como que me enfade, ella casi estuvo apunto de llorar y dijo que lo sentía que no contará nada a nadie, que ella no quería verme en pelotas. Incluso me dio pena de verla así y le dije que no pasaba nada que no diría nada a nadie, tampoco es tan importante eso de verse desnudo. Y le pregunté: "Dime la verdad o lo contaré, ¿llevabas un rato mirándome?" y dijo "Un poco es que no había visto nunca a un chico desnudo y tampoco una polla". Era la primera vez que le oía decir polla y a mi eso me puso a cien, es como si hubiera sido el paso de niña a mujer de pitilín a polla de un golpe. Continuo diciéndome entre sollozos "Pero perdóname ya no te miraré más, no se lo digas a nadie". Yo seguía sentado en la cama y ella estaba en los pies, yo tapado con una simple sabana. Le dije "Tranquila no pasa nada, es algo natural el estar desnudos y más en tu edad el querer ver a otra persona así". Ella continuaba diciendo "Si pero tu eres mi primo y seguro que se lo cuentas a la gente para que se rían de mi o peor a mis padres". Ella estaba casi llorando. Yo le dije que no diría nada, que no se preocupará. Y a continuación "Mira para que veas que no es tan malo eso de estar desnudos y como se que seguro te ha gustado, ¿quieres verme desnudo ahora, estando yo despierto?". Ella se sorprendió ante mi proposición y contesto "Bueno si me dejas que te vea a mi me gustaría saber como sois los chicos", lo dijo sin mirarme a la cara pero con la idea clara de que no podía perder esa oportunidad de verme desnudo a su disposición. Yo me quite la sabana y le mostré ante su vista todo mi cuerpo.

Ella se sorprendió y no hacía más que mirármela. "Ves como no pasa nada, sólo tenías que habérmelo dicho si querías verme así ¿qué te parece?". Ella se rió como avergonzada y replico "Tienes muchos pelitos. Es bonita tu cosa, bueno tu polla y los huevitos también" Yo también me reí. "Si quieres puedes tocar lo que quieras, pero enséñame tu también como eres, creo que es justo".

"Es que me da cosa"

"Bueno pues me tapó".

"Espera me quitaré la camiseta y el pantalón". Ella levaba una camiseta de tirantes y un pantalón cortó que le quedaba genial. Debajo llevaba puesto el bikini. Empezo a quitárselos y se quedo frente a mi con su bikini.

"Pero a si ya te he visto muchas veces, eso no es justo, yo te he dejado que me vieras".

"Vale me quitaré la parte de arriba y ya esta, pero cumples lo prometido y me dejas que te la toque un poquito como has dicho antes". Conforme decía eso se ponía muy sonrojada.

"De acuerdo". Se desabrocho y ante mi aparecieron dos preciosas tetas de un tamaño considerable, ella se las cubrió con las manos.

"Quitate las manos que no pasa nada".

"Es que me da vergüenza". Yo seguía desnudo sentado y ella de mi pie junto a la cama.

Dijo "¿Puedo?". Se refería a si podía tocármela.

"Sí tócamela".

Se acercó y me la empezó a acariciar, me tocó la puntita, y me la acariciaba con la yema de los dedos. También me tocaba los huevos, se había olvidado de taparse y podía ver sus dos inmensas tetas en todo su esplendor.

Me la cogió con toda su manita y fue demasiado para mi. Empecé a empalmarme. Ella se sorprendió "Que gorda se te pone y se esta saliendo la cabeza". Yo me sonreí, estaba muy caliente y con un pollón apuntando al cielo.

"Eso lo has provocado tu al tocarme, vas a aprender a hacer algo más". Estaba muy caliente.

"Cuando te pones así te la meneas, eso dicen mis amigas que hacéis los chicos".

"Si quieres lo hago delante de ti, pero tendrás que quitarte lo que te queda." Cogió y sin rechistar se quito la parte de abajo, por fin podía ver todo su coñito. Le pedí que se diera la vuelta y la piropee "Estas buenísima, me la voy a menear pensando en ti". Empecé a hacerlo y cerré los ojos. Ella me miraba, levante la vista y le dije que si quería hacérmelo. No dudo me cogió la polla y la movía arriba y abajo, me tocaba los huevos y yo comencé a tocarla, ella suspiraba yo le acariciaba su clítoris, nunca antes explorado por nadie. Con un coñito muy lindo y con los pelitos justos.

Siguió meneándomela y le dije "Quieres probarla."

"Es que no se". Empezó a dudar y le dije venga prueba. Ella se agachó en la cama y se acercó, por fin me lamío un poco la punta y de arriba hacía abajo.

"Metetela en la boca", la cogí del pelo y le empuje hasta que se introdujo mi polla, yo no podía más, después de marcarle el ritmo, empujándole con mis manos su cabeza, siguió comiéndomela.

"Me voy". Le aparté mi cara y me corrí como nunca lo había hecho.

Ella se sorprendió y seguía con su mano sobre mi polla. Tocó ese liquido viscoso como ella decía. No me pareció justo dejarla así y quería comérmela por todos lados. Sus pechos, su ombliguito y por fin la tumbé y me comí ese rico coño.

Ahh Ahhh, sigue, que rico. Continue hasta que grito del orgasmo. Nos tumbamos y nos acostamos en la cama, mirándonos, desnudos los dos y muy satisfechos por lo que habíamos hecho. No creía que debía penetrarla esa primera vez, además seguro que ella también se abría asustado. Fue genial al igual que a partir de ese verano.

Continuará

(9,14)